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Derecho a la Intimidad 1 Francisco Vega Méndez

DERECHO A LA INTIMIDAD

Sumario: Sección 1. Desplazamiento del honor por el derecho a la intimidad. Sección 2.


Definición de Intimidad. Sección 3. Regulación constitucional del derecho a la intimidad.
Sección 4. La inviolabilidad del hogar y de las comunicaciones. 1. La inviolabilidad del hogar.
Sección 5. La inviolabilidad de las comunicaciones. Sección 6. El derecho a la inviolabilidad de
las comunicaciones en las Constituciones chilenas.

SECCIÓN 1

DESPLAZAMIENTO DEL DERECHO AL HONOR POR EL DERECHO A LA


INTIMIDAD: FAMILIA Y PERSONA

Desde Benjamín Constant se suele caracterizar a la modernidad


por un celo por resguardar el ámbito íntimo de los individuos. La reconstrucción
de esta tendencia nos conduce retrospectivamente al desarrollo del liberalismo
político en el siglo XVII; antes, al Renacimiento; pero en Inglaterra se encuentran
rastros en un adagio medieval que concibe el hogar como una fortaleza
protegida del exterior, mi choza es mi castillo. Según refiere Valentín Letelier,
“honra mucho a la Corona de España haber sido el primer gobierno que por
medio de reiteradas reales cédulas, en especial por una de 1592, estableció la
inviolabilidad de la correspondencia”.1
Desde que comienza el ocaso de las monarquías y el advenimiento
de las formas republicanas, se produce el desplazamiento de la preocupación
por el honor,2 y su reemplazo por el cuidado de la intimidad de parte del
individuo que constituye las repúblicas liberales.

1 Letelier, Valentín: Génesis del Estado y de las instituciones de Derecho Público. Cabaut
y Cía. Editores. Buenos Aires, 1927, p. 704.
2 Montesquieu, Charles (1997). Del espíritu de las leyes. Barcelona: Ed. Altaya, trad.
Mercedes Blázquez y Pedro de Vega.
Derecho a la Intimidad 2 Francisco Vega Méndez

La consolidación de esta tendencia se observa en la historia


constitucional occidental, donde cabe reconocer dos hitos relevantes. El primero
lo constituye el artículo “The Right of Privacy”, publicado en Harvard Law Review
por Warren y Brandeis, el año 1890. El segundo hito es “la sentencia del
Tribunal Supremo norteamericano en el caso New York Times versus Sullivan,
de 1964, que sentó las bases para la regulación de la difamación en su país y
ejerció igualmente una gran influencia en la legislación y jurisprudencia de los
demás países occidentales”.3
La Constitución de Portugal, de 1976, dispone en su artículo 26: “1.
Todos tendrán derecho a la identidad personal, a la capacidad civil, a la
ciudadanía, al buen nombre y a la reputación, a la imagen y a la intimidad en su
vida privada y familiar. La ley establecerá garantías efectivas contra la utilización
abusiva o contraria a la dignidad humana de informaciones relativas a las
personas y sus familias”.4 La Constitución española de 1978 dispone en su
artículo 18: “1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar
y a la propia imagen (…) 4. La ley limitará el uso de la informática para
garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno
ejercicio de sus derechos”.5
En el ámbito internacional, la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, de Bogotá, mayo de 1948, dispone en su
artículo 5°: “Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra los
ataques abusivos a su honra, a su reputación y a su vida privada y familiar”. 6
La Declaración Universal de los DDHH, de diciembre de 1948,
dispone en su artículo 12: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida
privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra
o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra

3 García San Miguel, Luis (1992). “Reflexiones sobre la intimidad como límite de la
libertad de expresión”, en García San Miguel, Luis (Editor). Estudios sobre el Derecho a la
Intimidad. Madrid: Ed. Tecnos, p. 16.
4 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
230.
5 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
252.
6 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
Derecho a la Intimidad 3 Francisco Vega Méndez

tales injerencias o ataques”.7


El Convenio Europeo para la protección de los derechos humanos,
de 1950, dispone en su artículo 8: “Toda persona tiene derecho al respeto a su
vida privada y familiar, de su domicilio uy de su correspondencia. 2. No podrá
haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio de este derecho, sino en
tanto en cuando esta injerencia esté prevista por la ley y constituya una medida
que, en una sociedad democrática, sea necesaria para la seguridad nacional, la
seguridad pública, el bienestar económico del país, la defensa del orden y la
prevención del delito, la protección de la salud o de la moral o la protección de
los derechos y las libertades de los demás”.8
El PIDCP, de 1966, dispone en su artículo 17: “Nadie será objeto
de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación. 2. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques”.9
Finalmente, la CADH, dispone en su artículo 11: “Protección de la
Honra y de la Dignidad. 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y
al reconocimiento de su dignidad. 2. Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación. 3. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques”.10

270.
7 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
277.
8 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
284.
9 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., pp.
367-368.
10 Bertoni, Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la
Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Comentario. Fundación Konrad Adenauer, Programa Estado de Derecho
para Latinoamérica, Impreso en Santiago de Chile, 2014, (pp. 272-288), p. 272.
Derecho a la Intimidad 4 Francisco Vega Méndez

En el Sistema Interamericano de DDHH, la CIDH, a partir de una


pequeña aproximación el año 2004,11 crecientemente se ha pronunciado sobre
la violación de este derecho.12
En el estudio consagrado a la jurisprudencia de la CIDH sobre el
derecho a la intimidad por Bertoni y Zelada, los autores distinguen tres ámbitos
jurisprudenciales sobre la vida privada de las personas en relación con el
domicilio, las comunicaciones privadas y la sexualidad.13
El aspecto más novedoso sin duda es la relación que ha
establecido la CIDH entre derechos sexuales y vida privada, línea que releva en
el Caso Atala Riffo e Hijas vs Chile, del año 2012, “donde se declaró la violación
del derecho a la igualdad y la no discriminación en perjuicio de Karen Atala, una
jueza chilena a la que se le había retirado judicialmente la custodia de sus (para
entonces) tres menores hijas con base en argumentos discriminatorios
relacionados con su orientación sexual, el tribunal señaló lo siguiente: Al
respecto, la Corte resalta que la orientación sexual de la señora Atala hace parte
de su vida privada, de manera que no era posible realizar una injerencia en la
misma sin que se cumplieran los requisitos de ‘idoneidad, necesidad y

