Está en la página 1de 137

0

“VOLVIENDO A CASA”
La Travesía De Un Pájaro

(Pablo Barrios)

Editorial “Grafica América”

1
Índice:

1)- Titulo: Pagina 1

2)- Índice: Pagina 2

3)- Introducción: Pagina 3 al 15

2)- Presentación: Pagina 16 al 18

3)- Cap. I (Solo Por Unos Chicles): Pagina 19 al 30

4)- Cap. II (Herencias De Un Niño Hombre): Pagina 31 al 49

5)- Cap. III (Cuando al Dolor Se Lo Lleva El Agua): Pagina 50 al 56

6)- Cap. IV (El Oficio Sorpresivo): Pagina 57 al 61

7)- Cap. V (El Vuelo Del Pájaro): Pagina 62 al 71

8)- Cap. VI (Un Mundo Diferente): Pagina 72 al 84

9)- Cap. VII (Lejanía Es Desarraigo): Pagina 85 al 99

10)- Cap. VIII (Sin Sabores de Un Logro): Pagina 100 al 106

11)- Cap. IX (Tan Cerca, Pero Tan Lejos): Pagina 107 al 115

12)- Cap. X (Volver es Igual a Partir): Pagina 116 al 119

2
Introducción:

Entre tantos vaivenes de alguna premeditada historia pueblerina, a

menudo se asemejan en marcadas similitudes en cuanto a detalles de la

panorámica única de un frondoso paisaje de un incomparable litoral, que

es sin dudas, orgullo Argento por cualidad. En remembranza zonal, la

presente historia nos relatara el estilo y las vivencias de los

parsimoniosos pero no menos cordiales moradores del ese postergado

extremo norte de nuestro siempre acogedor País, quedando al descubierto

tan diversas como innumerables aventuras, con la autenticidad

caracterizada de un residente, cuya pretensión es sencillamente sindicar

valores y vivencias de ese estilo de vida, quedan así todos invitados a

transportamos en el tiempo a través de esta obra titulada “VOLVIENDO

A CASA (La Travesía de un Pájaro)” , entusiasta narración, editada con

total peculiaridad, encarnando al autor, originario de un humilde pero a

la vez vistoso barrio, envidia de cualquiera que ignore esos paisajes, si, es

el barrio “El Porteño Norte”, de la siempre cálida y hospitalaria tierra

Clorindense, lejana latitud Formoseña, plena frontera con el Paraguay,

3
más unida que separada por el rio Pilcomayo, ensimismada con el País

hermano, apenas surcado el puente internacional San Ignacio de Loyola,

nos espera el puerto Falcón ,ancla de la heroica e histórica Nanawa,

cuyas valientes y legendarias leyendas quedaron grabadas por siempre

en esa roja tierra , hazañas eternizadas cuan papiros a través de los

tiempos , pero bien, estamos aquí , en “Clorinda” ...la flor de Noroeste,

mencionada casi con euforia por el autor, con sentido de pertenencia

plena, cuna que lo vio nacer y crecer hasta los 19 años de edad, según

relata, cobijado por la gran madre norteña: “el Pilcomayo,” Sintiendo

desde muy temprana edad, la plena inspiración y apego tradicionalistas,

arraigado a las costumbres y al modus vivendis de sus coterráneos

ribereños, pre denominados “hijos del Pilcomayo”, rio que fuera

bautizado con ese nombre por los Aborígenes Guaraníes y Quechuas,

como “Rio de Los Pájaros”, mítico poseedor de tantísimas leyendas,

ufanas de misticismos, como no mencionar caracteres innatos de

mentadas obras literarias, que inspiradas por el embrujo del séptimo hijo

varón ...convertido en “Lobizón”, que sale a hacer estragos los viernes a

medianoche y con luna llena, como no quedar cautivos a la media siesta

4
con el encanto único de ese duende mielero que es el “Yacy Yatere”, o

temerosos en las sombras nocturnas ante la presencia macabra del lanudo

“Pombero”, narraciones ...leyendas inolvidables, pero créanme, que la

presente historia, a pesar de transcurrir casi en el mismo hábitat, es

diferente por cuanto al transporte imaginario temporal y escénico de cada

aventura incluida con cierto apego a esa realidad postergada ya referida.

Denotada pues la necesidad interna del autor,

de expandir los albores de pertenecer, con plena vigencia a las

tradiciones de su pueblo, inicia así su viaje, vuelo ciertamente intrépido

rumbo a lo desconocido, en busca de su propia realidad.

Aquel arriscado alumno ,que cursara el nivel

de educación primaria, en la Escuela de Frontera Nº 9 (Dr. Carlos

Saavedra Lamas), lugar que recordaría para siempre, guardando en lo

más recóndito de las memorias, inmortales travesuras entre lápices de

colores , tizas, cuadernos y plasticolas, donde tras cursar desde del 1º al

6º grado y por razones de mero trámite laboral de su padre, se vio

obligado a un súbito cambio de Escuela , asistiendo así de intempestivo a

la Escuela Nº 302 (Almirante Guillermo Brown), del mismo barrio,

5
donde curso el 7º grado, continuando así la suma de inolvidables

compañeros , que posteriormente se convertían algunos en entrañables

amigos ,que quedan en la retina de la memoria de todo aquel que

comprenda que ser buena persona es también no olvidar jamás sus

orígenes. Tras tantos años ,entre amigos y compañeros, quizás también se

han deslizado algunos enrulados amores, de esos que quedaran

petrificados en las sombras de aquel hoy sepulcral salón, de los ya

desgastados pupitres reescritos con tinta de birome ,que talvez

guardaban grabadas unas iniciales borrosas de algún amor platónico .

Paralelamente y como ilustrando esa tan activa niñez, desde los 8 años

de edad y hasta los 15 años, fue asiduo concurrente en calidad de alumno

al Escuadrón 16º de Gendarmería Nacional, situado en el corazón de la

pujante Clorinda, siendo allí , todo un Gendarme Infantil , donde en esa

casi extraña pero a la vez gustosa etapa , adaptado de inmediato a la

disciplina allí pretendida, merced al rigor familiar ya adquirido, sumando

así nuevos valores éticos y caracteres que hacen a diversas reglas de

dignidad, respeto y convivencia en sociedad. Recuerdos ...si solo

recuerdos de caricias de redoblantes, interminables desfiles tácticos y un

6
verde y lejano sueño. Transcurría así el año 1.986 y al fin, llegaba la

incorporación al nivel secundario, en la Escuela Provincial de Nivel

Medio (E.P.N.M.Nº 28) “San Francisco de Asís”, forjando esos 5

arduos años , tan largos pero corto en e tiempo compartido entre tanta

calidez humana ,como lo han sido y serán los incomparables y siempre

bien recordados vigentes compañeros , quienes quedaran eternizados en

el sentimiento, quizás para toda la vida, era aquella vivencia a su vez una

etapa polifacética, que tenían que ver con esa rara comunión entre

estudiar y trabajar para subsistir al mismo tiempo, conforme a las

múltiples necesidades económicas que acechaba a cualquier familia de la

zona , década de cambios políticos radicales del País , pugnaba así

entre Cultivos de chacra, adobes de barro , ladrillos y libros, era el día a

día de esa compleja misión, que a menudo hasta parecía imposible, pero

no es así cuando se trata de forjar el sueño de un Clorindense.

Llegaba entonces aquel ansiado y tan festejado

año de egreso, año 1.990, obteniendo al fin el título tan esperado de

“Bachiller con Orientación en Comercio Exterior”, convirtiendo así, con

7
esta base educativa, el puntapié inicial de un mítico y cuasi legendario

vuelo, allá lejos...fuera de casa.

Se deslizaba plácidamente en el tiempo el año

1.991 , cuando de repente , así como ocurre lo inesperado, surge una

certera posibilidad de proseguir con los estudios y sin dudas ocasiona

aquel partir de inmediato rumbo a la azarosa y siempre impredecible

Buenos Aires , lugar que sin saber, haría mella en ese desconocido

derrotero de nuestro personaje, llegando a esa tierra simplemente

majestuosa como lo es “Buenos Aires”, ama y señora del imperio

Porteño, cuna de magnas historias que marcaron a fuego la patria,

madre de las provincias y Reyna de Sudamérica , obnubilado con tanta

grandeza… el rígido sueño de continuar con un perfeccionamiento

educativo estaba tan vigente como las necesidades que ello deparaba a

futuro , deseoso pero cauteloso a la vez, logrando ingresar a la Escuela de

Oficiales de Gendarmería Nacional, General “Martin Miguel de

Güemes”, situada en Ciudad Evita, partido de La Matanza, del férreo

conurbano Bonaerense, donde los sueños del Centinela de la Patria se

derrumban en a fines del año 1992 , tras un inesperado primer gran

8
revés, deparado por el infortunio del destino, desistiendo dolorosamente

como Cadete, lo que en poco tiempo quedara en el pasado, puesto que

sabido es que para un Clorindense , es inaplicable aquella frase tan

común de cualquier persona : ¡¡No se Puede!! , así fue que, el autor

jamás renuncio a su sueño ,afanoso de demostrar que con esfuerzo y

tenacidad , dedicación y altruismo, todo era posible .

Circulaba ya el año 1.993 y tras haberse

esmerado enormemente, ejerciendo tareas tan singulares y de pésimas

remuneraciones , fundiendo cada moneda ganada con sudor al sueño

especifico pero aun irreal, ingresando al fin a las filas de la prestigiosa

Escuela de Cadetes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires “Juan

Vucetich”, situado en la ciudad de Berazategui, donde tras 2 años de

rigurosa formación táctica, el pájaro migrante, es destacado entre sus

pares por su pasmosa personalidad ,solido a la hora de los duros

entrenamientos físicos estratégicos ,donde además de prestar juramento a

la enseña patria en aquel Instituto en el año 1.994 , logra egresar como

Oficial de la fuerza, ostentando el rango de Oficial Ayudante, promoción

LXI, adquiriendo además en ese periodo el titulo terciario de “Técnico

9
Jurídico Superior Especializado en Ciencias Policiales con Orientación

en Comunicaciones” , realizando paralelamente cursos de avanzada

como “Violencia Familiar”, “Oratoria”, “Lideres para el Cambio de la

Cultura Institucional” ...y otros, iniciando así ,claramente una promisoria

y sumamente rigurosa carrera que es la de comandar incesantemente ,

con lealtad , patriotismo y plena Vocación de Servicio.

Es momento de remarcar con sonoro

énfasis, el inicio de una serie de logros del autor, joven de pocas, pero

palabras e ideas liberales, poseedor de una espléndida carrera profesional

y de marcada cordialidad, quien aseguro que los logros son en realidad,

residuales al esfuerzo diario, podemos apreciar las obtenciones

cronológicas de los siguientes galardones:

Año 1994: Egreso de la Escuela de Policía de la Provincia de Buenos

Aires, Juan Vucetich, “Promoción LXI”, grado Oficial Ayudante

Comando.

Año 1994: Obtención del Título Terciario nivel Educación Superior,

“Técnico Jurídico Superior Especializado en Ciencias Policiales

Orientación Comunicaciones”,

10
Año 1995: Primer destino laboral, tras el egreso de la Escuela de cadetes

de la Policía de la provincia de Buenos Aires “Juan Vucetich”, (Sección

Red Radioeléctrica de General San Martin).

Año 1996: Titulo de Operador analista de de Sistemas SKY COP

(Rastreo Satelital) en Móviles Policiales de Comandos de Patrullas y

Vehículos siniestrados.

Año 1997: Adecuación de destino laboral, migrando al Comando de

Patrullas del Partido de 3 de febrero, localidad Caseros.

Año 1998: Titulo de Radio Operador Restringido, otorgado por la

Comisión Nacional de Comunicaciones (C.N.C.)

Año 1998: Reconocimiento de Honor “Al Mejor Funcionario” , Otorgado

por el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia de Buenos

Aires, ciudad de La Plata-Área Especialidad Comunicaciones.

Año 1999: Reconocimiento de Honor “Acto Destacado en Servicio”,

otorgado por la Jefatura de Policía XII General San Martin.

11
Año 2007: Reconocimiento de Honor curso “Lideres Para el Cambio de

La Cultura Institucional”, otorgado por el Foro de participación

Comunitaria en Seguridad Internacional.

Año 2008: Reconocimiento de Honor “Al Mérito”, otorgado por el

Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia de Buenos Aires,

ciudad de La Plata.

Año 2010: “Medalla de Honor” , otorgado por Asociación de

Comunicadores Sociales de la Provincia de Buenos Aires

(A.D.E.C.O.S.), en merito a acciones operativas en el área.

Año 2011: “Reconocimiento de Honor” ,otorgado por la División

Supervisión Conurbano Norte de Comunicaciones por Ascenso al Grado

de Sub Comisario Sub Escalafón Comando.

Año 2011: “Designado Titular de la Sección Centro de Despacho y

Emergencias 911 de los partidos de General San Martin y 3 de Febrero.

Año 2015: “Ascenso directo al grado de Comisario- sub Escalafón

Comando (Policía de la Provincia de Buenos Aires)

12
Año 2016: “Designado Titular de la Sección Centro de Despacho y

Emergencias 911 de los partidos de Almirante Brown y Esteban

Echeverría (Conurbano Sur)

Año 2016: “Reconocimiento de Honor” a la Labor Policial, otorgado

por La Jefatura Departamental Almirante Brown, localidad Burzaco.

Año 2017: “Designado por segundo periodo, Titular de la Sección Centro

de Despacho y Emergencias 911 de los partidos de General San Martin y

3 de Febrero.

Año 2017: “Reconocimiento de Honor” placa de excelencia Otorgada por

el Foro de Seguridad Ciudadana de la ciudad de Billingurth, partido de

General San Martin.

Año 2018 “Reconocimiento de Honra y Honor”, por el desarrollo de

labores en el partido de general San Martin, otorgado por la Comunidad

de General San Martin.

Año 2018 “Placa de Reconocimiento por tareas en Prevención del

Delito”, Ámbito de la localidad de Villa Lynch, partido de general San

Martin.

13
Año 2018: “Reconocimiento por tareas realizadas al frente de la Sección

Centro de Despacho 911 San Martin, otorgado por la Dirección

Operativa de Comunicaciones, Ministerio de Seguridad, Provincia de

Buenos Aires.

Títulos, Honores y reconocimientos

obtenidos por el autor, tras esa impostergable misión ,voluntariamente

escogida, que representa la digna nobleza de “proteger y servir” , a esa

tan demandante y erosionada sociedad , en ese siempre exigente y hostil

conurbano del vasto territorio Bonaerense, transitando décadas de

servicios en destinos laborales, al frente, con orgullo y lealtad,

Comandando equipos laborales de gran competencia profesional,

marcando siempre los valores éticos y morales en cada accionar .

Con júbilo, ingresemos al ilusionado

mundo de un ciudadano (pájaro), que vivió y migro a lejanas latitudes

para hoy relatarnos lo que hasta hoy no fuera contado con ese don de

pueblerino, con un profundo deseo de paz y armonía entre hermanos,

muy atentamente.

Pablo Barrios

14
En memoria de mi padre: don Ceferino Barrios,

“Que en paz descanses”, Hacedor de Sueños de Mosquitero.

15
Presentación

Si un día me preguntan...¿Quién soy?..., a pesar de poder

responder con una respuesta formateada, de inmediato les contestaría

que soy… ¡¡ un pájaro que migro del norte !!, lo que parecería en

principio , una respuesta tan escueta como quizás irrisoria , pero debo

asegurarles que es más que autentica, a juzgar por su ignoto significado ;

simplemente analizando esa estirpe histórica del rio Pilcomayo (“Rio de

los pájaros”) , que en lengua Quechua significa Pishqu =(Ave),

Mayu=(Rio) o basado en el idioma Guaraní: Araguay = Ara(loro) y

Guay (Rio) (“Rio de los Loros”). Por lo que, como un habitante más de

ese tan caluroso pero no menos cordial barrio Porteño Norte, yo “soy un

ave migrador” , así es, soy aquel que ha navegado los canales de la

historia profunda de ese rio patriarcal que me vio nacer y crecer con sus

marcadas reglas de supervivencia. Mi pueblo se caracterizaba no solo por

los padecimientos constantes que remarcaban los achaques de la pobreza,

sino por la sencilla calidez que brindaban todos los habitantes, allí no

había forma de sentirse visitante de ninguna manera, eran todos muy

16
hospitalarios y a pesar de la escasez de recursos económicos, lo

enmascaraban siempre aprovechando la generosidad natural que brindaba

el legendario rio y las majestuosas selvas que se hallaban rio arriba.

Y si alguien me pidiera que cuente ¿de

dónde vengo?...esbozando una sonrisa tenue y picaresca, que según mi

lunfardo criterio me lo permite, como navegante imaginario de tantas e

inolvidables vivencias que fusionada con la realidad y la naturaleza

litoraleña...le diré , ”Que vengo de allá lejos”...de la siempre apacible

Clorinda, que soy la ecuación venérea de la raza Toba / Guaraní, que

sin pretender ser vanidoso, mi entereza es tan dura como la madera del

Lapacho Colorado, que el don de la palabra es para mí más valioso que

cualquier lingote de oro, que en el amor, mi corazón se vuelve tan dócil

cual capullo del blanco algodón y que la amistad es tan sagrada como los

lazos que une a los hermanos. Entonces será momento de contar los

porqué de la rebelión interna que puede impulsar a un coterráneo a luchar

de forma ferviente y sin jamás claudicar en busca de ese futuro tan

postergado , pero nunca inalcanzable.

