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Vigotsky

Abre una disertación sobre la aparición de la lectura afirmando que es una


inmersión del sujeto en un mundo simbólico que en algún momento empieza a ser
dominado por la palabra, dando origen a una nueva manera de relacionarse y
comprender el entorno, lo cual aparece como un reflejo de los hechos históricos y
culturales que traen consigo los adultos o pares que acompañan el encuentro y
significación de la realidad.

Mejia

muestra la importancia de la lectura de textos apoyados en signos icónicos y


lingüísticos que son narrados por los educadores de una forma intencionada y
provocadora, que a su vez permite acercar al niño a la lectura como un modo de
encontrarse con el conocimiento. Para ello, se muestra cómo la lectura en primera
instancia deviene de las narraciones hechas por los educadores para luego
convertirse en un fenómeno de carácter autónomo, situación que marca un nuevo
camino para encontrarse con la lectura, pero que siempre estará impregnado por
las voces, las huellas y las primeras experiencias que dan a conocer los adultos,
es decir que su primer acercamiento a la literatura se definen desde las
experiencias narradas por los seres que lo o la rodean.

Es fundamental mencionar que la lectura es un proceso interactivo que permite


construir sentido desde las diferentes modalidades que emergen del lenguaje,
dando la posibilidad de transformar y producir conocimiento.

Piaget

El cuento infantil no sólo es importante porque sirve como estímulo para el futuro
lector, sino también, porque contribuye al desarrollo del lenguaje, de la creación
literaria, de la imaginación de mundos posibles, entre otros. Además, porque al
recrear la vida de los personajes e identificarse con ellos, le permite vivir una serie
de experiencias y situaciones que le ayudarán a adquirir mayor seguridad en sí
mismo, a integrarse y formar parte del mundo que le rodea.

Este autor plantea que el aprendizaje infantil empieza mucho antes de que el niño llegue a
la escuela, es decir, que el aprendizaje que él encuentra en la escuela tiene siempre una
historia previa.

El principal beneficio que encontramos en la literatura infantil es que suele tratar temas
muy importantes en la via ( la muerte, la amistad, el autoestima, etc.) de una manera
amena y cercana, permitiendo que el niño se forme una primera idea de estos asuntos tan
relevantes que irán experimentando de primera

Conociendo la audiencia de los libros para niños, sin diferenciar entre sí es ficción o no
ficción, hay ciertos elementos que normalmente contienen. En esta sección,

 os libros para niños tienen una idea y un tema simple: La literatura infantil no
tiene que tener tramas y subtramas complicadas. Además, no tiene personajes o
situaciones poco realistas. Todo lo que sucede en un libro para niños, a menos
que sea una fantasía o un cuento de hadas, sucede en la vida real.

 Tienen personajes que son reales: Los personajes de los libros infantiles


parecen reales, incluso en los cuentos. Estos personajes, al igual que los jóvenes
lectores, cometen errores y aprenden. Los personajes realizan un crecimiento
físico y emocional a medida que avanza la historia.

 Contienen lecciones morales: Lo más importante de los libros para niños es que
dejan lecciones morales para sus lectores. Estos consejos son simples y fáciles de
entender. Algunos ejemplos son “no mientas”, “no hagas trampas”, o “no pelees
con tus hermanos o amigos.”

 Ilustraciones llamativas: Los niños son lectores visuales, especialmente los más


pequeños. Dependen mucho de las imágenes aunque ya puedan leer y
comprender. Por eso, un buen libro infantil tiene ilustraciones que fácilmente
pueden llamar la atención de los niños. Las ilustraciones ofrecen un elemento de
emoción, por lo que los niños seguirán leyendo, con curiosidad de saber qué
sucederá a continuación.

Montessori
para tener un buen espacio que fomente la lectura. 

Cuentos y libros a la altura del niño o de la niña


Que los libros estén visibles y accesibles facilitará que el niño puede elegir libremente
cuándo leer y qué leer. Para ello podemos colocar unos estantes bajitos. Hay algunas
estanterías con baldas muy estrechas (lo justo para meter un libro) que ocupan muy poco
espacio y son muy prácticas para cualquier hogar, aunque no haya muchos metros libres.

