Está en la página 1de 7

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE BABAHOYO

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN


PSICOLOGÍA CLÍNICA

DOCENTE
NATHALY MENDOZA

TEMA
TANATOLOGIA (GENERALIDADES), CUIDADOS PALIATIVOS DEL ADULTO
MAYOR

GRUPO
#3

INTEGRANTES
ARIAS CUADRO ADRIANA MAYUSBEL
CORTEZ JIMNEZ DENISSE ARLHEY
SANTANA MACKLIFF HECTOR HUGO
VERA JIMENEZ IVANIA MAITE
TANATOLOGIA
La Tanatología es la ciencia de la muerte y sus manifestaciones. Gira alrededor del
enfermo terminal y se basa en las descripciones y observaciones que sobre él se realizan
para ofrecer un diagnóstico y mediante éste, determinar las acciones a seguir (Kubler,
1972).
El concepto y definición de la muerte según Potter (1971) y Gutiérrez (2006) ha
variado a través del tiempo de acuerdo con la cultura, la religión y el pensamiento
predominante de cada pueblo y de cada época, con la creencia o no, de la vida después de
la muerte, que conlleva la esperanza de una vida cuando la estancia terrenal haya llegado
a su fin.
Dans (1979) refiere, que la muerte como disolución de la unidad organizacional y
funcional que compone a un individuo en realidad es un proceso, por lo que no se sabe
cuándo comienza hasta que el proceso ha terminado.
En la actualidad, el término Tanatología (según el diccionario Wikipedia) no se
circunscribe al hecho fatídico, sino a la serie de circunstancias que rodean la muerte de
un ser humano, por lo que se considera como una disciplina que estudia el fenómeno de
la muerte en los seres humanos y está enfocada a establecer entre el enfermo en tránsito
de muerte, su familia y el personal médico que lo atiende, un lazo de confianza, esperanza
y buenos cuidados, que ayuden al enfermo a morir con dignidad.
En el año de 1991 la Dra. Elizabeth Kübler Ross describe los fenómenos psicológicos
que acompañan a los enfermos en fase terminal durante el proceso de muerte y define a
la Tanatología como una instancia de atención a los moribundos, por lo que se le
considera la fundadora de esta ciencia. Es ella a través de su labor, quien hace sentir a los
moribundos miembros útiles y valiosos de la sociedad y para tal fin, crea clínicas cuyo
lema es "ayudar a los enfermos en fase terminal a vivir gratamente, sin dolor y respetando
sus exigencias éticas"
CAMPOS DE APLICACIÓN
Los objetivos de la Tanatología se centran en la calidad de vida del enfermo, señalando
que se deben evitar tanto la prolongación innecesaria de la vida como su acortamiento
deliberado. Es decir, deben de propiciar una "Muerte Adecuada" misma que se puede
definir como aquella en la que hay:
-Ausencia de sufrimiento
-Persistencia de las relaciones significativas del enfermo
-Intervalo permisible y aceptable para el dolor
-Alivio de los conflictos
-Ejercicio de opciones y oportunidades factibles para el enfermo
-Creencia del enfermo en la oportunidad
-Consumación en la medida de lo posible de los deseos predominantes y de los Instintivos
del enfermo.
-Comprensión del enfermo de las limitaciones físicas que sufre
Todos los puntos mencionados, será dentro del marco del ideal y del ego del paciente.
De esta manera se entiende que el deber de la tanatología como rama de la medicina
consiste, en facilitar toda la gama de cuidados paliativos terminales y ayudar a la familia
del enfermo a sobrellevar y elaborar el duelo producido por la muerte.
Según lo anterior, la Tanatología es una disciplina amplia y muy difícil de abordar por
las múltiples facetas y diversos campos de análisis que se interrelacionan. Por ejemplo:
El aspecto biológico prácticamente invariante, los diversos modelos culturales y
personales del morir, las creencias y rituales, los aspectos sociales que configuran en
nuestra civilización una cultura de evitación de la muerte, reafirmada ésta, en los debates
sobre el derecho a una muerte digna, misma que no buscan otra cosa más que repensar y
resimbolizar lo que se ha querido llamar la muerte adecuada.
Examinar la muerte, como examinar la vida, requiere la escucha y la lectura de una
pluralidad de discursos. Cada uno de ellos tiene un contexto de validez y un ámbito de
aplicación. Sin embargo, es posible que no estemos en condiciones de comprender
muchos de esos discursos, pero esto no quiere decir que por el sólo hecho de no
comprender no existan o no sean realidades.
El lenguaje del moribundo es caótico y obliga a quienes se especializan en esa
disciplina a colocar el caos dentro del orden. Pero colocar el caos dentro del orden no
significa ordenar el caos sino respetarlo y acomodarlo, lo que nos remite a uno de los
puntos fundamentales que tiene que ver con el misterio de la vida y de la muerte y es la
humildad frente a lo desconocido.
El objetivo de la Tanatología es ayudar al hombre en aquello a lo que tiene como
derecho primario y fundamental: Morir con dignidad, plena aceptación de la muerte y
total paz. Centeno en el año de 1999 definió al paciente terminal por tener:
-Presencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable.
-Falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento específico.
-Presencia de numerosos problemas o síntomas intensos, múltiples, multifactoriales y
cambiantes.
-Gran impacto emocional en el paciente, su familia y el equipo terapéutico, muy
relacionado con la presencia explícita o no, de la muerte.
Con respecto al paciente terminal, la Dra. Kubler Ross en 1994 describió las diferentes
fases por las que pasa este paciente creando el denominado Modelo Escalonado de Kubler
Ross, el cual consiste en lo siguiente:
• Fase de negación.
La negación de una verdad desconcertante tiene una importante función protectora, es
una defensa provisional que más tarde es sustituida por una aceptación parcial. Esta etapa,
es especialmente fuerte cuando la gravedad del padecimiento se realiza de manera directa
y con escasa sensibilidad o simpatía. La primera reacción del paciente puede ser un estado
