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ARTÍCULO ESPECIAL

Equivalencia terapéutica:
concepto y niveles de evidencia 208.150

Olga Delgado Sáncheza, Francesc Puigventós Latorrea, Manel Pinteño Blancob


y Pere Ventayol Boscha
a
Servicio de Farmacia Hospitalaria. Hospital Universitari Son Dureta. Palma de Mallorca. Islas Baleares.
b
Servicio de Farmacia Hospitalaria. Hospital Comarcal de Inca. Inca. Islas Baleares. España.

En este artículo se presenta una revisión y descripción de pectos del fármaco, como una posología más cómoda, me-
las principales características metodológicas de los ensayos jorar la tolerancia, mejorar el cumplimiento terapéutico, dis-
clínicos de equivalencia y de no inferioridad, con el fin de minuir la duración del tratamiento o realizar el tratamiento a
facilitar su lectura e interpretación. Asimismo se expone una menor coste; c) se busca un tratamiento alternativo al es-
propuesta de definición de niveles de evidencia de equiva- tándar, o bien segundas líneas de tratamiento, o d) se de-
lencia terapéutica, cuya aplicación práctica pueda contri- sea conocer mediante comparación directa la relación be-
buir a facilitar la toma de decisiones sobre selección y posi- neficio/riesgo de 2 tratamientos2.
cionamiento terapéutico de los fármacos en las guías de Según indica la Agencia Europea del Medicamento (EMEA),
práctica clínica y guías terapéuticas. también se pueden hacer estudios de no inferioridad en
áreas en las que los estudios de bioequivalencia no son po-
sibles, como con liberaciones retardadas modificadas o pre-
Ensayos clínicos de equivalencia y de no inferioridad
paraciones tópicas2, para comparar diferentes dosis de un
Los ensayos clínicos aleatorizados son los de elección para mismo fármaco3 o en caso de medicamentos biológicos4.
demostrar la eficacia de los medicamentos y para comparar En cualquier caso de los citados anteriormente, es preferible
diferentes regímenes terapéuticos entre sí1. En las fases ini- realizar ensayos de superioridad siempre que sea posible,
ciales del tratamiento de una enfermedad, es preciso que pero también están justificados los ensayos de equivalencia
se demuestre la eficacia de los fármacos frente a placebo, o no inferioridad.
pero, cuando ya cuenta con opciones terapéuticas eficaces, Por el contrario, no estarían justificados los ensayos de
los nuevos fármacos deben analizarse frente a los trata- equivalencia o de no inferioridad en los casos en que:
mientos activos disponibles, lo que permite valorar su ac-
—El tratamiento estándar no ha demostrado de forma clara
ción de forma comparada. En ambos casos nos basamos en
su eficacia frente a placebo (depresión, demencia5, rinitis
ensayos clínicos en los que se busca demostrar que el fár-
alérgica2). En algunos casos, aunque esta eficacia no esté
maco experimental es mejor que el grupo control, sea pla-
demostrada, no es, además, éticamente aceptable en onco-
cebo o grupo activo, mediante los llamados «ensayos de su-
logía o en indicaciones huérfanas2.
perioridad», que pueden ser de eficacia o de seguridad.
—Si se duda de que la magnitud del efecto frente a placebo
Sin embargo, cada vez es más frecuente que el objetivo del
sea importante clínicamente3.
ensayo sea demostrar que el fármaco estudiado es igual de
eficaz que el de referencia o, al menos, no inferior, para lo Analicemos algunos conceptos básicos y puntos que deben
que se requiere otro tipo de ensayos clínicos denominados tenerse en cuenta para la evaluación y el diseño de los en-
de «equivalencia» o «de no inferioridad», respectivamente, sayos de equivalencia y de no inferioridad.
que también son válidos a fin de lograr la aprobación para
su registro (tabla 1). Equivalencia terapéutica y bioequivalencia
La razón por la que cada vez se dispone de más ensayos de
En la literatura médica se dispone de 2 tipos de estudios de
equivalencia y de no inferioridad estriba, por un lado, en la
equivalencia que no pueden confundirse: de equivalencia
dificultad de desarrollar nuevos fármacos que ofrezcan un
terapéutica y de bioequivalencia6. La equivalencia terapéuti-
valor terapéutico añadido a los ya disponibles, y por otro, en
ca hace referencia a equivalencia clínica y se basa en estu-
que la orientación de la industria farmacéutica, principal
dios clínicos cuyo objetivo es mostrar que el grupo experi-
promotor de los ensayos clínicos, es el registro de nuevos
mental produce beneficios «equivalentes» a los del grupo
fármacos que puedan tener un valor comercial. Además,
control. La bioequivalencia se valora en estudios en el que el
con los actuales criterios de las agencias, es suficiente de-
producto se compara con uno de referencia, en lo que se re-
mostrar una buena relación beneficio/riesgo para su apro-
fiere a parámetros farmacocinéticos como el área bajo la
bación sin que sea preciso que presenten un valor terapéu-
curva, la concentración máxima, o el tiempo que se tarda en
tico añadido sobre los fármacos ya disponibles.
Los ensayos de equivalencia y de no inferioridad están justi-
ficados y aportan información relevante en determinadas si- TABLA 1
tuaciones, como, por ejemplo: a) se espera que el nuevo Tipo de ensayo según la evolución en el tratamiento
fármaco sea igual de eficaz que el existente, pero con un de una enfermedad
mejor perfil de seguridad2,3; b) no se espera superar al trata- Tratamiento Ninguno Tratamiento Buen tratamiento
miento de referencia, sino que se busca mejorar otros as- disponible
Objetivo del Eficacia Mejor Igual eficacia y mejor
ensayo eficacia/seguridad en otros aspectos
Correspondencia: Dra. O. Delgado Sánchez. Comparador Placebo Otros Tratamiento estándar
Servicio de Farmacia Hospitalaria. Hospital Universitari Son Dureta. que debe tratamientos
Andrea Doria, 55. 07014 Palma de Mallorca. Islas Baleares. España. ensayarse Superioridad
Correo electrónico: odelgados@sefh.es Tipo de Superioridad Equivalencia/no
ensayo inferioridad
Recibido el 18-5-2007; aceptado para su publicación el 29-6-2007.