17
Las esperanzas de un Clorindense, son

tan innatas, que fluyen como el caudal del afamado Pilcomayo, cuyas

aguas jamás se volverán rio arriba, llevándose consigo mil historias y

leyendas, como así también los sueños de quien pugna, tratando de

marcar un destino, casi siempre...” lejos de casa”.

18
Capitulo ( I )

“Solo por unos Chicles”

19
Entre constantes sorpresas deparadas por

la vida , una mañana de domingo, yo presumo que era día de cobro de

salarios, los vecinos estaban reunidos en casa con gran algarabía ese día ,

y de estar jugando con los hermanos Molina en esa casi abandonada

calle de tierra y arena, quizás para sumarnos a esa alegría nos habían

regalado unas moneditas para que vayamos a comprar unos caramelos,

¡¡Oh!! que regocijo , fuimos todos rápidamente y sin pensarlo , hasta el

Almacén de Don Aquino, solo estaba a ocho cuadras y el siempre nos

vendía más barato, fuimos todos corriendo y descalzos, yo con mis cinco

añitos, siempre me apegaba a Lalo Molina, lo sentía como un protector,

es que era el más grande del grupito, llegamos a ese ya muy conocido

almacén, todos compraron caramelos y chupetines, Lalo me pregunto:

-¡¡Paly, ¿qué querés que te compre?!!-

-¡¡quiero chicles!!- le dije.

le entregue mis dos moneditas de 10 centavos y me compro cuatro de

esos chicles que me encantaban, es que yo, por mi estatura, ni llegaba a

ver las demás delicias que había arriba del mostrador, pero que me

20
importaba, yo tenía cuatro chicles y eso no ocurría muy seguido, estaba

más que contento, fue tanto mi placer que apenas baje los dos altos

escalones del almacén , me senté y con mucha técnica desenvolví un

chicle y empecé a masticarlo con ansias. Pero como ya dije, la vida

depara sorpresas siempre, y al levantar mi cabecita, ellos no estaban, ni

Lalo, ni Benjamina, menos Mirta y Claudio, me preguntaba donde se

metieron…quizás me estaban haciendo una broma…y seguía masticando

mi chicle con mucha calma, pero pasaban los minutos y ellos no venían a

buscarme, ¡¡yo quería irme a casa!!, y despotricaba:

- ¿porque me estarían macaneando así?, ¡¡ya van a ver...esto le cuento a

mama y más de uno, hoy se liga un chancletazo...no se le hace eso al más

chico! -

Pero los minutos se convirtieron ya en

más de dos horas, empezaba a preocuparme, me levanté de aquel escalón

y empecé a caminar con rapidez, camino a casa…, pero solo Dios sabía

que el camino era hacia otro extremo...¡¡Uff!! empezaba a hacer más y

más calor, yo seguía caminando ligerito con mis pies descalzos, pero

ellos no estaban por ningún lado, y pensaba:

21
- ¡¡que malditos!!, ¿cómo pueden hacerme esto, saben que no me gustan

estas cosas? -

empezaba a transpirar, mi jardinerito cuadriculado de tela de jeanz

empezaba a molestarme, el polvoriento camino de arena blanca ya me

quemaba los pies, pero yo seguía caminando y apretando fuertemente mis

chicles, no sea cosa que se me caigan y mama me arranque los pelos de

un tirón, por tonto.

¡¡Por Dios!!...ya no tenía la menor idea

donde estaba, no conocía esas poquitas casas ni esas contadas personas

que pasaban cada tanto, el susto ya se había apoderado de mi sin mucho

trabajo, entonces comencé a correr a la velocidad que me daban mis

piernitas y comencé a gritar llamando a Lalo:

-”¡¡Laloooo...no quiero jugar más…llevame a casa!!”- exigí-

nadie me respondía, seguí mi temeroso camino, ya habían pasados unas

largas seis horas, seguía caminando en medio del sol, ya no se veía a

nadie por ningún lado, solo arboles enormes, raros pájaros y seguramente

algunas alimañas y serpientes que yo no podía ver, pero que por allí

22
estaban escondidos y con ganas atacar a algún chiquito perdido, me

acordaba de las leyendas que mama nos contaba sobre un duende muy

pero muy maldito , el Yacy Yatere, que se llevaba a los chicos

desobedientes que andaban solos por las calles, recordaba y entraba en

pánico y me puse a llorar y seguía reclamándole a Lalo que me lleve a

casa, pero él no me escuchaba, ya tenía mucha sed, no sabía qué hacer,

estaba en medio de la nada misma y muy asustado, mis pequeños pies

descalzos no daban más, pero peor aún, se estaba haciendo tarde, ¡¡Ay!!,

que sería de mi si cae la noche y ya casi voy entrando a la selva, o me

lleva el Yacy Yatere...o El Pombero...o me come algún hambriento

Lobizón, pensaba . Estaba tan cansado y con tanta sed que ya no podía ni

llorar y menos gritar, la garganta más que seca y ya caminaba apenas, el

sol se iba ocultando muy lentamente.

Pero la vida te da sorpresas...cuando

ya no tenía ni fuerzas para caminar lentamente, vi allá a lo lejos del

polvoriento camino, dos figuras, eran dos mujeres, afiné mis ojitos con

sumo interés y dije en voz baja, casi en susurros:

-¡¡no parecen duendes...ni Lobizón¡¡-

23
-¡¡¿Lalo sos vos?!!-dije-

mientras las dos mujeres se acercaban, una se adelantó trotando hacia mí,

me paralice:

-¡¡pero... ¿quién era esa mujer!!-

yo no tenía idea quienes eran, pero cuando la miré a la cara, vi la luz,

ella era muy bonita, su rostro blanco como la arena del camino, cabello

enrulados largos tan negros como como como brillosos, ojos claros y de

muy dulce voz, acaricio mis gorditos cachetes y me dijo:

-¡¡hola bebe!!...¡¡¿dónde vas? -

Le conteste entre sollozos:

-!!voy a casa...pero Lalo no está, nose bien por donde es el camino!!-

ella se rio suavemente y me levanto a upa, me dio unos besos en los

cachetitos y me acaricio el cabello, mientras la otra mujer, era mucho

más grande y traía un bulto grande sobre la cabeza, parecía leña seca,

bajo el bulto y fumando una pipa enorme, me miraba y también me

24
sonreía, tenía los ojos buenos, parecían buenas personas, ella le dice a

quién me tenía a upa:

-¡¡este niñito debe tener sed, dale un poco de agua, lo vamos a llevar a

casa!!-

la encantadora chica me dijo:

-¡¡me llamo Tomasa, no te asustes bebe, te vamos a llevar a tu casa...

¿sabes dónde vivís?!!-

-¡¡allá!!- le respondí, señalándole con mi dedito índice...la selva.

Ella se rio, acaricio mi cabello una vez más, me dio un sorbito de agua y

me dijo:

-¡¡No bebe, allá no vive nadie, es la selva!!- ¿sabes cómo te llamas? -

solo le respondí:

-¡¡si, me llamo Paly!!-

ella continuo:

-¿recordás el nombre de algún hermano?!!-

25
mientras me traía caminando aupado en la cintura, les nombre a mis

hermanos y ella se detuvo, se miran con la señora mayor y le dice:

-¡¡ya sé quién es este niño!!...¡¡es el hermanito de María Eugenia, la

que era mi compañera de Escuela número 9 ...pero, que hace el por

aquí, que misterio Dios!!-

la señora mayor le respondió con voz muy serena:

-¡¡Ah, claro si si, “Tomasa” entonces él es un Barrios, ellos viven muy

lejos de acá, la verdad nose como vino hasta acá este bebe, que

bárbaro!!-

Tomasa parecía encariñarse conmigo, porque no me bajo más y me

seguía hablando mirándome con su angelical rostro, yo estaba encantado,

llegamos a su casa, era un rancho de paja, había muchos árboles y un

perro, ella me mojo la cabeza y me dio más agua, me lavo los piecitos

maltrechos y me dijo:

-¡¡A ver Bebe...¿que tenes en la manito?, mostrame!!.-

26
abrí mi manito derecha y ahí estaban, mis tres chicles, estaban aplastados

y pegados entre sí, por el calor y de lo apretado que los traía para que no

se me caigan, y le dije:

-¡¡podes comer una si querés...mama no me va a decir nada por eso,

total tengo tres!!-

ella solo agarro mis pegoteados chicles de mis sucias manitos y le dice a

la mujer mayor…

-¡¡Mama...vamos a llevarlo a su casa...está muy cansado y asustado,

pobrecito...mira como tiene de lastimado y quemado los piecitos!!-

entonces entendí que eran madre e hija, mientras la mama de Tomasa me

tenía en su regazo, la mire a la cara, ella era ya muy viejecita, tenía

muchas profundas arrugas y tenía como una enorme malformación en el

cuello, lo cual me llamaba la atención, esa abuelita no paraba de fumar y

pincharme suavemente los cachetes con las manos, quizás le recordaba a

algún nieto, por otro lado me costaba comprender porque Tomasa se

estaba secando los ojos con un pañuelo y hablaba entre cortado , ella se

27
volvió a acerar a mi y me levanto otra vez a upa , ya estábamos al salir

para casa.

Fuimos caminando los tres

lentamente, claro que no me desesperaba más corriendo, total iba a upa

y con una hermosa chica, me sentía todo un galán, después de un largo

rato de caminar, al fin comenzaba a familiarizarme con el lugar, faltaban

unas tres cuadras para llegar a casa y paso algo que no me sacaba del

asombro, estaban todos los vecinos reunidos en una esquina ,hablando

entre si como preocupados , estaban Los Molina, los González y hasta

los Bauklot, ¡¡estaban todos!!, mi corazoncito latía tan pero tan fuerte,

que me tapaba la boca con la mano para que no se le ocurra salir, es que

los vecinos solo se juntaban así cuando algo muy grave había pasado.

Mi asombro continuo, cuando todos

ellos al verme, corrían para acariciar mi cabeza, me tocaban por todos

lados y murmuraban continuamente, ¡¡si, es el...es el!!, una vecina

lloraba juntando las manos, agradeciendo a Dios, pero yo no comprendía

absolutamente nada. Tomasa no me bajaba de la cintura, hasta que

finalmente llegamos a casa, acompañado por un puñado de esos vecinos,

28
ahora si, menos entendía porque mama salió corriendo y me abrazo muy

muy fuerte y hasta me dio muchos besitos, ella lloraba como nunca la

había visto y no me bajo por un largo rato, al instante llego papa también

corriendo con cara de asustado y transpirado, solo dijo una palabra:

-¡¡Paly...está bien…!!-

toscamente me acaricio la frente y me trajo un vasito de agua fresca.

Finalmente parecía que a esos vecinos les cambio el humor de golpe,

porque de tan preocupados y exaltados, ahora los veía alegres y riéndose.

Claro está que mi inocente niñez no me permitía entender que todos ellos

estaban buscándome desesperadamente por todos los rincones durante y

todo ese terriblemente caluroso día.

Desde aquella vez, nunca más volví

a ver a Tomasa y su mama (“mis ángeles guardianes”), ella me había

dado un beso y me dijo:

-¡¡Chau Pablito, portate bien!!-

justo que ya empezaba a enamorarme, es que era muy amorosa, pero se

fue con la mama por esa polvorienta calle, ella quedara eternizada en mis

29
recuerdos perpetuos, se lleva consigo mi silencioso e inocente saludo

(“hasta siempre Tomasa...Gracias”).

30
Capitulo ( II )

“Herencias de un niño Hombre”

31
Así como ocurren los imprevistos (“de

repente”). Aquella era una tarde como cualquier otra, en el soleado y

seco ambiente norteño, allí, sentado bajo la frondosa copa del majestuoso

Guayacán, meditaba , como tantas otras veces sobre lo inmenso y

misterioso de nuestro mundo , albergando tan infinitas condiciones de

vida, que solo basta con mirar levemente en rededor, sin jamás terminar

de comprender los cómo y los porqué de cada forma de pequeñas vidas

en esplendorosas gamas de sonidos y colores, pequeños sub mundos y

mini ecosistemas prácticamente de ensueños , que me transportaban a

concluir de inmediato que la vida es bella, sin lugar a dudas. Allí,

sentado en esa vieja silla de madera ya gastada, con el libro de Biología

II abierto en la página de Fotosíntesis, me surge la idea visceral de que

todos somos, tan solo un granito de arena, si, pequeños componentes de

tan gigantesco cosmos, que maravilla, suspire , y pensaba al tiempo que

intempestivamente siento un cosquilleo casi imperceptible en mi

sombreado brazo, era la posada gimnástica de un “Ñandu i”, que con

singular plasticismo ,colgaba burlona en su invisible y artesanal telaraña,

como en cámara lenta, aterrizaba y recorría velozmente mi brazo

32
izquierdo, quizás buscando algún sustento o tal vez solo se hallaba

explorando aquel territorio aún más colosal para él, ante ese casual

encuentro, me rasgo suavemente la piel, como invitando a este habitante

precoz a retomar su camino. Es así que, una vez más, distraído por este

tipo de panoramas, sin tiempo a retomar mi lectura sobre Fotosíntesis,

apenas levantando la vista y, veo que en vuelo rapaz, poco lineal pero

relampagueante, una colorida “Chicharra Cocora”, que de repente

queda imantada en el tupido follaje de ese maravilloso árbol e

inmediatamente aturde con su resonante chirrido, como si ello fuera su

obligatoria misión, mezcla de alarma sonora y trinos, “que pavor”,

detestado sonido para algunos que por ahí trataban de conciliar alguna

merecida siesta de verano, compañera habitual además en épocas de

Mangos, dueñas selectas de ese sonido tan especial, las chicharras están

siempre distinguidas por su diversidad de maravillosos colores y

chirridos tan únicos como su vuelo, finalmente, yo estime que era una

clara señal de que el repaso de tareas de esa tarde había terminado, y ante

ese bullicioso ambiente , entre pajarillos, chicharras y hasta algunas

ranas, ya cerrando la página del libro, en el umbral de la tarde noche, me

33
incorporo tomando un sorbo de agua fresca de ese húmedo cántaro, que

mama siempre mantenía llena, haciendo un previo paneo visual a ese

típico cielo, suspiraba al ver que merodeaban unas amorfas y grises

nubes, que por cierto hacían sospechar claramente una inminente lluvia,

es que nuestro inestable ambiente así lo permitía.

Oh, que panorama, cuanta

incertidumbre, la lluvia….el rio….y nosotros los ribereños, cuantos

paradigmas, que ansiedad encierra este fenómeno orográfico, que de tan

necesario para cultivos y algunos bebederos para animales, es a su vez

promotor de las más terribles inundaciones temporales, como aquella de

1.983, que de solo recordarlo se entumecen las manos ante el resplandor

de tan desolador sufrimiento...y súbitamente se me resbala y cae el vaso

de agua de mi temblorosa mano, tantas penurias y desazones, momentos

dantescos en las que el hombre llega a comprender que ese sentido de

supervivencia, hará de su esperanza la fuerza necesaria para sobreponerse

a una terminal prueba de fortaleza que obliga a veces la naturaleza ,

todos entonces , estábamos unidos en oración a la patrona del barrio “La

Medalla Milagrosa”. Si, así, recordando sumiso, pensativo y con un

34
nudo en la garganta, ya con los primeros vestigios de la mítica noche,

rubricada en forma punzante por los primeros certeros pinchazos de esos

molestos e intrépidos mosquitos, compañero indeseable pero inseparable

de la implacable oscuridad. Como siempre y de repente, irrumpe tajante

la aguda voz de mama, casi ordenando ,pero con cariño ¡¡a cenar!!, con

ese carisma ciertamente original de todas las madres, esperada frase por

los 7 integrantes de mi humilde familia, ese día tocaba comer las

empanadas caseras, que aún estaban calientes y habría que saborearla

con una porción de esa humeante mandioca, cultivada en la original

chacra familiar que teníamos a un kilómetro de distancia, casi llegando a

la Estancia “Raul Cue” (era un enorme casco abandonado en medio de

unos 10 kilómetros a la redonda , era tierra fértil y colorada, muy de vez

en cuando aparecía algún dueño con algún trunco proyecto de siembra,

esa estancia abandonada ya era parte de nuestro barrio), así, entre

sabores , risotadas y conversaciones sueltas y de poco eje entre mis

hermanos, ya pensando en las próximas tareas de nuestro día a día, que

por cierto arrancaran como era habitual, a las cinco de la mañana, en la

ladrilleria, pequeña obra que fuera pre armada por Papa, como una

35
suerte de improvisado micro emprendimiento, nos convertimos en

orgullosos y a la vez humildes artesanos, en verdad las tareas diarias en

la obra demandaba un esfuerzo más que faraónico, pero realizado con

afán y esmero, a sabiendas de que lo producido era para amenguar la

siempre paupérrima economía en la que irreparablemente estábamos

sumergidos, tal vez sin darnos cuenta, vaya inocencia, ahí estaba el…mi

Papa…a quien yo llamaría el “hacedor de sueños de mosquiteros”, y ya

sabrán el porqué, él era el primero en erguirse a las cuatro de la mañana

de todos los días, anticipando las arduas jornadas de la semana ,de

manera infalible, sin aceptar ningún concepto de miseria o dejadez como

forma de vida , Papa era fuerte , un auténtico luchador de la vida , de un

lenguaje tosco, leve pero amigable , “Guaraní” por descendencia al

igual que Mama, ambos , en los albores de una presionada adolescencia

en su Paraguay natal, azotado por una reciente y cruel guerra que había

pulverizado aquel País, no habían tenido más opción que cruzar la

frontera casi indivisible con nuestro país, y aquí se quedaron...radicados

para siempre, forjando sus destinos con espinosos desafíos y

mimetizados a la cruda realidad de los por entonces inhóspitos ribereños

36
y que sería a la postre sin saberlo, la simiente de mi sendero de

esperanzas , emparejada por un anhelo personal que sería inquebrantable.

