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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO


MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
MENCIÓN PLANIFICACIÓN DE LA EDUCACIÓN
CENTRO LOCAL GUÁRICO

TAREA 3
CARACTERIZA CON OBJETIVIDAD Y SEGURIDAD LA EDUCACIÓN
COMO PROCESO FORMADOR EN LA RELACIÓN SOCIEDAD, CIENCIA Y
EDUCACIÓN

Curso: Fisiología de la ciencia


Profesora: Dr. Jesús, A. Carmona
Estudiante:
Genny Carolina Cadenas C.
C.I. V-8.997.374

CHAGUARAMAS, ESTADO GUARICO


INDICE
INTRODUCCIÓN
La educación tiene -según lo expresa Hanna Arendt (1993)- la misión de mediar entre el
niño y el mundo, de manera de permitir que el primero se integre en el segundo
minimizando el riesgo de rechazo que existe naturalmente entre ambos. Esta
integración, que pasa también por formar parte de los grupos de personas que ya son
parte del mundo -es decir, los adultos- implica para el educador hacerse responsable del
uno y del otro, en cuanto a que su tarea como mediador entre ambos (niño y mundo) va
a determinar la manera cómo éstos se relacionan y sus expectativas de sostenimiento.
De ahí su autoridad, de su gran responsabilidad. El educador es entonces un ser
privilegiado en la construcción no sólo de la cultura, sino, como consecuencia de ella,
de la sociedad, de la manera cómo sus alumnos ven al mundo, de la distintas
perspectivas con que interpretan a este mundo, a la sociedad y a su existencia social e
individual que otorgan un orden a su convivencia naturalmente gregaria. Quiero hacer
un personal aporte presentando algunas reflexiones teóricas respecto del rol social del
educador y el proceso mediante el cual se forma.
UNIDAD TEMÁTICA N° III
Competencia Integral: III.1.1: Caracteriza con objetividad y seguridad la educación
como proceso formador en la relación sociedad, ciencia y educación

Que la educación es un fenómeno social es, a estas alturas, una idea asumida por
todos aquellos que algo tienen que decir acerca de ella. Ya en sus albores la sociología
se ocupaba de ello: Émile Durkheim lo aclaraba de la siguiente manera "la educación
común es función del estado social; pues cada sociedad busca realizar en sus miembros,
por vía de la educación, un ideal que le es propio" (1998).

De ahí también la importancia política de la educación: la posibilidad de establecer


un determinado orden social descansa en la forma cómo los ciudadanos entienden el rol
de la sociedad, de sus organizaciones y de ellos mismos dentro de este sistema de
relaciones; y esa forma de entendimiento sólo es posible de lograr mediante la
educación de las personas. Hablamos entonces de la construcción del espacio social
(Bourdieu 2003:34), es decir, de esa realidad invisible que no se puede mostrar ni tocar
con los dedos y que organiza las prácticas y las representaciones de los agentes de una
sociedad. Lo anterior sólo es posible mediante un proceso de transmisión de conceptos
de persona a persona, de un educador a un educando -un proceso comunicativo según
Habermas- a través del cual se van asimilando las particulares maneras de entender el
mundo que cada sociedad y, por ende, cada cultura ha asumido para sí.

La educación es además la herramienta privilegiada de reproducción social, es


decir, del mantenimiento del orden social según la más antigua tradición cultural. En
esto creo que hay que detenerse un poco. Pierre Bourdieu (2003) explica que el espacio
social u organización de la sociedad se funda en un capital cultural, es decir en la
herencia cultural -o más bien manera de ver al mundo- que ese espacio social tiene. De
este modo la sociedad se organiza en torno a valores determinados que son los que en
definitiva explican dicha organización. Así el espacio social deviene en espacio
simbólico, es decir en un conjunto de estímulos cargados de diferente significación que,
transformados en una especie de lenguaje, dan forma a las perspectivas, prioridades,
ideologías e intereses de los componentes de cada grupo social; de esta manera la
distribución del capital cultural permite construir un espacio social y la institución
escolar, mediante el fomento de aquellas formas particulares de entender el mundo,
ayuda a reproducirlo y a mantenerlo a través del tiempo y de la historia.

