Está en la página 1de 4

INTRODUCCIÓN

El ayuno es una práctica común en nuestros días, y por lo menos los grupos de personas
que profesan la fe cristiana y los grupos protestantes de corte pentecostal o carismático lo
hacen teniendo como base las enseñanzas que presenta la Biblia sobre este tema. Sin
embargo, al analizar detenidamente este aparte y haciendo una comparación con la forma
en que algunos abarcan la práctica del ayuno actualmente, se puede notar que el sentido que
se le da y la teología que se maneja al momento de ejercerla, evidencian un
desconocimiento general sobre los contextos teológicos y culturales que se vivían en el
primer siglo y, por ende, gran parte de su significado.
El estudio de los antecedentes sobre las practicas del ayuno en el primer siglo cobra
importancia al momento de hacerle una exegesis al sermón del monte, pues en el capítulo 6
del evangelio según San Mateo se destapa el tema frente a un grupo de fariseos los cuales,
dentro de su concepto, tenían la tranquilidad de estar dentro de los estándares que Dios
había dado en las Escrituras, sin embargo, se encontraron con la sorpresa de ser reprobados
por Jesús.
A continuación, se presenta un estudio sobre el ayuno en el primer siglo mostrando
diferentes aspectos de este tema en los grupos religiosos y lo forma que adoptaron los
cristianos en el primer siglo.

EL AYUNO EN EL PRIMER SIGLO


Para comenzar es importante definir esta palabra, y J Morales al respecto dice: que “se
entiende por ayuno la situación de quien no ha tomado alimento, o el acto, voluntario y
consciente, por el que alguien se abstiene de comer o beber. Con el ayuno ha ocurrido lo
que con las prácticas ascéticas en general. Consideradas casi siempre al principio como un
modo de disciplinar el cuerpo para mantenerle en forma física adecuada, son vistas
posteriormente como medio de alcanzar el ideal de la sabiduría”. 1 Según algunos, esta
práctica no es de origen hebreo, sino más bien se adopta este modelo de rituales religiosos y
se le va dando su propio significado e intención, aunque se mantiene el mismo hecho
particular de abstenerse de ingerir alimentos, de la misma manera, en algunas ocasiones los
practicantes se privaban de otras prácticas de su propio gusto.
El ayuno, como todo, tiene su historia y esta no fue una práctica que tomara su significado
final desde el comienzo, es más, Morales Marín nos dice que el ayuno “recibió sentido
ético (camino hacia la virtud); y, finalmente, cobran relevancia religiosa. No implica que
todas las religiones, antiguas o contemporáneas, que recomiendan o exigen prácticas de
ayuno, hayan recorrido el proceso arriba mencionado. Quiere decirse solamente que, en
muchas ocasiones, un grupo que practica el ayuno con sentido religioso puede haberlo

1
(J. MORALES MARÍN) autor del articulo .Gran Enciclopedia Rialp, Ediciones
Rialp, Madrid 1991 (c) Copyright. Todos los derechos reservados. Montané
Comunicación, S.L. C/ Escultor Peresejo, 70 - 28023 Madrid - España
practicado antes con sentido puramente profano. También es frecuente que el ayuno sea
vivido por una misma comunidad con fines a la vez profanos y religiosos.2
Aunque tomamos como punto de partida para este estudio la Biblia, cabe notar que en este
periodo no solo eran los judíos quienes ayunaban, “la religión pagana griega también
practicaba algunas formas de ayuno. Uno de los ritos de iniciación de la religión de los
misterios eleusinos incluía un ayuno y el culto a Isis y Cebiles también implicaba un
ayuno”.3 Y aunque del grupo de los fariseos algunos ayunaban buscando ser piadoso pero
no fueron aprobados por el Señor Jesús (Lucas 18:9). “El ayuno fue parte esencial de los
grupos ascéticos como los esenios de la comunidad del Qumrán”4. Añadido a esto, “los
historiadores de las religiones descubren casi en todas partes: por motivos de ascesis, de
purificación, de luto, de súplica, ocupa el ayuno un puesto importante en los ritos
religiosos. En el Islam, por ejemplo, es el medio por excelencia de experimentar la
trascendencia divina. La Biblia, en la que se funda en este punto la actitud de la Iglesia,
coincide en este particular con todas las demás corrientes religiosas”.5
En el Nuevo Testamento se menciona pocas veces el ayuno, a veces se ordenaba o se
observaba un ayuno con el fin de promover la concentración en un importante acto o
acontecimiento religioso, como en el caso del envío de misioneros (Hechos 14:23)6, por
otro lado, “no existe el mandato expreso en el Nuevo Testamento que nos ordene ayunar; es
un privilegio más que un mandato. Tenemos la presencia permanente del Espíritu Santo en
nuestra vida, lo cual nos hace vivir siempre en “presencia de Dios”. Sin embargo, el ayuno
está asociado en la Biblia con la oración y el profundo arrepentimiento. Si alguien desea
ayunar, bien puede, pero entendiendo que ayunar es un acto privado de la persona, y con el
solo propósito de adorar con un corazón quebrantado, no de chantajear a Dios.7
Solo en Mateo 6:17 es que “por primera vez Jesús valoró positivamente el ayuno como
expresión personal de la devoción: "Tu Padre... te recompensará." Parece que Jesús se
atuvo también al preceptuado ayuno colectivo. Lo dicho en Marcos 2: 18 indica que la
pregunta del ayuno no es apta para captar el significado del reino de Dios que irrumpe con
Jesús; pero la alusión al ayuno después de la partida del esposo resalta su valor positivo,
aunque relativo. Está en armonía con la postura soberana de Jesús respecto al ayuno el
hecho de que en la Iglesia primitiva hallemos tan pocos datos sobre la observancia del
ayuno”.8

