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guía

de movilidad segura
en vehículos de respuesta
a emergencias

MI VIDA
SIGUE EN MOVIMIENTO
MI VIDA
SIGUE EN

MOVIMIENTO

TABLA DE CONTENIDO

1. Introducción

2. Conceptos relacionados

3. Principales escenarios de riesgo en la movilidad de vehículos de emergencias

4. Recomendaciones generales para una movilidad segura en vehículos de respuesta a emergencias

5. Bibliografía de referencia
1. INTRODUCCIÓN

La movilidad nos permite alcanzar objetivos personales y colectivos, desarrollarnos como


personas, familias, empresas y comunidad. Es algo inherente al ser humano y una expresión de
vida, sin embargo, también genera riesgos y situaciones que pueden llegar a deteriorar el
bienestar y el desarrollo.

En este contexto, las personas y las empresas están expuestas a escenarios que requieren la
asistencia de equipos de respuesta prioritaria para salvaguardar la vida, los recursos naturales,
restablecer la normal operación y circulación, entre otros apoyos, y esto requiere el
desplazamiento de personal asistencial en diferentes tipos de vehículos de respuesta a
emergencias (ambulancias, bomberos, defensa civil, autoridades, entre otros), que los exponen a
riesgos en calidad de conductores, acompañantes y peatones, incluso en ocasiones
comprometiendo su integridad, en el afán de atender a otros.

Esta guía está orientada a mejorar la comprensión


del fenómeno de la movilidad en la operación de
vehículos y equipos de respuesta a emergencias,
entregando recomendaciones prácticas al personal
de entidades de socorro y operadores en general
para cuidar su vida, salud e integridad, las de la
comunidad con quienes interactúan a diario, así
como los vehículos y bienes comprometidos en
esta dinámica.
2. CONCEPTOS RELACIONADOS

Vehículo de respuesta a emergencias


Vehículo automotor debidamente identificado e iluminado, autorizado para
transitar con prelación con objeto de movilizar personas afectadas en
salud, prevenir o atender emergencias, desastres o calamidades, o
actividades policiales.

Tipos de vehículos de respuesta a emergencias


Entre los vehículos que están clasificados para emergencias, tenemos los
de bomberos, ambulancias, fuerzas militares, policía y autoridades de
tránsito y transporte. (Ley 769 2002, artículo 64).

Ambulancia terrestre
Vehículo de emergencias autorizado para transitar con prioridad, de
acuerdo con la condición del paciente y acondicionada de manera especial
y exclusiva para su transporte. Es un vehículo automotor y, como tal, está
regido por las normas nacionales pertinentes, expedidas por el Ministerio
de Transporte. Por tanto, no tiene ninguna prerrogativa diferente a la de
ser un vehículo con circulación prioritaria (NTC 3729).

Tipos de alertas visuales y sonoras usadas en desplazamientos


de vehículos de respuesta a emergencias
Tránsito en Clave Uno o Clave A
Desplazamiento utilizando simultánea y permanentemente los sistemas
visuales y sonoros de alerta. Tiene como objeto solicitar a los conductores
circundantes la mayor prioridad para circular por las vías y permite
sobrepasar a otros vehículos, sin exceder el límite de velocidad.
Tránsito en Clave Dos o Clave B
Desplazamiento con el sistema visual de alerta. Tiene por objeto proteger
el vehículo en medio del flujo vehicular circundante y realizar una
movilización lo más suave posible.

Tránsito normal o Sin Clave


Desplazamiento sin el uso de sistemas visuales ni sonoros de alerta y debe
ser empleado cuando el vehículo transite luego de terminar un servicio.

(Guías de atención prehospitalaria, Ministerio de Protección Social de Colombia).

3. PRINCIPALES ESCENARIOS DE RIESGO EN LA MOVILIDAD DE VEHÍCULOS


DE EMERGENCIAS

Existen escenarios particularmente peligrosos para la tripulación y otros actores, por lo cual
recomendamos identificar y gestionar este tipo de situaciones:

Tráfico denso:
Por el represamiento y lentitud del tráfico, los actores viales quedan
"atrapados" y con poco espacio para maniobrar. El vehículo de respuesta a
emergencias presenta dificultad para avanzar, hay alto riesgo de generar
daños a otros vehículos y existe presencia de actores vulnerables en
puntos ciegos. La urgencia del desplazamiento, sumada a las señales
sonoras y visuales, pueden aumentar la probabilidad de errores en la vía
por parte del conductor o de otros actores.

