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hijo, que tiene una esposa fiel atenta y cariñosa que hasta la vida le sonreía, de pronto el
mundo se le pone bajo sus pies, todo cambia. Comienza a sentir un terrible estigma
moral, los que lo ven se preguntan ¿Cómo contrajo la enfermedad? La enfermedad sitúa
al hombre en un modo de ser, de vivir y de relacionarse cualitativamente distinto al que
tenía en la vivencia de sentirse y estar sano.
Así empezó a sentirse Juan cuando se entero que tenía el virus de sida y todavía no ha
perdido ese sentimiento. Hoy se encuentra en la residencia de Colichet para enfermos de
sida. Cada mañana lamenta el día que cogió la enfermedad, pero también se levanta
feliz porque desde que esta ahí se siente más activo, más realizado, menos débil, menos
solo.
La residencia hogar Colichet es un recurso que creo Cáritas de la diócesis de Málaga en
el año 1992 para acoger a enfermos de Sida en estado avanzado, que no tienen apoyo
familiar ni recursos económicos, en grave exclusión a nivel social. Esta situada en
Churriana, barriada de Málaga.
La directora de la residencia actualmente es Francisca Cabello García, una mujer
dedicada a esta enfermedad prácticamente desde que terminó la carrera de enfermería,
aunque trabajando directamente con ellos desde el 2002.
La casa de acogida fue creada ante la gran demanda que existía y la saturación de los
hospitales, que no podían dar respuesta a este tipo de pacientes que en aquel entonces
“necesitaba en gran medida de cuidados paliativos”, afirmo la directora del centro.
Hay residentes de ambos sexos, muchos emigrantes, actualmente 8 chicos y 4 chicas,
los chicos suelen ser mas porque el número de diagnosticados siempre es mayor.
Francisca señala, que el pasaporte para entrar en simplemente es, estar enfermo. Los
pacientes carecen de apoyo familiar y social, la mayoría de ellos no eligen ser
residentes. Llegan a través del hospital, algunos a través de los familiares o Cáritas. Sus
limitaciones son de todo tipo, muchas a nivel físico, que les imposibilita llevar una vida
normalizada y muchísimas a nivel psicológico y trastornos de la afectividad.
Los recursos del que dispone la casa, además de los trabajadores, es de un médico 24
horas diarias, enfermería 24 horas y un grupo excelente de personal voluntario. Poseen
además, aclara la directora, una furgoneta que comparten con el centro Buen
Samaritano, residencia de la tercera edad, también de Cáritas, situado justamente al lado
de la casa, que se utiliza para los transportes al hospital o las salidas de ocio.
Afirma, que ellos ofrecen además de alojamiento y manutención, mucho cariño, muchas
dotes de paciencia y lo que cada uno de los diez trabajadores tiene, en resumen,
“dignidad”.
La gran mayoría de los enfermos evolucionan positivamente, llegando a recuperar
muchas de sus limitaciones, apunta Francisca Padilla. Los que tienen posibilidades de
promoción se les anima a que se reinserten en otros programas y vivan fuera de la
institución. Aunque, la esperanza de salida y mejora son pocas, sobre todo por sus
limitaciones físicas y económicas, la mayoría de los usuarios carecen de medios
económicos, nunca la han tenido.
La relación de los enfermos con los trabajadores es muy buena, señala la directora, los
pacientes son respetados y por tanto respetan a los empleados, aprendemos a llevarnos
unos a otros, en general, la relación es muy cercana.
Además de los trabajadores, los pacientes se relacionan con el exterior a través de las
salidas que se hacen una vez a la semana al cine y desayunar. Y también a través de los
voluntarios.
El papel de la Iglesia en la actuación de los enfermos del sida es súper importante. El
25% de los pacientes con esta enfermedad son tratados actualmente por instituciones
católicas. Y en algunos países como Lesoto este porcentaje alcanza el 40%, según
informa los datos del Pontificio Consejo para la pastoral de la Salud (Ciudad del
Vaticano).
De entre quienes se ocupan de los enfermos del sida en el mundo, el 9,4% son
organismos eclesiales y el 15,1% corresponden a ONG católicas, con lo que el 24,5% de
los afectados por la plaga del siglo XXI recibe asistencia de la Iglesia Católica.
Según los datos, mientras que la Iglesia supone el 25% de la atención, sólo recibe el
20% de los recursos destinados a esta enfermedad en todo el mundo, además la mayoría
de los fondos económicos que utiliza para esta labor asistencial, provienen de fuentes
privadas y ayudas publicas son muy inferiores a las que manejan otras organizaciones
asistenciales.
Unos de los ejemplos mas cercano es la residencia hogar Colichet. Un recurso que creo
Cáritas de la diócesis de Málaga en el año 1992 en colaboración con las Hijas de la
Caridad, para acoger a enfermos de Sida en estado avanzado y con gran exclusión
social.
Situada en Churriana, barriada de Málaga, edificio estilo Cortijo andaluz, de los años
50, con planta baja y primer piso, solidamente construido en torno a un jardín amplio y
bien trazado, cubierto de césped y palmeras.