Podemos entender la complejidad del proceso de aprendizaje en las materias que se


enseñan, pero debemos asumir que no es sólo eso: aprendemos contenidos e
información, y desarrollamos habilidades y competencias; sin embargo, también
aprendemos una manera de vivir, de ver al mundo, aprehendemos una cultura, una
cosmogonía. Pero no es sólo eso: también es el aprendizaje de una serie de signos y
significaciones, un aprendizaje de relaciones simbólicas, de un lenguaje particular, de
un discurso específico que nos otorga una perspectiva para entender lo que sabemos y lo
que somos capaces de hacer, tanto a nivel de producto tecnológico como a nivel de
relaciones entre personas Es por eso que nuestro aprendizaje como humanos sólo es
posible cuando estamos en contacto con otros seres humanos porque lo anterior sólo es
posible aprenderlo de otros que lo hayan aprendido igual que nosotros: de la cultura,
que es obra eminentemente humana.

Pues bien, exclusión e integración son dos potencialidades presentes en el


quehacer pedagógico, productos ambos del proceso de aprendizaje en los que toda
persona se embarca al ser parte de un grupo social. Esto, que es también obra eminente
humana, nos hace cuestionarnos el sentido que como macroestructura social o como
iniciativa individual debemos otorgarle a nuestra acción educativa. Esta tarea toma
mayor vigencia cuando asumimos que lo que queremos de la educación es justamente
que sea una herramienta de integración social, es decir que pueda desarrollar la
capacidad de la persona humana de ser parte, de manera autónoma, activa y solidaria, de
los procesos sociales en los que le corresponde desenvolverse. La idea fundamental es
que seamos capaces de formar personas -ciudadanos, según Magendzo (2003)-
solidarios, conscientes y críticos, que seamos capaces de emprender "algo nuevo"
(Arendt 1993:208), es decir, de renovar al mundo a través de actos profundamente
conscientes y responsables, a la vez que transformadores. Esto es lo que Bronislav
Geremek (1996) entiende como cohesión social: el respeto de la dignidad del ser
humano y la construcción de vínculos sociales en nombre de la solidaridad para
integrarlo a los demás seres humanos y salvarlo de la exclusión y el aislamiento a los
que el no saber -es decir, la ignorancia- los condena.
Actividades III.3.1
PARTE A: Realice una investigación bibliográfica sobre la caracterización de la Educación como proceso formador. Usted debe referenciar el
material consultado
Nro. AUTOR/AÑO Titulo objetivo LINK RESUMEN

1 Bruner, J. (1999). La educación en: http://www.bantaba.ehu.es/formarse/ficheros/view/Exposi%C3%B3n_1_Sesi Plantea: “la educación es una importante encarnación de la forma de vida de una cultura, no
puerta de la %C3%B3n_4.pdf?revision_id=34811&package_id=34782 simplemente una preparación para ella”. Estas palabras muestran esencialmente la función
cultura. formadora de la educación, y esto lo demuestra al hacer resistencia a propuestas no concretas, a
las cuales incomoda la reflexión en torno a los sujetos, las instituciones y los saberes. La
función de la Educación como formadora se particulariza por concretarse en el proceso de
enseñanza aprendizaje, procura la transformación consciente del sujeto en sus diferentes etapas
de desarrollo, considerando que la misma, está condicionada por los diferentes procesos
socioculturales que se forjan desde la concepción del ser humano.

2 Gerardo Meneses El proceso de https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/8929/Elprocesodeensenanza.pdf


El resultado del análisis realizado nos presenta un acto didáctico en el que
Benítez enseñanza –
discente y docente (profesor, alumno y grupo) tienen un protagonismo principal
(2007) aprendizaje: el
ya que gracias a la comunicación -y a la interacción que esta provoca- entran
acto didáctico
en juego junto a los otros elementos del acto didáctico (medios, estrategias,
contenido y contexto) permitiendo el aprendizaje.