Maniobras en intersecciones, glorietas, giros, adelantamientos:


En estos escenarios confluyen diversos actores viales con diferentes
sentidos de circulación, con alto riesgo de choques y atropellamientos.
No todos los actores viales dan la prelación de paso que se debe dar a los
vehículos de respuesta a emergencias, algunos conductores no verifican
si les han cedido el paso, hay desconocimiento acerca de las maniobras
seguras para entrar o salir de glorietas e intersecciones o para hacer
cambios de carril. Es frecuente que los usuarios de la vía no adecúen la
velocidad en estos puntos, lo cual dificulta las maniobras e incrementa el riesgo.
Operación a velocidades no seguras:
El conductor del vehículo de respuesta a emergencias suele preocuparse
por el tiempo de respuesta y aumentar la velocidad. Esta situación,
sumada a la tensión de la operación, pueden afectar la capacidad de
análisis, reacción y desempeño del conductor. Por eso, incluso en
situaciones de mayor urgencia, se deben respetar los límites de velocidad,
asegurando “llegar y llegar bien” a donde se requiera.

Interacción con otros actores viales:


Normalmente asumimos que los demás van a actuar como nosotros
esperamos, sin embargo, los seres humanos podemos cometer errores, los
cuales en situación de emergencia se pueden incrementar, producto de la
angustia, el miedo y otras emociones que debemos aprender a identificar y
a gestionar a nuestro favor. Además, ante eventos adversos, es usual que
existan curiosos o distraídos, lo cual conlleva otros riesgos. Por otra parte,
riesgos adicionales que se pueden presentar con otros actores de la vía,
tienen que ver con el riesgo público (agresiones al personal, daños a los
vehículos, intimidación, entre otras), es fundamental apoyarse de las
autoridades y seguir los protocolos definidos.

Distractores internos y externos:


La dinámica de la movilidad nos exige mantener la concentración, la
escucha y observación activa, no solo cuando estamos conduciendo un
vehículo, sino también como peatones y acompañantes. Se pueden
presentar situaciones dentro del vehículo (conversaciones con la
tripulación o la central de emergencias, manipulación de instrumentos,
interacción con el paciente, familiares, ...) o fuera del mismo (efecto “túnel”
al acercarse al sitio de la emergencia, situaciones o comportamientos que
llaman la atención, ...), que facilitan inatenciones o distracciones en el
conductor, con graves consecuencias.

Atención en el sitio de la emergencia (vías públicas o privadas):


Numerosos incidentes en los cuales se involucra un vehículo de respuesta
a emergencias ocurren cerca de la escena a la que acuden a prestar sus
servicios. Esto se debe a que el conductor se focaliza en la escena (fija
toda su atención en ella), y pierde la noción del entorno y sus riesgos.
También se presentan deficiencias en el aseguramiento de la escena,
por ejemplo, la ubicación inadecuada del vehículo (en una curva o al iniciar
una pendiente), señalización y delimitación insuficiente de la escena,
presencia de múltiples actores que atienden la emergencia y
descoordinación entre ellos. Es muy importante hacerse visible a través
de luces, conos, cintas, entre otros, especialmente en escenarios de
visibilidad disminuida por factores climáticos como neblina, lluvia, otros.

Condiciones físicas o psicológicas inadecuadas:


Los servicios de emergencias actúan durante las 24 horas, y la tripulación,
incluyendo al conductor, tienen alta probabilidad de presentar síntomas de
fatiga o deuda de sueño. También se pueden presentar situaciones críticas
en la tripulación, que afecten la toma de decisiones, como: tristeza, rabia,
distracciones, euforia, como reacción al presenciar escenas fuertes o
recibir noticias impactantes. Algunos conductores pueden presentar
condiciones médicas que afecten el equilibrio, visión, audición y
coordinación motriz, así como lesiones que limiten el movimiento de las
extremidades y por lo tanto afectan la operación. Estas situaciones
también se pueden presentar en otros actores viales, por lo cual se hace
necesario un acompañamiento especial a los conductores y operadores en
general de vehículos y sistemas de respuesta ante emergencias.