11 Corte IDH. Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú. Fondo, reparaciones y
costas. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie C No. 110, citado por Bertoni, Eduardo y Zelada,
Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe,
Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Fundación
Konrad Adenauer, Programa Estado de Derecho para Latinoamérica, Impreso en Santiago de
Chile, 2014, (pp. 272-288), p. 273.
12 “Fue recién en 2006, con el Caso de las Masacres de Ituango, que la Corte
Interamericana comenzó a desarrollar de una manera más sistematizada el contenido y alcance
del artículo 11 de la Convención Americana en su doble dimensión. Como veremos en este
comentario, desde entonces se han añadido ocho nuevas decisiones en casos contenciosos que
han involucrado la vulneración de dicho artículo: una durante 2007 (Escué Zapata), dos en 2009
(Tristán Donoso y Escher y otros), tres para 2010 (Manuel Cepeda Vargas, Fernández Ortega y
otros y Rosendo Cantú y otra), una en 2011 (Fontevecchia y D’Amico) y, finalmente, una más
para 2012 (Atala Riffo e Hijas). Salvo las decisiones en Gómez Paquiyauri y Manuel Cepeda
Vargas, un rasgo en común que comparten estos casos es que, al referirse al artículo 11 de la
Convención Americana, sus sentencias colocan un particular acento en la segunda de las
dimensiones que hemos descrito, es decir, el derecho a la vida privada”. Bertoni, Eduardo y
Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad”, en Steiner, Christian
Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario.
Fundación Konrad Adenauer, Programa Estado de Derecho para Latinoamérica, Impreso en
Santiago de Chile, 2014, (pp. 272-288), p. 274.
13 Cf. Bertoni, Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la
Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., p. 274.
Derecho a la Intimidad 5 Francisco Vega Méndez

proporcionalidad’ […] El Tribunal constata que durante el proceso de tuición, a


partir de una visión estereotipada sobre los alcances de la orientación sexual de
la señora Atala […], se generó una injerencia arbitraria en su vida privada, dado
que la orientación sexual es parte de la intimidad de una persona y no tiene
relevancia para analizar aspectos relacionados con la buena o mala paternidad o
maternidad.14 En el citado caso Atala Riffo e Hijas vs Estado de Chile, la CIDH,
además, consideró “una misma serie de hechos se miró interconectadamente
desde la óptica esencial de la igualdad y la no discriminación por orientación
sexual teniendo como base la vulneración de una serie de derechos
fundamentales conexos consagrados en el mismo instrumento (como el derecho
a la vida privada), y sin cuya adecuada comprensión la vulneración principal
hubiera carecido de sentido”.15 Como señalan Bertoni y Zelada, citando a la
CIDH: “la imposición de un concepto único de familia debe analizarse no sólo
como una posible injerencia arbitraria contra la vida privada, según el artículo
11.2 de la Convención Americana, sino también, por el impacto que ello puede
tener en un núcleo familiar, a la luz del artículo 17.1 de dicha Convención”.16

2.- DEFINICIÓN DE INTIMIDAD

Warren y Brandeis definen la intimidad como “el derecho a estar


solo, el derecho a la soledad”.17 Sin embargo, esta definición de 1890, se
resiente por el paso del tiempo, pues en la actualidad para evitar las ofensas a la
intimidad no basta la ausencia física de otros.
En la búsqueda de una definición moderna de intimidad “Freid, en

14 Corte IDH. Caso Atala Riffo e Hijas vs. Chile, op. cit, párr. 167, citado por Bertoni,
Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad”, en Steiner,
Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Comentario. Ob. cit., p. 282.
15 Bertoni, Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la
Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., p. 284.
16 Bertoni, Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la
Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., p. 284.
17 García San Miguel, Luis: “Reflexiones sobre la Intimidad como Límite de la Libertad de
Expresión”. Ob. cit., p. 17.
Derecho a la Intimidad 6 Francisco Vega Méndez

un trabajo de 1979, que lleva por título An Anatomy of values define la intimidad
como “control sobre la información que nos concierne” y Parker, en otro trabajo,
de 1974, con el título A Definition of Privacy, la define como “control sobre
cuándo y quién puede percibir diferentes aspectos de nuestra persona”.18 Estas
definiciones resaltan la capacidad de control del individuo sobre el conocimiento
de un ámbito que estima privado. Desde otros ámbitos, “Roland Barthes define
la esfera privada como ‘esa zona del espacio, del tiempo, en que no soy una
imagen, un objeto”.19 Perspectiva problemática pues, desde ella probablemente
no exista ya esfera privada sustraída a la actual tecnología digital,20 que
destruye la confianza, que en la perspectiva de Han, “puede definirse como una
fe en el nombre (…) El medio digital que separa el mensaje del mensajero, la
noticia del emisor, destruye el nombre”.21
Luis García San Miguel define la intimidad como “el derecho a no
ser conocidos, en ciertos aspectos, por los demás”.22 En tal sentido, agrega, es
un derecho al secreto sobre ciertos aspectos de las personas, lo cual “otorga al
derecho un cierto carácter antipático (...) Conviene, por tanto, no perder de vista
que la intimidad es un derecho discutido y discutible, a diferencia de otros
derechos como el voto o la libertad de expresión”.23 Por tanto, adquiere especial
importancia la justificación y fundamentos de este derecho.

18 García San Miguel, Luis: “Reflexiones sobre la Intimidad como Límite de la Libertad de
Expresión”. Ob. cit., p. 17. El autor destaca la diferencia de ambas definiciones a partir de los
verbos informar de la primera, que es más amplio, pues puede obtenerse en secreto o a
distancia, que el verbo percibir de la segunda, que es más restringido, “en la medida en que ha
de ejercitarse sobre nuestra persona y no sobre papeles y otros objetos relativos a la misma”.
19 Barthes, Roland: La cámara lúcida. Ed. Paidos, Barcelona, 1990, p. 48, citado por Han,
Byung Chul: En el enjambre. Ed. Herder, Barcelona, 2014, trad. Raúl Gabás, p. 8.
20 Cf. Han, Byung Chul: En el enjambre. Ob. cit., p. 8.
21 Han, Byung Chul: En el enjambre. Ob. cit., p. 8.
22 García San Miguel, Luis: “Reflexiones sobre la Intimidad como Límite de la Libertad de
Expresión”. Ob. cit., p. 18.
23 García San Miguel, Luis: “Reflexiones sobre la Intimidad como Límite de la Libertad de
Expresión”. Ob. cit., p. 18.
Derecho a la Intimidad 7 Francisco Vega Méndez

3.- FUNDAMENTO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD

En la tradición liberal, el derecho a la intimidad se justifica en


cuanto constituye “un medio para promover la libertad individual”,24 y en
definitiva subyace la idea de que el ejercicio de la libertad personal sin
interferencias ajenas, en el ámbito íntimo, propicia el ejercicio de la libertad
política. En este sentido, la soledad cumple una función cívica educadora de la
libertad.