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alcanzar la concentración máxima; el objetivo es mostrar que


la farmacocinética de un producto es similar a la de otro7; Tratamiento estándar Tratamiento alternativo
superior superior
por ejemplo, en el caso de los medicamentos genéricos, que
deben demostrar bioequivalencia con el medicamento de re-
ferencia con la misma composición y forma farmacéutica.
No superior Superior

Conceptos de equivalencia terapéutica y de no inferioridad


Los términos «equivalencia» y «no inferioridad» son diferen-
Equivalencia
tes, aunque se confunden fácilmente en la bibliografía8. Un
fármaco es equivalente a otro cuando la diferencia de sus
efectos se considera irrelevante desde el punto de vista clí-
nico9. En este tipo de estudios no se pretende nunca esta- Inferior No inferior
blecer la igualdad, sino la equivalencia, por lo que se asume
que existe una diferencia entre los tratamientos, pero se
considera que esta diferencia es pequeña y no tiene impor-
tancia clínica.
Los ensayos de no inferioridad buscan demostrar que una
intervención no es inferior a la de referencia en un margen
preestablecido para la variable principal. El término «no in- –δ% 0% +δ%
ferioridad» no implica automáticamente superioridad, como
a veces se interpreta de forma errónea. Los estudios de no Fig. 1. Comparación gráfica de los tipos de ensayos clínicos.
inferioridad pueden demostrar equivalencia o superioridad.
Estos ensayos son de una cola por naturaleza3,10, si bien, in-
excepcional que un mismo tratamiento sea superior en to-
cluso en los estudios de no inferioridad, se debe utilizar un
dos los aspectos. Así pues, podemos encontrar que el obje-
intervalo de confianza del 95% de 2 colas, lo que permitirá
tivo de un ensayo sea de equivalencia o no inferioridad en
valorar los resultados, incluso si se ve diferencia en sentido
una variable determinada y de superioridad para otra. Por
opuesto a lo esperado3.
eso, cada vez será más frecuente que se combinen objeti-
A continuación se comentan los aspectos que deben anali-
vos de equivalencia, no inferioridad y superioridad en un
zarse de forma diferente en los ensayos de equivalencia y
mismo ensayo, pues es normal que una opción no sea su-
de no inferioridad respecto a ñlos de superioridad..
perior en todo a la otra y se plantee superioridad o no infe-
Hipótesis estadística. En estadística es imposible demostrar rioridad en un aspecto y no en todos. Un ejemplo de este
que la hipótesis es cierta siempre y lo que se intenta es de- tipo de estudio es el del fondaparinux frente a la enoxapari-
mostrar que lo contrario es falso, para lo cual sólo hay que na en síndromes coronarios agudos, en el que se plantean
mostrar una circunstancia en la que no sea posible. Así 2 variables principales, una de eficacia y otra de seguridad
pues, lo que se logra estadísticamente no es demostrar la (hemorragia mayor), planteando el estudio como de no infe-
hipótesis alternativa, sino rechazar la hipótesis nula (H0), lo rioridad en eficacia del fondaparinux frente a la enoxaparina
que permite abrazar la hipótesis alternativa (H1), que en al noveno día de tratamiento, con superioridad del fondapa-
este caso es que un tratamiento es superior al otro6,10. rinux en la seguridad12.
La H0 en los ensayos de superioridad es que no hay diferen- Estos objetivos mixtos serán cada vez más frecuentes, pues
cia entre los tratamientos. En los ensayos de equivalencia lo que no se considera correcto por parte de algunos auto-
también se parte de una H0 pero, de forma inversa a lo que res es la utilización exclusivamente de ensayos de equiva-
ocurre en los ensayos de superioridad, en este caso la H0 es lencia o no inferioridad, poniendo en el mercado medica-
que los tratamientos son diferentes, y al rechazarla se llega a mentos que no presentan ninguna ventaja adicional a los
abrazar la H1, que en este caso será que los tratamientos disponibles, como los denominados «me too».
son iguales o, mejor dicho, que la diferencia de eficacia en- A su vez, los ensayos de no inferioridad pueden ser de 2 ti-
tre ambos no se considera clínicamente relevante. pos: de 2 brazos, en los que se comparan el tratamiento a
También el concepto del error tipo I y tipo II es diferente en ensayar y el control, o de 3 brazos, en los que, además, se
los ensayos de equivalencia y de no inferioridad3. Mientras incluye un grupo con placebo2. La EMEA establece que,
que en los ensayos de superioridad el error tipo I se define siempre que sea posible, deben realizarse estudios de este
como la posibilidad de definir superioridad y que ésta no tipo, que son obligados en áreas en las que no se ha mos-
exista, y el de tipo II se entiende como la definición errónea trado una eficacia clara frente a placebo (depresión, rinitis
de no superioridad, cuando ésta existe en realidad, en los alérgica)2.
ensayos de equivalencia y de no inferioridad un error tipo I
Valor delta. Uno de los aspectos metodológicos más impor-
sería definir como no superior un tratamiento que realmente
tantes en los estudios de equivalencia y de no inferioridad es
es superior, y el tipo II significaría un fallo para encontrar
la definición del valor delta13,14. Cuando se estudia la equiva-
una equivalencia no inferior que en realidad existe.
lencia de 2 o más tratamientos, uno de los pasos más impor-
Objetivo. El objetivo de un estudio se define sobre la base tantes es definir qué se considera equivalente clínicamente.
de su finalidad. En los estudios de equivalencia o no inferio- Debido a que la equivalencia absoluta es imposible de demos-
ridad este objetivo debe definirse al inicio del diseño y cons- trar, lo que se hace es definir el margen en el que la diferencia
tar en el mismo explícitamente11. Esto es de gran importan- que se considera irrelevante. Este margen de irrelevancia clíni-
cia, ya que exige un planteamiento distinto del ensayo, tanto ca se denomina «delta» (␦) y puede definirse como la máxima
en su diseño como en su interpretación. diferencia entre los tratamientos que se considerará clínica-
Las variables de eficacia y seguridad de un fármaco son mente irrelevante15. El valor delta, por lo tanto, no viene defini-
muchas e incluyen conceptos tan diversos como supervi- do por un valor fijo, sino por un intervalo que queda definido
vencia, progresión de la enfermedad, toxicidad, etc., y es entre 2 límites que lo definen (␦1 y ␦2) (fig. 1).