Mi familia estaba compuesta por papa,

mama y mis cuatro hermanos, Claudio era mi compañero inseparable de

travesuras ,siempre tenaz y predispuesto, yo admiraba de el su astucia

para escabullirse en momentos que mama estallaba en rezongos por

alguna diablura que alguno de los cinco había consumado y que con

seguridad terminaría en algún que otro chancletazo correctivo ,

chancletazo que si me tocaba a mí , lo escandalizaba con un certero

llanto, como un gran actor simulándose ultimado de un balazo, pero en el

fondo me causaba mucha gracia, claro que, sabía que eso enfurecía más

los ánimos de mama, que remataba su acto correctivo con un tironcito de

pelos, pero todo ello era pasajero, solo duraba unos minutos, quizás

horas, Mirta en cambio era muy callada y religiosa, con decir que era la

única que cada domingo concurría a la misa en la capilla Medalla

Milagrosa, de nuestro barrio, y vaya que había porque rezar y lo que era

más valioso aun para mí, es que ella era la que nos cocinaba cuando

mama viajaba por unos meses a Buenos Aires, a visitar mis hermanos

37
mayores que vivían en aquella lejanía desde hacía varias décadas,

Josefina era siempre malhumorada y siempre dispuesta a cualquier

altercado, que no era más que alguna chiquilinada pasajera ,era muy

aplicada con el barrido del patio y la casa, se sentía su presencia entre la

polvareda que levantaba con esas graciosas escobas que armaba con unos

matorrales , constaba horrores verla reír, quizás era una soñadora, pero

bueno Fabián, en cambio, que era el menor de la casa, lo que significaba

que era el consentido, todos lo querían y lo llamaban “Kito”, como

diminutivo de “chiquito”, pero este pequeño demonio , tenía el arte de

enfurecer a papa, endilgando algunas fechorías a los demás hermanos ,

no nos gustaba que papa se enojara, porque ese cinto de cuero dolía y

ardía tras impactar en la espalda, “ay” en que líos nos metía este enano y

sus ardides, en cambio yo, al que de niñito llamaban “Paly”, nose porque,

por ahí era por mi único nombre , yo sabía que me catalogaban como

aburrido y come libros,. Jajá...come libros yo, pensaba para mis adentros,

solo porque me encantaba leer, pero lo cierto es que de momento , lo

único que yo quería por entonces era comer esos “coquitos” que colgaba

en una bolsa arpillera en lo más alto del techo, bolsa que ningún ser

38
viviente de la casa podía tocar hasta que mama así lo disponga y nos lo

reparta en su debido tiempo...no me importaba...total, yo era obediente y

sabia esperar.

En fin, había transcurrido ya la

medianoche , cuando comenzaron a sentirse las primeras enormes gotas

de agua que impactaban de lleno el techo de chapas de Zinc, sonidos que

de a poco se convierten en un clamoroso redoblante de tambores , si ,

finalmente la lluvia llego, las goteras volvieron a mojar los colchones y

las sabanas de Mirta y Josefina, otra vez filtraba agua en las paredes de

ladrillo y barro, las gallinas montadas en el Yukeri , estaban paralizadas

y totalmente mojadas, estaban más que acostumbradas a los embates de

las inclemencias, la tensión palpable y se apoderaba de todos , Mama

imploraba en susurros ,rosario en mano, pidiendo que la lluvia no derive

en alguna tormenta, era pues la única cosa ,que yo sabía y al que papa le

temía, ante la amenaza ,él ya había hecho hasta la (Cruz con el Hacha)

en el patio detrás de casa, el temor era entendible, nuestro rancho era por

demás precario e inseguro, las paredes ni el techo resistirían tanto, llovía

cada vez más copiosamente , pero por suerte esa tormenta no llego, muy

39
de a poco, el amanecer asomaba con esos habituales conciertos de

sonidos tan agudos como inigualables, múltiples croadas de los

habituales “Ju´i” y “Cururú”, chirridos de grillos ,trinares de pajaritos,

las gallinas al fin podían bajar del Yukeri, casi temerosas, el enorme

cerdo de mama, gruñía feliz en el patio barroso, había amanecido y la

vida se manifestaba a pleno!!…, entonces salí al patio , habían sonidos de

insectos que estaban en todos los sectores, prácticamente invisibles entre

pastizales y sinuosas zanjas, pero allí estaban, como alentando aquel

peculiar amanecer , despavoridas Golondrinas que posaban de un árbol

a otro como celebrando un acontecimiento único, amigados con los

vuelos demostrativos rasantes y vanidosos de algún Jakavere o del

planeamientos perfecto de altitud y soberbia de los infaltables

(Taguato), que desde lo alto ,seguramente haya avistado algún exquisito

caracol, y allí estaba yo , empuñando ya ese jarro de café caliente que

mama había preparado de inmediato en esa vieja y ya cenicienta paba ,

tras el último y placentero trago, sentía el llamado materno del misterioso

del Pilcomayo, era una cita magnética ,en especial para los días post

lluvia, empujado por la activa tenacidad de Claudio, que exhibía

40
orgulloso una lata de tomates llena de lombrices para carnada, que como

buen previsor lo tenía preparado desde hace dos días atrás, por lo que

bastaban solo dos palabras y con muecas de sonrisas cómplices,

encaramos hacia el enriscado pero propio puerto, y ya de un salto

…estábamos en esa rustica canoa de madera , nos acompañaba Kiño , el

no necesitaba ninguna invitación (ya que era de la familia amiga de Los

Molina), vivían a unos pocos metros de casa y estábamos hermanados

desde siempre, al igual que sus otros ocho hermanos, todos ellos eran

prácticamente nuestros hermanos; pero la aventura de ese día estaba

echada y así ,rápidamente zarpamos remando corriente arriba, no era

fácil afrontar esa férrea correntada, pero …¡¡Oh!! Cuanta alegría!!,

cuanto espíritu de competencia prometía con su constante alegría “Kiño”

, su humor era incesante, esa mañana se vería claramente cuál de los tres

sería el mejor y más veloz en ese ejercicio tan característico que es el

remar contra corriente, las turbias y revueltas aguas estaban realmente

bravías y arrastraba todo a su paso, la competencia que por lo general

terminaba en sendas carcajadas, eran incontenibles las continuas burlas

interactivas , quizás poco comprendidos por otros ocasionales

41
pescadores, que al pasar , tan solo miraban como tres adolescentes reían

yendo rio arriba, éramos ágiles como esos esquivos colibrís que se veían

alegres libando flores de guayabas en las orillas, nos turnábamos con los

remos y me tocaba a mí, mientras iba desprendiendo de mis dedos una

malintencionada gomera ,comencé a remar y al cabo de unos minutos

,ya extenuado , les pido que amarren el bote , y allí nos varamos en una

mata firme pero flameante camalotal arraigado al sinuoso barranco de la

orilla Paraguaya, era la conocida curva de Don Raúl Cue, que por

ubicación amojonada y de aguas más profundas, era el lugar elegido para

comenzar a jugar un poco enserio, con un dibujado pero poco creíble

silencio, era hora de ver quien pescaba el Armado más panzón o la

Boga más grande , claro siempre que las hambrientas pirañas así lo

permitieran y no devoraran nuestras carnadas como golosina, o peor aún

,que cortasen de un mordisco alguna de las tanzas de Don Molina , que

tan amablemente nos prestó (estaríamos en líos), estaba claro que

prácticamente idolatramos a ese hombre, era el papa de Kiño, no

queríamos darle algún disgusto al “genio del barrilete” ,al quien creo

que un día deberíamos pedirle disculpas, tenía con nosotros una

42
paciencia digna de un Monge, siempre estaba disponible para soportar

nuestros pueriles y obstinados pedidos, no le importaba mucho llegar

cansado del trabajo habitual en el centro de Clorinda, primero escuchaba

nuestras justificaciones, tales como:

-¡¡qué lindo viento sopla hoy!!-.. o

-¡¡en la otra cuadra, remontaron un hermoso barrilete de papeles de

colores!!-

Naturalmente (el genio), con su mate amargo en mano, comprendía el

mensaje subliminal y cuales eran nuestras intenciones, mientras

succionaba la caliente bombilla y nos miraba de a uno con cierto

sarcasmo, caminaba muy lentamente y nos proponía una vez más:

-¡¡si se van a portar bien, y se van a quedar quietecitos mientras yo armo

un barrilete de papel ...van a tener uno para remontar!!-

Obviamente ante tan ansiada respuesta lo vitoreamos al unísono y

seguiríamos pegados a el hasta que termine su bendito arte...sus barriletes

eran tan radiantemente perfectos como únicos, sabíamos que sería el

43
mejor de muchas cuadras del barrio y lo remontaríamos entre todos, tan

pero tan alto para que todos sepan que nosotros teníamos...al genio.

Pero bueno, sus tanzas estaban a salvo, y

ahora era hora de ver quién era el afortunado que pescaba una Boga , con

carnada de carne de un Caracol lagunero, o el gordo Armado con

lombrices, ya los sedales manuales tensos ,copando la canoa a proa y

popa, inquietaba el bote la fuerza de la correntada, se sentían los

primeros manotazos de tanza y revoleos de cañas fallidos, que de

inmediato se convertían en exclamados improperios , y así , entre

manotazos, cambios de carnada, risotadas y pasajeros enojos contra las

atrevidas pirañas que se comían las carnadas astutamente, un par de

horas después, era momento de regresar al puerto, obvio que había que

escuchar las burlas del ganador, que molestaba mis remadas rio abajo, es

que, una vez más, el había capturado ese Armado de unos cuatro kilos y

tanto yo como kiño, apenas cuatro míseros bagrecitos de insignificante

tamaño. Pero créanme que, poco nos importaba, ya pie tierra en aquel

puerto, la competencia quedaba en el olvido, llegamos a casa con los

peces capturados ya limpios en el mismo rio, que serán cocinados por

44
mama en esa cacerola con bordes de capa de hollín, que debe albergar

añares de historias de cocina y manifiestas miserias.

Como todo adolescente, los tres teníamos

ese espíritu aventurero único que nos hacía suponer que todo lo

podíamos, por lo que ya casi de inmediato estábamos planeando donde

iríamos la próxima vez, pero bueno hoy es domingo y teníamos

pendiente arreglar esa maltratada pelota de cuero que se rompió la

semana pasada, siempre lo mismo, yo tenía la única pelota de cuero,

pero apenas se pinchaba y no había voluntario que ayude a

emparchar...”caramba, que fastidio”...dije, y a pesar de que con mirarnos

unos a otros sabíamos que íbamos una vez más a atosigar al pobre de

Don Lucio, nuestra siempre querida pelota de cuero estaba rota , no

tanto por vieja sino por el desgaste tras las patadas que soportaba , yo era

el más tímido y además dueño de la pelota y no quería volver a molestar

una vez más a Don Lucio, temía que ese buen hombre un día pierda su

amabilidad y nos grite improperios, recordando partes íntimas de

nuestras hermanas, lo bueno es que, si se mantiene el sol, la canchita de

futbol se va a secar, eso sería un deseo concedido por Kirito ,sí señor,

45
habrá pleno futbol , ah y ahora si, en ese punto , al ánimo de competir se

sumaba el deseo de demostrar que éramos mejores jugadores que

cualquiera que aparezca de algún otro barrio.

Ciertamente, que hablando de futbol,

generaba tanta la pasión, que en verdad sentíamos como jugar una final

del mundo en cada cotejo, como olvidar esas piruetas que nos era innatas

desde la infancia, entre caricias de trompos y barriletes, la preferencia se

tildaba siempre en la redonda amiga, la pelota, infaltable compañera de

los fines de semana entre amigos, nos sentíamos tan locales en esa

cancha que KA’I cuidaba con tanto cariño, él no era solo apreciado por

ser parte de mi familia sino por su don de buena persona, es como

aquellas pocas personas que genera algo “mágico” , era querido por

todos, siempre lleno de algarabía y espontaneidad, personaje único e

infaltable en nuestro barrio.

Muy poco nos importaba si perdíamos

una competencia, total...nos sabíamos soñadores, creyendo fielmente ser

desde ese áspero Capitán Alemán (Beckenbauer) , hasta el entonces

magistral e imparable Maradona o quizás estar convencidos de poseer

46
esa astucia goleadora del gran Romario, cuanta inocencia, que

imaginativos, sencillamente la realidad del atardecer , por ahora nos

sentaba paralizado rodeando en semicírculo a Don Lucio, especie de

Tabú, único en reponernos la ilusión reparando nuestro único balón.

Ya la cancha comenzaba a llenarse de

curiosos vecinos, que eran típicos críticos relatores de cada jugada, y

entre las risas de Kiño y algún enojo pasajero de Lalo, que a la hora de

jugar, era sin dudas el mejor de nuestro entusiasta equipo, Isidro como

era el mayor, nos arengaba o regañaba por tratar de sacar lo mejor de

cada uno de nosotros y así jugábamos a ser campeones...solo éramos eso

...unos pequeño e ilusos soñadores.

Así terminaba un clásico fin de semana,

hermoso remanso de recuerdos, todo parecía acabarse el día domingo a

la noche, yo me percataba de ello al cerrar mi manoseada carpeta de

matemáticas, tras un seco soplido , apagando el pabilo de esa vela ,que

era el único halo de luz entre la oscuridad y yo, había que dormir ,

aunque a veces costaba conciliar el sueño nocturno por los chirridos de

un prepotente Ki Yu, accidental serenatero de la inefable oscuridad, a la

47
vez respiraba con hondo alivio ,una vez extendido mi mosquitero blanco

de tela paraguaya, era impenetrable a las aspiraciones de esos punzantes

mosquitos, así amanecía y tras otro caliente jarro de café, ya estábamos

nuevamente en la ladrilleria, entre barro, adobes y un viejo y mañoso

burro, que lentamente giraba la tina de barro, también convertido en

desdichada víctima de nuestra marcada miseria, es que sin saberlo,

librábamos nuestra más dura batalla a la vida, es así la ardua lucha de un

ribereño, aquello era un constante esfuerzo y transpiración, hidratada de

inmediato con el infaltable y helado Terere , compañía indispensable

del ladrillero, para atenuar esos penetrantes 40 y pico de grados de sumo

calor seco, pero allí permanecíamos estoicos y luchadores, a las diez de

la mañana ,mama siempre nos alimentaba con lo que tenía a su alcance,

desde un pedazo de queso con mortadela, una tortilla o una ensalada de

bofe, lo que sea...era bienvenido. Así como todos los días, desde las

cinco de la mañana (casi oscuras horas) y hasta las doce del mediodía,

con firmeza , dejábamos lo mejores adobes de barro, pero a la par y

paradójicamente ,debíamos estudiar a las corridas, tras remojarnos en el

rio, ya estábamos montados en las viejas bicicletas yendo al colegio

48
secundario ,en verdad poco importaba si la barrera de lodo estaba seca o

empantanada, estábamos muy adaptados, esa enorme barrera de unos

cuatro metros de altura ,que en la década de los 80’ fuera materializado

por el Municipio como protección ante las inminentes crecidas del rio

Pilcomayo y el Riacho Porteñito, el material era de lodo puro ,en razón

de que era un material más resistente a la incesante masa de líquido que

debería soportar, pero lo cierto es que de poco sirvió, la obra que en si

cubría todo el borde del barrio Porteño Norte, formando una suerte de

cadena montañosa artificial, cuando la naturaleza entraba en acción no

había barrera de contención posible que resistiera ,como en la recordada

1983, pero bien, allá íbamos, quizás apenas consientes de cargar un

sueño al hombro, allá va el alumno ladrillero, con herencia de barro,

correntadas de agua , impulsado por la sola sensación de que quizás

algún día poder lidiar el rumbo de su ya natural miseria económica ,solo

tal vez , podría contra su anodina historia, por ahora resumida entre agua

y barro.