de conmoción temporal del que se recuperará gradualmente. Cuando la sensación
empieza a desaparecer y consigue recuperarse, su respuesta habitual es: no, no puedo ser
yo”. Es casi imposible reconocer que tenemos que afrontar la muerte.
• Fase de ira.
El paciente llega al conocimiento de que es a él a quien le toca morir y a nadie más. Se
llena de sentimientos de irritación, envidia, amargura y siempre se pregunta ¿Por qué yo?.
En estas circunstancias, el médico debe hacerle entender, que efectivamente es cruel el
tener que morir mientras otros continúan viviendo y que por lo tanto, su reacción es
profundamente comprensible. En contraste con la fase de negación, esta fase es muy
difícil de afrontar para la familia y el personal y se debe a que la ira se desplaza en todas
direcciones y se proyecta contra lo que les rodea, a veces casi al azar.
• Fase de pacto.
Esta tercera fase es menos conocida pero igualmente útil para el paciente, en ella el
enfermo ya no desea vivir largos años, sino que espera vivir para cumplir ciertos objetivos
temporales (volver a ver un hijo, participar de una fiesta). Para ello, muchas veces está
dispuesto a una serie de contraprestaciones:
observación del tratamiento médico, rezos o asistencia a oficios religiosos, etc. Es
importante que el tanatólogo identifique esta fase, para librar al enfermo de sus temores
irracionales de castigo si no cumple con lo prometido.
• Fase de depresión.
El paciente reconoce que ya no puede seguir negando su enfermedad ni puede dilatar la
llegada de la muerte. Su insensibilidad o estoicismo, su ira y su rabia, serán pronto
sustituidos por una gran sensación de perdida. Es una especie de luto anticipado, del que
brota una buena disposición para asumir la propia muerte y morir sereno. Los
profesionales pueden ayudarlo, brindando un marco adecuado para que el enfermo
resuelva problemas personales pendientes, como son: reconciliaciones, previsiones
financieras para su esposa, división de bienes o cuidado de sus hijos, etc.
• Fase de aceptación.
No hay que confundirse y creer que la aceptación es una fase feliz. Casi siempre está
desprovista de sentimientos, es como si el dolor hubiera desaparecido, la lucha hubiera
terminado y llegara el momento del “descanso final antes del largo viaje”. Muchas
personas se retraen lentamente del mundo que los rodea y aumenta su necesidad de
descanso. A menudo muestran una singular expresión de serenidad y paz llena de
dignidad humana. Si un paciente tuvo tiempo suficiente y se le ayudó en todas las fases
anteriores, llegará a la aceptación de su muerte ya no le deprimirá ni tampoco lo enojará.
No es que se abandone a ella resignadamente sino que existe como una vaciedad de
sentimientos donde se alcanza la tranquilidad, es el descanso final antes del largo viaje.
En este punto se dan grandes momentos de silencio, pero es aquí dónde algunas
comunicaciones están más llenas de sentido, la comunicación pasa de verbal a no verbal.
La esperanza es lo único que generalmente persiste a lo largo de todas las fases anteriores,
especialmente después de la etapa de negación. Hay que tener presente que no se puede
ayudar al paciente terminal de un modo verdaderamente importante, si no se tiene en
cuenta a su familia. Ésta juega un papel importante durante la enfermedad y sus
reacciones contribuirán en la forma que el paciente afronte su proceso.
Otro de los objetivos de la Tanatología, es el apoyo que brinda al ser humano en la
última etapa de la vida: La Vejez. Al observar una curva poblacional humana, se da uno
cuenta que es evidente que esta se dirige cuesta abajo, es decir, que la pirámide
poblacional lentamente se está invirtiendo después de que han transcurrido 30 años, justo
cuando la media humana ya ha logrado reproducirse y para el año 2050 el grupo etário de
70 años y más, será mayor que el resto de ellos.
Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), para el año 2015 habrá 15
millones de adultos mayores y para el 2050 sumarán 42 millones. Esta situación obliga a
enriquecer las políticas asistenciales.
Los principales objetivos del INAPAM son: proteger, atender, ayudar y orientar a las
personas de la tercera edad, así como conocer y analizar su problemática para encontrar
soluciones adecuadas. Sus esfuerzos los dirige a fomentar la asistencia médica, asesoría
jurídica y opciones de ocupación.
Pero paradójicamente a lo anterior, nuestra cultura generadora de ancianos rechaza la
vejez y sobrevalora la belleza y la juventud. Si para el anciano la muerte alguna vez puede
llegar a ser más un consuelo que una tragedia, para alguien que muere joven, o por lo
menos en su edad madura, suele considerarse una desgracia. La manera en que el adulto
mayor enfrenta a la muerte, está estrechamente ligado con la forma en que le ha
condicionado su cultura, formado su psicología y desarrollado su biología.
Según Ericsson (1997), los ancianos que resuelven la crisis final de integridad frente
a la desesperanza, logran aceptar tanto lo que han hecho con sus vidas como la muerte
inminente. Una manera de cumplir esta resolución es a través de la revisión de la vida.
Las personas que sienten que sus vidas han sido significativas y que se han adaptado a
sus pérdidas pueden ser capaces de enfrentar mejor la muerte. Las pérdidas que pueden
ser especialmente difíciles durante la edad adulta son: la muerte del cónyuge, de un padre
y de un hijo, por las habilidades de adaptación.
Otros objetivos que incluyen la terapéutica tanatológica son los siguientes: Ayudar a
los pacientes que enfrentan pérdidas muy severas como son las amputaciones, los
trasplantes, intentos de suicidio, viudez, cambio de rol, nido vacío, infidelidad,
infertilidad, portadores del VIHSIDA, la perdida de la autoestima, la anorexia, la bulimia,
perdida del trabajo, o de alguna persona cercana afrontando un proceso de duelo.

