La ética enjuicia y reflexiona desde una posición abierta al
ámbito del deber, y su estudio ha de mostrar la capacidad de los seres humanos para darse a sí mismos principios racionales que orienten su vida individual y colectiva. La ética debe ser patrimonio común de todos y debe contribuir a formar ciudadanos racionales, críticos, abiertos y tolerantes, que sepan fundamentar racionalmente sus convicciones morales y aprendan a tolerar a otros de modo positivo, es decir, a valorar y respetar las diferentes posiciones religiosas, morales o políticas por lo que tienen de enriquecimiento de la cultura humana. En estos últimos tiempos los conflictos sociales cobran más protagonismo en diferentes ámbitos de nuestra vida, ya sean laborales, políticos, culturales, etc. Pero ¿Qué es el conflicto social? Es un proceso en el cual las personas de un país o estado, notan que sus necesidades son opuestas haciendo que la gente llegue a la violencia y desequilibrio. Por otro lado, mientras más personas intervienen en un conflicto, más fuerte puede ser el problema, y los problemas pueden ser generados por la economía, diversidad cultural, social y política. Asu vez la violencia que se genera en los conflictos sociales ha provocado y provoca las consecuencias más negativas tanto en las personas como en la sociedad en su conjunto. La violencia reiterada refuerza comportamientos agresivos y la idea equivocada de que es un medio eficaz para el logro de los objetivos, desgasta la intermediación política, debilita la autoridad democrática y el sistema de reglas de derecho, pues confunde el uso de las libertades que garantiza la Constitución Política con la realización de actos ilegales.
Roux, F. (2008). La ética y el conflicto social.
Recuperado de: https://repositorio.unal.edu.co/bitstream/handle/unal/2519/263_-_5_Capi_4.pdf? sequence=26&isAllowed=y