49
Capitulo ( III )

“Cuando al Dolor se lo Lleva el Agua”

50
Aquel lejano horizonte, impregnado al

corazón, tanto como el llanto de aquel Carau en el abismal estero, si…el

mismo estero donde mama llenaba nuestro cántaro de agua fresca , a

juzgar por la recóndita chance de ingerir agua mineral, lo que nos

brindaba el estero, era para nosotros un deleite, bastaba con colar el

líquido con un paño de tela e ingerirla , así pues, de cuclillas en la orilla

pantanosa de ese estero, mirando con absoluta gracia, el despojado nado

de unos Yacarés bebes, que haría apenas horas habrían dejado sus

cascarones, era fantástico observarlos, como obnubilado y tras un leve

inclinar de cabeza, ahí sentado y siempre fiel a mi lado estaba

el,…”perrito”, así es, aunque suene quizás un tanto curioso, mi canino

amigo tiene una intrépida historia, que data de aquella terrible crecida

del ‘83, que había dejado todo el Porteño Norte bajo turbias aguas,

nefasto y cruel recuerdo, que regresan a mi memoria, pero como hasta las

desgracias incontenibles traen consigo lo insólito e inesperado ,como

paso en aquella siesta, en la que por completo a la deriva, nos

dejábamos llevar en aquella canoa, asombrados hasta el borde de las

lágrimas, allí íbamos con mi hermano, no hablamos una sola palabra,

51
solo nos mirábamos uno a otro, era un panorama tan tétrico y tenebroso,

que hacía que los remos surquen las aguas cada vez más y más lentos y

de a ratos….solo dejamos nuevamente que la corriente nos arrastre y,

estábamos asustados, aquello era una sola planicie de agua, todo se había

perdido, el agua se lo llevo, por esas cosas del destino, al pasar la vista

por lo que había quedado de nuestra querida Escuela primaria, Escuela de

Frontera N° 9, ¡¡Oh!!...vaya impresión, que choque de emociones tan

despabilantes, y aunque parezca sacado de algún libro de “Julio Verne”,

estábamos “navegando” en los patios de aquella escuela, quien podría

creernos, “Dios”….cuantos recuerdos , el mismo patio donde en el

primer recreo, me sentaba a comer las naranjas peladas que traía de casa,

que simulaban ser “mi golosina”, como olvidar esa caminata desde casa

hasta la Escuela, con ese morral que mama improvisaba cosiendo a

mano, con el resto de tela de una bota manga de algún viejo pantalón que

encontraba por ahí, es imposible olvidar cuando estaba en 6to. grado y no

tenía un pantalón que ponerme, pero papa, con su oficio de padre, le

había dicho a mama:

-¡¡ achicale mi pantalón celeste...total...ese color no me gusta!!-

52
claro que, yo sabía que él no tenía otro pantalón mejor que ese, era todo

para que yo no falte a la Escuela...como olvidar aquella esquela donde la

chica de los ojos claros me dijo un día...que le gustaba… pero todo

aquello, estaban ahora sepultados bajo esas embrolladas aguas.

El silencio y las mutuas miradas eran

nuestros únicos aliados por lo atónito que estábamos ambos, era como

estar congelados en el tiempo y ser pasajeros privilegiados

redescubriendo esos rincones, …que espeluznante, esa Escuela…la

inolvidable sonrisa enrulada del primer amor, las travesuras incontenibles

en el patio y en las aulas, tiza ...pizarrón, parecía oírse aun los gritos

correctivos de la Seño Princesa o la siempre dulce, calma y contenedora

voz de la Seño Rosa…, si, así es, ahí estábamos, recordando o reviviendo

esos….amores….voces…recuerdos tan imborrables , que ahora ,

increíblemente estaban guardados ,como ungidos en las turbias y frías

aguas del Pilcomayo…fue así que…les aseguro…solté los remos y me

senté en el húmedo bote , y ”llore”…, y lloraba en un desconsolado

silencio, delatado por incesantes y tibios lagrimones que mojaban mi

rostro, ante la mirada comprensible de mi acompañante, entendimos allí

53
que era momento de unirse al silencio expectante , solo esas lagrimas

apagaron tanta incomprensión e impotencia ante tan inesperado suceso

natural, que nos transportaba desde las bulliciosas aulas llenas de

alumnos al fantasmal silencio de imborrables recuerdos. Pues así, y

hablando de lo inesperado, intempestivamente, como cortando el aire. se

oyó, desde lo más oscuro de los silencios un …”acentuado llorisqueo de

algún animal” , que ciertamente provenían de un montículo de sillas que

estaban acumuladas en un aula utilizada como una especie de depósito

improvisado, a simple vista era imposible ver de qué animal se trataría,

pero conforme a que nos acercábamos a ese montículo, con la curiosidad

latente entremezclada con una pizca de miedo, más agudos eran los

lloriqueos, eso nos vislumbró, bajamos de aquel bote de un salto certero,

como despertando de un letargo y ya estábamos removiendo con cierto

abrumo esas oxidadas sillas y bancos rotos, hasta que al fin… ¡¡Sii, así

es, y allí estaban!!...eran dos hermosos perritos cachorros, que apenas

podían incorporarse en sus débiles patitas, temblorosas, pero allí estaban,

arriba de una pequeñísima parcela de madera seca, de inmediato y como

si hubiera sido un dejavu instantáneo , sin dudarlo levantamos gustosos

54
en brazos a nuestros nuevos amigos cachorros, caídos también en la

desgracia de esa terrible inundación , que al fin y como sintiéndose

quizás salvados de un seguro final poco feliz, dejaron de llorisquear,

mostrando su alegría con movimientos incesantes de colita y lambetazos

en el rostro, eran tan victimas como todos los pobladores, nuestros

amiguitos estaban muy hambrientos, quizás la madre los haya

abandonado por la misma razón o tal vez habría salido en busca de algún

sustento…y no pudo regresar…, estábamos muy atónitos con los

cachorritos, el que yo había tomado era de color marrón suave con

manchas blancas en el pecho y las cuatro patitas, era una fusión de

colores maravilloso y el de mi hermano era de color negro ,oscuro como

el destino que los había esperado, tenían los ojitos desbordados de

ternura, claro que de a rato olvidamos donde estábamos y más que

felices, regresamos a nuestra ya muy destartalada casa de chapas de

cartón, que papa había construido con esmero, el mismo esmero de un

padre sumido en la desesperación por proteger a los suyos, el estado de

emergencia y caos era total, pero en medio de tanta calamidad y

sufrimiento generalizado, habían hoy dos niños felices llegando a casa

55
…con dos cachorros… , en principio a mama no le agradaba para nada la

idea de tener dos cachorros más que alimentar, pero …ese amor de madre

pudo más y ellos fueron aceptados de inmediato en mi familia… y allí se

quedaron. Fue muy espontaneo cuando llego la hora de ponerle los

correspondientes nombres a los cachorros, ya Claudio bautizo al suyo, y

yo, sin pensar dos veces, quizás por la emoción, al instante se me ocurrió

el nombre y exclame llamándolo “Perrito”, lo que provoco unas

marcadas burlas del entorno, en verdad, mi elección fue poco ingenioso y

hasta a mí me causaba cierta gracia, pero al ser tan poco ingenioso

sonaba como natural…y así le quedo el nombre a mi fiel

amigo…”Perrito”, el mismo que está sentado a mi lado en esa orilla del

misterioso estero, a medida que recordaba , nos miramos

espontáneamente como secuaces intangibles de esa historia, Perrito ya

sumaba varios años perrunos , se reflejaba en su cansina mirada, sin

saber que por esas cuestiones de la vida, esta sería la última vez que nos

veríamos, mi querido canino y fiel amigo.

56
CAPITULO ( IV )

“El Oficio Sorprendente”

57
Entre tantas desazones e imprevistos

latentes, me vino a la memoria aquella mañana, que tenía como tarea

rutinaria, llenar algunas carretilladas de tierra hasta formar un

montículo, era un día domingo tras una copiosa lluvia, no era gran cosa

lo que debía hacer en esa ladrilleria, tal es así que solo me puse unas

ojotas y obvie mis habituales botas de goma para lluvia, esa mañana yo

estaba solo en la obra, apurado por terminar lo antes posible y volverme a

casa, en razón de que no había ese día otra tarea más que esa, iba

cargando la décima carretillada , cuando de un descuido, me clave con

fuerza la súper filosa hoja de la pala en el dedo gordo del pie izquierdo,

me lo arranque totalmente, me asuste tanto, vi tanta sangre ,

automáticamente me tome con las manos , eran dos dedos

ensangrentados, se podían ver los huesos lisamente cortados por esa

maldita pala y fui caminando encorvado...como podía ,hasta llegar a casa,

a unos 200 metros de allí, apenas me vio mama ,todo ensangrentado,

llorando a los gritos despavoridos :

-¡¡Dios mío mi hijo, nooo!!-

58
y papa, que estaba conversando en casa de un vecino, corría velozmente

a casa para ver que ocurría, al verme, trato de mantener la calma, pero en

su rostro yo vi su desesperación, Claudio, que justamente venia de hacer

un mandado de almacén, al oír mis gritos de dolor, viendo a mama

aterrorizada y Papa tratando de calmar los ánimos sin poder simular su

estupor, se abalanzo urgente y me dijo:

-¡¡Paly, dejame ver ese pie!!-

al trote, manoteo y me lo envolvió en una toalla sin decir nada y me

ordeno:

-¡¡subite ya en el portabultos de la bici, te voy a llevar a la Salita de

Primeros Auxilios!!-

mi pierna me temblaba, había perdido ya mucha sangre, y esa mañana,

fue el, quien se disfrazó de héroe ocasional, me llevo en bicicleta hasta

esa Salita, distante a unos 4 kilómetros de casa, allá me recibió con una

parsimonia tibetana, una enfermera, quien lejos de asombrarse, solo me

miro una vez mientras acomodaba unos instrumentos y me dijo:

-¡¡Hola!! y ¡¡sentate!!

59
mientras esta Santa señora me iba desenvolviendo el andrajoso e

improvisado vendaje de toalla, hasta ver mis dos dedos colgando solo de

la piel...pero aun así no se reflejó asombro en su rostro, solo agrego un…

-¡¡quedate quieto, que no pasa nada!!-

y empezó con un trabajo impecable de desinfección, entonces me

pregunto:

- ¿cómo te cortaste los dedos así? -

yo respondí:

-¡¡con una pala Señora!!-, titubeando agregue...-¡¡en el jardín de mi

mama!!-, (honestamente tenia vergüenza de que ella sepa que soy ...un

embarrado ladrillero).

Ella continuo, como consintiendo mis dichos:

-¡¡sí, claro…jardín, bueno...te voy a coser esos dedos, ah... desde ya te

digo que no hay anestesia!! (mientras sacaba de un recipiente, una

enorme aguja).

60
La verdad es que al oír eso, del pavor, yo no sabía si salir corriendo en

una pata o llorar y golpear las paredes, transpiraba y miraba para todos

lados, mientras que ella ya me estaba cociendo esos dedos, en verdad me

dolió y me dolió mucho. Finalmente había terminado su extraordinario

trabajo, me ordeno tajante y en tono militar:

-¡¡ya está ...mañana por la mañana, te quiero acá, así veo como

progresa eso!!-

a lo que solo dije...-¡¡si señora, muchas gracias!!-

Nos volvimos a casa ya mucho

más calmado y continuamos con la vida cotidiana, aquel episodio quizás

había quedado solo como una anécdota como tantas otras, pero las

marcas de aquel puntazo, no solo se grabaron para siempre en mi

píe...sino también en el corazón.

61
Capitulo ( V )

“El Vuelo del Pájaro”

62
Los recuerdos regresan continuamente

hasta para el menos memorioso, en esa placida vecindad, entre

conversaciones de comadres , hoy decir un día a un anciano, que “la

vida era como una ruleta rusa, que todo dependía de la suerte”, frase

que en verdad merecía mi manto de prejuicio, por la sencilla razón de

que no compartía esa definición, para mi entender “nada en la vida es al

azar y que uno es hacedor de su propio destino en base a un esfuerzo”,

claro que mi entendimiento podría ser por demás irritante para esas

personas que con seguridad se me reirían en la cara al saber que solo soy

un adolescente y que nada sabía de la vida, mucho menos del destino.

Aquella comunidad, que, a pesar de las decadencias, era feliz y quizás sin

saberlo.

Cuando yo era niño Papa me había

dicho, al tiempo que me armaba el mosquitero protector, para librarme de

esos hambrientos mosquitos, como cuidando de mi sueño, que llegara un

día en el que yo podre entender que:

-¡¡la vida de un hombre feliz, estará siempre basado en el verdadero

amor de una gran mujer”!!-

63
claro que yo, siendo un niño, no comprendía lo profundo de aquel

mensaje filosofal, por algo era “El hacedor de Sueños de Mosquitero” .

Pero todo pasa, y el paso del tiempo jamás se detiene, hoy aquellos son

no más que historias, quizás atesorados en algunas que otras fotos que

han quedado resguardados en añejos álbumes de recuerdos, la vida en

todas sus tonalidades siempre continua, ciertamente la vida está llena de

continuas sorpresas, de sucesos inesperados y aventuras repentinas que

va nutriendo de experiencias sea cual fuera el modo que se haya elegido

vivir.

Quien sabe , que quizás , tratando de

forjar el destino, en algún momento de mi corta vida, debería marcharme

, alejándome de mi apegada tierra , quizás el destino no estaba marcado

…pero… que paradójico seria …pues, “yo era feliz allí”, pero sin

esperarlo , aquel día llegaría… aquella tarde , en la que papa me estaba

cortando el cabello con mucha paciencia con sus pesadas manos, como

dándole forma a un adobe de barro... me dijo con calmada voz, que “era

momento de hablar de hombre a hombre” …esa tarde, el sol iluminaba

más fuerte mis ojos, no era el mismo de siempre y el aire estaba tan tenso

64
como el sedal con plomada pesada lanzada al rio, en silencio me

estremecí tenuemente por lo que vendrá , ya saben que papa es de muy

pocas palabras y con seguridad tenía algo épico para decirme …y así fue,

¡¡qué momento!! , estábamos ambos sentados en esas sillas crujientes de

maderas gastadas y con faltantes o flojos clavos , frente a frente bajo ese

gigante Guayacán , me extendió su vaso de vino ,al que agradecí con

un... “No, gracias papa”, tras tomarse un buen trago, me dijo:

-¡¡Hijo, hay momentos en la vida en la que un hombre debe tomar

decisiones y que esas decisiones son inevitables, que podrá alegrarte o

no, pero ese momento había llegado a mi puerta!!-

me quede mirándolo sin comprender, ...cómo?, con mis cortos 18 años, y

sin dejarme responder, continúo diciéndome que:

-¡¡Hijo, al nacer , Dios nos da cada uno de nosotros algo que es único,

que jamás vuelve atrás pase lo que pase, algo que no se puede

trasplantar como esas plantitas de lechuga en la chacra , ese algo es el

tiempo, así es hijo , el tiempo, que no conoce ni de sentimientos ni

distancias , el podrá o darte la oportunidad de ser feliz e o volverte un

ogro, solo sabrás si has podido aprovechar ese Don, cuando seas un

65
viejo como yo y te sientes a pensar si has elegido el camino correcto, ese

camino, con seguridad ..no está aquí.!!-

me dijo, como quebrando la voz y me esquivo la mirada (lo conocía más

que bien y sé que murmuraba mil maldiciones por dentro), momento en

que yo me levante, mas no me salía la voz, sentía un dolor en el pecho,

mezcla de tristeza, ansiedad y pena al ver a papa, que era tan fuerte,

como abatido al decirme todo esto, solo di dos pasos y atine a acercarme

y abrazarlo, a ese hombre que de niñito me auxiliaba cuando tenía una

pesadillas y despertaba llorando sumido en pánico y me llevaba aupado a

su cama, palmoteándome la espalda y acariciando mi cabeza hasta que

vuelva a dormir, yo me aferraba tan fuerte a sus piernas hasta que se me

pase el susto...era mi gran protector...así fue este abrazo y él lo sabía

…me tomo del hombro y con una lagrima en sus ojos asintiendo con la

cabeza exclamo suavemente que:

-¡¡la hora de mi partida, había llegado… que el tiempo de hornear

ladrillos, de estar hundido en tinas de barro, de arriar al burro, había

terminado!!-

66
aunque la verdad sea dicha, en este punto debe quedar claro que esa

milenaria actividad que era la Ladrilleria, nos alejaba de una muy posible

vida marginal que era el contrabando, que por entonces fuera como

proyectiles rasantes a la dignidad, que en forma continua apuntaban a

cada morador del Porteño Norte, que a la larga seria la perdición de

cualquiera que no repare su posible destino. y así, papa al fin suspiro

hondo y exclamo con énfasis:

-¡¡Iras a Buenos Aires, con tu hermano Santiago y buscaras un futuro

mejor... lejos de acá, ojalá un día vuelvas!!-

-¡¡Terejo catu!!- sentencio-

Tras esto, el Hacedor de Sueños de

Mosquitero, ya no pudo hablar …y sin que él lo sepa, yo sabía que el

haberme ordenado eso, le dolió hasta el alma. Era una dicotomía

compleja, pues yo jamás me había hecho de la idea de partir, de “volar

de casa”, lejos de todo y de todos, sería un precio muy alto que pagaría

aquel improvisto adolescente, arraigado a su rio, su tierra, amigos de

infancia y todas esas historias únicas que seguramente ¿quedarían

67
sepultadas en la enorme bolsa del pasado?, o ¿será tan solo un

alejamiento, para una experiencia temporal?