4.- REGULACIÓN CONSTITUCIONAL DEL DERECHO A LA INTIMIDAD

La doctrina ha destacado la circunstancia de que “el


reconocimiento constitucional expreso del derecho a la intimidad personal y
familiar es bien reciente y todavía escaso. Pero su idea originaria, (...) el respeto
a la vida privada, sí se encuentra en algunas de las libertades tradicionales,
como la inviolabilidad del domicilio y el secreto de la correspondencia (...) El
concepto de intimidad personal es parcialmente diferente de estas dos libertades
clásicas y está referido sólo a la vida privada de las personas individuales. En
cambio, estos otros derechos- garantías corresponden también a las personas
jurídicas.25
El artículo 19 Nº 4 y Nº 5 se refieren a dos aspectos de este
derecho, constituidos por el respeto y protección a la vida privada y honra
personal y familiar, y a la inviolabilidad del hogar y de toda forma de
comunicación privada.

24 “Aquello que Benjamín Constant llamó el goce pacífico y la independencia privada. A eso
mismo se refirió J. Stuart Mill, en On Liberty, cuando escribió que la única libertad que merece
este nombre es la de buscar nuestro propio bien a nuestra propia manera”. García San Miguel,
Luis: “Reflexiones sobre la Intimidad como Límite de la Libertad de Expresión”. Ob. cit., p. 18.
25 Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional español. Ed. Servicio
de Publicaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, Madrid, 1993,
Tomo I, p. 399. El mismo autor señala, p. 402, que la inviolabilidad de domicilio aparece ya
Derecho a la Intimidad 8 Francisco Vega Méndez

4.1.- RESPETO Y PROTECCIÓN A LA VIDA PRIVADA

En su primer aspecto, “la Constitución asegura a todas las


personas: (…) Nº 4 El respeto y protección a la vida privada y a la honra de la
persona y de su familia y, asimismo la protección de sus datos personales, El
tratamiento y protección de estos datos se efectuará en la forma y condiciones
que determine la ley ”.
El artículo 19 Nº 4 de la Constitución de 1980 se configura, por
tanto, como una manifestación del principio de libertad personal, que aparece
consagrado en el artículo 12 de la Declaración Universal de los derechos
humanos: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su
familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su reputación. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias y
ataques”. La Constitución de 1925 sólo consideraba la inviolabilidad del
domicilio.
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Chile ha declarado
al respecto que “el ‘respeto’ aludido en el art. 19, Nº 4, CPR implica la obligación
de terceras personas de no interferir en el ámbito del valor y la conducta que
protege el ordenamiento jurídico a través de las garantías constitucionales.26
Asimismo, ha vinculado la protección de la privacidad con la dignidad de la
persona y su patrimonio moral en diversas sentencias.27
En relación con la protección de la honra de la persona y de su
familia, se ha precisado que “suele distinguirse en la idea de honor un aspecto
subjetivo y otro objetivo. El primero corresponde al sentimiento de nuestra propia
dignidad moral (...) El aspecto objetivo está representado por la apreciación y

consagrada en la Declaración del buen pueblo de Virginia, de 1776, y en la Constitución francesa


de 1791.
26 STC Rol N° 1.419-2009, considerando 14°, citada por Navarro Beltrán, Enrique y
Carmona Santander, Carlos (Editores): Recopilación de jurisprudencia del Tribunal
Constitucional (1981-2015). Cuaderno N° 59 del Tribunal Constitucional de Chile, Santiago,
2015, p. 190.
27 Cf., v. gr., STC Rol 389-2003, c. 20; STC Rol N° 1.732-2010, c. 23; STC Rol N° 1990-
2011, c. 32 y 33, citadas por Navarro Beltrán, Enrique y Carmona Santander, Carlos
(Editores): Recopilación de jurisprudencia del Tribunal Constitucional (1981-2015). Ob. cit., pp.
190-191.
Derecho a la Intimidad 9 Francisco Vega Méndez

estimación que hacen los demás de nuestras cualidades morales y de nuestro


valor social. La lesión de cualquiera de estos sentimientos puede configurar un
delito contra el honor (calumnia o injuria)”.28 En un sentido subjetivo el honor
aparece como “cualidad moral referida al cumplimiento de los deberes, y luego
en [un] sentido objetivo, como reputación que acompaña a la virtud (…)
Sintéticamente, expresa Soler que el concepto jurídico del honor aparece
referido a la valoración ético-social de la persona”.29
En el ámbito del SIDH, la CIDH ha establecido que “debe
diferenciarse que, en “términos generales, el derecho a la honra se relaciona con
la estima y valía propia, mientras que la reputación se refiere a la opinión que
otros tienen de una persona”.30 Bertoni y Zelada concluyen que “A partir de estas
–todavía escasas– decisiones, pareciera que, al analizar la honra y la buena
reputación, el tribunal viene interpretando esta faceta del artículo 11 siguiendo la
doctrina tradicional desarrollada por algunos estudiosos del derecho penal en
torno al bien jurídico denominado como ‘honor”.31
Al respecto “nuestros tribunales han dicho: La información errada
no alcanza la entidad que se requiere para estimarla como un constitutivo de
una infracción de esta garantía”.32
El artículo 20 establece expresamente el recurso de protección con
respecto al artículo 19 Nº 4 y, por tanto, protege este derecho frente a actos u
omisiones arbitrarios que la conculquen.
Por otra parte, cabe destacar que el derecho a la intimidad posee
límites señalados por el interés social. Estas limitaciones se encuentran

28 Verdugo Marinkovic, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I,
p. 251.
29 Etcheberry, Alfredo: Derecho Penal. Ed. Jurídica de Chile, Santiago, 2004, Tomo III, p.
152.
30 Corte IDH. Caso Tristán Donoso vs. Panamá, op. cit., párr. 57, citado por Bertoni,
Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad”, en Steiner,
Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Comentario. Ob. cit., p. 285.
31 Bertoni, Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la
Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., p. 287. Cf., v. gr., Etcheberry, Alfredo: Derecho
Penal. Ed. Jurídica de Chile, Santiago, 2004, Tomo III, p. 152, donde el honor se asocia a un
significado de carácter subjetivo y la reputación a un sentido objetivo.
Derecho a la Intimidad 10 Francisco Vega Méndez

