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¿Existen evidencias de que la consciencia tenga una base biológica o no?

Todos nos hacemos la misma pregunta que es la conciencia como, de donde bien como se ve,
tenemos la mima incógnita. Desde la antigüedad hasta el presente muchos filósofos analíticos
modernos de la mente hasta el más destacado Daniel Dennett de la universidad de Tufts
consideran que la existencia de la conciencia es una afrenta tan intolerable a lo que creen que
debería ser un universo de materia sin sentido y el vacío que declaran que es una ilusión. Pero es
en verdad cierto esto creo que la conciencia es todas esas experiencias que vivimos como el amor
que sentimos por nuestros hijos, la cálida brisa que rosa nuestros rostros, un dolor de muela, un
dulce de chocolate derretido en nuestra boca y el amargo sentimiento que todo lo que empieza en
algún momento tiene que terminar.

En la década de los 2000, Giulio Tononi de la Universidad de Wisconsin-Madison y Marcello


Massimini, ahora en la Universidad de Milán en Italia, fueron pioneros en una técnica, llamada zap
and Zip, para probar si alguien está consciente o no. La técnica consistía en tomar una bobina de
alambre revistiendo el cuero cabelludo y la descargaron (mandaron pulsos intenso de energia
magnética al cráneo) induciendo una breve corriente eléctrica en las neuronas debajo. La
perturbación, a su vez, excitó e inhibió las células asociadas de las neuronas en regiones
conectadas, en una cadena que reverberaba a través de la corteza, hasta que la actividad se
extinguió. Una red de sensores de electroencefalograma (EEG), colocados fuera del cráneo,
registró estas señales eléctricas. A medida que se desarrollaron con el tiempo, estos rastros, cada
uno correspondiente a una ubicación específica en el cerebro debajo del cráneo, produjeron una
película.

Sorpresivamente, entre más predecibles eran estos ritmos crecientes más probable era que el
cerebro estuviera inconsciente. Los investigadores cuantificaron esta intuición comprimiendo los
datos de la película con un algoritmo comúnmente utilizado para "comprimir" archivos de
computadora. El comprimir arrojó una estimación de la complejidad de la respuesta del
cerebro. Los voluntarios que estaban despiertos tenían un "índice de complejidad perturbacional"
de entre 0,31 y 0,70, que caía por debajo de 0,31 cuando estaban profundamente dormidos o
anestesiados. Massimini y Tononi probaron esta medida de zap-and-Zip en 48 pacientes con lesión
cerebral pero que respondían y estaban despiertos y descubrieron que, en todos los casos, el
método confirmaba la evidencia conductual de la conciencia.

Koch, C. (2008). What is Consciousness? Scientific American, 318(6), 60-64.


https://www.scientificamerican.com/article/what-is-consciousness/

Se puede deducir que si existen evidencias de que la conciencia tiene bases biológicas.
Partiendo de lo neurobiológicos, la conciencia es sostenida por amplias redes neuronales cuya
funcionalidad depende de la sincronización de bandas de frecuencia a larga distancia, lo que
permite conectar y relacionar nodos neuronales activados. Se ha sugerido, sobre la base de
múltiples evidencias, especialmente provenientes de estudios con técnicas de neuroimagen,
que una red por defecto, formada esencialmente por regiones mediales frontales y el cíngulo
posterior, constituiría la base neural de la actividad consciente. Incluso más, la interacción
entre una corriente narrativa reflexiva (red por defecto) y la dinámica histórica de la actividad
sensorio, motora determinaría que el contenido de la conciencia probablemente sea regulado
por la interacción social. Se ha postulado que la conciencia depende de la actividad de una
red neural por defecto. Aún más, la conciencia humana representaría una corriente narrativa
cuya historia ha sido modulada por la interacción social.

García, RR, (2012). Bases neurobiológicas de la conciencia: aspectos neuroanatómicos, cognitivos y


evolutivos. Revista Chilena de Neuropsicología , 7 (1), 12-15.

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