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AIAS. Renal
Julian David Martínez/Juliana Alexandra Gelvez
Insuficiencia renal crónica
RAE: 1. Describir los mecanismos fisiopatológicos del daño renal por vasculopatía.
Funciones renales
A grandes rasgos los riñones tienen dos funciones muy importantes: La primera es la
eliminación de los materiales de desecho que se han ingerido o han sido producidas en el
metabolismo, la segunda es la de controlar el volumen y la composición de los líquidos
corporales. Estas dos funciones se encargan de mantener el equilibrio interno para que todo
se mantenga funcionando adecuadamente.
Para entender las alteraciones ocurridas en la paciente, es pertinente analizar las diversas
funciones que tienen los riñones, las cuales se están viendo afectadas por la insuficiencia
renal crónica.
Esta función es realizada para eliminar aquellos componentes que deben ser excretados
productos de metabolismo o de toxinas ingeridas (pesticidas, fármacos, etc), como lo es la
urea (metabolismo de aminoácidos), la creatinina (metabolismo muscular), el ácido úrico (de
los ácidos nucleicos), los productos finales del metabolismo de la hemoglobina (como la
bilirrubina) y los metabolitos de varias hormonas.
Los riñones desempeñan una función dominante en la regulación a largo plazo de la presión
arterial al excretar cantidades variables de sodio y agua. De igual forma a corto plazo se
realiza por medio de hormonas y factores vasoactivos (ejemplo: renina que da lugar a la
angiotensina). Estos mecanismos de regulación son explicados más adelante.
5. Regulación eritropoyética
Los riñones son los encargados de segregar la mayor parte de la eritropoyetina en sangre,
estímulo que es activado principalmente por la presencia de hipoxia en el flujo sanguíneo.
Algo característico en los pacientes con insuficiencia renal es la presencia de anemia.
Los riñones son los encargados de segregar el calcitriol (la forma activada de la proteína
vitamina D). Esta proteína desempeña un papel importante en el depósito, absorción y
equilibrio electrolítico del calcio.
7. Gluconeogenia
Los riñones reciben alrededor del 22- 25% del gasto cardiaco. Por lo tanto, en una persona
con un gasto cardíaco de 5 L/min, el flujo sanguíneo renal combinado es de 1.100 ml/min.
Así mismo, los riñones, consumen oxígeno en una tasa 2 veces mayor que el cerebro y su
flujo es 7 veces mayor que el cerebral, por lo tanto el oxígeno que llega a los riñones excede
sus necesidades metabólicas y la extracción del oxígeno arterio-venoso es mucho más baja
que los otros tejidos.
Una buena fracción del oxígeno consumido por los riñones se relaciona con la reabsorción de
Na, por lo tanto si el FSR y la tasa de filtración glomerular (TFG) disminuye, menos sodio es
filtrado y menos oxígeno es consumido.
La presión arterial renal es igual a la presión arterial sistémica, y la presión de la vena renal
es en promedio de 3 a 4 mmHg en la mayoría de las condiciones, aunque los cambios en la
presión arterial puedan tener influencia en el flujo renal, los riñones tienen mecanismos
efectivos de autorregulación que permiten mantener el FSR y la TFG relativamente constante
en un rango de 80 a 200 mmHg.
Así mismo, para comprender de una forma más sencilla, les dejo la fórmula que determina la
resistencia :
La FG es alrededor del 20% de flujo plasmático renal. Está determinada por las
fuerzas/presiones que actúan sobre la membrana capilar y por el coeficiente de filtración
capilar (Kf). En el adulto medio, la FG es de unos 125 ml/min, o 180 l/día.
La membrana de los capilares cuenta con tres capas principales, estas son el endotelio capilar,
la membrana basal, y la capa de células epiteliales (los podocitos, que rodean la superficie
externa de la membrana
basal).