“contempladas en el Código Penal, el Código Sanitario, en el Código de


Procedimiento Penal, en la Ley de Quiebras”.33 En el ámbito del Derecho Penal,
la ofensa contra el honor subjetivo suele configurar el delito de injuria, y la
ofensa contra el honor objetivo el delito de difamación o injuria difamatoria, del
cual la calumnia es una especie.34
Finalmente, la referencia a la honra de la persona y “de su familia”
ha planteado el alcance de la voz “familia”. El órgano técnico asesor de la
Dictadura, nada dice al respecto. Evans de la Cuadra ha concluido que se debe
entender que el constituyente “extendió el respeto de la honra personal al grupo
familiar formado por el padre, la madre y los hijos menores de edad, estimando
que un atentado a la honra de aquélla o de éstos implica una violación del
derecho a la honra del jefe de familia, quien puede accionar en su defensa”. 35
Sin embargo esta conclusión no parece avalada por el derecho positivo chileno,
pues ni el artículo 424 del Código Penal, “ni el artículo 42 del Código Civil
emplean la voz ‘familia’; tampoco las expresiones ‘jefe’ o ‘cabeza’ de familia.
Sería [además] difícil admitir que el heredero fuere per se miembro de la
‘familia”.36 La única referencia a una especie de noción de familia aparece en el
artículo 819 del Código Civil a propósito del derecho de uso o habitación, y es
tan amplia y arcaica que resulta inútil para estos efectos.
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Chile en esta
materia ha declarado: La exclusión del daño moral por vulneración al
derecho a la honra es arbitraria. Resulta arbitraria toda vez que impide
siempre la indemnización del daño moral por vulneración al derecho a la honra,
afectando, por tanto, el derecho constitucional en su esencia. (STC 1419, cc. 25
y 29) (En el mismo sentido STC 1679, c. 15, STC 1741, c. 13, STC 1798, c. 13,
STC 2255, c. 8, STC 2513, c. 14).37

32 Verdugo, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 252.
33 Quinzio Figueiredo, Jorge: Tratado de Derecho Constitucional, Ed. Universidad La
República, 1993, Tomo II, p. 106.
34 Cf. Etcheberry, Alfredo: Derecho Penal. Ob. cit., Tomo III, pp. 153-154.
35 Etcheberry, Alfredo: Derecho Penal. Ob. cit., Tomo III, p. 156.
36 Etcheberry, Alfredo: Derecho Penal. Ob. cit., Tomo III, pp. 156-157.
37 Carmona, Carlos y Navarro, Enrique (Editores) Recopilación de jurisprudencia del
Tribunal Constitucional. 1981-2015. Cuadernos del Tribunal Constitucional, Santiago, Chile.
Derecho a la Intimidad 11 Francisco Vega Méndez

SECCIÓN 2
INVIOLABILIDAD DEL HOGAR Y DE LAS COMUNICACIONES

La inviolabilidad de domicilio “consiste en el derecho a que nadie


entre en un domicilio contra la voluntad de su titular y sin previa autorización
judicial, salvo en caso de flagrante delito”.38
El artículo 19 Nº 5 de la Carta de 1980 prescribe: “La Constitución
asegura a todas las personas: Nº 5 La inviolabilidad del hogar y de toda forma
de comunicación privada. El hogar sólo puede allanarse y las comunicaciones y
documentos privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas
determinados por la ley”.

1.- ANTECEDENTES DE LA INVIOLABILIDAD DE DOMICILIO EN


DERECHO CONSTITUCIONAL COMPARADO

La inviolabilidad de domicilio aparece garantizada mucho antes


que la inviolabilidad de la correspondencia o de las comunicaciones privadas. En
efecto, la inviolabilidad de domicilio aparece en los Decretos de la Curia de León
del año 1188, al establecer el rey Alfonso de León y de Galicia en su numeral
11) “También juré que yo ni nadie entre en la casa de otro por la fuerza, ni haga
ningún daño en ella o en su heredad…”39
La inviolabilidad del domicilio fue consagrada en el artículo X de la
Declaración del Buen Pueblo de Virginia, de 1776. Es reiterada en la Cuarta
Enmienda de los Estados Unidos de Norteamérica, de 1791,40 que dispone: “El
derecho de los ciudadanos a la seguridad de las personas, domicilio, papeles y
efectos contra pesquisas y embargos arbitrarios es inviolable; no se decretará
entrada y registro alguno sin motivo fundado y corroborado por palabras de

38 Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional español. Ob. cit.,
Tomo I, p. 402.
39 Véase el texto completo en Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los
derechos humanos. Ed. Debate, Madrid, 1987, p. 29.
40 Cf. Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional español. Ob. cit.,
Tomo I, p. 402.
Derecho a la Intimidad 12 Francisco Vega Méndez

honor o juramentos o sin que se determine el lugar que debe ser objeto de
reconocimiento y las personas o cosas de las que haya de apoderarse”. 41 En el
siglo XIX, la Enmienda XIV de la Constitución de Estados Unidos de
Norteamérica dispone, en lo pertinente: “(…) Ningún Estado podrá dictar ni dar
efecto a cualquier ley los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los
Estados Unidos; tampoco podrá Estado alguno privar a cualquier persona de la
vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal”.42
No aparece en la declaración francesa de 1789, pero sí en el
artículo 9 del Título IV de la Constitución de 1791, a partir de la cual es recogida
en todas las declaraciones y textos constitucionales.43
La Constitución española de 1812 dispuso en su artículo 306
disponía: “No podrá ser allanada la casa de ningún español sino en los casos
que determine la ley para el buen orden y seguridad del Estado”.44
La Constitución belga de 1831 dispone en su artículo 10°: “El
domicilio es inviolable; no se podrán hacer inspecciones domiciliarias sino en los
casos previstos por la ley y en la forma que ella establezca”.45
La Constitución de Francia de 1848 también disponía en su artículo
3°: “El domicilio de toda persona que habita en territorio francés es inviolable; no
se puede penetrar en él sino según las formas y en los casos previstos por la
ley”.46
La Constitución española de 1876 disponía en su artículo 6°:
“Nadie podrá entrar en el domicilio de ningún español o extranjero residente en
España sin su consentimiento excepto en los casos y en la forma expresamente