2
(J. MORALES MARÍN) autor del articulo .Gran Enciclopedia Rialp, Ediciones
Rialp, Madrid 1991 (c) Copyright. Todos los derechos reservados. Montané
Comunicación, S.L. C/ Escultor Peresejo, 70 - 28023 Madrid - España
3
Santa Biblia de Estudio Arqueológica, pag 1611
4
Biblia de Estudio Mundo Hispano. Pag, 2032
5
LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teología Bíblica, Herder, Barcelona, 2001
6
Willian Hendriksen. Comentario al nuevo testamento, el evangelio según San Mateo. Pag 356
7
Biblia de Estudio Mundo Hispano. Pag, 2032
8
K. Rahner (ed.), Sacramentum Mundi - Enciclopedia Teológica, Herder, Barcelona 1972-1975, 6
vols.
En el primer siglo algunos grupos judíos, practicaban el ayuno durante las estaciones secas,
muchas de las personas más piadosas ayunaban (sin agua, aunque esto era insalubre) dos
días determinados por semana. Este ayuno se consideraba meritorio, aunque el ayuno asceta
estaba prohibido. “Muchas veces incluiría la práctica habitual de ungirse la cabeza con
aceite para evitar el resecado de la piel; al evitarse todas estas prácticas, el ayuno se hacía
evidente”. (Craig S. Keener pag. 56)9. Al parecer era común que algunos judíos
(especialmente fariseos) practicaran ayunos más allá de los que la Ley mencionaba ya que
esta “exigía ayunar solo el día de expiación, pero estos religiosos, especialmente el grupo
de los fariseos (muchos de los cuales posiblemente hayan ayunado sin agua dos veces por
semana, especialmente en épocas de sequía) había agregado ayunos adicionales” 10 aunque
muchos tenían el ayuno como parte de su vida religiosa de manera sincera, otros la habían
degradado y la usaban para querer aparentar un estilo de vida que interiormente no poseían.
Jesús hace mención de este un hecho en Mateo 6:16-18 en donde pone en evidencia a un
grupo de personas que las llama “hipócritas” porque, según las características, estaban
practicando una especie de ayuno asceta en donde la intención era solo afligir la carne y de
paso mostrarlo para que la comunidad entera viera que estaban practicándolo, “Jesús no
impuso además otros ayunos frecuentes. Lo que enseño es apropiado al cambio de carácter
y de propósito que Él dispuso para sus discípulos”11.
Con el pasar del tiempo el ayuno fue tomando un lugar importante en los rituales cristianos,
y cabe notar que, aunque fue en la cultura judía de donde se adoptó esta práctica, en el
primer siglo “el cristianismo les ofrecía a los judíos helenizados una continuidad cultural
mucho mayor de la que les ofrecía a los gentiles, nos percatamos de mucho contenido
religioso de ambas culturas12, esto sirvió para que un buen numero de judíos aceptaran el
mensaje acerca de Jesús que se estaba divulgando.
Esto fue tomando formas distintas y “para el siglo III se ayunaba por seis días en Semana
Santa. Con el tiempo el periodo de la cuaresma, que duraba cuarenta días, resulto propicio
para el ayuno. El propio Concilio de Nicea consideraba en uno de sus cánones la Cuaresma
como el momento de recogimiento y ayuno, como preparación para la semana mayor”. 13

CONCLUSIÓN
De esta manera hemos podido ver como el ayuno ha estado implícito desde las raíces del
cristianismo, sin embargo, el sentido con el cual se practica ahora es muy posterior a esta
época.

9
Craig S. Keener. Comentario del contexto cultural de la Biblia, Pag 56
10
Craig S. Keener. Comentario del contexto cultural de la Biblia, Pag 136
11
W.E Vine, Diccionario Expositivo. Pag 108
12
Justo L Gonzales, Para la salud de las naciones, el Apocalipsis en tiempos de conflicto entre
culturas. Pag 77
13
Diccionario Historia de la iglesia. Pag 110 (Autor del Articulo: Carmelo E Alvarez)
Jesús ayuno y mostro esta práctica como ejemplo, acompañada de oración y momento de
recogimiento en donde lo principal era estar fuertemente conectado con la presencia del
Padre, sin embargo, hoy vemos que algunos practican el ayuno con el fin de hacer que su
propia voluntad de cumpla y queriendo que Dios decida que lo que quiere es lo mejor para
mí, ignorando la providencia, el amor, la omnisciencia y otros atributos de Dios. Esto
significa para un buen númeroe de personas que el ayuno más que un sacrificio ofrecido a
Dios se ha tomado como un cambio de favores, dando más importancia al ayuno como tal,
que al Dios al cual ofrecemos este ayuno, algunos han terminado creyendo más en el propio
ayuno que creen que al hacerlo Dios queda en deuda con ellos.
Como se dijo en el desarrollo del tema, en el Nuevo Testamento no hay citas explicitas en
donde se ordene el ayunas, más bien se deja como una acción voluntaria de aquella persona
que quiere estar en esos momentos de recogimiento y cercanía especial con Dios.

También podría gustarte