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1-TEORIA DE LOS CONTRATOS

Antecedentes del Acto Jurídico


La Teoría del Acto Jurídico es una elaboración de la doctrina Francesa posterior
a la promulgación del Código Civil francés de 1804. Aparece en el siglo XIX. pues
el acto jurídico, en una formulación teórica, no fue concebido en Roma.
La Formulación teórica del Acto Jurídico comprende conceptos aplicables a
toda operación jurídica susceptible de constituirse en fuente de relaciones
jurídicas y dar lugar a la creación, regulación, modificación o extinción de
derechos subjetivos.
Los jurisconsultos romanos no fueron afectos a la abstracción, sino a la
consideración de los actos concretos, para determinar las situaciones que
merecían ser protegidas y las circunstancias en que debía reconocerse al sujeto
de derecho la facultad de entablar sus relaciones jurídicas.
Precursores y redactores del Código de Napoleón, no acogieron una formulación
teórica para explicar con un concepto lo suficientemente lato, genérico y
uniforme, la amplia gama de relaciones jurídicas que puede generar la voluntad
privada, limitándose a la convención de la que hicieron derivar el contrato. Al
influjo de la doctrina francesa, la Teoría del Acto Jurídico se constituyó como
institución de Derecho Privado.
También los juristas alemanes del siglo XIX, llegaron a la conclusión de que la
convención no cubría toda la gama de relaciones jurídicas susceptibles de
originarse en la voluntad privada, pues al lado de las convenciones, que son
bilaterales, podían crear también relaciones jurídicas nacidas de la voluntad
unilateral. Por lo que buscaron un concepto único, que abarcara lo bilateral y lo
unilateral, surgiendo la conceptualización del negocio jurídico como una
declaración, o manifestación de voluntad, encaminada a una finalidad práctica,
que no contraviniéndolo, pudiera recibir el reconocimiento y la tutela del
ordenamiento jurídico. De este modo se dio lugar a la Teoría del Negocio
Jurídico.
Con las vertientes doctrinales, francesa y alemana, se produjo una bifurcación
de la teoría que pretendía explicar el rol de la voluntad humana en la generación
de relaciones jurídicas y en la regulación, modificación o extensión de las ya
creadas. Por un lado la originada por la doctrina francesa que enunciaba al acto
jurídico y de otro la alemana que lo hacía con el negocio jurídico.
Para la determinación del concepto del Acto Jurídico, debemos determinar
primero, el concepto de Hecho Jurídico.
El Acto Jurídico es una especie dentro del hecho jurídico. Hecho Jurídico es el
capaz de generar una consecuencia en el mundo del derecho. (Efectos jurídicos)

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Hecho jurídico es todo fenómeno de la naturaleza o del comportamiento
humano que el legislador considere atribuirle consecuencia jurídica.
Ejemplos de hechos jurídicos:
• La muerte.
• La promulgación de una Ley.
• El nacimiento de una persona.
• Una declaración de guerra.
• Una catástrofe humana (genocidios, golpes de estado, etc.)

• Ejemplos de hechos jurídicos que además son actos jurídicos (Nota:


todos los actos jurídicos son además hechos jurídicos pero no a la
inversa):
• La firma de un contrato.
• El otorgamiento del consentimiento matrimonial.
• Otorgar testamento.
• Las inscripciones registrales

Concepto del Acto Jurídico.


Doctrinariamente se define el Acto Jurídico, como la manifestación de voluntad
que se hace con la intención de crear, modificar o extinguir un derecho.

Características del Acto Jurídico


a) Es la manifestación de voluntad de una o más personas, con lo que se
diferencia de los hechos jurídicos propiamente tales, que son obra de la
naturaleza.
b)La intención de producir efectos jurídicos, carácter que lo diferencia de
los hechos materiales del hombre que no producen efectos jurídicos y de
los hechos jurídicos voluntarios , pero realizados sin la intención de
producir efectos jurídicos ( delitos y cuasidelitos).

Clasificación de los Actos Jurídicos


a) Actos jurídicos unilaterales, que son aquellos que para formarse
necesitan de la manifestación de voluntad de una sola parte.
b) Actos jurídicos bilaterales, los cuales requieren para su formación el
acuerdo de voluntades de dos o más partes.
Parte es la persona, o las personas que constituyen un solo centro de
intereses. Así habrá una sola parte si el interés es único y dos si los
intereses son dos.
Es acto unilateral la manifestación de voluntad de dos o más personas si
tienen un solo interés, como por ejemplo la renuncia de varios
copropietarios de la cosa común y es acto bilateral la manifestación de
voluntad de dos o más personas, cuando son dos los centros de interés
que constituya; por ejemplo un contrato.