Incumplimiento de normas y señales de tránsito:


Frecuentemente encontramos la creencia de que los vehículos de
respuesta a emergencias están exentos de cumplir las normas de tránsito,
lo cual no solamente es erróneo sino altamente peligroso. Más que una
imposición por parte de un tercero, es clave que entendamos las señales y
normas de tránsito, como algo que facilita nuestra interacción en el
espacio público de manera segura y ordenada. En esa medida, son
elementos que nos protegen y debemos cuidarlos, velando por su
cumplimiento, así se goce de una prelación y consideración por parte de
las autoridades y de los demás actores viales.
4. RECOMENDACIONES GENERALES PARA UNA MOVILIDAD SEGURA
EN VEHÍCULOS DE RESPUESTA A EMERGENCIAS

Para garantizar la movilidad segura, es importante observarse a sí mismo y al entorno, tomando


decisiones que le permitan llegar bien al destino, acatando las normas de buen comportamiento
en las vías y, en especial, las que se refieren a la seguridad para los ocupantes, vehículos
circundantes, vías, peatones, ciclistas, motociclistas y otros usuarios.

A continuación, relacionaremos algunas recomendaciones para los diferentes actores


involucrados:

4.1. Empresas e instituciones que prestan el servicio

Es importante adoptar políticas y protocolos de operación segura, divulgarlos


y capacitar a los actores involucrados, monitoreando su cumplimiento.

Dentro de los protocolos por definir, sugerimos incluir aspectos relacionados con:

Selección y contratación de conductores: complementar los procesos con


pruebas de coordinación motriz, específicas de conocimiento y habilidades.

Entrenamiento y formación para los diferentes actores viales en la operación.

Mantenimiento, alistamiento e inspección de vehículos. Es importante que los


vehículos cuenten con los elementos necesarios para la atención de
emergencias (dispositivos luminosos, conos de señalización, cintas para
señalización y delimitación, insumos, entre otros), así como aquellos requeridos
para emergencias que se presenten con el mismo vehículo (kit de carretera,
botiquín, extintor, herramientas, otros).
Definición de parámetros de operación y prevención: velocidad segura, horas
de conducción y descanso, hábitos de alimentación e hidratación saludables,
uso de dispositivos de seguridad en vehículos y de protección personal,
técnicas de conducción preventiva, procedimientos de despacho,
aproximación y aseguramiento de la escena, protocolos de comunicación
segura, entre otros.

Tener directorios y protocolos para casos de incidentes y otros eventos


adversos.

Es importante analizar las zonas de operación y establecer estrategias de


planificación de rutas y monitoreo de desplazamientos. Los conductores deben
tener un alto conocimiento de las vías, puntos más críticos y capacidad de
anticipación a eventos.

Conocer y ajustar los procedimientos de la empresa, a aquellos que sean


estipulados por las entidades territoriales para la operación de los vehículos de
respuesta a emergencias.

Monitorear los comportamientos claves como velocidad, uso de cinturón,


cumplimiento de tiempos de descanso, resaltar lo positivo, verificar las
oportunidades de mejora y aplicar tanto los reconocimientos como las
consecuencias, según corresponda.

Facilitar canales y estrategias que le permitan a los colaboradores reportar las


situaciones y condiciones de salud física y mental, que puedan alterar su
desempeño.

4.2. Conductores de vehículos de respuesta a emergencias

La movilidad segura inicia cada día con la preparación del vehículo. Las medidas
iniciales que deben ser asumidas por la tripulación al comenzar cada turno, son:

Inspección del vehículo apagado (motor, ruedas, líquidos, luces, espejos,


cabina, cinturones, entre otros).

Verificación del vehículo con el motor encendido (indicadores, señales visuales


y sonoras, frenos, dirección, direccionales, limpiaparabrisas).

