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Medio Rural: el entorno territorial donde se producen los alimentos y las materias primas que la
sociedad consume, y el lugar donde vive la gente que realiza estas actividades, lo cual genera
valores para el desarrollo sustentable de las comunidades y la sociedad.
En el mundo rural existen diversos factores críticos de tipo productivo, social, cultural, ambiental e
institucional de forma recurrente y de forma general en todo el territorio nacional.
Existen enfoques para estas situaciones como: Enfoque territorial-rural y el Agro-territorial que
reconocen la importancia de la multidimensionalidad de procesos, factores, actores, recursos e
instituciones como criterio elemental para comprender los nuevos procesos a fin de analizar la
operación de políticas públicas para poder mejorar la organización de los espacios rurales. Señalan
además que la actividad agrícola por sí sola es insuficiente para mantener al tejido social vivo y
dinámico en las zonas rurales.
Enfoque territorial de desarrollo rural: Considera los territorios rurales como sujetos de políticas
públicas para el desarrollo rural, en donde se sustituyen las políticas sectoriales por otras que
impliquen la integralidad de factores con una orientación en el territorio, en este sentido tomando
en cuenta elementos sociales, culturales y ecológicos en el territorio. Este enfoque posee
dimensiones como:
1. El desarrollo rural es parte del desarrollo general de un país, de un estado o de una región.
4. Este enfoque asigna importancia a la competitividad económica de cada territorio para mejorar
la calidad de vida rural y esta competitividad no es efectiva si no se concibe su impulso mediante la
participación organizada de los actores sociales.
Existe una diversidad de ambientes rurales actualmente generados por la expansión de los
núcleos urbanos del país que dan paso a una nueva ruralidad.
Se generan a su vez nuevos usos que son llevados por el desarrollo de los territorios rurales que
impulsan diversos mecanismos de gestión y vinculación entre los actores sociales. Tenemos
además entornos rurales deteriorados ambientalmente por la aplicación excesiva de tecnologías
dañinas, uso irracional de agua y energía, etc. Y estos problemas deben ser resueltos con nuevas
propuestas de gestión rural.
Fenómeno migratorio por falta de ingresos en el campo que incrementan la pobreza y genera
bajos niveles de bienestar.
Frente a esto:
El enfoque territorial busca dimensionar de otra forma las potencialidades de los espacios rurales
y sus pobladores para poder enfrentar esta situación.
Induciendo mecanismos creativos que involucren a los actores hacia nuevas formas de gestión
territorial del desarrollo. Abordar las causas de las problemáticas a partir de la consolidación de un
modelo de actuación del Estado que direccione sus políticas públicas al medio rural.
Según Izquierdo (2005) el fortalecimiento de los entornos locales orientados al desarrollo rural
comienza por dotar de capacidad política, competitiva y financiera a las instituciones más
próximas a las personas. Por esto un nuevo proyecto de política rural requiere transformar sus
planteamientos desde el objetivo sectorial y productivista antiguo a un nuevo objetivo social que
se compromete con la valorización del territorio en aspectos ecológicos y culturales y por otra
parte la agricultura debe ser un eje articulados del desarrollo rural en base a dos propósitos:
1. Recuperar las experiencias de gestión operativa local que surjan de iniciativas locales y de
las comunidades rurales.
2. Aplicación de una solida reforestación de tierras agrícolas para poder reactivar la función
ecológica de la masa forestal
3. Consolidación de un programa de ayudas agroamientales que sirvan para mejorar los
aspectos de compensación de renta.
4. Diversificación de actividades y su integración en el marco social, cultural y ecológico que
caracteriza a cada territorio rural
5. Territorialización de los procesos de desarrollo rural.
6. Integración de diferentes políticas sectoriales: empleo, servicios sociales, promoción
económica, ordenación del territorio, conservación del patrimonio.
La gestión territorial como imperativo del desarrollo rural
Con la diversidad de ambientes y contrastes que actualmente presentan los territorios rurales
obligan a una reorientación de políticas públicas. Se deben aprovechar las capacidades de los
actores de desarrollo, los que comprenden los funcionarios públicos y los prestadores de servicios
profesionales que de forma directa han sido los corresponsables de gestionar apoyos y procesos a
favor del desarrollo local. Se deben generar entre los actores rurales, nuevas competencias
acordes al contexto actual que les permita estar capacitados para enfrentar la crisis del sector y
revertir las disparidades sociales para favorecer acciones de participación ciudadana para mejores
prácticas de desarrollo territorial.
Primer lugar: Que el territorio encierra un valor decisivo en el proceso de desarrollo; identidad
territorial y su vinculación con la historia social
Segundo lugar: Las personas y sus sistemas de organización social, antes instrumentalizadas como
mera mano de obra, se relevan hoy como el principal recurso.
Tercer lugar: Los recursos tangibles o intangibles en el territorio deben ser manejados por
personas integradas al sistema territorial para generar procesos de desarrollo local.
Bajo esto, cabe destacar que el territorio rural no se conservará si permanece inamovible frente a
las nuevas realidades (Izquierdo, 2005).
Que las ayudas agrícolas vayan acompañadas de compromiso de respetar al medio ambiente,
utilizar de forma adecuada los recursos naturales, ahorrar agua y contribuir a la preservación del
paisaje y la conservación del patrimonio cultural.
Cuadro que presenta los lineamientos estratégicos par la gestión territorial del desarrollo rural: