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01 de Junio, 2022
Discipulado Equipo de Pastores.
Ps. Norca de Moisés

EL AYUNO Y SU APLICACIÓN EN EL PASO DEL ENVIAR

INTRODUCCIÓN.
Como pastores y líderes cristianos firmes en el Señor, sabemos que el Ayuno
es una disciplina espiritual fundamental en nuestro crecimiento y desarrollo
como hijos de Dios. Por tal motivo, hoy queremos profundizar más acerca del
ayuno en base a las enseñanzas bíblicas, y su aplicación en relación con el
cuarto paso de la Escalera del Éxito, que es el Enviar, a fin de que cada
discípulo que estemos enviando vaya mejor preparado.

Considerando que actualmente se está utilizando el ayuno con otros fines,


como su incorporación a las dietas para adelgazar y por motivos de salud para
desintoxicar el cuerpo, repasemos el concepto del Ayuno de acuerdo a nuestro
propósito. Ayunar, es la práctica de abstenerse deliberadamente de alimentos
con fines espirituales, durante un tiempo previamente establecido por la o las
personas que lo van a practicar. En el mismo, se puede o no incluirse la
abstinencia de agua u otros líquidos.

LA ENSEÑANZA Y EL EJEMPLO DE JESÚS CON RESPECTO AL AYUNO .


El punto de partida más adecuado para conocer sobre la enseñanza de Jesús
en relación al ayuno se encuentra en el Sermón de la Montaña. En Mateo 6:1-
18, Jesús dio instrucciones a sus discípulos sobre tres deberes que están
relacionados: El dar limosna (RV) o dar al necesitado (NTV), el orar y el
ayunar, haciendo énfasis en el motivo de cada uno y esperando que todos sus
discípulos debían practicar estos tres deberes.

En el V2 dijo: "Cuando des limosna" o “cuando le des a alguien que pasa


necesidad”; V5: "Cuando ores” (individualmente); V9: "Vosotros oraréis
así" (colectivamente); V16: "Cuando ayunéis" (colectivamente); y en el V17:
"Cuando tú ayunes" (individualmente). Notemos, a través del lenguaje usado
por Jesús, que estos deberes no eran opcionales, sino que debían ser
practicados con regularidad. También se observa un paralelismo entre la
oración y el ayuno, por lo que Jesús espera de sus discípulos (Todos los que en
Él han creído), que así como oran con regularidad, de igual manera, ayunen
regularmente.
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El ayuno era un deber religioso entre el pueblo judío en la época de Jesús, el


cual practicaban continuamente desde la era de Moisés en adelante. Por eso,
tanto los fariseos como los discípulos de Juan el Bautista, ayunaban
regularmente, de tal modo que se extrañaron de no ver a los discípulos de
Jesús haciendo lo mismo. Y en Marcos 2:18-20, le preguntaron a Jesús el por
qué sus discípulos no ayunaban. Y Jesús les responde en forma de parábola,
diciendo: “19¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras está
con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden
ayunar. 20Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces
en aquellos días ayunarán”.

¿Qué significa esta parábola?. El "esposo" representa a Jesús. "Los que


están en las bodas" representan a los discípulos. El período "mientras el
esposo está con ellos" corresponde a los días del ministerio de Jesús en la
tierra, quien estaba físicamente presente con sus discípulos. El período
"cuando el esposo les será quitado" se inició desde que Jesús ascendió de
nuevo al cielo, y continuará hasta que regrese por Su iglesia. Mientras tanto la
iglesia, como su novia, espera el regreso del Novio. Este es el período en el
que vivimos ahora, acerca del cual Jesús enfatiza: "Y entonces (los
discípulos de Jesús) en aquellos días ayunarán". Por lo tanto, el ayuno es
una marca del verdadero discipulado cristiano, ordenado por Jesús mismo.

Por lo explicado anteriormente podemos afirmar que la práctica del ayuno está
respaldada por las enseñanzas de Jesús. Pero también lo está, por el ejemplo
personal de Jesús, como lo observamos a partir del momento en que fue
bautizado. Jesús al ser bautizado en el Jordán por Juan el Bautista, fue guiado
por el Espíritu Santo a pasar cuarenta días ayunando en el desierto. Y dice
Lucas 4:1-2 que “1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue
llevado por el Espíritu al desierto 2por cuarenta días, y era tentado por el
diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo
hambre”.

