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El producto interior bruto (PIB) es un indicador económico que refleja el valor monetario
de todos los bienes y servicios finales producidos por un territorio en un determinado
periodo de tiempo. Se utiliza para medir la riqueza que genera un país. También se conoce
como producto bruto interno (PBI).
El PIB mide la producción total de bienes y servicios de un país, por lo que su cálculo es
bastante complejo. Tenemos que conocer todos los bienes y servicios finales que ha
producido el país y sumarlos.
El PIB se suele calcular trimestralmente. Aunque el dato de PIB que se suele utilizar para
medir el tamaño de una economía es el PIB anual, es decir, todo lo producido en ese
territorio durante un año.
Se dice que un país crece económicamente cuando la tasa de variación del PIB aumenta, es
decir, el PIB del año calculado es mayor que el del año anterior. La fórmula utilizada para
ver el porcentaje de variación es:
Tasa variación PIB = [ (PIB año 1 / PIB año 0) – 1] x 100 = %
Cuando el PIB de un país aumenta es una buena señal para la economía y afecta a
prácticamente todas las personas del territorio. Y por el contrario cuando cae es una mala
señal. Podríamos asemejarlo a los ingresos de una familia o una empresa; si aumentan los
ingresos por lo general es una buena señal. En cambio, si se reducen los ingresos es una
mala señal de la economía.
Cuando el PIB sube significa que están aumentando de forma general el consumo, el gasto
y la inversión en el territorio. Como veremos más abajo, estos son precisamente los factores
que miden el PIB, junto a las exportaciones e importaciones.
Cuando aumentan el gasto, el consumo y la inversión (es decir, cuando aumenta el PIB), se
suele desencadenar un efecto positivo en la economía, ya que estos aumentos hacen crecer
los ingresos de las empresas, las familias y las administraciones, las cuales tendrán más
capital para invertir y crear empleo. Lo que de nuevo hace crecer el consumo y el gasto (al
haber más personas con capacidad de consumir). Es por ello que cuando sube el PIB suelen
crecer el empleo y aumentar los salarios de los trabajadores. La primera relación (PIB y
desempleo) está reflejada en la ley de Okun.
Es la suma del gasto de los residentes en bienes y servicios finales durante un período de
tiempo. Luego el PIB = consumo final + formación bruta de capital + exportaciones –
importaciones. La forma más utilizada para calcular el PIB de un país es según su demanda
agregada:
PIB = C + I + G + X – M
Siendo:
C: Consumo
I: Inversión
G: Gasto público
X: Exportaciones
M: Importaciones
En esta fórmula podemos ver, ceteris paribus, por qué cuando disminuye el consumo
interno de un país se reduce el PIB. Es decir, siempre y cuando lo demás se mantenga
estable. Lo mismo ocurre cuando disminuye la inversión, el gasto público o las
exportaciones.
Es la suma del valor agregado (bruto) que se genera en la producción de los bienes y
servicios en un país en un determinado período de tiempo. En este caso, la fórmula del
producto interior bruto es:
Por ejemplo, si una pastelería vende pan, el valor añadido de una barra será su precio
menos lo que le haya costado fabricar la barra (harina, electricidad, etc.)
Es equivalente a la suma de los ingresos que ganan los propietarios de los factores
productivos (trabajo y capital) durante un período de tiempo. En este caso el PIB =
remuneración de los asalariados + impuestos – subvenciones + excedente de explotación.
De esta forma, la fórmula del producto interior bruto es:
Dónde:
Si comparamos el PIB de un trimestre con el mismo trimestre del año anterior, obtenemos
la tasa interanual. A la hora de comparar el PIB de los países internacionalmente se suele
utilizar el dato de PIB anual, medido en dólares de Estados Unidos.
Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE)
Dado que los indicadores básicos seleccionados para cada componente del PIB (tipo A, B o
C), se compilan inicialmente bajo diferentes unidades de medida (kilos, litros, quintales,
metros cuadrados, valores deflactados, factores estacionales, etcétera), se procedió a
homogeneizar y ponderar el comportamiento de cada uno de los indicadores básicos,
mediante su armonización o benchmarking a los niveles (valores) de las series del PIB
trimestral.
