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El derecho comercial se formó creocio divulgo por obra de los comerciantes quienes se
organizaron para buscar nuevos beneficios y para darle un ordenamiento a la actividad
mercantil.
cada una de las organizaciones conformadas cuidan los intereses de una población comercial
específica, pero se hace necesario una representación unitaria de todos esos intereses
sectoriales o de grupo, en todo cuanto hay en común en ellos y en todo cuanto sea
complementario de los mismos, a la vez que sea de utilidad y provecho para todas las
personas que colaboran en el desarrollo económico del país.
Como naturaleza jurídica la cámara de comercio según los artículos del Código de comercio,
en el Art. 78 y 79, es una institución de orden legal con personeria jurídica de derecho privado
con carácter corporativo gremial y sin animo de lucro es decir esta institución es altruista no
busca un beneficio económico
Por ser personas Jurídicas, tienen derecho a adquirir derechos patrimoniales, contraer
obligaciones financieras y ser representadas judicial o extrajudicialmente, claro que serían
personas jurídicas de derecho privado, porque no forman parte de la Administración Pública,
a pesar de que son creadas por el Gobierno y que cumplen algunas funciones públicas
delegadas en ellas o recomendadas a ellas, según lo previsto en el Art. 86 del Código de
Comercio.
Partiendo del hecho de que las Cámaras de Comercio son instituciones privadas que
cumplen una función pública, sin formar parte de la administración, que son
tratadas más bien como organizaciones paraestatales, porque la intervención y control
del Estado es grande tenemos:
Es al Gobierno al que corresponde autorizar su creación.
El Gobierno determina su Jurisdicción. (Art. 79 del C. de C)
El Estado ejerce vigilancia y control sobre las mismas, por intermedio de la
Superintendencia de Industria y Comercio, quien puede sancionarlas y debe aprobar
sus estatutos y sus presupuestos anuales.
Por consiguiente la Superintendencia sólo ejerce un control de legalidad sobre las actividades
de las Cámaras el que, de ninguna manera, puede entenderse como un control administrativo
y menos aún en forma de subordinación jerárquica. En tal virtud, la facultad de aprobar o
improbar ciertos actos de las Cámaras no significa que la voluntad de la Superintendencia sea
complemento necesario para perfeccionar o conformar la voluntad de las entidades vigiladas.