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PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL

APOYOS ECONÓMICOS PARA AMORTIGUAR LOS EFECTOS DE LA EMERGENCIA SANITARIA POR COVID 19, EN
LA TRANSMISIÓN DE LAS EXPRESIONES CULTURALES INMATERIALES. DECRETO DE URGENCIA N° 058-2020.
MECANISMOS DE AMORTIGUAMIENTO PARA MITIGAR LOS EFECTOS ECONÓMICOS EN EL SECTOR CULTURA

“BAJADA DE PATAMARCA
393 AÑOS DE TRADICIONES, RITOS Y COSTUMBRES”

REGIÓN: Junín

COLECTIVO: Anabel Tinoco Salazar


Manuela Subia de Calderón
Rodrigo Espinoza Cárdenas
Lucila Yurivilca de Orihuela
Nancy Flores Arrieta
Rosa Amaro Tinoco
Jorge Espinoza Ricaldi

MODALIDAD: Monografías, estudios o


reseñas sobre patrimonio
cultural inmaterial.

RESUMEN: Ritos y tradiciones de una de las festividades culturales de la


Fiesta Patronal del distrito de San Pedro de Cajas, la “Bajada
de Patamarca”, que significa el traslado de la antigua
población de Qaqash (Cacas) a su nueva ubicación que co-
rresponde al actual distrito y el advenimiento del Apóstol San
Pedro en el año 1627 como Patrón del pueblo de Cacas, San
Pedro de Cajas, provincia de Tarma, Región Junín.

LÍNEA 1
Iniciativas colectivas para el
fortalecimiento de la memoria
comunitaria
Es un honor para el Ministerio de Cultura compartir las investigaciones y
creaciones de los colectivos de danzantes, músicos, cocineros tradicionales,
artistas tradicionales y cultores de la medicina tradicional quienes través
de sus trabajos demuestran la importancia de salvaguardar el patrimonio
cultural inmaterial.

El contenido de esta publicación es enteramente del colectivo que lo elaboró


con el mismo cariño y compromiso con el que los portadores que lo integran
danzan, cantan, cocinan, tejen o practican la medicina tradicional.

© Colectivo beneficiario
© Ministerio de Cultura
Av. Javier Prado Este 2465, San Borja, Lima
www.cultura.gob.pe

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ÍNDICE GENERAL Pág.

CAPÍTULO I:
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE SAN PEDRO DE CAJAS

1.1. ÉPOCA PRE INCA E INCA: 01


1.1.1. ORIGEN DE LOS QAQASHMARCA 01
1.1.2. TOPONIMIA DE QAQASH O GAGASH 08
1.1.3. DE GAGASMARCA (CHUYAK) A PATAMARCA 09
1.1.3.1. Los Mitimaes 15
1.1.4. ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE QAQASHMARCA XX 21
1.1.4.1. Categoría de Marca 22
1.1.4.2. Categoría de Anexo 23
1.1.4.3. Categoría de Distrito 23
1.2. ÉPOCA DEL VIRREINATO (reducciones y corregimientos) 23
1.2.1. Patamarca y Hernando Pizarro 23
1.2.2. Patamarca y Francisco Pizarro 25
1.2.3. Corregimiento 36
1.2.4. Intendencia 37
1.2.5. Salineros de Cacas como guías y conquistadores de la sal 38
1.3. ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA 38
1.3.1. Participación De Cacas en la Guerra por la Independencia 38
1.3.1.1. Sampedranos como espías 42
1.3.1.2. Sobre el General Juan Antonio Álvarez de Arenales 43
1.3.1.3. Sobre el General Guillermo Miller 45
1.3.1.4. Sobre el General Bernardo O’Higgins 49
1.3.2. Guerra con Chile y Guerra Civil Peruana 52
1.3.2.1. Sobre Andrés A. Cáceres y la Campaña de la Breña 54
1.4. ÉPOCA REPUBLICANA 57
1.4.1. Creación de la Comunidad Campesina de San Pedro de 58
Cajas
1.4.2. Creación del distrito de San Pedro de Cajas 60
1.4.3. Fiestas Patronales del distrito de San Pedro de Cajas 63
1.4.4. Festividad de la Bajada de Patamarca 64

CAPÍTULO II:
PRINCIPALES RITOS DE LA BAJADA DE PATAMARCA

2.1. LIMPIEZA DE LA CAPILLA DE PATAMARCA 65


2.2. EL GARAPACUY 66
2.3. EL ARMACHICUY 67
2.4. LA MISHQUIPADA 68
2.5. PEREGRINAJE A PATAMARCA 68
2.6. PRIMERAS ETNOGRAFÍAS DE LA MISA EN HONOR AL SAN 68
PEDRO PATAMARCA “EL AUQUISH”
2.6.1. Capilla de Cacaspata (Patamarca) 68
2.6.2. Descripción histórica de la Misa 77
2.6.3. Origen de la Misa en honor a San Pedro de Patamarca “El 79
Auquish”
2.6.4. Misa en la actualidad de San Pedro “El Auquish” y estructura 86
Eucarística
1. Ritos iniciales 88
2. Liturgia de la palabra 89
3.Liturgia Eucarística 90
4. Rito de conclusión 92
2.7. PROCESIÓN EN HONOR A SAN PEDRO PATAMARCA “EL 93
AUQUISH” Y EVOLUCIÓN DE LA MISMA
2.7.1. Procesión 93
2.7.2. La procesión en época inca 93
2.7.3. La procesión después de la conquista 94
2.7.4. Procesión en Cacaspata (Patamarca) 95
2.7.5. La procesión en la actualidad 101
2.8. ENTIERRO Y DESENTIERRO DEL AÑEJO 102
2.8.1 Orígenes del entierro del añejo o guarapo sampedrano 103
- Primera versión 104
- Segunda versión 104
2.8.2. El entierro del aguardiente para las Fiestas Patronales de hoy 104
2.8.3. El desentierro del añejo convertido en guarapo sampedrano 105
2.9. EL KAYPINCRUZ 106
2.9.1. Etimología de Kaypincruz 106
2.9.2. Antecedentes de Kaypincruz 107
2.9.3. Kaypincruz, una palabra quechua-español 110
2.9.4. Kaypincruz en Antagasha 110
2.9.5. Kaypincruz en “Cinco Esquinas” 113
2.9.6. Denominación de “Cinco Esquinas” 114
2.9.7. Plano ortogonal del lugar denominado “Cinco Esquinas” 115

CAPÍTULO III:
DESARROLLO DE LA BAJADA DE PATAMARCA

3.1. VALORES ESTRATÉGICOS: CULTURAL, SOCIAL Y 116


ECONÓMICOS DE LA BAJADA DE PATAMARCA
3.1.1. Aspecto religioso 117
3.1.2. Aspecto artístico y de identidad 118
3.1.3. Aspecto socioeconómico 119
3.1.4. Aspecto lúdico 122
3.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA BAJADA DE PATAMARCA 123
3.2.1. Bajada de Patamarca en los siglos XVII - XIX 123
3.3. ORIGEN Y DESARROLLO DE LA BAJADA DE PATAMARCA 125
3.3.1. Bajada de Patamarca, origen 125
3.4. EL USHNU DE PATAMARCA 141
3.5. LAS YLLAS 146
3.6. PEREGRINAJE A PATAMARCA DE LA IMAGEN SAN PEDRO DE 148
PATAMARCA “EL AUQUISH”: DÍA 28 DE JUNIO
3.7. CELEBRACIÓN LITÚRGICA Y PROCESIÓN DE SAN PEDRO DE 151
PATAMARCA “EL AUQUISH”
3.8. PERSONAJES QUE PARTICIPAN EN LA BAJADA DE 152
PATAMARCA
3.8.1. Mayordomos 152
3.8.1.1. Mayordomo en San Pedro de Cajas 158
3.8.2. Monedores y Mayoralas 161
3.8.3. El Chuto 163
3.8.4. Visitantes 164
3.9. VESTIMENTA PARA EL PEREGRINAJE A PATAMARCA 165
3.10. PRINCIPALES APERITIVOS DE LA BAJADA DE PATAMARCA 168
3.10.1. Shihuayro 168
3.10.2. Shajta 169
3.10.3. Caliche Sampedrano 170
3.10.4. El añejo o guarapo sampedrano 170
3.11. LA BAJADA DE PATAMARCA 173
3.11.1 Antagasha, un entreacto 175
3.11.2. Cinco Esquinas: encuentro de San Pedro de Patamarca y San 176
Pedro Patrón
3.11.3. Ingreso triunfal a la Plaza de Armas y Entrega de Llaves 178
3.11.4. Entrega de señas: aval de haber peregrinado al Patamarca 179
3.12. PEREGRINAJE A PATAMARCA DE LA IMAGEN SAN ANTONIO 179
DE PADUA Y LA SOCIEDAD DE ARRIEROS: 30 DE JUNIO
3.13. INFOGRAFÍA Y LONGITUD ENTRE LOS LUGARES 180
ESTELARES DEL CAMINO DE PEREGRINAJE
3.13.1. Plaza Principal 181
3.13.2. Cinco Esquinas 182
3.13.3. Antagasha 182
3.13.4. Patamarca 183
3.14. MÚSICA QUE ACOMPAÑA A LA BAJADA DE PATAMARCA 183
3.15. PARTITURA DE LA MÚSICA ORIGINAL 188

CONCLUSIONES 193
RECOMENDACIONES 197
GLOSARIO DE TÉRMINOS 199
ANEXO 205
CITAS BIBLIOGRÁFICAS 255
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 263
INTRODUCCIÓN

La presente Monografía titulada “BAJADA DE PATAMARCA, 393 AÑOS DE


TRADICIONES, RITOS Y COSTUMBRES” tiene por objeto describir y explicar
los antecedentes, ritos, tradiciones y costumbres de una de las principales
festividades culturales de la Fiesta Patronal del distrito de San Pedro de Cajas,
cual es; la “Bajada de Patamarca”, que significa: a). El traslado de la antigua
población de Qaqash (Cacas) a su nueva ubicación que corresponde al actual
distrito y b). El advenimiento del Apóstol San Pedro en el año 1627 como
Patrón del pueblo de Cacas, cuyas manifestaciones culturales contribuyen y
fortalecen la identidad sampedrana que viene siendo transmitida de generación
en generación por espacio de 393 años en el distrito de San Pedro de Cajas,
provincia de Tarma, Región Junín.

La “Bajada de Patamarca” es una manifestación cultural que emerge del


sincretismo religioso como consecuencia del mestizaje, donde se evidencia una
yuxtaposición de expresiones culturales y religiosas de la cultura originaria inca
del pueblo de Qaqash (Cacas), con la cultura europea llegada luego de la
conquista, además de la presencia de los mitimaes que trabajaban en la
explotación de la sal en las pozas salineras denominadas Cachipuquio (hoy
Cachipozo) ubicadas debajo del Cerro de Patamarca, desde tiempos del
Imperio Incaico proveía de sal a las diversas ciudades del incanato.

La “Bajada de Patamarca” grafica el traslado de los pobladores de la antigua


población de Gagasmarca hacía la nueva ciudad; y la introducción de la
evangelización, es una actividad cultural muy importante en el distrito de San
Pedro de Cajas, que se celebra dos veces al año, los días 28 y 30 de junio, con
la participación de los mayordomos de las imágenes de San Pedro de
Patamarca, San Pedro Patrón, San Pablo, San Antonio de Padua y el Niño
Viajero además del Corpus Christi, cuyo recorrido comienza a las 4 de la
madrugada con dirección a la antigua ciudad de Gagasmarca, donde se
desarrolla diversos ritos, tales como: la misa por el sacerdote de la localidad, la
procesión con la imagen San Pedro de Patamarca, y finalmente con el
recorrido en bajada al Nuevo Pueblo acompañado por miles de asistentes al
lugar.
La presente Monografía está estructurada en tres capítulos, iniciándose con
el Primer Capítulo referido a los antecedentes de la antigua población de
Qaqash (Cacas), realizando la descripción histórica desde el antiguo hombre
de Telarmachay, recorriendo la época Preínca e inca, luego la descripción
histórica de la llegada de los españoles, la fundación de la antigua población de
Gagasmarca con su Santo Patrón San Pedro en el año de 1627. Asimismo,
describe los principales acontecimientos ocurridos durante la República, la
transición de Gagasmarca a Patamarca, la fundación del distrito de San Pedro
de Cajas, y los principales acontecimientos hasta la actualidad.

En el Segundo Capítulo se describe y analiza los diversos ritos ancestrales


de la “Bajada de Patamarca”, habiéndose identificado variados ritos, entre ellos
tenemos: Mishkipada, Armachikuy, Peregrinaje a Patamarca, Misa, Procesión,
Entierro y Desentierro del Añejo, Chacchapada y Reguichikuy, Kaypincruz en
Antagasha y “Cinco Esquinas”, Entrega de las Llaves de San Pedro y
Culminación de “Bajada de Patamarca” con la Entrega de Señas. Es de resaltar
que, para desarrollar el presente capítulo se ha acopiado información a través
de las entrevistas a las portadoras culturales, es decir, a la mayoría de las
mayoralas y monedores que conforman el “Colectivo Gagashmarca”, que
pertenecen a las imágenes de San Pedro de Patamarca, San Pedro
Patrón, San Pablo, San Antonio de Padua, Niño Viajero y Corpus Christi, así
como se ha obtenido la opinión de expertos que conocen de la cultura y
tradiciones de San Pedro de Cajas, logrando entrevistarnos vía zoom.

En el Tercer Capítulo se desarrolla la “Bajada de Patamarca” en sí, que se


inicia con el Peregrinaje a Patamarca, donde se realiza las diversas
actividades, tales como: Misa y Procesión en honor al Patrón San Pedro “Tayta
Auquish”, se celebra dicha actividad los días 28 y 30 de junio, con la
participación de los mayordomos, mayoralas, monedores, autoridades del
pueblo, y el recorrido de la “Bajada de Patamarca” por la multitud de
participantes, pasando por las estaciones para realizar el denominado
Kaypincruz en Antagasha y en “Cinco Esquinas”, continuando con la gran
entrada triunfal hasta la plaza principal del actual distrito de San Pedro de
Cajas, así como la entrega de señas en el salón principal de la municipalidad, y
sobre la música de la “Bajada de Patamarca”, único en su género en el país,
que expresa la alegría y gozo de los ciudadanos del pueblo por escenificar su
traslado a la nueva tierra con el grito de HUAP, HUAP, HUAP, HUAP PUEE...

Finalmente, la presente Monografía titulada “BAJADA DE PATAMARCA,393


AÑOS DE TRADICIONES, RITOS Y COSTUMBRES”, cubrirá un vacío muy
importante en la cultura del pueblo de San Pedro de Cajas, toda vez que,
actualmente, no existe un trabajo monográfico ni de investigación (teórica ni
empírica) que desarrolla este tema, y en base a ella el “Colectivo
Gagashmarca” seguirá promoviendo a través de nuestras autoridades el
reconocimiento oficial como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación a la
“Bajada de Patamarca” por parte del Ministerio de Cultura, aspiración de todo
un pueblo desde hace muchos años, y que no resultó viable por la ausencia de
un trabajo teórico que sustente el pedido, que hoy se cubriría con la presente
monografía.

Colectivo Gagashmarca
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE SAN PEDRO DE CAJAS

“No cabe duda de la existencia de algún tipo


de romerías en los Andes en tiempos prehispánicos.
Sin embargo, Sallnow (1974) encuentra
que la peregrinación indígena es
cualitativamente distinta de las
peregrinaciones populares de la religiosidad
católica y su práctica se realiza en
términos que le son propios. Esas diferencias
señaladas por Sallnow se deben a que
los naturales aún conservan algo de sus
antiguas creencias, que dieron lugar a la
formación de un sincretismo religioso”.

MARÍA ROSTWOROWSKI
(Agosto 1915 – marzo 2016)

1.1. ÉPOCA PRE INCA


1.1.1. Origen de los Gagasmarcas (Cacas)

La historia de San Pedro de Cajas, por una parte; abarca de una manera
continua con el poblamiento de los primeros grupos humanos que se asentaron
por los alrededores de la Cueva de Telarmachay, cerca de la Laguna de
Parpacocha hace aproximadamente 14,500 a. C, Hurtado de Mendoza, D. apud
Espinoza Soriano, W. (1984: 187)1, quienes habrían llegado y desarrollado de
manera incipiente los primeros oficios de cazadores – recolectores. La
1
evidencia más clara de una continua ocupación humana en Telarmachay se
hallan entre los 7,000 hasta 1,700 a. C., es decir en el periodo conocido como
Precerámico, que los arqueólogos suelen dividirla en dos: Lítico y Arcaico. Por
otro lado, está en el Periodo Formativo (1900 a.C – 150 d.C), donde grupos
humanos por la atracción de la poza de Cachipuquio se habrían asentado por
las inmediaciones circundantes a dicho manantial (Espinoza Soriano,
Waldemar. Ibíd. 187) 2 y trabajado la materia prima de manera arcaica.

Estas dos informaciones son, prácticamente, la génesis del poblador


sampedrano que ha enseñoreado por siglos su descendencia y que enarbolan
hoy los habitantes del pueblo enclavado en los Andes de la sierra central, en la
Región Junín como es el distrito de San Pedro de Cajas, en la provincia de
Tarma.

Y con estas enunciaciones, desarrollaremos a lo largo de esta monografía,


la historia, el legado y los ritos que por centurias se han recreado en la
sociedad y no feneció con el correr de las primaveras. Vayamos por el primero.

Telarmachay, es un abrigo rocoso situado a una altura de 4420 msnm y a


unos ocho kilómetros al noreste de San Pedro de Cajas. Los estudios y
excavaciones empezaron en 1974, a cargo de la arqueóloga francesa Daniéle
Lavallée y su grupo de investigación arqueológica, conformado por Michéle
Julien, Jane Wheeler y Claudine Karlin. Es en estos yacimientos arqueológicos
donde se incuba los sucesos de los gagashmarcas como desarrollo tribal, y
está en los albores a la finalización del Periodo Pleistoceno, cuya última
glaciación es conocida como Lauricocha, que se inició en un progresivo
calentamiento de la tierra, con un consecuente retroceso de los glaciares y; por
tanto, la liberación de extensos territorios de la cordillera que estaban afectados
por el frío. En esta fase llamada “Jalca” por Cardich y que dura
aproximadamente 2,000 años, es cuando se ocupa la mayor parte de la puna,
por cazadores como los de Lauricocha, Telarmachay y Pachamachay
(Lumbreras, L.G 2010: 59) 3.

Según la información que se tiene, estos primeros hombres cazadores se


alimentaban de venados o camélidos, según la información de la fase VII, la
más antigua de la cueva de Telarmachay (Lavallée, Daniéle. 1977: 146-147) 4.
2
La cronología de las fases de Telarmachay fase VII indica que cerca del 65%
de los huesos de los animales consumidos por los cazadores pertenecían a
camélidos (guanaco y vicuña) y que los venados llegaban al 35%, y que estos
consumos se van diferenciando en cada fase. Además, se advierte que, en
lugar de cuidar la reproducción, se informa que los animales disminuían y la
preservación de la especie peligraba. Por otra parte, desde el comienzo se da
cuenta que, junto a restos de animales jóvenes y adultos, hembras y machos,
se encuentran también fetos de animales recién nacidos lo que significa que
también mataban a las hembras preñadas (Lumbreras, L.G 2010: 61) 5. De
esto, Daniellée Lavallée (arqueóloga francesa que investigó el yacimiento),
deduce que la cueva fue ocupada principalmente durante el verano.

Cardich advierte que en Lauricocha se produjo un aumento de la población a


partir del periodo II (6000 – 4000 a. C.), y sobre todo durante el periodo III (4000
– 2000 a. C.), cuando fueron ocupadas prácticamente todas las cuevas de la
región. Asimismo, logró definir cambios en los equipos instrumentales de
cazadores, donde lo más típico fue la reducción del tamaño de las puntas de
proyectil. En Telarmachay no ha sido posible encontrar información sobre el
primero, en cambio sí se advierte cambios similares a los de Lauricocha en lo
relativo a los instrumentos de caza (Lumbreras, L.G 2010: 63) 6. De aquí se
deduce que en esos momentos históricos los primitivos Telarmachay eran
cazadores, y que la domesticación de los camélidos apareció como una secuela
“natural” del proceso y no como una decisión compleja ni forzada. La vida de
los cazadores no estuvo sujeta a cambios “revolucionarios” ni mucho menos
traumáticos. Su paso a la condición de pastores no excluyó el mantenimiento
de sus viejas costumbres ni demandó formas de organización muy diferentes a
las que tenían ya establecidas (Lavallée, D. 1977: 183) 7.

De su paso de cazadores y pastores, en Telarmachay en la fase VI se


consiguió el cadáver de una mujer joven y ella portaba un grupo de
instrumentos de trabajo que aparentemente estaban dentro de una bolsa, que
bien pudo ser similar a la de guitarrero II. Esto significa que, donde sea quien
quiera que descubriera el tejido, difundió rápidamente la manera de hacerlo, por
tanto, no podemos despreciar que también los primeros tejidos burdos se
podrían haber plasmado en los Telarmachay.
3
En principio, se habrían valido de la lana de caza de camélidos, y más
adelante, cuando se comenzó la domesticación de la llama y guanaco se
habrían valido de la fibra de la lana de estos animales dando origen
probablemente a las primeras vestimentas para cubrirse del frío gélido de la
altiplanicie del Yanashalan (montaña rocosa situado al noreste de la Laguna de
Parpacocha). Estos hombres de la caverna tejían mediante una técnica
primitiva y sencilla del entramado de las fibras de la lana entrecruzándolas,
mediante un modestísimo instrumento de agujas de huesos de los propios
camélidos sucumbidos por la acción de los cazadores. El primer paño de tejidos
consistía en paños de manta, o sea simples y sencillas telas con las que se
ingeniaron para confeccionar los primeros rudimentos de vestir con las que
cubrieron sus cuerpos para protegerse del riguroso frío declarado en la meseta
por haber descendido el ambiente climático al declararse la glaciación en la que
nombra Cardich líneas arriba. En esto no hay premisas, fueron los Telarmachay
junto con los Guitarreros quienes dieron nacimiento a los primeros tejidos
burdos y rústicos del Perú (Adovasio y Moslowski. La traducción al español es del Dr.
Luís Lumbreras).

Igualmente, las investigadoras del yacimiento plasman en sus tesis que, en


el Periodo Arcaico Tardío, que cronológicamente se sitúa luego del Arcaico
Temprano, entre 4000 – 2000 a.C. se esparcieron por diferentes lugares los
Telarmachay y Uchcumachay, diseminación coincidiendo con la aparición de la
cerámica.

Los análisis de los telarmachay también muestran el constante y progresivo


consumo de camélidos hasta un 90% entre la primera y última capa
estatigráfica. La preparación de alimentos del hombre de Telarmachay fue
compleja. Jane Whecler, Michellée Julién, socias de Lavallée, encontraron en
Telarmachay evidencias que el hombre andino usaba la técnica de asar sus
alimentos utilizando fogones de piedras calientes enterradas en el suelo. Julién
encontró vestigios de haber calentado la piedra y que en ella se encontraba
impregnada carne de camélidos en un 65%, sea guanaco o vicuña. Se sustenta
que entre el 6000 a 4500 a.C, en la era de la domesticación son los que en
mayor frecuencia se utilizaron dicha técnica incipiente (Lavallée, D. 1977: 192) 8.
Sus fogones, parecidos a la actual pachamanca, muestran una tecnología
4
adelantada para su época; pues, calentaban sus líquidos y alimentos con
piedras calientes, la que hace suponer que de manera rudimentaria, también
los Telarmachay habrían embrionariamente iniciado la técnica primitiva de los
primeros pasos de la pachamanca (Tafur, R: 2014 / Gamarra J.A: 2016) 9. En
las cenizas de sus fogones enterraban las piedras pues de esa manera
eliminaban el agua de su composición y era más fácil su tallado (Educared: 2005)
10
.

Para la declinación del Arcaico Tardío (6000 – 2000 a.C) los Telarmachay ya
se habrían bifurcado y trasladado entre el Cerro Chipian y Capilla Machay, ya
que son los límites de la cuenca de origen glaciar y cerca de las fuentes de
agua y que esto fue favorable para la instalación de los grupos humanos, pues
la evidencia que se consiguieron principales elementos culturales tales como
pinturas rupestres; escenas pintadas con ocre rojo, (pigmentos más frecuentes
pintados en el arte rupestre) que representan cazadores, camélidos, vizcachas,
venados, aves y lo que es más importante la pintura de la cruz andina, que
evidencia que los pobladores tanto de Chipian y Capilla Machay ya tenían
noción de grupo humano o clan (Chuco, O: 2015)11.

Para el Formativo los Chipian, a su vez, ya están fragmentados entre el


Cerro Pucará y el rocoso Chuyaq y la merma de ello se seccionan entre la
planicie del lago Parpacocha y Cormacocha.

En este estadio del desarrollo histórico, ya se ve la confrontación dialéctica


entre el nivel del desarrollo tecnológico y poblacional y las particulares
condiciones de cada región del país. La descomposición de Chavín que se
inició en el Siglo V antes de nuestra era, ingresa a su plena vigencia entre el
Siglo III a.C y I d.C. Acá, es cuando se deslumbra al primer descendiente de
Telarmachay en la comarca de Chuyaq. Para Estrella (1997), citado por
Rodríguez Aldana (2020: 27), escribe: “hace mención de haber hallado
cerámicas de estilo tiahuanuquense y Wari en Chuyak”12. Los usqunugas –
origen del apellido Oscanoa-, pertenecientes a los huaris, habrían conquistado
a los Chuyaq. “Usqu” significa león o puma andino, por tanto, belicosos –
sostiene Rodríguez-, razón por la cual las moradas de los Chuyaq siempre
estaban protegidas de rocas ciclópeas como lo es en la actualidad. Además, los

5
Chuyaq se caracterizaron por la vida militar, pero a la vez de una religiosidad
incipiente, si podemos denominarlo religión. Sus construcciones son de forma
circulares y cuadradas, y como fortín está trabajada con piedras casi
seleccionadas con argamasa de barro. La edificación principal se halla ubicada
en un callejón rocoso situada en la cuchilla que baja de Chaquiqocha al
desfiladero de Yanayacu. Se deduce que las ruinas fueron unas para uso de
depósitos agrícolas (colcas) y otros para vivienda. Al costado oeste de la
garganta en unas pequeñas cuevas se puede apreciar chulpas de panteón.
Saliendo del desfiladero ya en campo abierto a una altura se puede encontrar
un patio, desde donde se puede apreciar el paisaje ríos abajo que conduce al
Valle de Chacabamba, al costado de este espacio está un imponente mirador
de atalaya que servía a los centinelas para su observancia, desde este torreón
natural cae una mole gigante de roca en picada diagonal, exclusivo para la
vigilancia, probablemente para protegerse de las etnias que en un momento
formaron una sola sangre.

Aproximadamente ciento cincuenta escalones de piedra separan la cumbre


de la parte baja y se observa el tallado de las piedras según uno va
ascendiendo cuesta arriba. Siempre se estará contemplando un callejón de
piedras ígneas y calizas. Obviamente, desde el comienzo del escalón siempre
al lado de este estará el cauce de un riachuelo, aparenta que eran dedicadas al
culto del agua, con gran similitud a las de Tipón (Valle sur del Cusco), pero
mucho más rústico. El sitio arqueológico comprende una serie de terrazas
superpuestas, mostrando los impresionantes y grandes bloques de piedra
labradas y ubicadas en la terraza superior. Los chuyaq; no fueron una etnia que
cumplía funciones de desarrollo agrícola, la tarea principal fue completar el
desarrollo urbano, característica notable de los huaris.

Desde el primer momento histórico que tuvieron los Chuyaq, o mejor dicho
los Telarmachay, cuando fueron sometidos por los usqunugas huaris, se amplía
la sujeción hasta el Periodo Horizonte Medio, cronológicamente se enmarcan
entre los años 700 d.C y 1100 d.C aproximadamente.

6
SÍNTESIS HISTÓRICO DE LA EVOLUCIÓN DEL PUEBLO ANTIGUO DE QAQASHMARCA
José Gamarra Amaro
FECHA PERIODO SOCIEDAD CARACTERÍSTICAS TEMPORANEIDAD
+- -Pobladores de los primeros
14500 grupos humanos. -Lauricocha.
Lítico Telarmachay
-Nomadismo. -Toquepala.
Andino I
-El hombre es cazador, pescador -Pacaicasa
y recolector.
7000 -Sedentarismo.
PRE-CERÁMICO

PERIODO ARCAICO ANDINO

-Agricultura incipiente.
Periodo Arcaico -Domesticación de animales.
Temprano o Telarmachay II -Restos oseaseos y coprelitos de
-Sechin Alto.
Arcaico Inferior auquénidos.
-Paraiso.
-Evidencia del uso de la
-Kotosh.
pachamanca.
-Huaca Prieta.
4000 -Ambos clanes se esparcen a
-Chilca.
Periodo Arcaico Telarmachay diferentes lugares.
Tardío o Arcaico y -Los Telarmachay se bifurcan y
Superior Uchcumachay trasladan entre el Cerro Chipian y
Capilla Machay.
2000 -Asentamiento de grupos
humanos por la extracción de la
Periodo Inicial sal.
FORMATIVO ANDINO

Cachipuquio
I -Los Chipian se fragmentan entre
el Cerro Pucará y el rocoso
CHIPIAN

Chuyac.
900 -Los Usqunugas perteneciente a
-Chavín.
los Waris conquistan la comarca
-Paracas.
Horizonte Usqunugas de Chuyac.
-Cupisnique.
Temprano Yaruwillcas -Cachipuquio es explotada por
-Pukara.
nacionalidades vecinas.
-Vicus.
-Cacicazgos complejos.
100 AC -Moche.
-Nazca.
Intermedio
-Recuay.
CULTURA REGIONAL

Temprano -Pallgamayu.
-Cajamarca.
o -Qaqash. EXPLOTACIÓN DE CACHIPUQUIO
-Tiahuanaco.
Desarrollo -Taramas.
-Lima.
Regional -Chinchaycochas.
-Vicus.
-Yaros.
-Huarpa.
-Shanshamarca
0 AC -Wari.
-Agupampa
Horizonte -Tiahuanaco.
EXPLOTACIÓN DE CACHIPUQUIO.
Medio -Pachacamac.
-Lambayeque.
600 DC -Chimú.
-Chincha.
-Chachapoyas.
Intermedio Usqunugas Usqunugas y Telarmachay, -Lupaca.
Tardío II máximo apogeo. -Chiribaya.
-Marurga.
POST-CLÁSICO

-Huanca.
-Chancay
1460 -Cachipuquio es nacionalizado
por Pachacútec.
-Los usqunugas son reasentados
-Yaruwillcas a Cachipuquio.
Horizonte
-Usqunugas. -Tupac Inca Yupanqui eleva a INKA
Tardío
-Chuyac. marca a Qaqashpata para ser
Qaqashmarca, consolidando a los
mitmas Yaruwillcas, Usqunugas y
1532 Chuyac.

Mientras tanto, ¿qué pasaba a cuatro kilómetros de Chuyaq, es decir en


Patamarca?

7
1.1.2. TOPONIMIA DE QAQASH O GAGASH

Qaqash. -

Qaqash-marka se evangelizó como San Pedro de Cacas, cambiado la


consonante /Q/ por /C/ como evolución del castellano.

Queremos afirmar que Qaqa es el significado que encierra una Etimología


Toponímica del lugar, pero dado que los topónimos pasan de un idioma a otro,
previo tamiz de la lengua o las lenguas que lo heredan, no sería tan raro que
Qaqa pertenezca a una Etimología Popular como cientos de ciudades o lugares
en el Perú, en nuestro caso, parece que no es así.

Qaqa es una palabra que según el diccionario de La Academia Mayor de la


Lengua Quechua cuyo significado es roquería, peñasco, peñón, y la /s/ final es
un antiguo sufijo quechua adjetivador, la /sh/ final es un cognato de la /s/, por
tanto, Qaqash significa roquedal, o peñascoso. Aunque el Dr. Cerrón-Palomino
(1997) afirma: “que fuera de la realización alomórfica no se le registra ningún
lexema al fonema /sh/” (Cerrón – Palomino, R. 1997: 174)13.

Gagash. -

Ahora, los Yarowilcas eran originarios de Huánuco viejo, por tanto, cogemos
el Diccionario Quechua de Huánuco, Diccionario del quechua del Huallaga,
elaborado por el Instituto Lingüístico de Verano – Lima, 1998, veamos:

En cuanto a Gaga. /gaga/ es palabra titular, la forma fonética es /qaqa/ y su


etimología es también /qaqa/, cuyo significado es: piedra grande, peña,
empinado.

Luego, Gagash. /gagash/ es palabra titular, la forma fonética es /qaqa-s^/


(como si se pronunciara Ancash), cuyo significado es: juntos y alineados
paralelamente (de cosas largas).

Hacemos estas salvedades porque en la tradición siempre se escribió


Gagash – marca, y como vemos, /gagash/ tiene otro significado diferente a los
que fue el pueblo de Chuyaq, en todo caso podría haber sido ‘Gaga-marka’,
que sí está en concordancia toponímica de su lugar: “pueblo de piedra grande”,

8
lo cual también está en consonancia con su etimología /qaqa/ que significa,
peñón, peñasco, roquería. Y /qaqash/, como dijimos arriba, alegando que /sh/
es un cognato de la /s/, estipulamos su significado como: roquedal o
peñascoso.

A lo largo de este trabajo, al citar los nombres propios de Qaqa y Gaga y


sus grafías <sh>; nos ceñiremos puntualmente pretendiendo traslucir lo que
dice las normas de los diccionarios arriba mencionados, sin ofrecer normativas;
pero sí, redundando su forma léxica en su contenido semántico.

1.1.3. DE GAGASMARCA (CHUYAQ) A PATAMARCA

Según la documentación disponible hasta ahora, y viendo la cronología de


la Civilización Andina, se sabe que, desde épocas milenarias,

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aproximadamente entre 1900 a.C – 150 d.C, Periodo Formativo Andino
(Periodo Inicial I y Horizonte Temprano), eran explotadas por los naturales del
lugar como de nacionalidades vecinas unos manantiales de aguas saladas que
los lugareños le llamaban Cachipuquio (manantial salada). Las señales que
encausan a estas evidencias son los fragmentos o esquirlas de cerámica que
pertenecen a diversos estilos.

En el Periodo Intermedio Temprano que abarca entre 150 – 800 d. C, las


salinas se vuelven sugestivas para las nacionalidades circundantes, Espinoza
Soriano (1984: 187) describe:

“En los tiempos de los reinos de Tarma, Chinchaycocha y Yaros, las


salinas prosiguieron con su rol de gran importancia. Continuaron
explotadas tanto por los ayllus integrantes de esas nacionalidades como
por otras provenientes de reinos extranjeros” (Espinoza Soriano,
Waldemar. Ibíd. 187)14.

También los ayllus huancas negociaban con los Reinos vecinos el líquido
salado; claro, no con la misma fuerza y vastedad que lo habían hecho en el
Horizonte Medio; pero siempre estaban presente, Espinoza (2012), sostiene: “El
principal intercambio que realizaron fue con Tarama y Chinchaycocha para
proveerse de sal. Los productos que empleaban para su comercio de trueque
fueron el maíz, el charqui, la lana y la coca” (Espinoza Soriano, Waldemar.
1984: 50)15.

La gente de otras nacionalidades acudía al Cachipuquio en gran masa; pero,


Espinoza (1984) afirma: “siempre con permiso de los señores taramas y
chinchaycochas, realidad que fue reconocida posteriormente y hasta legalizada
por el gobierno inca” (Espinoza Soriano, Waldemar. 1984: 188)16.

Como cualquier época, en el Tahuantinsuyo la utilización de los recursos,


como en este caso la sal, estaban relacionadas con las necesidades inherentes
del hombre, así los describe diferentes informaciones, como en este caso,
acerca del Cachipuquio hablan claramente su función permanente y bondadosa
de sus aguas:

10
“Los yacimientos de sal doméstica en la sierra, ya fuesen canteras o
manantiales, eran considerados de usufructo público, es decir, de acceso
libre a cualquier persona de la etnia donde estuviesen ubicados y a otros
individuos pertenecientes a etnias extranjeras: no se impedía el ingreso a
nadie. Así acaecía en las salinas de Yanacachi (Yaros/Pasco), Cochac
(Chinchaycocha), Cachi (Cajas/Tarma), y Cachicachi (Huanca), los cuales
constituían focos de concentración multiétnica”. Gonzalo de Cuenca
(1566).

Además, parece que en el gobierno de Pachacútec la salina de Cachipuquio


fueron nacionalizadas, pero la que tomó con más destreza administrativa y
política fue su hijo Túpac Inca Yupanqui con quién había cogobernado.

De los escritos del Inca Garcilaso de la Vega; Estrella (1997), desprende


que, al momento de la conquista del Valle de Ica, regresó al Cuzco dejando el
mando a su hijo el general príncipe Túpac Yupanqui y proseguir la conquista
hacia el norte:

“Avanzando hacia el norte llegaron a la meseta de Bombon o Junín


habitados por los belicosos e imbatibles “Pumpos”, que los españoles le
llamaron Bombon, ofrecieron mucha resistencia que al final tuvieron que
someterse ante los buenos ofrecimientos y dádivas de los cuzqueños. El
príncipe Túpac Yupanqui en su campaña contra los Pumpos, llegó a
enterarse de la existencia de cachi (sal) en las faldas del cerro de
Patamarka, noticia tan grande de invalorable importancia, de inmediato
transmitió al Cuzco ante el inca Pachacútec quien al enterarse de este
cachi, escasos en toda esa; aprovechó de éstas circunstancias para
solucionar comprensivamente el problema de sus dominios recién
incorporados en esa región del Tahuantinsuyo al que comprendía toda la
Meseta de Junín o Bombón, lo que se mostraban un tanto inquietos, les
ofreció dotarles cachi (sal) de la fuente de cachipukio del cerro de
Patamarka; promesa que parece sería imposible de realizar. La oferta fue
dada con toda cabalidad. Los naturales ante la realidad del ofrecimiento,
quedaron contentos y satisfechos de la benevolencia de los cuzqueños, no

11
les quedó otra cosa que justificar su total adhesión de fidelidad como
súbditos leales de los reyes incas” (Estrella, Teófilo. 1997: 20)17.

Lo cual nos parece poco aceptable el sometimiento de los Pumpos por la


sal, cosa que líneas arriba Gonzalo de Cuenca ya da pormenores de las tres
salinas existentes en la geografía mediata de los chinchaycochas; además, el
desconocimiento de Garcilaso de la zona de los pumpos, surge otra
discrepancia sobre su crónica. De lo que sí con certeza podemos anunciar es
que Túpac Yupanqui fue el que lo eleva de ayllu a Marca a los Qaqashpata
para estrechar sus lazos de sometimiento por vía magnánima, para octubre de
1533, Qaqashpata ya es nombrado como Qaqashmarca, Espinoza (1984)
enfatiza:

“Pizarro salió sin bagajes, para accionar con más actividad. Pasó por el
pueblo del ayllu de Cacamarca (Qaqashmarca) y también por el
Tarmatambo, en cuyo trayecto no topó con ningún quiteño, de los que
decían lo iban a atacar. Después de dormir y descansar en Tarmatambo,
salió de ésta llacta un día –el 11 de octubre de 1533- muy de mañana,
rumbo a Jauja” (Espinoza Soriano, Waldemar. 1984b: 101) 18.

Acá otro pasaje del Patamarca atribuida en un pequeño opúsculo del Prof.
Teófilo Estrella, (1997):

“En el cerro de Patamarca durante el reinado del inca Pachacútec; se les


atribuye a los Mitmas Salineros, quienes al ubicarse en Patamarca le
pusieron el nombre de Gagashmarca en razón que ese lugar se halla
ubicado entre gaga y gaga [entre cerros]” (Estrella, Teófilo. 1997: 9) 19.

Información que disentimos y trataremos de explicar más adelante en este


mismo apartado.

Como vimos, durante muchos años se prosiguió con la explotación entre


lugareños y extranjeros, tal es así que los mandatarios incas tuvieron que
legalizar a los mitmas «oficializando» su status, que a la postre sirvió para
defender dicho privilegio por muchos años. Es aquí, cuando los incas
reestructuran o reordenan la explotación y funcionamiento de las salinas de
Cachipuquio. Los mitmas que se encontraban en los alrededores y circundantes
12
al manantial, fueron reasentados al cerro denominado Qaqaspata, -que más
tarde se llamaría Patamarca-, cercano a los dos manantiales de Cachipuquio.
Tal es así, que la mayoría de los reasentados provenían del Tantamayo, nación
de los yarowilcas (Huamalíes – Huánuco). Rodríguez (2020) sostiene:
“Mitimaes llaman a los que son transpuestos de una tierra en otra, así como
llegaron como tal los «Yarowillcas», quienes llegaron como tales mitimaes,
desde Huánuco viejo (Chavinillo hoy provincia de los Yarovilca)” (Rodríguez
Aldana, Pedro. 2020: 30) 20.

Este otro del mismo Rodríguez: “En la época de mayor masificación en la


extracción del líquido salado, éstos mitmas yarowilcas habrían estado bajo el
mando del Curaca Apo Waman Chawua quien era yerno del Inca Túpac
Yupanqui” (Rodríguez Aldana, Pedro. Ibíd. 31) 21.

Estos yarowilcas son quienes con las transgresiones castellanas dieron


origen al hoy apellido Yurivilca que, en su mayoría los comuneros del hoy
moderna San Pedro de Cajas llevan con orgullo y pleitesía este patronímico
que un día fue mitma.

Interpolado las diferentes mitmaqunas, el Cachipuquio siguió su rol


económico y unificador: “En ésta forma, la sal siguió cumpliendo una función
vital en el ‘poblamiento’ de Patamarca, que quedó instituida en aldea o
uchuyllacta bajo la protección del estado imperial” (Espinoza Soriano,
Waldemar. 1984: 189) 22.

Todo refrenda que los mitmas trasladados al Patamarca constituyeron


asentamientos permanentes, no fueron flotantes o se turnaban constantemente.
Si no, ¿de dónde los apellidos Yurivilca que al pasar de los siglos quedó
prohijado en Cajas? Además, como no eran agricultores ni pastores
establecieron sus chozas y se aglutinaron para constituir una comunidad
teniendo como centro principal al Patamarca, que significa nada menos pueblo
de arriba, situado a dos kilómetros al oeste del contemporáneo San Pedro de
Cajas.

Retrocediendo en el tiempo sabemos que los huaris sometió a los


chinchaysuyos entre finales del Siglo VI y albores del XI, es decir durante cuatro

13
siglos, fue en ese momento también, en las formaciones de pequeños reinos y
señoríos, cuando habrían hecho su presencia en Chuyaq un clan llamado los
Usqunugas pertenecientes a los huaris.