3 Gota, D. (2016) Caracterizar la https://www.clubensayos.com/ciencia/caracterizar-laeducaci%c3%93n-como- Señala que “la educación es la mejor herramienta para construir el futuro de la
Educación proceso-formador/3505956.html sociedad, es indispensable para identificar, perfilar y construir colectivamente los
como Proceso procesos formativos, aquellos que pretenden plantearse con carácter estratégico
Formador para el desarrollo de las comunidades.”
4 Durán, E. Relación entre Disp. En: la define como el proceso multidireccional mediante el cual se transmiten
(2009). Ciencia, http://teoriasenlaeducacion.blogspot.com/2009/02/relacionentre- conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar y agrega que además, no
Educación y cienciaeducacion-y.html sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones,
Sociedad. sentimientos y actitudes

5 León, A. ¿Qué es la Disp. En: www.saber.ula.ve/bistream/123456789/20200articulo2.pdf Señala que “la educación es un proceso humano y cultural complejo y que es un
(2007). Educación?. todo individual y supraindividual, dinámico y tiende a perpetuarse mediante una
fuerza inertica extraña, expuesta a cambios drásticos, a veces traumáticos y a
momentos de crisis y confusiones.”
6 Moya, E. Critica de la Recuperado de: https://IMeditacionessobreLaTecno-ciencia
(1998). Razón Señala que “la ciencia de hoy es la tecnología del mañana pero que ambas, deben
Tecnocientífica. pasar por el tamiz de la educación y además agrega que la actividad científica es
mucho más que abrir los ojos y mirar” (p.7); cuando el acto del descubrimiento
parece reducirse a eso, puede ser conceptuado de la manera tan simple como se ha
hecho tradicionalmente.
7 Uzcateguí, R. Análisis de la Recuperado de: Señala que, “el desarrollo vital de la humanidad ha tenido como elemento esencial
(2015). Educación en http://ideaspedagogicas.pbworks.com/f/historiadelaeducacion.pdf la educación, esta práctica social se ha expresado de distintas formas, conforme al
Perspectiva desarrollo mismo de la historia del hombre.” (p.1); es por esto que, en educación se
Histórica. justifica, la aplicación de metodologías y la racionalidad; pero, no debe faltar un
poco de la motivación de la ciencia, la cual va a responder al deseo de las personas
de conocer y comprender racionalmente, el mundo que nos rodea y los fenómenos
con él relacionados; donde la actividad, es la investigación y el producto resultante,
es el conocimiento científico.
PARTE A
Prepara un informe crítico fundamentado en la fuente por usted consultada donde
se destaque el papel de la educación como formadora. 10%
Como objeto el explicar de forma fidedigna cómo se estructura y funciona el
mundo; en un conjunto sistemático de información y conocimientos acerca del mundo
empírico que consigue a través de diferentes formas.
Además, la ciencia se trata de un tipo de conocimiento que nos lleva más allá de la
experiencia ordinaria, de las apariencias, usando razonamientos, pruebas y
demostraciones y que estas parten de la observación del mundo natural que nos
permiten obtener conclusiones acerca de la realidad que no podríamos alcanzar de otro
modo.
De la misma manera, la educación, según Durán (2009), la define como el proceso
multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y
formas de actuar y agrega que además, no sólo se produce a través de la palabra: está
presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. (p.3).
Por su parte Gota (2016), señala que “la educación es la mejor herramienta para
construir el futuro de la sociedad, es indispensable para identificar, perfilar y construir
colectivamente los procesos formativos, aquellos que pretenden plantearse con carácter
estratégico para el desarrollo de las comunidades.” (p.2). Igualmente, León (2007),
señala que “la educación es un proceso humano y cultural complejo y que es un todo
individual y supraindividual, dinámico y tiende a perpetuarse mediante una fuerza
inertica extraña, expuesta a cambios drásticos, a veces traumáticos y a momentos de
crisis y confusiones.” (p.2).
Ahora bien, la educación es un proceso de transformación de vida conjunta, con
una orientación definida, por la manera de vivir de esa persona que actúa como padre y
maestro y tiene que ver con el alma, la mente, el espíritu, es decir, con el espacio
racional o psíquico que vivimos y que deseamos que vivan nuestros niños y
adolescentes, pero tiene que ver con llegar a ser, seres humanos y el tipo de seres
humanos que llegaremos a ser mientras aprendemos y enseñamos. Fluctuara la
estructura de su población activa y más importante será su movilidad social y
geográfica.
En efecto, las capacidades de una sociedad se miden por la estrecha o distante
relación que tengan la educación y la ciencia; se presenta una brecha creciente entre la
suma del conocimiento disponible y el que se pretende enseñar pero es que no se trata
solamente de renovar el conocimiento fundamental dentro del contexto particular de la
ocupación de cada ciudadano, puesto que la ocupación misma también puede cambiar
en muchos casos, y es solo tomar plena conciencia de todo el proceso formador que
recorre la educación.
Asimismo, Durán (2009) señala que “la ciencia busca la razón y la verdad, en este
orden de ideas pero que debemos de tener presente el desarrollo se mide como la
capacidad que tiene una comunidad para organizarse”. (p.9), en función de la
generación del bien común y que ese bien se evalúa en las esferas de la salud, de la
justicia y del disfrute de la belleza y finalmente el subdesarrollo, sería la incapacidad de
alguna comunidad para organizarse con el propósito de alcanzar el bienestar general.
También, es importante destacar que la labor científica camina siempre en dos
direcciones en una, elabora sus teorías, sus métodos, sus principios y establece sus