CUIDADOS PALIATIVOS EN EL ADULTO MAYOR


se enfocan en la disminución de sufrimiento. Al pertenecer a la rama de medicina
paliativa, estos cuidados no tratan de curar el padecimiento, simplemente se encargan de
aliviar algunos síntomas y de orientar a sus cuidadores hacia una procuración responsable
del paciente. Es importante acentuar que, si logra existir una mejora en el paciente o si se
hará uso de un tratamiento, es posible suspender los cuidados paliativos.
De manera general, los cuidados paliativos ayudan a:

• Aliviar el sufrimiento físico, psicosocial y espiritual.


• Mejorar la calidad de vida del paciente que los requiera.
• Reducir las hospitalizaciones innecesarias.
Del mismo modo, estos cuidados pueden llevarse a cabo en casa, centros de salud,
hospitales y algunos centros para enfermos terminales. La mayoría de estos cuidados son
prestados por muchos profesionales sanitarios y voluntarios.
Los agentes que se encargan de ofrecer y llevar a cabo los cuidados paliativos son
especialistas en el campo y algunos practicantes de cuidados médicos, los cuales se han
capacitado y cuentan con una certificación para prestar estos servicios.

• Doctores.
• Enfermeras.
• Dietéticos.
• Farmacéuticos.
• Psicólogos.
• Trabajadores sociales.
Habitualmente los especialistas trabajan en conjunto para ofrecer un mejor servicio de los
cuidados paliativos.
La atención para pacientes terminales usualmente se indica en los últimos seis meses
de vida a diferencia de los cuidados paliativos que se encargan de atender a pacientes que,
a pesar de tener una enfermedad crónica, mortal o incurable, no han sido diagnosticados
como pacientes terminales.
Dentro de los cuidados paliativos tenemos de manera general dado que cada situación o
enfermedad requiere de un cuidado especializado, están:

- Trato afectuoso con el enfermo buscando su bienestar contribuyendo en un buen


vivir aun en los últimos días de vida.
- Técnicas de relajación.
- Apoyo emocional y espiritual.
- Medicamentos a tiempo
- Movilización
- Alimentación adecuada y en horarios correspondientes
- Salud bucodental
- Revisión médica periódica y programada
- vigilancia a través de exámenes de laboratorio

También podría gustarte