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Uno de los puntos más debatidos en la literatura médica y en (20%) del efecto terapéutico del control activo comparado
la normativa de la Food and Drug Administration (FDA) y de con placebo (lo que supondría que el nuevo tratamiento
la EMEA2 es la elección de delta, tanto para ensayos de no in- conservaría al menos el 80% del efecto del grupo control)6.
ferioridad como de equivalencia. La elección de delta es com- Posteriormente la EMEA ha establecido que no es correcto
plicada y no deriva de aplicar una regla matemática, sino que elegir delta como una fracción de la acción demostrada
requiere debate, consenso clínico y acuerdo con las agencias frente a placebo2. Este enfoque se adoptó para asegurar
para su aceptación para el registro. El delta debe definirse al que el medicamento estudiado fuera superior a placebo,
comienzo del estudio y su valor es distinto para cada tipo de pero si la diferencia entre el control y el placebo es grande,
fármacos estudiado. En general, no hay criterios preestableci- y tomamos una fracción de esta acción, no significa que sea
dos de qué es importante clínicamente y qué no16, si bien en poco importante, sino que el fármaco es muy eficaz.
algún caso las agencias reguladoras han orientado y estable- Tampoco es correcto tomar el «tamaño del efecto» (diferen-
cido directrices sobre este aspecto. En 1992, el comité asesor cia de los efectos del tratamiento dividida entre la desvia-
del área cardiorrenal de la FDA recomendó el uso de la mitad ción estándar), pues esto da idea de la dificultad de encon-
del efecto del tratamiento estándar como margen de no infe- trar esta diferencia, pero no justifica la relevancia clínica de
rioridad para los nuevos fármacos trombolíticos6. Como ejem- la diferencia2.
plo de estudios de equivalencia de trombolíticos se dispone En una revisión sistemática de 332 ensayos de equivalencia
de estudios de reteplasa frente a estreptocinasa17, o de for- o no inferioridad se encontró que aproximadamente la
mas diferentes de administración de alteplasa18, con un valor mitad había utilizado como irrelevante una diferencia de
delta del 1 o el 0,4%, respectivamente, en la variable de mor- 0,5 desviaciones estándar, lo que correspondía a una odds
talidad a los 30 días, en los que los términos confusos de la ratio de 2,2, que es un valor que se considera demasiado
interpretación de los datos de este tipo de estudio indujo la grande3.
publicación de un editorial para aclarar los términos de los El valor delta también depende de la variable utilizada; por
estudios y sus implicaciones estadísticas19. ejemplo, en mortalidad deberá ser muy pequeño. Es muy
En antifúngicos, Rex et al20 evaluaron la anfotericina B fren- difícil justificar un margen de no inferioridad en cualquier
te a fluconazol en casos de candidemia en pacientes sin caso si se utiliza la variable de muerte o morbilidad irreversi-
neutropenia y establecieron un 20% de diferencia como va- ble sin tratamiento de rescate2.
lor delta. Sin embargo, en los últimos ensayos publicados Así pues, el valor delta requiere un enfoque estadístico,
sobre posaconazol frente a fluconazol en profilaxis de infec- pero también clínico2, y en cualquier caso en los estudios
ciones fúngicas en la enfermedad del injerto contra el hués- para registro es necesario pactar antes el valor de equiva-
ped, la no inferioridad se estableció para una diferencia re- lencia con la agencia reguladora.
lativa inferior al 15%21.
Tamaño muestral. Puede existir la falsa creencia de que el
La EMEA16 y la FDA22 han utilizado valores delta para antiin-
diseño de estudios de equivalencia y de no inferioridad está
fecciosos de forma variable dependiendo de la tasa de res-
tomando fuerza porque requieren menos pacientes y, por lo
puestas observadas en el estudio. Así, si la tasa de respuesta
tanto, son más baratos para los promotores; sin embargo,
era superior al 90%, el valor delta propuesto era de un
esto no es así. Mientras que en los estudios de superioridad
10%; con tasas del 80-89%, delta era del 15%, y con tasas
los resultados pueden tener unos valores de los extremos
del 70-79% el valor delta era del 20%15. En estos casos el
del intervalo de confianza (IC) grandes, en los estudios de
valor delta se basa en los datos observados y nos referimos
equivalencia exigimos unos valores dentro de un IC del 95%
a él como un límite de equivalencia adaptativo, pero estos lí-
o IC del 99% definido entre un intervalo de datos preesta-
mites no se consideraron apropiados y posteriormente se
blecido. Dado que a mayor tamaño muestral menor es el IC,
retiraron23. En la actualidad se adopta una actitud más con-
los tamaños muestrales en los ensayos de equivalencia son
servadora, estimando extraoficialmente una diferencia de
mayores que los requeridos en los ensayos de superiori-
un 10%15,24. Estudios recientes que han permitido el regis-
dad9,10,27,28, generalmente un 10% más de pacientes29.
tro de tigeciclina frente a imipenem para la indicación de in-
Aunque las fórmulas que se utilizan para el cálculo del ta-
fecciones intraabdominales se han realizando considerando
maño muestral son similares a las de los estudios clásicos
un valor delta del 15%, que es el mismo valor que se ha
de superioridad, hay 2 características que, en general, aca-
considerado en los estudios de tigeciclina frente a vancomi-
ban exigiendo un mayor número de casos en los estudios
cina y aztreonam en piel y partes blandas25, mientras que
de equivalencia9. En primer lugar, generalmente es pruden-
para esta misma indicación en la daptomicina se consideró
te partir de un margen de seguridad y no pensar que los
un valor delta del 10% frente al tratamiento estándar26.
tratamientos son iguales, sino que el tratamiento nuevo pue-
En los ensayos clínicos de equivalencia y de no inferioridad
de ser algo inferior pero igualmente válido en la práctica.
de antirretrovirales se han aceptado valores delta del 10 al
Este margen de seguridad implica un mayor tamaño mues-
12% de la variable del porcentaje de pacientes con carga
tral. La segunda característica es el significado del propio
vírica indetectable a las 48 y 24 semanas, lo que ha permitido
valor delta. En un estudio clásico de diferencias, el valor
a la industria realizar estudios con un poder razonable y fac-
que se utiliza para calcular el tamaño muestral representa
tibles para mostrar la equivalencia o no inferioridad de 2 an-
un efecto lo bastante grande para hacer relevante la dife-
tirretrovirales22.
rencia entre los 2 tratamientos. Pero en los estudios de
En otros casos, el valor delta también es controvertido y, por
equivalencia el valor delta debe ser un valor lo suficiente-
ejemplo, en ensayos en los que se valora el dolor, deberá
mente pequeño para hacer irrelevante dicha diferencia9.
ser la mínima diferencia de dolor que el paciente pueda
percibir; por ejemplo, en el ensayo de paracetamol y antiin- Intervalo de confianza y valor de p. Como sabemos, los re-
flamatorios no esteroideos en el dolor reumático3. sultados de las variables vienen dados por un valor medio y
Por sus características teóricas, el valor delta, para que ten- por un IC. El IC es aquel intervalo de valores dentro del cual
ga sentido, debe ser inferior al 50% del efecto del grupo ex- se encontraría el verdadero valor del resultado con una con-
perimental, por lo que debe ser una fracción entre el 0 y el fianza dada de certeza, siendo la más habitual el 95% (fig.
50% del efecto esperado, pero ¿qué fracción? Se ha pro- 2). Pues bien, para que se establezca la equivalencia tera-
puesto que el margen de eficacia sea una fracción pequeña péutica todos los valores que engloba el IC del 95% de la