Dicho estimador permitió conocer, en promedio, para todas las series del IMAE, cuan
precisas fueron las estimaciones sin armonizar respecto de las series armonizadas con las
series del PIB trimestral, tomando en cuenta los indicadores que para el efecto fueron
seleccionados. Al cotejar toda la información susceptible de incorporar en la compilación
del IMAE, se optó por incluir aquella que minimizara el error cuadrático medio en todas las
series del IMAE.
Otro elemento que afecta el buen desempeño de los indicadores utilizados en el IMAE y su
poder de pronóstico, lo constituye la volatilidad de las series. Dicha característica es posible
cuantificarla por medio de la obtención de la desviación estándar, la cual mide el grado de
dispersión o volatilidad que tienen las series de los componentes del IMAE, resultando para
este último una desviación estándar de 2.4, lo que denota un comportamiento relativamente
bajo del indicador.
Encadenamiento de las cifras del IMAE
Para el efecto, a partir de los indicadores básicos armonizados con sus respectivas
referencias trimestrales encadenadas, se construyeron índices base 2001, los cuales se
agregaron por medio de sus respectivas ponderaciones en el año inmediato anterior, dando
por resultado índices ponderados de base móvil. Los índices encadenados de las series del
IMAE se obtuvieron por medio del producto de los índices de base móvil y el promedio del
índice encadenado del año anterior.
Como complemento de los resultados obtenidos de las series originales del IMAE, el
proceso de descomposición de sus series temporales permitió obtener las series
desestacionalizadas y de tendencia-ciclo, las cuales facilitan la comprensión de la evolución
de la economía.
De manera que se constituye en un insumo importante para el análisis del estado actual y
previsiones de la economía guatemalteca. Para la construcción de los indicadores, las
respuestas cualitativas se convierten en cuantitativas, empleando diversas metodologías,
que, para el caso de Guatemala es conocida como balance de respuestas, lo que
concretamente se refiere a la utilización de los porcentajes de respuestas, no ponderados,
para la construcción de un indicador.
Los cuatro subíndices se promedian y el ICAE resulta de expresar dicho valor promedio
como porcentaje; las preguntas planteadas al panel son:
¿Cómo considera que evolucione el clima de los negocios para las actividades
productivas del Sector Privado en los próximos seis meses en comparación con el
mismo período pasado?, cuyas opciones de respuesta son: mejorará, igual o empeorará
¿Considera usted que actualmente la economía del país está mejor que hace un año?,
donde las posibles respuestas son: sí o no
¿Espera usted que la evolución económica del país mejore durante los próximos seis
meses?, las opciones de respuesta son: sí o no
¿Cómo considera que sea la coyuntura actual de las empresas en el país para efectuar
inversiones?, puede responder entre buen momento, no está seguro o mal momento.
Al analizar la trayectoria del ICAE para el período 2012-2020, con base a sus variaciones
porcentuales interanuales, se observaron 5 ciclos, los que a su vez para considerarse como
tal deben tener las fases o etapas de:
Para el período de 8 años analizado, el índice más alto que se registró fue en marzo 2012,
con 80.77 y el más bajo fue en octubre 2017, con 20.84.
Es importante destacar la estacionalidad que este índice presenta durante el período 2012 a
2020, ya que es muy notorio que el panel, a partir de agosto de cada año mejora sus
expectativas para los siguientes 6 meses. Lo cual se puede explicar por el entusiasmo que
expresan muchos productores para la época de fin de año y primeros meses del siguiente.
Para el caso de este artículo, con base a los índices mensuales publicados por el Banguat, se
analizó la estacionalidad con la técnica de ajuste estacional y con el programa econométrico
EViews para tener certeza del comportamiento estacional de la variable.
Durante 2020 el ICAE en promedio fue de 49.50, menor al promedio de los últimos 10 años
(50.50), donde el mes más bajo fue abril, cuyo índice fue de 32.64. Lo cual se explica por la
incertidumbre provocada por las medidas adoptadas por el Gobierno en respuesta a la
contención de la pandemia por el coronavirus. En septiembre se presentó un repunte debido
a la reapertura de la economía.
Durante 2020, 5 meses estuvieron en la zona de expansión, lo que significa que para los
siguientes 6 meses se espera mayor dinamismo para la actividad económica y 7 meses en la
zona de contracción.
También para la construcción del ICAE, el panel indicó que para los primeros 6 meses de
este año, espera que mejore el clima de negocios, que evolucione la economía y de acuerdo
con la coyuntura económica actual, no hay certeza para efectuar inversiones.
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