Cuando se propuso el reordenamiento de los mitmaqunas arriba


mencionado, dictadas por Pachacútec aproximadamente en 1474, los
usqunugas, -nombre que dio origen también al apellido Oscanoa- y los
Telarmachay quienes se habían asentado entre las rocas del Chuyaq, fueron
también movilizados o reasentados hacia el Patamarca para el trabajo en
Cachipuquio y cumplir con los tributos que el inca les impuso, además
conviviendo con otros mitmas provenientes de nacionalidades cercanas o
circundantes al manantial, creando un sincretismo elogiable: el ayni. Esto creó
una atmósfera de hermandad que hasta la actualidad perdura en esta
comunidad. Waldemar Espinoza hace una trascripción de Irene Estrella de una
disquisición escrita en 1954:

“Arqueológica y documentalmente, no cabe duda que los mitmas de


Cachipuquio fueron reorganizados por los Incas, quienes no arrojaron a
hombre, niños y mujeres radicados allí, especialmente para beneficiar la
sal desde épocas muy antiguas” (Espinoza Soriano, Waldemar. 1984: 183)
23
.

De los escritos de F. Wilson (1978), apud Parson, J. Charles, M. Matos R.


(2013), podemos afirmar de la nacionalización del Cachipuquio llevada por
Pachacútec: “El cronista Sarmiento de Gamboa se enteró en 1570 de que las
salinas de Cacas habían sido apropiadas un siglo antes por el inka Pachacútec,
que trajo cachicamayoc no local para producir sal para su imperio” (Parson, J.
Charles, M. Matos R. 2013: 87) 24.

Además, en este mismo informe se dice que los cachicamayoc del inca no
fueron bienvenidos por las naciones de los Taramas y Chinchaycochas: “Estos
mitmakunas fueron amenazados por los taramas de abajo y los bombones de
arriba” (Miranda 1925).

https://www.fulcrum.org/concern/monographs/3197xn97r

14
Se analiza que, al momento de la ordenanza de 1474, tanto Yarowillcas,
Usqunugas y demás mitmas, se afianzaron entre sí. Entonces, ¿Cómo poder
entender las decisiones tomadas por los taramas y chinchaycochas?

Usqunugas y Yarowillcas concibieron un estado de sincretismo acorde a sus


realidades. Ambas parcialidades coincidieron en sus ushnos, con ritos y
costumbres relacionadas a sus beneficios y necesidades grupales y personales.

Con el correr de los tiempos, y diferenciarlos de los restos, a los Chuyaq


comenzaron a llamarlos los Qaqash (roquedal o peñascoso) o Gaga (piedra
grande, peña o empinado), por su origen de procedencia, ya que el paraje de
Chuyaq se ubica entre rocas y peñas.

Patamarca sirvió así, para consolidar la unificación de los mitmas, que nunca
llegaron a tener algo de sí, hasta que, a comienzos del Siglo XVII, recién se
comenzó a afirmar los pastos y terrenos de los Qaqash. Chuyaq, con el tiempo
fue olvidado y guarecido para pasar a ser investido como Qaqashmarca.

1.1.3.1 Los mitimaes

Para la presente monografía será muy importante determinar si en el antiguo


pueblo de Qaqashmarca; hoy Patamarca, sus primeros pobladores fueron o no
“mitimaes” o era una población cuyos integrantes han sido del lugar o del
pueblo cercano de Chuyac. Dilucidar esta premisa nos permitirá definir los
orígenes de las características de los ritos, costumbres y tradiciones del antiguo
poblador de Qaqashmarca, toda vez que de ser cierta que los primeros
pobladores han sido mitimaes, las expresiones culturales serían diversas
debido a que las personas que venían a trabajar en la explotación de la sal,
procedían de diversos lugares. Para ello, es importante definir qué entendemos
por mitimaes.

Según la Real Academia Española, la palabra “mitimaes” proviene del


quechua mitmaq “colono, advenedizo”, que significa “miembro de un grupo de
pobladores que durante el predominio de los incas era trasplantado a una
región distinta de su zona de origen con fines políticos y administrativo”.

15
En el Diccionario Quechua Cusco – Illa: se encuentra una definición de la
palabra mitma, que significa: “Hist. Persona o grupo trasplantado a otras zonas
o lejos de su origen. Práctica Inka para trasladar y aislar a los pueblos rebeldes
al imperio” (Diccionario Quechua – español – Quechua. Gobierno Regional del
Cusco. 2005: 109) 25.
Asimismo, Mitmakuna o Mitmaqkuna, fueron grupos de familias separadas
de sus comunidades por el Imperio Inca y trasladadas de pueblos leales a
conquistados (o viceversa) para trabajar como esclavos cumpliendo funciones
económicas, sociales, culturales, políticas y militares. Además, debían cortar
madera, construir canales y preparar los terrenos agrícolas. Sin embargo, estos
trabajadores no tenían derechos exclusivos sobre dichas tierras; terminada su
labor, regresarían a sus lugares de origen, mientras que dichas tierras serían
reutilizadas por otros grupos, fuera para sí o para beneficio del Estado inca
(Rowe, 1982).

Según Historia del Perú (Lexus), los mitmaqkunas eran los pobladores que
junto con sus familiares y al mando de sus jefes étnicos eran trasladados por un
tiempo determinados a otras regiones para cumplir con tareas asignadas por su
grupo étnico o por el estado. A pesar de permanecer alejados de sus pueblos
no perdían sus derechos comunales y mantenían sus vínculos de reciprocidad y
de parentesco. Los cronistas mencionan que se trasladaban llevando sus
bienes y que tenían prohibido cambiar sus vestidos y tocados, debiendo
mantener los que usaban en sus pueblos.

El cronista Cieza de León señala que los mitmaq elegidos por el Inca como
muestra de confianza eran miembros de la élite cuzqueña trasladados con sus
familias para enseñar el idioma y tradiciones de los incas. Se les otorgaba
chacras y casas y recibían honores, dádivas, objetos de lujo y mujeres en señal
de aprecio y como recompensa por su alejamiento del Cuzco.

Waldemar Espinoza sostiene que:

“El que los habitantes de San Pedro de Cajas, hayan sido mitmas
especialmente enviados allí con la misión de beneficiar la sal, no es nada
novedoso, ya que los propios pobladores de Cajas lo conocen por

16
tradición, tal como lo refiere doña Irene M. Estrella en un opúsculo editado
en 1954, (…)” (Espinoza Soriano, Waldemar. 1984: 183) 26.

Como veremos más adelante, el citado autor, desde el inicio de su obra,


sostiene que los habitantes de San Pedro de Cajas, han sido mitmas
especialmente enviados allí con la misión de beneficiar la sal, y para sustentar
dicha premisa realiza el análisis de los Mitmas Salineros de Tarma,
Chinchaycocha y Pasco, en sus diversas fases, tales como: las fases preinca,
inca, colonia, neocolonial o republicana.

Para la profesora Irene M. Estrella al abordar de los primeros habitantes de


Patamarca se remite al Papel Salinas Folio 43, señalando que: “Fueron indios
de origen de casta de forasteros, Mitimaes Salineros traídos de distintas
provincias del Tahuantinsuyo por mandato del Inca, a fin de que se enseñe a
beneficiar la sal sin la que no podían pasar la vida” (Estrella, Irene. 1954: 8) 27.

Siguiendo a Waldemar Espinoza, en la fase preinca, respecto a los Mitmas


Salineros de Cacas, señala que las prospecciones arqueológicas han
evidenciado que tanto en las salinas de Chinchaycocha como en Cacas, la
actividad humana era muy arcaica y constante, remontándose a las fases más
tempranas del Paleoindio o Periodo Lítico temprano de los Andes Centrales,
además sostiene que ésta región salinera generó una afluencia cultural foránea
múltiple, conclusión a la que se llega por los fragmentos de cerámica que
pertenecen a diversos estilos, hecho que demuestra la presencia de intrusos
provenientes de diferentes zonas, con concurrencia de extranjeros que fue tan
enorme que el desarrollo autóctono y propio de Cacas se estancó.

En cuanto a la Fase Inca; Espinoza, resalta que fueron los incas los que
estructuraron la explotación y funcionamiento de las salinas de Cachipuquio, y
otras, pues en lo que respecta a Cacas, dispusieron el reasentamiento de los
mitmas en el lugar denominado de Patamarca, muy cerca de los dos
manantiales salados, constituyéndose dicho lugar en aldea o uchuyllacta
(pueblo chico) bajo la protección del estado imperial (Espinoza Soriano,
Waldemar. 1984: 189) 28.

17
Los testimonios que desarrolla el autor del Siglo XVIII son muy importantes,
pues sustenta que los mitmas de Cacas, han sido indios forasteros traídos de
distintas provincias para el beneficio de la sal, así lo ratifica la declaración de
don Francisco Collao y Miranda, el 19 de diciembre de 1763, español residente
en el pueblo de San Pedro de Cacas; Blas Roque de Melo, vecino y español del
pueblo de Cacas, donde fue recogedor de tributos y arrendador de la hacienda
de Cacaracra; Gabriel de Mesa, vecino del pueblo de los reyes del
Chinchaycocha; Manuel Lavado de Fuentes, clérigo y presbítero de Tarma; y de
Nicolás de la Puente.

Testimonios que dice, se encuentran respaldadas por otros documentos más


antiguos, como el de 1562, le permite concluir que, los mitmas estaban
dedicadas exclusivamente a extraer la sal, las cuales estaban ocupadas o
controladas por micro colonias multiétnicas llegadas de distintos curacazgos, no
precisándose de qué lugares serían los mitmas domiciliados en Cacas.

En cuanto a la explotación de la sal, se indica que, los mitmas de Cacas


sacaban el líquido en recipientes o vasijas de barro, transportándolo muchas
veces al hombro, los llevaba por un sendero en zigzag que se deslizaba por
una cuesta hasta el pueblo que dista doce cuadras. Allí era vaciado en ollas y
sometido a ebullición, con la finalidad de evaporarlo, hasta conseguir la sal en
forma de panes.

Asimismo, se resalta que los Mitmas Salineros de Cacas no gozaron de


propiedad de tierras ni pastos, se sustenta en la versión de don Roque
Asunción Corillaxa, de 1728, segunda persona del pueblo de San Pedro de
Pampas de Cacas, quien manifestó que, desde la gentilidad nunca han
ocupado pastos, solares ni chacras en que sembrar, en dicho repartimiento de
Tarma y al de Chinchaycocha. A ello, también lo vinculan que la artesanía tan
desarrollada en el Siglo XX, no tiene su origen en el Periodo Incaico ni Colonial,
porque el poblador de Cacas se dedicaba exclusivamente a la explotación de la
sal, no a la agricultura ni ganadería.

Durante la colonia, en su primera fase, durante este periodo el poblador de


Cacas continuó bajo el gobierno del Curaca y prosiguieron con la explotación
de la sal. En este periodo, ya no solo producían sal para abastecer a las etnias,
18
sino para comercializarlas en Tarma, por cuya actividad pagaban tributos
señaladas por los encomenderos. Por ejemplo, entre las especies que fijó La
Gasca a los Chinchaycochas en 1549, en lo que atañe al rubro expresa, “Sal.
Ítem, Dareis cada año veinte e cinco hanegas de sal, las diez puestas en casa
del encomendero y las otras en vuestra tierra” (Espinoza Soriano, Waldemar.
1984: 209) 29.

En este orden, el Virrey Conde de Chinchón, en 1629, dispuso que los


salineros del pueblo de San Pedro de Cacas fueron anexados al repartimiento
de Tarma, colocándose bajo de dependencia del cacique principal de este.

Por otro lado, el profesor Pedro Rodríguez Aldana señala que San Pedro de
Cajas, desde la época pre inca, desde la cultura “Wari”, que llegaron las etnias
“Usqunuqa” (Oscanoa), cuando se iniciaron en el sitio llamado “Chuyaq”, pueblo
entre rocas y roquedales, en el Periodo Incaico por las mismas políticas de la
civilización del Imperio Inca, mas con la llegada de los salineros (Yaruwillkas)
en la modalidad de “Mitimaes”, o “Mitmas”, hombres trasladados de un pueblo a
otro, en el gobierno del Soberano Inca “Túpac Yupanki”, siendo curaca su yerno
el Apo “Wamán Chawa”, abuelo del cronista indio “Felipe Guamán Poma de
Ayala” (Rodríguez Aldana, Pedro. 2020: 5) 30.

Patamarca surge como nuevo pueblo con la alianza familiar de las etnias
“Usqunuqa” (Oscanoa) y salineros “Yaruwillkas” (Yurivilca), procedentes del
valle de Tantamayo, Dos de Mayo (Huánuco Viejo); estos salineros por la
política de los incas, cumplieron órdenes seguramente de buenos acuerdos,
para explotar y procesar la sal líquida a sólido, con los huesos de los
auquénidos, resultado de esta solidificación es el pastel llamado “Tikakachi”.
Cacas (Patamarca) surge aproximadamente entre los siglos XIII-XIV.

Sintamos altivez de ser sus descendientes, de los “Usqunuqas” y de los


“Yaruwillkas”. Etnias nativas de Nuestro San Pedro de Cajas- a ellos se suman
los otros grupos familiares como son; Caxaricapa, Corillacsa, Huayna, Cóndor,
Vicuña, Amaro, Huaynate, Pucuhuaranga, Surichaqui, Sinchi, Cajincho,
Colquichagua, Cajachagua, Chagua, Llacza y muchas otras familias que
llegaron a conformar este querido y amado San Pedro de Cajas-Tarma Perú.

19
La congregación familiar aún continúa lentamente porque los cambios de
familias son tan relativos a cada época, es decir todo cambia, así como la
ciencia cambia, la generación emprende la obra, por donde la dejó la anterior
generación, un pueblo individualmente puede retroceder, pero a pesar de todo
esto la ciencia adelanta. Estos procesos se llama mestizaje, el criollo, cruce de
sangres nativos con colonizadores, o viceversa, posteriormente otras sangres,
asiáticos y generalmente europeos, a esto Arguedas lo llama todas las sangres.

Se hallaron las características de la cultura “Wari” en las ruinas de “Chuyaq”,


según dice la profesora Irene Estrella Oscanoa haber hallado cerámicas de
estilo Wari y Tiahuanaco; como quiera que hubo muchos saqueos de las
cerámicas no validando las mejores pruebas de nuestra cultura para medir sus
realidades de que fueron testimonios.

Con la llegada de los “Mitimaes” Yaruwillcas se iniciaría la formación del


nuevo pueblo de Patamarca, haciendo alianza familiar con la tribu de los
“Usqunuqas”. En los periodos de los Incas Pachacútec, Túpac Yupanqui y
Huayna Capac (Rodríguez Aldana, Pedro. 2020: 26) 31.

Los “Mitimaes”, cumplían órdenes del Inca… (y recibían) …alimento, ropa y


la coca, dándolos toda clase de mantenimiento y a todos los componentes de la
familia, por estas razones los de “Chuyaq” …se trasladan para formar el nuevo
pueblo de “Patamarca”, donde por cumplir las civilizaciones se aliaron con otras
más de diferentes etnias (Rodríguez Aldana, Pedro. 2020: 30) 32.

En resumen, puede apreciarse que tanto Espinoza y Estrella, coinciden que


el origen del pueblo de Patamarca, se tiene a los mitimaes que vinieron de otras
ciudades ordenadas por el inca, para explotar la sal y que gozaban de muchos
privilegios. Sin embargo, para el profesor Rodríguez el pueblo de Cacas
(Patamarca) surge como Nuevo Pueblo con la alianza familiar de las etnias
“Usqunuqa” (Oscanoa) y salineros “Yaruwillkas” (Yurivilca), procedentes del
valle de Tantamayo, Dos de Mayo (Huánuco Viejo); estos salineros por la
política de los incas, cumplieron órdenes seguramente de buenos acuerdos,
para explotar y procesar la sal líquida a sólido, con los huesos de los
auquénidos.

20
Para el “Colectivo Gagashmarca”, el origen del pueblo de Cacas
(Patamarca) se tiene a los mitmas que han venido de diferentes lugares
mandados por el inca, para la explotación de la sal, oficio que requería
necesariamente del conocimiento del proceso de extracción y solidificación de
la sal, que si bien por la cercanía a la etnia de Chuyaq, los pobladores de esta
última no habrían conocido los procedimientos de solidificación de la sal, pero sí
es admisible que indios de la etnias Chuyaq se hayan incorporado en el trabajo
que realizaban los mitmas salineros.

1.1.4. ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DE QAQASHMARCA


Patamarca cuyo significado es “Pueblo de Arriba”, fue conocido
históricamente como Qaqash, tuvo muchas nombradías. Veamos:

1. Qaqashmarca en tiempo Preínca e Inca (1532 - antes de la Conquista del


Perú).
2. Cacamarca (1533 - Crónica “Relación de la Conquista del Perú” de Pedro
Sancho de la Hoz).
3. Cacas (1544 hasta 1932).
4. San Pedro de Cacas (1588 y 1602, Primera y Tercera visita de Santo Toribio
de Mogrovejo).
5. San Pedro de Cacas (1614 - Carta de Fabián de Ayala).
6. San Pedro de Cacas y Salinas (1764 - Allpanchis No 24).
7. Cacas Viejo y Cacas Nuevo (1824 - Memorias de O’Higgins), para finalmente
ser denominado por los lugareños a mediados del Siglo XX como Patamarca
(Cacas Viejo), es decir “Pueblo de arriba” por encontrarse en la cima del Cerro
Cacaspata, el hoy Cerro de Patamarca (Comunidad Campesina de San Pedro
de Cajas. 1987: archivos) 33
. O’Higgins, al citar a Cacas Nuevo se refiere al hoy
San Pedro de Cajas.
En 1904 se repite nuevamente San Pedro de Cacas, y a inicios del Siglo XIX
se registra a nivel local como San Pedro de Pampas de Cacas y declarado
oficialmente el 03 de noviembre de 1932 como San Pedro de Cajas durante su
ascenso político como distrito (Nueva Legislación Peruana, Leyes y
Resoluciones del Congreso, Tomo XIII: 1905) 34.

21
Cacas a lo largo de la historia tuvo diversas divisiones político,
administrativas y territoriales, en tiempo inca tuvo la categoría de marca
(pueblo), durante las épocas del virreinato (1542), independencia y república
figurará como anexo (Junín y Palcamayo). En 1932 es elevado a categoría de
distrito.

1.1.4.1. Categoría de Marca


En su novela "Los Asesinos de la Paz”, Gamarra A, José. (2016), dice: “Está
claro que al momento de pasar por Cachipukio camino a Pumpo el Inca Túpac
Yupanqui, a Qaqash lo eleva a Marka, o sea a pueblo, la cual lleva a la unión
35
de dos voces: Qaqash-marka” (Gamarra, J.A 2016: 73) y Cunow, Heinrich. (
1896: 40) reafirma: “Cuando una pachaca lograba fundar varios pueblos, o
cuando se desprendían del núcleo principal otros más pequeños, éstos no
formaban marcas nuevas, independientes, sino que quedaban agregadas al
resto del ayllu, formando con las demás aldeas o poblaciones un solo todo” 36,
es por ello que Patamarca no fue un pueblo independiente sino quedó integrado
con el nombre de Cacas, este tendría su origen, -como describe Rodríguez
Aldana-, en los roquedales de Chuyaq desde tiempos preincas. De aquí se
desprende; indudablemente, que el inca Tupac Yupanqui (1483) le dio a
Qaqash la categoría de marca, el cual se mantendría durante el gobierno de
Huayna Cápac (1523), Huáscar y Atahualpa en 1533.
Lo que el Inca Yupanqui eleva al pueblo de Qaqash a categoría de marca;
es decir a Qaqash-marca, se puede corroborar en la crónica “Relación de la
Conquista del Perú” 1534, de Pedro Sancho de la Hoz, secretario personal de
Pizarro, crónica publicada por primera vez en Navigazioni E Viaggi, vol. VI-
apud Giovanni Battista Ramusio, donde asevera:

“El día que se partió de Pombo [Pizarro] caminó unas siete leguas y se fue
a quedar en un pueblo que se dice Cacamarca [Qaqamarca] y aquí se
encontraron setenta mil pesos de oro en piezas ricas, para cuya guardia
dejó el Gobernador dos cristianos de a caballo, para que cuando la
retaguardia llegara lo condujesen bien guardado” (Battista Ramusio 1563:
148) 37.

22
Esto reafirma el sustento de Espinoza Soriano en su obra “La destrucción
del Imperio de los incas” y mencionado en este trabajo en el capítulo de
‘Qaqashmarca (Chuyaq) a Patamarca’.

1.1.4.2. Categoría de Anexo


Durante el virreinato se establecieron ocho reales audiencias y estos se
organizaron en corregimientos, también llamados partidos o provincias, a su
vez se subdividían en curatos y anexos. La ampliación de este punto trataremos
en el ítem 1.2.

1.1.4.3. Categoría de Distrito


Ampliaremos en el ítem 1.4.

1.2. ÉPOCA DEL VIRREINATO


No hay información detallada respecto al viaje realizado desde Cajamarca al
Cuzco por los españoles, especialmente por Hernando y Francisco Pizarro
luego de la captura y posterior muerte de Atahualpa. Raimondi emite un escrito
sobre este suceso: “ningún historiador hace una descripción, y aun el minucioso
Herrera detalla del viaje de Francisco Pizarro al Cuzco” (Raimondi 1876: 56)38.

1.2.1. Patamarca y Hernando Pizarro


Para nosotros es importante conocer los itinerarios de los castellanos,
porque este enmarca en la propia historia de Cacas. Los viajes seguido por
Hernando Pizarro de Cajamarca a Jauja del 5 de enero al 15 de marzo de 1533
es relevante para la elaboración de esta investigación, porque durante ese
trayecto, fue recibido en el Qorpawasi de Cacasmarca o Qaqashmarca, ubicado
a tres leguas de Chacamarca cuando Hernando Pizarro se dirigía a Tarma.
Preso Atahualpa en Cajamarca, Francisco Pizarro ordena a su hermano
Hernando Pizarro viajar a Pachacamac: “El 5 de enero salió Hernando Pizarro
de Cajamarca con veinte hombres a caballo y algunos a pie” (Raimondi 1876:
29)39. Por su parte Prescott consolida la versión, pues afirma:

“Pizarro con los deseos de conocer más el territorio dio orden a su


Hermano Hernando partir. Antes de la partida de estos emisarios, el
23
general había despachado a su hermano Hernando con unos veinte
caballos y un cuerpo pequeño de infantería a la inmediata ciudad de
Guamachuco, con orden de reconocer el país. Hernando Pizarro encontró
el país tranquilo y recibió buena acogida de los naturales; pero antes de
salir de Guamachuco recibió órdenes de su hermano para que
continuasen su marcha a Pachacamac (1533)” (Prescott 1876: 409)40.

En Pachacamac, Hernando se entera de que el General Chalcuchima, el


más experto estratega de guerra de Atabalipa junto a Quizquiz, se encontraba
con su ejército en Jauja, entonces Hernando Pizarro decide marchar hasta allí.
Por cierto, tenía que pasar por Bombón ruteando siempre el Camino Inca.
Una vez en Bombón conocido también como Junín, Reyes o como Pombo,
Hernando Pizarro parte hacia Jauja, “Viernes, a 14 días de dicho mes de Marzo
(1533), se partió el Capitán con toda su gente de pié y de caballo, y del dicho
pueblo de Pombo para ir a Jauja, y este fue a dormir y un pueblo llamado
Xacamalca” (Xeres, Francisco de. 1534: 138-139)41. Luego Xeres sigue
narrando sobre el mismo acontecimiento: “sábado, a 15 días del dicho mes,
partió el capitán del pueblo de Xacamalca, y fue a comer a una casa que está a
tres leguas de allí, donde tenía buen recibimiento de comida, y fue a dormir a
otras tres leguas adelante, a un pueblo llamado Carma” (Xeres, Francisco de.
Ibíd. p 139) 42.
De Xeres, con Carma hace referencia a Tarma, cuando nombra Xacamalca,
donde llegaron los españoles, es indudablemente verás y autentico la pampa
histórica de Chacamarca, lugar donde se realizó la batalla de Junín en 1824.
Raimondi hace la verificación y sostiene enfáticamente: “en esta misma
posición se halla un antiguo caserío que se conoce con el nombre de
Chacamarka” (Raimondi, Antonio. 1876: 47)43. Este testimonio claro y prolijo
corresponde al Xacamalca de entonces. Pero el explorador, geógrafo y
naturalista italiano se equivoca en los cálculos al momento de tomar distancia
en leguas, él afirma que de Xacamalca a Carma (Tarma) son seis leguas
(Raimondi, Antonio. Ibíd. 47)44, cuando en realidad es mucho más,
aproximadamente calculamos dieciséis leguas.
Además, De Xeres afirma una información importante para los sampedranos
de hoy: “sábado, a 15 días del dicho mes, partió el capitán del pueblo de
24
Xacamalca, y fue a comer a una casa que está a tres leguas de allí, donde
tenía buen recibimiento de comida” (Xeres, Francisco de. 1534: 138-139)45.
Este testimonio del cronista
sevillano se refiere sin lugar a
dudas a la ubicación del antiguo
pueblo de Cacasmarca,
Gagasmarca o Qaqashmarca,
porque la distancia es exacta entre
estas dos parcialidades. Además,
por informaciones orales sabemos
que existió un Qorpawasi, el que
tenía como función principal dar alimentación y bienvenida a los señores
principales del imperio del Tahuantinsuyo. Esta tradición, de brindar hospedaje
y alimentos a los extranjeros o foráneos no se ha perdido con el paso del
tiempo, esta generosidad se sigue practicando durante las fiestas patronales
del distrito de San Pedro de Cajas, hoy se le conoce como Gorpagaray, que
quiere decir dar de comer al visitante.
Es importante esta información; pues, resalta este detalle filántropo y
confirma el recibimiento hecho por los gagasmarcas a las huestes de Pizarro,
asimismo ubica a Cacas junto al Camino Inca o Qhapaq Ñan y Cachiq Ñan
(Camino de distribución de la sal).
Y es conocido que luego de la muerte de Atabalipa, Pizarro recién decide
marchar a Jauja, a inicios de setiembre de 1533.

1.2.2 Patamarca y Francisco Pizarro.


Sosteníamos que Raimondi aseveraba que ningún historiador detalla con
rigurosidad los viajes del conquistador. Pero cogiendo las crónicas de Sancho
de la Hoz, secretario personal de Pizarro, podemos marcar una ruta y afianzar
la historia de Cacas, pues Sancho no es ajeno a ello.
Del secretario del conquistador entre 1533 y 1534, encontramos informes de
Cacas o Cacasmarca, pero leamos y analicemos con detenimiento.
Empecemos con este informe leída por Sancho a Pizarro, para luego enviarlo al
Rey de España por haberla hallado exacta y firmado por los oyentes:

25
“Acabose esta relación en la ciudad de Xauxa, la cual yo Pedro Sancho,
Escribano general en estos reinos de la Nueva Castilla y Secretario del
gobernador Francisco Pizarro, por su orden y de los oficiales de S. M. la
escribí justamente como pasó, y acabada la leí en presencia del
gobernador y de los oficiales de S. M., y por ser todo así, el dicho
gobernador y los oficiales de S. M. la firmaron de su mano.- Francisco
Pizarro.- Álvaro Riquelme.- Antonio Navarro.- García de Salcedo.- Por
mandado del Gobernador y oficiales, Pedro Sancho”. (Battista Ramusio
1563: 149) 46.

Esta crónica fue traducida del italiano al español por el mexicano Joaquín
García Icazbalceta, quien lo tradujo de “Colección de viajes” de Giovanni
Battista Ramusio publicada a mediados del Siglo XVI en Venecia.
Raúl Porras Barrenechea en su monografía sobre Los Cronistas de la
Conquista, hace una mención especial a la crónica de Sancho: “Si ella hubiera
desaparecido estaría incompleta la historia de una etapa decisiva de la
conquista y de la caída del imperio”, agregando que: “La Crónica de Sancho es
indispensable para reconstruir el proceso y la muerte de Atahualpa y el trayecto
de los españoles de Cajamarca al Cuzco” (Porras Barrenechea 1933: 132) 47.
Acerca del viaje de Francisco Pizarro, William H. Prescott describe: “Pizarro
y toda su tropa, que se componía de cerca de quinientos hombres, de los
cuales una tercera parte era de caballería, salieron a principios de setiembre de
Caxamalca” (Prescott 1851: 458)48. Además, Prescott sostiene que Pizarro se
dirigió de Cajamarca hacia Cusco acompañado de muchos hombres. Junto a
ellos los acompañaba el joven inca nombrado por Pizarro, hermano de
Atahualpa llamado Toparca y el General Challcuchima acompañados de su
sequito de vasallos, atravesaron Guamachuco, Guanuco y Xauxa.49 (Prescott.
Ibíd. 458).
Sancho de la Hoz también narra la llegada de los ibéricos a Pumpo (Bombón
- Junín) desde el Cusco:

“Llegados a la tierra de Pombo proveyó y mandó el Gobernador que los


soldados se alojasen con el mejor orden y recaudo que se pudiera, porque
tenía nueva de que los enemigos se aumentaban a cada momento, y se
26
tenía por cierto que aquí vendría a embestir a los españoles, y por esa
hizo aumentar las rondas y centinelas espiando siempre los pasos de los
enemigos. Después de haberse reposado allí otro día de ciertos enviados
que el cacique Atabalipa había mandado para saber lo que pasaba en
Xauxa, vino uno que dijo cómo la gente de guerra estaba cinco leguas de
Xauxa camino del Cuzco, y venía a quemar el pueblo y todos los edificios
de él, para que los cristianos no hallaran donde hospedarse y que luego
querían irse la vuelta del Cuzco a juntarse con un Capitán que se llamaba
Quizquiz, que estaba allí con mucha gente de guerra, que había venido de
Quito por mandado de Atabalipa para seguridad de la tierra” 50
(Battista
Ramusio 1563:149).

Enterado de la presencia del enemigo Pizarro partió de inmediato de Pumpo


(Bombón - Junín) a Jauja:

“Sabido esto por el Gobernador hizo aparejar sesenta y cinco caballos


ligeros, y con veinte peones que guardaban a Chillichuchima, sin estorbo
de bagajes, se partió para Xauxa dejando allí al Tesorero con la otra gente
guardando la cola del campo y el oro de S. M. y de la compañía”. (Loc. Cit.
149) 51.

En la siguiente enunciación, pongamos mucha cautela y precaución a la


transcripción que continúa del anterior:

El día que se partió de Pombo caminó unas siete leguas y se fue a quedar
en un pueblo que se dice Cacamarca y aquí se encontraron setenta mil
pesos de oro en piezas ricas, para cuya guardia dejó el Gobernador dos
cristianos de a caballo, para que cuando la retaguardia llegara lo
condujesen bien guardado (Ibíd. 149)52.
Vemos un refrendo y una
testificación fehaciente de Sancho.
Cuando escribe Cacamarca se está
Colección de Viajes-Juan Bautista Ramusio, siglo XVI refiriendo al pueblo antiguo de

27
Qaqashmarca que estaba ubicado en el actual Patamarca; mientras que,
Miguel de Estete, quien acompañó en su viaje a Hernando Pizarro escribe en
sus crónicas Cachamarca, Caxamalca o Xacamalca para citar con este nombre
a Chacamarca, lugar donde se realizó la Batalla de Junín.

En la obra de Battista Ramusio,


escrito originalmente en italiano y
que este copiara de la crónica
original, que tristemente se perdió, allí se encuentra claramente escrito
“Cacamarca” dándonos veracidad y evidencias a lo que afirmamos (Battista
Ramusio 1563: 148)53.
De la obra de Battista Ramusio, se sirvieron muchos cronistas e
historiadores; pero como vemos, al momento de transcribir omitieron el término
“Cacamarca”.
Sin embargo, en el texto del

Viaje de Hernando Pizarro en Colecciones de Viajes- Ramusio italiano se verifica hasta dos veces
el término “Cacamarca”, tanto en el título de capitulo y en el desarrollo de la
crónica. Además, en la misma crónica encontramos el viaje realizado por
Hernando Pizarro en la que describe a Chacamarca como Caxamalca, viaje
realizado en el mes de marzo de 1533, diferenciando claramente el término
“Cacamarca” de “Caxamalca”.
Prosigamos, de Cacamarca Francisco Pizarro, continuo su viaje hasta
Tarma:

Luego a la mañana se partió con su gente en buen orden habida nueva de


que a tres leguas de allí estaban cuatro mil hombres; y en la marcha iban
siempre por delante tres o cuatro caballos ligeros para que encontrándose
con algún espía de los enemigos lo tomasen para que no diera aviso de su
venida. A hora del medio día llegaron a aquel mal paso de Tarma donde
decían que había gente guardándolo para defenderlo, el cual mostraba ser
tan dificultoso que parecía imposible poder subirlo, porque había un mal
paso de piedra para bajar al arroyo donde tenían que apearse todos los
que iban a caballo, y después era preciso que subiesen a lo alto por una
cuesta, y por la mayor parte «era» monte empinado y difícil que duraba
28
como una legua, la cual se pasó sin que parecieran los indios que se
decía estaban armados. Y a la tarde, pasada la hora de vísperas, llegó el
Gobernador con su gente a aquel pueblo de Tarma” (Battista Ramusio
1563: 149)54.

El tramo recorrido por el Camino Inca por Hernando y Francisco Pizarro,


vendría a ser: de Chacamarca llega a Cacas o llamado también Patamarca -en
este lugar se encuentra, un manantial llamado Incapuquio- luego descendería
posiblemente por
Antagasha, conocido en
1854 como la “Cuesta de la
Veta”, este camino se siguió
utilizando en los siglos
posteriores durante los
viajes de los arrieros con
dirección al Cuzco,
Huánuco, Quito, de
Antagasha continuarían bajando al actual distrito de San Pedro de Cajas para
luego tomar un camino ascendente hasta Quinash (donde se puede encontrar
restos arqueológicos) y de allí hacer un descenso a Puruhuaracra, actual
Centro Poblado de San Pedro de Cajas.
Vista los detalles de los acontecimientos post muerte de Atahualpa y
recorrido de los conquistadores por tierras de los qaqashmarcas, también es
menester informar acerca de la época colonial o virreinal, tratar la concentración
forzada de los pobladores indígenas, o de los pueblos de indios o cabecera de
doctrina llamada reducciones, reducción que consistía en una unidad territorial
creada con el objetivo de agrupar en centros urbanos a la dispersa población
andina.
Las reducciones toledanas se convierten en un factor central para
comprender el devenir de las agrupaciones étnicas y el surgimiento de una
nueva territorialidad andina colonial. Esto daría origen a la creación de nuevos
pueblos como es el caso del actual distrito de San Pedro de Cajas.
Las reducciones toledanas fueron instauradas a inicios del gobierno del
Virrey Francisco de Toledo entre 1570 y 1575, siguiendo un trazado urbano al
29
estilo español con el objetivo de congregar a toda la población dispersa de un
territorio. Estos estudios evidencian que, si bien el proceso de reducciones se
tradujo en una modificación del patrón de residencia de ciertas comunidades,
estas no perdieron sus vínculos económicos ni sociales con sus territorios
tradicionales, especialmente en lo que se refiere al acceso y la comercialización
de recursos.
Las reducciones se constituían como un espejo pauperizado de la ciudad
española. La urbanización era en damero (cuadrados o rectángulos). Se
consideraba una plaza central rodeada de un portal, destinado al intercambio
de productos; una capilla,
regentada o visitada por el cura
doctrinero; un calabozo; la casa del
cacique o del noble venido a
menos; y, finalmente, las
dependencias de un cabildo
indígena, que debía secundar al
cura en la lucha contra los cultos
preexistentes y en la organización
permanente de procesiones y
actividades rituales. Generalmente, por la necesidad de reforzar el triunfo de la
nueva religión, la capilla era acompañada por la presencia de un crucifijo atrial y
de otro en la cima del tradicional cerro sagrado vecino, a manera de mensaje
redundante. Además, el pueblo de indios debía ubicarse, de acuerdo a las
ordenanzas reales, en tierras llanas y accesibles.
El actual distrito de San Pedro de Cajas cumpliría con las características del
trazado urbano propuesta por las reducciones toledanas vigentes desde el Siglo
XVI.
A partir de 1591 se inicia las llamadas composiciones de tierras, que
después de 36 años llegarían a Cacas (2 de mayo de 1627 que narraremos
más adelante), la composición étnica de las reducciones estuvo lejos de ser
homogénea, puesto que también vivían en ellas españoles, mestizos y mulatos.
Junto a ello, las reducciones también albergaron a un creciente número de
forasteros fugados de sus respectivos pueblos con el fin de evadir la mita. Estos
fueron integrados a la comunidad a través de formas ficticias de parentesco,
30
como el compadrazgo y el matrimonio, circunstancia tolerada por las
autoridades españolas debido a la caída demográfica experimentada por la
población indígena en el Siglo XVI y principios del XVII provocada por las
enfermedades como la viruela, sarampión y otros más.
Anotemos unos párrafos de Carmen Arellano: “Por el padrón eclesiástico de
1649 y el libro de bautismos de 1657 sabemos que estaban asentados,
además, un ayllu mitmaq y un ayllu Yaru o Yaruwilca, ambos ya no son
mencionados a finales del Siglo XVII (…) estaban conformados por indios de
Chinchaycocha” (Arellano 1988: 29)55. El ayllu Yaru o Yaruwilca hoy son
ancestros de la familia Yurivilca, familia de origen sampedrano. En 1649 San
Pedro de Cajas se registra como anexo de Reyes (Chinchaycocha)
originariamente asentados en Patamarca, Quinash y Callahua, sectores
ubicados en el distrito de San Pedro de Cajas. En estos lugares se encuentran
ubicados los centros ceremoniales de Patamarca y Ushnupunta en Callahua
(Tantangaga). Espinoza Soriano dice: “los del ayllu Kallaw eran mitmaq
orejones del Cusco”, quizá ello explica su asentamiento en estos lugares
religiosos.
En cuanto a las reducciones se lee:

“A cambio de estas prestaciones, la población indígena mantuvo recursos


(tierras) en un nuevo pacto colonial que incluía el gobierno por sus propios
curacas, aunque siempre supervisados por corregidores y sacerdotes
doctrineros.” Además, señala: “El ideal de comunidad perfecta y justa tuvo
poca aceptación una vez que los propietarios locales, los mineros y los
sacerdotes doctrineros en combinación con los corregidores empiezan a
disputarse las tierras y la mano de obra de los pueblos” (Revista América
Latina 2020: 97)56.

En la misma revista se puede observar:

“Por la cantidad de indios tributarios y los montos del tributo,


Chinchaycocha era considerada la cuarta encomienda más importante de
la audiencia de Lima en el Siglo XVI. Hasta finales del Siglo XVII,
Chinchaycocha estuvo en manos de los Condes de Las Lagunas,
31
descendientes del poderoso conquistador-encomendero Juan Tello de
Sotomayor” (Loc. Cit. 97)57.

Es así como surgirían las haciendas agrícolas y estancias ganaderas con


obrajes textiles.
Las encomiendas de Tarma y Chinchaycocha fueron creadas en 1534,
dentro del cual se encontraba el pueblo de Cacas /Qaqash/ como anexo de
Chinchaycocha y perteneció al tesorero conquistador Álvaro Riquelme, de quién
la Revista América Latina, menciona lo siguiente:

El 11 de agosto de 1534, en Jauja. Francisco Pizarro le encomendó (a


Álvaro Riquelme) los tributarios sujetos al cacique Taparas, jefe de la
comarca de Tarma y Bombón (o Chinchaycocha) con los pueblos anexos
de Chacamarca y Tambo. Los indios de este repartimiento solían
proporcionar maíz, ropa, ganado y productos mineros, por un valor de
5000 pesos anuales, también maca, lana para colchones, coca, cojines,
alfombras, los animales incluidos como tributo fueron las llamas. (Loc. Cit.
p. 97) 58.

De la revista Histórica podemos extraer:

“A la muerte de Riquelme (1550) esta encomienda se dividió en dos. La


Gasca entregó el repartimiento de Chinchaycocha al yerno de Riquelme;
Juan Tello de Sotomayor, y encomendó el repartimiento de Tarma a
Lorenzo de Estupiñán y Figueroa (…) y fue tan buena su gestión [de
Lorenzo de Estupiñán] que; a ojos de La Gasca, se hizo merecedor de una
fortuna de mil ochocientos pesos por su lealtad y acciones a favor de la
Corona, que fue complementada con el regalo de una encomienda
(hacienda en propiedad) en Tarma, lo que sin duda hizo del hijo de don
Pedro de Estopiñán y Virués un hombre rico a sus cuarenta y tres
años”(Revista Histórica 1986: 48) 59.

La revista Akros complementa: “Casándose Lorenzo de 52 años en 1557


con doña Ana de Rivera y Dávalos de 17 años de edad, hija de Nicolás de
32
Ribera el Viejo, íntimo de Francisco Pizarro desde los episodios de los Trece de
la Isla del Gallo” ( Revista Akros 2017: 69)60, y más adelante: “Es de suponer
que, el recién casado Lorenzo de Estupiñán, tras el apaciguamiento de las
veleidades políticas de los españoles, retorna al centro de Perú, a hacerse
cargo de su hacienda de Tarma” (Revista Akros 2017: 70)61.
En 1544, la encomienda de Tarma y Chinchaycocha pasan a ser parte de la
encomienda de Huánuco. Chinchaycocha quedó bajo el dominio de los hijos
descendientes del ‘Conde de las Lagunas’, se conoció así a los descendientes
de Juan de Tello Sotomayor hasta fines del Siglo XVII.
Los primeros indígenas de esta encomienda dependían del Curaca Runato o
Lunato. En 1548 Chinchaycocha tenía 2000 indios tributarios. Tarma estuvo
bajo dominio en primer lugar de Lorenzo de Estupiñán y Figueroa, a su muerte;
el 22 de diciembre de 1573, pasaría al control de su joven esposa Ana de
Ribera, quien posteriormente se casó con el sobrino de Lorenzo Estupiñán,
llamado Lorenzo de Figueroa y Estupiñán el 8 de mayo de 1578, adoptando así
el nombre de Ana de Figueroa.
Maúrtua, Víctor (1906: 251) menciona:

“(…) el rrepartimiento de Tarama, encomendado en Ana de Figueroa,


tiene novecientos noventa y nueve indios tributarios y cinco mil setecientas
cincuenta y siete personas, rreducidos en seis pueblos llamados: Santa
Ana de Ribera, Santa Cruz de Tapo, San Miguel de Ocobamba, San
Cristobal de Palcantayo, San Jerónimo de Pixui y un pueblo de salineros
(…)” 62.
Maúrtua afirma que el pueblo salinero de Cacas es una reducción de
Tarama (Tarma).

De Espinoza Soriano, W. Apud De Lecaros – Terry, Ana. 2001: 69, cogemos


como quedaron conformadas las reducciones:

“En la época toledana se llevaron a cabo las reducciones de los pueblos


de indios. Al aplicarse en el repartimiento de Tarma –encargado a la
encomendera Ana de Figueroa–, éste quedó formado por seis
reducciones: Santa Ana de Pampas, Santa Cruz de Tapo, San Miguel de
33
Acobamba, San Cristóbal de Palcamayo, San Jerónimo de Pichui, San
Pedro de Cajas (de salineros). Cada una de estas reducciones tenía como
centro un pueblo, cuyo trazado seguía el patrón español del damero –
proyectado desde una plaza en donde se ubicaban la iglesia y el cabildo–.
Para 1620, "los pueblos del valle del Mantaro, e igualmente los de Tarama
y Chinchaycocha, ofrecían ya una perspectiva más castellana que andina.
Exhibían iglesias suntuosas, completamente terminadas, con airosas y
atrayentes torres, campanas sonoras, buenos techados de teja" (Espinosa
1973:218)” 63.