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diferencia deben estar dentro de los límites de delta (fig. 3,


ejemplos 3 y 4)28. Si alguno de los extremos del IC supera Superioridad
los valores de delta, no podrá establecerse la equivalencia 0
entre los tratamientos y los ensayos serán no concluyentes
(fig. 3, ejemplos 2 y 5)9. Superioridad control Superioridad experimental
En los ensayos de superioridad, al rechazar la H0 con un
valor de p inferior a 0,05, significa rechazarlo con un error
del 5% (error alfa). Si p es mayor de 0,05, no se puede des- Control-experimental > 0 Experimental-control > 0
cartar la H0, pero tampoco abrazarla, y nos quedamos en
una zona de incertidumbre. Así pues, el valor de p es defini-
tivo en la interpretación de los estudios de superioridad. Sin
embargo, en los estudios de equivalencia el valor de p care- Equivalencia
ce de importancia, ya que, si no se muestra una diferencia δ1 0 δ2
(p > 0,05), no indica que hay equivalencia.
Como lo que se observa en los estudios de equivalencia es
que los resultados queden dentro de un margen previamente
establecido, no importa que sean significativos o no. Puede
haber resultados estadísticamente significativos (p < 0,05),
pero que queden dentro del margen establecido como clíni-
camente equivalente y, por lo tanto, se consideran equivalen- Fig. 2. Representación de los resultados en los ensayos de superioridad y de
te (fig. 3, ejemplo 4). Así, en los estudios de equivalencia el equivalencia.
valor de p carece de importancia y lo que se debe valorar son
servadora, que permitirá valorar los resultados en el caso
los IC de los resultados obtenidos, sean o no significativos.
más desfavorable. Sin embargo, en los ensayos clínicos de
Como ejemplo de estudio de no inferioridad pero estadísti-
equivalencia es necesario también realizar un análisis por
camente significativo tenemos el de zidovudina-lamivudina
protocolo, o de datos observados3,13,28, es decir, que se
frente a tenofovir, que es un estudio de no inferioridad que
ha asignado a los pacientes a un grupo, que cumplen los
tiene un valor de p menor de 0,0530.
criterios de inclusión y exclusión, que han recibido el trata-
Análisis de las variables. El análisis de los resultados en los miento completo y que se les han seguido hasta el final del
ensayos de superioridad se realiza en 2 pasos: en primer lu- estudio10. Con este enfoque se pretende aumentar las dife-
gar, estadístico, y en segundo lugar, clínico. En los ensayos rencias entre tratamientos, lo que dificulta poder concluir que
de equivalencia y de no inferioridad debemos seguir los 2 tratamientos son equivalentes, al tiempo que se mantiene la
mismos pasos, pero el enfoque es diferente. posición más cauta en la interpretación de los resultados.
Se recomienda que el análisis de resultados de un ensayo Si los resultados de los 2 tipos de análisis no coinciden, es
clínico de superioridad se realice por «intención de tratar», necesario investigar y analizar los subgrupos de pacientes
porque este enfoque implica la homogeneización de los gru- que se han desviado del protocolo e investigar las causas
pos y aumentar la dificultad para encontrar diferencias en- antes de llegar a una conclusión definitiva de equivalencia o
tre los grupos, por lo que se garantiza la posición más con- no inferioridad.

Tratamiento estándar superior Tratamiento alternativo superior

Superior
1 p < 0,05

2 No concluyente
p < 0,05

3 Equivalente
p > 0,05

4 Equivalente
p < 0,05

No concluyente
5 p > 0,05

Inferior
6 p < 0,05

Fig. 3. Comparación gráfica de los ti-


pos de resultados de los ensayos clí- –δ% 0% +δ%
nicos y significación del valor de p.