41 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
117.
42 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
133.
43 Cf. Pérez Serrano, Nicolás: Tratado de Derecho Político, Ed. Civitas, Madrid, 1984, p.
617; Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional español. Ob. cit., Tomo I,
pp. 402-403.
44 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
123.
45 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
126.
46 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
130.
Derecho a la Intimidad 13 Francisco Vega Méndez

previstos en las leyes”.47


En la primera mitad del siglo XX, la Constitución mexicana de 1917
dispone en su artículo 16: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente que funde y motive la causa legal del procedimiento…”48
La Constitución alemana de 1919 disponía en su artículo 115: “El
domicilio de un alemán es, para él, un lugar de asilo inviolable. Sólo conforme a
las leyes se admitirán excepciones”.49
La Constitución republicana de España de 1931 disponía en su
artículo 31: “El domicilio de todo español o extranjero residente en España es
inviolable. Nadie podrá entrar en él sino en virtud de mandamiento de juez
competente (…)”.50
En la segunda mitad del siglo XX, la Constitución de Italia de 1948
dispone en su artículo 14: “El domicilio es inviolable. No se pueden efectuar en
él inspecciones, pesquisas o secuestros, salvo en los casos y en las formas
establecidas por la ley, de acuerdo con las garantías prescritas para la tutela de
la libertad personal. Las averiguaciones y las inspecciones por motivos de
sanidad y de seguridad pública o a efectos económicos y fiscales serán
reguladas por leyes especiales”.51
La Constitución alemana de 1949 dispone en su artículo 13:
“1. El domicilio es inviolable.
2. Los registros y allanamientos no podrán ser ordenados sino por el juez, y si la
demora implicare un peligro, también por los demás órganos previstos en las
leyes, y únicamente en la forma estipulada en ellas.
3. Por lo demás, sólo podrán ser ejercidos procedimientos que afectan a esta

47 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
142.
48 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
158.
49 Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit., p.
184.
50 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 198.
51 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 208.
Derecho a la Intimidad 14 Francisco Vega Méndez

inviolabilidad o la restrinjan, en defensa ante un peligro común o de la vida


humana; en virtud de una ley, tales procedimientos también podrán ser ejercidos
con el fin de prevenir peligros inminentes para la seguridad y el orden públicos,
especialmente para subsanar la escasez de vivienda, combatir una amenaza de
epidemia o proteger a menores en peligro”.52
La Constitución de Portugal de 1976 dispone en su artículo 34:
“Inviolabilidad de domicilio y de la correspondencia. 1. Serán inviolables el
domicilio (…) 2. La entrada en el domicilio de los ciudadanos contra su voluntad
sólo podrá ser ordenada por la autoridad judicial competente, en los casos y en
las formas previstas por la ley. 3. Nadie podrá entrar de noche en el domicilio de
persona alguna sin el consentimiento de ésta (…)”53
La Constitución española de 1978 dispone en su artículo 18.2: “El
domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin
consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante
delito”.54

2.- INVIOLABILIDAD DE DOMICILIO EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL DE


DERECHOS HUMANOS

En el ámbito internacional la Declaración Americana de los


Derechos del Hombre, de mayo de 1948, dispone en su artículo 9°: “Toda
persona tiene el derecho a la inviolabilidad de su domicilio”.55
Luego, la Declaración Universal de DDHH, de diciembre de 1948,
dispone en su artículo 12: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida
privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra
o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra

52 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
pp. 220-221.
53 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 233.
54 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 252.
55 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 270.
Derecho a la Intimidad 15 Francisco Vega Méndez

tales injerencias o ataques”.56


El Convenio Europeo para la protección de los DDHH, de 1950,
dispone en su artículo 8: “Toda persona tiene derecho al respeto de su vida
privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia. 2. No podrá haber
injerencia de la autoridad pública en el ejercicio de este derecho sino en tanto en
cuando esta injerencia esté prevista por la ley y constituya una medida que, en
una sociedad democrática, sea necesaria para la seguridad nacional, la
seguridad pública, el bienestar económico del país, la defensa del orden y la
prevención del delito, la protección de la salud o de la moral, o la protección de
los derechos y las libertades de los demás”.57
El PIDCP, de 1966, dispone en su artículo 17: “Nadie será objeto
de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques”.58
Finalmente, la CADH dispone en su artículo 11: “Protección de la
Honra y de la Dignidad. 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y
al reconocimiento de su dignidad. 2. Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación. 3. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques”.59

3.- INVIOLABILIDAD DE DOMICILIO EN LA HISTORIA CONSTITUCIONAL


DE CHILE

56 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 277.
57 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 284.
58 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
pp. 367-368.
59 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 398.
Derecho a la Intimidad 16 Francisco Vega Méndez

El hogar o domicilio constituye una especie de prolongación de la


personalidad y de ahí su antigua protección. El artículo 120 de la Constitución de
1823 prescribía: “La casa del ciudadano es inviolable, y sólo puede examinarse
en virtud de un decreto especial de autoridad competente, y manifestado
previamente al dueño”.
En la Constitución de 1828, el artículo 16, en el Capítulo III,
“Derechos Individuales”, se establece: “Ninguna casa podrá ser allanada, sino
en caso de resistencia a la autoridad legítima, y en virtud de mandato escrito de
ella”.
La Constitución de 1833, en su artículo 146 expresa: “La casa de
toda persona que habite el territorio chileno es un asilo inviolable, y sólo puede
ser allanada por un motivo especial determinado por la ley, y en virtud de orden
de autoridad competente”.
El órgano técnico asesor de la dictadura denominado Comisión de
Estudios de la Nueva Constitución acordó, siguiendo a Raimundo del Río, que
“se entiende por hogar, casa o morada el recinto de las habitaciones y sus
dependencias en que una persona vive o ejerce sus actividades de trabajo y
también los recintos cerrados que tenga bajo su control a cualquier título,
aunque no concurran las circunstancias de vida o actividad dentro de él”.60
La jurisprudencia de los tribunales y la doctrina penal en Chile han
expresado, en relación al delito de violación de domicilio, que la palabra
“domicilio” no ha sido tomada en su sentido civil estricto, por lo cual se prefiere
hablar de “morada” definiéndola como “un recinto en el que una o más personas
viven, permanecen y, generalmente pernoctan”.61
En relación a este precepto el artículo 144 del Código Penal
sanciona al que entra en morada ajena contra la voluntad de su morador.
Tampoco este es un derecho absoluto. Sus limitaciones aparecen
establecidas en la ley y dicen relación con la función jurisdiccional, v. gr., registro