En el artículo de Brunke y Janssen se puede percibir: “De acuerdo con


documentación de fines de la década de 1570, sabemos que los indios de
Chinchaycocha vivieron fundamentalmente en cinco pueblos, tras la
implantación de las reducciones por el Virrey Francisco de Toledo: Los Reyes
[Cacas figura como su anexo], San Julio de los Ondores [o Sondores],
Carhuamayo, Ninacaca y San Miguel” (De la Puente, B. Janssen, F. 1992:
397)64.

Por otro lado, la Revista


América Latina (2020), hace
hincapié a las parcialidades; a
los pueblos pequeños de donde
emanaba la mano de obra para
propietarios privados:
“La importancia especial de los
pueblos y ayllus [parcialidades]
se aprecia en su papel como
lugar de reserva de mano de
obra para los negocios
controlados por los grandes
propietarios privados. La mitad de los trabajadores proviene de los pueblos y,
en particular, de siete pueblos con sus parcialidades o ayllus que concentran el
grueso de los trabajadores reclutados” (Revista América Latina 2020: 9) 65.

34
En el gráfico podemos apreciar la presencia de tres trabajadores de Cacas
en la calidad de alquilados en la Hacienda Chichausiri, con base en
documentación obtenida en la sección Socorros de Indios del Archivo
Arzobispal de Lima (AAI), que vincula las condiciones laborales de los
trabajadores indios (Pastores) con sus pueblos, estas estancias ganaderas
corresponden a San Francisco de Chichausiri, San Lorenzo de Atocsaico,
Santa Cruz de Chontas y Llaczahuanca y de los operarios del Obraje Textilero
de Paucartambo. Los pueblos aledaños como Cacas, proporcionaban y
reproducían la mano de obra:

“Es claro que prevalecen los trabajadores alquilados, es decir los


formalmente voluntarios y asalariados (mingados). Son 441 los que
trabajan en esta condición y constituyen las tres cuartas partes del total
(74 %). Los que trabajan en la condición de mitayos son 37 (6 %,
incluyendo a cuatro mujeres), mientras que los que figuran en un mismo
libro de cuentas unas veces como alquilados y otras como mitayos son
106 (18 %). Además, doce trabajadores son presos o llevados a trabajar
por alguna deuda específica, incluida una mujer (2 %)” (Revista América
Latina 2020: 11)66.

El papel de los curacas fue importante, sin dejar de representar y proteger a


su gente, los curacas asumieron una intermediación activa en la explotación de
los recursos y la fuerza de trabajo de los pueblos indígenas. Además de cobrar
el tributo, organizar las mitas y controlar a la población, los curacas participan
directamente en el contrato temporal de indígenas con los propietarios de los
alrededores (mingados en haciendas, obrajes, minas, transporte, etc.),
distribuyendo a los trabajadores y cobrando los montos del dinero producto de
estos tratos.
Como puede apreciarse en las diversas citas las reducciones cumplieron
mecanismos importantes en el proceso de evangelización cristiana que implicó
la destrucción de las idolatrías, además dieron origen a las nuevas ciudades
con características españolas, tal como se describe en las infografías antes
señaladas.

35
1.2.3. Corregimiento

Según la relación de los corregimientos hecha el 06 de febrero de 1583,


Siglo XVI; por Martin Enríquez de Almansa y Ulloa, sexto Virrey del Perú, San
Pedro de Cacas se encuentra registrado como anexo del Curato de Reyes o
Chinchaycocha, perteneciente al Corregimiento de Huánuco y este a su vez a la
Real Audiencia de Lima, erigida en 1542, entrando en funcionamiento en 1544.
El Corregimiento de Huánuco comprendía: Conchucos, Huamalíes, Tarma y
Chinchaycocha.
De Duviols (1974: 286), podemos coger que para 1614 Cacas era anexo de
los Reyes: “De aquí dicen se fueron los otros dos carneros a otro pueblo que se
llama San Pedro de Cacas anexo de Los Reyes de Chinchaycocha” 67.
Existe una carta recogida por el jesuita Fabián de Ayala, que data del 25 de
marzo de 1614 - Lima, donde corrobora: “este escrito fue hecho por un párroco
vicario de Junín a pedido del jesuita Fabián de Ayala”. Ayala fue uno de los
primeros en participar en la campaña para extirpar la idolatría emprendida en
1610, además acompañó a Francisco de Ávila en la destrucción del Santuario
del Pariacaca en Huarochirí.
De la recopilación de Benito Rodríguez, (2006: 199) de las visitas de Santo
Toribio de Mogrovejo se puede extraer: “Visita de Tarma. Tiene ayllos 25 (…)
San Pedro de Cacas. En este ayllo hay 27 indios tributarios” 68.
En 1619, el sacerdote Gerónimo Pallas escribe en la “Misión a las indias” un
listado de los 78 corregimientos del Perú, San Pedro de Cacas continúa
registrándose como anexo del Curato de Reyes del Corregimiento de Huánuco.
En el texto “Descripción de la Provincias Pertenecientes al Arzobispado de
Lima, que Salió en la Ephemeride de este año de 1764” dice: “Comprende esta
provincia (Tarma) 13 curatos (…) el tercero es el del Pueblo de Reyes. Tiene
tres anexos, que son: Cacas, Racas y Huasahuasi con un fuerte (…)” 69.
Con la creación del Virreinato del Rio de la Plata en 1777, la Real Audiencia
de Lima sufriría modificación en su composición de corregimientos. El Perú fue
dividido en cinco partes: Arzobispado de Lima, obispados de Trujillo,
Huamanga, Cuzco y Arequipa, a su vez, están divididos en partidos o
provincias, conocidos también con el nombre de corregimientos. El
Corregimiento de Huánuco se desmembró, pasando a formar cada uno de sus
36
curatos en nuevos corregimientos, excepto Reyes o Chinchaycocha, surge así,
el Corregimiento de Tarma, Huamalíes y Conchucos.

Raimondi afirma que: “el Corregimiento de Tarma, fue la cabeza de uno de


los más grandes corregimientos del arzobispado de Lima” (Raimondi 1876:
315)70. San Pedro de Cacas continuaría siendo anexo del Curato de Reyes,
pero esta vez del Corregimiento de Tarma. Además, el sabio italiano hace
mención a lo que los sampedranos suelen trabajar, los tejidos textiles: “en la
mayor parte de sus pueblos (Tarma) se tejían bayetas y pañetes” (Raimondi
1876. Loc. Cit. 315) 71. La cuál ratifica que los trabajos textiles son antiquísimos
en los pobladores de Cacas.
Hasta 1783 la división del Perú fue eclesiástica antes que política. Como
consecuencia de la revolución de Túpac Amaru, los corregimientos fueron
suprimidos en 1784 y se crearon las intendencias. El último corregidor de
Tarma en 1784 fue don Francisco Cuellar.
1.2.4. Intendencias.
Se crearon por una Real Ordenanza del 28 de enero de 1782, el Perú quedó
dividido en 7 intendencias: Lima, Cuzco, Arequipa, Trujillo, Huamanga,
Huancavelica, Tarma y más tarde
Puno. Cambió la división territorial del
Perú, se sub dividió en
subdelegaciones o partidos, estos a la
vez en doctrinas o parroquias y
subdivididos en anexos y comenzó a
funcionar a partir del 1 de julio de
1784, por orden del Virrey Teodoro de
Croix-Heuchin. En el libro citado de
Raimondi encontramos la constitución
de la Intendencia de Tarma, quedó dividida (ver esquema provincias de Tarma)
de la forma vertical, ahí Cacas se encuentra registrado como anexo de la
doctrina de Reyes (Junín) de la intendencia de Tarma (Raimondi 1876. Loc. Cit.
315) 72. El primer intendente de Tarma fue don Juan María de Gálvez.

37
1.2.5. Salineros de Cacas como guías y conquistadores de la sal

En la conquista del Cerro de la Sal en Chanchamayo, el Intendente de


Tarma Juan María Gálvez propuso llevar indios de Cacas como guías, porque
ellos eran los que conocían el camino que partían de Qaqashmarca hacia
diferentes rutas y haber trajinado desde tiempos muy antiguos los itinerarios de
la selva: “llegaron al nuevo campamento [en Chanchamayo-1784] 40 hombres
del pueblo de Cacas y 60 de Reyes en cumplimiento del encargo del Sr.
Intendente” (Ortiz Dionicio 1969: 196) 73. Raimondi, testifica que el Cerro de la
Sal ya había sido descubierta muchos años antes, coincidentemente con la
llegada de la evangelización a Cacas: “El Cerro de la Sal ha sido descubierto
por los misioneros Franciscanos, el primero que lo visito Fray Jerónimo
Jiménez, en el año 1635” (Raimondi 1876: 315) 74, dicho trayecto lo hicieron por
las quebradas de Tarma y Acobamba. Ortiz añadía una fórmula: “sería de gran
interés para completar el relato de la Montaña de Chanchamayo, estudiar la
historia de los pueblos que desde los tiempos más remotos han tenido cierta
relación con estas zonas selváticas” (Ortiz 1969: 28) 75
. Al parecer no se
finiquitó la propuesta; porque de ser así, la relevancia de los arrieros o
peregrinos de Cacas hubiese trascendido con más claridad.

1.3. ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA

1.3.1 Participación de Cacas en la Guerra de la Independencia.

Es eximio informar hechos históricos accionados durante la Época de la


Independencia en los lugares que comprenden por una parte San Pedro de
Cacas llamado Patamarca, y la otra el actual distrito de San Pedro de Cajas,
llamado así desde el 3 de noviembre de 1932. Estos territorios fueron testigos y
protagonistas del proceso de independencia del país, lugares que desde hace
más de 393 años apacientan ritos, tradiciones y costumbres recreadas bajo la
honra de la “Bajada de Patamarca”.
Por estos espacios, en la época de la independencia se tuvo la distintiva
presencia de los Generales Juan Antonio Álvarez de Arenales en 1821,
Guillermo Miller, Bernardo O’Higgins Riquelme y la presencia del Libertador
38
Simón Bolívar en su camino de Junín a Jauja el 08 de agosto, todas en los años
de 1824.
Además, acontecieron enfrentamientos militares tanto en Cacas Nuevo y
Cacas Viejo durante la época de la independencia. Estos enfrentamientos
fueron:

1.- El 03 de marzo de 1822, se protagonizaron atropellos, saqueos,


reclutamiento y excesos por parte del ejército realista en contra de los indios de
Cacas. Podemos leer un informe del coronel argentino Francisco de Paula
Otero donde le envía un informe al General San Martín y da cuenta de lo
siguiente:

“Los pueblos de Cacas y Palcamayo con fecha 3 del presente (marzo de


1822) me dicen, que los enemigos, el 1 abandonaron los pueblos de
Tarma y Acobamba, después de haberlos saqueado, llevándose presos a
todos los vecinos capaces de tomar armas: No extraño en ellos (Los
realistas) esta clase de excesos, por la frecuencia con que la han
cometido desde el principio de nuestra generación política=Al
Comandante de la avanzada de Ninacaca, le tengo ordenado, destaque”
… informe a cargo del Pdte. de Tarma, Francisco Otero” (Nueva Colección
documental de la Independencia del Perú Vol. III 2019: 223)76.

2.- Diciembre 02 de 1822. Capitán Nicolás Sarate, jefe de mando de los


patriotas del pueblo de Reyes, toma prisionero a montoneros rebeldes de
Palcamayo en los territorios circundantes a Cacas:

“Relación de los Prisioneros hechos el 2 de Diciembre por los esforzados


peruanos de Reyes, y Partida del Capitán Don Nicolas Sarate, en las
inmediaciones del Pueblo de Cacas, en el encuentro que tubieron con los
montoneros enemigos de Palcamayo, los mismos que pasan a disposición
del Supremo Gobierno.

39
Julían Medina
Manuel Ichea
Nicolas Ulloa
Alejo Patillungo
Antonio Perez
Tomás Ore
Nicolas Zurita
Ignosente Landa
Aniceto Leon
Mariano Bonifacio
Lino Tolentino
Lucas Cajahuanca
Evangelista Suasnabar
Lorenzo Salvador
Diego Barrera
Remigio Castro
Calixto Castro
Cecilio Bonifacio
Pedro Lopez
Mariano Barrera
Ignocente Bravo
Sebastian Atapoma
Graciano Rivera
Carampoma: Diciembre 9 de 1822
Francisco de Paula Otero (Rubricado)” Nueva Colección documental de la
Independencia del Perú Vol. III 2019: 223 – 224) 77.

3.- Sucedido el 28 de junio de 1824. Dice:

“Señor General Miller.

Los enemigos se han retirado para el punto de Palcamayo, distancia de


sinco leguas; la Partida esta salió en poz de hella á eso de las 8 de la
noche hasta el punto de Cacas, y no habiéndolos encontrado han
40
regresado en esta mañana: en el corto tiroteo que tubieron en el Pueblo
no á habido la menor nobedad, y menos han podido sacar ganado alguno;
el daño hecho solo es, en la Iglesia, que principiaron por los Santos, que
han quemado como cuatro, ó sinco bultos, sacando el retablo afuera,
fundiendo la única campana que había, este es el daño que han cometido
como buenos godos, por lo que deberá Vuestra Señoría de dirigirse sin el
menor recelo.

Dios guarde á Vuestra Señoría.

Marcos Ortega (Rubricado)” (Nueva Colección documental de la Independencia


del Perú Vol. VI. 2019: 19) 78.

4.- Sucedió el 01 de marzo de 1844. Francisco Alvarado Ortiz informa:

“formé el proyecto de sorprender al enemigo, que se hallaba en el pueblo


de Cacas, distante tres leguas. Me puse en marcha inmediatamente con
92 infantes y 45 caballos. En el transito encontré una avanzada de 10
hombres, y la dispersé cortándole la retirada… A las once de la noche
llegué al campo enemigo, y a pesar de todas mis precauciones, ya se
hallaba alarmado. Parte de las fuerzas contrarias, constantes de 560
infantes y 30 caballos, estaban en la plaza del pueblo de Cacas, y el resto
en la iglesia y en varias trincheras. Dispuse mi caballería de modo que los
atacase por su flanco izquierdo, y la infantería se dirigió á la iglesia por el
derecho.

Se rompió un fuego vivísimo por ambas partes que duró 40 minutos, al


cabo de los cuales, no pudimos el enemigo soportar el nuestro por más
tiempo, salió de la población para situarse en las faldas de uno de los
cerros que la dominan, y mis soldados lo persiguieron hasta el estremo de
derrotarlo completamente por el cerro.

La acción duró 55 minutos; la pérdida del enemigo consistió en 8 muertos,


entre las cuales se halla un jefe, y 5 heridos, en cuyo número se
encuentran un oficial y un jefe. Tomamos un gran número de prisioneros;
más la nueva atención del enemigo no nos permitió custodiarlos

41
… Concluida la refriega, me ocupé en reunir mi tropa… En la mañana de
hoy noté que el enemigo habría reunido sus restos sobre los altos que
dominan el pueblo donde me hallaba acampado, y tenía como 150
hombres y su caballería. En este estado me pareció oportuno tomar una
altura igual y paralela a la del enemigo.

Cuando hube llegado a dicha altura, envié un parlamentario al enemigo, y


convine con él en una suspensión de armas por 15 días, quedando yo
dueño de todo el Departamento exceptuando Trama y la provincia de
Jauja” (Diario Oficial el Peruano 1844: Nro. 22) 79.

1.3.1.1. Sampedranos espías

Durante la guerra por la independencia indios sampedranos ofrendaron sus


vidas participando como agentes de espionaje del Ejército Patriota,
suministrando informaciones de las fuerzas realistas, como es el caso de San
Carlos y San Mateo quienes fueron vecinos de Cacas que sirvieron a la causa
de la independencia peruana. Existe una carta dirigida de Antonio José de
Sucre al General Miller, donde da cuenta de las partes del espía denominado
“San Carlos”, avecindado en las inmediaciones de Cacas y dice lo siguiente:

“El de Cacas da una idea del movimiento que han hecho los enemigos (…)
todas las noticias confirman que eran 300 caballos y 2º infantes que
llegaron a Carhuamayo (…) He mandado un oficial a Cacas, con una carta
a San Carlos (buen patriota), para averiguar las fuerzas que existe en
Palcamayo, Acobamba y Tarma etc. Con ese objeto también he
despachado un espía que debe introducirse en uno de esos pueblos”. Y
sigue el manuscrito de la memoria: “en Acobamba hay como 300 hombres
de Canterac, y en Palcamayo igual número de guías” (O’Leary, Daniel
Florencio 1883: 359) 80.

Este referido parte fue enviado el 04 de julio a la 7pm. Además, el agente


San Carlos da cuenta que: “en la tarde del 7 de julio de 1824 se encontraban en
Cacas entre 1500 y 2000 hombres de Canterac y Gascon”. Así mismo, señala
42
San Carlos que: “el 08 de julio 1824 los realistas ya estaban acampados desde
Palcamayo hasta la Capilla de Pacchapata (Cacas), y que Canterac dijo al
alcalde de Cacas: «que dentro de tres días estaría allí de vuelta»” (O’Leary,
81
Daniel Florencio. Loc. Cit. p. 359) . Para entonces los realistas habían
quemado algunas casas de Ninacaca, Palcamayo, de Cacas y se retiraron a
Palcamayo.

Otro reporte dirigido a don Francisco de Paula Otero por parte de José
María Fresco, del día 30 de abril de 1824, da a conocer los apellidos de los
espías sampedranos, identificando a San Carlos como Amaro y a San Mateo
como Champi; en “Nueva Colección documental de la Independencia del Perú,
Guerrillas y montoneras durante la independencia”, dice: … “A las tres oras que
remití á Vuestra Señoría el oficio en que le anuncio no haver novedad por
Reyes, se abisto á este punto Peñalosa con toda su Partida en que me muestra
un oficio de San Mateo y San Carlos antes titulado Champi el 1o y Amaro el 2o
y tengo por combeniente contramarche Peñalosa a su destino no sea que esos
20 hombres que se han aparecido en Cacas sea alguna descubierta que venga
en obserbacion, y ha retaguardia alguna fuersa cresida, los 100 hombres que
se hallaban en Rambras, han abanzado á Hua-quas, [Huacas] 2 leguas para
aca de Huasahuasi seguramente con destino de entrar á Yanec y Acancocha”

San Carlos y San Mateo, sampedranos que contribuyeron a la


Independencia del Perú, permanecen hoy en el olvido.

1.3.1.2. Sobre el General Juan Antonio Álvarez Arenales

El General San Martín enterado de las noticas de que los españoles estaban
acumulando fuerzas sobre las provincias de la sierra (Pasco, Tarma, Jauja,
Huancayo), confiere al General Álvarez Arenales el mando de estas
operaciones de la nueva campaña del Ejercito Libertador, la división Libertadora
estaba conformado por:

43
CABALLERÍA Granaderos a caballo de los Andes
Coronel D. Rudecindo Alvarado, argentino
INFANTERÍA Batallón de Numancia (1ro de Ejército)
Coronel D. Tomas Heres, colombiano
Batallón No 7, de los Andes
Coronel D. Pedro Conde, argentino
Batallón de Cazadores del Ejército
Teniente coronel D. José M. Aguirre, id
ARTILLERÍA 4 piezas, con un destacamento del arma

[Cuadro tomados de la Memorias del General Arenales Pág. 15]

Y es así como el 21 de abril de 1821, salió Arenales del Cuartel General de


Huaura rumbo a Oyón, y el 08 de mayo de 1821 partió hacia Pasco. Mientras
que el ejército realista dirigidos por Carratalá se encontraba en Villa de Pasco y
al enterarse del Ejercito Libertador, huyó hacia Junín donde mandó quemar el
pueblo de Junín, y retirarse por la quebrada de Palcamayo.
Arenales llegó a Pasco el 11 de mayo de 1821, el 18 hizo su ingreso a la
ciudad de Junín; el pueblo, a pesar del incendio y de la difícil situación que
vivían, el 11 de mayo le ofreció un almuerzo al Ejército Libertador. En medio de
este almuerzo el alcalde por la Diputación de Cacas se presentó ante Arenales
para invitarle a una recepción en el mismo Cacas para el 19 de mayo de 1821,
tal como se lee en las Memorias de Arenales escrita por su hijo José Arenales:

“Igual recibimiento experimentó la división al pasar por el pueblo de


Cácas, a cuyo nombre se presentaron sus alcaldes en diputación a
Arenales en la tarde anterior, solicitando que las tropas de la patria
pasaran por su pueblo, por que deseaban y estaban preparados a
obsequiarlas, como buenos patriotas. El tono de etiqueta de estas gentes
es tanto más interesante y apreciable, cuanto es puramente limitado a la
más simple y franca expresión de sus patrióticos sentimientos. La
diputación de Cácas no fue desairada, puesto que no había necesidad de
tomar otro camino. De este modo la división disfrutó al siguiente día el

44
magnífico y abundante almuerzo que le estaba preparado con muchos
festejos y decoraciones análogas”.

Estas decoraciones hacen alusión a la gente que le acordonaba por todo el


camino que el general pasaba y las aguardaban para verla y obsequiarla vivas
y gritos:

“Los grupos de gente situados en el camino ponían sucesivamente a


disposición de las tropas libertadoras multitud de canastos… flores, panes,
fiambres, frutas y otros varios objetos, que brindaban indistintamente a
oficiales y soldados… Esta larga escena tenía todo el carácter de una
fiesta cívica y era animada y sostenida por repetidos vivas y canticos con
instrumentos al uso antiguo y peculiar de los peruanos… habían formado
altares en algunas partes de tránsito, decoradas con banderas patrióticas,
y colocados en ellos imágenes de santos, sacadas de las iglesias
inmediatas (para que echaran la bendición a los patriotas, decían ellos)
Algunas veces el transporte de entusiasmo los hacia interrumpir el orden
de la marcha, lanzándose sobre las hileras a abrazar a los patriotas. Pero
fue el diluvio de flores… no dejaron de aparecer sobre los pechos, las
gorras y sobre las armas” (Arenales, José. 1821: 33 – 34) 82.

Es así como Arenales continuó hacia Palcamayo el 20 de mayo y el 21


entraría a Tarma.

1.3.1.3. Sobre el General Guillermo Miller

Wingham, Inglaterra, 12 de diciembre de 1795 - † Lima, Perú, 1861. Fue un


militar británico que contribuyó de manera sobresaliente en la guerra de la
independencia de Chile y Perú.

Se puede leer una carta escrita por Miller el 06 de julio de 1824 dirigida al
amigo del General Bolívar, el irlandés Daniel Florencio O’Leary donde nombra a
Cacas:

45
“El Libertador me ha nombrado Jefe de la caballería del Perú, que con las
guerrillas que están de este lado de los Andes, forma ahora el cuerpo de
mi mando. Cansado de esperar en Huaraz la llegada de la primera, obtuve
permiso para reconocer el terreno enemigo; y en pocos dias he hecho una
marcha oblonga de 60 leguas, visitando á Pancatambo, Ulcamayo,
Ancancocha, Caruamayo, Reyes, Cacas y Pampa. En todas esas
poblaciones, excepto las dos últimas que están en terreno neutral,
tenemos más de 400 guerrilleros regularmente disciplinados, bien
armados y muy entusiasta” (O’Leary 1883: 44) 83.
Miller al llegar a Huaraz fue a ver Bolívar y al día siguiente fue nombrado
general de la Caballería del Perú, y recibió la orden de atravesar los Andes. El
13 de junio se puso en marcha para tomar el mando de mil quinientos
montoneros que ocupaban alrededor de Pasco.
Los montoneros en el Perú, se asemejaban a
las guerrillas: “Cada montonero tenía padres,
hijos, parientes o vecinos” (Miller, Guillermo.
1829: 120) 84.
Deducimos que la travesía por Cacas pudo
haberse realizado entre junio-julio de 1824,
porque para esta fecha se concentrarían en
Pasco para la llega del General Bolívar. Leamos
de la misma memoria de las páginas 123 - 124:

“Al día siguiente tomó Miller una escolta de los


montoneros de Reyes, y se adelantó con objeto
de reconocer los puestos avanzados españoles, cuatro leguas a
vanguardia, sobre el camino de Tarma; pero se hizo de noche cuando aún
se hallaba a una milla de los centinelas realistas, y se alojó en una choza,
situada en una altura a la entrada de Cacas.” La entrada de Cacas es sin
duda el Patamarca. Prosigamos ojeando la misma memoria siempre en
las mismas páginas: “Creyendo Miller importante imprimir en los
montoneros la idea de que le era igual hallarse de inmediato al enemigo,
que distante, se quitó la casaca y se echó a dormir, dejando al capitán de
la guerrilla que tomase las precauciones necesarias a su modo; sin
46
embargo, Miller hizo estar alerta a su ordenanza, y que tuviese los
caballos ensillados. No había pasado arriba de una hora, cuando el
comandante de los montoneros se levantó, y agarrando y moviendo
violentamente a Miller por las espaldas, dijo que se le había ocurrido en
aquel momento que en el mismo día el año anterior (1823) había sido
sorprendido cerca de aquel sitio; y con un explorador enviado al pie de la
altura no había regresado, la prudencia dictaba que se trasladasen al
llano, o más bien a retaguardia. A la mañana supieron que una partida
realista se había aproximado durante la noche, a muy corta distancia de
Reyes, cuyo punto estaba ocupada por los montoneros que quedaron en
él, por consiguiente, debió pasar la partida realista muy inmediata a los
patriotas que estaban con Miller en Cacas. Poco después de romper el día
se adelantó Miller hasta cerca de los puestos avanzados españoles, y
habiéndose asegurado de su posición y reconocido el país inmediato, se
retiró después de haber verificado el objeto que se proponía.
El capitán de la guerrilla quiso insistir en que antes de retirarse le
permitiesen tirar unos cuantos tiros a los
enemigos, porque se había hecho una
obligación de nunca ver a un godo, sin tirar
del gatillo.
Habiendo permanecido Miller otra noche en
Reyes, siguió hacia Yaule, dejando a su
izquierda la línea circular de los puestos
avanzados españoles, (dirigidos por
Canterac, acantonados en Jauja) colocados
al frente y alrededor de Tarma” (Miller. 1829:
123 – 124) 85.
Rara vez los realistas se aventuraron a pasar más allá de Reyes, además
los realistas acantonados en Cacas siempre permanecían en el Cuartel General
ubicada en la Plaza Principal, en la hoy Escuela Virgen de Fátima. De la misma
memoria del General Miller, del capítulo XXIV de la página 139 se puede
corroborar: “Los puestos avanzados de los españoles estaban en Cacas,
pueblecito tres leguas de Reyes 86.

47
Veamos una carta que data del 11 de julio de 1824 donde Sucre le informa a
Bolívar:

“He recibido (los partes) del General Miller en que habla de un movimiento
de los enemigos y que Canterac estaba en Cacas con 2000 hombres.
Creo que Canterac viniera a Cacas con la fuerza de Tarma para proteger
la partida que quemó Carhuamayo y saber noticias de nosotros, pero dudo
mucho que él se avance” (O’Leary 1883: 168 -169) 87.

Además, Miller le informa “que el ejército realista está compuesto de 8 mil


infantes, mil doscientos caballos y un número proporcionado de piezas de
campaña” (Miller 1829. Loc. Cit. 139) 88
. Esta misiva fue previa a la Batalla de
06 de agosto. Canterac marchó de Jauja a Reyes el 01 de agosto de 1824 y el
06 de agosto a las 2 de la tarde fueron avistados por los patriotas en la Pampa
de Chacamarca.
Mientras el ejército patriota se movía hacia el este, los realistas atizaban de
oeste a este, leamos lo que
esgrime Nemesio Vargas:

“Los libertadores siguieron por la


margen occidental del lago de
Lauricocha hasta Conocancha,
mientras Canterac se movía por
la otra orilla en dirección contraria
Cacas a Carhuamayo. Traía dos divisiones de 4000 infantes cada una, al
mando de Monet y Maroto; 1400 caballos con el Brigadier Bedoya, y una
brigada con nueve piezas de artillería (…) en vez de guardar su primitivo
orden… se dividieron y dispersaron [Los realistas]. Una parte perseguía la
caballería patriota a las órdenes de Miller, enviada para flanquear la
derecha de los realistas, y procuraba poder alcanzar el camino de Cacas;
y la otra seguía al desfiladero al resto de los patriotas (…) el teniente
Suarez, hallándose a la retaguardia principió a cargarse a los que
perseguían la izquierda de los patriotas al mando del general Miller,
hallándose los realistas sumamente amenazados por el frente y la
48
retaguardia, principiaron a fluctuar y huyeron a su vez (…) el 8 de agosto
[el 9 estuvo en Tarma] salió de Reyes para Cacas el ejército Libertador, y
como marchaban las columnas tan inmediatas al campo de batalla, se
separó Miller para examinarlo (Vargas Nemesio 1903: 143-147-211) 89.

Vargas (1903: 221), varía la información del número de militares que tenía
Canterac con relación a la carta de Miller, además introduce una información
concerniente a Cacas:

“(…) Los libertadores siguieron por la margen occidental del lago de


Lauricocha hasta Conocancha, mientras Canterac se movía por la otra
orilla en dirección contraria de Cacas á Carhuamayo 1 Ag). Traía dos
divisiones de 4,000 infantes cada una, al mando de Monet y Maroto; 1,400
caballos con el Brigadier Bedoya, y una brigada con nueve piezas de
artillería. de Carhuamayo se adelantó con sus escuadrones á Pasco (5
Ag.) donde supo, con no poca sorpresa, que no se trataba de una división,
como se le había dicho, sino de todo el ejército independiente, el que,
enviado de Conocancha á Junín, podía cortarle la retirada. En esta
situación, Canterac retrocedió en protección de su infantería” (Vargas
(1903: 221) 90.

1.3.1.4. Sobre el General Bernardo O’Higgins Riquelme

Nos centraremos directamente en el Diario de viajes del General O’Higgins


escrito por su secretario personal Jhon Thomas, porque nos trae informaciones
relevantes de Cacas. El Diario nos dice que O´Higgins se embarcó rumbo a
Lima el 17 de julio de 1823 después de su abdicación al cargo de Director
Supremo de Chile, la situación política en el Perú era caótica por las rencillas
entre las distintas facciones patriotas. Bolívar trasladó su ejército de Lima hacia
la sierra y O'Higgins no pudo partir con él; pues, estuvo dos meses en cama
con fiebre. Convaleciente, partió el 9 de julio de 1824 hacia la sierra, llegando a
Junín el domingo 14 de agosto, Simón Bolívar ya había derrotado al ejército
realista de Canterac. Pero O’Higgins alcanzaría al Libertador en Huancayo el 18
de agosto y juntos se dirigirían a Ayacucho.
49
O’Higgins llegó a Junín como parte de su trayecto en busca de Bolívar, fue
en esas circunstancias la que arribó a Cacas:
“Habiendo caminado una legua más hacia Cacas, el General [O’Higgins]
se quejó de la lentitud de nuestro guía y propuso que se quedara con el
coronel S………, que se quejaba de un fuerte dolor de cabeza (…) allí se
nos vino encima la noche y nos envolvió, además, una espesa y fría
neblina. Sin tener guía, apenas podíamos distinguir el camino… el frio era
aún más intenso que cuando cruzamos la cordillera” (O’Higgins, Bernardo.
1916: 86-87) 91.

En esta parte del texto describe al sector de Condorín, y seguidamente


comienza a adjetivar la llegada a Patamarca: “Caminando un poco más,
tuvimos la satisfacción de ver que empezábamos a bajar media milla más lejos
divisamos algunas casas sobre una colina, hacia la cual nos dirigimos
inmediatamente” (O’Higgins 1916: Ibíd. 87) 92
. Aquí se puede apreciar
claramente la llegada al sector de Patamarca del distrito de San Pedro de
Cajas. Y continúa:

“Al llegar allí, nuestra confusión y sorpresa aumentaron, pues, a pesar de


haber recorrido todas las
calles, no encontramos ni
un ser humano, ni una luz.
Oímos entonces el ladrido
de un perro y nos
dirigimos hacia la casa de
la cual parecía salir. El
General [O’Higgins] comenzó entonces a llamar a tal forma que, si había
algún ser humano en la ciudad, tuviera que venir en nuestro auxilio. Por
fin, cuando ya desesperábamos de toda ayuda, vimos a un viejo que
apareció en la puerta de la casa de la cual salían los ladridos, quien nos
dijo que era el único habitante de la aldea; todos los demás habían huido y
que él mismo estaba escondido por temor a los españoles. El general
observó que este era un sitio muy apropiado para que los desertores se
escondieran” (O’Higgins 1916: Ibíd. 87) 93.
50
Más tarde confirmarían al General O’Higgins que justamente en Cacas se
encontraban escondidos los desertores realistas después de la Batalla del 06
de Agosto:
“Los españoles se retiraron de esta aldea después de la caída del sol, de
manera que sus habitantes no pudieron observar desde sus escondites los
movimientos del enemigo; sin embargo, encontraron algunos muertos en
la vecindad. Los españoles se habían llevado varios muchachos de aquí y
de otros puntos del valle” (O’Higgins 1916: 88) 94.

Cacas después de una semana de ocurrido la Batalla del 6 de Agosto, vivía


atemorizado por la presencia de desertores realistas.
Así mismo un anciano hace referencia al nombre del lugar en el cual se
encontraba O’Higgins:

“El anciano nos dijo que estábamos en Cacas Viejo [Patamarca] y que
Cacas Nuevo [hoy San Pedro de Cajas], en donde encontraríamos al
Gobernador y provisiones, distaba de cuatro cuadras hacia el fondo del
valle. Esta bajada, que hicimos por un simple sendero, es la más peligrosa
y abrupta que hasta ahora hemos encontrado en nuestro largo viaje”
(O’Higgins. 1916. Ibíd. p. 87) 95.

Una vez descendido a Cacas Nuevo es posible que hayan sido acogidos en
el cuartel del pueblo, ubicado en la Plaza Principal junto a la municipalidad, hoy
-como ya dijimos-, pertenece a la Escuela Virgen de Fátima. Fue en este mismo
cuartel donde estuvieron acantonados los soldados realistas de Canterac entre
1822 y 1824 hasta la Batalla del 6 de Agosto.
O’Hoggins hace referencia al lugar en que pasaron la noche:

“Por fin, nos hallamos a la puerta del rancho miserable en donde


debíamos pasar la noche, al cual entramos, sin embargo, con indiscutible
gusto. El buen Gobernador indio nos dijo que tenía una gran olla de caldo
con carne para nosotros y que también vería modo de buscar algún forraje
para los animales. Cuando llegaron nuestros compañeros, hora y media
después, encontraron que todo estaba listo para recibirlos (…) los indios
51
de esta localidad y los de las demás aldeas por que hemos pasado, tienen
barbas, pero no pelo en las mejillas. Los campos de los alrededores
producen patatas y cebada” (O’Higgins. 1916: 87-88) 96.
Habiendo pasado la noche del 14 de agosto de 1824 O’Higgins en Cacas
Nuevo, actual San Pedro de Cajas, a la mañana siguiente, se marchó con
dirección a Tarma:

“Lunes 15 de agosto de 1824.


Habiendo resuelto el General seguir hasta mas allá de Tarma, si fuera
posible, nos levantamos temprano para despertar a los sirvientes, pero, a
pesar de nuestros esfuerzos, no pudimos movernos de Cacas hasta las 7
de la mañana, en dirección a Tarma, que dista ocho leguas largas (…) la
palabra Cacas significa en quichua «valle estrecho» (O’Higgins. 1916: 88-
89) 97.

O’Higgins en Tarma se ve afectado de su salud debido al frio experimentado


en las alturas de Cacas:

“El frio que experimentamos en la montaña de Cacas durante la noche del


14, afectó seriamente el pecho del General, por lo cual pedí que se
quedara en cama y transpirara un poco hasta que viniesen las mulas y
caballos que había prometido el Gobernador [de Tarma]” (O’Higgins. 1916:
94) 98.

El General O’Higgins, llegó a Huancayo el miércoles 18 de agosto de 1824,


reuniéndose en esa ciudad con el General Miller que también había pasado por
San Pedro de Cajas, y con el Libertador Bolívar prosiguieron su viaje a
Ayacucho.

1.3.2. Guerra con Chile y Guerra Civil Peruana

En Cacas también se vivió de cerca la Guerra Civil Peruana en pleno


conflicto entre Perú y Chile. Nicolás de Piérola, tras la batalla de Chorrillos y
Miraflores en enero de 1881 se dio a la fuga. Lima fue ocupada por tropas
52
chilenas y el dictador Piérola huyó a la sierra, despojado de su gobierno
dictatorial por el Gobierno Provisorio de Francisco García Calderón, tomó los
departamentos de Pasco y Junín en su afán de buscar adeptos, y lo que hizo
fue atropellar a los habitantes de esos departamentos con saqueos, violaciones,
matanzas, asesinatos y toda intolerancia. Acá podemos leer unos extractos de
la obra de Pascual Ahumada Moreno (Valparaíso, Chile 1889) uno de esas
anomalías cometidas en Tarma:

“Los descamisados de la dictadura (haciendo mención a Piérola) supieron


aprovechar de ésta circunstancia, i el día 2 de julio último, a las 11pm, 80
hombres venidos de Huancayo, tomaron posesión de ésta provincia
[Tarma] que al; siguiente día ocupó el coronel Cáceres con resto de las
fuerzas que le obedecen (…) La ocupación de las provincias por orlas
pierolistas, importaba la cesación de todo derecho, i así pudimos palparlo
inmediatamente. En efecto se distribuyeron diferentes comisiones que se
encargaban, unas de reclutar jente i otras de penetrar a los domicilios para
sacar monturas,, bestias i comestibles; i todo estos atentados, que no
encontramos palabras para calificar, cometidos por una turba
desenfrenada, que no guardaba miramientos ni al respeto de la
ancianidad, ni al sexo débil de la mujer, se alternaban con los gritos
lastimeros de los infelices, a quienes se flagelaba despiadadamente por
haber servido al gobierno constitucional. La ciudad de Tarma presentaba
el día tres de julio un aspecto vergonzoso i desconsolador que no es
posible describir” (Ahumada Moreno 1889: 199) 99.

En la misma correspondencia del Órgano del Gobierno Provisorio se puede


apreciar como uno de los seguidores de Piérola, es asesinado por el Teniente
Gobernador de Cacas, quien servía al gobierno Constitucionalista Provisorio de
F. García Calderón:

“Ya tenemos un caso que creemos es oportuno relacionar. Don Tiburcio


Espinoza, correligionario de Piérola y gobernador de Junín, tuvo algunas
diferencias con el teniente gobernador de Cacas don José Beraún, por
haberle observado éste una orden injusta que aquel le comunicó. Con tal
53
motivo, Espinoza se constituyó al pueblo de Cacas con algunos hombres
armados i penetró en la casa de Beraún, a quien llenó de improperios,
calificándole de traidor, a los que Beraún contestó con un balazo que quitó
la vida de Espinoza” (Ahumada Moreno 1889: 199-200) 100.

En un trabajo de Irene Estrella (1954), también se hace mención a este


episodio, ella describe que Beraún había preparado una bienvenida benévola a
los chilenos y que para ello fue a darle el alcance a la cumbre de Patamarca
portando una bandera en signo de paz y se declararon amigos y partidarios y
que por esta razón los chilenos no cometieron atrocidades, pero debemos
aclarar que el altercado que describe Estrella no fue por la bienvenida dada por
Beraún a los chilenos, sino por la supremacía que Espinoza alegaba en poseer
las pozas salitreras de Cacas y al momento era propietario Beraún, y que; por
favores políticos brindados a Piérola por parte del junino, el dictador quería
posesionarla a Espinoza en el Cachipuquio:

“Espinoza enterado del proceder de Beraún su enemigo y la influencia que


tuvo sobre los pobladores de Cajas, marchó armado y escoltado por una
guarnición de soldados con objeto de cobrar caro la vida del traidor.
Beraún, fue notificado oportunamente para ocultarse de inmediato en un
gallinero de su habitación, por precaución bien armado. Espinoza y su
guarnición desmontaron en la Plaza de Armas para dirigirse a la tienda de
Beraún, como no lo encontraron tuvieron que penetrar al interior de la
casa; la búsqueda fue minuciosa más sorpresivamente fue herido y
muerto por Beraún quien desde su escondite acertó la puntería. El
cadáver de Espinoza y el asesino traidor fueron llevados a Junín. El lugar
que sirvió de escenario es la actual casa del señor Juan E. Amaro Román”
(Estrella, Irene. 1954: 30) 101.

1.3.2.1. Andrés A. Cáceres y la Campaña de la Breña

El alto mando militar chileno, que ya había consolidado la ocupación de las


principales ciudades del Perú –con excepción de Arequipa-, previó que la
presencia de Cáceres y sus montoneros dificultaría la posibilidad de alcanzar
54
una paz rápida. Por ello, el jefe-político militar de las fuerzas de ocupación,
contralmirante Patricio Lynch, concluyó que mientras las fuerzas de Cáceres no
fueran destruidas, el conflicto se prolongaría indefinidamente. En mayo de 1881
decidió enviar una expedición punitiva rumbo a Junín y Cerro de Pasco al
mando del coronel Ambrosio Letelier con órdenes de destruir todo conato de
resistencia por parte de los peruanos.
La expedición sin embargo resultó no solo un fracaso, sino que originó un
escándalo por actos de corrupción y abuso de autoridad por parte de Letelier.
Así, la sierra central del Perú se vio envuelto por abusos no solo de los chilenos
sino también de las fuerzas dictatoriales de Piérola.
Sumida en una guerra civil y extranjera el país sucumbió a una encrucijada
de la vida misma. Letelier permaneció incólume hasta finales de 1883,
prácticamente hasta la firma del Tratado de Ancón hecha por Miguel Iglesias a
la que Cáceres desaprobó y se negó a obedecer a Iglesias, con la cual se
agudizó la Guerra Civil Peruana convirtiendo así al Perú en una anarquía
intolerable.
Estos párrafos son extractos cogidos de las Memorias de Andrés A. Cáceres
donde figura el nombre de Cacas y que es menester nombrarlas para
conocimiento histórico.
Acá un informe sobre el chileno Letelier en su ocupación al centro del Perú y
hace un alto en Cacas:

“El 22, (mayo de 1883) tomó rancho en el pueblecito de Cacas y a la una


de la tarde continuo su marcha; atravesó la pampa de Junín, en medio de
una fuerte lluvia (…) y pernocto en la plaza [Junín] cubierta de lodo. L
jornada fue de seis leguas” (Guerrero, Julio 1924: 209) 102.

Otro informe de Cáceres, siempre encuadrado en lo que es Cacas: “ante


una falsa alarma de cercana presencia enemiga, el General Silva aceleró la
marcha de la vanguardia que comandaba” (Comisión Permanente de la Historia
del Ejército del Perú 1882-1884: 497) 103.