El endotelio capilar,
tiene la capacidad de
filtrar gracias a las
fenestraciones, que son
cientos de pequeños
agujeros que permiten el
paso de grandes
proporciones de agua y
que por medio de la
diferencia de cargas evita
el paso de proteínas plasmáticas.
La membrana basal posee grandes agujeros que permiten el paso de agua y solutos, está
compuesta por colágeno, cumple un rol importante en la filtración de proteínas plasmáticas.
Los podocitos son la última capa, estos no están de forma continuada y cuentan con
prolongaciones similares a pies (de ahí el nombre), de tal forma que también filtran mediante
las cargas negativas de las células y permiten el paso de filtrado mediante lo poros de
hendidura, que son los espacios entre cada podocito.
Determinantes de filtrado
En primer lugar, un componente importante son las presiones que actúan sobre la membrana
capilar, dado por la suma de las presiones hidrostáticas y coloidosmóticas. Esta suma es
llamada “presión de filtración neta”.
Control intrínseco
Casi todos los vasos sanguíneos de los riñones, incluidas las arteriolas aferentes y eferentes,
están muy inervados por fibras nerviosas simpáticas, las cuales envían señales para aumentar
la contracción arteriolar y reducir el flujo (y el filtrado glomerular).
En una persona sana en reposo, el tono simpático ejerce poca influencia sobre el flujo
sanguíneo renal.
Control hormonal
En cambio la endotelina, es un péptido que puede liberar las células endoteliales vasculares
lesionadas de los riñones, así como de otros tejidos. La endotelina también aumenta en
muchas enfermedades asociadas a lesiones vasculares y pueden contribuir a la
vasoconstricción renal y reducir la FG en algunas de estas alteraciones fisiopatológicas.
La angiotensina II tiene efectos en casi todos vasos sanguíneos en el cuerpo, pero tienen
especial función en las arteriolas eferentes del glomérulo elevando la presión hidrostática
glomerular, por esta razón contribuye al aumento de la filtración glomerular.
Aunque estos vasodilatadores no parecen tener mucha importancia en la regulación del flujo
sanguíneo renal ni de la FG en condiciones normales, pueden amortiguar los efectos
vasoconstrictores de los nervios simpáticos o de la angiotensina II.
Insuficiencia renal
Cada individuo al nacer cuenta con 0.75-1,25 millones de nefronas por riñón, así mismo, si se
pierden nefronas, no se generan nuevas, por lo que una TFG disminuida indica que se ha
producido una pérdida de nefronas.
La pérdida de nefronas funcionales, requiere que las que se mantienen excreten mayor
cantidad de agua y solutos. Se ha observado que una pérdida de un 75% a 80% de sus
nefronas, logran mantener la capacidad de
excretar cantidades normales de agua y
electrolitos. Sin embargo una pérdida mayor
puede llegar a causar alteraciones electrolíticas,
esto generalmente ocurre cuando el número de
nefronas funcionales llega a solo un 5% o 10%
del total.
Antes de estudiar la relación entre la diabetes con el daño renal, se revisarán conceptos los
mecanismos renales de reabsorción de glucosa :
Reabsorción de glucosa
En la siguiente imagen se encuentran los diversos transportadores de glucosa que hay a nivel
renal.
Ahora, para entender el proceso, hay que tener en cuenta que la cantidad de glucosa filtrada
por el glomérulo se define como el producto de la concentración plasmática de glucosa y la
tasa de filtración glomerular.
Por ejemplo: En condiciones fisiológicas de normalidad, los valores que
encontramos suelen ser de: TFG: 125 ml/min y glucemia de (100 mg/dL = 1 mg/ml)
lo que nos da una carga de glucosa de 125 mg/mi (125 ml/min * 1 mg/ml).