resultados; en otra, inventa, ratifica su camino, abandona ciertas vías y se encamina para
ciertas direcciones privilegiadas y es que al hacer tal recorrido, los investigadores
aceptan los criterios de la historicidad, de la colaboración, sobre todo, se embeben de la
humildad del que sabe que cualquier conocimiento es aproximado, es construido; es
decir, no surge de la nada, sino que al contrario se va formando de un todo.
Del mismo modo, Pereira (2007), señala que “pareciera que no hay nada original en
la educación del hombre. El hombre procede de la cultura y la educación lo forma muy
parecido a los antecesores” (p.3); además, se tiene que dentro de una sociedad la
formación no es en sí, un fin, sino, un medio relacionado a una situación susceptible de
cambiar.
Hoy en día, es difícil separar a la sociedad, de la ciencia y de la educación; pero por
otro lado, el avance de la ciencia, es debido al uso de la tecnología, que llega mediante
el estudio, es decir con la educación; y por supuesto de las necesidades que presenta la
sociedad y que ciertamente, solo se conocen por medio de las investigaciones que
realiza la ciencia.
Por tanto, Moya (1998), señala que “la ciencia de hoy es la tecnología del mañana
pero que ambas, deben pasar por el tamiz de la educación y además agrega que la
actividad científica es mucho más que abrir los ojos y mirar” (p.7); cuando el acto del
descubrimiento parece reducirse a eso, puede ser conceptuado de la manera tan simple
como se ha hecho tradicionalmente.
Por su parte Uzcateguí, (2015) señala que, “el desarrollo vital de la humanidad ha tenido
como elemento esencial la educación, esta práctica social se ha expresado de distintas
formas, conforme al desarrollo mismo de la historia del hombre.” (p.1); es por esto que,
en educación se justifica, la aplicación de metodologías y la racionalidad; pero, no debe
faltar un poco de la motivación de la ciencia, la cual va a responder al deseo de las
personas de conocer y comprender racionalmente, el mundo que nos rodea y los
fenómenos con él relacionados; donde la actividad, es la investigación y el producto
resultante, es el conocimiento científico.
Entonces, si entendemos dichas concepciones y pretendemos analizar, si lo que
hacemos genera un cambio, es ahí donde asumiremos que la responsabilidad de formar
a próximos ciudadanos se ha hecho presente y consiente en quienes trabajamos en
educación y es que esto es la educación como proceso formador, en caso contrario
tendremos que replantearnos si lo que hacemos con nuestros estudiantes es un reflejo de
lo que somos, ya que el formar es un proceso para transformar.
Ahora bien, en cuanto a la ciencia de la educación no se funda en el estudio de
fenómenos que se presentan en educación solo se hace con el aporte de varias ciencias,
que en su conjunto reciben el nombre de ciencias de la educación; sin embargo es un
conjunto de disciplinas que estudian en forma científica los distintos aspectos de la
educación en sociedades y en culturas determinadas.
Entonces, Según Ecured (2017), las ciencias de la educación “son todas las
ciencias que aportan en teoría y práctica al proceso formativo desde su objeto de
estudio, tienen carácter integrador y holístico y tienen la pedagogía como ciencia
integradora” (p.1); inclusive, el campo disciplinar se ha constituido a partir de la
intersección de un conjunto de diversas disciplinas como lo son la filosofía, la
psicología, la sociología, la historia, entre otras; que abordan desde su especificidad el
objeto educación.
Por tanto; los diferentes aspectos de la educación en sociedades y culturas
determinadas, son estudiados por las ciencias de la educación, efectuando análisis
interdisciplinarios o transdisciplinarios para alcanzar una comprensión y explicación de
los procesos educativos y su relación, con el hombre, la sociedad, la cultura, con el
aprendizaje mismo. De ahí que, las ciencias de la educación no constituyen un campo
reservado solamente a algunos especialistas, sino que también ellas representan
actualmente el conjunto indispensable de disciplinas que permiten un correcto y
fecundo funcionamiento de los sistemas educativos en todos sus niveles.
Finalmente, en este recorrido de la educación como proceso formador, se encuentra
que entre ciencias humanas y ciencias de la educación se da como hemos visto, una
relación absolutamente concomitante y de aquí la importancia del sentido de su
sustantividad teórica como teoría para la práctica en el proceso formador
Las ciencias de la educación son todas las ciencias que aportan en teoría y práctica
al proceso formativo desde su objeto de estudio, tienen carácter integrador y holístico y
tienen la pedagogía como ciencia integradora; además, el campo disciplinar que se ha
constituido a partir de la intersección de un conjunto de diversas disciplinas como lo
son: la filosofía, la psicología, la sociología, la historia, entre otras; que abordan desde
su especificidad el objeto educación.
Las ciencias de la educación no constituyen un campo reservado solamente a
algunos especialistas pues ellas representan actualmente el conjunto indispensable de
disciplinas que permiten un correcto y fecundo funcionamiento de los sistemas
educativos en todos sus niveles.
Por último, se define la ciencia de la educación como el conjunto de disciplinas que
estudian en forma científica los distintos aspectos de la educación en sociedades y en
culturas determinadas o como todas las disciplinas interesadas en el estudio científico de
los distintos aspectos de la educación siempre referidas a las sociedades y culturas
determinadas
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Cuerpo Teórico de las Ciencias de la Educación. Disponible en:
http://toroentreensayos.blogspot.com/2018/03/la-educacion-como-proceso- formador-
e.html.