Hay otras informaciones de la misma memoria:

55
“A las 04:00 horas partió el Ejército y Cáceres, siempre cuidando la
retaguardia, salió dos horas después. Se hizo alto en Cacas, pueblo de
puna, original por la forma de las casas, los techos de paja, en su mayor
parte de forma piramidal, truncadas, consumimos el rancho, se reanudó la
marcha a las 13.30 horas”. (Comisión Permanente de la Historia del
Ejército del Perú 1882-1884: 256) 104.
Cáceres pasó por Cacas el 22 de mayo de 1883, antes que se suscribiera el
Tratado de Ancón comandando su ejército compuesto por campesinos
indígenas y montoneros imbuidos de un fuerte espíritu patriótico; pobremente
armado, pero muy valientes y decididos. Cacas, con la filantropía de antaño, la
generosidad y la solidaridad de siempre, brindó a lo que estaba a su alcance,
para satisfacer al ejército cacerista: “Cacas proporcionó bayetas e hilados para
vestir al ejército del Centro” (Comisión Permanente de la Historia del Ejército del
Perú 1882-1884: 974) 105.
En la escuadra de Cáceres también estuvo enrolado un sampedrano
llamado Eusebio Silva. De Estrella (1954), cogemos unos párrafos donde hace
mención al valeroso soldado, cornetero del Batallón Zepita, héroe de la batalla
de San Juan y Miraflores:

“un sobreviviente de la Guerra con Chile es el anciano Eusebio Silva de 92


años de edad (en 1954); quien se enfiló al ‘Batallón Zepita’, permaneció
mucho tiempo en el Cuartel General de Matucana junto con su coronel
Cáceres, de donde se retiraron hacia Tarma al percibir el acercamiento del
ejército chileno al mando de ‘Linch y Gana’. Después, cuando el Coronel
Cáceres, es perseguido por divisiones chilenas y se dirige al Cerro de
Pasco, nuestro sobreviviente Silva toma parte nuevamente.
En Atacayán, Silva, nuestro sobreviviente se evacúa del escuadrón de
Cáceres, para huir sin ser visto hacia su tierra natal San Pedro de Cajas”
(Estrella, Irene. p. 29) 106.

Luego refiriéndose a las atrocidades del enemigo Estrella narra:

“Mientras tanto los chilenos se detienen en los terrenos de Cajas, para


saquer casas, robar y matar vacas y carneros. En la estancia llamada
56
‘Patahuay’ cuyo propietario es Bito Espinoza y su esposa Rosa Huaynate
[hoy pertenece a la familia Amaro - Palomino], al tener noticia del
acercamiento de los chilenos y sus instintos salvajes, deciden hacerle una
recepción aclamándoles con flores y palabras de bienvenida,
proporcionándoles alimentos, animales y hospedaje, motivo por el cual no
fueron víctimas de sus ferocidades y pillerías. Todo lo contrario, sucedió
en las estancias vecinas y en las otras, por ejemplo: en Chahuacancha
robaron, violaron e incendiaron por el hecho de no ser esperados y
recibidos” (Estrella, Irene. 1954: 29-30) 107.

1.4. ÉPOCA REPUBLICANA

En estas épocas las intendencias llegan a su fin el 12 de febrero de 1821


dictado por José de San Martín. Al nacer la nueva república, las intendencias se
convirtieron en departamentos, estos se subdividieron en provincias, distritos y
anexos.
La Intendencia de Tarma se convirtió en el departamento de Tarma por
Reglamento Provisional del General San Martin, Tarma como su capital y Jauja,
Huancayo y Pasco como sus provincias. El 04 de noviembre de 1823 en el
gobierno de José Bernardo Tagle, se dispone la unión de los departamentos de
Tarma y Huaylas (Ancash), conformándose de esta manera el departamento de
Huánuco, pero manteniéndose a Tarma como su capital hasta 1839.
Después de la Batalla de Junín del 06 de agosto de 1824, Bolívar en
homenaje a la batalla ganada al ejército realista, por Decreto Ley del 13 de
setiembre de 1825 cambió el nombre del departamento de Huánuco a
Departamento de Junín, Huánuco asumiría como capital de departamento en
1840, posteriormente las riquezas mineras de Cerro de Pasco influirían para
convertirse en la nueva capital del Departamento de Junín en 1851.
En todo este proceso de la guerra por la independencia e inicio de la
república, Cacas siguió perteneciendo como anexo al distrito de Junín. Tarma
fue creada como provincia por ley del 14 de diciembre de 1855 comprendiendo
los siguientes distritos: Junín (entre sus anexos figura Cacas), Carhuamayo,
Yauli, Chanchamayo y Tarma.

57
En la Memoria Anual del Ministro de Justicia del Congreso de 1901, a San
Pedro de Cajas aún se menciona con el nombre de San Pedro de Cacas, anexo
de Junín y como Juez de Paz del mismo a don José Meza (Congreso Ordinario.
Memoria Anual del Ministro de Justicia, Instrucción y Culto 1901: 546) 108.
El 03 de octubre de 1901 se crea el distrito de Palcamayo luego de una
observación, se crea como un distrito de la provincia de Tarma, fue en ese
momento que Cacas dejaría de pertenecer al distrito de Junín para pertenecer
al nuevo distrito naciente como un anexo más. Cacas se desmiembra de Junín
luego de 360 años, o sea desde 1544: “Art. 1º- Crease en la provincia de Tarma
un nuevo distrito, compuesto de los pueblos de Palcamayo, Cacas, Yanec y
Huasahuasi” (Nueva Legislación Peruana. Leyes y Resoluciones del Congreso
1904: 10) 109.
El 15 de enero de 1931, durante el gobierno militar de Luis M. Sánchez
Cerro, se declara el traslado de la capital del Departamento de Junín, de la
ciudad de Cerro de Pasco a la ciudad de Huancayo, mediante Decreto Ley
7001.

1.4.1. Creación de la Comunidad Campesina de San Pedro de Cacas

El 29 de enero de 1926, concretando una posición de principio establecida


en la Constitución de 1920 y explicada en las Resoluciones Supremas del 25 de
agosto y 11 de setiembre de 1925, el líder de la Patria Nueva, Augusto B.
Leguía; auto designado “Apu Capac” de los indígenas, firmaba la resolución de
reconocimiento de cinco comunidades campesinas: Lorena de Huaral y San
Pedro de Huancayre, en el departamento de Lima, Anccaschacca y
Ccoyllurpuquio en el Cusco, y San Pedro de Cajas, en el Departamento de
Junín.

«Las dos terceras partes de nuestra población están constituidas por los indios.
El Indio, pues, lo es todo en el Perú y, en cambio, le damos un tratamiento de
siervo. Urge pues reincorporar al indio a la vida nacional»

Así, con esa proclama concretaba las primeras cinco creaciones del tan
mentado nombre “COMUNIDAD CAMPESINA”.

58
La firma del Apu Capac aquel 29 de enero de 1926 otorgaba partida de
reconocimiento a uno de los mitos sustentadores de nuestra débil identidad
colectiva, aquel de la comunidad campesina democrática, igualitaria, heredera
de los incas y solidaria en su pobreza, a la que tanto habían contribuido
visiones globalizadoras como la de Mariátegui y los indigenistas.

Según el Sistema de Información sobre Comunidades Campesinas del Perú


(SICCAM), al concluir el cuarto trimestre del 2018 la base de datos del
organismo en mención registraba 7,267 comunidades campesinas; una de ellas
es la Comunidad Campesina de San Pedro de Cajas, creada aquel 29 de enero
de 1926. Desde entonces, y por más de 90 años en comparación con su
pasado ancestral, a trajinado de trecho en trecho, mientras que unas
comunidades quedaban obsoletas y relegadas, otras se volvían modernas,
cibernéticas o tecnológicas. Unos se quedaron mirando sus tierras, se hicieron
Campesinas porque las arengas del Estado donaban “alguito”. Ignoraban en lo
que se refiere a propiedad y al proceso de apropiación de la tierra.

Los ayllus mantenían una forma triple de manejo de las tierras: las del
Estado (del Inca y del Sol), las de los señores locales (tierras del kuraka) y las
que las familias usaban para su sustento. A estos usos, se suponía que la
tierra de los ayllus estaba relacionada con el lugar de origen (pacarina) de los
ancestros. Con la colonia se constituyen otro uso de la propiedad: se incorporan
límites fijos –y no móviles como antes- y se distingue entre tierras municipales
(“de comunidad”), de repartimiento (de los grupos de indígenas) y privadas (de
indios o españoles), cada una de ellas con diferente regulación. Las tierras
comunales coloniales eran de cada pueblo –y existían en pueblos de indios y
en pueblos de españoles-, y servían para el aprovechamiento colectivo, pero
nunca llegaron a ser significativas.

Con la república las tierras de repartimiento se vuelven “privadas” y aparece


la “propiedad comunal” ahí donde la tierra pertenecía a múltiples familias. Es
sobre estas tierras que se constituyeron –durante el Siglo XX- las propiedades
comunales. Esta fue, la naciente, el origen de las tierras comunales. Bajo estas
estructuras mal formadas es la que el Apu Capac Leguía firmo la resolución del
26 de enero de 1926.
59
¿Qué ha pasado con la Comunidad de San Pedro de Cajas hacía el Siglo
XXI? Hemos mantenido incólume nuestra historia rica y vívida, como lo
demuestra este trabajo que estamos desarrollando. Tuvimos una formación
didáctica de nuestro legado, razón por las cuales exhumamos y rememoramos
nuestra identidad indígena y campesina. No obstante; parece inaudito, algo
insólito que, siendo descendientes; primero, del pre inca Chuyaq, luego estos
sometidos al imperio Huari, y en la decadencia de estos sojuzgados a los
huancas que luego serían dominado por la administración del Cusco con los
desplazamientos de estos a Patamarca, no haya "cuajado", en los estamentos
burocráticos de las muchas administraciones de la llamada Comunidad
Campesinas. La cultura y cosmovisión inca pasan desapercibidas desde antaño
en esta institución.

Los ritos y las costumbres ancestrales sobrevivieron gracias a los


protagonistas; a los diversos portadores, actores de estas actividades: los
monedores, mayoralas y los mayordomos como funcionario; administrador y
auspiciador de la fiesta, y la misma comunidad, que sin estar inmiscuida en
‘Campesina’ fue protagonista activa; para reconocer su pasado, su legado; que
hoy la siente suya y la festeja, lo celebra con algarabía y llena de pleitesía.

1.4.2. Creación del Distrito de San Pedro de Cajas

Cacas dejaría de ser anexo de Palcamayo el 30 de octubre de 1932 según


Ley No 7629, fecha en que logra su ascenso político como distrito de la
provincia de Tarma del Departamento de Junín, cambiando su denominación a
San Pedro de Cajas, tal como se mantiene hasta hoy.
No existe información fehaciente e ignoramos del porqué se cambió el
nombre de Cacas por Cajas, presumimos que dicho cambio debió haberse
modificado por el Comité Progreso Local Pro-Distrito gestado el 29 de enero de
1929 sin ningún sustento de toponimia u onomástica geográfica.

Cuando se recibe en la Cámara de Senadores el proyecto de creación del


distrito sustentado por el Senador por Junín Alberto Salomón Osorio, dicho
proyecto se aferra con el nombre Cajas.

60
Para el 04 de marzo de 1932; la cámara en debate, el diputado Velarde
había convenido cambiar el nombre de Cacas por San Pedro de Tarma.
El diputado Vara Cadillo fue más
acertado, él argumentó en el debate
que como se pronuncia “Ccaccas” en
castellano resulta Cacas, pero que
éste nombre Cacas no está conforme
con la etimología del lugar, propone
que sería mejor “Gagas”
castellanizado que quiere decir lugar
peñascoso, que por consiguiente debe
escribirse con G y no con C, además
invocaba que es interesante y
conveniente no alterar la toponimia
que suele prestar importantes datos a
la Historia, a la Geografía y a otras
Ciencias (Congreso Constituyente
110
1931) . Más prevaleció el proyecto
presentado por el Comité pro-distrito al
Sr. Salomón del 18 de noviembre de
1929, sin percatarse de la toponimia y
desconocimiento histórico de
procedencia del vocablo.

LEY NRO. 7629

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Por cuanto el Congreso Constituyente ha dado la Ley siguiente:


EL CONGRESO CONSTITUYENTE
Ha dado la Ley siguiente:

Art. 1º.- Créase en la provincia de Tarma el distrito de San Pedro de Cajas el


cual tendrá por capital el pueblo del mismo nombre y comprenderá además del
61
citado pueblo, el de Chupán, perteneciente hoy al distrito de Junín, y los de
Acancocha y Yanec que serán segregados del distrito de Huasahuasi, al que
pertenecen.
Art. 2º.- El nuevo distrito de San Pedro de Cajas, tendrá los siguientes linderos:
al Norte los distritos de Ulcumayo y Huasahuasi; al Este el de Palcamayo; al
Sur la Linea del Ferrocarril de La Oroya a Cerro de Pasco y al Oeste, el distrito
de Junín.
Art. 3º.- Autorízase al Poder Ejecutivo para que disponga lo conveniente a la
organización política, administrativa y judicial de este nuevo distrito.

Comuníquese al Poder Ejecutivo, para que disponga lo necesario a su


cumplimiento.
Casa de Congreso, en Lima, a los treintiún días del mes de octubre de mil
novecientos treinta y dos.

Clemente J Revilla, Presidente del Congreso; - M. Wenceslao Delgado,


Secretario del Congreso; - C. Reátegui Morey, Secretario del Congreso.

Al señor Presidente Constitucional de la República.

Por tanto: mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido


cumplimiento.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los treinta y un días del mes de
octubre de mil novecientos treinta y dos.

LUIS M. SÁNCHEZ CERRO

J. Chávez Cabello.

DIARIO OFICIAL EL PERUANO, Lima, jueves 3 de noviembre de 1932, AÑO


91.- TOMO II, SEMESTRE II – No 100, Oficinas y Talleres ORTIZ No 313.

62
1.4.3. Fiestas Patronales del distrito de San Pedro de Cajas.

La Fiesta Patronal de San Pedro de Cajas se realiza entre los días 12 de


junio y 4 julio de todos los años; es una manifestación religiosa, cultural y
ancestral desde cuando se adjudicaron los terrenos en mayo de 1627.

Religiosa, por lo que se realiza actividades dedicadas a San Pedro de


Patamarca considerado como patrón protector del pueblo antiguo de
Gagasmarca, de San Pedro llamado el Patrón del hoy San Pedro de Cajas, San
Pablo, Corpus Christi, San Antonio de Padua y el Niño Viajero; actos
celebratorios litúrgicos entre los días 29 y 1ro de julio, siendo el Día Central el
29 de junio recordando el martirio de Simón Pedro y Pablo de Tarso en Roma
bajo el gobierno del emperador Nerón. Además de otras actividades culturales,
como el concurso de bandas de músicos, concursos de chalanes, matizados
con danzantes de los arrieros, la chonguinada, los tunanteros, etc.
Antiguamente esta festividad era también acompañada con el deporte del
fútbol, incluso los mayordomos presenciaban los encuentros acompañados con
sus respectivas bandas de músicos; actualmente se dejó esta costumbre.

Esta Fiesta Patronal tiene como propósito la integración de todos los hijos
nacidos en sus entrañas, como también a los que residen en diferentes lugares;
invitar a los visitantes, incluso a los turistas.

Esta manifestación de suma importancia suele considerarse de todo un


festín que significa gastos económicos por los encargados de la mayordomía,
como son; en prendas de vestir, alimentos y bebidas, contratación de bandas
de músicos, además de la confección de cohetes y fuegos artificiales, la corrida
de toros, confección de frazadas para que duerman los músicos. En la décadas
anteriores a los cuarenta, las bandas de músico estaban conformados de solo 8
o 9 integrantes y a medida que los años pasaban se fue incrementando; en la
década de los cincuenta y sesenta ya conformaban de 16 a 18 músicos, a fines
de setenta para adelante; conformaban alrededor de 22 números, actualmente
la banda de músicos es un grupo de más 32 integrantes y se presentan con sus
abrigos, casacas impermeables para contrarrestar el frio, por eso las frazadas
los utilizan solo para dormir, otros buscan lo confortable y se alojan en hoteles,
que es otro gasto adicional de los administradores de fiestas. Eso de hacer tejer

63
las frazadas por parte de los mayordomos sigue latente, no ha cambiado; se ha
consolidado como una costumbre que nació hace más de 90 años atrás.

Para esta actividad se ve la participación activa en los preparativos a los


vecinos y voluntarios. También se ve la participación, contribución y
cooperación de grupos familiares, compadres, amigos y conocidos que ayudan
a sufragar los gastos que el mayordomo debe realizar considerados como
alferescos o ayuda voluntaria. A esto se suma una actitud competitiva entre los
mayordomos de diferentes apóstoles, como San Pedro Patrón, San Pedro de
Patamarca, Corpus Christi, San Pablo, San Antonio de Padua con su Niño
Viajero.

Los mayordomos se comprometen en forma voluntaria a pasar la fiesta.


Antiguamente casi era obligatoria, porque los pasantes de la Fiesta Patronal
estaban exonerados de otras obligaciones dentro de la comunidad. Siempre
han producido cambios en las últimas décadas, lo esencial es mantener una
costumbre viva que nos legaron nuestros antepasados

1.4.4. Festividad de la Bajada de Patamarca.

Veremos detalladamente la festividad de la “Bajada de Patamarca” en el


Capítulo III.

64
CAPÍTULO II:

PRINCIPALES RITOS DE LA BAJADA DE PATAMARCA

El rito es un evento o ceremonia que se repite de acuerdo a normas


preestablecidas social y culturalmente, a través del cual se convocan
periódicamente el sentir y pensar de los participantes. Además, las ceremonias
rituales se realizan con el fin de afirmar creencias, pensamientos y
sentimientos.

Adicionalmente, para cumplir los ritos de la “Bajada de Patamarca” y


desarrollo de esta fase, se coordinaron con los señores mayordomos,
monedores y mayoralas de las diferentes imágenes quienes son directos
responsables de administrar la Fiesta Patronal del mes de junio - julio en el
distrito de San Pedro de Cajas. Para salvedad, haremos referencias generales
en describir los papeles que desempeñan cada uno de estos actores
nombrados y las diferentes actividades rituales previos al peregrinaje.

2.1. LIMPIEZA DE LA CAPILLA DE PATAMARCA

La limpieza de la capilla consiste en arreglos generales, tales como; limpieza


de podio, acomodo y aseo de las bancas, colocación de arreglos florares de la
imagen San Pedro de Patamarca. Está previsto muchas veces hacerlo una
semana antes por los contra tiempos de la fiesta. Don Jorge Espinoza nos
65
relata que para él, primero está la casa del San Pedro y… luego; los otros
quehaceres de la fiesta.

2.2. GARAPACUY

Rito sagrado. En castellano acto de servir, verbo regular viene de servirse y


servir a otros.

El garapacuy es un acto ritual mediante el cual, se ofrece un tributo a la


Pachamama, al wamani u otras deidades andinas a través de la coca, con la
finalidad de obtener un favor determinado.

En esta oportunidad, los Mayordomos, las Mayoralas y Monedores hacen su


garapacuy en diferentes actos de la Fiesta Patronal. Son estos dos últimos
personajes las que piden al despensero o bodeguero del mayordomo y le
solicitan la coca, el ishco y la ylla para el garapacuy.

El primer momentos del garapacuy es pagar tributo al Auquish Patrón de


San Pedro de Patamarca, para esta recreación son los Monedores y Mayoralas
las que solicitan la coca al dispensador; con ello junto al ishco, el ylla, el cigarro
y el aguardiente, más la chicha de jora extraída del aswa, brindarán al pescador
para que les proteja y les vaya bien la fiesta.

En las primeras horas del 24 de junio los Monedores, Mayoralas y los


Mayordomos de los dos San Pedros harán su garapacuy en un lugar fijado del
hoy Cerro de Patamarca. Luego de este rito vendrá el pishtapacuy (matar las
ovejas para consumo de su carne durante la fiesta).

El garapacuy en otro momento, es también brindar los mismos elementos


descritos a los invitados, visitantes y familiares concentrados en la casa del
mayordomo. Esto se realiza con la finalidad de que los presentes cooperen con
desarrollo de las Fiestas Patronales.

El Monedor cogido del wallqui repleto de coca distribuye a los concurrentes,


unos reciben por costumbre con las dos palmas de las manos abiertas, otros
tienen sus propios wallquis. Cada cual por costumbre desmenuzan unas
cuantas hojas de coca y se quitan el sombrero clavando la mirada a las colinas
del Patamarca, soplan gesticulando sus deseos pronunciando: “Apu Yaya Taita
Auquish”, bendíganos a todos los que haremos por esmerado costumbre de
66
preparar, el shihuayru, la shajta, y el armachicuy, con estos deseos el
mayordomo del Auquish Patrón de San Pedro de Patamarca, inician sus
actividades. Los guiadores son el Monedor y la Mayorala y por su puesto el
personal de servicio que con sus copetines estarán atento cogido la damajuana
llena de aguardiente. Cuando el frio es fuerte, el Monedor o la Mayorala
ordenaran preparar el famoso sorbo caliente llamado calichi, preparado con
insumos de yerbas aromáticos y curables para todo mal de altura. De rato en
rato el servicio acude con las copas de aguardiente y de momento ya la música
está alegrando los corazones. Huaynos, mulisas y yaravíes atronadores estarán
volando por los aires.

2.3. EL ARMACHICUY

Es la modalidad de preparar macetas de flores y arcos polícromas en un


armazón de madera. Para el desarrollo de esta actividad los monedores y
mayoralas son las que proporcionan las diferentes variedades de flores. Ellos
son las que diseñan y vigilan para que el armazón vestido de flores sea lo más
vistoso. Este acto del armachicuy se hace tres veces al año por los
mayordomos de San Pedro de Patamarca, San Pedro Patrón, San Pablo,
Corpus Christi y San Antonio de Padua, entre el treinta y uno de diciembre, el
Sábado Gloria en Semana Santa y el 27 de junio. Esos mismos días se hace el
recambiado de ropa de los santos citados.

El armachicuy, palabra quechua-español, de armar o tejer con pétalos de


flores, siempre será vigilado por los monedores y mayoralas quienes se fijarán
en personas que sepan hacer el tejido en el armazón de la maceta y el arco, la
persona seleccionada debe saber tejer y matizar los colores de las flores. El
trabajo se empezará siempre haciendo el garapacuy, luego se soltará un par de
cohetes anunciando que se está empezando la labor del tejido. Luego de un
descanso a mitad de la labor se suelta un cohete y se brinda el ponche
sampedrano para luego reanudar y dejar listo las macetas que serán
trasladadas a la iglesia y puestas en el anda de las diferentes imágenes. Ya
acabada la confección del arco y macetas los mayordomos se dirigen a la
iglesia y dejar en manos de las mayoralas y monedores que ellos hagan los
cambios arriba descritos.

67
Entonces, quedan preparados y expeditos el Auquish, San Pedro Patrón y
San Pablo para la peregrinación del día 28 de junio y el 30 de junio de San
Antonio de Padua. El armachicuy se realiza un día antes de la peregrinación.

2.4. LA MISHQUIPADA

Este acto deviene desde la época de los incas. La hoja de coca se


consideraba una planta mística que solo el inca podía tener acceso y para
ceremonias religiosas se realizaban sacrificios con el fin que sus ancestros los
protejan. Además, les ayudaba a pronosticar el futuro observando las hojas de
coca después de haberlo chacchado o masticado y escupido en sus manos.

Durante la decadencia del estado inca, el consumo de la coca se divulgó a


todas las llactas, dejando de ser un vicio para convertirse en un hábito diario de
los runas. La mishquipada se lleva a cabo poniéndola una a una la hoja de coca
en la boca y ponerla entre la mejilla y la mandíbula junto con la cal (carbonato
cálcico y carbonato magnésico), que siempre estará cobijado en el ishcopuru.
La mezcla de estos tres elemento; coca, saliva y cal forman una bola que
incluye alcaloide y nutrientes y, a esta bola; los sampedranos le llaman bolear,
persona que no tiene su boleo, es seguro que será multado.

Este acto es el más atractivo que se sustenta en los consumidores


cotidianos para dialogar, comentar o bromear donde prevalece algunas veces
las comedias picarescas. La mishquipada también se hace en diversos
acontecimientos de la fiesta. En los días particulares, incluso; la mishquipada es
un buen acto para pasar gratos momentos de conversación.

2.5. PEREGRINAJE A PATAMARCA

Detallado con amplitud en el Capítulo III.

2.6. PRIMERAS ETNOGRAFÍAS DE LA MISA Y PROCESIÓN EN HONOR AL


PATRÓN SAN PEDRO “EL AUQUISH”

2.6.1. Capilla de Cacaspata (Patamarca)

Para enunciar sobre los ritos religiosos de la misa y procesión; antes, nos
centrarnos en la edificación de la capilla o iglesia que dio origen a este rito en

68
San Pedro de Cajas. La construcción de la Capilla de Cacas, tiene su origen en
los Concilios Limenses llevados a cabo entre los años 1551-1772.

En el Primer Concilio Provincial Limense de 1551-1552 por convocatoria del


primer arzobispo, por ende; Obispo de la Ciudad de Reyes, Fray Gerónimo de
Loayza y con la participación de
los prelados de las órdenes de
Santo Domingo, San Francisco,
San Agustín y Nuestra Señora de
la Merced; se da la orden de
doctrinar a los indios en el Santo
Evangelio y la fe católica. Cacas
no fue ajeno a ello; además, se
ordena la construcción de las
iglesias en el virreinato. Vargas
Ugarte, 1951, p. 8, nombra un
extracto del Concilio Limense:

(…) se hagan iglesias,


conforme a la cantidad de la gente dél, en la cual se administren todos los
sacramentos (…) mandamos que los sacerdotes que estuvieren en la
doctrina de los naturales en los pueblos de indios den orden y procuren
con diligencia cómo en cada repartimiento (…) y procurará el tal sacerdote
de adornarla de arte que entiendan la dignidad del lugar y para lo que se
hace, dándoles a entender que es aquel lugar dedicado para Dios”
(Vargas Ugarte 1951: 9) 111.

Se ordena también la construcción de capillas (casas pequeñas) en pueblos


pequeños como es el caso de Cacas, en 1552 se ordenaba:

“Y en los demás pueblos pequeños que no hobiere posibilidad para hacer


iglesia, hagan una casa pequeña, a manera de hermita, para este efecto,
donde pongan un altar adornado con una imagen o imágenes, en la mejor
manera que pudieren; y donde fuere tan pequeño que para esto no haya
posibilidad, a lo menos señalen un lugar decente con una cruz, donde se

69
les diga la doctrina y platique las cosas de la fée” (Vargas Ugarte 1951: 8)
112
.

Quizá ello explique el tamaño de la estatuilla del San Pedro Patrón de los
Patamarcas de 1627 que apenas medía 32 cm.

Las primeras estelas de la existencia de la


Capilla en Patamarca encontramos de la Primera
visita que duró siete años entre 1584-1590 y
Tercera (1601-1604) realizada por Santo Toribio de
Mogrovejo: “Las capillas parecían barracas pues no
contaban ni con puertas ni llaves, llegando incluso a
que los indios robasen a sus finados para
llevárselos a sus guacas” (Benito Rodríguez, José
A. 2006: XXXIV [34]) 113.
La primera visita de Mogrovejo fue entre 1584 y 1591 que duró siete años,
en diciembre de 1587 entra en la zona de Huánuco y en enero de 1588 regresa
a Lima para consagrar al obispo de Panamá. Regresa a Junín y en junio recorre
el Valle del Mantaro visitando Sicaya. Es en este tiempo, a su regreso a Junín;
que confirma a 25 ayllos que conforman esta doctrina de Tarma, donde se
encontraba San Pedro de Cacas. En el libro se puede observar: “San Pedro de
Cacas. En este ayllo hay 27 indios tributarios, 9 muchachos de 9 a 17; 26
muchachos de 10 abajo, 8 indios viejos/14 indios. Confirmáronse 155 ánimas”
114
(Benito Rodríguez, José A. 2006: 199) , consideramos que al referirse a los
155 animas; suma los indios confirmados en la primera y tercera visita. Dicho
sacramento de confirmación se realizó posiblemente en la Capilla de
Patamarca.
En la tercera visita Santo Toribio recorrió los siguientes pueblos:

“La tercera visita comenzó el 8 de agosto de 1601. En ella, Santo Toribio


recorrió. Las provincias de Canta, Huarochirí (…) en setiembre está en
Sicaya (…) Bombón, Paucartambo, San Miguel de Ullucmayo, Vico,
Pasco. En abril de 1602, toma la ruta hacia Junín y Huánuco, por Sicaya,
Chorrillos, Yauyos (…) Tarma, Santa Ana de Pampas, San Jerónimo de la
Oroya, Vilco, Palco” (Benito Rodríguez, José A. 2006: 211) 115.

70
Durante esta visita Santo Toribio confirmó a 68 indios en San Pedro de
Cacas, como se muestra un cuadro de la página 211 del libro del Visitas
recopilado por Benito Rodríguez.
Los documentos más antiguos que respaldan el argumento que para 1610
San Pedro de Cacas ya contaba con una capilla, lo encontramos en un caso
seguido al cura de Chinchaycocha Alonso Osorio, quien también estuvo a cargo
de la iglesia de Cacas, por ser este anexo de la Doctrina de Chinchaycocha.
Según el Sexto Concilio Limense en su capítulo 14 dice: “Del modo que los
curas deben tener en asistir á los Anexos, Obrages, &, y que en todos los
pueblos donde los consideren necesarios nombren fiscales” (Vargas Ugarte
Concilios Limenses. Cap. 14:16) 116.

En “Los Doctrineros y la Extirpación de la Religión Indígena en el


Arzobispado de Lima, 1600-1620” por Antonio Acosta Rodríguez, leemos en la
página 94:

“Un nuevo Juez Visitador de idolatrías nombrado hacia mediados de la


década de 1610 que se vio afectado por un pleito con anterioridad fue
Alonso Osorio [cura], acusado de tener actividades económicas en su
doctrina de los Reyes de Chinchaycocha (…)” 117.

Las quejas se referían a numerosas relaciones de Osorio con indias de la


doctrina, así como a su intervención en un activo comercio con los indios de
diferentes artículos.

Acto seguido se presenta el fiscal de San Pedro de Cacas, Miguel


Caxaricapa como testigo del caso; en la pág. 95, se puede leer:

“Por otro lado, un tal Miguel Caxaricapa, fiscal del pueblo de San Pedro
de Cacas desde hacía más de catorce años [El caso del cura Osorio se
desarrolló en 1610, Caxaricapa fue fiscal desde 1596 aproximadamente],
declaró que en una ocasión -no se sabe si sería la misma que la anterior-
en que partieron A. Osorio y Orellana a Lima, el último volvió y le entregó
al testigo 80 paños de lienzo (…) y también cuatro manojos de rosarios,
con 24 más o menos cada uno. Caxaricapa vendió los paños a ocho

71
reales y los rosarios a cinco reales la unidad, entregando la plata a
Orellana [mercader dueño de las recuas de llamas], (…) en el arzobispado
se sospechaba que uno de los caciques del pueblo pudiera haber reunido
a la comunidad, antes de comenzar los interrogatorios, advirtiéndola de no
declarar en contra del cura. De ser cierto esta sospecha, es claro que
existía complicidad entre los caciques, A. Osorio, los comerciantes y,
eventualmente, el corregidor completándose una red casi perfecta” 118.

El proceso seguido al cura Osorio estuvo a cargo del vicario de Vico y


Pasco; Francisco Arroyo Naharro. Tras el proceso Alonso Osorio fue
encarcelado en el arzobispado de Lima, siendo absuelto posteriormente por el
Provisor F. de Vega, y restituido a su doctrina en marzo de 1614. En este
proceso se detecta la importancia del grupo que rodea la figura del cura y que
cumplía un rol importante en su función de apoyo como es el de fiscal. Hay que
subrayar que el cura Alonso Osorio tenía fijado su residencia en Chinchaycocha
por ser este el pueblo más importante del curato del mismo nombre, tal como
se afirma en Concilios Limenses Tomo III de Rubén Vargas Ugarte página. 18:
“siendo muchos los pueblos al cuidado de un solo cura, este había de fijar su
residencia en el más importante o cabeza del cacicazgo y allí ha de abrir
escuela para los niños de los caciques y principales” 119.

Pero, ¿quién fue el fiscal Miguel Caxaricapa? Caxaricapa etimológicamente


proviene de Caxa = gaga o qaqa que significa roca o kasha cuyo significado es
espina, Ricapa significa ver o el que ve; luego Caxaricapa es el que ve en la
roca o el que ve en la espina, en todo caso nos estaríamos refiriendo a un
adivino o al descendiente de algún sacerdote inca que tenía como función
observar el cumplimiento de los mandatos imperiales, acaso estamos hablando
de un tucuiricuc (el que todo lo ve). Como vimos anteriormente el fiscal venía a
ser ayudante del cura: referente a ello en el libro Concilios Limenses de Rubén
Vargas Ugarte, Tomo II, 1952, página 16 dice:

“Para suplir esta falta (de curas) probidamente disponen las Leyes de
estos Reynos, y los Concilios Provinciales de esta Metrópoli, que, en todos
los pueblos, y Anexos, donde se consideraren necesarios, se destinen y
72
señalen unas personas con el nombre de Fiscales, las más acomodadas
para el caso, que ayuden a los Curas en el exercicio de la enseñanza de
la Doctrina” (Vargas Ugarte, Rubén 1951: 16) 120.

Del caso expuesto concluimos reafirmando que la Capilla de Cacas


(Patamarca) se construyó entre los años 1551 y 1596, y… ¿Cómo llegamos a
esta consumación? Expusimos líneas arriba que primero fue la orden de
construir iglesias en el Primer Concilio Provincial Limense llevado a cabo en
1551-1552, y Cacas, sin duda; no pudo escapar a esta Orden del Concilio.
Luego está el caso seguido al cura Alonso Osorio donde se afirma que Miguel
Caxaricapa para1610 seguía siendo fiscal del pueblo de San Pedro de Cacas
desde hacía más de catorce años, esto nos lleva al año 1596. Son datos que
legitiman nuestra posición.

No obstante, encontramos información que respalda la existencia de una


Capilla en el Patamarca. En los archivos de la Compagnie de Jesús, Rome,
Peru19-Peruana Historia donde existe una carta recogido por el cronista Fabián
de Ayala que data del 25 de marzo de 1614. Ayala fue uno de los primeros en
participar en la campaña sobre la extirpación de la idolatría emprendida en
1610 junto a Francisco de Ávila en la destrucción del Santuario del Pariacaca
en Huarochirí, además; fue el primer corregidor de idolatrías nombrado a
principios de enero de 1610. Ayala fue natural del Cuzco.
Ayala en 1613 recorrió la región del Chinchaycocha en compañía de Gabriel
de Angulo y del visitador Diego Ramírez quien fue nombrado visitador de
idolatrías por real célula del 1º de junio de 1612. Los extirpadores de idolatrías
solían usar a los sacerdotes residentes o religiosos para obtener información.
Según la carta anual de 1613, indica que Chinchaycocha estaba corrompido de
ritos e idolatrías. Los primeros cuatro jesuitas que fueron enviados a
Chinchaycocha son los curas Cristóbal de Olmedo, Benito Arroyo, Miguel de
Salazar y Gabriel de Angulo.
Ayala escribe que en Reyes, hoy Junín; se estaba desatando una epidemia
indefinida de sarampión. De allí partieron para San Pedro de Ninacaca y el
padre Benito Arroyo cayó enfermo y murió. Gabriel de Angulo fue enviado a
Quivi (podría ser Shelvi), mientras que los padres Miguel de Salazar y Cristóbal

73
de Olmedo fueron enviados a San Pedro de Cacas a continuar con la campaña
de extirpación de idolatrías. En el libro “Une Petite Chronique Retrouuvée:
Errores, ritos, supersticiones y ceremonias de los yndios de la provincia de
Chinchaycocha u otras del Piru” de Pierre Duviols. 1974, páginas 286-287
cogemos:

“La lettre annuelle de la Province du Pérou de 1613 jette quelques lueurs


sur les visites à Chinchaycocha où «la gente estaba inficionada de
idolatries» D'abord quatre Jésuites furent dépêchés: les Pères Cristobal de
Olmedo et Benito Arroyo et d'un autre côté Miguel de Salazar et Gabriel de
Angulo. Ils 'visitèrent Los Reyes de Chinchaycocha (aujourd'hui Junin) où
une épidémie non définie sévissait, puis San Pedro de Ninacaca où le
Père Arroyo tomba malade et mourut. Gabriel Angulo fut rappelé, tandis
que les Pères Salazar •et Olmedo poursuivaient leur campagne à San
Pedro de Caca. Ensuite Gabriel •de Angulo se rendit à Quivi (?) où il fut
rejoint par Fabian de Ayala. Tous deux continuèrent jusqu'au village de
Vixcas «de 200 tributarios y 600 almas de •confession... el más antiguo de
esta tierra que nunca se ha querido reducir ni dejar aquel puesto que es
casi inaccesible por su altura»” 121.

Habiendo llegado a San Pedro de Cacas los padres extirpadores de


idolatrías Miguel de Salazar y Cristóbal de Olmedo en 1613, como en los
demás pueblos quitaron adoratorios y pusieron cruces, confesaron a los indios
de este lugar, luego; los curas partieron a Jauja y llegó a Cacas la peste del
sarampión. Quizá este sea otro de los casos de origen de fijar cruces en las
crestas de los cerros como lo es el Cerro Cacaspata (Patamarca), Jerusalén,
Cruz Loma, entre otros para contrarrestar la epidemia mediante la fe.

Como acabamos de ver, hay reiterada presencia de los jesuitas en Cacas,


que a lo largo de ese tiempo recorrieron tierras de los qaqashmarcas. Sin
embargo, otro dato importante que afirma la existencia de la Capilla en
Patamarca, lo encontramos en el año 1623 en el caso seguido al cura Plácido
Antolínez, cura de los Reyes de Chinchaycocha. En “Los Doctrineros y la

74
Extirpación de la Religión Indígena en el Arzobispado de Lima, 1600-1620” por
Acosta Rodríguez, Antonio. 1600-1620: 101, dice:

“En 1623, siendo cura de Los Reyes de Chinchaycocha [Plácido


Antolínez], fue acusado por don Lorenzo Puypachagua, alcalde ordinario
de San Cristóbal de Pacasmayo [Palcamayo], de haberle azotado hasta
hacerle sangrar, en la sacristía de la iglesia de San Pedro de Cacas. El
motivo del castigo era que Puypachagua había declarado contra Antolínez
en otro pleito que los indios le habían puesto con anterioridad y tras el
cual, obviamente, el cura había permanecido en la doctrina” 122.

De ello afirmamos que la Capilla de Cacas fue una iglesia para su época, la
referencia hace alusión de la existencia de una sacristía, el cual viene a ser una
habitación contigua a una iglesia donde se guardan las ropas y objetos
necesarios para el culto y el revestimiento del sacerdote.

Generalmente toda capilla o iglesia tiene un personal llamado Sacristán,


cuya responsabilidad antigua y contemporánea, es la de tañer las campanas de
las iglesias. Como vimos en el caso de Alonso Osorio en 1610, el fiscal Miguel
Caxaricapa cumplió esta función. Del mismo, podemos afirmar que la Iglesia de
Cacas estuvo a cargo por los casos descritos, del vicario de Chinchaycocha
desde finales del Siglo XVI e inicios del Siglo XVII.

¿Dónde estaba ubicada la iglesia de Cacas, mejor dicho del Patamarca?


Para ello hay que remontarnos, nuevamente a la Constitución 3da del Primer
Concilio Provincial Limense de 1551-1552, publicado por Vargas Ugarte en su
libro Concilios Limenses, Tomo I, Lima 1951, dice:

“Que las guacas sean derribadas, y en el mismo lugar, si fuere decente, se


hagan iglesias… mandamos que todos los ídolos y adoratorios que
hubiere sean quemados y derrocados; y si fuere lugar decente para ello
edifique allí iglesia, o al menos se ponga una cruz” 123.

75
Los curas creían que estas guacas estaban hechas en honra y culto al
demonio, en el caso de Cacas; la iglesia posiblemente se haya edificado sobre
y/o junto al Ushnu de Cacas (Patamarca), es por ello la capilla se encuentra
ubicada en la parte más alta del pueblo; del mismo, creemos que fue durante
este tiempo la destrucción de Ushnupunta (Ushnupata) ubicado en Callahua
sobre el Cerro Tantagaga y de otros centros ceremoniales que fueron
sustituidos por cruces. Los vestigios arqueológicos y culturales de la presencia
de estas guacas que perduran hasta hoy, se manifiestan con la presencia de
cruces; el entierro de añejo, el garapakuy, el chachchapakuy en el Patamarca y
la presencia del Ylla como objeto de culto ceremonial que forma parte de las
Fiestas Patronales.

En cuanto a la construcción de la iglesia del actual San Pedro de Cajas, nos


que remontarnos a los años posteriores a 1627 con la llegada de la imagen San
Pedro de los Patamarcas y al posterior trazado de la nueva ciudad conforme al
modelo de las reducciones toledanas; es decir, la iglesia ubicada en la plaza
principal del pueblo, aunque de ello no encontramos evidencias documentarias.
Las referencias bibliográficas de la construcción de la actual iglesia lo
encontramos recién a inicios del Siglo XIX (1800), tal como se menciona
Estrella, Irene 1954: 26, donde manifiesta: “Entre los años 1810 Y 1815 se
construyó la Iglesia Matriz, sufriendo caídas de sus paredes en 1818 y 1819,
motivo por el que fue inmediatamente reparada” 124.

Así mismo, es necesario mencionar que la iglesia de Cacas durante la


Guerra por la Independencia, sufrió diversos atentados entre los años 1800-
1857; como la quema de la iglesia, la fundición de la campana e incendio por
parte del ejército realista dirigido por Canterac, del mismo modo fue centro de
enfrentamientos entre el ejército realista y patriota como vimos en el capítulo I.

En preposición, la Capilla e Iglesia de Cacas (Patamarca) desde los


primeros vestigios de su existencia; que van desde 1596 hasta el día de hoy
han transcurrido 424 años. Del azote propinado al alcalde de Palcamayo don
Lorenzo Puypachagua en 1623 ha transcurrido 397 años. La llegada del Patrón
San Pedro de los Patamarcas ya transcurrió 393 años y con ello un sincretismo
cultural. La construcción de la Capilla de Cacas (Patamarca) dio origen al rito

76
de la misa y procesión cristiana sampedrana manteniéndose hasta nuestros
días.

2.6.2. Descripción histórica de la Misa

Según el diccionario de la RAE la palabra Misa de la Religión Católica está


definida como “la celebración en la que el sacerdote renueva en el altar el
sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino”.

En realidad, es la ceremonia religiosa en la que se celebra el sacramento de


la eucaristía y se hace el memorial de la muerte y la resurrección de Jesús,
consta de una primera parte en la que se leen las lecturas bíblicas del día y el
sacerdote hace la homilía y una segunda parte en la que tiene lugar la
consagración del pan y del vino y se reparte la comunión.

