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 (Anexo 1): La política económica del segundo belaundismo

Dentro de la línea de aplicación de medidas en el marco de las propuestas de los principales


organismos financieros, especialmente el FMI, el gobierno nombró como ministros a connotados
representantes de los intereses de la banca y empresas extranjeras.
En 1981 aparecieron los primeros problemas debido, en primer lugar, a la caída del precio real de
nuestros productos en el mercado internacional y, en segundo lugar, al déficit surgido en la balanza
comercial debido a la liberalización de las importaciones y al incremento de pagos de la deuda externa.
Para enfrentar la situación, el gobierno recurrió a una política de devaluaciones periódicas, lo cual
provocó la “dolarización” del ahorro y de la economía en general. Se establecieron sobretasas del 15%
a las importaciones. La política de apertura de la banca nacional a la inversión de capitales
extranjeros, permitió al gobierno recurrir a nuevos préstamos para pagar la deuda externa y elevar
nuestras reservas internacionales, pero ello solo postergó el problema.
La política monetaria se aplicó a restringir el consumo, ya que se consideraba que había “un exceso de
la demanda”; logrando una recesión en el sector productivo, pero no la reducción de la inflación, ya
que desde 1981 se había iniciado también la liberalización de los precios controlados y regulados.
A mediados de 1983, el gobierno reinició negociaciones con el FMI para resolver los problemas de la
deuda externa. En ellas se establecieron nuevas medidas restrictivas, incluyendo reducción del gasto
público, mayor restricción de la demanda e incremento del ritmo de devaluación y de las tasas de
interés. Dichas metas no se alcanzaron. Los precios de los productos básicos continuaron su
tendencia alcista a lo largo del año, por lo que el gobierno comenzó a controlarlos en perspectiva de
las elecciones municipales de noviembre. Los salarios se mantuvieron por debajo del nivel de inflación.
Ante la situación crítica, el gobierno atribuyó el fracaso del programa económico los efectos de las
inundaciones causadas en 1983 por la corriente del Niño.

Adaptado de LEXUS, 2013 (1139-1140).

 (Anexo 2): La estatización de la banca

En el primer gobierno de Alan García, el 28 de julio de


1987, durante su discurso de orden, anunció el envío de
un proyecto de ley al Congreso para la nacionalización
de los bancos, las financieras y las compañías de
seguros. García manifestó que había empezado la
verdadera revolución aprista y convocó a sucesivos
mítines en los que conminó al Legislativo a respaldar las
medidas tomadas.
Si bien ello provocó el eufórico apoyo del partido de
gobierno, en otros sectores hubo posiciones
divergentes. En el Congreso, un sector encabezado por
IU señaló estar de acuerdo con la medida, pero que
plantearía modificaciones para evitar que fuera utilizada
como un mecanismo de control y poder personal. Ambas fuerzas reunieron una amplia mayoría en el
Congreso, frente a partidos como el PPC y AP, por lo cual la oposición principal vino de los dueños.
Los propietarios o mayores accionistas de los bancos eran connotados representantes de los
denominados “doce apóstoles” o grupos de poder económico más importantes del país: Dionisio
Romero y Juan Francisco Raffo (Banco de Crédito), Augusto y Guillermo Wiese de Osma (Banco
Wiese), Francisco Pardo Mesones (Banco Mercantil), y los Picasso Salinas (Banco Latino). Frente a
los recursos de amparo, el poder Judicial se divide entre la aceptación del reclamo de los propietarios
o el apoyo al gobierno. La creciente oposición y una opinión pública desfavorable provocan que
paulatinamente sectores del propio PAP presentaran dudas respecto del acierto político de la medida.
(…) Cabe resaltar que tanto los que lo apoyaban como los que se oponían, se fundamentaron en la
Constitución de 1979; los primeros porque las expropiaciones estaban reconocidas y los segundos
porque la medida era contraria a la economía social de mercado. (…) Los opositores, a medida que no
se sentían representados por el PPC y AP en el Congreso por su condición de partidos minoritarios,
organizan alrededor de la figura del escritor Mario Vargas Llosa el Movimiento Libertad. Para probar
fuerzas, se convoca en agosto de 1987, en la plaza San Martín, a un mitin contra la estatización de la
banca que logra un éxito inesperado. Junto con Vargas Llosa se presentó Hernando de Soto, director
del Instituto Libertad y Democracia (ILD). Los propietarios, la alta clase media y sectores del comercio
popular se sintieron representados por este nuevo movimiento que surgía en reemplazo de los partidos
existentes. De la oposición a la estatización a las posibilidades de que Vargas Llosa fuera candidato a
la presidencia en 1990, solo había un paso.
Con el Movimiento Libertad, comienzan a surgir en el discurso político los cuestionamientos a los
“partidos tradicionales” y el lanzamiento de candidaturas “independientes “y de “técnicos” que “no son
políticos”.

