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Asignatura: Historia dominicana

Nombre: wesly José Estévez bautista matricula: 2022-1065


profesor Elisa Yoelkis Gerónimo Burgos - Docente ITLA
Introducción
A través de este trabajo, entenderemos la vida de algunos de los
caudillos que gobernaron la Republica Dominicana. La visión de este
trabajo es hacer que seamos más conscientes de nuestro pasado y
los aspectos relevante de este. Esto se comprenderá a través de un
breve resumen de las biografías de cinco caudillos que gobernaron la
república.
Caudillos: 1-Juan Sánchez Ramírez, 2-Pedro Santana, 3- Buena
Ventura Báez, 5- Gregorio Luperón, 6- José María Cabral, 7- Eulices
Heureaux, 8- Horacio Vásquez, 9- Juan Isidro Jiménez, 10- Federico
Velásquez, Fernando Arturo de Meriño 11- Feliz María Ruíz.
Especificaciones: escoge cincos de los caudillos mencionados
anteriormente, investiga su biografía y sus hechos durante su
gestión en el estado dominicano: hechos, logros, gestión política,
duración en sus gestiones, aportes sociales al país, actitudes
económicas etc.
Pedro santana
Pedro Santana Familias, Marqués de Las Carreras (Hincha, Saint-
Domingue, 29 de junio de 1801- Ciudad de Santo Domingo, Provincia
de Santo Domingo, 14 de junio de 1864), fue un militar y caudillo
dominicano. Fue el primer presidente constitucional de la República
Dominicana y fue gobernador de la Provincia de Santo Domingo; en
1862, la reina Isabel II de España le otorgó el título de marqués de
Las Carreras.
Santana parece, por sus retratos, haber sido de ascendencia mixta
caucásica, africana e indígena. Infligió varias derrotas decisivas a las
fuerzas haitianas.
Pedro Santana nació en la región fronteriza, en la ciudad de Hincha
(que para entonces era la tercera mayor Ciudad de la Colonia de
Santo Domingo, actualmente pertenece a Haití), el 29 de junio de
1801. Sus padres eran propietarios de tierras en el valle de Guaba.
Era hijo de Pedro Santana, de origen canario, y de Petronila Familia,
una indígena oriunda de México.2 Santana tuvo un hermano gemelo
llamado Ramón (1801–1844),3 y otro hermano llamado Florencio,
que era discapacitado (mudo, demente y paralítico).2
Debido a la invasión haitiana de 1805, la familia Santana-Familia se
desplaza al Cibao y luego a El Seibó, en la parte oriental del país,
donde finalmente se dedican a la ganadería.
En esa región se hizo notar su padre cuando, luego del suicidio del
gobernador francés Jean-Louis Ferrand durante la batalla de Palo
Hincado, le cercenó la cabeza y la llevó como trofeo a la ciudad de
Santo Domingo.
Pedro Santana padre salió de la región este y llegó a Azua. La primera
visita que realizó fue al cónsul francés, Eustache Juchereau de Saint-
Denys. Este confesó en una ocasión que Pedro Santana le habló con
el más vivo entusiasmo de su devoción y admiración por los
franceses. Participó en la firma del manifiesto del 16 de enero de
1844.4 El 7 de marzo de 1844, la Junta Central Gubernativa,
presidida por Tomás Bobadilla y Briones, lo nombró jefe de la
Armada Expedicionaria de la Frontera Sur, dándole el derecho de
reclutar hombres en edad de integrarse a la milicia.
A pesar de su ayuda militar a la República Dominicana en aquellos
días, se convirtió en caudillo militar y luego en dictador. Pedro y su
hermano gemelo Ramón Santana tomaron la comandancia de Armas
de El Seibo a las 3 a.m. del 27 de febrero de 1844, que se encontraba
en manos de los haitianos, y se proclamaron ante la República,
frente a la vieja Iglesia del pueblo.
El 9 de junio, cuando los trinitarios pasaron a presidir la Junta de
Gobierno, Pedro Santana fue destituido del mando del ejército del
Sur. Al imponerse los liberales a los conservadores en la Junta
Central, Pedro Santana tomó la capital, disolvió la Junta y arrestó a
los «Padres de la Patria» (Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario
Sánchez y Ramón Matías Mella). Elegido presidente de la República,
a lo largo de sus mandatos (1844-1848, 1853-1856 y 1858-1861)
llevó a cabo una política dictatorial y tuvo que hacer frente a una
nueva invasión haitiana (1855-1856).
Con el fin de preservar el país de otros ataques haitianos y como
forma de perpetuarse en el poder, en 1861 proclamó la
reincorporación de la República a la corona española. En 1862,
debilitado su poder y decepcionado por la situación, renunció al
cargo de capitán general. El gobierno español le otorgó el título de
marqués de las Carreras y le asignó una pensión. Cuando en 1863 se
proclamó de nuevo la independencia de Santo Domingo, Pedro
Santana se incorporó a la lucha restauradora. Llamado a la capital
bajo la amenaza de ser acusado de desobediencia frente al nuevo
capitán general, respondió: "Al general Santana no se le amenaza. Al
general Santana se le juzga". Llegó a la capital para ser juzgado, pero
al día siguiente de su llegada fue hallado muerto en misteriosas
circunstancias.