Uzcateguí, R. (2015). Análisis de la Educación en Perspectiva Histórica. Recuperado


de: http://ideaspedagogicas.pbworks.com/f/historiadelaeducacion.pdf
PARTE B,

Prepara un informe crítico fundamentado en la fuente por usted consultada


explicando la relación entre la Sociedad, la ciencia y la Educación. 20 %

Tal vez uno de los fenómenos más relevantes del mundo contemporáneo es el
inusitado valor que ha adquirido el saber, como condición indispensable para el
desarrollo de los pueblos. Según Toffler 1, vivimos en una sociedad del conocimiento,
caracterizada porque la base de la producción son los datos, las imágenes, los símbolos,
la ideología, los valores, la cultura, la ciencia y la tecnología. El bien más preciado no es
la infraestructura, las máquinas y los equipos, sino las capacidades de los individuos
para adquirir, crear, distribuir y aplicar creativa, responsable y críticamente (con
sabiduría) los conocimientos, en un contexto donde el veloz ritmo de la innovación
científica y tecnológica los hace rápidamente obsoletos.

No son necesarias elucubraciones para comprender el desafío que los anteriores


planteamientos hacen a la educación en general. El modelo educativo mundial entró en
crisis y las naciones más desarrolladas del planeta hacen esfuerzos, desde diversos
sectores, para mejorar cualitativamente los sistemas de formación tanto de los niños y
niñas como de los adultos, aún de aquellos que ya han cursado los estudios formales
básicos o los profesionales y avanzados.