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Sensibilidad del ensayo. Para algunos autores, la labilidad 33% de los casos, y que en el 10% de los estudios el objeti-
de los ensayos clínicos de equivalencia y de no inferioridad vo de equivalencia no se evaluaba estadísticamente.
reside en la falta de sensibilidad del ensayo8,13. Se dice que Le Henanff et al33 valoraron los ensayos clínicos de equiva-
un estudio clínico presenta sensibilidad de ensayo cuando lencia y de no inferioridad publicados entre enero 2003 y
es capaz de distinguir entre un tratamiento eficaz y un trata- diciembre 2004. Incluyeron en el análisis 162 estudios. El
miento de menor eficacia. En los ensayos de superioridad margen de equivalencia o no inferioridad estaba descrito en
no hay problema; si se detecta la diferencia, es que el ensa- la mayoría de ellos (96,3%), pero sólo se justificaba en el
yo era sensible para ello. En cambio, en los de equivalencia 20,4%. No se describía el tamaño muestral en el 21,6% de
no ocurre esto; el hecho de que 2 fármacos resulten equiva- los casos, y un 6,8% no tuvo en cuenta un margen previa-
lentes no implica que sean eficaces, ya que igualmente mente establecido de equivalencia o no inferioridad. Menos
puede indicar que ninguno es eficaz13. Por este motivo tam- de la mitad (42,6%) describía los resultados tanto en análi-
bién es importante tener un testigo que indique que ambos sis por intención de tratar como por protocolo. El 84,0% in-
tratamientos son eficaces y, si se incluyera un placebo, que dicaba los IC, pero sólo un 20,3% cumplía los requisitos
es lo recomendable5, tendría que haber diferencias respecto para este tipo de estudios y un 12,1% tenía conclusiones
a éste. erróneas. Los autores concluyen que este tipo de estudios
Para asegurar la sensibilidad en los ensayos de equivalencia tienen importantes deficiencias.
y de no inferioridad es necesario ser estricto en las condi-
Estos datos han llevado a algunos autores a redactar guías
ciones en que se realiza el ensayo, tanto en el diseño como
para la publicación de resultados de estudios de equivalen-
en el desarrollo y análisis de los resultados13. La sensibili-
cia o no inferioridad10,13. Las guías CONSORT inicialmente
dad, según la guía E10 de la Conferencia Internacional de
estaban enfocadas a valorar la calidad de estudios cuyo ob-
Armonización5, se valorará por la evidencia histórica de la
jetivo fuese encontrar la superioridad, pero, dadas las dife-
eficacia del medicamento con que se compara —el control
rencias en todos los aspectos y sutilezas en la interpretación
con que se compara se ha probado y es superior a placebo,
de los ensayos de equivalencia y de no inferioridad, las nor-
y la eficacia de dicho control se mantiene en las condicio-
mas CONSORT se han adaptado de forma específica para
nes del nuevo ensayo—, así como por la evaluación clínica
evaluar los ensayos de equivalencia y de no inferioridad, de-
del valor delta y el seguimiento estricto de los aspectos del
teniéndose en cada uno de estos apartados diferenciales, lo
ensayo que garanticen su validez interna. Aspectos como el
que permite valorar específicamente la calidad de los ensa-
ciego o la medida del cumplimiento son más importantes en
yos de este tipo34.
los ensayos de equivalencia y de no inferioridad27. Se debe
hacer un esfuerzo adicional para asegurar la integridad de Aspectos éticos. Algunos autores han alertado sobre los pro-
los datos y el cumplimiento del tratamiento debe constar blemas éticos que plantean los ensayos de equivalencia o
para apoyar las conclusiones de equivalencia o no inferiori- no inferioridad. En primer lugar, el principio de incertidum-
dad de los resultados. bre, sobre el que se realiza una investigación clínica, es un
principio científico, pero también ético, sin el cual no es co-
Seguimiento intermedio de los datos. A diferencia de lo que
rrecto que se plantee un estudio comparativo29. Una investi-
sucede con los estudios de superioridad, algunos autores
gación clínica debe respetar 2 aspectos básicos: el uso de
han propuesto unas condiciones para la publicación prelimi-
la nueva intervención que se quiere estudiar ha de estar
nar de resultados en casos de estudios de equivalencia o no
justificado, y debe elegir el control adecuado para compa-
inferioridad, debido a que a veces requieren mucho tiempo
rarlo29. Si sabemos que un grupo de tratamiento es superior
para demostrar una menor toxicidad o la mayor comodidad
a otro, no hay justificación, ni científica ni ética, para reali-
de un tratamiento31. Entre las condiciones que se establecen
zar el ensayo35. El ensayo está justificado sólo si el clínico y
para que puedan darse a conocer los datos antes de la finali-
el paciente no saben qué tratamiento es mejor. Así, es el
zación del estudio figuran las siguientes: que ya se haya ale-
principio de incertidumbre el que justifica, científica y ética-
atorizado a los pacientes al grupo de tratamiento en el ensa-
mente, un ensayo clínico.
yo clínico; que sea poco probable o imposible que los
En los ensayos de superioridad se parte precisamente de
pacientes cambien de grupo de tratamiento sobre la base de
esta premisa, y la H0 de la que se parte es que no hay dife-
los datos (p. ej., en procesos quirúrgicos, en esquemas de
rencia entre los tratamientos. Sin embargo, en los ensayos
radioterapia, etc.), o que el seguimiento del ensayo se modi-
de equivalencia y de no inferioridad se parte de la hipótesis
fique por la publicación de los resultados.
de que un tratamiento es superior a otro, para llegar a la
Además, los tratamientos ensayados deben estar disponi-
conclusión de que son equivalentes, y el principio básico de
bles y utilizarse en la práctica asistencial, y no debe espe-
incertidumbre no queda justificado. Además, esta informa-
rarse que los resultados a corto y largo plazo se inviertan en
ción debería quedar claramente descrita en el consenti-
el tiempo. En cualquier caso, estas condiciones de utiliza-
miento informado que se solicita al paciente. Sin embargo,
ción preliminar de resultados no serían de aplicación en el
normalmente los consentimientos informados de los estu-
caso de fármacos en fase de investigación.
dios de superioridad y de equivalencia no difieren, aunque
Asimismo, lo que se debe contemplar en los ensayos de
los ensayos a los que se van a someter sí, tanto en diseño
equivalencia y de no inferioridad es la posibilidad de conti-
como en objetivos e incertidumbres.
nuar el ensayo si hay indicios de que pueda haber datos de
Así pues, al invitar a un individuo a participar en un ensayo
superioridad en alguno de los grupos.
de equivalencia o no inferioridad se le debería informar de
Calidad de los estudios de equivalencia y de no inferioridad. que se considera que el nuevo tratamiento se espera que
Se han realizado varios estudios para valorar específicamen- sea igual al de referencia. Esta información debería darse al
te la calidad de los estudios de equivalencia y de no inferio- paciente de forma explícita, lo que aumentaría la tensión
ridad. Greene et al32 analizaron los estudios de equivalencia que siempre supone llevar a cabo un ensayo clínico y el res-
y de no inferioridad publicados desde 1992 a 1996 y en- peto a la autonomía del paciente. De esta forma, algunos
contraron que un 67% establecía la equivalencia por no en- autores han comentado que sólo los pacientes altruistas
contrar diferencias en estudios de superioridad; que el ta- aceptarían participar en ensayos de equivalencia o no infe-
maño muestral sólo se justificaba adecuadamente en un rioridad.

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DELGADO SÁNCHEZ O ET AL. EQUIVALENCIA TERAPÉUTICA: CONCEPTO Y NIVELES DE EVIDENCIA