Contiene 12 habitaciones individuales con cuarto de baño para dos, una sala de estar-
TV, una sala de fumadores-juegos-futbolín, Capilla, salón de actividades dotado de
video y tele, 3 ordenadores, material didáctico, mesa de trabajo, una sala de
rehabilitación dotada de camilla, paralelas, bicicleta estática, pesas y escalera de mano.
Una furgoneta adaptada para las sillas de ruedas.
La directora de la residencia actualmente es Francisca Cabello García, una mujer
dedicada a esta enfermedad prácticamente desde que terminó la carrera de enfermería,
aunque trabajando directamente con ellos desde el 2002.
Informa Paqui, que la casa de acogida fue creada ante la gran demanda que existía y la
saturación de los hospitales, que no podían dar respuesta a este tipo de pacientes que, en
aquel entonces, “necesitaba en gran medida de cuidados paliativos”.
Hay residentes de ambos sexos, muchos emigrantes, actualmente 8 chicos y 4
chicas, los chicos suelen ser más porque el número de diagnosticados siempre es
mayor.
Francisca señala, que el pasaporte para entrar en simplemente estar enfermo,
aunque, cumpliendo una serie de requisitos. Tienen que ser pacientes con
carencias de apoyo familiar y social , carencias de ser autónomo. La casa no es
un recurso para los que aun no necesitan ayuda, para los que solo tienen
anticuerpos. Para estos existen otras estructuras mas sencillas, resalta la
directora.
Sus limitaciones son de todo tipo, muchas a nivel físico, que les imposibilita
llevar una vida normalizada y muchísimas a nivel psicológico y trastornos de la
afectividad.
Asegura que, ellos ofrecen además de alojamiento y manutención, mucho
cariño, muchas dotes de paciencia y lo que cada uno de los diez trabajadores
tienen, en resumen, “dignidad”.
La gran mayoría de los enfermos evolucionan positivamente, llegando a
recuperar muchas de sus limitaciones, apunta Francisca Padilla. A los que tienen
posibilidades de promoción se les anima a que se reinserten en otros programas
y vivan fuera de la institución.
Aunque, la esperanza de salida y mejora son pocas, sobre todo por sus
limitaciones físicas y económicas, la mayoría de los usuarios carecen de medios
económicos, nunca la han tenido.
El personal del que dispone la casa, además de los trabajadores, es de un
médico 24 horas diarias, enfermería 24 horas y un grupo excelente de personal
voluntario
“La relación de los enfermos con los trabajadores es muy buena, señala la
directora, los pacientes son respetados y por tanto respetan a los empleados,
aprendemos a llevarnos unos a otros, en general, la relación es muy cercana”,
afirmó la directora.
Además, los pacientes no pierden la relación con el exterior, aclara Francisca,
la continúan a través de las actividades que se realizan con ellos. Como son las
salidas al cine una vez en semana y otra tomar algo en la cafetería.
Se añaden a estas, las actividades individuales que derivan de los programas de
desarrollo individualizados (PDI) según las capacidades de cada residente, así se
realizan ejercicios de cálculo, lectura, comentarios, dictado, pintura, puzzles,
distintos ejercicios en ordenador etc.
Y las actividades grupales, como ensayo de cantos y celebración eucarística
una vez por semana, para el que quiere asistir, dinámicas de grupo diversas,
reunión de evaluación y participación en la programación de las programaciones
de la casa talleres de valores músico terapia, de relajación, teatro al menos una
representación anual. Se elaboran tres números anuales del periódico de la casa
"Familia Colichet. Se participa en la Feria de Churriana con la asistencia a las
veladas y comidas a las que nos invita el Ayuntamiento así como a la Feria de
Málaga con cena y asisten a una velada. Todos los años se disfrutan de 6 días de
vacaciones con excursiones, visitas a parques y museos
Se cuentan con 17 voluntarios fijos, más algunos que vienen en momentos
puntuales cuando realizan las jornadas del campo de trabajo.
La directora anima a la gente a ser voluntaria, para ello solo hay que tener ganas
de implicarse, transmitir alegría y ganas de escuchar. Porque la sociedad puede
ayudar a mejorar la situación de estos enfermos queriéndolos y aceptándolos y
acompañándolos en el proceso de su enfermedad.
Añade, que es precioso ver cuando mejoran, sus sonrisas, sus ilusiones, sus
debilidades y sus fortalezas. Descubrir en sus miradas que notan cuando se les
trata con cariño de corazón, aunque sus palabras no sean las más acertadas para
poder expresarlo.
Entrevista para José Vega Aguilar Monitor de tiempo libre de la residencia Colichet.
Lleva siete años trabajando en la casa, sus comienzos fueron duros porque trabajar con
personas en un contexto de dolor, enfermedad y soledad cuesta, pero luego, afirma
Joseba, aporta gran sastifacción. Su trabajo es cumplir la función más social, es
mantener las ilusiones y las motivaciones de los residentes en la medida de las
posibilidades de cada enfermo, ya que la mayoría de ellos sufren secuelas físicas graves.
CUADRO