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10 MÁXIMAS ESTOICAS (Ram Talks)

MEMENTO MORI
Acuérdate de que tú también morirás. Vivamos como si hubiera llegado el
final de nuestras vidas. “Que el simple hecho de que puedas dejar de existir
ya mismo determine lo que piensas, lo que dices y lo que haces” (Marco
Aurelio).
AMOR FATI
Amor a lo que haces.
FATERI ERRATA
“Es necesario que las personas forjen una verdadera autoestima,
comenzando por desarrollar la capacidad de hacer autocrítica” (Zenón de
Citio). Tendemos a sobrestimar nuestras virtudes y subestimar nuestros
defectos, así como subestimar las virtudes de los demás y sobrestimar sus
defectos. Hay que aprender a juzgarse con precisión y honestidad, mirar
hacia dentro para ver en qué destacamos, en qué podemos mejorar.
Autoevaluación, identificar y pulir nuestras propias limitaciones.
Reconocer nuestro error.
INFORTUNII VIVENTEM
Poder comprar cosas no significa que haya que comprarlas. Hay que estar
preparados contra nuestro principal enemigo, la desgracia. “Es en tiempos
de seguridad cuando el espíritu debe prepararse para los futuros
contratiempos. Uno ha de aprovechar aquellos momentos en los que la
diosa fortuna le sonría, pues un día sonríe y otro castiga. Quienes no se
hayan fortalecido mientras podían sufrirán las consecuencias de sus
berrinches” (Séneca). El confort es la peor esclavitud a la que estamos
sometidos, ya que se condiciona al temor continuo de que alguien nos lo
arrebate. Si hay algo seguro en esta vida es que cada golpe de la fortuna
será contrarrestado por otro de desgracia. Nadie sabe cuándo ni cómo, pero
la desgracia terminará por manifestarse. Hay que adoptar la frugalidad
como hábito, vivir solo con lo justo y necesario, prepararse para la
dificultad, y concienciarse de que los buenos y malos momentos son tan
pasajeros como la vida misma.
APATHEIA
“La tranquilidad del ánimo ha de ser alcanzada mediante la ecuanimidad
ante el placer y ante el dolor, el hombre controla el mundo cuando logra
controlarse a sí mismo” (Zenón de Citio).
Apatheia es un estado mental en el que la persona está libre de alteraciones
emocionales. “Apatheia no equivale a apatía, puesto que lo segundo
consiste en la anulación absoluta de la emoción” (Zenón de Citio). No
hablamos de indiferencia ante el placer y el dolor, sino de ecuanimidad. En
psicología moderna la apatheia se traduciría como inteligencia
intrapersonal. No es ausencia de emociones tanto positivas como
negativas. Un estado de indiferencia ante las emociones coloca al sujeto en
un estado ante la realidad que conduce al caos. El estoico transforma el
miedo en prudencia, el error en iniciación, el dolor en metamorfosis, la ira
en motivación, la incertidumbre en curiosidad, y el deseo en empresa. No
significa anular las emociones, significa identificarlas, las entendemos y
gestionamos. Hay que controlar la euforia desenfrenada en momentos de
esplendor y al mismo tiempo limitar la melancolía en tiempos de angustia.
“La virtud se encuentra en el punto medio entre los excesos y las carencias
de emoción” (Aristóteles). Sobriedad, templanza y serenidad.
SYMPATHEIA
Meditación como hábito esclarecedor de nuestra conciencia. Pero la forma
de meditar estoica no tiene nada que ver con la meditación oriental, sino
que tiene más que ver con un ejercicio de interconexión íntima para con la
materia universal. “Pensar que somos distintos del prójimo es tan solo una
ilusión perceptiva de nuestra especie” (Zenón de Citio). Todas las cosas
están mutuamente entrelazadas, y por lo tanto presentan afinidad, armonía
y unicidad de manera inherente. “Lo que es malo para la colmena es malo
para la abeja” (Marco Aurelio). Si el vecino sufre, yo sufro, cuando el
mundo sufre, todos sufrimos. La solución es simpatizar, tener inteligencia
interpersonal, sincronizarnos emocionalmente con los demás, para
compartir la alegría o la tristeza. Comprender qué siente la otra persona e
igualar dicho estado emocional al nuestro. Empatía y solidaridad, empatía
cognitiva y empatía afectiva. Comprender y solidarizarnos con los demás,
aunque no compartamos sus posiciones.