Por otra parte, no siempre es fácil justificar éticamente un delta. Sin embargo, los valores de IC del 95% y de p igual a
margen de no inferioridad en variables como la mortalidad o 0,05 son también convenios y conllevan admitir un cierto
morbilidad irreversible, si bien en algún caso se puede justi- margen de error. Pero todo puede estar justificado en la
ficar una pequeña pérdida en supervivencia si el beneficio metodología. Así, en situaciones extremas sería aceptable
en efectos secundarios es importante27. Otro problema ético llevar a cabo ensayos en los que el nivel de significación es-
que plantean los ensayos de equivalencia y de no inferiori- tadística fuese mayor de 0,05, como una alternativa para
dad es que requieren mayor tamaño muestral que los de definir diseños con un margen de no inferioridad.
superioridad, lo que supone exponer a más pacientes a un Igual que en los de superioridad, en los ensayos de no infe-
posible riesgo innecesario, con un beneficio esperable en rioridad ha de valorarse la significación estadística y la rele-
muchos casos nulo. También hay que considerar, en los vancia clínica antes de sacar conclusiones y de llevar los
ensayos de equivalencia y de no inferioridad, el fenómeno resultados de la investigación a la práctica clínica. Es nece-
del bioarrastre (biocreep)24, que consiste en la posibilidad sario manejar de forma precisa los conceptos que permiten
de aceptar como equivalentes tratamientos cada vez menos valorar adecuadamente los ensayos de no inferioridad, por-
eficaces, al ir comparando con tratamientos progresivamen- que están aquí para quedarse3.
te peores. Este fenómeno puede superarse si en los ensayos
de equivalencia se escoge siempre la mejor pauta de con-
Equivalencia terapéutica en la práctica clínica.
trol existente.
Niveles y grados de evidencia
Todo esto ha llevado a que en determinados casos se cues-
tionen los ensayos de equivalencia y de no inferioridad, que Idealmente, la equivalencia terapéutica debe definirse basán-
no proporcionan nada más que una comparación basada dose en ensayos clínicos de equivalencia y de no inferioridad,
en la equivalencia o no inferioridad, sin aportar un valor mediante un análisis e interpretación de los resultados según
añadido que implique una mejoría clínica, así como su utili- los aspectos metodológicos descritos anteriormente. Sin em-
dad en la práctica asistencial36. bargo, en la práctica no siempre se dispone de este tipo de
ensayos y es necesario establecer la equivalencia terapéutica
mediante evidencias indirectas37. Esto es importante para la
La postequivalencia
adecuada aplicación práctica de la evidencia de equivalencia
Los ensayos de equivalencia tuvieron un punto álgido alre- terapéutica a las decisiones clínicas, y especialmente cuando
dedor de los años 1990, pero es previsible que no sigan re- se elaboran documentos de referencia como guías de prácti-
alizándose, al verse superados por los ensayos de no infe- ca clínica y guías terapéuticas38.
rioridad11, que, con un planteamiento similar, pueden Los conceptos de niveles de evidencia (definidos por el tipo
mostrar también superioridad y frente a los que no presen- de diseño y método de los estudios) y de grados de eviden-
tan ventajas en cuanto al desarrollo del fármaco. Asimismo, cia (definidos por la calidad de los estudios) forman el eje
las agencias han establecido las condiciones en las que un central en la determinación práctica de la equivalencia tera-
ensayo de no inferioridad puede interpretarse como de su- péutica39. Este proceso se inicia con la identificación de la
perioridad sobre la base de los resultados obtenidos11, y evidencia disponible y, tras la selección de los estudios rele-
también se contempla el cambio de objetivos de un estudio vantes (ensayos clínicos controlados y aleatorizados, directa-
de superioridad a uno de no inferioridad, e incluso el cam- mente aplicables a la población diana y que demuestren uni-
bio del delta según los resultados del estudio11. Actualmente formidad global en los resultados), se clasifican en función
se están realizando estudios con un objetivo secuencial o en de su nivel de evidencia. Desde un punto de vista práctico,
2 pasos: en primer lugar, de no inferioridad y, si se estable- los estudios que permiten determinar equivalencia terapéuti-
ce la no inferioridad, se plantea la superioridad, en el mis- ca pueden agruparse en 2 grandes grupos: los que permiten
mo estudio y dentro de los objetivos de éste, como ha ocu- evidenciar equivalencia, y los que permiten estimar equiva-
rrido con el desarrollo del posaconazol21. lencia40. Sobre la base de la evidencia aportada por cada
La EMEA ha contemplado otro enfoque de los ensayos de no tipo de ensayo pueden clasificarse en 5 niveles de evidencia
inferioridad en los que sería posible realizar ensayos con una (tabla 2). En una última etapa, la evaluación de la calidad y
significación estadística superior a 0,05. El razonamiento es validez de los estudios modula el nivel de evidencia para de-
que, si se reduce el valor delta hasta 0 (delta = 0), se pasaría terminar el grado de evidencia disponible: elevado, modera-
de un estudio de equivalencia a un estudio de superioridad. do, bajo o muy bajo.
Si se reduce el valor delta, se impedirá que productos que
presentan alguna diferencia aparezcan como equivalentes. TABLA 2
Analicemos qué ocurre con el IC y con la significación esta-
dística. Si el IC del 95% de la diferencia está por encima de Niveles y grados de evidencia de equivalencia
0, sabemos que podemos establecer la superioridad con Nivel de Grado de
Tipo de estudio
una significación estadística del 5%, pero si llega, por ejem- evidencia evidencia
plo, al valor –5 y se ha establecido un delta de 5, sería igual Evidencia de ECA de equivalencia y de no 1 Elevado
que decir que es no inferior, lo que estadísticamente equi- equivalencia inferioridad
Estimación de ECA de superioridad, sin 2 Elevado
vale a un estudio de superioridad con un valor de p del equivalencia relevancia clínica
15%. Es decir, hacer un estudio de no inferioridad sería lo ECA de superioridad, sin 3 Moderado
mismo que hacer uno de superioridad con un valor de sig- significación estadística
nificación estadística menos estricto. ECA frente a un comparador 4 Moderado
común
Así pues, es aceptable efectuar ensayos de superioridad ECA frente a comparadores 5 Bajo
con un valor de p menos estricto que 0,05, y éticamente es diferentes. Estudios
más aceptable establecer un margen de confianza en un observacionales
Revisiones, guías de práctica – Respaldo
estudio de superioridad que especificar que un número de clínica, recomendaciones, de niveles
muertes no tienen importancia clínica. opinión de expertos, juicio anteriores
Con estos supuestos se admite que al aumentar el valor de clínico
significación estadística se esconde implícitamente un valor ECA: ensayo clínico aleatorizado.

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DELGADO SÁNCHEZ O ET AL. EQUIVALENCIA TERAPÉUTICA: CONCEPTO Y NIVELES DE EVIDENCIA