Horacio Vázquez

Felipe Horacio Vásquez Lajara (22 de octubre de 1860-25 de marzo


de 1936) fue una figura política y general dominicana. Se
desempeñó como presidente de la Junta de Gobierno Provisional de
la República Dominicana en 1899, y nuevamente entre 1902 y 1903.
Los partidarios de Vásquez eran conocidos como Horacistas, a
diferencia de los Jimenita, partidarios del principal rival de Vásquez,
Juan Isidro Jiménez. Se postuló para un mandato completo como
presidente en 1914, pero perdió ante Jiménez.
Hijo de Basilio Vásquez y Ramona Lajara, en sus primeros años
compartió las labores agrícolas con las comerciales, que realizaba en
el establecimiento de su padre, un rico comerciante de la ciudad.
Se inició en la política en defensa de la causa de Ulises
Heureaux, a quien años después, en 1899, contribuiría a derrocar,
formando parte, junto a su primo Ramón Cáceres, de la conspiración
que culminó con la muerte del dictador. Derrotados los lilisistas
(nombre que recibían los partidarios de Heureaux, apodado Lilís),
Horacio Vásquez ocupó por breve tiempo la presidencia de la
República, hasta la asunción de Juan Isidro Jimenes.
Vásquez pasó entonces a la vicepresidencia y a delegado del
gobierno en el Cibao. No tardaron los intrigantes en provocar
diferencias entre los mandatarios del país, y el 25 de abril de 1902
Horacio Vásquez lanzó una proclama contra Jiménez, quien capituló
a favor de Vásquez. Éste, a su vez, fue obligado por los lilisistas a
exiliarse en Cuba en 1903.
A su regreso fue designado nuevamente delegado del gobierno
en el Cibao. Para entonces Ramón Cáceres, quien ocupaba la
vicepresidencia en el gobierno de Carlos Morales Languasco, pasó
a ejercer la primera magistratura. Unos meses después de la muerte
de Cáceres, ocurrida el 11 de noviembre de 1911, Vásquez encabezó
una revuelta contra el gobierno de Eladio Victoria. Aunque no se hizo
con el poder, logró un liderazgo nacional que hizo que en todo el país
se oyera frecuentemente "¡Viva Horacio! ¡Horacio, o que entre el
mar!".
En 1924 Vásquez ganó las elecciones a Francisco J. Peynado. Su
vicepresidente será un honrado político: Federico Velázquez. Poco
antes de cumplirse el período de gobierno, los horacistas, con su
jefe virtualmente imposibilitado de gobernar por enfermedad,
intentaron prolongar el período presidencial. Federico Velázquez no
aceptó y dio por terminado su período. Se produjo entonces el golpe
de Estado encabezado por Rafael Leónidas Trujillo (1930), quien se
hizo con el poder. Horacio Vásquez salió hacia Puerto Rico, donde
falleció en 1936. Después de la ocupación de la República
Dominicana por las fuerzas militares estadounidenses de 1916 a
1924, Vásquez fue elegido democráticamente como presidente
del país y sirvió entre 1924 y 1930, y nuevamente por separado en
1930 antes de ser derrocado por el general Rafael Trujillo y enviado
al exilio en Puerto. Rico.