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El Testamento es un acto jurídico unilateral porque su existencia depende
exclusivamente de la voluntad del otorgante, pero para que el testamento
produzca efectos es necesario que el heredero acepte la herencia.

CONVENCION Y CONTRATO.

Los actos jurídicos bilaterales se denominan también convenciones. De


manera que se puede definir la convención como el acuerdo de
voluntades que tiene por objeto crear, modificar o extinguir una relación
jurídica. Cuando este acuerdo de voluntades tiene por objeto crear
obligaciones toma el nombre específico de contrato. Así, pues, la
convención es el género, y el contrato, la especie.

El pago, la tradición, por ejemplo, son convenciones porque provienen de


un concurso de voluntades; pero no son contratos, ya que su objeto no es
crear obligaciones, sino extinguirlas. La compraventa, el arrendamiento,
el préstamo, etc., sí son contratos porque el acuerdo de voluntades va
dirigido a crear obligaciones. Por lo que puede definirse el contrato como
una convención generadora de obligaciones patrimoniales. Y conforme a
nuestro Código Civil. “Contrato es una convención en virtud de la cual una
o más personas se obligan para con otra u otras, o recíprocamente, a dar,
hacer o no hacer alguna cosa”. (Art. 1539).

1) La tradición es una convención; no es un contrato porque el contrato


es el acuerdo de voluntades que da nacimiento a obligaciones, y en la
tradición no se crean obligaciones, sino que, por el contrario, se extinguen.
Ejemplo: compro un caballo; el vendedor tiene la obligación de hacerme
la tradición del caballo, y cuando me lo entrega, se extingue la obligación
que tenía, nacida del contrato de compra-venta.
2) Sirve no sólo para adquirir el dominio, sino también todos los derechos
reales (Art. 697 p. 2o),y personales con excepción, naturalmente, de los
personalísimos, o de la personalidad, que son aquellos que están
íntimamente unidos a la persona, que nacen con ella: derecho a la vida,
a la libertad, al honor.

Clasificación de los Contratos


Atendiendo distintos puntos de vista los contratos pueden clasificarse:

1) Atendiendo a las partes que resultan obligadas, se dividen en:


Unilaterales y bilaterales.
El contrato es unilateral cuando una de las partes se obliga para con la otra que
no contrae obligación alguna;

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El contrato es bilateral, cuando las partes contratantes se obligan
recíprocamente.
Son contratos unilaterales el mutuo, el comodato, el depósito y la prenda, pues
aunque el comodante, depositante y constituyente de la prenda, pueden
eventualmente resultar obligados a pagar los gastos de conservación de la cosa,
para calificar la naturaleza del contrato, la ley atiende al momento en que éste
se perfecciona, y al perfeccionarse estos contratos por la entrega de la cosa, el
único que queda obligado es la parte que la recibe. De manera que en nuestro
derecho no hay contratos sinalagmáticos imperfectos, como se llamaba a esta
clase de contratos en el derecho romano.
Son contratos bilaterales o sinalagmáticos la compra y venta, el arrendamiento,
la permuta, la sociedad.
La distinción entre contratos unilaterales y bilaterales es la más fecunda en
consecuencias jurídicas. Con arreglo a lo dispuesto en el Art. 1386, en los
contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria, de no cumplirse por
una de las partes lo pactado. En los contratos unilaterales sería inoperante esta
condición resolutoria tácita.
2) Atendiendo a la utilidad que reportan a los contratantes, los contratos se
dividen en gratuitos y onerosos.
El contrato es gratuito, cuando sólo tiene por objeto la utilidad de una de las
partes, sufriendo la otra el gravamen; entre ellos la donación, el comodato.
El contrato es oneroso, cuando tiene por objeto la utilidad de ambas partes,
gravándose cada uno a beneficio del otro (Art. 1541).Son onerosos
generalmente los bilaterales. Los unilaterales son generalmente gratuitos, pero
el mutuo es oneroso si es con interés.
3) Atendiendo a la equivalencia de los beneficios que procuran a las partes,
los contratos se dividen en: conmutativos y aleatorios.

Esta es, en realidad, una subdivisión de los contratos onerosos. El contrato


oneroso es conmutativo, cuando cada una de las panes se obliga a dar o hacer
una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra parte debe dar o hacer
a su vez; y si el equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o
pérdida, se llama aleatorio. En el contrato conmutativo el beneficio que cada
parte persigue se reputa proporcionando el equivalente al gravamen que
soporta. Por ejemplo, en el arrendamiento, la obligación de pagar el precio que
pesa sobre el arrendatario se considera como equivalente de la que el
arrendador contrae de procurar el goce de la cosa arrendada. En el contrato
aleatorio, el beneficio y el gravamen recíproco de las partes es incierto,
dependiente del azar; según las circunstancias puede representar un valor muy
superior o inferior a la contraprestación de la otra parte. Son contratos aleatorios
la renta vitalicia, el juego y la apuesta, el seguro, el préstamo a la gruesa.

