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Ficha de cátedra elaborada por Lorena Martínez Gelabert, 2012.
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Es importante destacar que el Estado es entendido, desde esta perspectiva, como el “aparato” administrativo-
político encargado de organizar a la sociedad civil.
contexto de la proscripción de las mayorías populares y al calor de la Revolución Cubana, tiende a una
radicalización política e ideológica. Al calor de estos procesos algunos sectores ensayaron nuevas formas de
protesta colectiva” (Ramírez y Viguera, 2007).
Va configurándose de este modo, un nuevo vocabulario que permite visualizar –dar entidad y
comprender- las nuevas formas que van adoptando las manifestaciones que tienen lugar a partir de la
década del `60 aproximadamente, tanto en el mundo como en Argentina.
Si antes alcanzaba con remitirlas a la idea del “movimiento obrero”, luego va a ser necesario pensar en
otra denominación. Se acuña así la idea de “movimiento social”, en un sentido muy genérico. Por
movimiento social se entenderá “una acción colectiva de carácter no momentáneo en la que un grupo, con
cierto grado de organización, realiza acciones extrainstitucionales dirigidas a la promoción, o bien la
contención de determinados cambios”3. Sin embargo, Viguera (2009) resalta la necesidad de “rescatar
aquellas conceptualizaciones teóricamente más densas y complejas, en las que, ante todo, se pretende
reservar la expresión para identificar y analizar cierto tipo de acciones o fenómenos colectivos”. Es así que
propone remitirse “a la noción de ‘nuevos movimientos sociales’ acuñada en Europa a mediados de los años
sesenta por autores que, como Alain Touraine y Claus Offe, procuraban dar cuenta de actores colectivos
emergentes cuyas características parecían requerir de nuevos conceptos para su identificación y análisis.
Los movimientos ecologistas, culturales, estudiantiles, de mujeres, que en torno al ciclo de
movilización de 1968 ocupaban un lugar central en la escena política, planteaban un desafío teórico al no
dejarse captar fácilmente por los modelos esperados de acción colectiva de clase que solían englobarse
bajo la categoría de “movimiento obrero”. *…+ Los “nuevos movimientos sociales” eran disruptivos, pero
lejos de responder intuitivamente a situaciones críticas, lo que hacían era poner en la agenda política
reclamos vinculados a clivajes que si no eran nuevos, hasta entonces no habían sido el eje de
movilizaciones masivas con programas que alcanzaban altos niveles de convocatoria.
La denominación “movimientos sociales” quedaba entonces asociada a la novedad –no eran ni partidos
ni sindicatos, ni meros “grupos de interés” institucionalizados…” (Viguera, 2009)
De este modo pueden visualizarse algunas características particulares de los nuevos movimientos
sociales que permitirán distinguirlos de los partidos políticos, los sindicatos y los grupos de interés4:
Es así que la categoría “movimiento social” (o “nuevo movimiento social”) será, para algunos autores,
“una dimensión analítica –observable por el sociólogo- que puede estar presente en mayor o menor
medida en cualquier proceso de acción o de identidad colectiva en tanto estos conlleven una orientación
hacia el horizonte del conflicto central de la sociedad” (Viguera, 2009). Dicho conflicto estará definido más
sobre el terreno simbólico que material. Constituirá una lucha simbólica o cultural más que económica, tal
como ocurría bajo la lógica de la oposición capital-trabajo.
En Argentina, recién a partir de la década del ’80 comenzarán a estudiarse las acciones colectivas desde
esta nueva concepción teórica. Entre otras cosas, el panorama político y económico argentino, atravesado
por una singular forma de transitar el proceso de globalización, las políticas económicas liberales y en pleno
proceso de restricción de las libertades políticas y sociales (asociadas a la sistemática desaparición forzosa
de personas y a la última dictadura militar) condicionarán, en un principio –y como se mencionó
anteriormente- las formas y los contenidos de expresión de los descontentos.
Al mismo tiempo, operará en la constitución subjetiva de los nuevos actores políticos, la desaparición
del trabajo (principalmente el asalariado pero también el no asalariado) como articulador de los lazos
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Revista Nueva Visión Socialdemócrata – Nº 16 abril-junio 2009 “Sociedad en Moviemiento”.
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Martí Puig, Salvador; “Los moviemientos sociales”, disponible en:
http://campus.usal.es/~dpublico/areacp/materiales/Losmovimientossociales.pdf
sociales, siendo ocupado su lugar por la posición relativa en el mercado de consumo (tanto material como
cultural y simbólico).
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Es importante recordar la distinción entre “desempleado” y “desocupado”. El primer caso incluye sólo a las personas
que no poseen un empleo, es decir no perciben un salario y no trabajan en relación de dependencia. El segundo caso,
implica que las personas no realizan ningún tipo de trabajo, entendido como cualquier actividad que produce bienes o
servicios que tiene como finalidad su intercambio en el mercado. En este sentido, el segundo término es más
abarcativo que el primero.
lucha que conformará, rápidamente, parte del repertorio con el que contarán los futuros movimientos
sociales que tendrán lugar en nuestro país: la asamblea.
Según Farinetti (1999) fueron los medios de comunicación quienes utilizaron el vocablo “piquetero” para
referirse al nuevo actor social que se encontraba al frente de las puebladas. En este sentido, se evidencia
aquí la manera en que el devenir de los acontecimientos y las interacciones entre los distintos actores
involucrados (los diferentes niveles del Estado, los participantes de la protesta, las fuerzas policiales y la
gendarmería, los medios de comunicación y los “especialistas”, entre otros) influyen en la definición misma
del fenómeno así como en su significación y resignificación.
Aún cuando los cortes de ruta no fueron en su momento algo totalmente inédito, sí lo fueron los actores
que lo llevaron adelante así como las condiciones –económicas y sociales- en las que tuvieron lugar
(Farinetti, 1999).
Bibliografía:
- AUYERO, Javier (2002) Los cambios en el repertorio de la protesta social en Argentina. En: “Revista
Desarrollo Económico, vol. 42. Nº166; julio-septiembre 2002.
- FARINETTI, Marina (1999) "¿Qué queda del movimiento obrero? Las formas del reclamo laboral en la
nueva democracia argentina". Trabajo y sociedad, n° 1, Vol. 1, junio-septiembre 1999, Santiago del Estero,
Argentina.
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- FARINETTI, Marina (2002) La conflictividad social después del movimiento obrero. En “Revista NUEVA
SOCIEDAD Nº182 Noviembre/Diciembre 2002”. Argentina
- FAVARO, Orietta e IUORNO, Graciela (2005) La Patagonia protesta. Recursos, política y conflictos a fin de
siglo. Disponible en: http://investigadores.uncoma.edu.ar/cehepyc/ARTICULOS%20NUEVOS/Art._Favaro-
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- RETAMOZO, Martín. (2009). Las Demandas Sociales y el Estudio de los Movimientos Sociales. Cinta Moebio
35:110-127. Disponible en: www.moebio.uchile.cl/35/retamozo.html
- RAMÍREZ, Ana y VIGUERA, Aníbal (2005) La protesta social en la Argentina entre los setenta y los noventa.
Actores, repertorios y horizontes. En Revista “Matériaux pour l'histoire de notre temps”. Enero-marzo 2005,
N°77. Francia.
- VIGUERA, Aníbal (2009) Movimientos sociales y lucha de clases. Ponencia realizada en el marco del Primer
Congreso Nacional “Protesta social, acción colectiva y movimientos sociales”, UBA, marzo de 2009.
Argentina.