Una estación de metro en Santo Domingo lleva su nombre.


Aportes
• Respeto a las libertades públicas y derechos humanos.
• Se construyó el acueducto de Santo Domingo.
• Se ampliaron las tres carreteras.
• Aceleró el proceso de modernización en la República Dominicana. • Fundó la
escuela agrícola de Moca.
• Ordenó la construcción de los puentes sobre el río Yuna, Iguamo y Nizao

Juan Isidro Jiménez


Hijo de Manuel Jimenes, ex presidente de la República, y de
Altagracia Pereyra, Juan Isidro Jimenes se radicó a temprana edad en
Monte Cristi, en donde se dedicó al comercio y logró una
considerable fortuna. Su casa comercial contaba con sucursales en
los principales puertos del país y en algunas ciudades europeas.
Se incorporó a la política en 1873, cuando se fue al monte a combatir
a Báez. Más tarde, durante el gobierno de Ulises Heureaux, organizó
desde el exilio una incursión que desembarcó por Monte Cristi en
junio de 1898 y que, como era de esperar, fracasó. Sin embargo, el
cabecilla salvó la vida, y el acontecimiento le confirió el prestigio
suficiente para erigirlo en líder nacional.
A la muerte de Heureaux fue elegido presidente de la
República, cargo que ocupó en noviembre de 1899. En abril de 1902
fue depuesto por un movimiento encabezado por el vicepresidente
Horacio Vásquez. Al año siguiente, a la caída de Vásquez, trató de
retomar el gobierno, pero los lilisistas se adelantaron y Alejandro
Woss y Gil se hizo con el poder. Para entonces se había formado
elpartido jimenista, que en el argot del pueblo se conoció como "los
bolos", en contraposición a "los coludos", el partido de su rival
Horacio Vásquez.
Después de la muerte de Ramón Cáceres y tras un período en
el que se sucedieron varios gobiernos, Juan Isidro Jimenes triunfó
sobre Vásquez en las elecciones de 1914, con el apoyo de
Desiderio Arias. Las corporaciones azucareras norteamericanas
establecidas en el país pidieron por aquel entonces al gobierno de
Estados Unidos que protegiera sus intereses; la producción del dulce
prometía ser un jugoso negocio tras el inicio de la Primera
Guerra Mundial, ya que los campos de remolacha de azúcar en
Europa quedaron destruidos, lo que aumentó los precios. En la
República Dominicana podía repetirse el exitoso experimento
azucarero realizado en Cuba.
El gobierno norteamericano decidió actuar para doblegar a Jimenes,
quien, en una muestra de nacionalismo, desechó esas instigaciones.
Desde ese momento fue continuamente presionado por el gobierno
de Washington. En noviembre de 1915 los norteamericanos
advirtieron que estaban dispuestos a tomar medidas drásticas si el
gobierno dominicano no aceptaba sus exigencias. En el fondo, habían
decidido intervenir militarmente ante el fracaso de la estrategia
diplomática. Sólo era cuestión de esperar a que se presentara la
oportunidad para justificar la medida.
La ocasión se presentó cuando el ministro de Guerra, Desiderio
Arias, desconoció la autoridad del presidente en mayo de 1916, y se
atrincheró en la Fortaleza Ozama, mostrándose invencible. Estados
Unidos desembarcó tropas, supuestamente para defender el
gobierno legítimo. Jimenes optó por renunciar, pero los
norteamericanos tampoco se retiraron cuando el Congreso invistió al
doctor Francisco Henríquez y Carvajal como presidente de la
República. En noviembre de 1916 el capitán de navío Harry
Shepard Knapp lanzó una proclama desde el buque Olimpia en
la que, en nombre de su gobierno, desconocía al Estado
dominicano y establecía el régimen militar de ocupación. En 1919, en
plena ocupación norteamericana, Juan Isidro Jimenes falleció en la
ciudad que le vio nacer.
Aportes
enseñó historia y sociología en la Universidad Autónoma de
Santo Domingo. Publicó veinte libros en los campos de sociología,
filosofía, historia y literatura. Dentro de sus obras se encuentran: La
República Dominicana: una ficción, Pedro Henríquez Ureña: Realidad
y Mito, Nuestra falsa izquierda y El Mito de los Padres de la Patria,
estos libros reflejan el espíritu polémico rebelde que caracterizó la
mayor parte de su producción literaria.