Analicemos que hay una diferencia significativa en las expresiones que usa
Lucas para describir a Jesús antes y después de su ayuno . Al principio, en
Lucas 4:1, dice: "Y Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán". Al
final, en Lucas 4:14, dice: "Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a
Galilea". Cuando Jesús fue al desierto, ya estaba "lleno del Espíritu Santo" y
pudo enfrentar el conflicto espiritual que se le presentó directamente con
Satanás, del cual salió victorioso. Pero cuando volvió después de ayunar
"volvió en el poder del Espíritu". Esto indica que el potencial del poder del
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Espíritu Santo que Jesús recibió en el momento de su bautismo en el Jordán,


se manifestó plenamente después de haber completado su ayuno.
Lo anterior significa que el ayuno fue la fase final de preparación por la que tuvo
que pasar Jesús, antes de entrar en su ministerio público. Y las mismas leyes
espirituales que se aplicaron en el propio ministerio de Jesús, se aplican
también en el ministerio de sus discípulos. En Juan 14:12 Jesús dijo: “El que
en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también…” Con estas
palabras, Jesús abrió el camino para que sus discípulos siguieran el modelo de
su propio ministerio. Por este motivo, el ayuno debe ser parte fundamental en
nuestra preparación como ministros y en la preparación de nuestros discípulos,
antes de enviarlos a iniciar su ministerio a través de una célula.

LA PRÁCTICA DEL AYUNO EN LA IGLESIA PRIMITIVA.


Considerando que el apóstol Pablo fue un verdadero discípulo de Jesús, el
ayuno jugó un papel vital en su Ministerio. Inmediatamente después de su
primer encuentro con Cristo en el camino a Damasco, Pablo pasó los siguientes
tres días sin comer ni beber (Hechos 9:9). A partir de entonces, el ayuno pasó
a formar parte de una disciplina espiritual regular en su crecimiento como
cristiano.

En 2 Corintios 6:3-10 (Leerlo), Pablo enumeró varias formas en las que había
demostrado ser un verdadero ministro de Dios. Específicamente en el V5
señaló dos de esas formas: "en vigilias, en ayunos". Y en 2 Corintios 11:23-
27 (Leerlo), Pablo volvió con el mismo tema y da otra larga lista, y
específicamente en el V27 dijo: "… en muchos desvelos, en hambre y sed,
en muchos ayunos …..". Cuando Pablo expresa que pasó "Hambre y sed" se
refiere a ocasiones en las que no había comida ni bebidas disponibles; pero
cuando dice: "en muchos ayunos" se refiere a diversas ocasiones en las que
había comida disponible, pero se abstuvo deliberadamente por razones
espirituales.

Los cristianos del N.T. no solo practicaron el ayuno individualmente, como parte
de su disciplina personal, sino que también lo practicaron colectivamente, como
parte de su ministerio corporativo para con Dios. Hechos 13:1-2 dice: “1Había
entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros:
Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que
se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2Ministrando éstos
al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a
Saulo para la obra a que los he llamado”.
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Esto sucedió en la iglesia local de la ciudad de Antioquía donde cinco líderes


principales se encontraban ministrando al Señor, ayunando y orando juntos.
Fue así como el Espíritu Santo ordenó que le apartaran a Bernabé y a Saulo
para la obra que tenía para ellos. Sin embargo, estos dos hombres aún no
estaban plenamente preparados para emprender la tarea, ya que requerían la
impartición de la gracia y el poder especial que se necesitaban para dicha
tarea. Con este propósito, los cinco hombres ayunaron y oraron juntos por
segunda vez, luego de lo cual, dice la Palabra en el V3 “Y después de haber
ayunado y orado, y puestos las manos sobre ellos, los despidieron”, es
decir, que los otros tres ministros pusieron las manos sobre Bernabé y Pablo y
los enviaron a cumplir su llamado. Podemos decir que el ministerio apostólico
de Bernabé y Pablo nació de la oración y el ayuno conjunto de cinco líderes de
la iglesia en Antioquía.

Los capítulos 13 y 14 del libro de los Hechos indican que la oración y el


ayuno colectivos jugaron un papel vital en el establecimiento, crecimiento y
desarrollo de la iglesia del N.T. A través de estas dos disciplinas espirituales
aplicadas de manera conjunta, los primeros cristianos recibieron dirección y
poder del Espíritu Santo para tomar decisiones o tareas de especial importancia
en la obra de Dios. De igual manera, nosotros debemos seguir este ejemplo
para el establecimiento de nuestras células y futuras iglesia.

FORMAS EN LA QUE EL AYUNO AYUDA AL CRISTIANO EN SU


CRECIMIENTO ESPIRITUAL.
Hay varias formas en las que el ayuno ayuda al cristiano a recibir dirección y
poder del Espíritu Santo.
1. El ayuno como un medio para Afligir o Humillar el alma del cristiano
Dios ordenó para Israel un día especial del año en el cual debían afligir sus
almas; fue el Día de la Expiación. En Levítico 16:31 el Señor instruyó a Israel
con respecto a este día, diciendo: "Día de reposo es para vosotros, y
afligiréis vuestras almas por estatuto perpetuo". Desde la época de Moisés
en adelante, los judíos han interpretado esto como un mandato de ayunar, y
diecinueve siglos después, su nombre hebreo es Yom Kippur. Los judíos
ortodoxos de todo el mundo todavía observan este día como un día de ayuno.