Sin saberlo, papa fue una vez más el

pilar que sostuvo mi sed de progreso y me impulso al auto

convencimiento de la búsqueda de aquel trunco y ansiado “futuro mejor,

que allí no estaba”, a pesar de mi difícil edad, siempre fui fiel acatador a

los consejos de papa , que para mí eran tajantes ordenes, y así, a pesar de

no comprender lo lapidario de esa charla, esa tarde …en la que para mí

literalmente el mundo se había paralizado…, quede estático un largo

rato, tan solo lo mire con ojos de vidrio y me fui alejando lentamente, no

había más que decir... , y ahí lo vi , cuando en el alero de la humeante

cocina ,se abrazaron con mama y murmuraban juntos vaya a saber qué

cosas, eran como participes de una difícil decisión, me llene el pecho de

aire y suspire, salí caminando hacia las anchas barreras de lodo reseco ,

donde , parado y mirando fijamente a lo lejos la corriente de las aguas

turbias del rio, me propuse firmemente para mis adentros que …”debía

regresar aquí un día, y volver solo si lograba cumplir algún sueño, ese

68
sueño de ser y no solo de querer”, no podría permitirme decepcionar mi

raíz ni mi cuna de siembras y duros ladrillos”.

Transcurrían esos días ya atípicos para

mí, estaba parado frente al caluroso horizonte, la escuela primaria ya era

solo pasado, con esas historias tan auténticas como únicas, y ya había

superado el vallado afanoso del colegio secundario, superando tantísimos

escollos imborrables , y ciertamente mi partida sería difícil de digerir,

mi corazón quedaría tan pegado a mi terruño, como aquella planta de

(Payagua Lavon) que un día plante, caramba...era tan solo un plantin de

unos 8 centímetros, en verdad eran pocas las esperanzas de que algún día

crezca, pero …paso algo más… algo si se quiere “mágico”, porque ese

día al sembrar esa diminuta planta, así como de imprevisto, me percate

que había un sombra a mis espaldas, que había estado observándome con

detenimiento y silencio, al girar nos miramos a los ojos como

prediciendo algún suceso….si…era mi hermana Gladys, ella era mayor y

así como María, mi otra hermana , estaban ya casadas hace tiempo y

éramos muy buenos vecinos, lo cierto es que Gladys había estado

mirando el momento en que yo había tomado esa plantita de la orilla de

69
un pequeño charco del patio de casa y lo estaba plantando con tal esmero

en el linde de su terreno, pegado al nuestro, es que logre acaparar su

atención …solo me dijo ,con su caracterizada cariñosa voz:

-¡¡Tranquilo Paly, no se secará, algún día se hará un enorme árbol, ya

lo veras!!-

Pero que predicción era esa, pensé, y ella agrego:

-¡¡ Yo te lo voy a cuidar hasta el día que vuelvas de tu, sabes!!-

mi respuesta veloz fue, solo una sonrisa, pues era muy joven como para

comprender ese carnal y afectuoso mensaje de mi querida hermana, yo

adoraba a Gladys, pero también sabía que quizás...nunca pueda volver a

casa.

Pero como toda gran historia …nada es

para siempre, y llego esa mañana de agosto del año ‘91, mi único bolso

en mano, cargado más que nada de ilusiones, me despedía de la familia,

de mis amigos solo estaba el...si, Kiño, con fungidas risas me alentaba

diciéndome:

-¡¡Mucha suerte, vos podes, come libros!!-

70
yo estaba muy pero muy serio, es que no sabía que podría estar

esperándome en la lejana Buenos Aires y eso me preocupaba más de la

cuenta, jamás pude olvidar aquel ultimo abrazo de Papa, ese día, …El

Hacedor de sueños, me dio un beso por primera y última vez, y tan solo

me pidió:

-¡¡Por favor hijo...nunca nos olvides...regresa un día!!-

Pero “vaya”, ante esto, naturalmente yo no pude responder nada, era ya

un cúmulo de emociones que me superaban por completo y me dolía el

estómago, mi garganta cerrada, solo sentí que una lagrima derrapo mis

ojos, deslizándose tenuemente en mi rostro…, solo lo mire, di media

vuelta y bolso en mano, me fui caminando por el reseco camino de

aquella anegada barrera de lodo, el mismo que quizás ...solo quizás ...un

día me vería de regreso.

71
Capitulo ( VI )

“Un Mundo Diferente”

72
Era una tibia tarde de agosto, cuando al

fin estaba en la terminal de ómnibus, estaba tan lleno de ruidosos viajeros

ocasionales como también de vendedores ambulantes que pugnaban

entre si por algún que otro potencial cliente, difícilmente podrían contar

conmigo como tal, mientras el ogro inspector de la empresa de

transporte comenzaba a controlar los boletos de los pasajeros y a la vez

íbamos subiendo a ese transportador de sueños, mi número de asiento era

el 24 y daba prácticamente al fondo de la unidad y del lado del pasillo, yo

imaginaba que por el precio alto de ese boleto, tendría un único asiento,

solo para mí...que desilusión…, pero...es que habíamos tenido que vender

unos 5.000 ladrillos para comprarla, pero bueno, es lo que pasa cuando

uno jamás ha viajado tan lejos, así empezaba mi principio de viaje. Pero

no todo estaba mal, descubrí que al sentarme, esos asientos era muy

cómodos, eran de goma espuma , nada tenían que ver con esas sillas de

madera gastada que teníamos en casa , que rechinaban a cada mínimo

movimiento, esto era placentero y comenzaba a gustarme, el coche

comenzaba a llenarse y de mi acompañante ...aun nada, a mí me parecía

más que perfecto, estaba muy cómodo, hasta me cruce de piernas cual

73
diputado debatiendo ,tome mi desgastado bolso y de adentro saque mi

walkman ,el auricular y un cassette con música de moda, así ya estaba

dispuesto y no me molestaría viajar hasta la Luna. A fin, la unidad

arranco y estábamos al salir de la terminal, me parecía raro que estaba

lleno y mi asiento de acompañante aún estaba sin ese pasajero, salimos y

preferí tratar de no comprender que a cada minuto más me alejaba, como

nunca de mi querida Clorinda, ni siquiera quería mirar las ventanillas,

como lo hacía la mayoría, prefería cerrar los ojos y solo oír mi música.

Cuando apenas pasaron un par de horas y con el coche circulando a gran

velocidad, finalmente y de reojo espié la ventanilla ...y ya no habían ni

casas, ni luces ni gente , solo verde, todo verde , de ambos lados, tupidas

vegetaciones de campo, habíamos ya surcado varios kilómetros, “carajo”

nunca había estado tan lejos de casa, me saque los auriculares y guarde

mi walkman en el bolso, ya el bullicio inicial de todas esas personas

había cesado, solo se escuchaba conversaciones en voz muy baja,

hablaban de negocios, de precios de algunas mercaderías y cosas así...que

en verdad no me interesaban en nada, hasta que la unidad fue

disminuyendo la velocidad hasta parar y estacionar en la reseca acera ,

74
aquella era una parada de micros casi invisible ,solo se escuchaba la voz

del chofer que pedía boleto y vi que una persona con 2 bolsitos se

acercaba cada vez más a mí, si...era mi compañero de asiento, acaso mi

placentero viaje en asiento doble habría terminado, este pasajero

compañero de viaje, era algo peculiar, era un señor entrado en años, casi

un anciano, tenía un sombrero, el cual se sacó , me dijo “buenas

tardes...soy tu compañero”, respondí a su amable saludo y de inmediato

me pare y lo ayude a guardar sus bolsitos en el porta equipajes ,se sentó

lentamente, se acomodó en su asiento y tomo un sorbo de agua fría,

suspiro hondo y me pregunto:

-¡¡para dónde vas hijo?!!-

y mirando su negro sombrero de pana que aún tenía en la mano,

-¡¡Buenos Aires!!- respondí a secas.

el hombre no dijo más que eso y minutos después, hurgando en uno de

sus bolsos, tomo con sus rusticas manos, un pedazo de charqui y

lentamente comenzó a degustarlo con total naturalidad y mirando

fijamente por la ventanilla, aunque no había mucho que observar, pues

75
solo era verde campo de un lado y sendos esteros del otro, así, de a poco

de nos abalanzaba la noche. A mi compañero de viaje no parecía

incomodarle, pero yo en cambio estaba muy extrañado por la sencilla

razón de que era la primera vez que estaba tan pero tan lejos de casa y

con un colectivo que pareciera deslizarse cada vez más y más rápido, a lo

mejor mi acompañante se percató de ello y como un acto de

consideración, me dirigió la mirada y me pregunto:

- ¡¡¿es la primera vez que viajas?!!-

le respondí de inmediato:

-¡¡no señor, yo vengo muy a menudo por estos lugares!!-

nose por qué mi mentirosa respuesta, fue quizás porque no quise que el

hombre piense que soy un improvisado púber que ni sabía dónde iba.

Pero, aunque mucho no pareció interesarle mi respuesta, continuo la

charla diciéndome:

- ¡¡en Buenos Aires esta mi hijo...hace tanto que no lo veo!!, ¡¡desde que

se casó allá, nunca más volvió al Espinillo, pero bueno, la vida es así y

el tendrá alguna razón fuerte que le impida venirse a nuestro pueblo,

76
sabes una cosa, el aún no sabe que yo estoy yendo a verlo...es una

sorpresa!! -

A esta altura, al decir verdad la

conversación con este extraño comenzaba a llamarme la atención, al

tiempo que al tras buscar en el bolsillo de mi camisa, tomé un caramelo

masticable, que comencé a masticar suavemente, le dije:

-¡¡Señor, ¿su hijo, estando en Buenos Aires, pudo cumplir algún sueño,

de esos que de niño uno aspira? -

El, entusiasmado, me dijo:

-¡¡ Oh si, Ricardo es Medico, se fue a Buenos Aires hace unos años para

ingresar en la Facultad de Medicina de La Plata, él es muy inteligente

sabes!!-

yo seguía masticando mi caramelo, mirándolo al rostro, descubrí que el

tiempo había sido implacable con este viajero, lo noté en sus ojos semi

apagados y las infaltables arrugas, pero, aun así, se lo veía muy fuerte y

aguerrido, que me hacía recordar a alguien.

-¡¡No tengo dudas Señor!!- le respondí.

77
Fue entonces, que me extendió la mano

derecha, nos estrechamos, él tenía la mano áspera y fortachona, que

daban fe de su neta cultura de trabajo, me apretó muy fuerte y me dijo:

-¡¡Mi nombre es Adolfo Pedernera, del Espinillo!!-

le respondí:

-¡¡Mucho gusto Señor, me llamo Pablo y soy de Clorinda!!-

y así, por primera vez lo vi emular algo que parecía una mueca de sonrisa

en ese sombrío rostro, quemado por el penetrante sol norteño, entonces

me dice:

-¡¡ Clorinda eh, y vos hijo, ¿a qué vas a Buenos Aires, a estudiar o

trabajar?!!-

Inmediatamente le conteste con cierto orgullo:

-¡¡ Soy un aspirante a la Escuela de Cadetes de Oficiales de

Gendarmería Nacional, la Martín Miguel de Güemes...ni siquiera se

dónde queda aún, pero un hermano me lo enseñara!!-

-¡¡ Muy bien, eso me gusta!!-, me dijo

78
-¡¡Yo quería que Ricardo sea Gendarme, pero jamás concordamos en

eso!! - continúo diciendo -

yo solo asentía con un suave movimiento de cabeza … la oscuridad ya

era total en rededor del autobús , que seguía su marcha implacable y

veloz, mientras una joven azafata circulaba por el pasillo convidando un

alfajor y un vasito fresco de jugo a los pasajeros, lo que acepte, pero mi

acompañante solo dijo “no gracias”, se inclinó y esgrimió una botellita

de agua que traía en su bolso, tomo un par de tragos , suspiro un rato y

mirándome de costado mientras yo comía mi alfajor y tomaba mi vaso de

jugo muy plácidamente, ya entrando en confianza ,don Adolfo comenzó

a hablarme de algo que se llama “libertad”. Él dijo que “la libertad de

una persona no es más ni menos de su facultad de elegir su forma de

vivir”, vaya definición, este amigo sí que es un gran filósofo, pensaba. En

verdad en ese entonces me costaba analizar sus dichos, pero como la vida

jamás termina de brindar sorpresas, don Adolfo siguió la charla

diciéndome:

79
-¡¡te voy a dar algo de recuerdo, si un día se te ocurre ir al Espinillo,

solo nombrarme o mostrales esto, enseguida te van a decir quién soy y

donde vivo, serás bien recibido en mi casa, hijo”-

-agradecí el presente con un:

-¡¡gracias señor, es hermoso!!-

Era un mate hecha de cuerno de vaca, estaba muy pero muy prolijo y

lustrado, de color blanco y negro, poseía una lectura bien clara que decía,

“El Espinillo, tierra de amigos”, me encanto el regalo y casi con

urgencia lo guarde en mi bolsito. En verdad me hubiera gustado poder

retribuirle con otro presente, pero mi bolsito solo estaba cargado...de

ilusiones.

Don Adolfo me dijo además esa noche,

definiendo la palabra Amor, “que es el arte de entregar el tiempo con

sanas intensiones hacia una persona”. En principio me pareció una

definición bastante endeble, pero al analizarlo, me enseño que aquella era

una definición suprema, a su gran frase, yo para no ser menos, enseguida

agregue:

80
-¡¡Don Adolfo, usted sabe que mi papa siempre decía que “Si no

duele...no es amor!!-

y lo quede mirando, a esto el solo me tomo el suavemente del hombro y

rio fuerte mostrando su ya desgastado, pero completa dentadura,

pareciera que yo le agradaba.

-¡¡Claro, eso es verdad, ojalá un día puedas ir a visitarme hijo!!-, me

dice, ya con ojos de cansado.

-¡¡Si, claro que sí!!-, -respondí-

En un descuido, mi nuevo longevo

amigo se quedó dormido...y lo hizo hasta que llegamos a destino, pero en

cambio yo, calculo que habré comido unos 30 caramelos y no menos de

ocho vasos de jugo fresco...no pude pegar un ojo, estaba muy ansioso,

muy pero muy nervioso y preocupado, hasta que finalmente, tras más de

20 horas de viaje incesante, el autobús se detuvo y vi por última vez a esa

joven azafata que decía:

-¡¡muy bien señores, hemos llegado a Retiro, por favor empiecen a

descender!!-

81
Claro que yo no tenía idea que ese era solo el principio de mi verdadero

viaje, el viaje había terminado ...habíamos llegado a Buenos Aires. Don

Adolfo bajo con sus 2 bolsitos y su sombrero de Pana, nos estrechamos

nuevamente las manos, el con vos ronca como emocionado, me dijo:

-¡¡hasta siempre hijo, no te olvides de este viejo!!-

-¡¡hasta siempre señor...fue un placer, saludos a Ricardo!!- le respondí -

Él se fue caminando, hasta perderse entre esos edificios tan altos e

inexplorados para mí, yo...solo miraba todo ese panorama, ¡¡wooow!!

dije en voz muy bajita, es tal como me lo habían contado, que belleza, a

metros de ahí, le pregunté a un ocasional Policía, si el conoce la parada

del colectivo que me lleva hasta Gregorio de Laferrere, yo tenía la

dirección de mi hermano Santiago anotado en un andrajoso papel:

-¡¡Es allá, a dos cuadras de acá, siga derecho y tómese el 56!!- me dijo

el polizón como ordenando.

Así fue que llegue hasta la parada de ese bendito colectivo que me

llevaría a la casa de mi hermano que también era un Polizón. Pero, “por

Mandinga” pensé, porque tanta cantidad de gente, uno no podía ni

82
caminar sin rozarse con alguno, note de inmediato que todas esas

personas eran como una gran colmena de hormigas coloradas, todos

caminaban desesperadamente, pero con alguna función natural, y yo era

uno más de ese montón, una vez abordado el colectivo, donde no cabía

un solo alfiler, y salimos rumbo a Laferrere . Los porteños eran y serán

siempre de un hablar robótico y apresurado, la verdad me costaba un

poco comprender muchas de las palabras que entre si hablaban, mientras

mi vista se obnubilaba observando por las ventanillas, tantos teatros,

cines, palacios, tremendos edificios...hasta el impactante Obelisco, y

bien, ahora sí, tanto impacto visual me atemorizaba, sentí como que me

había transportado a otro planeta, era demasiado para la vista de un

habitante del Porteño Norte. Nadie me dirigió ni una sola palabra, la

gente de acá no era muy amigable (pensé), yo no hacía más que mirar

con detenimiento cada edificio, vehículos y comercios, todo el largo

camino, hasta que el chofer anuncio que llegamos a la Estación de

Gregorio de Laferrere. Ya terriblemente cansado, del viaje tan largo del

ambiente tan húmedo y frio, cosa que la gente no parecía incomodar, bajé

del autobús y automáticamente oí el grito de

83
-¡¡Paly, acá!!-, que bueno, era mi hermano Santiago que ya me estaba

esperando, él siempre fue tosco y casi no hablaba, era parecido a papa,

me dio un abrazo y la bienvenida, tomo mi bolso y me dijo:

-¡¡vamos a casa Paly!!-, y allá fuimos.

