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INTRODUCCION A LA OBRA
DE MELANIE KLEIN
Biblioteca de PSICOLOGIA PROFUNDA
Títulos publicados:
2. A. F re ud - Psicoanálisis del de - 25 . W. R. Bion - A prendiendo de la
slirrollo del niño y del adoles- ex periencia
cente 26 . E . .Iones - l .a pesadilla
4. A. F re ud - Psicoanálisis del jar- 27 . L. G rinbe rg, M . La nge r y
dín de infantes y la educación del E. Rodrigué - Psicoanálisis en
ni ño las Américas. El proceso analíti-
6 . C. G . Jung - La psicología de la co. Transjerencia y contratrans-
tram /e renci a [cr encia
7. C. G . Jung - Sím bolos de trans- 2R. C. A. Paz - Analizabilidad
[ormacion 29 . C. G . Jun g - Psicología y sim bó-
R. A . Freud - El psicoanálisis y la lica del arquetipo
crian za del ni ño 30. A . G a rma - Nu evas aportacion es
9. A. Fre ud - El psicoanálisis infan - al psicoaná lisis de los sueños
til y la clínica 31. A . Aberastury - Aportaciones al
12. C. G. Jung y W. Pauli - La inter- psicoanálisis de niños
pretación de la naturaleza y la 32 . A . Garma - El psicoanálisis.
psique Teoria. clínica y técnica
13. W. R. Bion - Atención e inter- 33. R. W. Whit e - El yo y la realidad
prelación en la teoria psicoanalitica
14. C. G . Jung - Arquetipos e in - 34 . M. Tractenberg - La circunci-
consciente colectivo sión. Un estudio psicoanalítico
15 . A . Fre ud - Neurosis y sintomato - sobre las mutilaciones genitales
logia l'I1 la iniancia 35. W. Reich La función del or-
16. C. G . Jun g - Formaciones de lo gasmo
inconsciente 36 . .l. Blcger Simbiosis y ambi-
17. L. G rinb erg y R . G rin be rg - güedad .
Identidad y cambio 37 . J . Sandler , Ch. Dare y A . Hol-
IR. A. G ar ma - Psicoanálisis del arte der - El paciente y el analista
o rnam ental 3R. M . Abadi y o tros - La fascina-
19. L. Grinberg - Culpa y depresión . ción de la muerte. Panorama, di-
Estudio psicoanalítico namismo y pre vención del sui-
20 . A. Garrn a - Psicoanálisis de los cidio
sueños 39. S. Rudo - Psicoanálisis de la con-
21 . O. Fenichel- Teoría psicoanaliti- du eto
ca de las neurosis 40 . A. Freud - Normalidad y patolo-
22 . M. Langcr - Maternidad .1' sexo gía en la ni ñez
23 . H. Guntrip - Estructura de la 41. A. Garma - El dolor de cabeza.
personalidad e interacción hu- Génesis psicosom ática y trata-
mana m iento psicoanalítico
24 . H. Segal - Introducción a la obra
de Melanie Klein (Continúa en pág. 127)
Hanna Segal
lNTRODUCCION
ALA OBRA
DE MELANIE KLEIN
ed iciones
' ~
.PAIDOS
Barcelona - Buenos Aires
Tí tulo original: lntroduction l o the work 01 Metanie Klein
Pub licado e n inglés por W. Hei ne ma nn. Lo nd res
ISBN : 84-7509-055-9
De pó sito legal : B- 14.899/1982
Im pr eso e n 1. G . Socitra . S. A . ;
A rq uíme des . sin: L'Hospit ale t ele Llob rcgat
Pág.