LEXUS, 2013 (1156-1157).


Dotación Biblioteca Escolar 2015

 (Anexo 3): La intensificación de la subversión

Desde su inicio hasta su culminación, la gestión gubernamental de Alan García estuvo acompañada
por el fenómeno subversivo en su doble expresión: Sendero Luminoso y el MRTA. Pero, a diferencia
del régimen precedente, puede decirse que entonces la insanía terrorista se extendió e intensificó casi
a escala nacional. Un resumen nos muestra el siguiente panorama:
Hacia mediados de 1989 (un año antes de culminar el mandato aprista), los atentados terroristas se
habían multiplicado a lo largo y ancho del territorio y –según cifras oficiales– habían causado 18 mil
muertes. Regiones enteras como la del Huallaga, en la selva, y casi todas las alturas de los Andes
centrales, estaban prácticamente controladas por las hordas subversivas. ¿Las víctimas? Gente
humilde, “esos seres del montón que en todas partes son las víctimas privilegiadas del terrorismo”,
según anota Mario Vargas Llosa en su libro El pez en el agua. Según fuentes confiables, del total de
20 mil muertes causadas por la subversión hasta ese momento, el 90% eran campesinos, los más
pobres entre los pobres del Perú. El terror campeaba en los Andes y en enormes sectores de la
Amazonía. En esas circunstancias, viajar a dichos parajes era difícil y peligroso. Como bien se
recuerda, los escasos caminos iban desapareciendo por falta de mantenimiento, producto de la crisis
económica; y en muchos lugares, Sendero Luminoso había dinamitado puentes y obstruido las
trochas. (…)
Pero, evidentemente, los estragos no quedaron ahí ni se limitaron a alejadas regiones. El terrorismo
también había destruido plantas experimentales de agricultura y ganadería, destrozado las
instalaciones y exterminado a centenares de vicuñas de la reserva de Pampa Galeras, saqueado las
cooperativas agrícolas del valle del Mantaro (las más dinámicas y prósperas de toda la sierra);
asesinado a promotores agrarios del Ministerio de Agricultura y a técnicos extranjeros venidos al Perú
en programas de cooperación, ahuyentado o asesinado a pequeños agricultores y pequeños mineros,
volado maquinaria, plantas eléctricas e hidroeléctricas; y liquidado en muchos lugares el ganado y a
cooperativistas y mineros que pretendían oponerse a su política de “barbarie y destrucción”. ¿El
objetivo? Aislar y asfixiar a las ciudades, sobre todo a Lima, para dejarlas sin alimentos. (…)
A estas alturas, la audacia de Sendero Luminoso lo había llevado a enseñorearse en la propia capital
limeña “símbolo antiguo del poder político formal”. Su presencia se había esparcido en fábricas,
sindicatos, colegios, universidades, cárceles y pueblos jóvenes, donde sus centros de adoctrinamiento
funcionaban a la vista de todo el mundo. Sus atentados nocturnos, precedidos por la voladura de
torres de electricidad de alta tensión, eran diarios, así como sus asesinatos selectivos.

Palacios, 2013 (229-230).

 (Anexo 4): Ficha de trabajo


Etapa Aspecto Acciones/medidas/obras Aspecto económico
político

2
do gobierno de F.
Belaúnde
(1980-1985)

Primer gobierno de A.
L García
a (1985-1990)
d
Origen Desarrollo Acciones
é
antisubversivas
c
a
d
a
d
e
l Violencia terrorista
o
s
o
c
h
e
n
t
a
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P
e
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ú

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