60 Verdugo, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 254.
61 Verdugo, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 254.
Derecho a la Intimidad 17 Francisco Vega Méndez

del domicilio ordenado por decreto judicial; demanda de auxilio desde el interior
del hogar; inspecciones sanitarias; incendio.62
“El Código de Procedimiento Penal regula la forma y condiciones
en que podrán practicarse allanamientos. En términos generales, establece que
los tribunales podrán decretar la entrada o registro en cualquier edificio o lugar
cerrado, sea público o particular, cuando hubiere indicio de encontrarse allí el
inculpado o procesado, o efectos o instrumentos del delito, o libros, papeles o
cualesquiera otros objetos que puedan servir para descubrir un delito o
comprobarlo”.63

4.- EVALUACIÓN CRÍTICA

En el ámbito del Sistema Interamericano de DDHH, la CIDH se ha


pronunciado en tres casos.64 En todos ellos, “el tribunal afirmó que el derecho a
la vida privada se encuentra ‘íntimamente ligado’ al lugar donde se asienta el
domicilio familiar. De acuerdo con esta línea argumental, quienes pierden sus
hogares también pierden el ámbito personal y geográfico donde desarrollan su
vida privada. Por ello, el despojo temporal o permanente del domicilio, no sólo
viola el derecho al uso y disfrute de los bienes que allí se encuentran (es decir,
vulnera el derecho de propiedad de las víctimas), sino que además configura la
pérdida de una de las condiciones básicas para la existencia de los seres
humanos: su intimidad. Para la Corte Interamericana el domicilio es el espacio
‘natural’ donde la vida privada se desarrolla libremente”.65

62 Verdugo, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 255.
63 Verdugo, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 255.
64 Corte IDH. Caso de las Masacres de Ituango vs. Colombia, op. cit., párr. 194; Corte IDH.
Caso Escué Zapata vs. Colombia, op. cit., párr. 95; Corte IDH. Caso Fernández Ortega y otros
vs. México, op. cit., 3, párr. 157, citados por Bertoni, Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11.
Protección de la Honra y de la Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores):
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., p. 274.
65 Bertoni, Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la
Dignidad”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., pp. 274-275.
Derecho a la Intimidad 18 Francisco Vega Méndez

SECCIÓN 3
INVIOLABILIDAD DE LAS COMUNICACIONES

En el Sistema Interamericano de DDHH, la CIDH el año 2009


“examinó por primera vez dos casos cuyo aspecto central era la presunta
violación del artículo 11 de la Convención Americana. En ambas sentencias, el
tema medular era la relación entre la vida privada y la inviolabilidad de las
comunicaciones telefónicas”. En el caso “Tristán Donoso vs Panamá”,66 la CIDH
aplicó el test de proporcionalidad para determinar la existencia o no de una
violación al derecho a la vida privada. En tal sentido, estimó que “debía
examinarse si la restricción estaba prevista en la ley, si perseguía un fin legítimo
y si cumplía con los requisitos de idoneidad, necesidad y estricta
proporcionalidad”.67

1.- ANTECEDENTES DE LA INVIOLABILIDAD EN COMUNICACIONES


PRIVADAS EN DERECHO CONSTITUCIONAL COMPARADO

La Cuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos de


Norteamérica dispone: “El derecho de los ciudadanos a la seguridad de las
personas, domicilio, papeles y efectos contra pesquisas y embargos arbitrarios
es inviolable; no se decretará entrada y registro alguno sin motivo fundado y
corroborado por palabras de honor o juramentos o sin que se determine el lugar
que debe ser objeto de reconocimiento y las personas o cosas de las que haya
de apoderarse”.
La Constitución belga de 1831, dispone en su artículo 22: “Será
inviolable el secreto de la correspondencia. La ley determinará quiénes son los

66 Corte IDH., Caso Tristán Donoso vs. Panamá, op. cit. 1, párr. 55, citado por Bertoni,
Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad”, en Steiner,
Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Comentario. Ob. cit., pp. 277-278.
67 Corte IDH. Caso Tristán Donoso vs. Panamá, op. cit. párr. 56 y 76, citado por Bertoni,
Eduardo y Zelada, Carlos J.: “Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad”, en Steiner,
Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Comentario. Ob. cit., p. 278.
Derecho a la Intimidad 19 Francisco Vega Méndez

agentes responsables de la violación del secreto de la correspondencia


entregada al correo”.68
Posteriormente, la Constitución de la monarquía española de 1869,
en su artículo 7° dispuso: “En ningún caso podrá detenerse ni abrirse por la
autoridad gubernativa la correspondencia confiada al correo, ni tampoco
detenerse la telegráfica. Pero en virtud de auto de juez competente podrán
detenerse una y otra correspondencia, y también abrirse en presencia del
procesado la que se le dirija por correo”. En su artículo 8° disponía que “todo
auto de prisión, de registro de morada o de detención de la correspondencia
escrita o telegráfica, será motivado”, en caso contrario, otorgaba el derecho de
reclamar del juez que haya dictado el auto una indemnización proporcionada al
daño causado.69 Resulta interesante esta disposición en cuanto establece
tempranamente la responsabilidad del Estado por actos jurisdiccionales.
La Constitución española de 1876 dispuso, en su artículo 7°: “No
podrá detenerse ni abrirse por la autoridad gubernativa la correspondencia
confiada al correo”, y en su artículo 8° “Todo auto de prisión de registro de
morada o de detención de la correspondencia será motivado”.70
En el siglo XX, la Constitución mexicana de 1917, en su artículo 16
dispuso, en lo pertinente: “La autoridad administrativa podrá (…) exigir la
exhibición de los libros y papeles indispensables para comprobar que se han
acatado las disposiciones fiscales, sujetándose en estos casos a las leyes
respectivas y a las formalidades prescritas para los cateos”.71
La Constitución republicana española de 1931 en su artículo 32
disponía: “Queda garantizada la inviolabilidad de la correspondencia en todas
sus formas, a no ser que se dicte auto judicial en contrario”, y en su artículo 31:
“El registro de papeles y efectos se practicará siempre en presencia del

