EL LAZARILLO DE TORMES

Helena Pérez Lecha 1BACH Letras

CAPÍTULO 1
El primer capítulo presenta a Lázaro, el personaje principal de esta obra. Comienza
explicando sus orígenes, al haber nacido junto al río Tormes, Lázaro, es conocido con el
nombre de Lazarillo de Tormes, de ahí el nombre de la obra. Su padre murió cuando Lázaro
tenía poco tiempo de vida y su madre, siendo viuda, se casó con otro hombre y tuvieron un
hijo cuando vivían en Salamanca.
Una vez que Lázaro creció, su madre decidió ponerlo al servicio de un mendigo ciego. Esta
era la primera aventura de Lázaro pero debía buscar por su propia cuenta algo para beber y
para echarse a la boca con el fin de poder sobrevivir. El mendigo era muy egoísta y ni
siquiera le brindaba al pequeño Lázaro la posibilidad de alimentarse o de vestirse. De esta
manera, a Lázaro no le quedaba otra opción que recurrir a las trampas para poder subsistir.
El vino se convirtió en su bebida favorita. Y, bajo el pretexto de que tenía mucho frío,
disimuladamente, realizando un pequeño agujero en el botijo sin que el ciego se diera cuenta,
bebía vino escondido entre las piernas del ciego ya que, el ciego, no le permitía probar ni una
sola gota. Pero, el ciego no tardó en darse cuenta y le castigó brutalmente.
Tras vivir una serie de anécdotas de este estilo como lo son la de las uvas y la longaniza,
Lázaro llegó al límite de su paciencia y un día, cuando se encontraban frente a un muro, le
dijo: -Amó, salte con todas sus fuerzas porque hay un río y tenemos que saltar-. Entonces el
ciego sin ni siquiera pensar que Lázaro le iba a engañar, saltó y se estrelló contra un pilar.
Lázaro aprovechó para huir de él mientras seguía inconsciente.

En mi opinión, Lázaro no tiene culpa de nada en ninguna de las circunstancias que tienen
lugar a lo largo de este capítulo. Desde que nació ha tenido una vida difícil y ni siquiera su
madre se preocupó por él. Me parece que ha tenido la mala suerte de tener que convivir con
personas extremadamente egoístas como lo son su madre y el ciego. El pobre Lázaro ha
tenido que buscarse la vida, nunca mejor dicho, para poder sobrevivir de la forma que sea y,
aún así, creo que el pobre Lázaro ha tenido mucha paciencia con el ciego teniendo en cuenta
la forma tan desagradable y egoísta en la que le trataba.

CAPÍTULO 2
Como Lázaro dejó al ciego en el capítulo anterior ya no tenía un amo al que servir, así que,
empezó a mendigar en Maqueda hasta que un día se topó con un clérigo que necesitaba
urgentemente un ayudante para dar misa. Lázaro le contestó y dijo: -Maltratado he sido, pero
el ciego me enseñó mucho sobre eso-.
Así que, Lázaro aceptó la propuesta pero, tras aceptarla, Lázaro se dió cuenta de que, por
desgracia, su nuevo amo también era muy egoísta y sólo comían adecuadamente cuando
tenían que dar la misa en algún entierro. A excepción de los días que tenían que presenciar un
entierro, el clérigo siempre guardaba el pan en un baúl bajo llave, hasta que, un día, Lázaro

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por fin tuvo algo de suerte y encontró la llave. Lázaro adoptó la costumbre de comerse el pan
por la noche y, cuando el clérigo abría el baúl para coger el pan, ponía la excusa de que los
ratones entraban por algún agujero y se lo comían. A medida que iban pasando los días, el
clérigo veía que seguía faltando pan dentro de su preciado baúl, así que, tomó la decisión de
poner trampas para los ratones, evidentemente, sin obtener resultado alguno, el pan seguía
desapareciendo.
Con el paso de los días, el clérigo empezó a sospechar de una culebra que, tiempo atrás, ya
había rondado su casa. Lázaro al tener miedo de que su amo lo descubriera y lo castigara,
decidió meterse la llave en la boca durante las noches para evitar que el clérigo se diera
cuenta de lo que se traía entre manos. Sin embargo, una noche, la llave se le atravesó y
empezó a silbar de forma involuntaria. El clérigo, al escuchar ese silbido, pensó que era la
culebra y, dando un golpe fuertísimo donde percibía el ruido, golpeó al pobre Lázaro
teniendo aún la llave en la boca. Al día siguiente, cuando Lázaro se había podido recuperar
mínimamente de sus dolencias, el clérigo, como era de esperar, le echó de casa.