Comenzaba así a transitar por el largo camino de lo inesperado, de

sorpresas y desazones.

84
Capitulo ( VII )

“Lejanía es Desarraigo”

85
Bella tarde de agosto de 1991, cuando

llegue al fin a mi destino, aquello era un impacto enorme para mí, todo

era un ambiente muy distinto, ya no veía árboles, menos un rio, ni

pájaros, solo personas, muchas, demasiadas, que hablaban con mucha

velocidad y reían constantemente por cualquier pavada, los vecinos no se

caracterizaban por su amabilidad, sino por el contrario, yo advertí en

pocos días que ellos estaban más que alertas en generar algún tipo de

conflicto, era el modo de vida acelerada de todas estas personas, mientras

transcurrían unos pocos días, de a poco, con sumo aplomo, empecé a

sentir que el “desarraigo” impactaba de lleno en mi pecho , cada noche

sentía que el aire se apagaba en mis pulmones, aunque me da mucho

coraje admitir, “sí...he llorado” , extrañaba mucho...demasiado mi ahora

tan pero tan lejano Porteño Norte. Las noches en Buenos Aires eran

realmente como me habían contado, mucho frio, más aun en la húmeda

casilla maltrecha que Santiago tenía en el terreno contiguo a su casa, que

sería mi nido por largos meses, esa zona de Laferrere entonces era de lo

más humilde ,una especie de burbuja barrial que cobijaba un puñado de

personas que estaban muy pero muy alejados de las fastuosidades de las

86
que mi vista se había engrosado en la impresionante Capital Federal,

pero esto...nada tenía que ver con algún tipo de lujos, era el día a día,

reflotaban claras necesidades como el agua potable, sin mencionar la

mediocridad del servicio eléctrico y aun se usaban las tradicionales

salvadora garrafas de gas. Era para mí una sensación de un shock cultural

extremo, no comprendía por entonces los porqués de las tan enormes

diferencias de la Capital con la Provincia de Buenos Aires, pero el

tiempo, tan solo él me fue enseñando esas razones.

La familia de Santiago a pesar del

sumo grado de humildad, era en demasía generosa y comprensiva ,

todo el panorama para mí era secundario, mi desafío inicial aún estaba

intacto y al cabo de 2 semanas ya estaba inscripto en la Escuela de

Oficiales de Gendarmería Nacional “Don Martín Miguel de Güemes”,

en principio me sentía acompañado por mis hermanos que ya hacía

décadas vivían en estas regiones, forjadores de sus propias historias, la

mía, entre necesidades y desarraigos, sin imaginarlo ...acaba de empezar.

En realidad, y a pesar de sentirme más

que visitante en este sitio, no me costó mucho poder ingresar a la Escuela

87
de Cadetes, era estudioso y osado, me sentía capaz de afronta cualquier

desafío y así ocurrió que fui seleccionado para cursar el primer año. Pero

al inicio del año lectivo de 1992, una vez internado en la Institución, se

comenzaron a desnudar otras cuestiones que nada tenían que ver con mi

espíritu de sacrificio , ciertamente admito que estaba en mi hábitat

natural, “campos de verde sueño y caricias de redoblantes”, sentía mi

sueño realizado de estar pie tierra en esta gran Institución, pero la miseria

volvió a tocar mi puerta, las exigencias económicas eran cada vez más

opresivas y al cabo de unos meses me obligaron a abandonar el curso.

Ese fue mi momento más doloroso, tenía una amarga sensación de

derrota créanme, mi ánimo quedo desparramado por el piso, como

mayonesa tirada al piso, mi desilusión era tremenda, tan lacerante para

mis entrañas que quizás solo el tiempo curaría. Con el transcurrir de los

días y por pura iniciativa pseudo psicológica de Santiago, que era por

entonces una especie de padre sustituto para mí, comenzaba a

preguntarme:

- ¿porque no intentas ingresar en la Escuela de Cadetes de la Policía?

Yo, agradeciendo su opción, le respondí de inmediato:

88
-¡¡No gracias, eso no es para mí!!

La dura caída en la desilusión había calado

muy hondo en las aspiraciones de un “pájaro”, era estrepitoso y no había

posibilidad alguna de razonar sobre nuevos posibles desafíos. Así

transcurrían los días...y un par de meses, hasta que un día, vaya a saber

porque, decidí simplemente acompañar a mi hermano hasta la Comisaria

de Altos de Laferrere, donde el prestaba servicios, solo era eso, de

acompañante y nada más, sabido es que las personas ingresan a estos

lugares solo cuando hay algún problema bastante serio, pero ese no era

mi caso, en verdad no necesite ni saludo ni presentación de algún

camarada de mi hermano, yo solo era un casual visitante y decidí

sentarme en un viejo banco de la guardia de aquella Seccional,

observando el continuo desfile de ingresos y egreso de distintas personas

y con distintos problemas, algunos gritaban palabrotas contra algún

vecino debido a algún conflicto, otros lloraban ...aquello era una

sensación de una constante trifulca , lo note en el rostro de una anciana

que estaba sentada frente mío, quizás esperando la hora de visita de algún

familiar preso, que estaban hacinados en los calabozos de la

89
Comisaria...su apariencia de aletargada la delataba, aunque me llame la

atención, jamás le preguntaría nada...no quería interrumpir la tristeza de

nadie, además yo solo era un cándido visitante de aquel sitio.

Intempestivamente, al cabo de unos largos minutos, desde una Oficina,

alguien me indicaba con la mano que me acerque, mire dudando por un

segundo, pero el llamado era para mí, me acerque rápidamente a ese

sujeto era joven y tenía aspecto de parco, estaba uniformado, en sus

hombros brillaba una estrella plateada, mientras tomaba una birome, me

mira como guiñando un ojo y me dice:

-¡¡yo soy el Oficial de Servicio!!...¡¡ ¿Así que estuviste en la Güemes?!!

Esa fue toda la presentación de aquel arrebatado hombre uniformado,

claro está que en el acto me percate que este ya había conversado

previamente con mi hermano, no habría forma que supiera que

efectivamente...anduve por la Güemes y que además me desilusione

hasta el alma, entonces le respondí:

-¡¡Si Señor!! y -¡¡además estuve en el Escuadrón 16 de Clorinda,

Formosa!! -

90
Mientras un Cabo le dejaba en el escritorio, una montaña de

expedientes, a los cuales el miro con desprecio, y continuo:

-¡¡Aja!!- y ¡¡¿te interesaría ingresar en la Escuela de Oficiales de la

Policía, ¡¿la Juan Vucetich?!!...¡¡mira que ahí también egresan como

Oficiales, pensalo!!

A pesar de no haberme gustado su actitud casi soberbia, enseguida

comprendí que este señor tubo una deferencia conmigo, me había

dedicado unos minutos de su atareado tiempo sin ni siquiera conocerme,

esa era una actitud muy valiosa, y le dije:

-¡¡Muy bien señor, gracias por preguntarlo...lo pensare y en la semana

vendré a visitarlo si me lo permite!!-

No dijo más nada, pego un fuerte grito llamando al Cabo, quien se

apersono rápidamente y le dice:

-¡¡Tome, llévele estos expedientes al Comisario, apenas se los firma y me

lo trae acá inmediatamente!!”-

y el Cabo traga ordenes se retiró a los tropezones. Ahí comprendí que

termino su tiempo conmigo, me extendió la mano y me señalo la puerta:

91
-¡¡Listo pibe, nos vemos, chau !!-

A partir de aquella corta y efectiva charla

ocasional con ese Oficial, comencé a pensar y calcular día y noche, no

me dejaba dormir la idea de concebir que también en la Policía había una

Escuela para Oficiales...eso sí que era algo que no estaba en mis planes,

quien lo diría... (“una escuela de Oficiales de Policía”) pensaba

continuamente. Finalmente me decidí y en la semana, tal como había

prometido, me acerqué a la Comisaria, donde fui recibido cordialmente y

se da origen a mi inscripción como aspirante a la Escuela de Cadetes de

Policía Juan Vucetich. Un nuevo gran desafío se había originado.

Llego el día de la presentación , el

primer día de aspirante, aquella Escuela, situada a unos ochenta

kilómetros de Laferrere, era sinceramente, muchísimo más grande que

de lo que era la mismísima Güemes, esa jornada, que había arrancado a

las cinco de la mañana y de apoco se convertía en un calurosísimo y

húmedo ambiente, la entrada de aspirantes era incesante, era dantesco

observar la cantidad de postulantes, casi todos ellos acompañados por

familiares muy bien vestidos y con algunos vehículos de gran calidad ,lo

92
que hablaban a las claras de un cierto nivel económico , ¡¡ah!! por cierto

yo llegue solo y tras un muy incómodo viaje en colectivo, pero allí

estaba, al promediar la tarde en ese tremendo ambiente, ya habíamos sido

todos separados en sus respectivas compañías, Así fue mi origen como

cadete de 1er. año, afincado en la 7ma. Compañía , tras un severo periodo

de adaptación física, absolutamente militarizada, al cabo de tres meses,

tras la deserción de centenares de aspirantes, al final en la Compañía solo

quedamos un par de decenas de cadetes, que pase lo que pase allí

estaríamos juntos .

El primer año de experiencia como

Cadete, ciertamente fue muy dura, pero modestamente sentía que física y

mentalmente tenia ventajas sobre otros cadetes, puesto que solo yo sabía

todo lo ocurrido hasta llegar allí y estaba más que decidido a egresar

como un Oficial, en cuanto a las calificaciones, bueno eran solo

aceptables, tan aceptable como la tarea del Médico de la Escuela que me

atendió en el Hospital, cuando ya casi al terminar el año lectivo, estando

en Pista de Instrucción, después de un lluvioso día, inoportunamente tras

un resbalón en uno de los altos escalones de madera, sin poder

93
atravesarla, al caer me había fracturado la rodilla izquierda, “madre del

cielo, que dolor” , ya sentía que era una especia de estigma, otra vez la

izquierda, como los dos dedos cortados con la pala, tenía entonces una

tremenda ira, debía estar internado no menos de dos meses en el hospital

de la Escuela, que maldición la mía, ¡¡carajo!!.

Mi gran compañía en ese par de meses, era

mi viejo Wolkman, era mi consuelo a pesar de que había algunos

compañeros Cadetes que me visitaban una o dos veces por semana,

cuando se les permitía. Pero sabido es que mis huesos no eran normales,

era un Clorindense y tenía huesos de madera dura como el Quebracho,

tras ese gran golpe anímico y físico, ya repuesto y aprobado las materias,

accediendo al siguiente y último año, estaba ya en el 2do. Año, 3ra.

Compañía.

Cada fin de semana, como lo permitía el

régimen, los familiares, amigos o novias de los Cadetes, podían llegar en

calidad de visita por unas horas en la Escuela, donde se podía compartir

mates, alguna comida o charlas, panorama tal que para mí era muy ajeno,

porque jamás tenia visitas, tampoco pensaba mucho en ello porque me

94
generaría un altibajo y estaba muy compenetrado en mi futuro egreso.

Pero como la vida siempre está llena de sorpresas, un fin de semana

cualquiera de tantas, el disponible de primer año venia corriendo hasta mi

compañía para avisarme que “había una persona que venía a saludarme”,

entonces lo mire fijo al cadete y le dije:

-¡¡una visita?, para mí?, ¿está usted seguro cadete?!!-

el cadete continuo:

¡¡ sí señor, es su hermano Claudio señor!!

Pero la gran flauta, esa sí que era una verdadera gratísima sorpresa,

pareciera que finalmente mi suerte iría cambiando, no podía creer que

mi compañero de aventuras haya venido a Buenos Aires y edemas me

viene a visitar, claro que salí de la compañía lo más rápido que podía y

si….allí estaba ...mi querido hermano , no me salían las palabras de la

emocionada alegría que me generaba verlo, solo le di un fuerte abrazo y

de inmediato nos pusimos a charlar y reír por unos largos ratos, era mi

momento más feliz en dos años, pues verlo allí era un milagro, el trajo un

equipo de mate y unas facturas, sentí que era como estar por un rato...en

95
El Porteño Norte, pero no...estábamos tan pero tan lejos de allá, pero

valía la pena soñar un rato, deseaba que esos minutos sean eternos.

-¡¡vine solo por unas semanas y ya me regreso a Clorinda!! - me dijo

me contó que por casa estaban todos casi bien…

-¡¡papa no andaba muy bien, ya sabes, su hipertensión, en jamás lo va a

decir, pero sé que te extraña mucho Paly, quizás demasiado!!

yo me dedique solo a oírlo, deseando que nunca se fuera, me invadían las

ganas de decirle ...” vamos, salgamos de acá, volvamos a casa”, era

demasiada nostalgia, quede pensativo hasta que al fin deslice unas

palabras:

-¡¡ y… él es así, yo creo que exagera...además no me voy a quedar tanto

tiempo por acá como el cree, jajá!!-

El solo sonrió, yo estaba tan ajeno a una inminente realidad que se

asomada conforme progresaba en mis estudios en esa icónica Escuela de

cadetes, no tenía la suficiente noción de que aquello mera tan solo el

inicio de un derrotero tan magnifico, que era aún difícil de solo imaginar.

96
Finalmente, Claudio se levantó lentamente del reseco pasto donde nos

habíamos sentado, me palmeo el hombro y me dijo.

¡¡tengo algo más que decirte hermano!!

titubeo por un instante y eso me desconcertó, supe que no estaba

bromeando, pero... que más podría agregar a ese encuentro?, me inquieto

su pausa, y le dije:

¡¡¿qué pasa?!! , ¡¡¿acaso es mama?...¿le pasa algo?”

continuo:

-¡¡No tonto, mama está muy bien, sino te lo hubiera dicho!!-, ¡¡yo sé que

te va a doler, pero te lo tengo que decir Paly...se trata de (Perrito)!!

La sabia más que nadie sobre el cariño único que yo sentía por mi

querido “Perrito” y lo que le pasara a ese animalito, sería muy punzante

para mi sentimiento, por lo que solo espere que continúe su relato casi

tenebroso, y contó:

¡¡pasa que ya estaba viejito...sus patitas ya no tenían esa velocidad que

parecía correr volando..., ya estaba casi tan lento como una tortuga, una

97
media siesta como cualquier otra, salió a la calle y con seguridad no

habría ni visto ni oído que aquel enorme camión venía a gran

velocidad...lo piso...el quedo ahí, al costado del camino, no había nada

que hacer por el...se fue Paly. ¡Yo mismo lo enterré a un costado de

casa, al lado de (tu árbol)!!

¡¡Ay, Dios!!, me shockeo el dolor, aquella noticia sí que no la esperaba,

me paralice por unos segundos y mire a un costado, la vida me había

pegado muy duro nuevamente, quedara en mi memoria para siempre,

esas patitas blancas y los ojitos más tiernos del mundo.

Finalmente, después de despedirnos con un abrazo, yo le prometí a que

nos veríamos muy pronto y de que allí yo saldría hecho todo un Oficial.

¡¡No tengo dudas Paly!! me dijo.

Nos sonreímos una vez más, terminaba la hora de las visitas, el...se

marchó, ese día no era como cualquier otro, quedaba en mi la inmensa

alegría de haber rememorado por un corto rato, las vivencias de aquel

hoy tan lejano pueblo Clorindense, aquella noche dormí con una sonrisa

98
después de mucho tiempo, pero a su vez con unas gotas de lágrimas en la

mejilla, las que no me las podía permitir y solo decidí ignorarlas.

99
Capitulo ( VIII )

“Sin Sabores de un Logro”

100
Estaba trascurriendo los meses finales del

año ‘94, el egreso estaba muy cerca. Pero una vez más, la vida demuestra

que puede ser más dura aun de lo que ya lo era para mí, es así que una

noche, mi compañía estaba de guardia y mientras estábamos en horario

de relevo en el puesto (I), un cadete de 1er. año me convida un mate,

mientras mi compañero de turno, cadete Facundo fumaba unos cigarrillos

y me preguntaba con sencillez:

-!!Ya nos falta poco Pablo...vamos carajo, ¿dónde te gustaría trabajar

cuando salgamos de acá?!!-

mientras yo empuñaba un Fusil (F.A.L.), dándole precisas indicaciones

de uso a dos cadetes de 1er. año, le respondí:

-!!Si así es amigo, a mí me gustaría trabajar en alguna Dependencia de

La Matanza, me queda cerca de la casa de mi hermano, es solo hasta

que yo me pueda conseguir un lugar para mí...y vos...¿dónde querés

trabajar?!!-

101
A facundo pareció emocionarlo la pregunta y de inmediato encendió otro

cigarrillo y se sentó en el piso, con una mueca de alegría en el rostro,

delatado por sus hoyuelos, me dice:

-!!yo...nose, mi hermano me dice que es igual cualquier destino laboral,

lo que si quiero en verdad es terminar, egresar, romper filas y festejar

con la familia...jajá...que lindo, estoy feliz!!- agrego.