Revisión del compartimiento del paciente (cuando aplique), insumos y equipos.

Conversar y preguntar sobre el estado físico y emocional del conductor y la


tripulación.
Una vez se hayan cumplido con rigurosidad estos pasos, el vehículo y la
tripulación estarán listos para recibir y responder una llamada para prestar sus
servicios.

El vehículo de respuesta a emergencias es una herramienta de trabajo y se debe


cuidar de ella utilizándola correctamente.

La mejor forma de conducir cuando se atiende una emergencia, es con


precaución. Se puede actuar con diligencia y al mismo tiempo cumplir las normas
y protocolos, evitar riesgos adicionales para garantizar así la oportuna prestación
del servicio.

“Es preferible invertir un minuto más y llegar bien al lugar de la emergencia”.

El manejo del vehículo de respuesta a emergencias debe hacerse siguiendo todas


las normas de seguridad en la movilidad. Se deben tener en cuenta, entre otros,
los siguientes aspectos:

Observar las normas de conducción preventiva, reconocer que todos en la vía


podemos cometer errores y por eso debemos estar más atentos.

Ser siempre cortés y estar siempre dispuesto a considerar y ayudar a los demás.

Cumplir de manera estricta las regulaciones legales vigentes. Incluso ser más
estrictos cuando las condiciones de seguridad sean adversas.

Utilizar responsablemente las señales de emergencia: luces y sirena.

“Son un sistema audiovisual que alerta a los demás


sobre la presencia de un vehículo de respuesta
a emergencias. La sirena y balizas no le ayudan
a frenar, no despejan el camino en forma automática,
úselas prudentemente y según las directrices
de las autoridades, evita sanciones”
Conducir a velocidad moderada y de manera segura.

Durante una emergencia, la capacidad de respuesta del sistema está más


limitada, por lo cual el conductor y los demás miembros del equipo deben evitar
otros incidentes que agraven la situación, incluso generando un colapso.

Ubicar adecuadamente el vehículo en las zonas de atención, siguiendo las


indicaciones de las autoridades y protocolos definidos.

Durante los desplazamientos, el conductor debe usar el cinturón de seguridad


y velar porque los demás ocupantes lo hagan, en las sillas delanteras y traseras.

En las ambulancias, es muy importante el uso de los cinturones de seguridad


dentro del cubículo del paciente, para el acompañante, el tripulante y el paciente
(cinturones de la camilla). Se debe verificar siempre su uso.

Observar atentamente para anticiparse y prever maniobras de otros actores


viales, visualizar las luces direccionales de otros vehículos, señales en las vías,
especialmente en las intersecciones, glorietas, semáforos y pasos de peatones.

Tener en cuenta que los accidentes generan curiosidad: habrá peatones y


conductores distraídos por la situación de tránsito cerca al evento.

Al transitar detrás de otro vehículo, mantener una distancia prudente que permita
frenar o maniobrar a tiempo. Recordar que el tamaño y peso de los vehículos de
respuesta a emergencias, requieren de tiempo de detención y distancia
adicionales.

En caso de lluvia, neblina o condiciones adversas, aumentar las medidas de


precaución y hacer los ajustes necesarios para operar el vehículo con seguridad.

Comunicar cualquier situación, condición física o emocional que pueda afectar


el desempeño en la movilidad.
Extremar precauciones al estacionar en el sitio del evento, esta maniobra es uno
de los mayores retos para el conductor:

Preguntarse: ¿queda seguro el vehículo?, ¿el vehículo obstaculiza el tráfico?,


¿existe una salida fácil de la escena?, ¿está el vehículo cerca de la emergencia
por cubrir?

La responsabilidad de señalizar correctamente el lugar del siniestro es


competencia de la policía o autoridad de tránsito. De no haberse presentado
aún, detener la unidad donde pueda servir de barrera física entre el lugar donde
se va a desarrollar la actuación y los vehículos que circulen en el sentido del
tráfico donde se encuentre. Esa distancia debe ser mayor a veinte metros.

50 a 100 m.