Presentación de la versión castella na 9
Libros de Mclanie Klc in II
I. Fa ntas ía . . . .. . . . . . . . . . . " . 19
Glosario 121
PRESENTACION DE LA VERSION CASTELLANA
LEÓN GRINBERG
LIBROS DE MELA NIE KLEIN
fan cia ; y cad a descubrimiento sobr e los estad ios más tempranos
del desarrollo fue enr iqueciendo y escla reciendo el conocimien-
to de los posteri ores. En forma similar Melan ie Klein descu-
br ió, al trabajar con niñ os, qu e tanto el cornplej o de Edipo
como el supe ryó se manifiestan claramente mucho antes de lo
qu e se suponía ; al proseguir sus investiga cion es llegó a las
raí ces tempran as del complej o de Edipo, luego a sus formula-
ciones sobre la posición depresiva, y por últ imo, sobre la po-
sición esq uizo-par anoide. Si se presentaran en orden cronoló-
gico las contribuciones de Melanie Klein , se vería mu cho más
clara mente cómo se vincula su obra C0n la de Freud, y se
podría seg uir paso por paso e! desarrollo de sus teorías. Decidí,
sin embarg o, adoptar otro enfoque, pues mi experiencia doc ente
me ense ñó la conveniencia de come nzar con la temprana infan-
cia y tratar de describir el desarrollo psicológico del individuo
tal como ahora lo vemos. La dificultad qu e plantea presentar
el material en .este orden es que debo comenzar con las fases
de! desarrollo J.n qu e los fenómenos psicoló gi cos están más ale-
j ado s de nu estra exper iencia adulta, son más difíciles de estu-
diar, y, por consiguiente, como era de esper ar, más discutidos.
No obstante me decid í por esta forma de encar ar la presenta-
ción porque considero que ya hemos acumulado suficientes co-
nocimi ent os, y que nuestra teoría abarca ya tantos aspectos,
que se ju stifica el intento de presentarla globalmente.
Como todos los capítulos, excepto el último, se dedican a
describir los fenómenos de la s pos iciones esquizo-paranoide y
depr esiva, creo qu e será útil desd e el comienzo tratar de dilu-
cidar el término "posición". En un sen tido, la posición esquizo-
paranoide y la posición depresiva son fases del desarrollo.
P odrían con sid erarse sub divisiones de la etapa oral, ocupando
la primera los tres o cuatr o primeros meses y siendo seguida
por la última en la segunda mitad del primer año. La posición
esquizo-paranoide se caracteriza por el hecho de qu e el bebe no
reconoc e "per sonas", sino qu e se r elacíona con objetos par-
ciales, y por el predominio de la ansiedad paranoide y de pro-
cesos de escisión 2 . El reconocimiento de la madre como objeto
FANTASIA
E libroelporque
LEGÍ tema de la fantasía para el primer capítulo de este
creo que se pueden resolver muchos equívo-
cos aclarando este concepto y la forma en que se lo emplea en
psicoanálisis, especialmente en la obra de Melanie Klein y sus
colaboradores.
Algunos psicólogos solían objetar la descripción freudiana
de la mente calificándola de antropomórfica. Extraña objeción,
al parecer, ya que el psicoanálisis se ocupa de describir al hom-
breo Querían decir que cuando Freud formuló ciertos concep·
tos, como por ejemplo el de superyó, parecía considerar que
la estructura mental contenía objetos antropomórficos, o de
forma humana; si se comprende el concepto de fantasía incons-
ciente, esta obj eción desaparecerá. Cuando describe el super-
yó, Freud no quiere decir que nuestro inconsciente contenga
realmente un hombrecito, sino que ésta es una de nuestras fan-
tasías inconscientes sobre los contenidos de nuestro cuerpo y
nuestra psique. Freud nunca se refiere específicamente al su-
peryó como a una fantasía; sin embargo, está claro que esta
parte de la personalidad se debe a una introyección -en la
fantasía- de una figura parental, una figura parental Ianta-
seada, distorsionada por las proyecciones mismas del niño.
Algunos psicoanalistas criticaron del mismo modo la des-
cripción kIeiniana de los objetos internos. Pero aquí sucede lo
mismo, estos objetos internos no son "objetos" situados en el '
cuerpo o en la psique; como Freud, Melanie Klein está des-
cribiendo las fantasías inconscientes que la gente hace sobre
lo que contiene. En su obra, M. Klein amplió mucho el con-
cepto freudiano de fantasía inconsciente y le dio mayor ímpor-
20 H AN NA SEGAL
BIBLlOGRAl'IA
LA POSICION ESQUIZO-PARANOIDE
BIBLIOCRAFIA
ENVIDIA
•
48 HANNA SEGAL
fiesta con su esposo; allí les habían regalado globos que ellos
llevaron a su casa para dárselos a sus hijos. Asoció esto con
recuerdos infantiles: al levantarse por la mañana después de que
sus padres habían asistido a bailes de Carnaval, encontraba en
su habitación globos, gorros y abanicos de papel. Recordaba
esto como experiencias muy felices, asociadas con padres
jóvenes y atractivos y su vida misteriosa y excitante. Sentía
que los regalos que le traían eran un intento de compartir todo
eso con ella.