Es por esta razón, como sugiere el título del presente artículo, que la temática Ciencia,
Tecnología y Sociedad se enfocará desde la mirada genérica de la Educación en
Tecnología y no se enmarcará específicamente en el esquema CTS, aunque se debe
entender que hablar de Educación en Tecnología implica relacionar, en el marco del
contexto educativo, la ciencia, la tecnología y las profundas implicaciones sociales de
ambas, con las posibilidades de un trabajo escolar integral y significativo para los
estudiantes.

En efecto, la dinámica de la Educación en Tecnología conjuga aspectos técnico-


científicos, culturales y valorativos, que en su desarrollo escolar la habilitan como un
poderoso instrumento de integración curricular y como una interesante contribución al
logro de fines educativos.
Hoy, cuando el deseo de contar con escuelas que brinden conocimientos y
comprensión a un gran número de estudiantes con capacidades e intereses diversos,
provenientes de medios culturales y familiares distintos, choca con la realidad de las
escuelas en los diferentes lugares urbanos y rurales donde los maestros enseñan y los
alumnos aprenden como hace dos décadas; hoy, ad portas del tercer milenio —cuando
los medios tecnológicos traducidos en computadores, discos compactos, multimedia,
realidad virtual, telecomunicaciones, superautopistas de información—, la educación
permanece fiel a su práctica tradicional. Hoy, cuando se requiere una escuela informada,
dinámica, reflexiva, que posibilite la retención del conocimiento, la comprensión del
conocimiento y el uso sabio de éste por parte de los estudiantes, la Educación en
Tecnología tiene mucho que decir.

De las anteriores premisas se deduce que el conocimiento implicado en la técnica y


en la tecnología es diferente. En el caso de la técnica el eje fundamental es la
experiencia previa acumulada, lograda a través del tanteo y de los éxitos y fracasos,
experiencia que no puede ser comunicada en forma oral o escrita sino a través de la
actividad misma: «El conocimiento técnico en cuanto conocimiento empírico es de
carácter más experimental que práctico instrumental. Lo empírico o empiria no es sólo
la práctica o experiencia simple, sino esencialmente la observación, la
experimentación, la medición, la conceptualización o razonamiento, como condiciones
para la transformación de la práctica. La reducción de lo empírico a lo práctico, a la
experiencia simple, a lo instrumental, refleja una inadecuada utilización del concepto
de empiria o una subvaloración del conocimiento práctico, derivada de la desigual
división social entre el trabajo práctico y el de índole intelectual» (Gómez, V.M.,
1993).

El conocimiento tecnológico, por su parte, tiene atributos reflexivos que


fundamentan la actividad, lo cual le proporciona una base argumentativa que permite su
explicación. El conocimiento tecnológico demanda una relación teoría-práctica
indisoluble, el acopio permanente de información que permite nuevas formas, nuevas
técnicas, nuevos resultados. Es sobre todo interdisciplinar, lo cual le permite redefinir
sus dominios e incluso crear otros. Es propio del conocimiento tecnológico
transformarse constantemente. La reflexión en el conocimiento tecnológico es doble:
por una parte, la causalidad y la verdad de una producción; por otra, las posibles y
distintas alternativas para obtener esa producción (la transformación tecnológica). El
conocimiento tecnológico es creatividad, lo que no impide buscar nuevos espacios aun
sin antecedentes previos.
La supervivencia en el marco de cambios tan severos va a exigir capacidades de
adaptación, aprendizaje y aplicación de conocimientos muy certeras y posibilitadoras.
El peso de la capacidad de toma de decisiones es gigantesco. Hoy en día nos vemos
acorralados por argumentos y propuestas que buscan convencernos. Llegan a través de
los medios de comunicación y apuntan a diversos propósitos: desde instarnos a comprar
determinado producto hasta que votemos por tal o cual candidato. El individuo está
sometido al asedio de cientos de voces que tratan de lograr su atención. Moverse con
propiedad en estos contextos y resolver con responsabilidad y eficiencia las situaciones
planteadas constituye un aspecto de especial importancia en la vida contemporánea. Se
requieren capacidades para juzgar la credibilidad de determinadas afirmaciones, de
evaluación de productos desde varios puntos de vista, de sopesar pruebas, de valorar la
solidez lógica de distintas deducciones, de seleccionar con propiedad una adquisición,
de discurrir argumentos; en suma, se requiere una gran capacidad de pensar
críticamente.
Botkin (1980) distingue entre dos tipos de aprendizaje que no son excluyentes: el
de mantenimiento y el innovativo. El de mantenimiento fue suficiente en el pasado para
desempeñarse socialmente con éxito, pero ya no es suficiente. El innovativo es
necesario para la supervivencia a largo plazo.
El aprendizaje de mantenimiento, como su nombre indica, se centra en la
adquisición de perspectivas, reglas fijas, métodos fijos, habilidades concretas,
destinadas todas ellas a hacer frente a situaciones conocidas y constantes. Su fuerza
radica en que acrecienta nuestra capacidad para resolver problemas ya existentes. El
aprendizaje innovativo insta al sujeto a someter a examen las suposiciones más
arraigadas, a buscar nuevas perspectivas. Es un instrumento poderoso ante situaciones
de incertidumbre como las que vive la humanidad; no rehuye los problemas, éstos son
oportunidades para reforzar el aprendizaje innovativo; es un aprendizaje para el cambio
y la turbulencia.
El aprendizaje de mantenimiento es y seguirá siendo necesario, pero es
completamente insuficiente para afrontar los retos del mundo convulsionado por la
injusticia, la inequidad y la falta de respeto por el medio ambiente y la vida. Hoy más
que nunca el conocimiento no tiene significado si no está dentro de un contexto. He aquí
el papel de la educación en general y el sentido particular de hablar de la educación
tecnológica como un aporte más en la búsqueda de estos propósitos.