A continuación se exponen de forma resumida los aspectos ción estadística no significa equivalencia terapéutica, ya que
más importantes que deben considerarse en función del no se puede concluir que ambos tratamientos son equiva-
tipo de ensayo clínico y ejemplos prácticos de los ensayos lentes, sino que no hay suficientes pruebas para afirmar
de equivalencia, de no inferioridad y de superioridad. que sean diferentes (la falta de significación estadística pue-
de deberse a que el tamaño de la muestra sea pequeño; la
dispersión de los datos, elevada, y la magnitud de la dife-
Nivel 1: ensayos directos entre 2 fármacos,
rencia, menor de la esperada)47, pero en la práctica asisten-
con diseño de equivalencia o de no inferioridad
cial estos resultados pueden llegar a establecer que no hay
La evidencia de equivalencia es máxima en el caso de que datos de superioridad entre los tratamientos ensayados.
se disponga de estudios directos de equivalencia o de no in- Un ejemplo son los ensayos clínicos de atosibán frente a
ferioridad. Un ejemplo clásico es el ensayo clínico ASSENT- agonistas ␤2 en el tratamiento de la amenaza de parto pre-
241, que se diseñó para establecer la equivalencia de efica- maturo. Se dispone de 3 ensayos clínicos publicados48-50,
cia y evaluar la seguridad entre alteplasa y tenecteplasa. con escasas diferencias de eficacia, en los que los valores
Otro ejemplo es el ensayo de no inferioridad de tigeciclina de p no muestran diferencias significativas. En este caso se
frente a imipenem en el tratamiento de infecciones intraab- dispone también de un metaanálisis que recoge los 3 estu-
dominales25, o los estudios que demuestran no inferioridad dios anteriores48, y cuyo resultado muestra la equivalencia
de pegfilgrastim frente a filgrastim en la duración del perío- de eficacia de atosibán y betaadrenérgicos. Hay otros ejem-
do de neutropenia42,43. plos muy claros en la literatura médica51.
En el caso de disponer de este tipo de estudio, lo importan-
te es determinar la importancia clínica de los resultados
Nivel 4: ensayos diferentes frente a un tercer comparador
analizando la práctica asistencial en nuestro medio, si el
común
grupo control es adecuado tanto cualitativamente como por
lo que se refiere a la dosificación y duración del tratamiento, En la práctica pocas veces podemos aplicar los niveles de
así como la calidad del ensayo13,40, tal como se ha detallado evidencia anteriores, ya que con frecuencia no se dispone
en la primera parte de este artículo. de estudios comparativos directos de los 2 medicamentos
En estos casos podemos decir que se dispone de nivel 1 de que queremos valorar. En cambio, podemos disponer de
evidencia de equivalencia de eficacia y puede pasarse a va- ensayos independientes de dichos medicamentos respecto
lorar los datos de seguridad para confirmar que son equiva- a un tercer comparador común o a placebo. En estos casos
lentes terapéuticos también en este aspecto. se puede realizar la comparación por métodos indirectos
ajustados que proporcionan información útil de la eficacia
Nivel 2: ensayos directos entre 2 fármacos, con diferencias comparativa de las intervenciones38,52,53.
estadísticamente significativas, pero sin relevancia clínica En primer lugar, es necesario valorar si las poblaciones obje-
tivo de los estudios son comparables y si la indicación clínica
Son ensayos clínicos directos entre 2 tratamientos con el
del tratamiento es la misma. Para ello hay que valorar si los
objetivo de demostrar la superioridad de uno de ellos, que
resultados del grupo control de cada ensayo son homogéne-
encuentran diferencias estadísticamente significativas, pero
os y superponibles; es decir, comprobar que los IC del 95%
que no se consideran importantes clínicamente. Un ejemplo
se solapan. A continuación hay que comparar los valores de
es el ensayo que compara la eficacia de la solifenacina res-
la reducción absoluta del riesgo de ambos estudios y ver si
pecto a la tolteridina y a placebo en el tratamiento de la in-
son del mismo orden, y si los respectivos IC del 95% son su-
continencia urinaria. Se demostró una disminución signifi-
perponibles. También se pueden mirar las medidas relativas,
cativamente mayor del número medio de micciones durante
como la reducción relativa o la odds ratio, ya que, en general,
24 h en los grupos tratados con solifenacina y con tolterodi-
se mantienen más constantes que las absolutas y ayudan a
na respecto al grupo placebo, pero la magnitud de los efec-
confirmar lo que se ha observado con ellas. En caso de sola-
tos fue modesta y el significado clínico de esta mejoría, irre-
pamiento del IC del 95% de las reducciones absolutas de
levante44.
riesgo, podemos decir que no hay evidencias de superiori-
Desde el punto de vista de la evaluación y del método, con-
dad y, en la práctica, pueden considerarse equivalentes has-
viene definir cuál es el valor que podríamos considerar rele-
ta disponer de estudios más concluyentes.
vante desde el punto de vista clínico, con consideraciones
Como ejemplo tenemos los estudios de adalimumab, eta-
similares a las que se describen para el valor delta; des-
nercept e infliximab frente a placebo54-56 en la artritis reu-
pués, comprobar que ambos extremos del IC del 95% de la
matoide. Los resultados de eficacia son similares con los
diferencia absoluta de riesgos esté por debajo de lo definido
criterios comentados y pueden considerarse equivalentes
como relevante, con el fin de asegurar que la equivalencia
terapéuticos53. Otro ejemplo es la comparación indirecta de
queda bien determinada45.
ensayos de diferentes estatinas (pravastatina, simvastatina,
Otro ejemplo lo constituyen los ensayos con variables inter-
atorvastatina) respecto a placebo. Los resultados muestran
medias, como es el caso del fondaparinux, que ha demos-
que a dosis equipotentes no hay diferencias estadísticas sig-
trado una eficacia superior a la enoxaparina en la preven-
nificativas en cuanto a sus efectos sobre la prevención car-
ción de procesos tromboembólicos venosos y en eventos
diovascular a largo plazo y pueden considerarse equivalen-
flebográficos proximales, con una disminución absoluta del
tes52.
riesgo significativa; sin embargo, está por demostrar la efi-
Por el contrario, si en los estudios con un tercer compara-
cacia preventiva en variables finales de relevancia clínica,
dor aparecen diferencias significativas entre los 2 fármacos,
como la tromboembolia clínica y la mortalidad46.
hay que valorar sin son relevantes y si hay alguna causa
que lo explique. Por ejemplo, las diferencias de eficacia en
Nivel 3: ensayos no significativos estadísticamente
la comparación indirecta de eplerenona respecto a place-
Son ensayos clínicos directos entre 2 tratamientos con el bo57 y espironolactona respecto a placebo58 en pacientes
objetivo de demostrar la superioridad de uno de ellos, pero con insuficiencia cardíaca se pueden explicar por las dife-
que no encuentran diferencias estadísticamente significati- rentes características de las poblaciones sobre las que se
vas. Hay que tener en cuenta que la ausencia de significa- hicieron ambos ensayos, manifestadas en los diferentes da-