Figura 1. Definición posición de seguridad

Es importante consultar otros esquemas de señalización para situaciones


especiales, sugeridos en el Manual de señalización de Colombia, especialmente
para accidentes de tránsito, incendios y desastres naturales (Versión 2015, Ver
capítulo 8.6):
Figura 8,2
Accidente de tránsito
20 a 100 m
según situación

50 a 100 m.

3m
min.
Figura 8,3
Accidente de tránsito
con canalización

10 m.

50 a 100 m.
15 a 30 m

Figura 8,4
Accidente de tránsito
15 a 30 m con cerramiento de carril

Auxiliar de tránsito
con bastón o paleta.

Figura 8,2
Cerramiento para incendio

Fuente:
Manual de señalización vial
de Colombia, 2015,
capítulo 8.6, páginas 817 a 824.
Antes de detener la unidad, cerciorarse de que los vehículos que circulan detrás
hayan advertido las intenciones del conductor.

Conectar todas las señalizaciones luminosas con las que se cuente, usar
prendas reflectivas para aumentar la visibilidad al bajarse del vehículo.

Si por alguna razón el conductor debe permanecer dentro del vehículo, hay que
mantener el cinturón de seguridad abrochado; y recordar que, bajo situaciones
de emergencia, otros vehículos lo pueden chocar, estando estacionado.

En ocasiones, al momento de acudir a una escena, no se dispone de más


información, por eso hay que observar atentamente antes de acercarse, si hay
presencia de alguna sustancia peligrosa (ubicar rombos y códigos UN), y otros
tipos de riesgo (líneas eléctricas, conatos de incendio, peligros de derrumbe o
caída de elementos, entre otros).

“Para poder brindar la asistencia requerida, el conductor del vehículo, su equipo


y los demás ocupantes de la vía no deben estar expuestos a mayores peligros”

4.3. Tripulantes y acompañantes de vehículos de respuesta a emergencias

El acompañante y tripulante de un vehículo de respuesta a emergencias tiene un


rol fundamental para apoyar al conductor y hacer que el desplazamiento sea
seguro, sea participativo en la movilidad.

Cuando asciende o desciende del vehículo, lo debe hacer siempre por el costado
del andén, usar y promover el uso del cinturón de seguridad de todos los
ocupantes, incluyendo los pacientes y camillas.

Apoyar al conductor en la manipulación de los instrumentos (luces, sirenas,


altavoces, radio comunicador, entre otros) durante la movilidad, para que él se
enfoque en la conducción.
Procurar que el conductor esté concentrado en la conducción, no generar
distracciones y ser participativo en la identificación de peligros durante la
movilidad y en la escena.

No promover ni permitir viajar a velocidades inseguras, ni el incumplimiento de las


normas y protocolos establecidos.

Estar atento a las maniobras del conductor y advertirle si nota que está
asumiendo una conducción riesgosa.

Cuando la tripulación y conductor estén en la escena, se debe hacer un hacer un


análisis de riesgos y actuar en consecuencia, un siniestro puede ocurrir no solo
cuando el vehículo está en movimiento. Siempre estar atentos y mantenerse
visibles.

Compartimos el siguiente video, que da recomendaciones generales para ser un


buen pasajero o acompañante:

Clic aquí para ver el video

4.4. Usuarios (pacientes, familiares, acompañantes, solicitantes)


de los servicios de emergencia
Es importante mantener la calma todo el tiempo. Así se puede controlar la
situación y salir de ella de una manera satisfactoria, para todas las personas
involucradas en la emergencia.

Verificar primero su estado de salud, y luego el de las demás personas


involucradas. Si está en un vehículo, debe mantener las luces encendidas, usar
chaleco reflectivo, y ubicar conos o triángulos al menos a cincuenta metros de
distancia del siniestro adelante y atrás (preferible unos cien metros en el carril
sobre el que está ubicado el siniestro), con el fin de que cualquier vehículo que
transite por el lugar, alcance a detenerse o esquivar a las personas y vehículos
afectados.

Se debe intentar dejar libre una vía de acceso para los servicios de emergencias.