CONCLUSIÓN

Las actividades de identificación, análisis, proyección y producción de


instrumentos tecnológicos requieren constantemente poner en juego el potencial
valorativo de todos los agentes que intervienen en el ambiente tecnológico escolar.
Seleccionar y usar los materiales adecuados, identificar la función tecnológica de los
operadores, mejorar el funcionamiento de los artefactos, usar cuidadosamente equipos,
materiales y herramientas, determinar niveles de acabado en los trabajos tanto en lo
estético como en lo formal, fomentar la equidad de género, reconocer las ventajas y
desventajas técnicas de los artefactos, preservar el aspecto ecológico en la producción
de los instrumentos, trabajar en equipo y respetar el criterio de solución planteado por
los otros a los problemas tecnológicos, son algunas de las actividades con un contenido
profundamente valorativo que se ponen en acción dentro del trabajo concreto en
tecnología en la escuela.

Sin embargo, además de las anteriores, existen otras importantes competencias


valorativas susceptibles de fomento en Educación en Tecnología, que tienen que ver,
por una parte, con el reconocimiento de la variedad de formas que resultan de la
diferencia de valores, creencias y necesidades de las personas y, por otra, con el
reconocimiento de los efectos del medio social, moral y ambiental en la actividad
tecnológica. Reconocer conflictos potenciales entre las necesidades del individuo y las
necesidades de la comunidad y saber negociar cuando se presentan puntos de vista
encontrados, son elementos medulares y de gran contenido valorativo en el trabajo con
tecnología:

«Algunos ‘defensores’ de la tecnología afirman que ésta es neutral, que puede


tener efectos socialmente deseables o bien perjudiciales, según sea el empleo
que le dé el hombre. Negar esto y decir que la tecnología no es estrictamente
neutral, que posee unas tendencias inherentes o impone sus propios valores,
equivale meramente a reconocer el hecho de que, como parte de nuestra
cultura, tiene influencia en nuestra manera de comportarnos y de crecer. Así
como los hombres han tenido siempre alguna forma de tecnología, también esa
tecnología ha influido en la naturaleza y la dirección del desarrollo del hombre.
El proceso no puede ser detenido ni se puede poner fin a la relación; sólo puede
ser comprendido y —así lo esperamos— si está dirigido hacia unos objetivos
dignos de la humanidad» (Kranzberg, M. y Pursell, Carroll, La importancia de
la tecnología en las cuestiones humanas).

REFERENCIAS

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nacional de los países del tercer mundo. CIUP, Universidad Pedagógica Nacional.
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También podría gustarte