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DELGADO SÁNCHEZ O ET AL. EQUIVALENCIA TERAPÉUTICA: CONCEPTO Y NIVELES DE EVIDENCIA

tos de eficacia obtenidos en el grupo placebo de cada estu- tes originales en que se basan el nivel de evidencia y el gra-
dio y que impiden sacar conclusiones sobre la equivalencia do de recomendación, para ver si realmente los diferentes
terapéutica de estos 2 fármacos. medicamentos del grupo pueden considerarse equivalentes.
En general, este tipo de estudios aportan un nivel de eviden-
Nivel 5: ensayos frente a comparadores diferentes cia bajo, pero resultan de utilidad para respaldar las evidencias
y estudios observacionales aportadas por los niveles 1 a 5, que son los que se basan
en estudios originales.
Las evidencias que aportan este tipo de estudios son inferio-
Finalmente no hay que olvidar que para emitir recomenda-
res a las anteriores, ya que en este caso estamos ante ensa-
ciones prácticas basadas en los niveles de evidencia de
yos diferentes de cada tratamiento frente a comparadores di-
equivalencia terapéutica deben tenerse en cuenta tanto
ferentes, o bien ante resultados de estudios observacionales
los resultados de eficacia como los de seguridad. En este
de cohortes o de casos y controles. Por lo que se refiere a la
aspecto, los criterios que deben aplicarse son los mismos,
valoración con comparadores diferentes, tenemos el ejemplo
pero tomando en consideración que los datos de seguri-
de distintos antibióticos en las exacerbaciones de la enfer-
dad siempre son más limitados y precisan más tiempo de
medad pulmonar obstructiva crónica con distintos compara-
uso del fármaco para su confirmación y adecuada valora-
dores como grupo control59,60. En este caso se valora igual-
ción.
mente que los resultados tengan un margen de respuesta
con sentido clínico, la eficacia de cada uno de los compara-
dores en otros estudios y que los IC del 95% de los resulta- Conclusiones
dos se solapen para las mismas variables de los resultados.
En resumen, se puede afirmar que en los últimos años la
equivalencia terapéutica es un tema cada vez más presente
Documentación de apoyo: revisiones, guías clínicas,
en la literatura biomédica. Los ensayos clínicos de equiva-
recomendaciones, opinión de expertos, juicio clínico
lencia y de no inferioridad forman parte del contenido habi-
Por último, con toda la información sobre un determinado tual de las publicaciones médicas y son la base de muchos
fármaco se redactan editoriales, consensos de expertos, re- de los ensayos de registro de nuevos fármacos. En muchos
comendaciones o guías clínicas, con la finalidad de posicio- casos se interpretan con los mismos criterios que los estu-
narse respecto a los tratamientos. Son frecuentes las revi- dios de superioridad, lo que lleva a confusiones y errores
siones sistemáticas y metaanálisis, que estudian de forma importantes en la interpretación de los resultados. Estos es-
global los ensayos de un determinado grupo terapéutico. La tudios requieren de un diseño y unas herramientas para su
evidencia de equivalencia terapéutica puede derivarse de análisis distintas de los de superioridad, y hay que conocer-
los resultados de la revisión. Por ejemplo, se ha publicado los previamente a su interpretación3.
una revisión sobre la seguridad de la utilización de los inhi- Desde el punto de vista de la selección de medicamentos
bidores de la bomba de protones (IBP) en la que se conclu- para su aplicación a la clínica, interesa determinar cuándo
ye: «Todos los IBP comercializados comparten una base un medicamento puede calificarse de superior al de refe-
química común y no hay grandes diferencias en sus poten- rencia y cuándo de equivalente terapéutico. Los criterios de
ciales efectos adversos, ya sea en aspectos relacionados registro de las agencias reguladoras del medicamento per-
con su administración continuada o en circunstancias rela- miten la comercialización de nuevos medicamentos que no
cionadas con situaciones especiales de los pacientes...»61. suponen innovaciones reales ni un avance terapéutico obje-
Otras revisiones, integradas en procesos sistemáticos de re- tivable64,65. Por ello, tan importante es determinar la ventaja
visión de la literatura médica, aportan informaciones de ni- comparativa aportada como la ausencia de dicho valor aña-
vel similar. Por ejemplo, en las recomendaciones de la con- dido. Definir 2 medicamentos como equivalentes terapéuti-
ferencia sobre el tratamiento erradicador de Helicobacter cos en eficacia y seguridad facilita posicionar los fármacos
pylori se expone: «todos los IBP (omeprazol, lansoprazol, en las guías terapéuticas y en las guías de práctica clínica,
pantoprazol, rabeprazol y esomeprazol) son equivalentes lo que ayuda a seleccionar el más adecuado desde el punto
cuando se utilizan con 2 antibióticos para erradicar la infec- de vista de la eficiencia66-68.
ción por H. pylori (grado de recomendación A, nivel de evi- Madurar un método sobre la evidencia de equivalencia tera-
dencia 1a)»62. péutica también es importante en otros ámbitos. La defini-
En otros casos de revisiones se llega a conclusiones o se ción de 2 medicamentos como equivalentes terapéuticos o
emiten recomendaciones que engloban diversos principios medicamentos «homólogos» por parte de las comisiones de
activos de un grupo terapéutico, sin especificar preferencia farmacia y terapéutica de los hospitales facilita su gestión
por ninguno de ellos. Es una forma no explícita de asumir la eficiente69. La reciente Ley de Garantías y Uso Racional del
equivalencia ente ellos. Por ejemplo, un reciente metaanáli- Medicamento4 establece que el precio de los medicamentos
sis de la Cochrane Library que estudia los IBP en el trata- tendrá en consideración los informes sobre utilidad terapéu-
miento de la úlcera péptica hemorrágica incluye 24 ensayos tica de los medicamentos que elabore la Agencia Española
realizados con 5 IBP diferentes. Concluye que los IBP redu- del Medicamento68, que deberá desarrollar un método de
cen la posibilidad de una nueva hemorragia, la necesidad evaluación en que la evidencia y los criterios de equivalen-
de cirugía y un nuevo tratamiento endoscópico. En el meta- cia terapéutica estarán presentes.
análisis se presentan varios resultados de subgrupos, pero Definir el nivel de evidencia de equivalencia terapéutica es,
en ningún caso se mencionan diferencias entre principios pues, un tema de gran interés en la actualidad, que depen-
activos, cuya equivalencia se asume implícitamente, sin que derá principalmente de las pruebas aportadas en los ensa-
se señale la existencia de heterogeneidad desde este punto yos clínicos de equivalencia y de no inferioridad, pero tam-
de vista63. bién en otros tipos de ensayos y estudios.
Un caso similar es el de las guías de práctica clínica, que Esperamos haber contribuido a aclarar algunos de los pun-
muchas veces emiten una recomendación mencionando el tos metodológicos que deberán desarrollarse en profundi-
grupo terapéutico y no un agente concreto del grupo, lo que dad en un futuro, con implicaciones prácticas muy impor-
implícitamente indica que no existe preferencia por alguno. tantes para la interpretación de los estudios científicos con
En estos casos se debe ser cauteloso y revisar bien las fuen- medicamentos y su aplicación a la práctica asistencial.

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DELGADO SÁNCHEZ O ET AL. EQUIVALENCIA TERAPÉUTICA: CONCEPTO Y NIVELES DE EVIDENCIA

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