En la época del Tahuantinsuyo se habla de la existencia de un sacerdote


inca, quien cumplía la misión de propagar, mantener y oficiar el culto a una
determinada deidad. Además, en la misma categoría se incluyen una serie de
sujetos y funciones de muy diversa índole, que habrán de atender a una visión
de más popular, menos oficial. El sacerdocio oficial tiene una clara misión
político-religiosa.

El cronista Cristóbal de Molina, el Cuzqueño, nos señala varios tipos, como


el "calparicuqui", encargado de sacrificar animales y adivinar soplando en sus
entrañas, los "camascas", que curan con hierbas y también adivinan, o los
"achicoc", echaban suerte con granos de maíz y estiércol de carnero. El padre
Arriaga, por su parte, nos habla también de algunos tipos, como el
"punchaupuilla", capaz de adivinar hablando con el Sol, el "mosoc", que adivina
mediante los sueños, o el "aucachic" o "ichuris", realizador de confesiones.

Con referencia a ello encontramos información en la visita realizada por los


padres Miguel de Salazar y Cristóbal de Olmedo a San Pedro de Cacas y otros
pueblos del Chinchaycocha en 1613, de Duviols extraemos:

“Lo que más aprovecho para que del todo se descubriese fue la relación
que dio a uno de los nuestros un viejo insigne sacerdote suio diciendo que

77
en diez y siete parcialidades que en este pueblo ai, avia otras tantas
bóvedas de piedra donde estaban los cuerpos de sus maiores i entre ellos
algunos de los cristianos pabtisados a quienes hacían cada año solemne
fiesta y les sacrificaban carneros, cuies negros” (Duviols 1974: 286-
287)125.

Esto posiblemente esté relacionado con las actividades que señala el


cronista Cristóbal de Molina, ceremonias ancestrales que aún se conservan
durante la celebración de nuestras fiestas ancestrales como el cachipichay y la
velada al ylla durante la celebración del toril.
Una clase paralela de sacerdotes, no estrictamente sujeta a la jerarquía
oficial, eran los "corasca" o monjes, cuya misión era cuidar de la manutención
de las "aclla" o vírgenes del Sol, de cuyos conventos dependían. Los servidores
de la clase sacerdotal, los "yana" o "yanacona", son el estrato inferior,
encargado de labrar las tierras para el mantenimiento de los sacerdotes, trabajo
de carácter vitalicio y a veces hereditario. Los lugares de culto podían ser tanto
"huacas" o lugares naturales de especial significación religiosa; como ríos,
montañas, valles, quebradas o fuentes, o bien erigidos especialmente como
espacio de devoción, como el Coricancha, la casa del Sol en Cuzco, el lugar
central de la religión inca. (Párrafos tomados de “El sacerdote inca”, disponible
en https://www.artehistoria.com/es/contexto/el-sacerdote-inca).

Como sabemos, en la época del Tahuantinsuyo existía el Willaq Umu o


sacerdote inca encargado de realizar el rito, si bien; no era una misa como se
daba en la religión cristiana; sí, estaba vinculado a su religión politeísta, es
decir; sus dioses eran seres del mundo como el agua, la lluvia, el viento entre
otros, pero principalmente eran heliólatras porque todas las religiones giraban
alrededor del Inti que es el Dios Sol.

Sin duda San Pedro de Cacas no debió ser ajeno a ello por encontrarse
ubicado junto al Cachipuquio, manantial de aguas saladas, elemento sagrado
para la cultura pre inca e inca. Basta una mirada rápida a los topónimos que
conforman el área geográfica: ACLLAWAY, USHNUPUNTA (USHNUPATA),
COLLPA, INCAPUQUIO, TANTAGAGA, CALLAWA, EL EXTINTO
QORPAWASI, etc.

78
Durante la colonia el cristianismo, en cuanto a su creencia y su organización,
se diferenciaba tanto de la religión andina autóctona que su implantación
constituyó una de las innovaciones más importantes de la época colonial. La
religión había sido un baluarte del poder imperial de los incas, pero la Iglesia
Católica impuso nuevas relaciones políticas y espaciales en las sociedades de
los Andes. Disponible: http://www.openedition.org/6540

Bajo el Imperio de los Incas los lugares sagrados, controlados por el poder
imperial, existían fuera del espacio de los grupos sujetos. Los tributos y las
ofrendas pasaban de los ayllus tributarios a los templos incaicos, pero no existe
evidencia que demuestre un traslado de sacerdotes y oficiales de la religión
imperial hacia los pueblos conquistados. En cambio, la Iglesia Católica penetró
muy profundamente en la vida cotidiana y comunal de las comunidades andinas
hasta convertirse en la única institución controlada por la Corona que pudo
entrar a cada pueblo del virreinato (Garret, David T. 2002: 295-310)126.

2.6.3. Origen de la Misa en honor a San Pedro de Patamarca “El Auquish”

Con la llegada del español Juan de Dios Cadarcio; rey redimensionero,


medidor de tierra y pastos y celador de todos los cristianos el 2 de mayo de
1627 a San Pedro de Cacas (Patamarca) trayendo consigo la imagen del
Apóstol San Pedro (Auquish) y nombrándolo Patrón del pueblo, se inicia una
nueva etapa en nuestra cosmovisión sampedrana; por un lado tendremos los
recuerdos del Ushnupunta de Tantagaga, Patamarca y por otro lado se dará
comienzo al cultivo de la fe católica, inspirada por el Patrón San Pedro, cuyo
sincretismo cultural permanece hasta nuestros días. Con la llegada del Apóstol
San Pedro “El Auquish” nace sin duda uno de los ritos más importantes de
nuestra fe católica, como es la misa y procesión, que llevamos cultivando
ininterrumpidamente durante 393 años.

Las primeras referencias de la misa en San Pedro de Cacas, los


encontramos indirectamente con la presencia de Santo Toribio de Mogrovejo
(1588 y 1602), durante este tiempo confirmó a 155 animas, la presencia de los
curas Alonso Osorio (1610), los padres Miguel de Salazar y Cristóbal de
Olmedo (1613) y Plácido Antolínez (1623) pero sobre todo con el Qaqashino
79
Fiscal Miguel Caxaricapa, ayudante de los curas en Cacas desde 1596,
además afirmar que los curas estuvieron constantemente desde 1596 hasta
1786, fueron curas que venían de Chinchaycocha por ser Cacas anexo de
dicho curato.

Como mencionamos, Cacas para entonces ya contaba con una capilla o


iglesia antes de la llegada de San Pedro “El Auquish”. Así mismo, toca
preguntarnos ¿Qué imagen o imágenes religiosas se encontraban en dicha
Capilla anterior a 1627? En el Primer Concilio Limense de 1551-1552 nos da
una lista de fiestas en que los indios estaban obligados a guardar, es decir; el
día en que la Iglesia Católica dispone que se oiga misa y no se trabaje, estas
fiestas se encuentran mencionadas en la Constitución 21ª de Primer Concilio
Limense (1551-1552) son los siguientes:

FIESTAS OBLIGADOS A GUARDAR


DÍAS FESTIVOS IMÁGENES
- Todos los domingos del año -Corpus Christi
- La fiesta de Circumcisión -La Fiesta de San Pedro y San Pablo
- La Fiesta de los Reyes
-Los primeros días de las tres
pascuas
- La fiesta de la Ascensión de Cristo
-Cuatro fiestas de nuestra señora
-La Natividad
-La Anunciación
-Vigilas de Natividad y Resurrección
-Todos los viernes de cuaresma

Otro dato importante lo encontramos en el Titulo original de posesión de la


Comunidad de San Pedro de Cajas del 02 de mayo de 1627, transcripción
realizada por Irene Estrella, encontramos:

“Actúese con fecha de hoy día del señor Agustín Ramos proveedor José
Carmelo Otay, numerador la formación segundo título en esta mesa
permanente a una voz recibidos los santos y santas imágenes a recibir la
sagrada posesión la parte tocante de esta tierra y pastos del pueblo de
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Cacas presente el patrón y la patrona y las demás imágenes a recibir la
sagrada posesión la parte tocante de esta tierra recibió una fuerza de
comunidad se conocieron la vara y la espada del rigor de la justicia”
(Estrella, Irene. 1954: 16) 127.

De ello podemos concluir que para 1627 ya existían otras imágenes


concomitantes al San Pedro llevado por Cadarcio. Volvamos a interrogarnos:
¿cuáles fueron esas imágenes acompañantes del Auquish? La imagen de San
Antonio de Padua aparece a inicios del siglo XIX (1800), San Pedro Patrón en
1857; también surge la pregunta si los vecinos colindantes asistieron con sus
patrones a dicha posesión del terreno. Lo que llama la atención es la
transcripción de Cadarcio cuando dice: “(…) presente el patrón y patrona (…)”.
Pregunta: ¿A qué Patrona se refiere el español? ¿Acaso existía una patrona en
Cacas antes de la llegada del Patrón San Pedro “El Auquish”? ¿O es que se
refiere a Santa Catalina, patrona de Cachipuquio? Santa Catalina fue
canonizada por el Papa Pío II en 1461, haciéndola una de las primeras mujeres
en recibir este honor, su santoral se celebra el 29 de abril. Santa Catalina al no
ser mencionado en las fiestas obligadas de guardar, nos conjetura que fue una
imagen no tan importante como los arriba mencionados.

Durante los años1596-1627, los indios estaban obligados a confesarse una


vez por año por la cuaresma, confesándose desde la dominica de
Septuagésima hasta la Octava de Corpus Christi, de ello podemos deducir que
uno de las imágenes que estuvo presente en la Capilla de Cacas antes de la
llegada del Apóstol San Pedro en 1627 corresponde a Corpus Christi, cuya
fiesta perdura hasta nuestros días.

Las misas que se realizaron anteriores y posteriores a 1627 en San Pedro


de Cacas, tiene su origen en las constituciones de los naturales, realizado en el
Primer Concilio Provincial Limense:

“(…) de la orden que se ha de tener en doctrinar indios… en todo nuestro


arzobispado e obispados… que se les enseñe una misma doctrina de los
indios… Y las oraciones comunes de Pater noster, Ave María, Credo,

81
Mandamientos e obras de misericordia (…)” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951:
07) 128.

Adicionalmente el Concilio Limense señalaba: “emás se ordena el bautismo


voluntario de todos los indios infieles, solamente se permitía el ingreso a misa
de los indios bautizados” tal como ordena en la Constitución 13ª del Primer
Concilio Limense:

“Constitución 13ª_Que los indios infieles no sean admitidos a oir misa ni a


los oficios divinos… los sagrados cánones tienen prohibido que los infieles
no sean admitidos a la misa e divinos oficios … mandamos que al tiempo
que se celebrare la misa e oficios divinos, en las iglesias, monasterios de
los pueblos de españoles así como en todos los demás lugares de nuestro
arzobispado a él sufragáneos, ningún infiel a ello sea admitido. y para que
este tenga mejor efecto, en el lugar que se celebraren los dichos divinos
oficios se provea de una persona que esté a la puerta de los tales lugares,
que no deje entrar ningún infiel, y si alguno estuviere dentro lo echen
fuera, dándole a entender la razón por que se hace. Y si hubiere de hacer
sermón sea antes de la misa o después de acabada. Y tengan gran
cuidado los sacerdotes de hacer que todos los cristianos vengan los
domingos e fiestas que para ellos son de guardar a misa, so pena que al
que no viniere por cada vez le den quince azotes públicamente, y si fuere
cacique o principal esté preso un día y una noche, y si lo tuviere por
costumbre lo echen en el cepo y castiguen. Esto se entiende viviendo
dentro de una legua de la iglesia y no teniendo justo impedimento” (Vargas
Ugarte, Rubén. 1951: 14)129.

A partir de la Constitución 13ª, podemos concluir que los primeros cristianos


de Cacas, estaban obligados a ser buenos creyentes como, por ejemplo; asistir
al acto litúrgico. Con la llegada del Patrón San Pedro, debió ser aún más
riguroso, porque las misas en honor al pescador estaban estipuladas como
carácter obligatorio.

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El caso de 1786, quizás sea uno de los más percibidos. Corresponde a la
época de la Intendencia, pues Cacas había cesado el ejercicio de ser salineros,
este episodio se registra mediante el análisis de Estrella en 1954:

“En 1786 cuando el Virrey don Teodoro de Croix Caballero de Croix, los
indios de Chinchaicocha Junín de mutuo acuerdo con las autoridades de
la Intendencia de Tarma obtuvieron del Gobierno Superior el Decreto de 1º
de julio de 1780 para que los indios de San Pedro de Cacas, contribuyen
con 2 indios cada 6 meses, con el título de “Opacantores o cantores
bobos”, para ocuparse en los servicios personales del cura de Junín y en
la refacción de su iglesia, servicio que se había establecido con el Virrey
Toledo para todos los indios del reino, pero no como Opacantores, sino
para hacer el oficio de Sacristán y para el servicio material de la iglesia.
De tales obligaciones estaban exceptos los indios de Cacas. De allí que el
Alcalde ordinario don Sebastián Rivas y los principales Pedro Nolasco
Calvo y Agustín Oscanoa, protestaron y presentaron su memorial, por
estar contra las “Leyes y ordenanzas del Perú” (Estrella, Irene. 1954: 23)
130
.

Puesto que el Virrey Toledo había decretado proveer cuatro cantores para el
servicio material de la Iglesia y no para los servicios personales del cura. El Sub
Delegado de la Intendencia de Tarma Sr. Gálvez y su escribano Nicolás Berroa
declara por: “Impulsivo, abusivo y violento, gravoso y contrario a las
disposiciones del soberano el título de Opacantores destinados al servicio
mecánico de los curas y sus casas” (Estrella, Irene. 1954: 23) 131. Como vemos,
hasta 1786 Cacas seguía dependiendo de la iglesia de Chinchaycocha y estaba
obligado pese a la prohibiciones el trabajo en favor de la iglesia de dicho curato.

El precepto de santificar las fiestas o días consagradas al culto de Dios y de


los santos comprendía la obligación de oír misa en los días que fueron
determinados (todos los domingos y días solemnes) según el Sexto Concilio
Limense estaban autorizados a dar misa los presbíteros, aunque no había cura
de alma en el pueblo.

Según el “Cuaderno de Entregas” de la imagen San Pedro de Patamarca,


los vestigios se remontan a 1881, creemos que los documentos anteriores a
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esta fecha se perdieron en los diferentes acontecimientos sucedidos sobre todo
en la época de la independencia del país y San Pedro de Cajas no fue ajeno a
ello, según acuerdos del Concilio se obligaba guardar los enseres de la iglesia
dentro de ella, que los mayordomos elegido por los indios estaban a cargo de
su cuidado en ausencia del cura:

“y en dicho lugar haga nuestro cura una iglesia bien fundada, donde se
junten a Misa los domingos e fiestas a la doctrina… y en todas ponga
mayordomos que guarden las yglesias y sus bienes y tenga en ella
imágenes, pilas, puertas, cerraduras y toda buena custodia y limpieza”
(Vargas Ugarte, Rubén. 1951: 155) 132.

El hecho que nos llama la atención fue lo sucedido el 28 de junio de 1824 de


la “Nueva Colección documental de la Independencia del Perú, Guerrillas y
montoneros, encontramos:

“Señor General Miller. Los enemigos se han retirado para el punto de


Palcamayo, distancia de sinco leguas; la Partida esta salió en poz de hella
á eso de las 8 de la noche hasta el punto de Cacas, y no habiéndolos
encontrado han regresado en esta mañana: en el corto tiroteo que
tubieron en el Pueblo no á habido la menor nobedad, y menos han podido
sacar ganado alguno; el daño hecho solo es, en la Iglesia, que principiaron
por los Santos, que han quemado como cuatro, ó sinco bultos, sacando el
retablo afuera, fundiendo la única campana que había, este es el daño que
han cometido como buenos godos, por lo que deberá Vuestra Señoría de
dirigirse sin el menor recelo.

Dios guarde á Vuestra Señoría.

Marcos Ortega (Rubricado)” (Nueva Colección documental de la


Independencia del Perú Vol. VI. 2019: 19) 133.

En el Diario El Peruano 1855: 5, encontramos la Parte Oficial dirigida a la


Prefectura y Comandancia General del Departamento de Junín a cargo del

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General Francisco Alvarado Ortiz, información relacionada a la incursión sufrida
en la Iglesia Matriz del distrito:

“A las once de la noche llegué al campo enemigo, y a pesar de todas mis


precauciones, ya se hallaba alarmado.

Parte de las fuerzas contrarias, constantes de 560 infantes y 30 caballos,


estaban en la plaza del pueblo de Cacas, y el resto en la iglesia y en
varias trincheras. Dispuse mi caballería de modo que los atacase por su
flanco izquierdo, y la infantería se dirigió a la iglesia por el derecho.

Se rompió fuego vivísimo por ambas partes, que duró 40 minutos, al cabo
de los cuales, no pudiendo el enemigo soportar el nuestro por más tiempo,
salió de la población para situarse en las faltas de uno de los cerros que la
dominan, y mis soldados lo persiguieron hasta el extremo de derrotarlo
completamente por el cerro.

La acción duró 55 minutos; la pérdida del enemigo consistió en 8 muertos,


entre los cuales se halla un jefe, y 5 heridos, en cuyo número se halla un
oficial y un jefe. Tomamos un gran número de prisioneros; más la nueva
atención del enemigo no nos permitió custodiarlos” 134.

Otro dato importante sucedido en la iglesia del actual pueblo corresponde a


junio de 1872: 212, la iglesia volvió a sufrir un incendio conjuntamente con otras
casas, debido a un cohete caído sobre el techo de paja durante la Fiesta
Patronal. Esta noticia esta corroborada por el Libro Memoria del Congreso
Ordinario de 1874 donde informa: “La única [iglesia] que se ha refaccionado en
el último año ha sido la del pueblo de Cacas, que se incendió en una fiesta, y su
costosa refacción ha sido costeada por sus vecinos” 135.

Lo antes mencionado corrobora la ausencia de los enseres antiguos a 1881


del Patrón San Pedro el Auquish, enseres que fueron posiblemente incinerados
en dichos momentos turbios; ello afianza los relatos orales que existen sobre la
escabullada sufrida del Apóstol hasta en tres ocasiones, siendo una de estas
desapariciones el origen de la creación de la nueva imagen denominado San
Pedro Patrón de 1857, despojándola el título de Patrón a la imagen arribado en
1627, hoy denominado San Pedro el Auquish, San Pedro II o San Pedro de

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Patamarca, siendo el primer patrón del pueblo de San Pedro de Cajas desde
1627.

2.6.4. Misa en la actualidad de San Pedro de Patamarca y estructura


eucarística

El rito de la misa en la Capilla de Patamarca en honor al Patrón San Pedro


el Auquish, el único Patrón
desde 1627; se desarrolla el
día 28 de junio, aunque en
sus inicios se realizaba en el
mes de mayo en recuerdo a
la posesión de tierras
realizada por Cadarcio,
luego en el mes de julio,
para finalmente establecerse
en el mes de junio. Acompañan también en dicha acción litúrgica la imagen del
Corpus Cristi (posiblemente la imagen con más antigüedad que San Pedro
Auquish) y los mayordomos de San Pedro Patrón (quien dio inicio a sus fiestas
en 1857) e imagen San Pablo. El 30 de junio corresponde a la imagen de San
Antonio de Padua (desde inicios de 1800) acompañado del Niño Viajero, Señor
de Huamachuco.

Los encargados de ofrecer la misa de este día son los mayordomos de la


imagen San Pedro Auquish y Corpus Christi.

Según testimonio de las mayoralas y monedores los preparativos para la


misa del 28 comienzan un día antes de la celebración. Los preparativos de la
misa se dan inicio con la limpieza de la Capilla de Patamarca por parte del
monedor, mayordomo y fieles del Patrón San Pedro Auquish. Dicho fregoteo se
inicia con el garapacuy, la chacchapada (masticar hoja de coca con el cigarrillo
e ishco) y la mishkypada tradicional para dar un buen augurio al trabajo que se
realizará. Mientras tanto, otro grupo de las mayoralas van alistando al San
Pedro Auquish y al Corpus Christi en la casa de los mayordomos. Le hacen el
cambio de capa y vestido durante el armachicuy, rito que consiste en engalanar
con macetas de flores al anda de la imagen.

86
El día 28 de junio las actividades comienzan de madrugada (tres a cuatro de
la mañana) con la reunión de familiares e invitados en la casa de los
mayordomos, degustando el potaje de la patasca, plato tradicional sampedrano,
que suelen preparar para el desayuno en los días de fiestas patronales
acompañado de café puro. Es el momento indicado en que el cohetero suelta el
primer cohete, indicando que ya están listos para iniciar el Peregrinaje a
Patamarca, simbolizando también un saludo a los demás mayordomos que se
encuentran en sus casas, a lo que ellos también contestan con otro atronador
sonido de cohete.

El peregrinaje a Patamarca se inicia a cinco de la mañana reuniéndose en el


frontis de la Iglesia Matriz y otras veces frente al palacio municipal. Llevan en
andas al Patrón San Pedro Auquish, cuya labor antiguamente estaba
encargada a los chutos sampedranos que con el paso de los años se fue
perdiendo y es debido rescatar. Durante el peregrinaje el “Auquish” es
acompañado por el sacerdote,
el sacristán; las autoridades
municipales, comunales,
judiciales, los mayordomos de
Patrón San Pedro, San Pablo,
Corpus Christi, monedores,
mayoralas y devotos. La
caminata es de dos kilómetros
partiendo de la plaza principal,
tomando la calle Bolognesi,
“Cinco Esquinas”, Antagasha para finalmente arribar a la Capilla de Patamarca.

Al llegar a la capilla se da comienzo a las dos misas programadas en honor


a San Pedro de Patamarca Patrón del pueblo de San Pedro de Cajas desde
1627 y Corpus Christi.

Reunidos en la Capilla de Patamarca (seis de la mañana) los mayordomos,


autoridades y feligreses de las imágenes San Pedro Auquish, San Pedro
Patrón, San Pablo y Corpus Cristi, el sacerdote inicia la santa misa en honor a
San Pedro el Auquish. En su homilía se recuerda a los primeros habitantes de
Patamarca (Cacas) y al recorrido de la imagen San Pedro por los límites de las

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tierras comunales de 1627. Mientras tanto, en el lugar donde están enterrados
los añejos, los monedores y mayoralas vienen velando con la chacchapada, es
decir; custodian el guarapo degustando de la coca, cigarrillo, el ishcu,
ofreciendo a los abuelos, a los apus para que deje salir sano y salvo el añejo.
Culminado la misa del patrón, se inicia la misa en devoción a Corpus Cristi,
concluyéndose con la adoración al santísimo.

De Catholic. Net Apud. Reyes, Arturo (2021), encontramos la descripción del


proceso de la misa católica, las indicaciones que siguen corresponden a la
Ordenación del Misal Romano. Las letras indican la posición que deben asumir
los fieles (P: parados; S: sentados; R: arrodillados):

1. RITOS INICIALES

Entrada (P), Mientras entra el sacerdote comienza el canto de entrada. El fin de


este canto es abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido
y elevar sus pensamientos a la contemplación del misterio litúrgico o de la
fiesta.

Saludo al altar y pueblo congregado (P), Cuando llega, el sacerdote besa el


altar. Terminando el canto de entrada, el sacerdote y la asamblea hacen la
señal de la cruz. A continuación, el sacerdote, por medio del saludo, manifiesta
a la asamblea reunida la presencia del Señor.

Terminado el saludo, el sacerdote o el monitor puede hacer a los fieles una


brevísima introducción sobre la misa del día.

Después el sacerdote invita al Acto penitencial, que se realiza cuando toda


la comunidad hace su confesión general termina con la conclusión del
sacerdote.

Señor, ten piedad (P), Después del acto penitencial, se empieza el “Señor, ten
piedad”, a no ser que éste haya formado ya parte del mismo acto penitencial. Si
no se canta el “Señor, ten piedad”, al menos se recita.

Gloria (P), Este es un antiquísimo y venerable himno con que la iglesia,


congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero, y le
presenta sus súplicas. Si no se canta, al menos lo han de recitar todos, o juntos
o alternadamente.
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Oración colecta (P), El sacerdote invita al pueblo a orar; y todos, a una con el
sacerdote, permanecen un rato en silencio. Luego, el sacerdote lee la oración
que expresa la índole de la celebración; el pueblo la hace suya diciendo amen.

2. LITURGIA DE LA PALABRA

La Eucaristía es sacramento de toda la vida de Jesús. Mediante las Lecturas


bíblicas nos acercamos a ella:

-La primera lectura. (S) Se toma del Antiguo Testamento y nos sirve para
entender muchas de las cosas que hizo Jesús.

-Salmo Responsorial. (S) Formando parte de la misma Liturgia de la Palabra


tenemos los Cantos interleccionales

Después de la 1º Lectura, sigue un Salmo Responsorial, que se toma del


Leccionario. El salmista o cantor del salmo, desde el ambón o desde otro sitio
oportuno, proclama las estrofas del salmo, mientras toda asamblea escucha è y
además participa con su respuesta.

-La segunda lectura. (S) Se toma del Nuevo Testamento, ya sea de los
Hechos de los Apóstoles o de las cartas que escribieron los primeros apóstoles.
Esta segunda lectura nos sirve para conocer cómo vivían los primeros
cristianos y cómo explicaban a los demás las enseñanzas de Jesús. Esto nos
ayuda a conocer y entender mejor lo que Jesús nos enseñó. También nos
ayuda a entender muchas tradiciones de la Iglesia. Después de la segunda
lectura se canta el Aleluya, que es un canto alegre que recuerda la
Resurrección u otro canto según las exigencias del tiempo litúrgico.

-El Evangelio. (P) Se toma de alguno de los cuatro Evangelios de acuerdo al


ciclo litúrgico y narra una pequeña parte de la vida o las enseñanzas de Jesús.
Es aquí donde podemos conocer cómo era Jesús, qué sentía, qué hacía, cómo
enseñaba, qué nos quiere transmitir. Esta lectura la hace el sacerdote o el
diácono.

Homilía (S), Conviene que sea una explicación de las Lecturas, o de otro texto
del Ordinario, o del Propio de la Misa del día, teniendo siempre el misterio que
se celebra y las particulares necesidades de los oyentes. Se habla de los
primeros habitantes de Patamarca y el recorrido realizado por el Patrón San
Pedro Auquish los linderos de la comunidad desde 1627.

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Profesión de fe (P), Con el Símbolo o Credo el Pueblo da su asentamiento y
respuesta a la Palabra de Dios proclamada en las Lecturas y en Homilía, y trae
su memoria, antes de empezar la celebración eucarística, la norma de su fe.

Oración universal (P), En la oración universal u oración de los fieles, el


Pueblo, ejercitando su oficio sacerdotal, ruega por todos los hombres (Papa,
Iglesia, Estado, necesidades…). La asamblea expresa su súplica o con una
invocación común, que se pronuncia después de cada intención, o con una
oración en silencio.

3. LITURGIA EUCARÍSTICA

Preparación de los dones (S), Al comienzo de la Liturgia eucarística se llevan


al altar los dones que se convertirán en el cuerpo y en la Sangre de Cristo: es
de alabar que el pan y el vino lo presenten los mismos fieles. Acompaña a esta
procesión el canto del ofertorio, que se alarga por los menos hasta que los
dones han sido colocados sobre el altar.

Plegaria eucarística (P), Este el centro y el culmen de toda la celebración. Es


una plegaria de acción de gracias y de consagración. El sentido de esta oración
es que toda la congregación de fieles se una con Cristo en el reconocimiento de
las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio.

Los principales elementos de que consta la Plegaría eucarística pueden


distinguirse de esta manera:

a) Acción de gracias (P) que se expresa sobre todo en el Prefacio.

b) Santo:(P) con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías


celestiales, canta o recita las alabanzas a Dios.

c) Epíclesis (R): con ella la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones,


implora el poder divino para que los dones que han presentado los hombres
queden consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea
para salvación de quienes la reciban.

d) Narración de la institución y consagración (R): en ella, con las palabras y


gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que él mismo instituyó en la última cena.
Es el momento más solemne de la Misa; en él ocurre el misterio de la
transformación real del pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo. Dios se
90
hace presente ante nosotros para que podamos estar muy cerca de Él. Es un
misterio de amor maravilloso que debemos contemplar con el mayor respeto y
devoción. Debemos aprovechar ese momento para adorar a Dios en la
Eucaristía

e) Anámnesis (R): con ella la Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de
los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo,
recordando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y
la ascensión al cielo.

f) Oblación (P): la asamblea ofrece al Padre la víctima inmaculada, y con ella


se ofrece cada uno de los participantes.

g) Intercesiones (P): con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra


en comunión con toda la Iglesia, celeste y terrena, y que la oblación se hace por
ella y por todos sus miembros, vivos y difuntos.

h) Doxología final (P): en ella se expresa la glorificación de Dios y se concluye


y confirma con el amen del pueblo.

Rito de la comunión, Ya que la celebración eucarística es un convite pascual,


conviene que, según el encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean
recibidos por los fieles, debidamente dispuestos, como alimento espiritual.
Significa "común unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús
dentro de nosotros y de abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda
la Iglesia en esa misma alegría y amor

a) La oración dominical (P): se pide el pan de cada día, con lo que también se
alude, para los cristianos, el pan eucarístico, y se implora el perdón de los
pecados. El embolismo, que desarrolla la última petición, pide para todos los
fieles la liberación del poder del mal.

b) El rito de la paz (P): con que los fieles imploran la paz y la unidad para la
iglesia y para toda la familia humana y se expresan mutuamente la caridad
antes de participar de un mismo pan.

c) El gesto de la fracción del pan:(P) realizado por Cristo en la última Cena,


en los tiempos apostólicos fue el que sirvió para denominar la integra acción
eucarística. Significa que nosotros, que somos muchos, en la comunión de un
solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17)

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d) Inmixión o mezcla (P): el celebrante deja caer una parte del pan
consagrado en el cáliz [originariamente era un trozo del pan consagrado en otra
comunidad el domingo anterior: signo de comunión entre las diversas
comunidades cristianas]

e) Mientras se hace la fracción del pan y la Inmixión, los cantores o un


cantor cantan el Cordero de Dios: Esta invocación puede repetirse cuantas
veces sea necesario para acompañar la fracción del pan. La última vez se
acompañará con las palabras danos la paz.

f) Preparación privada del sacerdote.

g) Luego, el Sacerdote muestra a los fieles el pan eucarístico.

h) Es muy de desear que los fieles participen del Cuerpo del Señor con pan
consagrado en esa misma Misa. Comulgar es la mejor forma de participar del
sacrificio que se celebra.

i) Mientras el sacerdote y los fieles reciben el Sacramento tiene lugar el canto


de comunión, canto que debe expresar, por la unión de voces, la unión
espiritual de quienes comulgan, demostrar, al mismo tiempo, la alegría del
corazón y hacer más fraternal la procesión de los que van avanzando para
recibir el Cuerpo de Cristo. Si no hay canto, se reza la antífona propuesta por la
Misal.

j) Terminada la distribución de la comunión, el sacerdote y los fieles, si juzgan


oportuno, pueden orar un rato recogidos. Si se prefiere, puede también cantar
toda la asamblea un himno, un salmo o algún otro canto de alabanza.

k) En la oración después de la comunión, el sacerdote ruega para que se


obtengan los frutos del misterio celebrado. El pueblo hace suya esta oración
con la aclamación “Amén.”

4. RITO DE CONCLUSIÓN (P). El rito final consta de saludo y bendición


sacerdotal, y de la despedida, con la que se disuelve la asamblea, para que
cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo al Señor
(Reyes, Arturo. 2020) 136.

Es una misa igual que la del Patrón San Pedro, la diferencia es que se realiza
en la mañana muy de temprano y en la capilla de Patamarca. Una vez

92
terminado la misa se pasa a recorrer Patamarca con procesión del Patrón San
Pedro Auquish.

2.7. PROCESIÓN EN HONOR A SAN PEDRO “EL AUQUISH” Y EVOLUCIÓN


DE LA MISMA

2.7.1 Procesión

Etimología: La palabra procesión viene del latín processio, processionis, que


en latín de época clásica significa acción de avanzar, pero que ya en autores
como Julio Capitolino. También el verbo latino cessare es un derivado de
cedere, y de él tenemos cesar.

Definición: Según el diccionario de la RAE la palabra procesión está definida


como “acto de ir ordenadamente de un lugar a otro muchas personas con algún
fin público o solemne, frecuentemente religioso”.

2.7.2. La Procesión en época inca

Rostworowski de Diez Canseco, María. 2003: 98, abordar la investigación


sobre peregrinaciones y procesiones en los Andes, pretende discutir su
existencia más que ofrecer definiciones. Señala que interesa señalar la práctica
de romerías, ver su desarrollo y su sincretismo religioso 137.

Según la investigadora, la práctica de peregrinaciones a divinidades andinas


y su supervivencia hasta la fecha, bajo la advocación de vírgenes o de Cristo,
es la única medida que permitía a los naturales conservar sus creencias
ancestrales durante el virreinato, y quedar protegidos de las campañas de
extirpación de la idolatría llevada a cabo en el Siglo XVII.

Asimismo, se refiere que las peregrinaciones en los Andes se derivan del


único documento escrito en quechua a la que tuvo acceso, el de Ávila (Taylor
1987): en él se narran los mitos, leyendas y costumbres de los pueblos de la
serranía de Lima, antes de la invasión española.

Ahora bien, la crónica de Ávila (ibíd., cap. IX) relata una de aquellas
romerías realizadas en honor al Dios Pariacaca, un nevado de las serranías de
la costa central. A él acudían los habitantes de los tres valles, es decir de las
cuencas de los ríos Chillón, Rímac y Lurín. Los informantes de Ávila
93
manifestaron que en tiempos antiguos toda la gente de la región se dirigía al
Santuario del Apu.

Al retornar los peregrinos, las personas que no habían participado a la


romería, se juntaban a esperar a los viajeros con el fin de saber cómo se
hallaba su padre Pariacaca, si no estaba enojado y, al ser favorables las
noticias, con gran regocijo bailaban durante cinco días.

Ahora bien, en la lista de los peregrinos al nevado de Pariacaca sólo figuran


participantes locales, habitantes de los tres valles de la costa central, o sea una
afluencia restringida de adoradores.

En cambio, Cieza de León (1941 [1552]) menciona las grandes romerías con
ocasión de las fiestas del dios Pachacamac, y la llegada de gente de distantes y
lejanos pueblos a su santuario, información confirmada por Hernando Pizarro
en su carta del 3 de noviembre de 1533 dirigida a la Real Audiencia de Santo
Domingo durante su viaje a España llevando el rescate de Atahualpa
(Fernández de Oviedo 1945 [1549], tomo XII, cap. XV, p. 87)

2.7.3 La Procesión después de la conquista

El catolicismo del Siglo XVI, que llegó con los primeros misioneros y órdenes
religiosas (mercedarios, franciscanos y dominicos), se caracterizó por una gran
devoción a santos e imágenes sagradas. La forma definitiva del vía crucis de
catorce estaciones surge en España a inicios del Siglo XVII y se traslada luego
a todos los reinos del catolicismo español.

Según Diego Lévano el origen de las procesiones de Semana Santa se


encuentra a finales de la Edad Media. Estas fueron impulsadas por los edictos
del Concilio de Trento (1545 – 1563), que buscó consolidar la doctrina cristiana
y dio mucha importancia a las cofradías en la difusión de la devoción.

El mismo autor señala que, “entre 1560 y 1563, por ejemplo, se mandó a
hacer varas para quien fuera delante en la procesión de los disciplinantes del
Jueves Santo. Años después, en 1576, se confeccionó doce bordones para que
los regidores gobiernen las procesiones. También el cabildo estaba encargado
de comprar los ramos de palma para sus cabildantes, tras lo cual el portero del

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cabildo, acompañado de un pregonero –o anunciante–, los repartía en las
iglesias el Domingo de Ramos” (Lévano, Diego. 2018: 19) 138.

Asimismo, en nuestro país la procesión más significativa y antigua es la del


señor de los Milagros, que se remonta al año de 1687, en conmemoración de la
primera vez que una réplica de la imagen del Cristo recorrió las calles de Lima,
luego del terremoto del 20 de octubre de 1687.

Como se sabe por historia, el terremoto arrasó Lima y Callao de madrugada,


la ermita donde reposaba la imagen quedó destruida, excepto por la pared
donde reposaba el Señor de los Milagros.

Gracias a este evento, se ordenó pintar una réplica de lienzo y salir con ella
a las calles en procesión. Una tradición que se ha repetido todos los años hasta
nuestros días.

2.7.4. Procesión en Cacaspata (Patamarca)

Las procesiones no son solo una forma de conducir al pueblo o a las


imágenes de un lugar a otro. Por sí mismas, son un ritual de expresión de
quiénes somos y lo que buscamos. El cultivo y celebración de la procesión en
Patamarca simboliza sin lugar a dudas, la reivindicación de nuestras tierras
ancestrales.

En nuestra materia de investigación, la procesión más incipiente lo


encontramos con la presencia del fiscal de Cacas Miguel Caxaricapa desde
1596 aproximadamente. Según el Sexto Concilio Limense, el fiscal, los
párrocos fueron los promotores de dirigir las procesiones. Así mismo en dicho
Concilio nos dan a conocer las características que debían cumplir las
procesiones, como nos muestra en el Título VIII, De Reliquiis et Veneratione
Sanctorum et Processionibus, Capitulo 1 del Sexto Concilio Limense:

“De que se guarde a las imágenes la mayor Veneración, sin permitir que
las andas se lleven con tropel ni se paren en las puertas de las casas y
bodegas, el que lleve la Cruz o imagen de los Rosarios siempre salgan y
anden con decencia y compostura de vida, impidiendo toda irregularidad
(…) mientras pasaba la procesión debían cerrarse las puertas de tiendas y
95
bodegas, continúa dando a conocer las demás características que el indio
cristiano tenía que guardar mientras se desarrollaba la procesión (…) Y no
transiten ni atreviesen los Fieles con pretexto alguno por donde pasen, Ni
puedan acompañarlas los que hallen con traje indecente y en todas se
guardará silencio” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951: 307) 139.

En el Primer Concilio Limense de 1551, en la Constitución 41 encontramos


el orden que debían llevar las procesiones:

“Que las procesiones que se hicieren vayan todas por orden y con
devoción (…) Las procesiones fueron ordenadas para provocar en los
cristianos la devoción y porque Nuestro Señor mejor oye las oraciones y
plegarias del pueblo que en ellas se ayuntan (…) todos los clérigos vayan
con mucha devoción, cantando por orden y antigüedad, con sus
sobrepellices (Prenda larga y amplia, de tela blanca y fina y con las
mangas muy anchas que lleva sobre la sotana el sacerdote, y a veces
otras personas que ayudan en las funciones de la Iglesia), si vinieren,
encargados del Dean y Cabildo y demás clérigos sean por ello
comedidamente tratados y recibidos puniéndolos en lugares honrados, por
su horden y antigüedad combiene a saber : a la mano derecha de los de
Santo Domingo, los primeros y ala izquierda los de San Francisco y luego
los de la Merced y, tras los Dominicos, los Agustinos y la mesma orden se
tenga en el Coro sus asientos y la demás gente que en las dichas
procesiones fuere baya ordenada, de manera que haya silencio y
devoción, los legos (Que no ha recibido ninguna de las órdenes religiosas
y que por consiguiente no pertenece al clero) vayan apartados de los
clérigos y de las mujeres y ellas de ellos” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951:
60-61) 140.

Sobre los días que debía realizarse la procesión lo encontramos en el


Segundo Concilio Limense (1567-1568) en el sumario 105 dice: “que en las
iglesias catedrales y parroquiales se hagan las procesiones dentro del servicio

96
de la iglesia todos los domingos y días solemnes” (Vargas Ugarte, Rubén.
1951: 237) 141.

Durante las procesiones solemnes de Corpus Christi, Semana Santa, San


Pedro y otros; estaba prohibido que las mujeres anden por las calles, ni estén
en la ventana tapados el rostro bajo pena de excomunión, así mismo se pedía
que las mujeres y hombres que participaban de la procesión no vayan
mezclados y revueltos, sino que los hombres vayan todos adelante y las
mujeres aparte.

Todo lo descrito anteriormente nos llevará a entender con claridad la primera


procesión ocurrida en San Pedro de Cacas con motivo de la llegada del Patrón
San Pedro el Auquish en 1627. Ocurrió durante el gobierno del Virrey don
Diego Fernández de Córdova Marqués de Guadalcázar, en el reinado de Felipe
IV en España y por referencias de Estrella, Irene (1954) en “Breve Historia de
San Pedro de Cajas”, en 1627 Cacas contaba con 40 a 50 indios. Con la
llegada de Juan de Dios Cadarcio, medidor de tierras y pastos, trayendo
consigo al Apóstol San Pedro Auquish, Patrón de Cacas, en presencia de los
indios de los pueblos vecinos como: Palcamayo, Casaracra, Junín, Cayán y
demás pueblos cercanos; se dio inicio a posesión de tierra el 02 de mayo de
1627 a las 8 del día, con ello a la primera procesión del Apóstol San Pedro
Auquish recorriendo los linderos de San Pedro de Cacas, dicha procesión
estuvo acompañado de las autoridades de los pueblos vecinos, de los patrones
religiosos posiblemente como San Cristóbal de Palcamayo, San Ignacio de
Junín, Virgen María de Quiparacra y demás imágenes religiosas. La presencia
de 25 indios cristianos, además con presencia de Pascacio Pintapulen, Fiscal
General Pregonero de Lengua Quechua; Javier Napoleón, Vista Alegría,
corregidor Visitador, Sentenciador y Numerador; Agustín Ramos, proveedor;
José Carmelo Otay, numerador; Se dio inicio a la procesión y por consiguiente
a nombrar cada uno de los linderos mientras las imágenes encabezadas por el
Patrón San Pedro Auquish recorría en procesión.

El Primer Concilio Limense prohibía asistir cabalgando durante la realización


de la procesión, como afirma la Constitución 41 de dicho Concilio: “en las
procesiones que se hazen fuera de las iglesias del lugar ninguno vaya
cabalgando en ellas, so pena de 10 pesos, la mitad para la fábrica de la Yglesia

97
y la otra mitad para el juez y denunciador” (Vargas Ugarte, 1951: 60) 142
. Es por
ello que podemos afirmar que todos acompañaron caminando cada uno de los
puntos de demarcación.

El primer día, 02 de mayo de 1627, se recorrió en procesión pasando a


poner los linderos nuevos con las 25 personas mayores de edad que fueron
designados por el Fiscal General Pascacio Pintapulen. Según copia fiel del
Título Original de Posesión de Tierras de la Comunidad Campesina de San
Pedro de Cajas, en transcripción de 1954 encontramos:

“Pasemos pues indios herederos de la tierra y pastos con la permisión de


aquel divino y alcen al Doctor Patrón San Pedro para que reduzcamos los
linderos poniendo vista de ojos y midiendo con la vara y la espada de la
Majestad (…) (Estrella, Irene. 1954: 16) 143 ,
de esta manera se inició a la
demarcación territorial con: el primer punto de colindancia llamado
YANARUCO, y continuando con YANASALON, PATARA,
COLPASPUCUYO, ATANACANCHA, PATACANCHA, PUCARA,
PULUCANCHA, ORCAISUYUC, YORACGAGA, MINERAL DE GREDA,
EGEGGIALLANA, llegando a TORPO PUNTO [Turpunpunta] a las cinco
de la tarde, se armó un toldo para pasar la noche con los concurrentes
cristianos, se ordenó también formar una capilla para el Patrón San Pedro
y los patrones del pueblo de Quiparacra [Virgen María y San Cristóbal] y
demás imágenes implorando una oración a María Santísima para que los
proteja esa noche”.

