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UN CUENTO LUNAR.

LOS MONOS Y LA LUNA.

Lee con atención:

En un lugar muy lejano, donde los bosques se dibujan sobre las montañas, vivía una mona monona
tropa de monos.
La tropa tenía monos de todos los tamaños, que durante el día hacían todo tipo de monerías.
Una noche, mientras descansaban en las ramas de los árboles, el monito más pequeño, que era una
monada, vio un pozo de agua debajo del árbol.
Cómo era muy inquieto, bajo rápido para curiosear qué había adentro.
En el fondo del pozo se reflejaba la luna.
-A ver, a ver, Veo, veo... que hoy toca Luna llena - dijo el monito curioso - .
Una preciosa redonda y Clara Luna… ¡que se cayó al agua!
Todos los monos saltaron de los árboles con semejante noticia.
-¡Todavía flota! - agrego el más pequeño- ¡tenemos que sacarla antes de que se ahogue!
-¡La tierra no puede quedarse sin luna!- gritaron todos.
-¿Cómo sacaremos a la luna del pozo? -preguntas el mediano.
-Tengo una idea- dijo el más grande- hagamos una cadena sujetándonos de nuestras colas.
-¡Genial, así podremos salvarla! -apoyaron los demás.
El mono más grande y fuerte se sujetó a una rama que estaba arriba del pozo. El segundo tomo de
su cola, el tercero, de la cola del segundo. Así, uno a uno, se fueron enlazando y armaron una cadena.
Cuando el último mono llegó hasta el fondo, sin querer, tocó con su cola traviesas la superficie del
agua. Formó tantas hondas redondas que el reflejo de la Luna se rompió.
-¡Bendito cielo, destrocé la luna! -dijo.
Al mismo tiempo, la rama se quebró por tanto peso de monos y monitos colgados, y todos
terminaron chapoteando en el agua.
Cuento popular chino.
Versión de Marisa Ring.

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