Antes de llamar a las entidades de apoyo en emergencias se debe intentar hacer


una rápida composición del lugar y la situación, verificar número de heridos y su
estado, ubicación exacta de la emergencia, riesgos exteriores (derrames, postes
caídos, geometría de la vía “curva o recta”), ciudad más cercana, entre otros. Es
importante identificarse, mantener la calma y no colgar el teléfono hasta que así
lo indiquen. La información que se transmita debe ser concreta, ajustarse el
máximo a la realidad, esto facilitará que se movilicen los recursos necesarios.
SOCORRER: a falta de conocimientos sobre primeros auxilios, hay que esperar a
que lleguen los profesionales, e informarles sobre toda la situación.

Nunca se debe dar alimentos, bebidas o medicinas a los heridos, aunque lo


soliciten con insistencia. Lo que sí puede hacer es taparlos con una manta, en
especial si han sufrido una hemorragia. Es importante que el herido permanezca
consciente en todo momento, para ello debe hablarle, preguntarle por lo sucedido
y tratar de tranquilizarlo.

Confiar en el conocimiento y actuación del personal de emergencias, seguir las


instrucciones en todo momento, evitar generar situaciones adicionales que lo
pongan en riesgo y al personal que atiende la situación.

4.5. Peatones, conductor de otros vehículos, ciclistas y motociclistas

Es importante recordar que, según el Código Nacional de Tránsito, artículo 64, los
vehículos de respuesta a emergencias están protegidos, tienen prioridad y
merecen un cuidado especial por parte de la ciudadanía.

“Todo conductor debe ceder el paso a los vehículos de ambulancias, cuerpo


de bomberos, vehículos de socorro o emergencia y de la policía o ejército,
cuando anuncien su presencia por medio de luces, sirenas, campanas
o cualquier señal óptica o audible” (Ley 769 2002, artículo 64)

Siempre que los vehículos de respuesta a emergencias anuncien su presencia y la


necesidad de pasar de forma prioritaria (señales visuales y audibles), se debe
facilitar su paso, siempre con seguridad.

Es importante tener presente que las sirenas pueden generar ansiedad en todos
los actores viales, pero todas las maniobras que se hagan deben ser racionales, y
sin poner en riesgo la situación.

Hay que evitar avanzar más rápido conduciendo detrás del vehículo de respuesta
a emergencia cuando los demás han dado paso, porque se pueden generar
riesgos adicionales y los demás actores no advertir su presencia. La prioridad
solo la tiene el vehículo de respuesta a emergencias. ¡Ya se ha presentado una
emergencia, no generaré otra adicional!

Evitar ubicarse en los puntos ciegos del vehículo de respuesta a emergencias, ni


en el de otros, cuando hay tráfico denso se presentan maniobras repentinas y se
aumenta el riesgo de un choque o atropellamiento, hay que incrementar la
precaución y la atención.
Cuando haya que pasar por el sitio donde ha ocurrido la emergencia, hay que
continuar, no detenerse, mantenerse atento a la vía, es un momento crítico y
pueden presentarse otros accidentes por los actores curiosos. Hay que tener
presente que, si se pasa con celeridad, los organismos de emergencia podrán
llegar pronto a atender la misma.

Si visualizar o presenciar la emergencia le genera alguna afectación emocional, es


mejor detenerse en un lugar seguro y alejado de la emergencia, hasta que esté
tranquilo y pueda continuar.

Todos los actores son vulnerables, entre todos debemos procurar una movilidad
segura, todos debemos recordar y cumplir las normas de comportamiento y
cultura ciudadana según su rol en la vía.

¡Tu vida sigue en movimiento,


así que actúa bien en el camino!

Te invitamos a ver el siguiente video

Clic aquí para ver el video


BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

Guías de atención prehospitalaria de Colombia: “Transporte de pacientes en ambulancia


terrestre”, Ministerio de Salud y Protección Social.

NTC 3729. Tipología vehicular. Ambulancias de transporte terrestre.

Manual de señalización vial de Colombia. Año 2015.

Manual de conducción de vehículos de emergencia. Cruz Roja.

Manual de “Manejo de vehículos de emergencia” del PRONEM (Programa Nacional de


Emergencias Médicas de Costa Rica).

Protocolo Auxilio en Carretera, PPAC_160415_rev3, Dirección General de Tráfico, España.


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