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Sancho Panza descubre la verdadera identidad de la princesa Micomicona (Dorotea) y se


desilusiona ya que ve que sus expectativas de futuro de desvanecen. Cuando Don Quijote
se despierta este le explica la situación, pero Don Quijote no se lo cree y pregunta
directamente a Dorotea sobre su identidad que anteriormente le habia comentado Sancho
Panza, pero esta lo niega.

Sancho Panza admite que ha podido equivocarse, pero que estaba seguro de que el
supuesto gigante al que había derrotado Don Quijote eran las bolsas de vino, pero Don
Quijote sigue sin creerle.

Posteriormente, llega a la venta un hombre con una mujer, ambos de apariencia morisca.
En un primer instante les dicen que no hay hueco para que se hospeden, pero Dorotea el
ver la pesadumbre de la mujer decide dejarles un hueco en su habitación. La mujer no
entendía la situación ya que no hablaba esa lengua. Dorotea le pide a la mujer que se
destape la cara, el hombre se lo traduce y la mujer accede. Todos los presentes se
asombran de su belleza. Fernando le pregunta su nombre y el hombre le contesta Zoraida,
lo niega y luego afirma María.

Más tarde, en la cena, Don Quijote se siente motivado y empieza a hablar de forma alocada
sobre los fines que persiguen las armas y las letras. Después habla sobre la vida de los
estudiantes.

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Don Quijote continua comparando la profesion de los soldados con la de los letrados. Da un
amplio discurso acerca de las pésimas condiciones de vida de estos. Por un lado están los
soldados, que aparte de pasar hambre, cuando terminan las batallas practicamente no
ganan nada. Y por otro lado están los letrados, a los que Don Quijote desprecia ya que dice
que no se pueden comparar los peligros de los soldados en las batallas con los que puede
tener un estudiante a causa de sus carencias.

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El hombre que había llegado antes a la venta comienza a contar que proviene de las
montañas de León. Su padre, había perdido muchos bienes a lo largo e su vida, y un día
decidio reunir a sus tres hijos para repartirles a cada uno un cuarto de sus bienes. Además
manifiesta que le gustaría que de dedicasen a un trabajo que les haga prosperar: “ iglesio o
mar o casa real “. A partir de ese momento no volvió a ver más a su familia.

El hombre después de viajar por varias ciudades, llegó a ser duque de Alba, alférez de un
famoso capitán de Guadalajara, prisionero de Uchalí. El hombre también cuenta que en el
año 1573 Juan de Austria ganó Túnez, y que al año siguiente España perdió La Goleta y el
fuerte. Menciona también a un alférez del fuerte, Pedro de Aguilar, quién terminó como
esclavo en la misma galera que él y que componía poemas.

Don Fernando sonríe al escuchar el nombre del alférez y dice que es su hermano. Él
también conoce los sonetos y dice que los recitará a continuación.
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