2. Orden y portadas visibles


Que los cuentos sean fáciles de sacar y de recoger puede marcar la diferencia. Si
tenemos los cuentos amontonados puede que pasen meses sin que se acuerden
de ver los que están al fondo. Para que los cuentos llamen más la atención de los
niños y niñas es positivo exponerlos con sus portadas visibles en lugar de
ponerlos de canto, procurando no poner unos encima de otros.
3. Espacio luminoso
Para el método Montessori también es muy interesante que los cuentos estén
colocados en una zona en la que entre buena luz natural.

Espacio cómodo y tranquilo


Si la zona de lectura está en un lugar de paso con mucho tránsito o en una zona
con muchas distracciones será más probable que el niño se despiste y deje a
medias su lectura. Es interesante que la zona sea tranquila a nivel visual y que
pueda tener espacios en los que sentarse o tumbarse a leer cómodamente: una
hamaca, una butaca o una alfombra con unos cojines grandes pueden dar calidez
para pasar tiempo leyendo ya sea en el suelo, que les encanta a los niños porque
les permite gran libertad de movimiento o sentados.

Un cuento antes de dormir


Un buen momento para otorgar un espacio a la lectura puede ser la noche,
justo antes de dormir.  Los momentos previos al sueño han de ser momentos de
calma y conexión con las figuras de apego: los masajes, las canciones y, por
supuesto, los cuentos son herramientas geniales para guiar a los niños y a las
niñas hacia la calma. Cuando crezcan y aprendan a leer podemos comenzar a
hacer lecturas compartidas (podemos leer párrafos con ellos de forma
intercalada).

- Lectura durante el día


En ocasiones, quedan espacios de tiempo vacíos que se llenan cada vez de una
forma más frecuente con pantallas. Sacar un libro o un cuento y compartirlo con
ellos puede ser una buena alternativa: si los libros no van acordes a sus intereses
rápidamente se aburrirán. Sin embargo, si les observamos y les escuchamos ellos
mismos nos irán dando las pistas de los temas que les cautivan: dinosaurios,
insectos, flores...

Los niños y las niñas pueden tener a su alcance libros de conocimiento que
querrán ojear de forma autónoma para saber más, pero también podremos ir
descifrando, cuando empiecen a leer, si les interesan más los libros sobre
amistad, aventuras, humor, cómics... A medida que crezcan pueden empezar a
leer de una forma más autónoma de forma voluntaria, pero sin duda será
importante tener libros a su alcance que les resulten interesantes.

- Biblioteca semanal o quincenal


Para que el niño tenga alternativas y vayamos renovando los libros a los que
accede es muy interesante crear el hábito de acudir a la biblioteca periódicamente.
Pasar un rato allí les impregna de ese espíritu lector, da valor a la lectura y, sobre
todo, a los libros. Los niños y niñas pueden tomar prestados algunos libros de su
interés. Saber que han de devolverlos les ayudará a desarrollar la responsabilidad,
el orden y el sentido de cuidado.

- Visitar librerías en los viajes y excursiones


Es un hábito de lo más sencillo, que les ayuda a crear recuerdos en torno a los
libros en esas experiencias que normalmente suelen quedar grabadas en su
mente mucho tiempo.

- Intercambiar libros con otros niños


Este es un hábito precioso que fomenta la lectura, pero también la solidaridad, el
cuidado y la responsabilidad. Además, compartir libros reaviva la llama del amor
por la lectura al ver que también es un interés entre sus iguales.

- Compartir tiempo de lectura en el hogar


A partir de los 6 o 7 años podemos tener algunos momentos en casa para leer.
Nosotros, como adultos, podemos leer los libros que nos gusten y ellos leerán, a
su vez, sus propios libros. De esta forma, se crea en casa una atmósfera de
silencio y calma en la que además de ver nuestro ejemplo tienen el ambiente
idóneo para sumergirse en la lectura. Gracias a ello conseguimos fomentar la
lectura en la infancia para establecer los hábitos lectores durante la edad adulta.

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