68 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 127.
69 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 137.
70 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 142.
71 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 158.
Derecho a la Intimidad 20 Francisco Vega Méndez

interesado o de una persona de su familia o, en su defecto de dos vecinos del


mismo pueblo”.72
La Constitución democrática italiana vigente desde 1948, dispone
en su artículo 15: “La libertad y el secreto de la correspondencia y de todo otro
medio de comunicación son inviolables. Su limitación puede producirse
solamente por auto motivado de la autoridad judicial, con las garantías
establecidas por la ley”.73
La Constitución alemana de 1949 dispone en su artículo 10: “El
secreto de la correspondencia, así como el secreto de las comunicaciones
postales, telegráficas y telefónicas son inviolables, pudiendo ponerse
restricciones únicamente en virtud de una ley”.74
La Constitución portuguesa de 1976 dispone en su artículo 34: “La
inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia. 1. Serán inviolables el
domicilio y el secreto de la correspondencia y demás medios de comunicación
privada (…) 4. Queda prohibida toda injerencia de las autoridades públicas en la
correspondencia y en las telecomunicaciones, salvo los casos previstos en la ley
en materia de enjuiciamiento criminal”.75
La Constitución española de 1978 dispone en su artículo 18.3: “Se
garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales
telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial”. 76

2.- INVIOLABILIDAD DE COMUNICACIONES PRIVADAS EN EL ÁMBITO


INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS

72 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 198.
73 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 208.
74 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 220.
75 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 233.
76 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 252.
Derecho a la Intimidad 21 Francisco Vega Méndez

En el ámbito internacional, la Declaración Universal de los DDHH,


de 1948, dispone en su artículo 12: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias
en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a
su honra o reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley
contra tales injerencias o ataques”.77
Por su parte, el Convenio Europeo para la protección de los DDHH,
de 1950, dispone en su artículo 8.1: “Toda persona tiene derecho al respeto de
su vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia”. 78
El PIDCP, dispone en su artículo 17: “Nadie será objeto de
injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación”. 79
Finalmente la CADH, dispone en su artículo 11: “Protección de la
Honra y de la Dignidad. 1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y
al reconocimiento de su dignidad. 2. Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación. 3. Toda
persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques”.80

3.- EL DERECHO A LA INVIOLABILIDAD DE LAS COMUNICACIONES EN


LA HISTORIA CONSTITUCIONAL DE CHILE

El Reglamento Constitucional Provisorio de 1812, en lo pertinente,


prescribía en su artículo 16: “Se respetará el derecho que los ciudadanos tienen
a la seguridad de sus personas, casas, efectos y papeles...”

77 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 277.
78 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 284.
79 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
pp. 367-368.
80 Cf. Peces Barba, Gregorio et al.: Derecho positivo de los derechos humanos. Ob. cit.,
p. 398.
Derecho a la Intimidad 22 Francisco Vega Méndez

El Proyecto de Constitución Provisoria de 1818, en el artículo 8º del


Capítulo II, del Título IV, referido al Poder Ejecutivo prescribe: “No podrá en
ningún caso por sí solo interceptar la correspondencia epistolar de los
ciudadanos, que debe respetarse como sagrada; y cuando por la salud general y
bien del Estado, fuese preciso la apertura de alguna correspondencia, lo
verificará a presencia del Fiscal Procurador General de la ciudad y Administrador
de Correos, los que deberán hacer juramento de secreto”. Antes, en el artículo
5º, del Capítulo I, del Título I, ya había expresado: “La casa y papeles de cada
individuo son sagrados, y esta ley sólo podrá suspenderse en los casos urgentes
en que lo acuerde el Senado”.
El artículo 224 de la Constitución de 1822 establece: “Es sagrada
la inviolabilidad de las cartas, y la libertad de las conversaciones privadas”.
* La Constitución Política de 1828, establece en su artículo 19: “La ley
declara inviolable toda correspondencia epistolar; nadie podrá interceptarla ni
abrirla, sin hacerse reo de ataque a la seguridad personal”.
* La Constitución de 1833 prescribe en el artículo 147: “La correspondencia
epistolar es inviolable. No podrán abrirse, ni interceptarse, ni registrarse los
papeles o efectos, sino en los casos expresamente señalados por la ley”.
* La Constitución de 1925, garantizaba este derecho en el artículo 10:
“Asimismo, la Constitución asegura a todos los habitantes de la República: Nº
13: “La inviolabilidad de la correspondencia epistolar y telegráfica y de las
comunicaciones telefónicas. No podrán abrirse, ni interceptarse, ni registrarse
los papeles o efectos públicos, sino en los casos expresamente señalados por la
ley”.
La Carta de 1980 establece, en el artículo 19 Nº 5: La Constitución
asegura a todas las personas: Nº 5: “La inviolabilidad del hogar y de toda forma
de comunicación privada. El hogar sólo puede allanarse y las comunicaciones y
documentos privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas
determinados por la ley”.
Se ha señalado que “el contenido de este clásico derecho ha
desbordado ampliamente su enunciado. Hoy se extiende a otros modos de
Derecho a la Intimidad 23 Francisco Vega Méndez

comunicación privada, como la telefónica y la telegráfica”.81 Hoy habría que


incluir en la expresión “toda forma de comunicación privada”, el fax, y el correo
electrónico, las grabaciones, etc. Por ello, Torres del Moral propone llamarlo
“derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas”.82
En relación a la norma constitucional, cabe destacar que el artículo
146 del Código Penal chileno sanciona “al que abriere o registrare la
correspondencia o los papeles de otro sin su voluntad”; y “al que divulgare o se
aprovechare de los secretos que ellos contienen”.
Tampoco este es un derecho absoluto, por el contrario “también en
este caso el principio ofrece situaciones de excepción: por ejemplo, el juez
puede enterarse de la correspondencia que recibe el procesado y los síndicos
de los papeles y correspondencia del fallido. Tampoco rige el principio respecto
de los cónyuges e hijos menores.
El Código de Procedimiento Penal regula los casos y formas en
que debe practicarse, por el mismo juez, el registro de los libros y papeles (...)
sólo en el caso de aparecer indicios graves de que de esta diligencia haya de
resultar el descubrimiento o la comprobación de algún hecho o circunstancia
importante en la causa” (Art. 169).83
Finalmente, cabe señalar que procede el recurso de protección en
contra de actos u omisiones, arbitrarios o ilegales, que vulneren la inviolabilidad
de las comunicaciones tutelada en el artículo 19 Nº 5 de la Carta de 1980.