Algo parecía haberla perturbado durante la fiesta. Estaban
con un grupo de amigos, entre ellos Joan, una mujer soltera.
J oan no tenía pareja de baile y se había retirado poco antes de
que la fiesta terminara. La paciente se sintió exageradamente
afligida porque J oan no los había esperado para que la lleva-
ran en auto a su casa. Joan ya había aparecido algunas veces
en su análisis; era una solterona de mediana edad con man-
chas de alopecía nerviosa en su cabeza. La paciente atribuía
la alopecía de Joan al hecho de que había quedado huérfana
siendo muy pequeña.
Al día siguiente relató un sueño: Tenia una excrecencia
en la cabeza; parecía una enfermedad de lJi piel, pero de as-
pecto muy repulsivo. Podía haber sido un tumor canceroso,
aunque en el sueño no estaba alarmada, sino sólo en parte
asqueada y en parte afligida. Notaba especialmente que esta
excrecencia se hallaba junto a la verruga y esto parecía sor-
prenderla. En el sueño había pensado. "¡ Y también la verru-
guita! ", como si hubiera esperado que la "excrecencia se des-
arrollara a partir de la verruga, o que la reemplazara, pero no
tener ambas. Le mostraba esta excrecencia a su marido como
si quisiera demostrarle algo. No estaba segura si esto signifi-
caba una confesión o un pedido para ' que la tranquilizara o
ayudara.
El sueño la dejó perpleja e intranquila. Asoció la horrible
excrecencia de su cabeza con la alopecia de Joan. Dos veces
cometió un lapsus y llamó "Jean" a Joan. Era un lapsus que
había cometido algunas veces antes, siendo Jean en cierto modo
el reverso de Joan: una bonita joven que hacía poco había
tenido un bebe. Vinculó la" aparición de la excrecencia con
diapositivas coloreadas que había visto sobre el cáncer de
matriz y de pecho. Pero seguía' sintiendo que representaba
seguramente una enfermedad de la piel. La vinculó también
54 HANNA SEGAL
BIBLIOGRAFIA
MELANIE KLEIN: Envy and Gratit úde, Hay versión castellana: Envidia
y Gratitud, Buenos Aires, Nova, 1960.
HERBERT ROSENFELD: "Sorne Observations on the Psycho-pathoIogy of
Hypochondriacal Sta tes", l. t. P., vol. 39 (1958).
BETTY JOSEPH: "Sorne Characteristics of the Psychopathic Personality",
l . t. P., vol. XLI (1960).
CAPÍTULO IV
PSICOPATOLOGIA DE LA POSICION
ESQUIZO.PARANOIDE
N odeles desarrollo
sorprendente que la psicopatología de la primera fase
sea el problema más oscuro y difícil de la
investigación psicoanalítica. Pues es la fase del desarrollo que
más se alej a en el tiempo del momento en que vemos a nues-
tros pacientes, quienes seguramente ya han alterado, distor-
sionado y confundido sus primeras experiencias con las pos-
teriores. Además, si observamos la conducta de los bebes,
cuanto más pequeños son éstos más difícil nos resulta ínter-
pretarla. Las dificultades que' se encuentran para estudiar
las primeras fases del desarrollo normal aumentan enorme-
mente ante fenómenos patológicos; cuanto más perturbado
está el bebe, más se alejan sus experiencias de las que el
observador adulto puede colegir por introspección.
No obstante, el estudio de esta fase es de fundamental im-
portancia. Sabemos que en los primeros meses de la infancia
yacen los puntos de fijación de la psicosis. Sabemos, además,
que en la enfermedad psíquica se produce una regresión, no
a una fase del desarrollo que fue en sí normal, sino a una
fase en la que ya estaban presentes perturbaciones patológicas,
que crearon bloqueos de desarrollo y constituyeron puntos de
fij ación. Por consiguiente, tenemos derecho a suponer (y nues-
tra experiencia clínica ha confirmado ampliamente esta suposi-
ción) que, en la medida en que el psícótíco hace una regresión
a los primeros meses de la infancia, regresa a una fase del
desarrollo que ya entonces poseía rasgos patológicos. Gracias
al estudio de las historias de pacientes esquizofrénicos y esqui.