Desde mi punto de vista, la situación de maltrato que Lázaro vivió a lo largo del primer
capítulo se vuelve a repetir con exactamente los mismos patrones. Lázaro vuelve a toparse
con un amo egoísta y avaricioso entre otras cualidades. Mi opinión en este caso vuelve a ser
la misma. Lázaro intenta subsistir y para conseguirlo tiene que engañar al clérigo. Creo que
su comportamiento está completamente justificado y, de hecho, pienso firmemente que si yo
me encontrara en su situación, actuaría de la misma manera siendo que solo existe la
posibilidad de engañar y robar al clérigo para poder sobrevivir.

CAPÍTULO 3
Tras ser expulsado de la casa del clérigo, Lázaro esta vez llega a Toledo y se topa con un
escudero que le propone la idea de ser su criado. Al ver su vestidura, Lázaro se queda
asombrado y accede sin pensarlo. Sin embargo, al llegar a una casa sombría y triste, que es
donde el escudero se alojaba, Lázaro se da cuenta de que, en realidad, aquel escudero se halla
en una situación de pobreza y sólo pretende disimular su situación y aparentar ser algo que no
es realmente.
Esta vez no iba a ser diferente e, igual que el resto de sus anteriores amos, el escudero no le
proporcionaba ni comida ni bebida por lo que tuvo que verse obligado a procurarse la comida
por su cuenta. Además, debido a los prejuicios de su amo, ya que el escudero se consideraba
a sí mismo incapacitado para el trabajo y la mendicidad, Lázaro se vió obligado a pedir
limosna para los dos.
Lázaro, una vez harto de verse envuelto por obligación de su amo en esta rutina, se fue.

Mi opinión en este caso vuelve a ser la misma, considero que Lázaro no es culpable de
absolutamente nada de lo que le ocurre. A pesar de que él pensara que por fin había
encontrado a un buen amo, volvió a toparse con un amo que ni siquiera le ofrece alimento y
que, además, le obliga a pedir limosna para los dos simplemente para mantener su ¨imagen¨.

CAPÍTULO 4
Este capítulo es especialmente corto, literalmente dura una página, en este corto capítulo

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Lázaro, básicamente, nos explica cómo fue su cuarto amo, el fraile de la Merced, a quien le
encantaba caminar. Además recibió su primer regalo, sus primeros zapatos, pues, hasta ahora
Lázaro andaba siempre descalzo. Sin embargo, tras caminar tanto, sus zapatos se rompieron.
Tan sólo duraron ocho días. Por eso, y otras ¨cosillas¨ que no fueron de su agrado, decidió
abandonarlo.

A mi parecer, en este capítulo no existe una culpabilidad. Dentro de lo que cabe, el fraile se
portó bien con Lázaro regalándole sus primeros zapatos, aunque al final sólo le duraron ocho
días. Al menos tuvo más suerte al toparse con este nuevo amo que se comportó mejor con él
en comparación de sus antiguos amos.

CAPÍTULO 5
En este capítulo se nos presenta que el quinto amo de Lázaro fue un buldero, es decir, un
religioso encargado de predicar y vender las bulas de la Santa Cruzada. Aclaro que las bulas
eran una clase de documento papal que otorgaba determinados privilegios.
Sin embargo, en poco tiempo se dio cuenta de que el religioso realmente era un estafador,
pues, estaba aliado con un alguacil con el fin de que la gente comprara esas bulas. De modo
que, dándose cuenta de que nadie las compraba, estos dos hombres decidieron que era una
buena estrategia de marketing realizar una especie de pelea ficticia para hacer creer a la gente
que el alguacil no se moría tras recibir varias heridas mortales no sólo gracias a Dios sino
que, también, gracias a la bula que había comprado previamente. A pesar de que el buldero
le caía bien y Lázaro era consciente de que se encontraba en unas condiciones bastante más
cómodas y adecuadas en comparación a las condiciones en las que se encontraba con sus
antiguos amos, decidió alejarse de él por una cuestión de valores y moral al mismo tiempo.
Lázaro no estaba de acuerdo con la estafa que el buldero se traía entre manos con el alguacil
y, a pesar de que recibía buena paga, decidió marcharse.