El primer día se puso trece puntos de lindero. El 03 de mayo de 1627,


amanecieron los concurrentes al deslinde territorial en:

(…) Torpo Punto [Turpunpunta] se firma el deslinde con los indios


herederos del pueblo de Casaracra pasando a firmar: Juan de Dios
Cadarcio, Javier Napoleón, Pascacio Pintapulen, José Carmelo Otay,
Pablo Tinoco, José Mato, Sebastián Llacza, Adolfo León, Víctor Gamarra,
Pedro Amaro, Nazario Paucar, Vicente Cortez, y las firmas de los indios
del pueblo de Quiparacra a favor del posesionante del pueblo de Cacas:
Pio Sarmiento, Sandalio López cacique, Prudencio Valdez, Cirilo Ponce,
98
Pablo Revega, Rufino Chávez; continuándose con la procesión y
demarcación territorial iniciándose en el lindero conocido como
ATACAYAN, PARA PACO, CHAGACHUCCHO, TUCUMACHAY, NEGRO
HUANUSGAN, IRCACANCHA, LANCACANCHA, LLACSA, CHUPAS,
SALLAC, llegando a MUCHANACUSGA a las cinco de la tarde,
quedándose en el lugar como la noche anterior; nueve hombres mayores
de edad de los presentes se encargaron a armar una capilla para el Patrón
San Pedro. [Y el Patrón del pueblo de Palcamayo (San Cristóbal)].

El segundo día se puso once puntos de lindero.

(…)Dia 04 de mayo de 1627, habiendo amanecido en el punto llamado


Muchanacusga, pasaron a firmar los indios herederos de Cacas y
Palcamayo en presencia de Juan de Dios Cadarcio, Javier Napoleón,
Pascacio Pintapulen, José Carmelo Otay, y los indios herederos de Cacas:
Pablo Tinoco cacique, José Mato, Sebastián Llacza, Adolfo León, Víctor
Gamarra, Pedro Amaro, Nazario Paucar, Vicente Cortez, y las firmas de
los indios del pueblo de Palcamayo a favor del pueblo posesionante de
Cacas: Cacique Fidel Céspedes, Avelino Tasa, Gregorio Pérez, Julio
Campos, German Bernui, Salomé Palomino, Felipe Bedoya, abrazaron a
los patrones San Pedro y San Cristóbal, los indios se revolcaron en la
tierra, tiraron las piedras y arrancaron las yerbas en símbolo de posesión
de las tierras. Continuó la procesión y deslinde territorial, llegando al punto
denominado INFIERNILLO, ANTACOCHA, LLACCUA PUQUIO, TINGO,
HUACCHACANCHA, YORAGAGA, llegando finalmente a YANARUCA-
(Estrella, Irene. 1954: 17) 144.

Y así, el 04 de mayo (3er) día se puso fin al amojonamiento poniendo en


este último tramo siete puntos.

Habiendo concluida la demarcación ese día de mayo de 1627, el Apóstol


San Pedro “El Auquish” continuó en procesión hasta la Capilla de Patamarca en
medio de toque y repique de campanas como se refiere en la copia fiel del
Titulo Original de Posesión de Tierras de la Comunidad Campesina de San
Pedro de Cajas:

“Pasemos pues señores herederos de la tierra poniendo vista de ojos y


midiendo con la vara y espada de la majestad a la puerta de la casa
99
congregación, santo templo y tañendo las campanas dobles y repiques y
llegamos a este pueblo católico sin novedad con la permisión de aquel
divino pasemos al templo a colocar al señor patrón San Pedro en su
respectivo asiento y colocamos y postren indios herederos de la tierra a
encomendar a Dios y a los patrones imágenes para que nos defiende en
el mundo” (Estrella, Irene. 1954: 21) 145.

El día 05 de mayo de 1627 se pasó a firmar la escritura de propiedad de la


tierra sampedrana, pagándose 100 pesos fisco para usufructo unos en pos de
otros sucesores.

De esta manera se realizó la primera y más importante procesión del Apóstol


San Pedro Auquish recorriendo cada uno de los puntos del territorio de Cacas.
La procesión continuó al año siguiente en memoria de su deslinde territorial,
solo que esta vez no se hizo por todos los puntos de amojonados, se limitó a
recorrer las faldas del Cerro de Patamarca como se mantiene hasta hoy.

Otro relato importante sobre la procesión en San Pedro de Cacas pertenece


al 02 de julio de 1851, en el viaje realizado por el marino norteamericano W.
Lewis Herndon, acompañado de un guía tarmeño y sus ayudantes narran lo
acontecido. En el libro Exploración del Valle del Amazonas Tomo I, Capitulo 5
leemos:

“En el lado occidental de la planicie, se encuentra el pueblo de ‘Cacas’ que


tiene entre doscientos cincuenta a trescientos habitantes. Se estaba
celebrando la fiesta de San Pedro, pues esta gente no es estricta en
cuanto a las fechas. La iglesia estaba iluminada y decorada con todos los
adornos que se pudieron reunir; además se estaban haciendo los
preparativos para una gran procesión. Habían dos indios o meztizos,
vestidos con un uniforme de la infantería pasado de moda que llevaba
charreteras. Llevaban cinturones de color rojo llamativo, amarrados en un
gran lazo por detrás, también tenían guantes blancos. (Los sombreros
eran de tres picos y llenos de plumas de diferente tamaño y variedad,
descripción de un pordiosero). Evidentemente esta era la parte militar de
la procesión. Uno de estos hombres estaba montado sobre un pequeño e

100
hirsuto jamelgo y llevaba su espada al lado derecho. El otro hombre se
pavoneaba casi sumergido en su sombrero de tres picos, mientras catorce
hombres se encargaban de adornar su caballo. Ya se había empezado a
beber, la mayoría de las personas se emborrachaban rápidamente y no
dudo que esa noche hubiera un gran alboroto” (Herndon, Lewis. Gibbson,
Lardner.1851: 92) 146.

2.7.5. La Procesión en la actualidad

La procesión es la expresión pública de la fe del sampedrano. Tiene como


eje principal al Patrón San Pedro de Patamarca. Mantiene el orden jerárquico
de la procesión o desfile religioso, característica instaurada en 1551 en el
Primer Concilio Limense que ordenaba ser guiado por el sacerdote
acompañado del muñidor, persona que va delante del cortejo tocando la
campañilla o matraca, cuyo sonido simbolizaba el paso de un lugar profano a
un lugar sagrado.

En la actualidad, el término muñidor ha tenido cambios vocales resultando


monedor; -cuya misión describiremos más adelante junto a las mayoralas-, los
mayordomos, autoridades
municipales, comunales y
judiciales y finalmente los
feligreses son las que
acompañan hoy la
procesión. El cambio más
significativo sufrido a lo
largo de estos años se da
en el cargado del anda de
la imagen, antiguamente esta función correspondía a los chutos, con el paso de
los años, los chutos desaparecieron quizás por falta de incentivo o personas
dedicadas a cultivar este hermoso arte y con ello vino el cambio, hoy en día
cumplen esta labor algunos feligreses, amigos del mayordomo. Esta tradición
deberíamos rescatarlo incentivando y promoviendo nuevos cultores del chuto
sampedrano.

101
La procesión tiene como punto de partida la Capilla de Patamarca,
acompañado del sacerdote, autoridades municipales, comunales y judiciales,
monedores, mayoralas, mayordomos de las imágenes: Corpus Christi, San
Pedro de Patamarca, San Pedro Patrón, San Pablo el día 28 y el 30 de junio
con la participación de los mayordomos de San Antonio de Padua y Niño
Viajero con sus respectivos monedores y mayoralas. Ambas procesiones son
acompañados con los devotos, invitados, turistas y las bandas de músicos de
los mayordomos.

La procesión de San Pedro “El Auquish” parte de la Capilla de Patamarca,


guiado por el santísimo Corpus Christi; recorre la explanada del Cerro
Patamarca (Cacaspata), empezando por el lado sur de la capilla, la falda que
conduce al Cachipuquio, continuando hacia el este, falda que da al actual
pueblo de San Pedro de Cajas; y continuando por norte; falda frontal a Collpa,
prosiguiendo por el oeste, la cima del pueblo antiguo de Patamarca (Cacas)
para finalmente llegar a la puerta de la capilla. Durante su recorrido hace cuatro
descansos en puntos diferentes de la explanada acompañado de oraciones y
cánticos religiosos siempre al compás de la banda de músicos. Llegado al
frontis de la capilla se inicia la tradicional ofrenda ante la imagen de San Pedro
de Patamarca. Luego de participar en la ofrenda los mayordomos, autoridades
se trasladan acompañados de sus bandas de músicos, familiares y visitantes al
espacio destinado al desentierro del añejo (enterrados desde un año).

2.8. ENTIERRO Y DESENTIERRO DEL AÑEJO

El añejo es el proceso de fermentación, donde los residuos de la planta se


descomponen con el tiempo, la descomposición de los carbohidratos y del
azúcar reaccionan en una sustancia sencilla. El añejo sampedrano es la
fermentación del aguardiente, bebida destilada que se obtiene de los jugos y
melados de la caña de azúcar, previamente también fermentada que proviene
de las haciendas de Huánuco y Chanchamayo.
El entierro del aguardiente se realiza para facilitar y ayudar la fermentación y
obtener un aguardiente añejado, con una suavidad y sabor agradable,

102
maridable en cualquier ocasión gracias a la temperatura estable y a la
oscuridad consolidada que brinda la madre tierra.
El entierro del aguardiente lo realiza el mayordomo y su esposa
conjuntamente con las mayoralas, monedores e invitados.
El entierro del aguardiente es de 365 días, cumplida la fecha se conseguirá
un licor más añejado y tomará el nombre de “guarapo sampedrano”, proceso
único de las costumbres ensalzada en una pleitesía sin igual, que data de la
época de los arrieros donde se llevaba a comercializar la sal de Cachipuquio
tanto a la selva, costa y demás territorios de la patria. El aguardiente también se
utiliza para el brebaje cotidiano, pero lo que en este trabajo enunciaremos es el
simbolismo del rito cogido de los ancestros.

2.8.1. Orígenes del entierro del añejo o guarapo sampedrano


Para la presente monografía revisamos 23 fuentes coloniales, en la que se
hizo una búsqueda del entierro del añejo o guarapo y término similares, así
como referencias relacionadas a este término. Se utilizó 54 citas relacionadas a
la búsqueda, pero; lastimosamente no hemos hallado evidencias que nos
conduzcan al ritual del entierro del guarapo durante el incario y la colonia.
De todas maneras, sí se tiene dos informaciones orales que podrían ser la
génesis de este acontecimiento, además; los primeros que practicaron este
proceso de fermentación tenían conocimiento de la función catalizadora que
jugaba para la prestancia de un gran licor cuando no era expuesto al oxígeno.
Como sabemos, en el vino; por ejemplo, la presencia del oxígeno favorece el
crecimiento de la levadura, por consiguiente; una reacción química
desfavorable. De García Ruíz, 1855, p. 12:

“Aire Atmosférico. - Está probado competentemente que sin el concurso


de éste agente no puede desarrollarse la fermentación del aguardiente
(…) Quede, pues, establecida la necesidad de éste agente para el
desarrollo de la fermentación, pero ténganse en cuenta solo para el
desarrollo de la fermentación (…)” (García Ruíz, Leopoldo 1855: 12) 147.

103
Por tanto, los que supieron enterrar al aguardiente en los terrenos del
Patamarca, ya sabían de la clarificación del mosto y melado del azúcar y el
grado o volumen de alcohol al dejar la fermentación bajo suelo.
Existen dos versiones orales que nos exponen cuales podrían haber sido el
nacimiento del entierro del guarapo sampedrano. Primera versión extraída de
don Juan Vílchez y Alfonso Montes Orihuela Apud. Rubén León Montes; y
segunda versión extraída de la conversación de la Sociedad de Arrieros de la
imagen de San Antonio de Padua.

-Primera versión: Proximidades a la Batalla de Junín, mes de junio. Los


habitantes cercanos por donde recorría el ejército español y peruano,
abandonaban el lugar de su residencia enterrando sus pertenencias u
ocultando en las cuevas. En el antiguo pueblo de Gagasmarca, recién llegado
los arrieros con su cargamento de aguardiente procedían a enterrarlo para
evitar su pérdida o encautamiento por parte de los soldados de ambos bandos.
Meses después de la Batalla de Junín quedaban merodeando por los
alrededores de Cacas soldados y personas, pero ya no con la rudeza ni la
bravuconería de antes; entonces, pasado quizá un año, deciden desenterrar el
aguardiente ocultado y así celebrar las Fiestas Patronales; vaya sorpresa,
encontrando el aguardiente más añejado con sabor y aroma más agradable. El
catador arriero, quedó conforme y, hoy se sigue enterrando bajo suelo para así
darle volumen alcohólico.

-Segunda Versión: Los arrieros antes de iniciar su viaje enterraban el


aguardiente, porque a su regreso todas las mercaderías eran entregadas a las
autoridades y mayordomos y nada quedaba con ellos, por consiguiente, no
había como celebrar el retorno. Por tal motivo, una vez arribado a Cacas
regresaban al lugar secreto y desenterraban el aguardiente, consiguiendo una
mejoría en la catadura de la ambrosía con sabor agradable al paladar.

2.8.2. El entierro del aguardiente para las Fiestas Patronales de hoy

Para el día 28 de junio se entierran doce botellas de aguardiente de 4 litros


de capacidad cada una, dos botellas por mayordomos participantes: San Pedro
104
de Patamarca, San Pedro Patrón, San Pablo y Corpus Christi. Para el 30 de
junio, San Antonio de Padua y Niño Viajero se entierra 3 botellas, uno para el
mayordomo pasante, otra para el nuevo y un tercero para la presidencia de la
Sociedad de Arrieros. Antiguamente se enterraba al interior de la capilla de
Patamarca, con el correr de los años se hizo en los exteriores de la capilla,
actualmente se realiza en la casa del mayordomo para evitar la extracción o
robo por extraños al culminar la fiesta.
Para el entierro del aguardiente se procede a buscar un lugar seco, donde
no caiga la lluvia. Una vez ubicado se inicia la chacchapada, hacen un agujero
de 80 cm de profundidad, luego se realiza le inicia con el garapacuy a la tierra
pidiendo los buenos deseos a la mamapacha, esparciendo la coca en pequeños
fragmentos, regando la caña e invitando cigarros a los asistentes. Se procede a
enterrar el aguardiente pidiendo a los abuelos o yllas que lo fermente y que él lo
beba para su buena salud y el buen desarrollo de la fiesta venidera. Toda esta
ceremonia se realiza hablando en quechua y que todos los asistentes sea varón
o mujer realizan el trabajo del agujero y el tapado del añejo.
El entierro es durante un año, desde que el mayordomo asume el cargo,
tiempo más que suficiente para obtener un buen añejado del aguardiente
convertido en un buen guarapo sampedrano, que es desenterrado para
disfrutarlo durante las fiestas patronales.

2.8.3. El desentierro del añejo convertido en el guarapo sampedrano


Se realiza en el Santuario de Patamarca
luego de la ceremonia de la mesa central. Los
mayordomos, las autoridades, las mayoralas y el
monedor (muñidor) proceden en su búsqueda, el
monedor va tanteando con su vara cantando y
hablando en quechua, el lugar del entierro está
lleno de pajonales y piedras, las mayoralas al
suponer que puede ser el lugar enterrado
extienden un mantel con coca y cigarros, si no es
el lugar; continúan con la búsqueda del
aguardiente hasta encontrar el lugar del entierro.

105
En caso de no encontrarlo en el lugar previsto, se le exige una multa a la
autoridad quien está encargaba de la búsqueda. Estas multas consisten en
beber el caliche y el aguardiente.
Una vez encontrado el añejo el Monedor Mayor invita al alcalde a ejecutar el
desentierro del añejo que se encuentra entre rocas y espinas. Cuando las
damajuanas (botellas grandes que contienen el aguardiente añejado) se
encuentran a la vista, las mayoralas y monedores proceden al pago de la tierra
por devolver el aguardiente envejecido; es decir, añejado. El desentierro es
realizado por una autoridad municipal, comunal o judicial. El de la imagen San
Pedro Auquish el responsable es el alcalde, el de San Pedro Patrón la
presidenta de la Comunidad Campesina; de San Pablo, el Presidente de
Cooperativa de Ovinos y de Corpus Christi alguna autoridad presente como el
juez de paz o primer regidor de la municipalidad. El de San Antonio de Padua
recae en alguna autoridad presente.
Los mayordomos y sus esposas son los principales anfitriones, los cuales
observan al monedor en su búsqueda del añejo e invitar a la autoridad a extraer
el guarapo. Una vez realizado el desentierro, el añejo es entregado al
mayordomo Actual y el otro al Mayordomo Nuevo. Las autoridades en
representación del pueblo realizan el trabajo del desentierro del añejo. Una vez
culminado, los mayordomos; autoridades, monedores, mayoralas e invitados se
dirigen a la mesa para la degustación de la chacchapada y la distribución del
reguichicuy por parte del Nuevo Mayordomo

2.9. EL KAYPINCRUZ

2.9.1. Etimología de kaypincruz

148
La palabra Kaypincruz (Velásquez Cabrera, Víctor. H. 2007) proviene de
(el ecce crucis latino = “he aquí la cruz”, en referencia a las estaciones de la vía
crucis), y Kaypincruz (de esta cruz… a otra cruz) con su variación de -m a -n,
tienen un sutil juego de sentido. La expresión popular kaypincruz (con el
posesivo -n = “su aquí (sic) de la cruz”) designa el andaluz “ir de rosario” o el
limeño “hacer las estaciones”, con evidente prescindencia del significado de
“cruz”.

106
2.9.2. Antecedentes de kaypincruz

Durante el gobierno del emperador romano Constantino I (306-337d.c) se


suprime la crucifixión como tortura y se la convierte en emblema de Jesús en
homenaje a la madre del emperador, Santa Helena, que ha encontrado la cruz.
Doce siglos después esta llegó a territorio americano y fue el símbolo de la
conquista y de la evangelización.

El proceso de evangelización se dio de manera paulatina en la medida que


llegan las órdenes religiosas, pues las primeras acciones importantes
empezaron después del Primer Concilio Limense en 1551. Las directrices que
se tomaron de la Instrucción, dictada por el arzobispo Loayza en 1545 y
corregida en 1549, imprimen “por primera vez una orientación general que
marcaría los primeros pasos de la Iglesia Católica nacida en los Andes”
(Urbano, Enrique: La Extirpación de la Idolatría del Perú. Año 1621. Padre
Pablo de Joseph de Arraiga de la Compañía de Jesús. Cusco 1999). La primera
medida a tomar fue el bautizo de indígenas, que en el acto debían de
abandonar las practicas idolátricas y todas las formas que iban en contra las
leyes eclesiásticas y contradecían los mandamientos católicos.

En el Segundo Concilio Limense (1567-1568) se retoma la idea de destruir


las huacas y de colocar en su lugar cruces o levantar una iglesia o ermita (en
caso de que la huaca haya sido un importante lugar de culto). En efecto, se
ordena que, en los demás pueblos pequeños que no hubiere posibilidad para
hacer iglesia, hagan una casa pequeña, a manera de hermita (ermita), para
este efecto, donde pongan un altar adornado con una imagen o imágenes, en la
mejor manera que pudieren; y donde fuere tan pequeño que para esto no haya
posibilidad, a lo menos señalen un lugar decente con una cruz, donde se les
diga la doctrina y platique las cosas de fe.

Como se puede apreciar, con la llegada de los españoles a nuestro país se


trajo consigo el símbolo de la cruz, con sus leyes, ritos y ornamentos que
cambiaron por la fuerza la vida de los indios peruanos, donde a través de los
Concilios se ordenó donde no se podía construir una iglesia, se prepare una
casa pequeña, a manera de ermita (capilla para celebrar un culto), donde se
ponga un altar adornado con una imagen o imágenes, y donde fuere tan

107
pequeño que para esto no haya posibilidad, a lo menos señalen un lugar con
una cruz.

Teniendo en cuenta los referidos Concilios, en nuestro antiguo pueblo de


Gagasmarca habría llegado la evangelización cristiana y de acuerdo a lo
ordenado se habría construido una capilla (ermita) para celebrar un culto,
donde se habría puesto la imagen de San Pedro de Patamarca o Auquish, y
antes de su llegada en el año de 1627, habría en el antiguo pueblo una cruz
como símbolo de la llegada de la evangelización.

Posteriormente, en el nuevo distrito de San Pedro de Cajas la influencia


religiosa ha tenido un impacto muy fuerte, debido a que en la ciudad se puede
observar en los cuatro barrios, que comprende el distrito, la construcción de
hasta diez (10) capillas que se encuentran distribuidos de la siguiente manera:

• Barrio Primero:

Cruz Verde - ubicada en la calle Tarma, cuadra cinco – Costado de la casa del
señor Anselmo Ventura.

• Barrio Segundo:

Capilla Matachaca.

Capilla de Cruz Loma.

Capilla de Pacchapata – Primero y Dos de Mayo ubicada en la calle


prolongación de la calle Tarma (salida para el distrito de Palcamayo).

• Barrio Tercero:

Capilla de Cayán cruz – ubicada en la intersección de las calles Antonio


Raymondi y Calle Junín.

Capilla en la Calle Collpa - ubicada en la Calle Collpa a altura de la curva de


Yali, costado de la casa del señor Heraclio Espinoza.

Capilla Jerusalén Bajo – ubicada en el Cerro Jerusalén (cerca a la casa de la


familia del Sr. Magno Chagua).

Capilla Jerusalén Alto – ubicada en el camino de herradura salida para las


estancias de Tinyahuarco o a la laguna Parpacocha.
108
Capilla que se encuentra ubicada en el actual Cementerio General. Antes de la
inauguración del Cementerio General, indican que existía una Capilla, que se
mantiene dentro del cementerio.

• Barrio Cuarto:

Capilla de “Cinco Esquinas” – ubicada entre las Calles de Francisco Bolognesi


que viene desde la Plaza de Armas, prolongándose hacía el Cerro de
Patamarca, calle que cruza en forma transversal con la calle denominada
Mariano Melgar, y la otra calle en forma oblicua sin nombre que se prolonga
hasta Cachipuquio.

Como señalamos, la cantidad de capillas y cruces; en el nuevo distrito de


San Pedro de Cajas, independiente del periodo de su construcción, se
manifiesta la fuerza con que ingresó la evangelización al pueblo de Cacas,
cuyos pobladores han expresado el acervo cultural y la exteriorización del
mismo, a través de las festividades de las cruces de mayo, habiéndose
celebrado en la década de los 70 y 80 fiestas los días 1°, 2°, 3°, 4° y 5° de
mayo, quedando hasta la fecha las festividades del 1°, 2° y 3° de mayo.

No cabe duda que la cruz como primer símbolo del catolicismo fue impuesta
durante y después de la conquista española a América. Se colocó sobre la
huaca destruida por los evangelizadores y se dieron explicaciones legendarias
acerca de su presencia en nuestro continente. Pero la forma de esta imagen
cristiana no fue extraña a los indígenas quienes lo relacionaron con la
constelación de la cruz del sur que era venerada desde tiempos remotos.
Precisamente, los catequizadores se aprovecharon de ello e implantaron la
festividad de las cruces en mayo, mes en el que dicha constelación alcanza su
cenit, por tanto, época de cosecha. De ahí que la cruz está estrechamente
relacionada con el ciclo agrícola y esto lo vemos expresado en las creencias y
costumbres tradicionales. Así, la cruz se popularizó y difundió en los Andes,
siendo objeto de ceremonias de origen prehispánica mezcladas con las
católicas.

109
2.9.3. Kaypincruz, una palabra quechua-español

Como en muchos lugares del país, pese al transcurso del tiempo, en San
Pedro de Cajas persiste una manera de conversar empleando palabras en
quechua, en medio de un diálogo en castellano. Una de estas palabras es el
denominado Kaypincruz, que es una de las tantas palabras que utilizan los
pobladores sampedranos en sus conversaciones diarias, pues dicha palabra en
su estructura está conformada por una quechua “Kaypin” y otra castellana
“cruz”, que significa “he aquí la cruz” o “hacer las estaciones”.

Como se ha señalado, los catequizadores implantaron la festividad de las


cruces en mayo, festividades que en el pueblo de San Pedro de Cajas se
desarrolla en los diversos lugares señalados anteriormente, donde se destaca
el símbolo de la cruz, imagen ancestral, común a todos los pueblos de
confesión cristiana, de ahí consideramos que el uso de la palabra “Kaypincruz”
en la Bajada de Patamarca, que también significa que yendo a un destino
haces una parada para tomarte un trago, o en castellano ‘aquí está la Cruz’.

En consecuencia, en la festividad de la Bajada de Patamarca, desde años


atrás se ha venido utilizando la palabra Kaypincruz para realizar un descanso
después de un recorrido medianamente prolongado de la multitud que
acompaña a la imagen San Pedro de Patamarca “El Auquish”, que partieron
desde la Capilla de Patamarca hasta Antagasha, y luego, el recorrido hasta la
Capilla de Cinco Esquinas.

2.9.4. Kaypincruz en Antagasha

En principio, es importante saber el significado de la palabra Antagasha, que


es una palabra quechua que significa:

Anta: donde el sol se oculta

Gasha: es quebrada

En consecuencia, Antagasha es la quebrada donde el sol se oculta.

Es lugar de descanso, en la mitad del camino y tomando vista al pueblo


durante la Bajada de Patamarca, en este descanso se realiza la chacchapada
en agradecimiento por el buen camino avanzado hasta dicha zona, y luego se

110
procede a cambiar de posición de los ponchos en los varones, de su posición
normal los llevaran sujeto al hombro con sus chalinas y las damas lo harán lo
mismo con su Ayllucata que llevaran a la espalda sujeto con su cachacata.

El recorrido del primer tramo de la Bajada de Patamarca se realiza de


manera afligida por dejar el lugar donde vivieron muchos años y lo realizaran
con los vestigios a usanza diaria. Pero al llegar a la quebrada de Antagasha de
donde se ve el nuevo pueblo cambian de la tristeza a la alegría y necesitan
tener sus vestidos de acorde a este momento.

En la fotografía (líneas abajo) se aprecia el Kaypincruz en Antagasha, donde


se observa al mayordomo y participantes en la Bajada de Patamarca, que se
encuentran en el momento de descanso después del primer recorrido desde el
Cerro de Patamarca hasta Antagasha, donde comienza la chacchapada,
shugopeada, mishquipada entre todos los participantes, además se puede
observar la imagen sobre su anda, que acompaña todos los años en dicho
descenso de la Bajada de Patamarca.

Fotografía alcanzada por Luís Oscanoa Rojas

En las siguientes fotografías se aprecia la continuación de la Bajada de


Patamarca luego del Kaypincruz en el sector de Antagasha, partiendo con
dirección a Cinco Esquinas. Se observa en esta oportunidad los mulos
cargando alimentos (carne de carnero, etc.), una persona que lleva la tetera de
caliente, buena cantidad de damas que bajan al compás de la banda de
músicos, en la parte intermedia se ve al chuto, luego viene la imagen San
Pedro de Patamarca, y al final la Banda de Músicos.
111
En algunas ocasiones en la fecha que se llevaba a cabo la “Bajada de
Patamarca”, los días 28 y 30 de junio el cerro se veía blanco por la caída de la
nevada, pese a que en el mes de junio es época de verano y se siente un frio
intenso por la helada caídas en la noche antes de la llegada de la aurora, tal
como se puede apreciar en la siguiente fotografía.

112
2.9.5. Kaypincruz en Cinco Esquinas

El Kaypincruz de “Cinco Esquinas”, es el segundo y último descanso de la


“Bajada de Patamarca”, donde la imagen San Pedro Patrón del pueblo, le
espera en dicha capilla a la imagen San Pedro de Patamarca “El Auquish”, que
vienen en recorrido y marcha acompañado por sus fieles devotos y miles de
visitantes en general.

Al igual que en el primer descanso del Kaypincruz en Antagasha, se repite


los mismos ritos descritos tales como: la chacchapada, shugopeada, y brindis
por parte de los mayordomos. A ello, se suman los discursos de orden en la
pequeña capilla de Cinco Esquinas por los mayordomos de San Pedro Auquish,
San Pedro Patrón, San Pablo, y la autoridad política representado por el alcalde
del distrito y el presidente
de la Comunidad.

Ante de continuar con el


recorrido de la “Bajada de
Patamarca”, se resalta el
gran baile popular al son de
las tres bandas de músicos,
interpretando las mejores
melodías de San Pedro de Cajas.

En la siguiente fotografía se observa el Kaypincruz en “Cinco Esquinas”,


donde se puede apreciar que el mayordomo y los participantes en la “Bajada de
Patamarca”, se encuentran en el momento de descanso después del segundo
recorrido desde el sector de Antagasha hasta “Cinco Esquinas”.

Como se ha señalado, en esta estación se realiza el reencuentro de la


imagen San Pedro Patrón del distrito con la imagen de San Pedro de
Patamarca “El Auquish” que según lo manifestado por las mayoralas
respondiendo a las entrevistas efectuadas, señalan que la imagen San Pedro
Patrón del pueblo recibe a la imagen San Pedro de Patamarca,

En “Cinco Esquinas” el Kaypincruz o descanso es el más extenso, en el que


se desarrolla todo un pequeño programa que comienza con las palabras –como

113
ya dijimos-, de los mayordomos de las imágenes San Pedro de Patamarca, San
Pedro Patrón, San Pablo y Corpus Christi, así como las palabras del alcalde
distrital y del Presidente de la Comunidad, que todos invitan a las personas que
acompañan en la “Bajada de Patamarca” a continuar con el recorrido hasta la
Plaza de Armas con una gran entrada triunfal hacía el nuevo pueblo o pueblo
de abajo. Asimismo, anuncian el comienzo de las fiestas patronales que se
inició un día antes y se prolonga hasta el 04 de julio.

En esta estación se repite los ritos de la chacchapada, shugopeada,


mishquipada, y el brindis
general, el baile a son de las
bandas de música que
entonan toda clase de
música anunciando que se
encuentran cerca para llegar
al nuevo pueblo hoy distrito
de San Pedro de Cajas.

2.9.6. Denominación de Cinco Esquinas

A manera de antecedente debemos de referirnos que la palabra “Cinco


Esquinas” encierra muchos significados concretos y simbólicos. Es así que, en
la ciudad de Lima, en la zona ubicada en Barrios Altos existe una intersección
denominada “Cinco esquinas”, que constituye un emblema o símbolo de lo que
era el Perú en el antaño, denominación que recibe desde la época colonial,
porque en efecto existe la reunión de “Cinco Esquinas” de arterias que
confluyen en un punto, en lo que viene a ser el actual final de la cuadra 14 del
jirón Junín. En efecto, la denominación de “Cinco Esquinas” surgió con ese
nombre de la intersección de las calles De los Naranjos, Barbones, Ancha
(actual cuadra 15 del jirón Antonio Miró Quesada), Sequión (llamada también
calle del Acequión, en la actual calle Huari) y “Cinco Esquinas” (final del jirón
Junín).

El tradicional barrio de “Cinco Esquinas” se convirtió, en el Siglo XIX, en


lugar predilecto de bohemios, políticos, intelectuales y artistas, y sus casonas y
solares fueron testigos de las típicas jaranas criollas y las tertulias de

114
pensadores. Manuel Ascencio Segura, Ricardo Palma, César Vallejo y Felipe
Pinglo Alva son algunos de los personajes que frecuentaron esta zona. Hoy,
“Cinco Esquinas” se mantiene como ingreso al jirón Junín y tránsito de salida de
los Barrios Altos, hacia el Cercado de Lima, rumbo al jirón Áncash y al
cementerio Presbítero Maestro.

En nuestra ciudad también existe una intersección que se denomina “Cinco


Esquinas”, en la que fluye la calle Bolognesi que viene desde la Plaza de
Armas, prolongándose hacía el Cerro de Patamarca, calle que cruza en forma
transversal con la calle denominada Mariano Melgar, y la otra calle en forma
oblicua sin nombre que se prolonga hasta Cachipuquio, tal como se puede
apreciar del Plano del distrito respecto a “Cinco Esquinas”.

2.9.7. Plano ortogonal del lugar denominado “Cinco Esquinas”

Sin embargo, a diferencia


del denominado “Cinco
Esquinas” que existe en Lima;
ciudad Capital, en nuestro
pueblo todos los 28 y 30 de
junio, concentra a todos los
mayordomos, mayoralas,
monedores de las imágenes de
San Pedro de Patamarca, San
Pedro Patrón, San Pablo,
Autoridades Municipales y
Comunales, y al público
visitante, para realizar un descanso en el recorrido, Kaypincruz, y para luego
continuar la gran entrada triunfal al Nuevo Pueblo con esa algarabía, alegría y
regocijo, expresando a viva voz, huap, huap, huap, huap, puee…

115
CAPÍTULO III

DESARROLLO DE LA BAJADA DE PATAMARCA

3.1. Valores estratégicos: cultural, social y económicos de la Bajada de


Patamarca

La Bajada de Patamarca encabezado por el Auquish Patrón San Pedro de


Patamarca le confirió al distrito de San Pedro de Cajas no solamente una
imagen de devoción, sino una ocasión particular y un tiempo festivo reconocida
a nivel nacional e internacional. La Bajada de Patamarca retoma refuerza y
diversifica la tradición milenaria de nuestras fiestas, ritos, tradiciones,
costumbres y música que existían en nuestro territorio ancestral.

La celebración de la Fiesta Patronal confirió a San Pedro de Cajas un tiempo


propio, único y distintivo en el calendario anual que es reconocido y valorado,
ha servido; de nueva cuenta, para marcar y pautar el retorno o el regreso
festivo de sus hijos a su comunidad.

La Bajada de Patamarca ha incluido, siempre aspectos religiosos y rituales,


pero también un sinfín de significados individuales, familiares y sociales que
han ido cambiando a lo largo del tiempo y de los intensos e irreversibles
116
cambios que han afectado a las comunidades rurales en general; hoy por hoy,
la fiesta se ha convertido en una arena central de los muchos dilemas sociales,
familiares e individuales asociados a la migración, se ha convertido en un
ámbito que articula, aunque también redefine, la relación entre los que se han
quedado y las distintas generaciones que se encuentran en la diáspora,
muchos de ellos jóvenes que conocen o no, que comparten o no; las creencias,
significados y valores tradicionales que se plasmaban en la fiesta patronal.

De cualquier modo, la fiesta está en plena transformación y su futuro


dependerá de los modos, seguramente diversos, que acuerden y resuelvan sus
comuneros y sus diásporas para manejar la migración —la salida, si no
definitiva; al menos prolongada, de su población— y su impacto sobre la fiesta
patronal y por ende de la Bajada de Patamarca.

La Bajada de Patamarca se ha constituido, en la segunda mitad del


Siglo XX, en la manifestación cultural de mayor convocatoria en el distrito de
San Pedro de Cajas. En ese sentido, dividiremos el análisis de la Bajada de
Patamarca en cuatro aspectos importantes como el aspecto religioso, socio-
económico, cultural artístico y lúdico.

3.1.1. Aspecto religioso

La devoción religiosa es el motor principal de la Bajada de Patamarca; para


la mayor parte de los actores principales es un acto de fe, para algunos es un
pretexto sublimizado para divertirse. La fe es un claro reflejo del sincretismo
religioso, entendido como la unión de dos doctrinas diferentes: la católica y la
andina. Por un lado, llevamos en anda al Patrón San Pedro mientras cultivamos
diferentes ritos ancestrales como del garapakuy, el entierro del añejo, la
chacchapada.

Lo católico se manifiesta en el culto al Auquish Patrón San Pedro de


Patamarca, en los momentos propiamente religiosos como la misa, la
procesión. El sincretismo con lo andino, en los pagos a la Pachamama.

Con la devoción al Auquish Patrón San Pedro surge “El faje”, “el alferezco”,
“el donante” actividades que consisten en la reciprocidad andina, llamada el
ayni o la minka; es decir, la ayuda mutua para solventar los gastos que incurren

117
los mayordomos en la celebración de la Bajada de Patamarca: «Tú me
colaboras este año y yo colaboro cuando a ti te toque». Esta práctica
comunitaria de solidaridad andina se da entre los devotos, amigos o familiares
del mayordomo. En esta ocasión, el interesado ofrece alimentos, licores,
bandos para los mayordomos, bandas de músicos, todo lo referente a la
celebración de esta festividad religiosa en donde se mezcla la fe católica con
creencias ancestrales de los sampedranos.

3.1.2. Aspecto artístico y de identidad:

La Bajada de Patamarca no significa solo un acto de fe, es también una


búsqueda de identidad, un reencuentro del poblador sampedrano con sus
raíces mismas; es decir, un encuentro consigo mismo.

En un mundo contemporáneo globalizado, en el que existen muchas


similitudes en la comida, vestimenta, costumbres, en la manera de vivir, la
Bajada de Patamarca destaca por las diferencias; predomina lo particular, lo
local, vestidos diferentes, con cultura gastronómica propia como el shihuayro,
con música única, como es el caso de la marcha de la Bajada de Patamarca,
con la chacchapada, el reguichikuy como ritos ancestrales. Esa identidad no es
estática, si no que nos presenta la memoria, la consciencia y la personalidad
colectiva del distrito de San Pedro de Cajas en la que los sampedranos se
reconocen. También representa el cambio cultural, un proceso dinámico de
transformación por la dinámica propia del peregrinaje y por la influencia de las
relaciones interculturales como veremos más adelante en las fotos obtenidas en
la Exposición y selección de Fotografías de la Bajada de Patamarca con motivo
del desarrollo de la presente monografía. Sin embargo, esos cambios no han
alterado la esencia misma del Peregrinaje a Patamarca. Los cambios han
influido más en el aspecto social, económico, político, artístico que en el
aspecto religioso católico y religioso andino.

La “Bajada de Patamarca” tiene además un lenguaje artístico, en toda


festividad existe una búsqueda de la estética. En estos últimos años la Bajada
de Patamarca es un gran esfuerzo de estética, principalmente en la vestimenta
de las mujeres, ya no es la ropa tradicional del día a día, sino es el resultado de
una planificación de por lo menos de un año, con la elaboración de polleras

118
sampedranas de un color uniforme que los identifica, sombreros con
características particulares, pañuelos que los identifica de acuerdo a la
devoción de cada imagen, en el caso de los varones sobre todo entre los
invitados de los mayordomos el uso del mulloponcho y sombrero obligatorio.

Como vemos, la Bajada de Patamarca es un arte intangible en el


cumplimiento de sus ritos, tradiciones y música, pero también efímero respecto
a las manifestaciones de su indumentaria sobre todo desde finales del Siglo XX.
Cada década de desarrollo presenta sus propias características. La
indumentaria varía según la voluntad y deseo del mayordomo, pero sin lugar a
duda es elaborada por artesanos profesionales en ponchos, ayllucatas,
sombreros, polleras, etc. Cada vestimenta y color tiene su propio significado y
va acompañado de determinado accesorio.

La música que caracteriza la Bajada de Patamarca es el resultado de la


creación colectiva surgido en estas tierras sampedranas y llevado a diferentes
pueblos, es interpretada por las bandas de músicos profesionales, la mayoría
están compuesta de 30 a 35 integrantes y cobran entre 6 mil y 12 mil soles
diarios que comprende desde el 27 de junio al 04 de julio.

3.1.3. Aspecto socio-económico

Para entender la Bajada de Patamarca, es necesario investigar los aspectos


sociales, económicos y políticos. La convocatoria que tiene esta tradición no
solo se explica por la devoción religiosa, sino por los sectores sociales que lo
sostienen.

Las Fiestas Patronales de San Pedro de Cajas que aloja a la Bajada de


Patamarca tienen un núcleo social dinamizador con importantes recursos
económicos, prestigio e influencia. Ese núcleo está constituido por las familias
que poseen posibles recursos, empresarios, comerciantes, residentes en
distintas ciudades y el extranjero o gente de mucha fe y devoción a las distintas
imágenes como son el Auquish Patrón San Pedro de Patamarca, San Pedro
Patrón, San Pablo, San Antonio de Padua y el Niño Viajero y el Corpus Christi.
Es importante destacar que la elección del mayordomo es voluntaria.

119
En el aspecto social, es importante tomar en cuenta la creciente
participación de la mujer, fenómeno que data desde la década de los 80. Antes
de ello la mujer tenía muy poca participación. En la actualidad la participación
de la mujer durante el desarrollo de la Bajada de Patamarca es tan o más que
la participación masculina. Es sin duda una de las consecuencias de las
reivindicaciones de género y de los nuevos espacios de poder.

En el desarrollo de esta tradición participan personas de todas las edades:


niños, jóvenes, adultos y de la tercera edad. Sin embargo, la participación que
más destaca es la participación de la juventud. Esto no ha sido siempre así, es
un fenómeno que data de los 90. Desde inicios del 2000, se han multiplicado,
las razones que explican este fenómeno es quizás el instinto colectivo de los
jóvenes que se satisface en la fraternidad folclórica. La presencia juvenil ha
influido también en cambios fundamentales de las coreografías, por su alegría,
agilidad y destreza que enriquecen la Bajada de Patamarca.

Lo dicho anteriormente está relacionado con los actores directos de la


Bajada de Patamarca, para entender la compleja influencia del peregrinaje en
nuestra sociedad es importante conocer a los actores indirectos e incluso a los
ausentes. El principal actor indirecto es el público, no existe en San Pedro de
Cajas, una manifestación cultural que convoque a tanta gente como la Bajada
de Patamarca, es una actividad masiva. Esta tradición genera una actividad
económica que beneficia a muchos sectores, siendo entre las que más
destacan, la publicidad en los medios de comunicación, limpieza y pintado del
centro de peregrinaje, atención a las autoridades e invitados, edición de tarjetas
de invitación, elaboración de las vestimentas tradicionales como el poncho, la
manta, el ayllucata, preparación del calentado, del shihuayro, preparación de
bandos para mayordomos entre otros.

Existen también otros beneficiarios económicos como los hoteles,


restaurantes, transportistas, criadores de cuyes, bordadores. La Bajada de
Patamarca genera un movimiento económico de gran magnitud por estar
insertada dentro del desarrollo de las Fiestas Patronales del mes de junio de
acuerdo a los cálculos periodísticos realizados a través de RPP noticias el 29
de junio del 2015 se invierten más de 500 mil soles,
https://rpp.pe/peru/actualidad/invierten-mas-500-mil-soles-en-realizacion-de-
120
fiesta-patronal-de-ocho-dias-noticia-811866, los que obviamente repercuten
favorablemente en el distrito de San Pedro de Cajas y en la región.