zoides, y por la observación de bebes desde su nacimiento,
58 HANNA SEGAL
BIBLIOGRAFIA
A cómo
describir la posición esquizo-parsnoide, traté de mostrar
L
el manejo exitoso de las ansiedades de los primeros
meses del desarrollo lleva al bebe a organizar gradualmente
su universo. A medida que los procesos de escisión, proyección
e introyección le ayudan a ordenar sus percepciones Y emocio-
nes y a separar lo bueno de lo malo, el bebe se encuentra ante
dos objetos: un objeto ideal y un objeto malo. Ama al objeto
ideal, trata de adueñarse de él, de conservarlo y de identificar-
se con él. En el objeto malo ha proyectado sus impulsos agre-
sivos y lo siente como una amenaza para sí mismo y para su
obj eto ideal.
Si el desarrollo se efectúa en condiciones favorables, el
bebe siente cada vez más que su objeto ideal y sus propios im-
pulsos libidinales son más fuertes que el objeto malo y sus
propios impulsos malos; se puede identificar cada vez más con
su objeto ideal, y gracias a esta identificación y también al
crecimiento y desarrollo fisiológico de su yo, siente que éste
se va fortificando y capacitando para defenderse a sí mismo y
al objeto ideal. Cuando el bebe siente a.ue su yo es fuerte, y a la
vez firme poseedor de un objeto ideal fuerte, sus propios im-
pulsos malos le asustan menos y se ve entonces menos impelido
a proyectarlos afuera. Al disminuir la proyección de los impul-
sos malos disminuye también el poder atribuido al objeto malo,
mientras que el yo se fortifica, pues la proyección lo empobrece
menos. El bebe tolera mejor el instinto de muerte dentro de sí
y decrecen sus temores paranoides; disminuyen la escisión y
la proyección y gradualmente puede predominar el impulso
a la integración del yo y del objeto.
72 HANNA SEGAL
BIBLIOGRAFIA
DEFENSAS MANIACAS
L peración
experiencias de repetida depresión e incluso de deses-
AS
que acometen al bebe cuando siente que ha
arruinado completa e irreparablemente a la madre y su pecho
se le hacen intolerables, y el yo utiliza todas las defensas dis-
ponibles para evitarlas. Estas defensas 1 pertenecen a dos ca-
tegorias: reparación y defensas maníacas. Cuando se pueden
manejar las ansiedades depresivas mediante la movilización de
deseos reparatorios, dichas ansiedades conducen a un mayor
desarrollo del yo. .
No quiero decir con esto que la aparición de defensas ma-
níacas sea en sí misma un fenómeno patológico. Las defensas
maníacas desempeñan un papel importante y positivo en el
desarrollo. La resolución de la depresión mediante la repara-
ción es un proceso lento y al yo le lleva mucho tiempo ad-
quirir fuerza suficiente como para confiar en sus capacidades
reparatorias. Generalmente sólo se puede superar el dolor me-
diante defensas maníacas, que protegen al yo de la desespe-
ración total; cuando el dolor y la amenaza disminuyen, las
defensas maníacas pueden ceder gradualmente su lugar a la
reparación. Pero cuando dichas defensas son excesivamente
fuertes, se establecen círculos viciosos y se forman puntos de
fijación que interfieren con el desarrollo futuro.
La organización de las defensas maníacas durante la posi-
ción depresiva incluye mecanismos que ya se manifestaron
durante la posición esquizo-paranoide: escisión, idealización,
1 En el próximo capítulo se analizará si la reparación debe ser
considerada un mecanismo de defensa. .
86 HANNA SEGAL
92 HANNA SEGAL
BIBLIOGRAFIA
REPARACIóN
BIBLIOGRAFIA
E plícito
la definición kleiniana de la posición depresiva está im-
N
que el complejo de Edipo comienza a desarrollarse
en esta fase, de la que es parte integrante. Cuando el bebe per-
cibe a la madre como objeto total, cambia no sólo su relación
con ella, sino también su percepción del mundo . Reconoce a
las personas como seres individuales . y separados y con rela-
ciones entre sí; en especial advierte el importante vínculo que
existe entre su padre y su madre. Esto prepara el terreno para
el complejo de Edipo. Pero el bebe percibe las relaciones entre
los otros en forma muy distinta al adulto o incluso al niño
mayor. La proyección desfigura todas sus percepciones, y cuan-
do se percata del vínculo libidinal existente entre sus' padres
proyecta en ellos sus propios de,seos libidinales y agresivos.