Y así continuamos hablando de algunos episodios que fueron ocurriendo

en esos largos años de internado en esa Escuela, vaya que había

anécdotas que contar.

Había pasado una semana más, para

llegar a aquel odioso y fatídico sábado a la noche, “Dios...si tan solo

pudiera borrar de mi memoria ese día, lo haría de inmediato”, pero no,

quedo como parte de la realidad. Promediaba ya las 21 horas, todos los

que componíamos la guardia de fin de semana, estábamos haciendo

tareas internas, como lustrar los borceguís, planchar una camisa, otros

simplemente escuchaban música en tono muy bajo, el resto como yo,

descansábamos por un rato, antes de relevar algún puesto de vigilancia.

Pasaron solo segundos de algunas risas a los gritos desgarradores de mis

102
compañeros, nadie entendía nada de lo que pasaba...”Facundo estaba

tirado en el piso, en el medio de los pasillos de la

compañía...convulsionando”, algo muy malo pasaba con él y ningún

cadete sabía qué hacer, de forma urgente buscamos al Médico de turno,

ellos trasladaron a Facundo ya inconsciente hasta un Hospital de la

ciudad de La Plata, pero, su ilusión….su sueño de romper filas y festejar

en familia, jamás se cumplirían, por culpa de una puta Aneurisma

Cerebral...el “Falleció”, pero queda lo suficientemente claro que ni

siquiera la abominable muerte podrá borrar los dolorosos estigmas que

nos dejó en el alma la partida de otro soñador, como lo fue Facundo...que

se adelantó y partió ese día aborrecible.

Ya nada era igual en la Compañía,

aunque finalmente había llegado el momento tan esperado, habíamos

egresado, todos sin excepción nos reunimos esa mañana , ya con nuestros

trajes blancos de gala y juramos que seriamos felices con nuestras

familias, en homenaje a Facundo, le dedicamos el egreso y vitoreamos su

nombre por unos segundos….enseguida ya todos callaron, teníamos que

salir en formación hacia la Plaza de Armas, donde aguardaban

103
numerosos familiares, medios de prensa, autoridades ,fotógrafos y

camarógrafos, para todos ellos la algarabía era total. Finalizaba el

emotivo acto y al fin la palabra mágica que pronunciaba el Director:

-¡¡Oficiales Ayudantes...Rompan Fila!!-

Todos los familiares salieron

despavoridos a abrazarse con mis compañeros egresados, todos

sumamente felices, lloraban de alegría. Pero... había un egresado que

quedo en medio del terrible alboroto ,solo, sin un solo familiar o amigo a

quien también pudiera abrazar, festejando ese inmenso logro ,ese era

yo...que a pesar de reflejar felicidad en el rostro, también pensaba en

“Facundo”, salí caminando muy lentamente con mi pequeña valija en

mano, donde no solo llevaba algún objeto personal, sino que estaba

cargado de ...”grandes recuerdos y un pesar” , de esos dos largos años de

duro esfuerzo que quedaran grabados por siempre en las coloniales

paredes de las compañías de la querida Juan Vucetich. Así, caminando

lentamente, y antes de llegar al puesto (I) ya para salir a la ruta y

tomarme el colectivo que me lleve a Laferrere, uno de esos innumerables

104
vehículos me toca bocina, estaciona, sale de adentro un compañero , que

totalmente sonriente me dice:

-¡¡Pablo, vení por favor, quiero presentarte a mi familia!!-

Era Agustín, un camarada muy aplicado, claro que me acerque al

vehículo y bajaron sus padres y una hermana, sus padres eran súper

educados, el señor me extendió la mano y me dijo:

-¡¡Felicitaciones Oficial, sus padres deben estar muy felices, no es un

logro cualquiera!!-

Le respondí simulando carisma:

-¡¡ muchas gracias señor, si...supongo que si!!-

la madre y la hermana de Agustín también me felicitaron y me dieron un

cariñoso beso, agradeciéndoles, volví a tomar mi valijita y seguí

caminando, a lo que en el acto Agustín me dice:

-¡¡Eh, Pablo...¿dónde están tus familiares, los puedo conocer?!!-

lo miré y le dije:

105
-¡¡Si, como no.…algún día...hoy nadie pudo venir, estaban muy

ocupados...quizás otro día sabes.!! -

mi respuesta aprecia haberlo tocado, se rasco la cabeza, asomo a la

ventanilla del auto...y le dijo algo a su padre...quien bajo nuevamente del

auto y con una voz absolutamente cariñosa, me dijo:

-¡¡mira que nosotros casualmente vamos para San Justo, está muy cerca

de Laferrere, podemos llevarte hasta allá, querés?!!-

no dude un instante en aceptar tan gentil propuesta y subí al coche, hubo

un dejo de silencio, la señora se sonaba la nariz con un pañuelo y se

secaba las lágrimas…se nota que aún estaba emocionada, (pensaba yo).

Cuanta esperanza benigna encerraba el

saber que aún había personas de buen corazón, aun acá en la mal llamada

“jungla de cemento”, ellos no tenían ningún tipo de obligación de ser

generosos con este servidor, pero así lo hicieron y olvide por un

instante...que estaba solo, pues ciertamente no había de que quejarse, el

sueño...era solo mío.

106
Capitulo ( IX )

“Tan Cerca, Pero Tan Lejos”

107
Iniciaba así, con las penurias relatadas,

pero con un espíritu totalmente fortalecido y renovado, mi camino

empinado hacia lo desconocido había comenzado. El espíritu de un

Clorindense es tan duro como madera de Lapacho Colorado, cuya sangre

en las venas circulan con tal ímpetu, como las corrientes aguas del

Pilcomayo, allí estaba ...El Pájaro del Porteño Norte, de artesano

ladrillero a Policía, trabajando con premura y gran preparación táctica en

pos de mantener el orden público, la misión era más que noble...

“Proteger y servir”. No podría permitirme jamás decaer ante alguna

desdicha, me prometí a mí mismo ser más duro que el mismo cuero de

Yacaré, quizás el hacedor de sueños de mosquitero, pueda sentirse

orgulloso algún día, porque nada me había doblegado aun...y solo ante

Dios fui mendigo.

Mis primeros años se Servicio habían

transcurrido dentro de los parámetros normales, haciendo gala constante

de mi preparación adquirida, ejerciendo tareas en las peores Villas de

Emergencias del Conurbano Bonaerense, tales como “El Fuerte

Apache”, o “Las Ranas”, que nada tenían que subestimar a mi posada

108
,”Gregorio de Laferrere”. Así pasaron mis primeros largos meses de

experiencia, cuando un día como cualquier otro, lo imprevisto se había

cruzado nuevamente en mi camino, sucedió que en aquella habitual

gélida mañana del mes de julio del año ‘95, patrullando las expuestas

calles de la ciudad de Caseros, como lo hacía normalmente en móvil

Patrullero , acompañado por un Oficial de más experiencia, promediaba

las siete horas de ese amanecer, cuando en una parada de transporte

Publico, un delincuente masculino armado con un revolver, le había

sustraído la cartera a una femenina que era circunstancial transeúnte del

lugar, la pobre víctima no paraba de gritar , no solo por el Robo sufrido

sino más que nada por el gran susto, nos percatamos de ello e

intervenimos inmediatamente, el autos era un muchacho de 20 años,

estaba muy desequilibrado, probablemente por ingesta de algún

alucinógeno que fácilmente podría conseguir en la zona, al vernos

emprendió una veloz huida a pie, pero claro, yo estaba en un estado

atlético impecable y a tan solo dos cuadras del lugar logre aprehenderlo y

secuestrar su arma de fuego sin problemas, el asunto es que al llegar mi

compañero en apoyo, momentos en que yo ya estaba colocándole las

109
esposas al hampón, trato de erguirme y me caigo de lleno de costado, mi

pie izquierdo no me respondía y allí me quede , sentado en el frio suelo ,

mi compañero me ayudo a subir al Patrullero y minutos después me

deriva para ser atendido al Hospital Pariosien (La Matanza). Yo

maldecía hasta en Arameo:

-¡¡...No puede ser, por favor, otra vez mi pie izquierdo, acaso Dios tiene

algo en contra de ese pie...!!-

Lo cierto es que el tobillo me dolía y mucho, estaba muy pero muy

inflamado, en breve ya estaba en la guardia de ese Hospital, esperando

que el medico de turno me atendiera, pasaron escasos minutos, lo

suficiente como para detestar ese olor tan particular que tienen los

Hospitales, el que ha pasado por allí me lo entenderá, cuando lo vi, era un

joven con guardapolvo blanco y botones desprendidos , que en voz alta

me llama por mi nombre, levante mi mano y me incorpore como podía,

abalanzándome hacia el...era el medico de turno, muy adolorido, me

senté en la camilla y solo con un saludo de “buenos días”, con rapidez

empezó a inspeccionarme el tobillo, le basto solo un instante para

decirme:

110
-¡¡es una fractura, vamos a enyesarte!!-

Esa no era una buena noticia, era un gran freno en mi desempeño

laboral, pero la salud siempre esta primero, y allí, aquel joven médico

tenía el mando. Terminaba de enyesarme con gran esmero cuando me

dijo:

-¡¡llenamos una planilla y ya te podés ir!!-

-¡¡ Ok, como no, Doctor!!- le respondí.

Tras unas cortas y secas recomendaciones, me ofreció un vaso de agua y

me extiende un certificado, cuando estaba a punto de tomarme un trago,

leí que al pie su sello rezaba (“Dr. Ricardo Pedernera”), por lo que

espontanea e inconscientemente exclamé:

-¡¡Noo...Puuucha…pero...como...será? nose!!-

Por su cara, a él no le gustó nada mi

exclamación y seguía acomodando unos papeles que tenía en una

pequeña canasta. Pero yo tenía tanta curiosidad en saber si su nombre y

apellido eran pura casualidad ... y sentí la obligación de preguntarle al

111
Doctor...si conocía a un viejo amigo mío, y medio temeroso de alguna

respuesta, le dije:

-¡¡discúlpeme Doctor, acabo de leer este certificado y vi su sello...

¿usted conoce a un señor de nombre Adolfo Pedernera? !!-

Mi pregunta pareció sorprender por completo al médico, se paralizo de

repente, giro en forma robótica hacia mí, me clavo la mirada y se volvió

a sentar enfrente, sus manos estaban inquietas…lo note por demás

nervioso, mientras rechinaba ese sillón, entonces me dice:

-¡¡te molesta si fumo un cigarrillo...sin compromiso!!-

respondí sin dudar:

-¡¡pero, faltaría más ...métale doctor!!-

Él se mandó una buena bocanada de humo y achinando los ojos me dice:

-¡¡Don Adolfo Pedernera...era mi papa...acaso ¿lo conocías?!!-

Que asombro enorme, sí que el mundo es realmente un pañuelo,

entonces le relaté a ese joven médico, de qué manera conocí a su padre,

112
el solo me miraba cigarrillo en mano, como divagando...hasta que mi

relato termina con mi inoportuna pregunta:

-¡¡ y.… ¿cómo este don Adolfo, sigue en El Espinillo o está por acá?!!-

Al doctor se le volvieron los ojos indubitablemente tristes, acariciaba

suavemente el escritorio, suspiro y cerró los ojos, al rato me dice:

-¡¡mi papa...falleció...justo ese maldito día en que vino a visitarme, al

parecer me quería dar una sorpresa, él había llegado bien hasta Retiro,

pero como no conocía mucho el lugar, a unas pocas cuadras de allí, lo

envistió un vehículo con un conductor borracho y allí falleció...fue un

golpe muy pero muy duro para mí...amaba a mi papa, lo extrañaba tanto

y todo lo que quería era verlo, yo... tenía planeado visitarlo para las

fiestas de aquel año, además quería que conociera a su nieto, pero ya

ves...”la vida siempre te da sorpresas”!!-

¡¡Nooo, Carajo...Carajo…!!, ahora el asombrado y atontado era yo, su

noticia me heló la piel, que golpe bajo, que dolor...pero la ocasión no

permitía seguir la charla, él estaba más que ocupado en su función y ya lo

habían llamado dos veces, yo lo abrace, los dos quedamos en silencio

113
unos segundos, y le prometí que un día pasaría a visitarlo para tomar un

mate, además le deje anotado la dirección de mi Oficina por si precisa

algo de este servidor, el asintió con gusto.

Pasaron unos meses y ya recuperado de mi

tobillo maltrecho, recibo el esperado grato llamado de Ricardo, me

afirmaba con cierto tono de alegría, que estaba cerca de mi Oficina, le

pedí que pase y no dudo en acercarse, tras saludarnos fraternalmente,

nos quedamos charlando un largo rato, recordando todo sobre Formosa,

nuestros pueblos, las costumbres, la dura vida que nos toca afrontar acá

en Buenos Aires , congeniábamos más que bien, llegado el momento le

invite a tomar o café o mate, el eligió el mate. Un par de minutos

después, mientras seguíamos charlando muy ameno, al tiempo que yo

preparaba minuciosamente el equipo para servir esa tradicional infusión,

de la gaveta de mi escritorio esgrimí orgulloso un hermoso mate, hecho

de cuerno de vaca, que tenía celosamente guardado en una bolsa de

nylon, lo llene de yerba y lo agite, procedí a cebarle el primer mate...al

asir ese mate medio extraño, él lo observo detenidamente y dijo:

-¡¡qué lindo mate, es raro!!-

114
Pero al leer la escritura impresa en el mate (“El Espinillo, tierra de

amigos”), el no pudo asomar la bombilla a la boca y se le enfrío el agua,

tartamudeaba diciéndome:

-¡¡ ...Sé de dónde viene este mate...mi papa...los hacia mi Papa, no puede

ser...pero, como?!!-

A lo que, sin esperar, regocijado, le dije:

-¡¡en realidad, querido Ricardo, yo quería que tomemos un café...pero

quería a la vez que veas ese mate...me lo regalo tu papa en aquel largo

viaje...quiero que sepas que ahora es tuyo, te lo regalo de corazón!!-

Ricardo se levantó y me dio un abrazo por demás fuerte y emocionado,

no hallaba más palabras que unas “veintena de gracias”, pero yo,

sinceramente estaba satisfecho de al menos lograr acercar un encuentro

que no pudo ser entre padre e hijo, será por algún designio del destino, y

vaya que del tema ya he aprendido bastante. De allí en más, fueron muy

pocas las veces que nos volvimos a encontrar, pero yo sentía que mi

misión con don Adolfo, estaba cumplida, ahora Ricardo estaba un poco

más cerca de aquel reencuentro.

115
Capitulo ( X )

“Volver es Igual a Partir”

116
Después de tantos años vividos en Buenos

Aires, créanme que me generaba cierto conflicto de identidad, que lejos

de preocuparme me causaba cierta gracia, ya que mi tonada norteña había

sido camuflada con el jocoso lenguaje porteño. Había llegado a una etapa

en que, había comprendido claramente aquellas palabras sabias de papa,

cuando me afirmaba: (“la vida de un hombre feliz, estaba siempre

basado en el amor de una gran mujer”).

Cuanto extrañaba a mi mentor, quien

por gracia divina tuvo una larga vida, el mismo que cuando peor o mayor

eran los infortunios, se mostraba dueño de ese timón de humo, arengando

con fiereza para torcer el pulso a la tormenta de las desilusiones

familiares, lo cual solo era como un gran molinete de una brújula

alocada.

Pero claro que él tenía mucha razón,

puedo decir con gran tino y serenidad, que el amor, es como una

serpiente Yarará, que está siempre allí, en algún lugar del pastizal o

escondido en el matorral, el aparecerá cuando menos se lo esperen y de

un descuido morderá con ímpetu a todo aquel que se le acerque, porque

117
esa es su esencia. Yo descubrí que aquel sentimiento que vuelve dócil y

hasta atonta un poquito a las personas, además de transportarlas a un gran

mundo de gustosa fantasía, es el Amor...si, tan solo llego a mí,

inesperadamente una fría noche de julio, confieso que ella tenía la sonrisa

más blanca y bella que yo había visto en mi vida, mi apedreado corazón

no había sido capaz hasta entonces de comprender que aquel sentimiento,

es nada menos que el fuerte cimiento de una familia. La gran serpiente

del Amor me había mordido ferozmente, así estaba gustoso y atontado,

deslumbrado por su blanca sonrisa y sus cabellos tan negros, “como los

de Tomasa”, allí percibí sin dudas que ella...era la indicada, y no habría

forma de separar mis sentimientos de su angelical voz y suaves manos,

había comenzado el momento de continuar mi sendero, surcado

voluntaria y felizmente, de a dos. Descubrí allí, que la felicidad me

aguardaba finalmente, olvidando la dura carrera que llevaba adelante, las

miserias salariales que padecía, nada parecía importarme más que

incursionar a pleno en aquel sublime sentimiento.