Otro aspecto importante es la participación de los políticos, en este caso


como actor principal el alcalde del Distrito. La Bajada de Patamarca es
escenario de una intensa actividad política; las principales autoridades
participan del desarrollo de esta tradición, estas autoridades son el alcalde, el
presidente de la Comunidad Campesina, el Juez de Paz. Si la política tiene
como una de sus características la lucha por espacios de poder, esta se
presenta con el cumplimiento de sus funciones establecidos en las costumbres
y tradiciones de San Pedro de Cajas, como en el desentierro de añejo, el
Kaypincruz en Cinco Esquinas y la Entrega de Señas en el auditorio del Palacio
Municipal de San Pedro de Cajas. Esta participación contribuye en fortalecer los
lazos de unión entre las autoridades municipales, comunales y judiciales; y por
qué no, el pueblo en general.

Tantos los aspectos sociales y políticos señalados influyen en la existencia


de una preferencia interna tanto en la elección de la imagen por parte del
mayordomo, en este caso se tiende a preferir la imagen San Pedro Patrón
(1857), San Antonio (1800) y entre las imágenes encontramos al original
Auquish Patrón San Pedro de los Patamarcas (1627), San Pablo, Corpus
Christi, Niño Viajero de Huamachuco. El desarrollo de las festividades está a
cargo de los Mayordomos, encargado de los gastos religiosos (misa) y de los
gastos de realización de la festividad que se realizan por 7 días. Los
Mayordomos asumen el costo de la contratación de las Bandas de Músicos,
cuanto más reconocidos más costosos; además, comidas y bebidas, que son
otorgadas a los invitados completamente gratis. Ser Mayordomo es una carga,
pero también es un gran honor.

Por tanto, la Bajada de Patamarca es un acto de fe, una obra de arte, una
diversión, pero también es; para muchos, una demostración de estatus social y
económico.

Finalmente, para comprender la trama social que existe en torno a la Bajada


de Patamarca es importante tomar en cuenta a los ausentes. Muchos de los
ausentes son pasivos, simplemente no tienen interés, pero hay otros que son

121
enemigos activos de la festividad. Uno de los aspectos que más divide en la
actualidad a católicos y protestantes es precisamente las fiestas. Estos últimos,
son enemigos declarados de las imágenes religiosas, en este caso San Pedro,
San Pablo, San Antonio. Las Fiesta Patronales es todavía una de las más
eficientes formas de aglutinar feligreses para la Iglesia Católica.

Otros enemigos son aquello que creen equivocadamente que la Bajada de


Patamarca es un atavismo (Tendencia a continuar o a imitar costumbres y
formas de vida arcaicas) contrario al desarrollo y al trabajo. No puede
desconocerse que para la consolidación y difusión de la Bajada de Patamarca,
ha tenido y tiene una influencia primordial, el apoyo de los medios masivos de
comunicación.

3.1.4. Aspecto lúdico

La Bajada de Patamarca es, como ya se dijo; un acto de fe, una obra de


arte, un fenómeno social, pero además es un gran momento de diversión. Para
muchos, la diversión es lo más importante, especialmente durante las Fiestas
Patronales entre el mes de junio y primeros días de julio.

La fiesta es una catarsis colectiva que libera los problemas cotidianos de las
presiones sociales, de la aburrida rutina. La Bajada de Patamarca es búsqueda
de goce, de alegría, de placer, es decir; una trasgresión de lo cotidiano.
Transgresoras por que alteran el orden público (el pueblo toma la calle, la plaza
principal); altera el orden social (varones y mujeres se separan en grupos
distintos). Personas que tienen determinados roles durante el resto de año,
cambian o pretenden cambiar su rol durante la Bajada de Patamarca, ese
cambio es transitorio, no deja de ser importante. Tímidos se convierten en
alegres, catedráticos universitarios en arrieros.

Lastimosamente la alegría plena, el olvido de las diferencias es transitoria,


efímera como la Bajada de Patamarca misma. En no pocos casos, el consumo
excesivo de bebidas alcohólicas produce su ritual cíclico: alegría por la que
todos se quieren, tristeza por la que nadie se quiere y violencia cuando todos se
odian. Sin embargo, por más efímero que sea el abrazo mientras uno baja del
Cerro de Patamarca, deja huella y por eso la fiesta es el mejor escenario para
lograr la interculturalidad que nos caracteriza como país.
122
Esta festividad colectiva como es la Bajada de Patamarca, es el principal
escape para muchos sectores de nuestra sociedad que ahorra todo el año para
divertirse unos pocos días. Es una válvula de escape a los problemas, es una
forma de evitar la violencia, por eso el peligro que sea demasiado escapista,
que el milagro sustituya al esfuerzo y la alegría a la justicia. Pese a esos
peligros la Bajada de Patamarca en San Pedro de Cajas, es una de las
mayores manifestaciones culturales y la mejor demostración de nuestro diverso
patrimonio intangible sampedrano.

3.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA BAJADA DE PATAMARCA

3.2.1. Bajada de Patamarca en los siglos XVII-XIX

Las referencias incipientes que tenemos corresponden a los primeros años


posteriores a 1627, con la llegada del Apóstol San Pedro y el traslado sufrido de
la población del antiguo pueblo de Cacas (Patamarca) hacia el nuevo pueblo de
San Pedro de Cajas. Según fuentes bibliográficas este traslado correspondería
en algún momento entre los año de 1627 correspondiente al deslinde territorial
y a la posición de solares, a la construcción de la iglesia en el pueblo actual en
el año1800, construcción cuasi actual de la iglesia en San Pedro de Cajas y no
a las primeras capillas rústicas.

De Estrella, Irene extraemos:

“Entre 1808 hasta 1826 más o menos. Posesión de solares a los


pobladores de San Pedro Pampas de Cacas en el nuevo o actual terreno
de San Pedro de Cajas. Los pobladores del pueblo primitivo de Cacas o
Patamarca, bajan a poblar el actual pueblo de San Pedro de Cajas,
porque observaron un terreno superior en todos sus aspectos” (Estrella,
Irene. 1954: 24) 149.

Luego hace una descripción del territorio en tiempos muy ancestrales:

“Antiguamente, este pueblo fue una inmensa laguna que desaguaba por el
Rio Pacchapata, con el tiempo poco a poco se secó, sin embargo cuando
se inició la población existía todavía indicios: como senegales y pedazos
de terrenos muy húmedos” (Estrella, Irene. 1954: 24) 150.
123
En el transcurso de la investigación para el presente trabajo, no
encontramos documentos que corroboran lo escrito por Estrella a la existencia
de una laguna. Los documentos investigados datan desde 1596, 1603,1610,
1613, 1623, 1627, en adelante; por tanto, inferimos que dicha afirmación estaría
basada en relatos orales.

Más adelante afirma: “La ceremonia de fundación no existe en ningún


documento porque bajaron poco a poco en diversos años” (Estrella, Irene.
1954: 25) 151
, de ello podemos concluir que la “Bajada de Patamarca” es una
manifestación cultural nacida del sincretismo cultural que fue formándose a lo
largo de los siglos, en un proceso lento que aún no ha alcanzado su máxima
expresión como festividad.

Luego dice: “Entre los años 1810 y 1815 se construyó la Iglesia Matriz,
sufriendo caída de sus paredes en 1818 y 1819, motivo por el que fue
inmediatamente reparada” (Estrella, Irene. 1954: 27) 152.

Hay una descripción de manera técnica de un estudio preparatorio para el


estanco de la sal de Cachipuquio de Espinoza, Agustín (1896: 78-79) donde
describe:

“En una meseta situada al S.O. del pueblo actual, se ve aún ruinas de
antigua población [¿Patamarca?], y los moradores del lugar atribuyen el
abandono de esa población a la industria que se desarrolló al
descubrimiento de esas aguas saladas, mientras que la tradición indica
que el antiguo pueblo que existió en aquella meseta fue incendiada por un
rayo, en tiempo anterior al Coloniaje, y desde entonces se trasladó la
población al sitio en que hoy está” 153.

Para nosotros Espinoza imputa a los moradores que circundaban al


Cachipuquio el abandono de lugar por fuerzas atmosféricas; más no, al pueblo
de Patamarca.

No dudamos de la referencia de Espinoza que escribió cincuenta y nueve


años antes que Estrella, lo que sí afirmamos es que entra en confusión al
124
afianzar que el traslado fue antes que llegaran los ibéricos, cosa que queda
desvirtuada por las fuentes conseguidas en esta investigación. Por tanto, nos
reafirmamos que en algún momento de nuestra historia se dio el traslado de la
población y que nuestra “Bajada de Patamarca”; sin duda, nació con el traslado
del Patrón San Pedro “El Auquish” entre estos dos pueblos, conocido en 1824
como Cacas Viejo (Patamarca) y Cacas Nuevo (San Pedro de Cajas).

Las primeras manifestaciones del Peregrinaje a Patamarca corresponderían


a una candorosa y modesta caminata acompañados posiblemente del
mayordomo, mayorala, monedor y el Cura, y quizás algunos devotos; sin duda
todos cristianos bautizados, llevando en andas al Patrón San Pedro “El
Auquish”, tal como ocurre hoy con el peregrinaje que se realiza al Señor de
Pacchapata luego de realizado el armachicuy; pues parten de la plaza principal
o de la casa del mayordomo, haciendo un Kaypincruz en Cruz Loma para llegar
a la Capilla de Pacchapata. Quizá así haya sido la génesis por siglos del
peregrinaje al Cacaspata y que hoy se convirtió en la emblemática “Bajada de
Patamarca” domeñando y hacerse invulnerable incluso a los más escépticos.

3.3. ORIGEN Y DESARROLLO DE LA BAJADA DE PATAMARCA

3.3.1. Bajada de Patamarca, origen

Siglo XVII. Al momento en que llegó Cadarcio, los qaqashmarcas estaban


en un estadio ambiguo, los uchucllactas se hallaban dispersos, no tenían
puntos o colindancias fijas, siempre habían sido mitmas, arrendatarios de los
terrenos de los taramas y los chinchaycochas, sus subsistencias dependían del
trueque de la sal, no poseían pastos ni terrenos y nada podían hacer. La
condición de ser mitmas y salineros, aunque en verdad; decir mitmas, es a
medias, porque ahí estaba la raza oriunda de los Telarmachay fusionado con
los usqunugas del Chuyaq; diseminada entre sus coterráneos de los yarowilcas
y usqunugas, pero más ahondó la supremacía de ser forasteros.

El anclaje principal, llamémosla “metrópoli”, era Qaqashmarca o


Gagasmarca o Qaqaspata o Cacas denominado más adelante Patamarca

125
(pueblo de arriba), ahí se hallaban los llactapatas y la incipiente “sedes
administrativas”, que manejaba las actividades del Cachipuquio (poza de sal).

En ese momento, cuando la vida estaba condicionada solo a las actividades


salineras, -como dijimos líneas arriba-, llega el redimensionador de tierras don
Juan de Dios Cadarcio, a ejecutar la demarcación y amojonamiento de los
terrenos a los qaqashmarcas. Su llegada fue intempestiva, por lo que podemos
conjeturar que fue por dos motivos; las reducciones llevadas a cabo por el
Virrey Francisco de Toledo por perseguir un claro objetivo fiscal y las Misiones
Evangelizadoras que se centraron y se engrosaron en las zonas centrales
andinas, o las disputas constantes para imponerse en la extracción de la sal del
Cachipuquio por las llactas de los Taramas y Bombón.

Lo que vamos a exponer, es un proceso diacrónico, tanto de origen


documental y oral que no fue olvidada por centurias por los comuneros de San
Pedro de Cajas; más bien, alimentaron sus días y su linaje entre ritos y
costumbres, remembranzas que lo blanden con orgullo, pleitesía y mucha
responsabilidad. En principio, todo esto tiene su génesis cuando se comienza la
demarcación territorial del pueblo de Qaqashmarca, en el Siglo XVII. Veamos.

La primera formación de mesa (consenso vecinal), se hizo el 30 de abril de


1627 en presencia y comparecencia de los delegados circundantes y mediatos
a Cacas. Vid. Citas143-144-145.

Acto seguido; en la misma llanura, los indios tendieron un mantel con el


cuero de la llama y sobre ella derramaron papa, oca, mashgua, charki cocida
para alimento de los españoles (Archivos Comunidad Campesina de San Pedro
de Cajas. 1988) 154.

Antes de seguir exponiendo, sustentemos algunas fuentes:

En el caso concreto del Perú, la política religiosa del Virrey Toledo en el


tercio del Siglo XVI estuvo inspirada, en mayor o menor grado, por la férrea
voluntad de extirpar la religión aborigen. Toledo (apud). Martínez de Codes
(1990) escribía: “El principal efecto de la visita general mía, era el de extirpar
las idolatrías, hechicerías y dogmatizadores para que la doctrina de los
Evangelios caiga en disposición y tierras que puedan hacer fruto” (Martínez de
126
155
Codes, Rosa María 1990: 524) . Adicionalmente estaba la instrucción de La
horden que ha de tener en la doctrina de los naturales redactada por el
Arzobispo Loayza en 1549, dos años antes de la celebración del I Concilio
Provincial Limense, donde el espíritu de ésta instrucción describe la destrucción
de los monumentos paganos con el consentimiento de los indios cristianizados,
siempre que ello fuera posible –“y ansí mismo trabajarán de saber dónde tienen
sus guacas y adoratorios y hacer que los deshagan, poniendo en ellas cruces,
donde no las ay, siendo decentes para ello” (Martínez de Codes, Rosa MaríaI
1990: 528) 156.

En un trabajo de investigación de fuentes primarias hechas por Mario Polia,


director del programa de investigación de los “Andes Septentrionales” del
Centro Studi e Ricerche Ligabue de Venecia y profesor Visitante de la PUCP,
podemos leer de los testimonios de fray Fabián de Ayala, de la Compañía de
Jesús, sobre la imposición de desgajar los ritos del pueblo indio, especialmente
de Cacas entre 1611 y 1613 lo siguiente:

“De aquí (del pueblo de los Reyes) fueron los Padres al Pueblo de S. P. de
Ca[l]cas. Adonde como en los demás quitaron adoratorios, y pusieron
cruzes, y confes.ron generalmente a todos los del. con grande fruto,
porque descubrían sus conciencias con mucha claridad eneste pueb[l]o
después que salieron los Padres, entró la Peste q. no fue pequeña
misericordia de Dios hallarles aperseuidos con la confesión (…)” (Polia,
Mario 1996: 224) 157.

Y estas órdenes fueron cumplidas por los naturales de Qaqashmarca,


creemos que por dos oportunidades; por la horden del arzobispo Loayza en
1549, y la descrita por el fray Fabián de Ayala. La cruz de madera que por
siglos estuvo erguida en el Patamarca de la Instrucción del arzobispo Loayza,
hasta hace pocos años (2015), fue reemplazada por un monumento
denominado el Cristo Blanco y al costado se halla inmutable una cruz
contemporánea. Del mismo, presumimos que el ushno, que se encuentra en el
Patamarca, quedó rápidamente desistido, no obstante; el pueblo de hoy
memora los ritos de sus ancestros, tema que tocaremos más adelante.

127
Para 1567, en el Concilio II de Lima, se aprobó entre sus cánones muchos
relativos a sus doctrinas, ejemplo: “(…) los curas visiten los poblados de indios
a su cargo al menos siete veces al año cada uno y se detenga en ellos todo el
tiempo necesario” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951: 242)158. De pronto las
‘doctrinas’ se convirtieron en leyes del Estado y de los Concilios Provinciales de
Lima en 'doctrinas’ o ‘curatos de indios’ para diferenciarlos de las parroquias de
españoles. (Acta del III Congreso Internacional sobre los franciscanos en el
Nuevo Mundo 1991: 694) 159.

Entonces, nosotros conjeturamos que para la llegada de Cadarcio las obras


misionales de evangelización ya tenían arraigo:

“(…) parece imposible negar la importancia de la Compañía de Jesús en el


desarrollo de la extirpación a partir de 1610 (…) los jesuitas ya se habían
preocupado, desde su misma llegada al virreinato, por la religión indígena
(…) demás, estaban reconocidos como buenos confesores y
predicadores” (Acosta Rodríguez, Antonio 1600-1620: 74) 160.

Por tanto, es razonable inferir que en Cacas ya era admitido su ante fijo de
San Pedro. Leamos de Fabian de Ayala apud Polia, Mario (1975: 403-
404):

(…) que se llama San Pedro de Cacas anexo de Los rreyes de chin/chay
cocha questa a otras doze leguas mas adelante”(…) embiando el orden,
que fuese necess.o.p.a que aya mu/chos obreros, pues lo son tanto p.a
tan copiosa mies. Lima y março 25. de [1]614” 161.

Luego, los evangelizadores jesuitas que recorrían la zona allá por 1613, ya
habían introducido a los qaqashmarcas la imagen del Apóstol San Pedro, cosa
que Cadarcio se sirvió de ello para pasearlo durante la demarcación que lo
hace después de 13 años.

Empero tenemos que dilucidar que los españoles al momento de su arribo al


Tahuantinsuyo ingresaron portando el Corpus Christi en señal de
evangelización, además tenía una múltiple importancia para los conquistadores;

128
no solo ponía en evidencia el rol evangelizador hacia los indígenas, sino
demostraba la superioridad del culto católico por encima del culto pagano de los
andinos, y representaba el status privilegiado de los sectores prominentes de la
sociedad. El acto celebratorio del Corpus Christi fue instituido en 1572 por el
Virrey Toledo quien la institucionalizó con sus célebres ordenanzas
reforzándose en los mandatos del I Concilio Limense; por tanto, barruntamos
que no fue el Apóstol San Pedro el primero en llegar al tabuco del Patamarca;
sino el Corpus Christi, que tenía una fiesta pomposa y la más grande de la
colonia. Incluso el cronista José de Acosta, en su obra “Historia Natural y Moral
de las Indias”, refiere que cuando entraron en contacto los españoles con los
naturales, y comenzaron su labor evangelizadora, encontraron similitudes entre
el culto y ritual católico y el de los indígenas. Una de las similitudes fue esta
fiesta; del Corpus Christi, que los cristianos celebraban con cantos y danzas, en
similitud a las fiestas incaicas del Inti Raimi. Ambas festividades coincidían en el
mes de la celebración; junio, y tenían representaciones materiales (santos y
vírgenes en el caso de los cristianos; momias e ídolos en caso de los nativos),
los cuales eran sacados en procesión y duraban muchos días.

Pasado los siglos, el Corpus Christi ya no tuvo el boato de los años y


decenios aurorales de la colonia, en la medida que se dio progresivamente
paso a las festividades locales recreando a sus patrones en un entorno más
folclórico; la Virgen de la Candelaria en Puno, empezó a utilizar indumentarias
del lugar; el Apóstol Santiago patrón de Lampa, Santiago de Chuco y Cabana,
comenzó a usar botas, sombrero de plumaje y guantes; el Señor Cautivo de
Ayabaca trastocado con una corona de tres puntales o el San Pedro con
poncho, cowboy con plumaje y chalinas. Sin embargo, muchas expresiones
artísticas y religiosas de aquel tiempo en torno al Corpus Christi han
prevalecido con el correr de los tiempos; ejemplo, las procesiones, el jalado de
las ceras, las libaciones de la chicha de jora, las danzas y el jolgorios comunal.
En San Pedro de Cajas; la fiesta del Corpus Christi siempre fue añeja, de
muchos siglos atrás. La magnificencia de antes podría haberse extraviado por
el desconocimiento de la importancia que tuvo; empero, se ha consolidado
como la celebración más importante del calendario religioso.

129
Duviols (1974: 287), hace mención del año en que los jesuitas ya recorrían
la zona, incluso anota el clima:

“La misión jésuite de 1613 (au cours de laquelle fut recueilli le présent
document) note que «el temple es muy riguroso por el gran frío que hace,
aguaceros, raios que de ordinario caen y por la falta de toda comodidad»
162
.

Y en cuanto a la demarcación, F. Wilson (1978) apud. Parsons, J. Hasting,


C. Matos, R. (2000) asevera lo siguiente:

“Bajo el dominio español, los límites de Cacas estaban en disputa


constante y evidentemente provocaron combates «mas amargos y
prolongados en esta área que en cualquier otro lugar de la provincia»” y
que por ello: “El primer título de tierra conocido otorgado a una comunidad
nativa en la provincia de Tarma fue otorgado a los residentes de Cacas en
1627, probablemente con el propósito de resolver estas disputas” 163.

Queda claro hasta aquí, que para 1627 Cacas ya se había empoderado y
amalgamado con la imagen de San Pedro.

Como se puede comprobar, Cacas nació como pueblo el 2 de mayo de 1627


164
. Finiquitada la demarcación no prevaleció el nombre oriundo de Qaqas o
Gagas, prevaleció la fonética de los españoles y en los asientos del Título se
gravó: "San Pedro de las Pampas de Cacas”, los ibéricos padecían la
pronunciación. Dicho cambio de nombradía fue en honor a la fundación
española del 02 de mayo de 1627:

“Nombre que alude a lo siguiente: Primero. - La palabra San Pedro


proviene por habérsele designado Patrono del Nuevo Pueblo ha dicho
Apóstol. Segundo. - la palabra Pampa debido a que el pueblo antiguo de
Gagashmarca ubicado en el cerro de Patamarca se halla contiguo a la
Gran Pampa de Junín. Tercero. - La palabra Cacas que deriva o que se ha
desfigurado de la palabra quechua Gagas o Gaga en Cacas” (Estrella,
Teófilo). (1997: 9)165. Y así surgiría un segundo nombre.

130
El 05 de mayo de 1627 fue Sellada la presente Escritura, “don Juan de Dios
Cadarcio cobró el importe de cien pesos fisco al nuevo pueblo por real tributo
que se pagaba al Soberano y para que lo puedan usufructuar unos en pos de
otros”, elevándose dicha escritura al Rey Virrey de Lima don Francisco de Borja
y Aragón, Príncipe de Esquilache 166.

Acotada el último punto llamado Yanarruco, los indios del naciente pueblo
de San Pedro del Pueblo de Cacas, trasladarían a su Santo Patrón a un tabuco,
ermita o capilla que quedaba en Patamarca.

La corroboración de la existencia de dicho santuario podemos cogerlos de


fuentes primarias de la investigación de Antonio Acosta Rodríguez hecha a los
escritos del Cfr. P.J. Pablo José de Arriaga (1564) con el nombre de “Los
doctrineros y la extirpación de la religión indígena”, donde redacta que
Antolínez:

“En 1623, siendo cura en Los Reyes de Chinchaycocha, fue acusado por
Don Lorenzo Puypachagua, alcalde ordinario de San Cristóbal de
Palcamayo, de haberle azotado hasta hacerle sangrar, en la sacristía de la
iglesia de San Pedro de Cacas” (Acosta Rodríguez, Antonio. 1600-1620:
101) 167.

Acosta dice: “El motivo del castigo era que Pauypachagua había declarado
contra Antolínez en otro pleito que los indios le habían puesto con anterioridad y
tras el cual, obviamente el cura había permanecido en la doctrina” (Acosta
Rodríguez, Antonio. Ibíd. 101) 168.

Desde ese momento, siguientes años después de la demarcación, entre los


días 28 y 29 de junio salía en precesión por las laderas del Cachipuquio y
serpenteando el Patamarca la pequeña estatuilla de 32.7 cm del Apóstol San
Pedro dejada por los españoles y cargada por los indios de Cacas. Dicha
estatua componía de una sola pieza, la túnica blanca por los bordes y el
coselete del cuello era bañada de oro de 24 quilates, mientras el manto rojo
169
escarlata estaba decorada a salpicas de oro y plata , cumpliendo así la
ordenanza de la Constitución 55 del I Concilio Limense de 1551-1552
recopilada por Vargas Ugarte, Rubén (1951: 70-71):

131
“Que todos los cristianos guarden las fiestas, y cuales son las que han de
guardar y la pena de los quebrantadores: (…) estatuymos y mandamos
que de aquí adelante no guarden mas fiestas de las siguientes (…): San
Pedro y San Pablo, el Día de Todos los Santos, la Navidad de N.S.J.C,
todos los domingos del año, la Pascua de Resurrección, el día de Corpus
Christi, San Felipe y Santiago” 170.

Así, treinta y uno fiestas más que la colonia en general tenía la obligación de
cumplir bajo pena de multa.

En 1622 el Papa Gregorio XV establece un “Ministerio de las misiones” para


la “Propagación de la Fe”, con tal motivo se puso énfasis en propagar la
evangelización con fuerza dentro del virreinato. A la parte central, precisamente
hacia la Meseta de Bombón y lugares aledaños llegaron los frailes de la Orden
de los franciscanos de llevar la Palabra de Dios a todos los indígenas,
conviviendo prácticamente con ellos para transmitirles no solo la palabra sino
su testimonio de vida, la fe cristiana. Fieles a la fe inseparable entre
evangelización-salvación y evangelización-promoción humana enseñaron a los
indios labores agrícolas, la gramática castellana (leer y escribir), el arte de tocar
instrumentos musicales, la talabartería, los tejidos a telar, etc. Tal es así, que,
los franciscanos orientaron y enfatizaron a los indios de Cacas la celebración de
San Pedro para el santoral del 28 y 29 de junio conjuntamente con San Pablo
en conmemoración al martirio en Roma de los Apóstoles Simón Pedro y Pablo
de Tarso.

Entre 1730 en adelante, erigida el Convento de Ocopa, ya los franciscanos


solían venir con frecuencia, propalando a los indios que “las mulas, los caballos
y los toros también eran hermanos suyos, y que siempre deben estar presente
las virtudes de la humildad, la obediencia, la pobreza y la caridad”, en alusión a
San Antonio de Padua quien también pertenecía a dicha Orden religiosa.

La pequeña escultura del Apóstol, en un formato tipo estatuilla; era hermosa,


de una magnífica obra de arte que sobrevivió hasta antes de ser quemada por
el ejército realista, anticipadamente de ello; podía contemplarse en los enceres
(objetos/utensilios) del San Pedro de los Patamarcas. Era apreciado,

132
ambicionado y codiciado por cuántas personas cuyas motivaciones funestas
eran despojarlas, birlar o trucar de los enceres del Apóstol.

La nueva ciudad fue trazada por los ibéricos a dos kilómetros al sur del
Patamarca. Según las instrucciones, los nuevos pueblos debían levantarse en
el sitio más apropiado; que tuviera buen clima, y los visitadores debían decretar
que viejos asentamientos deberían de abandonarse a favor de los nuevos
pueblos. En realidad; el trazado del pueblo obedecía a los criterios hispanos,
nutridos en las fuentes latinas. La plaza central rodeada de la iglesia y su
convento, el cabildo, la cárcel, y el cuartel. La casa de los indios del común
debía ser independientes unas de otras y con puertas a la calle. Se debería de
dar a los caciques un plazo máximo de dos años para la construcción y el
poblamiento del nuevo asentamiento, a costa de suspensión del cacigazgo y la
destrucción de sus antiguas casas: “(…) passado el término que dieredes a los
indios para se pasar y hacer sus casas donde se mandaren reducir se les
derriben y deshagan y hechen por tierra las casas antiguas que antes tenían”
(Jurado, Carolina 2017: 128) 171.

Creemos que desde 1635 en adelante, los nativos indios de Cacas


peregrinaban a su Patrón San Pedro hasta la iglesia del Nuevo Pueblo
señalada por los ibéricos, sin dejar de pasearlo siempre los 29 de junio,
cumplida el garbeo, la imagen retornaba siempre a la capilla rústica del
Patamarca, hasta que pocos años atrás, entre 1955 – 1965, fue aparecida
quebrada los brazos y la cabeza del Apóstol, acción que motivó que hoy
permanezca en la Iglesia principal de Cajas.

En el Siglo XVII, el “Auquin” (el más viejo), en reconocimiento de autoridad


era quién presidía las ceremonias, creemos que con la indumentaria o vestido
que los europeos habían introducido. Si bien en el incario los vestidos se
diferenciaban de acuerdo a la clase social y a la región, los tejidos para la
vestimenta del pueblo estaban confeccionados de la llama y la alpaca,
decorada con gran diversidad de tocados (adornos de la cabeza) en cuanto a
formas y coloridos. Si el indio de la sierra del Tahuantinsuyo usaba su uncu; la
huara, la usuta y la chuspa; mientras que las damas el anacu, la lliclla con su
topo, el chumpi y las ojotas; el cambio llegó con los ibéricos y se perdió la

133
identidad y originalidad de siglos. A la centurias de mil seiscientos; creemos,
que la población indígena de Cacas había transmutado o trasuntado; las
características, estilos y funciones de sus indumentarias.

Los qaqashmarcas empezaron a indumentarse –se podía ver hasta hace


poco tiempo-, con hilados exclusivamente materializadas de la puchka. Del
relato del Príncipe de las Crónicas, Cieza de León, podemos leer: “Había en
Tarama en los tiempos pasados grandes aposentos y depósitos de los reyes
incas. Andaban los naturales vestidos, y lo mismo sus mujeres, de ropa de lana
de sus ganados [llama y alpaca]” (Cieza de León, Pedro 1973: 201) 172. Así, los
varones se vestían con camisa y pantalón bayeta (tela hilada y tejida de lana de
carnero), puesta el llapichuco (berrete o gorro) por el frío, poncho y chalina,
llanquis (sandalia rústica de la piel curtida de la llama) multicolores y medías de
lana, y sobre los hombros portando la huaraka (honda) y el huallqui (bolsa o
morral) o en todo caso una alforja; y las mujeres puestas sus ruripas de bayeta
(pollera), medias de lana y llanquis, cargadas su huallki, la puchka y su piruro (
utensilio para hilar con su rueca), cantaban y bailaban alrededor del Santo
Pescador 173.

EN ACUARELA, INDIO ALCALDE CON VARAYOK COGIDO DE LA BIBLIOTHEQUE NATIONALE DE FRANCE 1847.
NÓTESE EL RÚSTICO DISEÑO DEL MURUPUNCHU, EL LLAPICHUCO, EL BASTÓN DE MANDO Y UNA ALFORJA
INCIPIENTE. “Indien alealde d’ un village de la province de Tarma-1847”.
134
El Auquin, comenzó a usar el varayok, dando nacimiento al primer
funcionario colonial en Cacas. Mediante el ayni, todos los años; mutuamente,
esta comunidad de indígenas colaboraba entre sí, para la procesión del próximo
año y en retribución a esta; el Auquin servía comidas y bebidas a los indios y
visitantes 174, costumbre que era nato en esos indios: el GURPAY QARAY; que
De Xeres narra en su crónica aludida en éste mismo trabajo. No olvidemos
también, que al concluir la demarcación y amojonamiento del lindero en 1627
se tendieron comida para los españoles y demás personas acompañantes,
visitantes y testigos.

El ayni y la minka seguían siendo comunes, el sincretismo español no había


roto esas costumbres.

Para 1627 el pueblo de Qaqashmarca ya había superado la idolatría


impuesta férreamente en el Siglo XVI, sino; no se explica cómo dejaron sin
remordimientos ni reclamos al ushno de Qaqaspata (Patamarca) que por
muchos años fue el lugar sagrado para sus ofrendas y peticiones a sus muertos
ancestrales.

Pese a grandes líos y acechanzas por sus vecinos por el Cachipuquio,


siempre los indios de Cacas no dejaron de rendirle culto a su patrón. Por
ejemplo, en 1629, durante el gobierno de Luis Jerónimo Fernández de Cabrera
y Bobadilla, IV Conde de Chinchón, los indios de Cacas:

“(…) pidieron a su excelencia se le reconozca los derechos y previlegios


cedidos por el inca; porque los caciquez y autoridades del Repartimiento
de Tarma y los indios de las provincias vecinas de Junín, Palcamayo,
Jauja, cometen muchos abusos y sobre todo desconocen en «los
previlegios: de no mitar y hacer servicios personales por ser Salineros
Forasteros y Mitimaes»” (Estrella, Irene. 1954: 22) 175.

En 1665 el Virrey Conde Santisteban, en 1669 el Virrey Conde de Lemos, en


1679 el Virrey Conde Melchor Liñan y Cisneros, en 1682 el Duque de la Plata,
en 1714 Virrey Fray Diego Ladrón de Guevara, en 1718 Virrey Príncipe Santo
Buono, en 1728 Virrey Marquéz Castel Fuerte, en 1760 Virrey Conde de
Superunda y en 1786 Virrey Caballero de Croix defendieron férreamente a los

135
indios de San Pedro de Pampas de Cacas de los abusos contra sus tierras,
pastos, solares y por lo poco que ocupan eran cobrados por los Tarmas y
Chinchaycochas.

“Entre 1808 hasta 1826 se optó por abandonar el asiento de la reducción


toledada de San Pedro de Cacas. Optaron por trasladarse a un sitio que
quedaba mas o menos a cuatro cuadras, hacia el fondo del valle. Dejaron
pues San Pedro de Pampas de Cacas (Patamarca) y pasaron al actual
San Pedro de Cajas y se posicionaron de solares a los pobladores”
(Estrella, Irene. 1954: 24) 176.

Más adelante también se lee: “El trazado del pueblo se hizo según las reglas
y costumbres españolas; forma rectangular, delinéandose sus calles a cordel,
usando como medida lineal la vara” (Estrella, Irene. 1954: 25) 177.

¿Se presume que los trazos primeros de los españoles se habían borrado e
hicieron un nuevo trazado? Lo único cierto es que, al momento se tiene una
demarcación del modelo propuesto por el oidor Juan de Matienzo en 1574, y
hoy se puede ver dicho trazo a vista de los actuales momentos.

Sobre la edificación de nueva iglesia, Estrella escribe:

“La nueva iglesia de San Pedro de Cajas fue levantada en 1810 y 1815.
Pero sus paredes de adobe se derrumbaron entre 1818 y 1819, si bien
luego fueron reparadas merced a la minga comunal, o sea a los que los
españoles llamaban trabajo de república” (Estrella, Irene. 1954: 27) 178.

Líneas arriba hicimos mención de un relato del 14 de agosto de 1824 por


parte de Jhon Thomas, irlandés y secretario del General Bernardo O’Higgins
quien describe: “(…) el anciano nos dijo que estábamos en Cacas Viejo y que
en Cacas Nuevo encontráramos al gobernador y provisiones, distaba cuatro
cuadras hacia el fondo del valle (…)”.

Acá nos surgen muchas afirmaciones e interrogaciones cardinales: para


1824 aún habitaban en Patamarca; llámese San Pedro de Gagas o San Pedro
de Pampas de Cacas o simplemente Cacas Viejo; y que, cuestas abajo estaba
Cacas Nuevo. El San Pedro Patrón de Cacas Nuevo aún no existía, sus

136
documentos recién datan de 1857 año en que se realiza los primeros
levantamientos de escritura en sus actas, que da evidencias de su creación en
ese año. Estrella escribe: “La nueva iglesia de San Pedro de Cajas fue
levantada en 1810 y 1815”. Entonces, ¿qué imágenes estuvieron en la iglesia
antigua y luego en el nuevo? Se tiene informaciones orales que el “Auquish”
permanecía de tiempo en tiempo entre la iglesia del Patamarca y la iglesia del
pueblo de abajo, o sea era por así decirlo; un ‘andariego’ que su presencia en
ambas parcialidades era prodigioso, divino, venerable y celestial para ambos
bandos hermanos. Adicionalmente estaba la simbología del Corpus Christi que
llegó con los jesuitas, tampoco podemos pasar desapercibida la imagen de San
Antonio de Padua datada sus documentos entre 1799 y 1800. Las tres podrían
haber estado en las primeras manifestaciones de culto tanto en la iglesia
antigua y nueva.

Los Monedores y Mayoralas testifican que el “Auquish” muchas veces se


extravió y luego conseguido, ¿fue en esas circunstancias del extravío que
optaron los del Cacas Nuevo en la génesis de otro San Pedro? ¿O fue por
causas de estratificación de un grupo humano de la sociedad de Cacas? Son
interrogantes que necesitamos responder a la historia para no ser diferentes y
ser comprendidos, hermanados entre todos. Al generarse la presencia del
Apóstol San Pedro de Cacas Nuevo, el San Pedro de los Patamarcas “El
Auquish”, ya no pudo estar en la iglesia nueva, motivo por el cual se asentó –
como lo hizo muchos milenios atrás- en la iglesia del Patamarca.

En el tercer tercio del Siglo XVIII en adelante, los indios de Cacas quisieron
trasladarlo al “Auquish” del tabuco del Patamarca hacia los altares de la iglesia
del Pueblo Nuevo para que permaneciera fijo en un retablo, vaya sorpresa; no
fue admitida y tuvo nuevamente que girar y retornar a su antigua morada en el
Patamarca. Ignoramos las razones del caso, pero no queremos creer que pudo
haber sido por una mirada de animosidad, enconamiento o vilipendio con sus
coterráneos del Patamarca.

Ya hemos expuesto las atrocidades cometidas en los años de la Campaña


por la Independencia y la guerra con Chile. El “Auquish”, en muchas ocasiones
sufrió estragos, algunas veces fue secuestrado por buenas manos para ponerlo

137
a salvo, fue encontrado y repuesto en su lugar, pero con los abusos y excesos
que el ejército realista y la guerra civil de 1843 arremetía con los pueblos
andinos; quemando iglesias y capillas, saqueando viviendas, matando los
pocos animales de los indios; sufrió estragos y fue quemado por los españoles
documentos valiosos, trascendentales y relevantes. Las mismas barbaridades
cometidas en la iglesia del Pueblo Nuevo, pudieron también ser cometidas en la
iglesia del Patamarca; pueda que ahí se hayan extraviado la estatuilla que
consigo trajo Cadarcio o que algún granuja pudo haberla adulterado.

Veamos algunos enfrentamientos en campos santos y pérdidas


inconmensurables. Repitamos la porción del informe –que líneas arriba también
ya citamos-, que envía el Capitán de Caballería del Ejército peruano Marcos
Ortega al General Guillermo Miller:

“(…) la partida esta salio en poz de hella á eso de las ocho de la noche
hasta el punto de Cacas, y no habiéndolo encontrado han regresado en
esta mañana: en el corto tiroteo que tubieron en el Pueblo no á habido la
menor novedad, y menos han podido sacar ganado alguno; el daño hecho
solo es, en la Iglesia, que principiaron por los Santos, que han quemado
como cuatro, y sinco bultos, sacando el retablo afuera, fundiendo la única
campana que había, este es el daño que han cometido como buenos
godos, por lo que deberá Vuestra Señoría de dirigirse sin el menor recelo
(…)”. Vid. Cita 133

Este es un ejemplo, una de las atrocidades que soportó la iglesia de Cacas,


por ende; sus retablos y santos que estaban guarecidos.

En el enfrentamiento de la Guerra Civil peruana entre 1843 y 1844, conflicto


que enfrentó a las fuerzas revolucionarias o constitucionales encabezadas por
los Generales Ramón Castilla y Domingo Nieto y las fuerzas directoriales o
gobiernistas del General Manuel Ignacio de Vivanco, la iglesia de Cacas
también sirvió como trinchera de las fuerzas constitucionales que comandaba
José Sánchez Lagomarsino quién enfrentó a Francisco Alvarado Ortiz,
quedando; suponemos, destruido el templo por las balas y bombas. Alvarado
Ortiz narra dicho acontecimiento recogido por el diario El Peruano del 1ro de

138
marzo de 1844 al Comandante General del Departamento de Lima, y que es
menester reiterarlo:

“(…) parte de las fuerzas contrarias, constantes de 560 infantes y 30


caballos, estaban en la plaza de Cacas, y el resto en la iglesia y en varias
trincheras. Dispuse mi caballería de modo que los atacase por su flanco
izquierdo, y la infantería se dirigió a la iglesia por el derecho.

Se rompió un fuego vivísimo por ambas partes, que duró 40 minutos, al


cabo de los cuales, no pudiendo el enemigo soportar el nuestro por mas
tiempo, salió de la población para situarse en las faldas de uno de los
cerros que la dominan, y mis soldados lo persiguieron hasta el extremo de
derrotarlos”. Vid. Cita 134.

Como podemos ver, la iglesia de Cacas tuvo muchos siniestros con pérdidas
irreparables, pero no podemos asegurar que el “Auquish”; haya estado en la
iglesia de Pueblo Nuevo o Viejo. Solo atinamos a describir que una y otra vez
fue recompuesto, enmendado y modificado y luego puesto en su retablo en el
Patamarca, pero ya tallado en madera de maguey que hasta la actualidad hace
prestancia.

En 1872, nuevamente se incendió la iglesia de Cacas, cayó un cohete en la


iglesia de techos de paja, mientras se celebraba la fiesta de San Pedro y San
Pablo, de cual salió indemne el pescador de hombres. Esta información se
estaría refiriendo al San Pedro Patrón.

Existe un relato claro y conciso acerca de las Fiestas Patronales en San


Pedro de Cacas en 1853 vistas por los tenientes de Marina Norteamericana
Lewis Herdon y Tnte. Lardner Gibbon en un informe llamado Exploración del
Valle del Amazonas remitido al Senado y Cámara de Representantes de los
EE.UU., es bueno reiterarlo del ítem 2.7.4 donde refieren lo siguiente:

“En el lado occidental de la planicie se encuentra el pueblo de ‘Cacas’ que


tiene entre doscientos cincuenta a trescientos habitantes. Se estaba
celebrando la fiesta de San Pedro, pues esa gente nos es estricta en
cuanto a las fechas. La iglesia estaba iluminada y decorada con todos los
adornos que se pudieran reunir, además se estaban haciendo los
139
preparativos para una gran procesión (…) uno de estos hombres estaba
montado sobre un pequeño e hirsuto jamelgo y llevaba su espada ala lado
derecho (…) Ya se había empezado a beber, la mayoría de las personas
se emborrachan rápidamente y no dudo que esa noche hubo gran
alboroto” (Herndon, Lewis. Gibbson, Lardner 1853: Cap. V) 179.

Este relato objetivo y claro, sin ningún apasionamiento, refrenda la


existencia de la Fiesta Patronal. “(…) Pues esa gente nos es estricta en cuanto
a las fechas”, el dato está tomado el 02 de julio de 1852, la fotografía del
momento estaría aludiendo a la fiesta de San Antonio de Padua, pero adosado
a la Fiesta Patronal de San Pedro de los Patamarcas y el Corpus Christi, como
lo es en la actualidad.

Ya a mediados del Siglo XIX, y todo el Siglo XX, es una etapa más
sosegada y bonancible donde se observa ya las cofradías del Auquish Patrón
San Pedro de Patamarca, sumándose San Pablo, San Pedro el Patrón, San
Antonio de Padua y el Corpus Christi, teniendo cada uno una historia rica,
relevante, señoreada de ritos, costumbres atávicas que con el correr de los
tiempos se ha amalgamado y es una rica herencia que los antepasados dejaron
al correr de la historia, cuya actividad o recreación consolidó a formar una
identidad propia.

Según documentos de las diferentes hermandades y que se encuentran en


salvaguarda de los “monedores y mayoralas” –nombre, como ya dijimos; con
los que se llaman a las personas de velar y custodiar por los utensilios de las
imágenes, guiar y preservar los acontecimientos, ritos y tradiciones de cada
cofradía- podemos señalar que los primeros mayordomos; con cargos como
administradores y responsables de la Fiesta Patronal fueron: del Auquish
Patrón San Pedro de Patamarcas en 1881 fue don Elías Meza León y su
esposa Sandalia Alania Astete, en 1857 para el San Pedro Patrón don Pedro
Rojas y su esposa Magdalena Oscanoa, para San Pablo don José Ayala en
1870, mientras que el primer mayordomo de la imagen San Antonio de Padua
para 1800 fue don Agustín Villagaray y esposa.