4.- JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL COMPARADA

El Tribunal Constitucional alemán, ha declarado parcialmente


inconstitucional una ley de escucha telefónica en contexto de persecución de
delitos, al no especificar las prohibiciones e interrupciones que el órgano estatal

81 Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional Español. Ob. cit.,
Tomo I, p. 403.
82 Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional Español. Ob. cit.,
Tomo I, p. 403.
83 Verdugo, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 257.
Derecho a la Intimidad 24 Francisco Vega Méndez

debe hacer frente a situaciones de escucha que violen la intimidad. 84 Se trata de


una sentencia que ilustra la negligencia legislativa en la protección de los
derechos fundamentales, pues, una vez autorizada la escucha en el ámbito
privado, resulta candoroso pensar que existan mecanismos de control adecuado
para velar porque ésta se ejerza con control jurídico eficaz. ¿Quién controla al
controlador, o si se quiere, quién vigila al vigilante?
A propósito del sujeto titular del derecho al honor, el Tribunal
Constitucional español declaró que “el derecho al honor tiene en la Constitución
un significado personalista, en el sentido que es un valor referible a personas
individualmente consideradas. Sin embargo, igualmente se puede afectar a un
determinado colectivo de personas en el caso de que el mismo trascienda a sus
miembros individuales, siempre y cuando éstos sean identificables como
individuos dentro de la colectividad”.85
Asimismo, el Tribunal Constitucional español ha declarado que
“resuelve denegar el amparo solicitado, ya que las circunstancias en que se
emiten las declaraciones se encuentran bajo la cobertura de la libertad de
expresión. En efecto, se trata de afirmaciones que, aunque afecte el honor
ajeno, se revelan como necesarias para la exposición de ideas u opiniones de
interés público, sin contener expresiones formalmente injuriosas”.86
Por otra parte, el Tribunal Constitucional español ha declarado sólo
será legítimo el ejercicio de la libertad de información en la medida en que la
afectación de los derechos anteriormente señalados, resulte adecuado,
necesario y proporcionado. En el caso concreto no se configura por cuanto:

84 STC alemán, Rol Rol Nº 1 BvR 2378/98; 1 BvR 1084/99, de fecha, 5 de diciembre de
2013, citada por García Meschsner, Cristián (Editor): Jurisprudencia comparada. Resúmenes
de sentencias relevantes de tribunales superiores del mundo. Ed. Tribunal Constitucional de
Chile, 2015, volumen 1, pp.191-193.
85 Recurso de amparo constitucional acogido en sentencia del Tribunal Constitucional
español, Rol Nº STC 214/1991, de fecha 11 de noviembre de 1991, citada por García
Meschsner, Cristián (Editor): Jurisprudencia comparada. Resúmenes de sentencias relevantes
de tribunales superiores del mundo. Ob. cit., volumen 1, pp. 270-271.
86 Recurso de amparo constitucional acogido en sentencia del Tribunal Constitucional
español, Rol Nº STC 9/2007, de 15 de enero de 2007, citada por García Meschsner, Cristián
(Editor): Jurisprudencia comparada. Resúmenes de sentencias relevantes de tribunales
superiores del mundo. Ob. cit., volumen 1, pp. 295-296.
Derecho a la Intimidad 25 Francisco Vega Méndez

1) El derecho a la intimidad es conculcado de momento que una conversación


sostenida en un despacho donde se realizan consultas profesionales, se
entiende que la expectativa razonable es no ser escuchado u observado por
terceros, y por lo tanto, pertenece al ámbito de la intimidad.
2) El derecho a la propia imagen es vulnerado con el uso de una “cámara
oculta”, ya que existe una captación no consentida tanto de la imagen como de
la voz, haciendo más fácil su identificación. En cuanto a los límites inmanentes,
si bien es cierto que lo determinante es la relevancia de la información, aún en
ese caso, hay una ilegítima intromisión en los derechos fundamentales ya
especificados, en consideración a la forma en que se obtuvo y registró la
información”.87
En otra sentencia el Tribunal Constitucional español ha declarado
que “la captación de imágenes relativas a un personaje público en momentos de
su vida de carácter eminentemente particular o privado conlleva la vulneración
del derecho a la propia imagen, salvo que el acontecimiento revista interés
público o la imagen se haya divulgado con su consentimiento”.88 Al respecto ha
precisado que “Existe interés público cuando la información es relevante para la
comunidad. Pero en este caso la revelación de las relaciones afectivas de los
recurrentes carece en absoluto de cualquier trascendencia para la comunidad,
porque no afecta al conjunto de los ciudadanos ni a la vida política del país”. 89
Respecto a la inviolabilidad de domicilio, el Tribunal Constitucional
español ha declarado que “se acoge el recurso en lo que respecta a este
derecho, por cuanto lo decisivo en el presente caso viene dado por la necesidad
de contrastar la medida cuestionada con el principio de proporcionalidad, ‘que
exige una relación ponderada de los medios empleados con el fin perseguido,

87 Recurso de amparo constitucional presentado por dos medios de comunicación social,


rechazado en sentencia del Tribunal Constitucional español, Rol Nº STC 12/2012, de fecha 30
de enero de 2012, citado por García Meschsner, Cristián (Editor): Jurisprudencia comparada.
Resúmenes de sentencias relevantes de tribunales superiores del mundo. Ob. cit., volumen 1, p.
299.
88 Recurso de amparo constitucional, rechazado en sentencia del Tribunal Constitucional
español, Rol Nº STC 176/2013, de fecha: 21 de octubre de 2013, citado por García Meschsner,
Cristián (Editor): Jurisprudencia comparada. Resúmenes de sentencias relevantes de tribunales
superiores del mundo. Ob. cit., volumen 1, pp. 319-320.
89 Ídem.
Derecho a la Intimidad 26 Francisco Vega Méndez

para evitar el sacrificio innecesario o excesivo de los derechos fundamentales,


cuyo contenido esencial es intangible’, y que ‘se opone frontalmente a la
arbitrariedad en el ejercicio de los poderes públicos’. Esto puede apreciarse en
que la autorización judicial falla en su dimensión temporal, por cuanto omite una
serie de circunstancias de una evidente trascendencia constitucional: no existe
limitación de visitas, las que pueden prolongarse indefinidamente al arbitrio de
los inspectores, sin que se razone sobre la necesidad de dichas medidas que
resultan ser exorbitantes”.90

90 Recurso de amparo constitucional acogido en sentencia del Tribunal Constitucional


español, Rol Nº STC 50/1995, de fecha 23 de febrero de 1995, citado por García Meschsner,
Cristián (Editor): Jurisprudencia comparada. Resúmenes de sentencias relevantes de tribunales
superiores del mundo. Ob. cit., volumen 1, pp. 275-276.

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