COMPREHENDO ADVENTU
“Siempre que se desee entablar una conversación con una persona, es
menester adoptar una vista panorámica desde arriba” (Platón). “Adoptar
una vista de pájaro nos permite ver todo a la vez: ejércitos, comercios,
banquetes, ceremonias, nacimientos y muertes, ruidosos tribunales y
silenciosos arenales… diferentes personas y elementos entremezclados y
organizados en una absurda combinación de opuestos” (Marco Aurelio).
Hemos de dotar sentido global al cosmos, todo está interconectado.
Contemplar la vida desde un punto de vista mayor al nuestro y comprender
lo tremendamente insignificante que es el ser humano, con sus problemas
cotidianos, expectativas pasajeras. No somos el centro del universo. Tomar
perspectiva cambia la valoración de las cosas por completo, lujuria, poder,
honor, fama, todo lo que conocemos se vuelve irrisorio.
NEUTRUM MORALIS
Admitir la propia insignificancia es el primer paso para llegar a la
neutralidad moral. No hay que sacar esta idea de su contexto, no se refiere
a las acciones sino a los eventos. Nuestros actos sí son susceptibles de ser
buenos o malos, pero las circunstancias externas y los eventos azarosos no
tienen carga moral alguna. La maldad per se no reside en el acontecer
aleatorio. “Las cosas no son buenas o malas en sí, sino la manera en la que
las interpretamos. Elige no ser dañado y no sentirás daño” (Epicuro). No
podemos cambiar lo que ha pasado, pero sí podemos cambiar la perspectiva
acerca de si lo que nos ha pasado nos conducirá a realizar buenas o malas
acciones. La decisión de interpretar la realidad, que no tiene que ver con
maquillarla o transformarla, nos corresponde a cada uno. La manera en la
que entendemos lo que nos sucede tiene mucha más importancia que lo que
nos sucede en sí. “El impedimento a la acción posibilita la acción. El
obstáculo no es una piedra en el camino; es el propio camino” (Marco
Aurelio).
PHROAIRESIS
Por mucho que seamos persuasivos no siempre podremos convencer a todo
el mundo. ¿Hasta qué punto cambiar la opinión de otra persona es un factor
que depende de nosotros? Un estoico pulirá su discurso, ordenará sus ideas
y argumentos y animará a los oyentes a reconsiderar sus posturas, pero no
considerará que haya ganado o perdido el litigio. Tenemos que enfocarnos
en las acciones que recaen sobre nuestro grado de influencia. Esto es la
dicotomía de control. “Si voy a morir, moriré cuando llegue el momento.
Como me parece que aún no es la hora y tengo hambre, voy a comer”
(Epicteto).
CIRCULUS VIRTUOSO
“Vigilen de cerca a aquellos amigos y familiares cuyo comportamiento esté
ligado al vicio moral. En ocasiones, uno ha de elegir entre renunciar a la
mala gente para progresar o conservarlos para sentirse amado. Empero, no
hay peor negocio que la compra de un amor temporal que conduce
inexorablemente al estancamiento permanente” (Cicerón). La tolerancia y
el asertividad son herramientas indispensables para las relaciones humanas
y su carencia condena a muchos a la soledad, por supuesto que uno a de
aceptar las diferencias ajenas, y como se ha mencionado antes interpretarlas
como un entrenamiento para llevar la apatheia y la simpatheia la práctica.
Pero todo tiene sus límites, porque lidiar con individuos faltos de respeto,
bondad y consideración no es ninguna excepción, existen ciertas personas
cuya presencia prolongada supone un coste, un desgaste emocional
altísimo. Si te rodeas de gente malhumorada, perezosa y melancólica todos
los días ¿cómo podremos acabar? “Cargar de culpa moral a quienes optan
por limitar influencias ajenas de carácter perjudicial es reflejo de
ignorancia” (Séneca). Cuando se observa que alguien está lastrando nuestro
crecimiento, lo mejor que se puede hacer es limitar su presencia, o decir
adiós. Dime con quién andas y te diré quién eres.
Resumen:
Memento mori. Conciencia de muerte.
Amor fati. Amor al destino.
Fateri errata: Admisión de errores.
Infortunii viventem: Vivencia de frugalidad
Apatheia. Inteligencia intrapersonal.
Sympatheia. Inteligencia interpersonal.