Gregorio Luperón

Gregorio Luperón (8 de septiembre de 1839, San Felipe de Puerto


Plata, Departamento del Cibao - 20 de mayo de 1897, San Felipe de
Puerto Plata, Distrito Marítimo de Puerto Plata) fue un comerciante,
militar, político, liberal dominicano que participó en la Revolución
Cibaeña, en la Guerra de Santo Domingo contra el Imperio Español y
en la Guerra de los Seis Años. Se desempeñó como miembro del
Triunvirato de 1866, ocupó el cargo de presidente del Gobierno
Provisional con sede en San Felipe de Puerto Plata y tras el golpe de
Estado contra Cesáreo Guillermo se convirtió en el vigésimo octavo
presidente de la República Dominicana.
En 1879 durante su gobierno incentivo el laicismo con la ayuda del
masón separatista y español de la Capitanía General de Puerto Rico,
Eugenio María de Hostos.
Se inició en la masonería en la Logia Nuevo Mundo No. 5, de
Santiago de los Caballeros y llegó a alcanzar el Grado 33.1 Fue
fundador conjuntamente con el comerciante judío Ibrahim Cohen de
un floreciente negocio de exportación en San Felipe de Puerto Plata,
desde donde se envió la madera dura tropical a europea para la
compañía Rothschild y también fundo el extinto Partido Azul que
gobernó 20 años consecutivos la República Dominicana.
Después del llamado Grito de Capotillo en Dajabón el 16 de agosto
del 1863 encabezado por Santiago Rodríguez y 14 hombres más, a
Luperón le tocó tomar iniciativas en Moca y La Vega valiéndose de su
rango de general. Tan pronto le fue posible, se incorporó a las
operaciones de Santiago donde quedó al mando del comandante en
jefe de la guerra restauradora, el general Gaspar Polanco, quien
había sido designado como tal por el consejo formado por Pedro
Antonio Pimentel, Benito Monción y José Antonio Salcedo (Pepillo),
por su antigüedad en el ejército de la primera república. Desde su
puesto, hostilizó a los españoles el 6 de septiembre en la Batalla de
Santiago. Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran
valor en el uso de las armas y las estrategias de guerra. Por estos
méritos, cuando se supo que Pedro Santana pretendía invadir el
Cibao, se le designa Jefe Superior de Operaciones en las provincias
del sur y del este. En Santo Domingo, se bate de frente al ejército
español, que era comandado por Pedro Santana, por entonces
Marqués de Las Carreras. Pese a ser poderoso y disciplinado, el
ejército español fue derrotado en una estrategia de guerra de
guerrillas, debido esto a la inferioridad en número y en calidad de
medios por parte de los rebeldes. Luego reforzó las operaciones de
Baní y San Cristóbal donde expulsó a los anexionistas. Retornó a
Santiago, donde apoyó sin reservas el gobierno de Gaspar Polanco, a
pesar de haberse negado a participar en el movimiento que derrocó
a Salcedo, ya que entendía que bajo el gobierno de Polanco la guerra
restauradora recuperaría el vigor que había perdido durante el
gobierno de Salcedo.
Aportes:
Luperón accedió a la presidencia de un gobierno provisional que, con
sede en Puerto Plata, estableció una política encaminada a
reconducir el país dentro de los patrones del liberalismo de la época:
instauró un régimen progresista, trató de Re institucionalizar la
República y preparó el proceso electoral que, a finales de 1880,
otorgó el poder a Fernando Arturo Meriño (1880-1882), al que
sucedieron algunos gobiernos liberales de duración bianual.

