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FICHA 2.

DIOS, UN PADRE MISERICORDIOSO

La Palabra de Dios
Evangelio de Lucas 15, 11-32

También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos
dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la
fortuna”. El padre les repar ó los bienes. No muchos días después, el hijo
menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su
fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por
aquella erra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces
y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus
campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los
cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos
jornaleros de mi padre enen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero
de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le
diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ; ya no merezco llamarme hijo
tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba
su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las
entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo
le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ; ya no merezco llamarme
hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y
ves dsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el
ternero cebado y sacri cadlo; comamos y celebremos un banquete, porque
este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos
encontrado”. Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el
campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y
llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacri cado el ternero cebado, porque lo
ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e
intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años
como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado
un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha
venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas
el ternero cebado”. Él le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es
tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano
tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

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Para ir más a fondo

En los versículos 1-3, Lucas presenta dos ac tudes que encontramos en


los dos hijos: el deseo de los pecadores de acercarse a Jesús y el
refunfuño de los fariseos... De este modo, la parábola pone de relieve la
riqueza emergente de todo el Evangelio: canta la misericordia de Dios, el
Padre, que acoge a los pecadores y sale a suplicar al justo que entre en
casa. Nuestro Dios se mani esta como Padre misericordioso en Jesús, que
come con los pecadores, perdona a las pros tutas cuando han amado
mucho (Lc 7,36-50), entra en casa de Zaqueo y lo convierte (Lc 19,1-10),
perdona a los verdugos y al ladrón cruci cado con El (LE 23, 34.43). Y su
misericordia no es comprendida ni por el hijo rebelde ni por el hijo
obediente: lamentablemente, ambos expresan su relación con el padre
todavía en términos de servidumbre, en lugar de amor (v. 19 y 29).Hay
que subrayar también la degradación del hombre en el momento en que
reniega de la paternidad de Dios: va con los cerdos, animales inmundos;
también hay que subrayar el respeto de Dios por el hombre: lo deja
caminar libremente; es El quien corre a su encuentro; sale a suplicar al
hijo que se ha quedado fuera de la puerta; goza con la salvación
reencontrada; hace esta por el pecador conver do... Es el amor del
Padre, no la san dad del hombre, lo que nos conduce a la salvación;
nuestra relación con el Dios de Jesucristo es una relación lial y se vive en
el amor y en la misericordia.
Así, la relación con el Padre se ex ende también a los hermanos: al
petulante ese hijo tuyo (v. 30); el padre responde con este hermano tuyo
(v. 32). El versículo 24 es un estribillo ya presente en las dos parábolas
precedentes y está dirigido a todos para compar r la alegría, entrando en
la lógica de la casa del Padre, que es la lógica misma del amor. ¿Qué
decisión tomará el primogénito?
Dios se coloca más allá de las diferencias de sexo y reúne en si los valores
de la paternidad y de la maternidad... El Padre de Jesús no ahoga la
libertad, no preserva de la fa ga y del sufrimiento, no favorece la
pasividad, la vileza, el servilismo, el fatalismo.... Es cuidadoso y
omnipotente, pero no invadente; es cercano incluso en la aparente

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ausencia; no impide el mal, pero saca de ello el bien, respetando la
libertad de las criaturas.1
Por tanto, la parábola traza tres i nerarios, sobre los que podemos
re exionar:
- El i nerario de Jesús, que ha venido para acoger a los hijos
perdidos y a los hijos eles, revelando la paternidad
misericordiosa de Dios.
- El i nerario del hombre, que naciendo se aparta de la casa
paterna y un día vuelve acogido por la misericordia de Dios,
habiendo aprendido a vivir como hijo y no sólo como siervo el.
- El i nerario del pecador y del justo: ambos deben aprender a
tratar a Dios como, a un Padre y a considerarse hijos suyos. Puede
verse también la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18,9-14).
Por tanto, en nuestra opción en favor de la fe cris ana, debemos
dejarnos guiar únicamente por el amor al Padre; no por el interés, como
el hijo que vuelve porque ene hambre, ni por la pretensión de ser justos,
como el hijo que no quiere entrar. Incluso podemos andar errantes lejos
de Dios; pero, si lo buscamos con fe y con amor, Él nos está esperando,
con los brazos abiertos, para correr a nuestro encuentro.

1 Catecismo de los Adultos La verdad os hará libres, 334.



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Para dialogar en el grupo


๏ ¿De qué manera te guras a Dios? ¿Un amo, un juez in exible, un
principio racional del mundo...? ¿Cómo lo puedes encontrar
frecuentando nuestra Iglesia?
๏ ¿Sabes llamar a Dios por su nombre, diciéndole Padre? ¿O no lo
nombras nunca en tus conversaciones, por vergüenza o por temor?
๏ ¿Qué piensa Dios de nuestros pecados, de nuestros errores? ¿Cómo
sen mos la necesidad de pedirle perdón? ¿Cómo se puede vivir una
relación lial con Él?
๏ ¿Has experimentado directamente en tu vida el amor misericordioso de
Dios? Cuenta un episodio.

Oración
Para la oración usamos el Salmo 23: El Señor es mi pastor…; o el Salmo 63:
Oh Dios, Tú eres mi Dios, por Ti madrugo...
Escogemos en el Evangelio una frase que nos inspire sen mientos de
amor liar hacia el Dios de Jesucristo y la proponemos al grupo como
contribución personal para la oración.
Buscamos entre todos un canto que aprender, para expresar nuestra
alegría de ser acogidos por la misericordia de Dios.
Podemos meditar estos textos: Ef 3,14-19 (Doblo mis rodillas ante el
Padre...); Lc 10,21-22 (Te doy gracias, Padre...); Mt 6, 9-13 (Padre nuestro,
que estás en el cielo...).

Para vivirlo

๏ ¿Como puedo reconocer y mostrar a Dios como un Padre que me ama?


๏ Reza despacio durante varios días, usando el Padrenuestro. Rezando cada
palabra, y sin endo a Dios como Padre.

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