Adicionalmente, en condiciones fisiológicas con una TFG normal, toda la glucosa filtrada es
reabsorbida a nivel del túbulo proximal cuando la glucemia es < 180 mg/dl. Sin embargo,
cuando la reabsorción de glucosa alcanza su máxima capacidad (Tm glucosa) en el túbulo
proximal, aparece la glucosuria. En sujetos sanos la ™ es de 375 mg/min, a la cual se llega
cuando todas las nefronas han llegado a su capacidad máxima de reabsorción de glucosa,
situación presentada en pacientes con Diabetes mal controlada.
En una situación de hiperglucemia sostenida, la reabsorción renal de glucosa contribuye al
mantenimiento de dicha hiperglucemia. A medida que la glucemia aumenta, la reabsorción de
la glucosa también aumenta. Varios trabajos han mostrado que en pacientes con diabetes, la
Tm de glucosa es más elevada que en sujetos no diabéticos. Estos efectos de aumento en la
reabsorción renal de glucosa en situaciones de hiperglucemia se han correlacionado con un
aumento de SGLT1 y SGLT2.
En la siguiente imagen, se refleja la relación entre la concentración plasmática de glucosa, la
carga de glucosa, la reabsorción de glucosa (hasta su punto de Tm máxima) y su pérdida en la
orina.
Ya revisada la fisiología, entramos al terreno de la patología, para ello se debe recordar que la
diabetes es una de las principales causas de enfermedad renal crónica con múltiples
mecanismos de desarrollo que en muchos casos se entrecruzan.
Ateroesclerosis
Muchos tipos de lesiones vasculares pueden dar lugar a una isquemia renal y a la muerte del
tejido renal. Las más comunes de estas lesiones son:
Las lesiones ateroscleróticas o hiperplásicas de las arterias grandes afectan con frecuencia
más a un riñón que al otro y, por tanto, producen una disminución de la función renal
unilateral.
La hipertensión puede exacerbar el daño a los glomérulos y los vasos sanguíneos de los
riñones, conllevando a una enfermedad renal crónica, así como las anormalidades en la
función renal puede conllevar al desarrollo de Hipertensión Arterial, por lo tanto la relación
entre la hipertensión y la enfermedad renal crónica es descrita como un tipo de círculo
vicioso.
● Las lesiones renales que disminuyen la TFG o aumentan la reabsorción tubular, que
conlleva a una reducción de la excreción de Na y agua pueden llevar a hipertensión.
○ Aumento en la resistencia vascular renal : Que reduce el FSR y la TFG :
Hipertensión causada por estenosis de la arteria renal. Cuando hay contracción
severa de los vasos sanguíneos renales, las zonas en isquemia provocan un
aumento en la secreción de renina, lo que causa un aumento de la Aldosterona
II, lo que aumenta la retención de Na y H2O conllevando a hipertensión.
○ Disminución del coeficiente de filtración glomerular que disminuye la
TFG : Como la glomerulonefritis crónica, que causa inflamación y
engrosamiento de las membranas capilares glomerulares, lo que disminuye el
coeficiente.
○ Reabsorción excesiva tubular de Na : Un ejemplo es la hipertensión causada
por un exceso de secreción aldosterona, lo que aumenta la reabsorción de Na.
Una vez se ha desarrollado HTA, la excreción renal de Na y H2O retorna a valores normales,
debido a que frente a un aumento de la presión arterial conlleva a natriuresis y diuresis por
presión. Incluso cuando hay incrementos en la resistencia vascular renal o disminuciones en
el coeficiente capilar glomerular, la TGF regresará a valores normales una vez hay un
aumento de la presión arterial. Así mismo, cuando la reabsorción tubular aumenta, como
ocurre en la secreción aumentada de aldosterona, la excreción urinaria en un principio se
reduce, para luego retornar a valores normales cuando la presión arterial va aumentando.Por
ello, luego del desarrollo de la HTA, no suele haber signos obvios de alteraciones de
excreción de Na y H2O más allá que la hipertensión en sí, hasta que el daño renal es lo
suficientemente grave para causar la sintomatología mencionada a lo largo del RAE.
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