En mi opinión, la decisión que Lázaro ha tomado es muy honrada. A pesar de encontrarse en

una situación mucho mejor y a pesar de tener un nivel de vida mucho más elevado él decide
irse y demuestra mucho de su persona. En este caso vuelvo a pensar que Lázaro no es
culpable de absolutamente nada y me ha sorprendido muy gratamente la decisión que tomó,
me parece algo muy valiente y honorable por su parte y creo que nunca ha merecido pasarlo
mal o tener que ir pasando de amo en amo para poder sobrevivir.

CAPÍTULO 6
Tras abandonar al buldero, Lázaro encuentra un nuevo amo, el pintor de panderos. Esta vez,
sus servicios consistían básicamente en moler los colores para su amo. Sin embargo, debido a
que sufría mucho, finalmente también acabó alejándose de él.
Seguidamente, Lázaro entró un día en la catedral, donde dió con un capellán que le acogió y
le regaló un asno además de cuatro cántaros y un látigo. Con esos instrumentos se ocupaba de
pregonar y vender agua por la ciudad, llegando a ganar bastante dinero. De hecho, en una
semana solía ganar aproximadamente unos treinta maravedís teniendo así la posibilidad de
ahorrar algo de dinero. Finalmente, después de 4 años de trabajo, Lázaro consiguió comprarse
ropa que, aunque ya había sido usada, para él era más que decente, además de una de las

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espadas más antiguas de Cuéllar. En ese momento, Lázaro decidió devolverle el asno a su
amo ya que, no quería seguir más en aquel oficio y, de esta manera se fue.

A mi parecer, Lázaro está consiguiendo por fin ser libre de un amo. En este capítulo vuelvo a
pensar que no podemos hablar de culpa, con el pintor no estaba a gusto y nos dice que con él
sufrió mil males, no nos cuenta que es lo que ha pasado exactamente así que, no puedo dar mi
opinión al respecto. En cuanto al capellán, creo que se comportó muy bien con Lázaro. Le
daba un sueldo por cumplir con su cometido y le brindó una estabilidad a Lázaro que jamás
había experimentado antes. Lázaro finalmente decidió que quería aspirar a más y el capellán
dejó que se fuera tras cuatro años sirviéndole. En este capítulo vemos como a Lázaro le
empiezan a salir las cosas bien tras años de maltrato por parte de sus amos.

CAPÍTULO 7
En el séptimo y último capítulo, Lázaro consigue convertirse en el pregonero de Toledo,
cargo con el que aspira a tener algo de descanso y poder ahorrar para tener recursos durante
su vejez. Sin embargo, el arcipreste de San Salvador le hace una propuesta que va a interesar
mucho a Lázaro, el arcipreste le propone a Lázaro que se case con una de sus criadas. Lázaro,
sin pensarlo mucho, aceptó gustoso. No obstante, las malas lenguas hablaban de una posible
¨infidelidad¨ por parte de su mujer con el arcipreste.
Finalmente, Lázaro confirma que esos rumores son falsos y decide perdonar a su mujer. De
esta manera, nuestro protagonista de la obra ¨El Lazarillo de Tormes ̈ consigue tener la vida
con la que siempre había soñado.

Desde mi punto de vista, El Lazarillo de Tormes es un libro en el que se demuestra la

decadencia social y económica en la que cayó la sociedad española durante ese periodo. Esto
lo podemos ver reflejado en la precaria situación del personaje principal, Lázaro, con el que
podría identificarse la mayoría de la población del siglo XVI. Este libro, también nos advierte
sobre la corrupción y la decadencia moral de esta sociedad a través de la actitud de algunos
personajes como, por ejemplo, el ciego, el clérigo y el buldero. Lázaro finalmente consigue
salir adelante en un mundo que le es adverso mediante el ingenio, la astucia y la inteligencia.
Además, Lázaro logra superar todos los obstáculos que le son impuestos, la mayoría de
veces, por culpa de sus amos a lo largo de toda su vida, sin caer en la delincuencia y en la
mendicidad (salvo en las situaciones en las que se vió obligado a hacerlo). A mi parecer, esta
obra nos brinda la oportunidad de reflexionar y nos hace llegar a la conclusión de que,
realmente, no importan los problemas que se nos presenten, el ser humano es capaz de sortear
las dificultades siempre que tenga la fuerza de ser capaz de fortalecer y potenciar sus
capacidades y ponerlas a prueba en situaciones difíciles en las que sólo nos vamos a tener a
nosotros mismos.