4) Atendiendo a su independencia o dependencia de otro contrato, los


contratos se dividen en: principales y accesorios.

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El contrato es principal, cuando subsiste por sí mismo sin necesidad de otra
convención; Es accesorio, cuando tiene por objeto asegurar el cumplimiento de
una obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella (Art. 1543).

El contrato principal es, por lo tanto, el que tiene vida independiente y propia,
como la compraventa, el arrendamiento, la sociedad. El contrato accesorio, por
el contrario, se caracteriza porque su finalidad es garantizar el cumplimiento de
una obligación y por su situación de dependencia con respecto a la obligación
garantizada. Los contratos accesorios se denominan, en general, cauciones. Por
ejemplo, la fianza.

El interés de esta clasificación deriva de la aplicación del principio de que lo


accesorio sigue la suerte de lo principal. Por consiguiente, las causas que
extinguen la obligación principal extinguen igualmente las que provienen del
contrato accesorio. La hipoteca se extingue junto con la obligación principal

5) Atendiendo al modo de perfeccionarse, los contratos pueden ser: reales,


solemnes o consensuales.

El contrato es real, cuando para que sea perfecto, es necesario la tradición de la


cosa a que se refiere; es solemne, cuando está sujeto a la observancia de ciertas
formalidades especiales, de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil,
y es consensual, cuando se perfecciona por el solo consentimiento.

-En los contratos reales tampoco es suficiente el sólo consentimiento de las


partes; es menester, además, la tradición o entrega de la cosa objeto del
contrato. La existencia de esta clase de contratos está subordinada al
cumplimiento de una prestación previa de parte del futuro acreedor, y puesto que
consiste en la entrega de una cosa, se les denomina reales. Pertenecen a esta
categoría de contratos, el mutuo, el comodato, el depósito, y la prenda común.

- La regla general es que los contratos sean consensuales, esto es, que se
perfeccionen por el solo acuerdo de voluntades sin necesidad de ningún requisito
de forma. Para el perfeccionamiento del contrato es indiferente que hayan puesto
en ejecución las obligaciones resultantes. Así, una compraventa será perfecta
aunque el comprador no haya pagado el precio o el vendedor entregado la cosa.

- El contrato solemne requiere la observancia de ciertas formas: No basta el


consentimiento de las partes para que se repute perfecto. Por ejemplo, la
hipoteca, la compraventa de inmuebles, necesitan de la solemnidad de la
escritura pública; la promesa de celebrar un contrato debe constar por escrito,
aunque sea privado.

6) Atendiendo a si están o no reglamentados de modo específico en la ley,


se dividen en: nominados o típicos e innominados o atípicos.

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Los contratos nominados o típicos son aquellos que tienen una individualidad
acusada y, por lo mismo, un nombre y una reglamentación legal. Los
innominados o atípicos, menos frecuentes en la práctica, son los que carecen de
una denominación y una reglamentación especial. Son creaciones de las partes
que usan de su libertad de contratación. Por ejemplo, cuando se conviene en
prestar cierto servicio a cambio de otro servicio. Estos contratos se rigen por las
estipulaciones de las partes, por los principios generales que regulan las
obligaciones y los contratos, y por las reglas legales dictadas para los contratos
análogos.

7) Contratos de libre discusión y de adhesión. El contrato de libre discusión


supone que las partes concluyen sus condiciones como resultado de una libre
deliberación. Este contrato verdaderamente reúne las voluntades convergentes
(análogos). El de adhesión es aquel en que una de las partes formula las
condiciones del contrato y la otra se limita a prestar su aprobación o adhesión en
bloque a dichas condiciones. Por ejemplo el contrato de seguro, de transporte,
de suministros de agua, luz, teléfono, etc.

8) Contratos individuales y colectivos. Contrato individual es aquel que


requiere el consentimiento unánime de las partes a quienes dejará vinculadas.
El contrato individual es el tipo de contrato. El contrato colectivo se caracteriza
porque afecta a una colectividad o grupo de individuos, por el hecho de
pertenecer a ese grupo o colectividad, aunque no hayan concurrido a su
celebración. El ejemplo más típico es el contrato colectivo de trabajo.

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