Fernando Antonio Arturo de Meriño y Ramírez


(9 de enero de 1833, Yamasá, República Dominicana – 20 de agosto
de 1906, Ciudad de Santo Domingo, República Dominicana) fue un
eclesiástico y político dominicano. Presidente de la República
Dominicana en el periodo 1880-1882 y arzobispo Metropolitano de
Santo Domingo de 1885 a 1906.
Monseñor Meriño fue el primer presidente de la República
Dominicana en completar un mandato presidencial, pues todos sus
predecesores renunciaron o fueron derrocados. Excluyendo los
presidentes interinos. También es el primer presidente en portar por
primera vez la banda presidencial dominicana.
Característica:
Fue diputado a la Asamblea Constituyente de Moca que redactó la
Constitución progresista de entonces. Bajo el protectorado de
Santana, Meriño estaba al frente de la Catedral y del Seminario de la
Ciudad de Santo Domingo para 1858. Con la muerte del arzobispo
Portes y, más tarde, la del padre Gaspar Hernández, abrieron el
camino para la jefatura eclesiástica de Meriño. El 25 de febrero de
1859, a los 26 años de edad, es designado en la jefatura de la Iglesia
Católica en la República Dominicana. Dos años después, a los 28 años
de edad, en marzo de 1861, el Papa Pío IX lo nombró Administrador
Apostólico de la Diócesis de Santo Domingo.
Consumada la Anexión el 18 de marzo de 1861, la actitud valiente
del elocuente sacerdote se manifestó desde el púlpito con mayor
claridad y dureza. La ojeriza de Santana lo obligó a abandonar el país
en abril de 1862. Se trasladó a España e inmediatamente después
regresó a Puerto Rico. Más adelante estuvo en Venezuela y luego en
Cuba. En todos los lugares que permaneció durante su exilio, escribió
denunciando y combatió la venta de la soberanía de su patria,
consumada por un grupo que no tenía fe en el destino de la nación.
Restaurada la República, regresó en el mismo año de 1865 y fue
elegido presidente de la Asamblea Constituyente.
Su destino político quedó íntimamente ligado al sector restaurador
que, encabezado por Gregorio Luperón, comenzaba a representar los
ideales republicanos más progresistas de la nación. Para 1868 al
iniciarse la Guerra de Los Seis Años contra el gobierno encabezado
por Buenaventura Báez, Meriño alentó a los patriotas e hizo intentos
de sumarse a ellos por la frontera del Sur. Derrocado el gobierno de
Báez, en 1874, regresó al país en 1875.
Aportes:
El presidente De Meriño impulsó la educación nacional, se fundaron
varias provincias, escuelas superiores, y en la ciudad de Santo
Domingo, se abrieron nuevas cátedras de derecho civil,
constitucional e internacional, de medicina, farmacia y agrimensura.
Opinión personal:
Este trabajo fue muy importante e interesante, porque pude lograr
interiorizar la vida y aportes de algunos de los caudillos que
gobernaron la república. Además, de comprender más a profundo
cuáles fueron los impactos que causaron en la isla. En lo personal
fue muy provechoso para mí, ya que, pude repasar los saberes
vistos los años anteriores para poder aplicarlos más adelante en la
materia y llegar a poder conocer más de mi cultura.

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