Pasaron los días, semanas, meses y un

par de años, finalmente y como decía mi abuela, ya estaba “felizmente

118
casado”, gracias al amor, asimile esa otra profesión, que no era cualquier

oficio, quizás era mucho más importante que mi carrera u cualquier otro

oficio que haya aprendido hasta ahora...era como un don... “el arte de ser

Papa”. Mi afablemente rendido corazón ya se había separaba en tres

raciones de total alegría, entre mi esposa y mis dos soles que son “mis

hijas”, eternas compañeras en este largo, pero ahora placentero viaje.

Asimile finalmente que , a pesar de haber

recorrido miles de distancias de kilómetros interminables, de haberme

volcado irreverente ante un sistema social que agobiaba con perversiones

la pobreza, y a pesar de mis añoranzas, sentí que uno jamás se va del

todo de su lugar de origen, aunque se haya sometido a un pronunciado

sufrimiento, aunque haya perdido en rededor vidas de seres entrañables,

la vida seguirá siendo un vaivén constante con sus manifestaciones

misteriosas, pero en ese ir y venir de situaciones, sean felices o anodinas,

diría casi sin esperar, que he vivido los avatares del milagro del amor, y

ahora teniendo mis tres milagros , me sobran las razones y los motivos,

porque ahora más que nunca siempre estaré...”volviendo a casa”.

FIN

119
GLOSARIO:

-Lobizón: Personaje propio de la mitología guaraní (séptimo hijo varón

convertido en Lobizón, que sale a cazar los viernes de luna llena

promediando la media noche), guarda similitudes con la leyenda Europea

del Hombre Lobo. Mito muy popular en Argentina, Paraguay y Uruguay.

-Yacy Yatere: Especie de Gnomo o Duende de cabello dorado,

mitología Guaraní, Yacy =(luna) / Yatere (deformación de Yavete)=

(mismo tiempo), asociado como hijo de la Luna, su creencia se extiende

en todo el Paraguay y el Litoral Argentino, encantado con la miel y que

sale a buscar algún niño solitario a la media siesta para hacerle compañía.

-Pombero: Duende peludo y musculoso, también conocido en la

mitología guaraní, como Karay Pyjare = (señor de la noche), sale de

noche, silbando suavemente para asustar a las personas, ofrece su

amistad a cambio de tabaco y alcohol, popular en Paraguay y el litoral

argentino.

-Clorinda: Es la segunda ciudad más importante de la Provincia de

Formosa (Argentina), es la cabecera del Departamento Pilcomayo de

120
aquella provincia, se halla ubicada al margen derecho del rio Pilcomayo,

a uno 10 km de la desembocadura en el rio Paraguay.

-Barrio El Porteño Norte: Es uno de los principales barrios de la ciudad

de Clorinda, caracterizada por su población mimetizada con oriundos

paraguayos, por hallarse en plena frontera con el Paraguay, es muy

común el uso del idioma guaraní.

-Toba: El pueblo Toba, también conocido como Los “QOM” , son

etnias del grupo Pampido, habitan toda la zona del Chaco Central.

-Guaraní: Los Guaraníes o “AVA” ,grupo de nativos situados en el

Noreste Paraguayo, Noroeste Argentino, suroeste de Brasil y sureste de

Bolivia.

-Lapacho Colorado: Handroanthus Impetiginosus, especia arbórea

típica de Sudamérica, crece en el Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador,

Colombia y el noroeste argentino, de madera muy preciada.

-Los Molina: es la familia más allegada a los Barrios (del presente libro),

compuesto: madre (doña Margarita), padre (Damasio Molina “Don

121
Molina”-el genio del barrilete-), Hijos: Petrona, Claudia, Benjamina,

Miriam, Isidro, Leonardo (Lalo), Virginio (Kiño), Juan y Daniel.

-Pipa: La pipa o la cachimba, es un objeto utilizado para fumar tabaco,

generalmente hecho de madera, con una pequeña cámara para la

combustión y un tubo que termina en la boquilla donde se descarga el

humo de la combustión.

-Guayacán: Nombre común con la que se conoce a arios arboles de

América, perteneciente a los géneros del Tabebuia, Caesalpinia,

Guaiacum y Porlieria. Toda la especia de Guayacán se caracteriza por

tener la madera muy dura.

-Ñandu’i: Proviene del Guaraní “Ñandú”= Araña, por lo que Ñandu’i

(es un diminutivo) =araña pequeña.

-Chicharra Cocora: Es una especie de insecto / hemíptera -Cicádidos,

también conocido con varios nombres (cigarras, coyoyos, chiquilichis,

tococos, cocoras o en guaraní “Ñakyra”, caracterizado por su singular

zumbido abrumador.

122
-Mango: Es una fruta tropical de un sabor muy característico poseedora

de magnificas propiedades nutricionales y beneficios para la salud,

común en el litoral.

-Cántaro: Recipiente o vasija hecha de barro, sirve para guardar y

conservar líquidos, comúnmente el agua, posee borde de boca ovoidal

con base de apoyo más estrecha, con una o dos asas.

-Mandioca: llamado también como Yuca, Aipim, Guacamota, Casabe,

Casava o Lumu, es un arbusto perenne, (tubérculo comestible nutritivo),

Euforbiácea, sumamente cultivado en América, África y Oceanía, abunda

en el litoral.

-Ladrilelria: Lugar donde se hacen ladrillos, un ladrillo es un material

de construcción de albañilería, normalmente cerámico de forma

ortoedrica, su producción radica en la mezcla de tierra negra, lodo y

aserrín, que en su defecto suplantado por excremento de vaca o algún

equino, convirtiéndolo en una masa de barro homogéneo, formando

adobes dándole forma de ladrillo, que en su punto final el adobe termina

en un gran horno donde se produce su cocción cerámica. Actividad aun

realizada por comunidades Litoraleñas.

123
-Chancleta: Tipo de calzado (Sandalia) hecha de una suela que sostiene

al pie por medio de una tira o cordón que separa el dedo gordo de los

dedos restantes, el material es variado, (cuero, goma, plástico etc.)

-Coquito: Pan tipo galleta, muy pequeñas, sin levadura, cocido dos veces

para quitarle la humedad y así conservarlo durante largo tiempo.

-Yukeri: “Acacia Bonariensis-Mimosoidae”, árbol leguminoso

abundante en el Litoral, también llamada Cari-Cari, Uña de Gato,

Ñapinday, Ñapindá, Garabato Blanco, cuya flor es muy aromática en

primavera.

-Cruz con el Hacha: Radica en una creencia popular del Litoral, que

consiste en marcar o dibujar una cruz en la tierra y enterrar el hacha en el

centro de esa cruz, para que la inminente tormenta se desvíe de esa casa.

-Ju´i: expresionismo del idioma guaraní, que significa “Rana”.

-Cururu: expresionismo del idioma guaraní, que significa “Sapo”.

-Jakavere: “Gallinago Paraguiae”, pequeña ave, de vuelo muy veloz y

rasante, conocida también como La Agachadiza Suramericana, Becasia o

124
Aguatero, de aspecto cuadriforme, de la familia Scolopacidae, viven en

América del Sur.

-Taguato: “Rupornis Magnirostris”, es un Aguilucho de 34 cm de largo

y no más de 300 gramos, de nombre científico (para algunos autores en

el género Buteo), se alimenta de Crustáceos y animales pequeños ,su

trino (grito) es muy característico. También es conocida como aguilucho

caminero.

-Guayaba: Es el fruto del Guayabo (de la familia de Myrtaceae),

comestible, de forma ovalada, parecido a una pera, y carne dulce y llena

de semillas pequeñas, tiene más de 100 especies de árboles, son

tropicales y nativos de Sudamérica.

Gomera: Instrumento para lanzar piedras u otros objetos compuesto por

una pieza de madera o de otro material en forma de “Y”, a cuyos

extremos se sujeta una tira elástica que impulsa los proyectiles,

comúnmente utilizada en el Litoral para cazar pájaros peces.

-Camalotal: lugar cubierto de “Camalote”: Nombre de ciertas plantas

acuáticas que crecen en las orillas de los ríos y lagunas; tienen tallo largo

125
y hueco, hojas emergentes y sumergidas, flor azul o blanca y vesículas

llenas de aire que les permiten flotar y desplazarse con las corrientes.

-Armado: Son peces propios de Sudamérica y que se caracterizan por

una sola hilera de placas óseas, que están unidas a las aserradas espinas

de sus aletas dorsal y pectoral, de carne sabrosa, una de las especies con

una simpática prominente panza. los machos pueden llegar alcanzar los

70 cm de longitud total y 9 kilogramos de peso

-Boga: “Megaleporinus Obtusidens”, pez Teleósteo Sudamericano,

comestible, abunda en cursos fluviales de los ríos, algunos llegan a pesar

hasta 10 kilogramos.

-Bagre: Pez Siluriforme de agua dulce de 40 a 80 cm de longitud, color

pardo por los lados y blanquecino por el vientre, cabeza muy grande,

hocico obtuso, sin escamas y con barbillas; abunda en muchos ríos de

América; su carne es comestible, tiene color amarillento, sabrosa y pocas

espinas. Abundan en toda América.

126
-Hollín: Sustancia negra, muy fina y grasienta, que forma el humo y

queda adherida a la superficie por donde este sale, comúnmente hallados

en utensilios de cocina.

-Kirito: terminología proveniente del lunfardo guaraní, diminutivo de

Jesucristo.

-Kiyu: del idioma Guaran, que significa “Grillo”.

-Jarro: es una “vasija de una sola asa”, hecha de diversos materiales,

como cerámico, platico o metal.

-Tina: Recipiente de madera en forma de media cuba. En el presente

libro se hace mención de “tina de barro”, es con el fin de usar el líquido

(agua) de la tina para remojar la masa de barro para el adobe.

-Terere: Infusión de yerba mate que se consume a modo del conocido

mate, pero con agua “fría”; es típica de Paraguay y el nordeste argentino,

aparte del hielo se le agrega en algunos casos distintas hierbas

medicinales.

-Correntada: Corriente de agua fuerte e impetuosa de un río o arroyo.

127
-Adobe: Masa de barro y paja (o aserrín), moldeada en forma de ladrillo

y secada al sol, utilizada en la construcción.

-Carau: nombre de origen guaraní, ave gruiforme de unos 60 cm de

altura, color pardo oscuro, con pico largo y encorvado, que vive solitaria

en el extremo Sudamérica, caracterizada por la tonada triste de su trinar.

-Yacaré: Caimán de unos 2,5 m de largo, de color verde oscuro, con la

punta del hocico redondeada; vive en ríos y pantanos de América del Sur,

y es carnívoro pero inofensivo para el hombre; su piel se utiliza en

marroquinería y su carne es comestible.

-Terejo Catu: Terminología Guaraní que significa (“Andate ya”).

-Mosquitero: Cortina de tejido fino y casi transparente, como gasa o tul,

que cuelga sobre una cama cubriéndola por completo para impedir el

acceso a insectos, principalmente moscas y mosquitos.

-Payagua Lavon: Tabebuia nodosa, también llamado (Palo Cruz), es

una especie botánica de árbol maderable, nativo de Sudamérica, en la

vegetación del Cerrado pantanal en Brasil, Argentina, Bolivia y

128
Paraguay. Es un árbol caducifolio, mediano hasta 9 metros de altura,

copa rala, ramas largas y un tanto desordenadas.

-Walkman: Aparato portátil reproductor de casetes, y a veces también

receptor de radio, que es de reducido tamaño, solamente se puede oír a

través de auriculares y funcionaba con pilas.

-Cassette: También conocido como casete compacto e, es un formato de

grabación de sonido o vídeo en cinta magnética que fue ampliamente

utilizado entre principios de los años 1970 y fines de la década de 1990,

para luego ir sustituyéndose por el CD.

-Sombrero de Pana: Sombrero de paja toquilla o sombrero panamá (o

simplemente jipijapa o montecristi) es un tradicional sombrero con ala de

Ecuador, que se confecciona de las hojas trenzadas de la palmera.

sombrero de paja toquilla (Carludovica palmata).

-Charqui: Cambien llamado Charque (del quechua charki, «cecina») es

un tipo de carne deshidratada típico de las regiones andina y meridional

de América del Sur que se ha usado desde la época precolombina para

129
conservar la carne por períodos prolongados. Consiste en cortar la carne

en tiras, salarla y colgarla al sol hasta que se seque.

-El Espinillo: Acacia caven, el Espinillo, Caven, Aromo, Espino o

Churqui, es un árbol o arbusto de hoja caduca de la familia Fabácea,

presente en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y el sur de

Brasil. Nombre que lleva una ciudad cabecera del departamento Pilagas,

Provincia de Formosa.

-Mate de Cuerno de vaca: Cambien conocida como “Guampa" o

"Cuias" (recipientes para tomar o beber mate o tereré, en el claro se

encuentra introducida una bombilla) hechos de guampa es decir de

cuernos de Vaca.

-Mandinga: (Mitología), es el nombre que representa al diablo en

algunas regiones de Sudamérica, al aparecer como un ser humano

normal, con la intención de presentar una apariencia más amigable. De

esta manera, según el mito, podría lograr tentar más fácilmente a las

personas.

130
-Desarraigo: Es la pérdida o corrupción de las raíces sociales y

familiares sufriendo la identidad personal un extrañamiento o pérdida de

sentido vital, cultural y social. El desarraigo repercute en la vida

emocional de las personas y los grupos sociales.

-Fastuosidad: Fasto (suntuosidad)."con materiales de escaso coste se

consiguen efectos de extraordinaria riqueza, pues es la aparente

fastuosidad lo que se pretende"

-F.A.L.: Siglas de (Fusil Automático Liviano), es un fusil de combate

calibre 7,62 mm, de carga y disparo automático, de fuego selectivo,

diseñado por la industria de armamentos belga FN Herstal a fines de los

años 1940 y producido desde principios de los años 1950.

-Aneurisma cerebral: Protuberancia en la pared de un vaso sanguíneo,

Debilidad en los vasos sanguíneos del cerebro que se inflaman y llenan

de sangre.

-Jungla de Cemento: Lunfardo, para referirse a la ciudad construida a

base cemento a diferencia de la vida del campo.

131
-Gregorio de Laferrere: Ciudad Argentina, más populosa del Partido de

La Matanza, Provincia de Buenos Aires, nombrado así en homenaje al

político y dramaturgo argentino (Buenos Aires, 8 de marzo de 1867 – 30

de noviembre de 1913).

-Caseros: Ciudad Argentina ubicada en el Gran Buenos Aires en la

provincia de Buenos Aires, al noroeste de la Ciudad Autónoma de

Buenos Aires, y en el centro del partido de Tres de Febrero, del cual es la

cabecera. El 3 de febrero de 1852 tuvo lugar la batalla de Caseros, en la

que el “Ejército Grande” integrado por el imperio de Brasil, Uruguay

junto a exiliados porteños en la entonces Banda Oriental, Entre Ríos y

Corrientes a las órdenes de Justo José de Urquiza vencía al gobernador

de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas.

-Hampón: Persona que vive de forma marginal cometiendo acciones

delictivas de manera habitual.

-La Matanza: Departamento o Partido (La Matanza), es uno de los 135

partidos de la provincia Argentina de Buenos Aires. Forma parte del

aglomerado urbano conocido como Gran Buenos Aires, es el partido más

132
extenso que limita con la Ciudad de Buenos Aires y el más poblado de

toda la provincia, con 1.775.816 habitantes según el censo de 2010.

-Rechinar: verbo intransitivo (Chirriar) o producir [una cosa] un sonido

desagradable por rozar contra otra cosa, especialmente los dientes al

rozar los superiores con los inferiores.

-Cebar Mate: Acto de humedecer la yerba con agua tibia en esa pequeña

cavidad que se formó sobre uno de los costados del mate. Esperar a que

absorba, cebar nuevamente y recién después colocar la bombilla.

Calentar el agua evitando que hierva: para cebar un buen mate es muy

importante que nunca supere la temperatura de 75°C

-Asir: Acción de tomar o agarrar a alguien o algo, especialmente con las

manos.

-Yarará: Serpiente venenosa de cuerpo grueso que puede superar los

1,50 metros de largo, es de color pardo con dibujos más oscuros en forma

de ángulos y semicírculos, y tiene una cruz en la parte superior de la

cabeza; habita en América meridional, en zonas húmedas de bañados, y

su mordedura puede ser mortal si no se atiende a tiempo.

133
-Los González: En el presente libro, corresponde a una familia vecina de

los Barrios, en El Porteño Norte.

-Los Bauklot: En el presente libro, corresponde a una familia vecina de

los Barrios, en El Porteño Norte.

- Despabilante: Quitar [algo] el sueño a alguien.

-Embrollada: Situación o asunto confuso, desordenado, problemático o

difícil de resolver.

-KA’I: (en guaraní “Mono”), apodo del Esposo de Gladys (Hermana del

autor). simpático personaje de barrio.

-Parco: Adjetivo que hace referencia a una [persona] Que hace lo que se

expresa sin excederse.

134
135
136

También podría gustarte