David en dos de sus salmos también habló del ayuno de esta manera. En el
Salmo 35:13, dijo: "Afligí (Humillé) con ayuno mi alma". La palabra afligir en
otras versiones aparece como humillar, ya que la palabra en hebreo utilizada
para ambos términos es la misma. Luego en el Salmo 69:10, David dijo: "Lloré
y castigué mi alma con el ayuno". Al combinar las diversas expresiones
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utilizadas podemos decir, que el ayuno se practicaba en el A.T. como un medio


para humillar o afligir el alma y castigarse.

2. El Ayuno como un medio para Someter al Cuerpo y la Voluntad del


Cristiano.
En 1 Corintios 9:27 (DHH), Pablo dijo: "…Castigo mi cuerpo y lo obligo a
obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber
enseñado a otros". Nuestros cuerpos, con sus órganos físicos y apetitos, son
servidores maravillosos, tanto de las cosas buenas como de las malas. Por eso,
es necesario mantenerlo siempre en sujeción. Un ministro que estaba en ayuno
dijo: "Mi estómago no me dice cuándo comer, pero yo le digo a mi estómago
cuándo". Cada vez que un cristiano practica el ayuno con este propósito, le está
notificando en su cuerpo: "Tú eres el sirviente, no el maestro”.

Por otra parte en Gálatas 5:17, Pablo puso al descubierto la oposición directa
que existe entre el Espíritu Santo y la naturaleza carnal del hombre, diciendo:
"Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es
contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis". Conjugado estos dos últimos versículos podemos decir que el
ayuno trata con la naturaleza carnal del hombre a fin de someterla, ya que la
misma se opone al Espíritu Santo.

Esto indica que en el N.T. el creyente usaba el ayuno para romper dos grandes
barreras de la naturaleza carnal del hombre, que son: La voluntad del alma y
los apetitos y placeres del cuerpo. Una vez eliminadas estas barreras, el
Espíritu Santo puede trabajar plenamente y sin obstáculos, a través de nuestras
oraciones, ya que el ayuno practicado correctamente, somete el alma y el
cuerpo al Espíritu Santo.

Derek Prince señala que todo cristiano debe entender que el ayuno cambia al
hombre, no a Dios, ni tampoco cambia sus justas normas o mandatos. Si algo
está fuera de Su voluntad, el ayuno no la va a hacer cambiar (Leer el Ayuno de
7 días que hizo David por su hijo).

RESUMEN DE LA APLICACIÓN DE ESTA ENSEÑANZA PREVIO A LA


ETAPA DEL ENVIAR EN CADA UNA DE NUESTRAS REDES (Nota:
Pastores esto es lo que estamos haciendo en Bethel para abrir las nuevas
células).
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Este resumen de cada uno de los aspectos considerados es con el fin de que
todos los líderes de Red, lo apliquen de la misma manera y con el mismo
espíritu:
1) Orar al Espíritu Santo para que los direccione en la zona, lugar, casa
donde deben abrir las células y a qué líder o líderes enviar, tal como el
Espíritu Santo direccionó a Bernabé y a Saulo. Lo ideal es enviar un Líder con
el Timoteo o asistente de una vez, ya que también Jesús los enviaba de dos en
dos.

2) Definido el Punto 1, llevar a cabo el proceso de oración y guerra espiritual


durante un mes por la familia, la casa y el lugar donde se abrirá la célula, tal
como lo conocemos y realizamos siempre antes de su inicio formal.

3) Al tener definida la fecha de apertura de la célula, el Líder de Red convoca a


un ayuno colectivo a todos los miembros de su discipulado, el cual se
realizará en la reunión correspondiente a la semana anterior a dicha apertura.
Allí estarán presentes también el Líder y el Timoteo que serán enviados, para
orar, clamar e interceder por la nueva célula, a fin de que el Espíritu Santo los
direccione en todo.

4) En ese ayuno, el Líder de Red ministrará sobre la pareja de la nueva célula,


imponiendo las manos sobre ellos y enviandolos con la bendición del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo, similar a como lo hicieron: Simón, Lucio de Cirene y
Manaén con Bernabé y Saulo (Hechos 13:3).

5) Durante todo este proceso el Líder de Red debe esforzarse para que el
nuevo líder de célula comprenda y le sea revelado en su espíritu, que la Célula
que abrirá es el inicio de su Ministerio, y que el Señor se la está entregando
para que Gane, Consolide y Discipule las almas que allí llegarán, para que
luego las envíe a ganar a otros, cumpliendo con la Gran Comisión. Tal como
ocurrió con la Iglesia Primitiva para el establecimiento, crecimiento y desarrollo
de nuevas iglesias en diversas localidades.

Sin ir muy lejos, ya lo hemos visto en nuestro propio ministerio, donde cada
líder comenzó con una célula, luego ya tienen varias células y discípulos
conformando su red; algunos han sido promovidos a Pastores y algunos de
ellos ya dirigen una Iglesia. Esto es lo que les espera a todos aquellos que
aman a Dios, a su prójimo y son fieles al Señor y al ministerio donde Él los ha
puesto. AMEN.

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