Comprehendo adventu. Perspectiva integral.
Neutrum moralis. Neutralidad moral.
Phroairesis. Locus de control interno. Dicotomía de control.
Circulus virtuoso. Círculo virtuoso.

Decálogo sacado de Massimo Pigliucci


1. Una de las ventajas del estoicismo es que nos prohibe agobiarnos por
aquello que escapa a nuestro poder. La «dicotomía del control» te permite
preocuparte sólo por lo que depende de ti. Eso debe conllevar una previa
«disciplina del deseo» que produzca «la aceptación estoica». Se podría
resumir con la famosa «Plegaria de la Serenidad» de Reinhold Niebuhr:
«Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo
cambiar,/ fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar/ y sabiduría
para entender la diferencia».
2. Sin embargo, el estoicismo no niega, como sí hacen los cínicos, que nada
fuera de nuestra órbita de influencia tenga importancia. Hay cosas que los
humanos sabemos apetecibles, aunque un estoico no las desearía con
vehemencia en cuanto que no dependen de su control. Se las llama
entonces, con un nombre iluminador, «indiferentes preferidos». Son,
naturalmente, las riquezas, el amor, la buena suerte, la fama, el éxito, la
belleza, etc.
3. Se nos propone el procedimiento estoico de mantener activa en todo
momento una «Cláusula de reserva». Esto es, ser consciente de que
cualquier plan puede salir mal, pero jamás en lo esencial, porque nuestra
verdadera meta es interior y consiste en la mejora personal, en la virtud y
en la serenidad. Eso siempre lo podemos conseguir, salga bien o mal el
plan.
4. Tras interiorizar nuestras metas, otro mecanismo psicológico quizá
compensatorio sería «alterizar». Si pienso que lo que me ocurre le pasa a
otro, lo juzgaré con mucha más frialdad, sin dramatismos egocéntricos; y
viceversa: si supongo que lo del otro me está pasando a mí, le entenderé
bastante mejor.
5. Hay otros consejos más cotidianos. Que tratemos de conseguir cierto
elitismo en nuestras conversaciones sociales, por ejemplo, para que los
amigos nos enriquezcan. Pigluicci, siempre atento a lo políticamente
correcto, pide de inmediato disculpas por esa mención al elitismo, que tanto
puede escandalizar en estos tiempos igualitarios. Aunque a renglón seguido
tiene el atrevimiento de reconocer, entre provocativo y apologético, que tal
vez «la sensibilidad moderna podría beneficiarse de algún escándalo
ocasional».
6. Precisamente, el estoicismo clama contra la amathia, que es la
estupidez inteligente, «una enfermedad espiritual», consistente en no querer
aprender ni saber mucho por la cuenta que nos trae, por pura conveniencia
o comodidad personal o social.
7. Una práctica estoica a la que se dedican esclarecedoras páginas consiste
en responder a los insultos con humor. Como si insultasen a una piedra,
se dice, en primera instancia. Aunque es mejor el razonamiento siguiente:
si con lo que te insultan es verdad, es una oportunidad para enmendarte que
habría hasta que agradecer; y si no es verdad, volvemos a la piedra, porque
¿qué te importa la equivocación de quien te quiere ofender tan torpemente?
8. Un estoico ha de practicar con frecuencia la «premeditatio malorum»:
ponerse sistemáticamente en lo peor. De modo que, ante cualquier insulto,
uno puede suspirar de alivio, porque el enemigo podría haberle conocido
mejor e insultarlo con más conocimiento de causa. Reflexionar sobre las
peores posibilidades tiene muchas más aplicaciones, como sabe el
hipocondríaco que se alegra casi siempre de no estar tan enfermo como
pensaba y, si no, en el peor de los casos, se alegra por haber tenido, por fin,
razón en su diagnóstico.
9. Lo más evocativo es que reformular resulte tan importante en el
estoicismo, de modo que se observa la realidad con ojos creativos,
dispuestos a aprovechar siempre la mejor perspectiva de los
acontecimientos. «Se miente más de la cuenta/ por falta de fantasía:/
también la verdad se inventa», es una soleá de Antonio Machado que el
estoicismo habría aplaudido y aplicado.
10. Por último, recuerda Pigluicci que Epicteto nos propone literalmente el
examen de conciencia: «No admitas el sueño en tus tiernos párpados hasta
que hayas evaluado cada uno de los hechos del día».

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