Cuando le dominan sus propios impulsos poderosos fantasea
que sus padres están en coito casi continuo, y la naturaleza de
este coito varía con las fluctuaciones de sus propios impulsos.
Seg1Í ~ los impulsos que prevalecen 6n él, y que él proyecta en
sus padres, fantasea que éstos .intercambian gratificaciones
orales, uretrales, anales o genitales. Esta simación, en que per-
cibe a sus padres en función de sus propias proyecciones, le
origina intensísima frustración, celos y envidia, ya que percibe
a los padres dándose sin cesar precisamente aquellas gratifi-
caciones que él desea para sí.
Reacciona a esta situación con más fantasías y sentimientos
agresivos. En su fantasía ataca a sus padres con todos los re -
cursos agresivos de que dispone, y en su fantasía los percibe
destruidos. Como la introyección es muy activa en este estadio
del desarrollo, introyecta de inmediato esos padres atacados ,y
lOS HANNA SE GAL
antes del día en que esp eraba que yo le enviara la cuenta, soñó
qu e alguien le enviaba un che que por ochenta y nueve o no-
venta y och o libras esterl inas. Prime ro asoció ocho y nueve
con los meses de embar azo. P ensó también en algunos cheques
qu e ha bía recibido, dos de los cuales era n "post mortem", pro-
veni entes de herencias. Estos cheques le hacían sentirse muy
intranquilo. Gr an parte de la ses ión giró al rededor de su an-
siedad por el futuro; se pudo ver qu e sentía principalmente qu e
seg uiría en an álisis, lo qu e en ese mom ento representaba para
él ser el beb e, ha sta qu e pudiera ser má s r ico, más gr ande y
mej or qu e su analista. Igu al qu e en el sueño anteri or, también
en éste ha y inv ersión. Esta vez invierte la situac ión de emba-
razo. El es la madre embaraza da; él r ecib e los cheques, qu e
representaban aquí el embar azo, y los che ques son "post-mor-
tem" porque son posteriores a la mu erte de la an alista, cuyo
lu gar como madre embar azada él ocupa. Su idea de seguir en
análisis ha sta volverse más r ico y mejo r que su an ali sta se
vin cula con la fantasía de perman ecer en el út ero como bebe
hasta hab er in corporado tanto de su madre rica, embarazada,
llue ella muera y él se conv ierta en ella. De modo que su po-
. sición genital (y uno de sus sín tomas in icial es er a la promis-
cuidad compulsiva ) es sólo aparente. Su fan tasía completa es
usar su pene para m eterse en el út er o, tomar posesión de éste,
primero como bebe en el út ero, per o con el fin posterior de 1'0 - .
bar a su madre y conver tirse en ella. Esto es una elaboración
genital posterior de su envidia y rivalidad ori ginal con la
madre, a las qu e se subo r din aban todos los otro s fin es.
Est o contrasta con la posici ón de otro paciente qu e, al ter-
minar su análisis, pudo incluir sa tisfac toriame nte sus compo-
nentes homosexuales en su vida heterosexual. Había perdido
a su padre a los nueve meses. Al entrevis tarse conmigo se que-
j ó principalmente de homosexualidad r elacionada con niños y
mu chachos jóvenes, e impotencia heter osexual. Pronto se puso
en evidencia que uno de sus problemas inconscientes era n sus
deseos y temores homosexuales pasivos en relación con hombres
mayores, que representaban a su padre muerto. Nunca expe-
rimentó conscienteme nte di cho s deseos, ya que d padre muerto
era también un perseguidor cuyo posible ataque le at errorizaba.
E n su patología elabo r ab a su problema mediante proyección e
inversión , poniéndose él mismo en el rol del p adre que viola
y at aca. Hacia el final del análisis sus síntomas desaparecieron
INTRODUCCIÓN A LA OBRA DE M E LANI E KLEIN 119
BIBLIOGRAFIA
(
122 H ANN A SEC AL
J
124. HANNA SEGAL .
(Continuación de pág. 4)
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