Desde aquella tarde del 05 de mayo de 1627 que por vez primera fuera
cargado el Apóstol San Pedro en andas por los indios de Cacas y trasladado
140
del Cerro Yanashalan hacia Cacasmarca, llevando consigo la evangelización y
los documentos demarcatorios de sus tierras, se acercan a cuatro centurias, y
aún sigue latente ese magno acontecimiento de reminiscencia única cargada de
historia donde los compueblanos se trasladan de su nueva ciudad de
Qaqashmarca, ahora llamada Patamarca, y recrear cuando su antiguo Patrón
Pedro surcaba en andas el Cachipuquio, serpenteando el Aklahuay,
Kallpishcancha bajando por Cushipata y llegar al Pueblo Nuevo, luego regresar
a su morada en Patamarca.

Todo esto tiene una connotación desarrolladas en un contexto espacial y


temporal que están cargadas de cultos y ceremonias ancladas entre lo histórico
y presente, que a su vez; en esencia, no ha tenido cambios exógenos, más bien
ha permitido establecer vínculos estrechos entre la sociedad sampedrana.

Veremos más adelante cuáles son esas representaciones y expresiones que


fueron transmitidas de hombre a hombre y hoy se recrean a través de las
Fiestas Patronales constituidas por lugareños propios de esa comunidad,
llamadas mayordomías y que lo hacen de devoción y optativo, siempre
presente el ayni como la primera vez lo hicieron con el Auquin, -hoy llamada por
ellos: el alferazgo- ayuda mutua para pasar el cargo.

Mientras nos detendremos en un punto especial que también es decisivo para


comprender la historia y las concepciones religiosas de los qaqashmarcas: el
ushno y la ylla.

3.4 EL USHNO DE PATAMARCA

El pensamiento andino del Siglo XXI, es un juicio de fuertes raíces


prehispánicas que ha llegado hasta ahora por vía oral. Las historias corren de
abuelo a hijo, de padre a hijo, de abuelo a nieto, del nieto adulto al hijo y así
sucesivamente va entrelazándose la historia de una determinada acción; o sea,
se va transmitiendo a través de generaciones. Así, etnográficamente se nos ha
venido transmitiendo sobre el Ushno del Patamarca, el Ushnupunta del Cerro
Tantangaga y otras informaciones vertidas acá en este trabajo.

La propuesta que planteamos, es que en el ushno del Patamarca las


ceremonias políticas y religiosas han sido de libaciones u ofrendas líquidas
141
como principales actividades realizadas por los naturales de Cacas: “Para el
autor del artículo, las principales actividades realizadas en los ushnos por los
incas y el pueblo indio habrían sido las libaciones y ofrendas líquidas. Por tal
motivo, los ushnos fueron implementados arquitectónicamente con pozos,
canales o pequeñas fallas geológicas” (Monteverde Sotil, Luis R. 2011: 31) 180.

Molina, Cristobal de (1574-1575) apud Monteverde Sotil, Luís R (2011: 68),


sostiene:

“Los rituales de libaciones o de arrojar líquidos sobre la piedra o el terreno,


a pesar de los siglos que nos separan del Tahuantinsuyo, aún persisten en
la actualidad. En ceremonias o rituales andinos cuando se realizan pagos
a la tierra (en pro de una buena siembra o cosecha), se rinde culto a las
lluvias, los rayos, los cerros o se pide por una buena salud como se hacía
en la fiesta de la Situa” 181.

Y Monteverde opina que: “Incluso persiste en la mentalidad del poblador


andino la creencia que el ushno es el lugar donde entra o entierra, o chupa la
tierra el agua”, Monteverde Sotil, (2011: 33) 182.

“Presentando los lugares con características de ushno, mayor factibilidad


para la recepción de ofrendas líquidas, fueron probablemente utilizados
por las poblaciones prehispánicas, cuando tenían que realizar rituales
donde debían ofrecer líquidos, principalmente chicha. De éste modo, se
configuró un concepto ceremonial de ushno, que probablemente se refería
a el lugar donde se ofrendaban o guardan líquidos, o lugar de libaciones”.
(Pino Matos, José L). (2004: 305) 183.

Entonces, no podemos descartar; que los guarapos de los mayordomos


escondidas bajo tierra, se configuró en el ritual que sus ancestros practicaban, y
ellos recrean hoy maquinal y espontáneo con la llamada «búsqueda del añejo»
que fue tratada líneas arriba y que reforzaremos más adelante.

Ese rito de pagar en líquido aún se puede apreciar en la comunidad de


Cajas, al momento de comenzar con sus labores cotidianas, el poblador vierte a

142
la tierra una parte del líquido del vaso que posee y un poco de fragmento de la
coca, en pago anticipado, pronunciando la palabra: “Allin ayhuanan pajtar”,
(para que vaya bien, pues), con la cual ha quedado remunerada la huaca y a
comenzar a trabajar.

No por ello se descarta la realización e importancia de otros tipos de culto y


actividades como por ejemplo observaciones astronómicas o capacochas, pero
de ello no hay evidencias en el Patamarca; además, no era un Wuamani, ni
regido por un Apu; los ushnos principales del Chinchaysuyo estaban en
Huánuco Pampa en la provincia de Dos de Mayo y en Pumpo en la provincia de
Junín según estudios realizados por Matos Mendieta, R. (1994) apud Pino
Matos, José L. (passim 2004: 303-311) 184.

“Pacha Cuti Ynga dio orden muy mucha hazienda para sacrificar a las
uacas, y de las casas del sol y tenplo de Curi Cancha; el trono y aciento
de los Yngas llamado usno en cada wamani señaló” (Guaman Poma de
Ayala, Felipe): (2017) 1615: 265 [267] 185.

Un ushno de importancia tenía que poseer ciertos requisitos: “La


organización del espacio (…) estuvo basada en el sistema de ‘ceques’ “
(Wachtel 1973; Zuidema 1995). Apud Pino Matos 2004: 306 186.

Algunas ‘huacas’ de los ‘ceques’ sirvieron como referencia para


observaciones astronómicas hechas desde el ushno” (Zuidema 1974/76, 1981).
Apud Pino Matos, José L. 2004: 306 187.

Por tanto, proponemos que los ushnos de Ushnupunta y Patamarca sirvieron


básicamente para ofrendas y lugar de libaciones.

El ushno del Patamarca se encuentra sobre unas muy pequeñas cuevas de


rocas tipo caliza y sobre ello; por imposición de la evangelización, se edificó la
capilla de pirka (de piedra) donde permaneció el San Pedro de los Patamarcas.
El hecho de que sobre el ushno se haya edificado la pirka constituye o el
inmediato acogimiento a la cristianización o al fusionamiento de ambas
creencias que los indios llevaban en secreto por temor al castigo impuesta en la
política de extirpación de las idolatrías. Para el historiador y antropólogo Dr.
Luis Millones Santagadea:
143
“…Una muestra de la fusión de la Iglesia Católica con la religión indígena
era el inicio de la construcción de la iglesia o capilla sobre las
edificaciones de sus creencias. Así mismo, en las celebraciones religiosas
se comenzó a permitir que las gentes salguen a las calles a danzar”
(Millones Santagadea, Luis. 1999 – exposición) 188.

Citaremos una referencia hecha por don Lorenzo Oscanoa, apodado “el Kanka”
–porque vivía cercano al manantial de Kankapuquio-, uno de los últimos
habitantes de Qaqashmarca o Patamarca, donde le señala al monedor de San
Pedro el Patrón, Rodrigo Espinoza Cárdenas allá por 1972 que, su padre don
Escolástico Oscanoa siempre le había manifestado que sobre esas rocas
donde ‘esconden’ los guarapos los mayordomos estuvo la pirka de choza donde
albergó al Auquish. Lorenzo Oscanoa moriría en 1973 a la edad de 94 años.

Los naturales del lugar por su desconocimiento hicieron una masiva


destrucción y extrajeron las pequeñas placas de su superficie y lo utilizaron en
las pirkas de los corrales adyacentes al Patamarca, incluso, reiteramos, los
mayordomos de hoy hacen uso de este lugar para guarecer los guarapos.
Cerca de la hondonada más hacia el noreste se encuentra el manantial de
Incapuquio y Chuspipuquio, hacia el este está el manantial de Kankapuquio que
presumiblemente haya sido una conexión hídrica como se encuentra en el
Ushno de Pumpo, o simplemente pozos de pago que se hallaba fuera del
ushno: “Pero no llama la atención que los pozos se hallen fueras del ushno,
puesto que los canales también puedan pasar fuera, aunque muy cerca de los
ushnos como en Pumpo” (Monteverde Sotil, Luís R. 2011: 59) 189.

Nosotros apostamos que estos tres puquios fueron exclusivamente para un


acontecimiento ceremonial de pago, dispersos entre terrenos agrícolas, pero
funcionales en cuanto a su actividad extractiva.

“Si bien el ushno pudo haber tenido su origen en la simple idea abstracta
de un lugar compuesto de piedras donde se filtra el agua, en el ámbito
ritual este concepto se habría enriquecido además con un valor
ceremonial, definiéndose entonces como un lugar donde se ofrendaban
líquidos, o lugares de libaciones” (Pino Matos, José L. 2004: 307) 190.

144
Y esta otra información de Matos (1986-1994); Pino (2001b); Raffino (1997)
apud Pino Matos:

“(…) en dichas zonas se elabora de manera diferente el lugar donde se


vierten los líquidos, adoptando generalmente la forma de pozos de ofrenda
o cocha. Los cuales en su mayoría tenían al interior un relleno de piedras
por donde filtraba la ofrenda líquida” (Pino Matos, José L. 2004: 305) 191.

Entre los elementos arquitectónicos cercanos al Ushno de Patamarca


podemos encontrar el Acllahuay y al Cachipuquio, haciendo un complejo
urbano que unificaba y centralizaba al pueblo, la actividad económica, la aqllas
que eran grupo de mujeres especializadas en actividades productivas
particularmente la textilería y preparación de la chicha y presumiblemente los
tikakachis (pasteles de sal) y el mismo ushno como centro ceremonial. Para
ingresar al Cachipuquio, durante el incario se tenía que hacer un protocolo
especial, Luis E. Valcárcel (Historia del Perú antiguo 1964) narra uno de los
viajes del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo (1478 – 1557) apud:
Rodríguez Aldana, P. (2020: 29):

“Bordeando el camino corren acequias con aguas frescas de que beben


los animales y a cada jornada se encuentra una casa o tambo, donde se
alojan los viajeros. En parte del camino hay un puente al cual se penetra
pasando por una casa o garita donde recide un guarda que cobra el
portazgo y se lo pagan con la misma cosa que llevan. Era regla que no se
podía sacar carga del pueblo sin antes no se había compensado con algo
equivalente. Los viajeros no podían apartarse de la ruta bajo severas
penas. A la orilla del camino encontrábase de toda clase de
abastecimientos, inclusive calzados, ají, panes de sal, así como
municiones de guerra” 192.

Además, ¿acaso no podría haber existido una tiana para el inca?

Así mismo, cercano a este complejo ondula una de los ramales de la red
vial del Camino Inca; el Qhapaq Ñan, pero acaso, ¿no podría haber sido el
Cachiq Ñam o Camino de la sal como sostiene la Dra. Carmen Arellano
Hoffmann? Este ramal surca el Cerro de Quinash, al sureste de la actual

145
población, serpenteaba el Acllahuay, ingresaba al Cachipuquio, seguía ruta
ascendente por el Antagasha y hacer un giro para llegar al pueblo de
Qaqashmarca y tomar el trayecto hacia Chacamarca y seguir línea hasta llegar
al huamani de Pumpo. En algunas partes se han perdido los vestigios, otras
siguen casi intactas, de las cuales esperamos se hagan los estudios y
conservaciones de las mismas por las autoridades pertinentes.

En el Ushno de Patamarca en sus ceremonias de libaciones y ofrendas


líquidas, estaban presentes las preocupaciones del indio de Cacas con su
bienestar en su entorno natural, como dijimos líneas arriba, para obtener, por
ejemplo, la cantidad necesaria de lluvias para la cementera y los pastos de los
animales, lluvia para aumentar el caudal de los puquios por filtramiento.

3.5 LAS YLLAS

Las lluvias de la sierra siempre llegan con rayos y relámpagos que muchas
veces mata a los animales y al mismo hombre. En la actualidad hay una
estrecha información entre los pobladores de Cajas que oralmente ellos dan fe
que el traslado del Patamarca hacia el pueblo nuevo de San Pedro de Cajas se
debe a que en el Patamarca los rayos constantemente estaban presente y los
acechaban y motivo por los cuales mataba a pobladores, animales y muchas
veces las chozas eran blanco permanente e imposible de subsanar. No se
descarta entonces, que el Ushno del Patamarca haya servido también para
ofrendar al dios del trueno, al Ylla o Yllapa, y que al momento de llegar la
evangelización lo fusionaron y asimilaron con el Apóstol Santiago, quien es
patrono de los caballos, ovejas, vacunos, etc.

Cacas fue anexo de Reyes, y los ritos se impregnaban o se expandían por


todo el territorio adyacente, por tanto, lo que pasaba o se creía en una
cosmovisión local, también se difuminaba. Pierre Duviols, en su información
sobre errores y ritos en la provincia del Chinchaycocha, coge un fragmento del
vicario de Chinchaycocha quien redacta a petición del jesuita Fabián de Ayala
en 1613, donde se da a conocer claramente lo que hasta la actualidad se
ritualiza en Cajas.

146
“Y en encontrando con algunas piedras en que parecía auerse estremado
naturaleza dándoles alguna hechura, forma o color estrahordinario las
cogían y guardauan y también los hechizeros las dauan diciendo que
quien tuuiesse aquellas tendría mucha hazienda y ganado de la tierra
ques la riqueza que los indios mas estiman. A estas la llamauan illas y el
demonio les tiene tam persuadido esto que en uiendo que a uno se le
multiplica el ganado y la hazienda dizen luego: «chay illayoc!» que quiere
decir: aquel tiene ylla. Esta tenían en sus casas y la adorauan y
sacrificauan de // la manera que queda dicho cuyes y carneros y tenían
muchos trapillos con poluos amarillos y coloreados de llimpi del azogue y
de otras cosas con las quales embarnizauan las illas y se las fregauan y
las soplauan aquellos colores que era el modo de sacrificalles y estauan
tan persuadidos a que aquellos era causa de la riquezas que a mucho
trabajo se pueden o los podemos persuadir de la uerdad” (Duviols, Pierre.
1974: 283) 193.

En la actualidad, la cofradía del San Pedro Patrón del pueblo nuevo tiene su
Ylla que nos advierten la presencia de ganados ovinos dentro de sus enceres y
la evidencia de la existencia y presencia del dios del trueno en Cacas. Además,
todos los 24 de julio se reúnen los Monedores y Mayoralas junto a sus
Mayordomos de la fiesta de junio para celebrar la Fiesta de Santiago en honor
al Ylla del San Pedro Patrón del Pueblo Nuevo.

Aclaramos, debido a las escasas informaciones y evidencias arqueológicas


en el Ushno del Patamarca hemos basado nuestra información en fuentes
etnohistóricas de los mismos comuneros.

Luego de este detalle informativo –Ushno e ylla- que nos pareció válida y
pertinente prosigamos con nuestra narración acerca de los propios ritos y
costumbres.

147
3.6. PEREGRINAJE A PATAMARCA: 28 DE JUNIO, SAN PEDRO DE
PATAMARCA “EL AUQUISH”.

El peregrinaje de subida que en este siglo XXI se hace al Cerro de


Patamarca, es para rememorar esa gesta que los antepasados con mucha
nobleza y recato acogieron y asimilaron la evangelización penetrante por
órdenes de la jerarquía eclesiásticas del Virreinato del Perú. Esta práctica de
romería, ver su sincretismo religioso y desarrollo, bajo la advocación de San
Pedro, permite conservar creencias ancestrales. Acá dilucidaremos como los
actores van sumergiéndose a la línea temporal de sus primeros padres. Aquí
una afirmación de Rostworowski, María (2003: 97):

“En el mundo andino las peregrinaciones presentan una larga trayectoria


histórica. Antiguos ritos. Algunas fuentes dan testimonio de que este tipo
de ritual existía en tiempos prehispánicos; por otra parte, en
peregrinaciones actuales a Vírgenes o a Cristos se puede percibir
semejanzas con los antiguos ritos (…)” 194
.

Explicado la salvedad, vayamos a las diversas escenificaciones que se


ejecutan con un sin un número de actores a fin de buscar posibles nexos con el
pasado, que a pesar de tener vivencia urbana no se ha perdido dicha influencia.

En la Fiesta Patronal del lugar; fiesta entre el 12 de junio y el 04 de julio, se


desciende dos veces, el 28 de junio a la madrugada lo hacen los mayordomos
del Auquish Patrón San Pedro de Patamarca, San Pedro Patrón, San Pablo y
Corpus Christi, ‘El Auquish’ es el anfitrión y dueño de todos los
acontecimientos. Mientras que el 30 de junio asciende y desciende el
Mayordomo de San Antonio de Padua juntamente con la Sociedad de Arrieros
que es adjunto a la imagen. Ambas tienen las mismas similitudes de ritos,
costumbres y pleitesías, la difiere algunos momentos celebratorios y usanzas
que es gesta de principios, reglas de temas de desarrollo humano. Ambas
tienen el mismo código de expresar acontecido muchos siglos atrás.
Trataremos de explicar generalizadamente, siempre advirtiendo los
acontecimientos de cada uno de ellos.

148
Todos los años, el 28 y el 30 de junio, desde las 4.00 de la mañana, luego
que los peregrinantes hayan saboreado el mondongo tradicional como
desayuno, los mayordomos, como administradores de la Fiesta Patronal, sus
bandas de músicos, invitados y pueblo en masa, se aprestan a salir a la ardua
caminata para memorar y no perder esa influencia magna de la presencia de
Dios en el pueblo de los qaqashmarcas cuando la evangelización llegó en 1627
junto a la estatuilla del Apóstol Pedro.

Este peregrinaje, no es el camino de unos pocos elegidos, sino el camino de


todo sampedrano, quien recorre el camino del peregrinaje busca un camino
para alcanzar su propia historia, busca eternamente las fuentes que pueda
ayudarle a descubrir los enigmas de su pasado. El espíritu humano se beneficia
de todas las luces que rasgan el alba o el amanecer de los primeros
qaqashsinos. Así, el peregrinaje al pueblo antiguo de Patamarca, es un regalo
precioso que nos fue dado a todos los sampedranos por los primeros indios de
Cacas, la caminata es una promesa que todo aquel que lo hace, confirma que
lo volverá a hacer una y otra vez…

El 28 al amanecer – como ya mencionamos-, lo hacen los mayordomos de


San Pedro, llamado cariñosamente el “Auquish”, Patrón de los qaqashmarcas
quién es el hospedador del día, luego San Pedro Patrón o del Pueblo Nuevo,
seguido del Mayordomo de San Pablo, quien en solemnidad junto a Pedro
hacen la conmemoración de la celebración del 29 de junio, y el mayordomo del
Corpus Christi cuya finalidad principal es proclamar y aumentar la fe de los
creyentes en la presencia de Jesucristo en el Santísimo Sacramento.

Cuando el crepúsculo y el silencio aún están apoderados del indeciso color


del cielo del Patamarca, se ven surcar en pisadas rompiendo el sonido
avidriado del hielo de la noche anterior a los primeros visitantes. El Patamarca
abre sus brazos afables, cual humano extrañado rompe sus penas, consigue
lacerar su llanto para dar paso a la música de las bandas que tornará
melancólica cada melodía compaginada de recuerdos y amores idos o por
llegar.

Cuando en un momento los multicolores llankis prehispánicos, estaban


cargadas de algarabía y regocijo; y las piernas danzaban blandiendo las medias
149
de lana sabe dios de qué música, hoy; las warmis, jipash y chachas, también
los hacen hollando con agudeza la tierra histórica del Patamarca:

“Otro fin de las reuniones prehispánicas podía ser la necesidad de realizar


intercambios de productos. Cada romero [peregrino] se veía en la
obligación de llevar a los parajes apartados sus alimentos y bebidas.
Ahora bien, la estancia en esos lugares era prolongada por las múltiples
ceremonias que se llevaban a cabo y, entre otras las de efectuar taqui,
pues la tradición de bailar era una costumbre sumamente andina. El baile,
la bebida y la música formaban parte de todas las manifestaciones de la
vida, tanto las festivas en honor a las divinidades, la muerte, la siembra, la
cosecha, etc.” (Rostworowski, María 2003: 101) 195.

Ya no habrá esa camisa y pantalón bayeta, cual coraza amortiguaba el frío


atronador del Patamarca, tampoco el candoroso y noble llapichuco que muchas
veces fue comparada con el morrión enemigo, se extrañará en el hombro la
huaraka para hacer sentir el envalentonamiento del indio y marcar su carácter
indomable, estará ausente el huallki de garracha, cobijador de esa hojita
milenaria verde de la coca, fuerza de la vida misma, alimento espiritual, magia,
poder ancestral, pretérito de hoy y siempre, pero, desde la humillante frente del
invasor que jamás dejo de despojarse de su amo, está presente el poncho, que
no se sabe de dónde venía, pero si no sabía de patrias, sí sabía ampulosa que
protegía a su amo de los ásperos fríos andinos, del hastío de las heladas, del
frío. El mulloponcho sí está presente hoy como ayer, blasón inseparable del
hombre andino.

Las mujeres habrán dejado la ruripa de bayeta, y la puchka con ruecas


orbiculares, pero dentro de su alma y su corazón rozagante, están henchidas
de emoción desbordante.

Cuando la aurora ya a rayado, desaparecido el shulay (rocío) de la noche de


helada, y la ráfaga aliviadora del viento lavó en un momento la suciedad de la
bruma, y el sol comienza su matinal trabajo, mientras el cielo envuelta de un
espeso brumazón va dando paso a un cielo azul, la banda de músicos
comienza con su tronar a despertar el cuerpo, se escucha las melodías de un
romántico y dulce yaraví cajeño que compuso el excelso músico y compositor
150
Víctor Chinchilla Yurivilca en son de saludo al hombre antiguo de Cacas, para
entonces ya todo el pueblo se ha hecho presente, y poco a poco se ve un
tumulto enmarañado danzando en los suelos de sus ancestros. Para calmar el
frío, que aún sigue latente, los mayordomos, a través de sus servicios, brindan
al pueblo una cava muy especial llamada caliche sampedrano, previamente
cocido y preparado a base de plantas oriundas y medicinales como el
huamanrripa, pumayshanca, descorsonera, toronjil, penpinilla y chancaca
mezclada con aguardiente puro cuál líquido en brebaje calienta el cuerpo, cura
las penas del corazón y ahonda la confraternidad de la comunidad.

3.7. CELEBRACIÓN LITÚRGICA Y PROCESIÓN DE SAN PEDRO DE


PATAMARCA “EL AUQUISH”

Es en este instante donde el mayordomo del ‘Auquish’, como anfitrión y


hospedador, hace un periquete para invitar a los restos de los mayordomos y
peregrinos en general a escuchar la Santa Misa en honor al San Pedro traída
por los españoles y que en gesta de ese acontecimiento están presentes. Si al
albor del siglos XVII era una rústica capilla amorfa sentada sobre un ushno
olvidado y lacerado, construida por pirkas de piedra, con techos de queñual y
alisos cubiertos de ichu en forma de cono truncado que cobijaba al apóstol, hoy
al costado de esta pirka, se yergue un santuario moderno diseñada por
arquitectos sampedranos.

Terminada la misa, el Auquish es paseado en andas en precesión por las


laderas del antiguo pueblo de Qaqashpata (Patamarca), rememorando la gira
que dio en el amojonamiento para cerrar la triangulación topográfica del Nuevo
Pueblo, los Varayok son los que encabezan ordenadamente la lenta caminata,
el pueblo solemnemente, ceremonioso y regocijado asiste a este recuerdo grato
de siglos atávicos. Viene un momento de exvoto por parte de todos los
asistentes y las bandas de músicos interpretan la melodía característico del
acontecimiento.

Terminada el evento eucarístico, el mayordomo del Auquish invita a los


Varayok, demás mayordomos, pueblo invitado, turistas y asistentes a
presenciar la búsqueda del guarapo sampedrano, en señal de que sus
ancestros brindaban y libaban la chicha vertiendo a la tierra; al ushno, en honor
151
al Inti, a los Apus, a la Pachamama para que las proteja sobre las acechanzas
del rayo, o en pago para tener una buena cosecha, ofrecer sus aromas y
líquidos a las ‘almas’ de sus antepasados.

3.8. PERSONAJES QUE PARTICIPAN EN LA BAJADA DE PATAMARCA

3.8.1 Mayordomos

Para entender la tarea que cumple el mayordomo, debemos remitirnos a los


primeros años de la evangelización, y examinar los Concilios Limenses llevados
a cabo entre 1551 y 1772, en ellas se establecieron la elección, tiempo de
vigencia y funciones que cumplirían los mayordomos en los primeros años de
evangelización y que perduran hasta nuestros días; pero, con algunas
variaciones.

La elección del mayordomo fue establecida en el Sínodo Quitense de 1570,


donde recomendaba que el mayordomo sea un clérigo, y de las Constituciones
para los Curas de Indios de Vargas Ugarte (1952) cogemos lo siguiente: “(…)
nuestro cura haga sus Yglesias y doctrinas… y en todas ponga mayordomos
que guarden las Yglesias y sus bienes y tenga en ellas Ymagenes, pilas,
puertas, cerraduras y toda buena custodia y Limpieza (…)” (Vargas Ugarte,
Rubén. 1951: 155)196. En pleno Siglo XXI en San Pedro de Cajas, los
mayordomos ya no se encargan del cuidado de la iglesia, pero siguen
encargándose de cuidar los bienes (enseres) de la imagen a quien representan.

Quedaba prohibido que el mayordomo fuese acompañado por la mujer,


aunque sea su hermana o madre, en caso de incumplimiento eran
excomulgados; en el mismo Concilio se puede leer: “(…) que se prohíbe con
pena de excomunión ipso facto que ningún clérigo de orden sacro lleve de la
mano o a las ancas ni acompañe mujeres ni las mismas mujeres tal consientan.
Iten que no sirvan los clérigos de orden sacro a seglares de mayordomos ni de
otros oficios profanos so la misma pena (…)” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951:
190) 197. En nuestros días esta norma ha quedado transformado y evolucionado,
por así decirlo; el mayordomo es acompañado de su esposa y juntos son los
encargados de llevar a cabo las fiestas relacionados a cada imagen religiosa
que representan.

152
El tiempo establecido como mayordomo duraba un año y como máximo dos
años y la elección se realizaba en espacio público. En la Constitución 30 del
Primer Concilio Limense anota:

“(…) que ninguno pueda ser mayordomo de alguna iglesia más de dos
años y que se tome la cuenta públicamente (…) los mayordomos de las
Iglesias no se atrevan a gastar los dineros de las fábricas [Conjunto de
bienes materiales destinados al sostenimiento de la iglesia y culto en esa
iglesia] o aprovecharse de ellos con pensamiento de tener mucho tiempo
el dicho oficio, mandamos que ninguno pueda ser mayordomo de la Iglesia
más de un año y si el visitador viere que alguno es provechoso para la
iglesia lo puede prorrogar por otro año dende adelante cumplidos los
dichos dos años mandamos que en ninguna manera pueda ser prorrogado
por más tiempo (…)” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951: 54)198.

Esta norma persevera hasta nuestros días; no de carácter obligatorio, pero


sí de manera voluntaria. El mayordomo se hace cargo de la fiesta y del cuidado
de los enseres por intermediación de las mayoralas y monedores de las
imágenes por espacio de un año. Hay imágenes que quedan relegadas y no
siempre tienen un mayordomo como es caso del Auquis Patrón San Pedro de
Patamarca y el Corpus Christi. Esta falta de compromiso no solo se está
notando en las fiestas patronales, sino; también durante el ciclo de festividades
religiosas durante el año.

La elección del mayordomo estuvo bajo responsabilidad única de los indios,


en la que los curas no se entrometían en su elección y quedaba
terminantemente prohibido que los amos de los mayordomos elegidos reciban
de los indios leña, cuyes huevos; como se afirma en el Capítulo 4, del Sexto
Concilio Limense de 1772:

“(…) que los curas no se entremetan en la elección de el mayordomo (…)


ni con título alguno aun que sea de costumbre antigua reciban de los
indios, cuyes y huevos ni otra cosa (…) en la elección de mayordomo,
alférez, sacristán que conforme a su lexitima ereccion o Leyes, Reales
Zedulas y Ordenanzas de estos Reynos… en ninguna manera se
entrometan los Curas sino que dejen hazerla a los Yndios que
153
respectivamente fuesen hermanos de ellas y no exijan ni perciban estos
mas derechos que los que prescriba el Arancel por razón de vísperas de
Misa y Procesión que hicieren sin obligarlos con ningún pretexto a
qualquiera otra contribución que las que parecieren justas a Ordinarios. Y
en la misma conformidad los Amos nunca reciban a los Yndios leña,
cuyes, huevos, u otra cosa con título de costumbre. Porque además de
estar obligados a la restitución con el duplo serán castigados por sus
Prelados con penas pecuniarias, la de suspensión de oficio y otras
arvitrarias según la qualidad de el delito y exceso de transgresión,
reservándose los dichos Curas el derecho que puedan tener a la
execucion y cobranza de las primicias para que usen de el como y quando
vieren que les convenga (…)” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951: 97)199.

En las Fiestas Patronales modernas de San Pedro de Cajas, esta costumbre


de colaborar con el mayordomo, que fue prohibido en su tiempo; dio un vuelco y
se alternó sin cambiar la esencia del ayni andino donde todo era la
reciprocidad, y que de esto se desarrolla ampliamente al referirnos a las
características de la “Bajada de Patamarca”.

Los mayordomos se encargaban de cuidar todas las posesiones, rentas,


joyas, ropas, ornamentos de la iglesia. Tenían que dar cuenta de todo ello en
tiempo de visitación. Sobre todo, estaban encargado del cuidado de la limpieza
y atavíos (vestidos, arreglos) de los ornamentos con que se diese la misa, de
los frontales y manteles de los altares, purificadores, paños de cálices, tal como
se indica en la Constitución 75 del Primer Concilio Limense de 1551. Sacar
algún ornamento de la iglesia sin consentimiento del cura o del mayordomo era
considerado un sacrilegio.

Hay un caso seguido al Obispo Lartaún en Cuzco en 1574, “Causas por las
cuales se ordena al Obispo del Cuzco comparecer en los Reyes, como se
acordó en el acuerdo de Justicia de la Real Audiencia”, se menciona una de las
funciones que cumplían los mayordomos durante este tiempo, de los Concilios
Limenses de 1551-1772, del Tomo III, 1954: 78, cogemos:

“El mismo Lartaún señala en su descargo los inconvenientes del sistema,


pues fuera de tener necesidad de un mayordomo que se encargara de la
154
venta, había de confiar a los curas o a otros clérigos la tarea de exigir
diezmos y estos o el mayordomo habían de contratar indios para la
conducción o bien tenía el Obispo que hacerse de algunas bestias de
carga para el trajín” 200.

Otra función del mayordomo cogemos del mismo Vargas Ugarte donde
transcribe del I Concilio Limense, Tomo I. 1951:42

“Y para las misas de Prima Tercia… mandamos al sacristán de cualquier


de las dichas Iglesias tena cargo de las apuntar y notificar al mayordomo
porque él las reciba y las cobre para la dicha fabrica y los visitadores
tengan cuidado cada vez que visitaren de recibir la cuenta de las dichas
faltas y hacer cargo de ellas a los mayordomos e información si el
sacristán la ha bien y fielmente apuntado y pareciendo al contrario sea en
el doble castigado” 201.

De esto se deduce que el gasto ocasionado por la presencia de visitadores


en iglesias donde no había curas, estaba a cargo del mayordomo de la iglesia.

Otra función importante


que cumplían los
mayordomos fue el de cuidar
el libro donde estaban
registradas los bienes y las
llaves de la iglesia:

“Que en cada Iglesia


haya un libro donde se
asienten todos los
bienes de las iglesias y
caja con dos llaves (…)
porque las fábricas de las iglesias ‘Conjunto de bienes materiales
destinados al sostenimiento de la iglesia y culto en esa iglesia’ han
recibido y reciben mucho daño e pérdida a causa que muchas veces se
pierden los contratos y escripturas de casas y rentas que son debidos y
pertenecientes o por la mudanza de los visitadores y mayordomos muchas

155
veces subceden personas que ignoran los bienes y derechos de las
Iglesias, e ansí sus bienes vienen en disminución, por ende estatuimos y
hordenamos que se aga un Libro autentico en nuestra Diocesis y en todas
las de las Provincia en que se asienten todas las rentas y casas y
capellanías y scripturas y memorias dellas que en cada Iglesia hubiera el
cual libro se aga pública forma porque
haga fe y quede perpetuamente en la
Iglesia Catedral para guarda e
conservación del detrecho de las Iglesias y
en la Iglesia Parrochial y en cada una
dellas haya un arca con dos llaves en que
estén y se pongan las dichas scripturas, y
en las Iglesias Catedrales la una llave
tenga el tesorero de la dicha Iglesia o la
persona que el Prelado señalare y la otra
el mayordomo y en las parrochiales tenga
la una el Cura y la Otra el mayordomo”
(Vargas Ugarte, Rubén. 1951: 54) 202.

Las órdenes de la Constitución 31 del Primer Concilio Limense aún se


mantienen vigente, hoy en las cofradías de San Pedro de Cajas le llaman el
«Libro de Entrega de Enseres», y lo poseen los mayordomos y en otros casos
el Monedor Mayor. En ella se registran los enseres que tiene cada imagen
desde tiempo muy antiguos, el libro de San Antonio de Padua data del año de
1800, la de San Pedro Patamarca de 1881 y el de San Pedro Patrón de 1857;
todos en orden cronológico.

El cobro de las limosnas durante las misas estaba depositado en poder del
mayordomo como se estableció en la Constitución 48 del Primer Concilio. Dice:

“En el cumplimiento de las misas que mandan decir los difuntos en la


Yglesia aya razón e hórden mandamos que toda la limosna de las misas
que en los tales testamentos se mandan decir en las Yglesias sea
depositada en poder del mayordomo de la Yglesia (…) Hordenamos y
mandamos que de aquí adelante aya un libro en poder del dicho

156
mayordomo o colector, en el que tenga cuidado e diligencia, dentro de 3
dias que falleciere el testador, de asentar todas las mandas pías que el
testador manda e los albaceas y herederos y dia y mes y año del
testamento e ante que escribano pasó y en que día falleció, todo en suma,
yéndose cumpliendo las tales mandas lo asienten en la dicha relación del
dicho Libro e nuestro Provisor o juez de para ello al dicho mayordomo o
colector los mandamientos que fuere necesario para que assi se cumplan
y exsecuten” (Vargas Ugarte, Rubén. 1951: 66) 203.

Salían también los mayordomos a pedir limosna de casa en casa


acompañados de una cruz que Santo Toribio de Mogrovejo lo conoció como
guion:

“(…) y su señoría dejó a ella para la celebración de los Divinos Oficios un


ornamento y un cáliz dorado con patena, vinajeras y bacinilla, todo de
plata, y un guión o cruz que traía delante, de plata, de todo lo cual yo el
presente notario doy fe (…)” (Benito Rodríguez, José A. 2006: 118) 204.

Este tipo de mandatos sea posiblemente el origen del uso del guion por
parte de los mayordomos en nuestras Fiestas Patronales.

Respecto al cobro de limosnas, por parte del mayordomo, casa por casa;
responde a la prohibición de la fiesta a la Santa Cruz del 14 de setiembre, fue
suspendido en memoria del triunfo de la fe sobre la idolatría, se obligaba a
realizar en su memoria la procesión con la Santa Cruz (guion) y misa, se lee:

“(…) cada año para siempre jamás se hará fiesta a la santa Cruz el día de
su Exaltación que es a catorze de Setiembre, en memoria del triumpho
que mediante ella se a tenido de la Idolatria; en la qual fiesta avra
procession con la Santa cruz y Missa cantada; y el cura de esta doctrina
predicara a los indios la causa porque esta fiesta se haze, exhortándolos a
que den gracias a nuestro Señor por averlos sacado de sus errores; y al
dicho cura le darán los indios esta doctrina y pueblo, tres pesos por la
limosna de la Missa, y Sermon, para lo cual los mayordomos de la Yglesia
pedirán limosna de casa en casa con una Cruz; dando a entender a los
dichos indios como la limosna es voluntaria: y de lo que assi se juntare se

157
podrá razón en el libro de la Yglesia para comprar cera para la dicha
fiesta” (Arriaga, Pablo Joseph de. 1621:137) 205.

Acá estaría el origen del cerachutay, costumbre que aún sigue vigente en
nuestro distrito.

Esta cruz sigue vigente en San Pedro de Cajas, hoy conocido como guion, y
es el estandarte que identifica al mayordomo de cada uno de las imágenes.

El oficio de mayordomo estuvo prohibido para el cura, el sacristán o algún


clérigo, bajo pena de castigo. De los Concilios Limenses del Tomo II
transcribimos:

“Es negociación prohibida en el derecho canónico, corroborado por la ley


23, Libro 1º, tit. 13 de Indias el que los curas y demás clérigos sirvan de
mayordomos, factores de sus haciendas; el presente concilio manda que
ningún clérigo constituido in sacris ejercite alguno de los oficios
expresados, bajo las mismas penas de la constitución antecedente, y que
será suspenso por seis meses ab oficio la primera vez, y en adelante
castigado más gravemente” 206.

3.8.1.1 Mayordomo en San Pedro de Cajas

La descripción más antigua que


tenemos del mayordomo en San
Pedro de Cajas data del 02 de Julio de
1851 nombrado por el marino
norteamericano W. Lewis Herndon
que señala:

“(…) La iglesia estaba iluminada


y decorada con todos los
adornos que se pudieron reunir;
además se estaban haciendo los preparativos para una gran procesión.
Habían dos indios o meztizos, vestidos con un uniforme de la infantería
pasado de moda que llevaba charreteras. Llevaban cinturones de color
rojo llamativo, amarrados en un gran lazo por detrás, también tenían
158
guantes blancos. (Los sombreros eran de tres picos y llenos de plumas de
diferente tamaño y variedad, descripción de un pordiosero).
Evidentemente esta era la parte militar de la procesión. Uno de estos
hombres estaba montado sobre un pequeño e hirsuto jamelgo y llevaba su
espada al lado derecho. El otro hombre se pavoneaba casi sumergido en
su sombrero de tres picos, mientras catorce hombres se encargaban de
adornar su caballo. Ya se había empezado a beber, la mayoría de las
personas se emborrachaban rápidamente y no dudo que esa noche
hubiera un gran alboroto”. Vid. Cita 146.

Aquí nos presentan a un mayordomo distinto al que conocemos hoy, este


tiene la descripción militar; quizá inspirados en los militares patriotas que
estuvieron presenten entre 1820 y 1825, durante la guerra por la independencia
del Perú.

El mayordomo de hoy viste generalmente el


poncho en sus distintas variedades, siendo el
más común el mulloponcho (poncho con
múltiples rayas), con sombrero negro adornado
del plumario, este tendría su origen en las
fiestas que se realizaban a las huacas en
tiempo incaico. A estas huacas se les
veneraban con fiestas, ofrecían sacrificios y
ofrendas, los plumajes servían para adornar las
ollas, cantaros, vestidos y vasos para
ofrecerlas a las huacas; llamados en el pasado
astop tuctu:

“Astop tuctu, son unas plumas coloradas, y de otros colores de


Huacamayas, o de otros pájaros de los Andes que llaman Asto, que quiere
decir, pluma, o cosa que brota (…) otras plumas blancas de un pájaro que
llaman Huachua, y andan en las lagunas de las punas (…) y otras plumas
rosadas de otros pájaros semejantes, que llaman Pariuna (parihuana) (…)
invocan el nombre de la huaca, alzando la voz, diziendo un verso solo, o

159
levantan las manos, o dan vuelta al derredor conforme el uso de la tierra
(…) en estos actos se ponen los mejores vestidos de cumbi” (Arriaga,
Pablo Joseph de. 1621: 26-30) 207.

También utilizan un pantalón de vestir y un bando que cruza el tórax, en el


que se da a conocer el nombre del mayordomo, de la imagen que representa,
año de realización de la fiesta, y el nombre de la persona quien obsequia este
ornamento.
Los mayordomos y sus familias, son la base fundamental en la organización
y dirección de la Fiesta Patronal de San Pedro de Cajas por ende de la “Bajada
de Patamarca”. Estos mayordomos corresponden a las imágenes: Auquish
Patrón San Pedro de Patamarca, San Pedro Patrón, Corpus Cristi, San Pablo,
San Antonio de Padua, y Niño Viajero. En la casa de los mayordomos se hacen
los preparativos desde un año antes de pasar la fiesta, estos preparativos
corresponden al Mayordomo Nuevo y Pasante, preparan su indumentaria
(vestimenta, bandos, plumarios, capacho), comida para alimentar una semana
completamente gratuito a los familiares, invitados y visitantes, además el
fiambre a compartirse en el Peregrinaje a Patamarca como es la Shajta, cancha
con queso, shihuayro, el cancacho y también elementos (especialmente el
añejo) para su reguichicuy en el Santuario de Patamarca.
Después de la subida en Peregrinaje a Patamarca son ungidos como
Nuevos Mayordomos por el sacerdote en la misa, para luego ir a la mesa
central y hacerse conocer él y su familia como mayordomos para el siguiente
año, en agradecimiento recibirá el añejo de las manos del mayordomo pasante.
Desde ese momento los Nuevos Mayordomos acompañarán a la imagen de
Auquish Patrón San Pedro en la “Bajada de Patamarca”, conjuntamente con
sus invitados. Al año siguiente les tocará realizar la Fiesta Patronal de San
Pedro de Cajas, cumpliendo con la preparación de fiambre, añejo, la misa,
contratar la banda de músicos, cohetero, servicios diferentes e invitar al público
y familiares.

Los mayordomos dirigen la “Bajada de Patamarca” con el asesoramiento de


los monedores y mayoralas, haciendo un descanso en Antagasha y otro en
“Cinco Esquinas”, lugar donde espera la imagen San Pedro Patrón al Auquis
160
Patrón San Pedro de Patamarca, acompañado con sus monedores y mayoralas
dándole la bienvenida al Nuevo Pueblo de San Pedro de Cajas. Al llegar a la
Plaza Principal, en el frontis de la Iglesia Matriz, el mayordomo del Auquish
Patrón San Pedro de Patamarca hará entrega de las llaves al Mayordomo de
San Pedro Patrón para proseguir la fiesta en los días siguientes, con la
participación del Mayordomo de San Pablo, Corpus Christi, San Antonio de
Padua, Señor de Huamachuco y Niño Viajero. La “Entrega de Llaves” y el
encuentro de las dos imágenes de San Pedro no se realizan en la “Bajada de
Patamarca” del 30 de junio. Las diferentes actividades encargadas al
mayordomo culminan con la entrega de los enseres de la imagen a los
mayordomos para el año siguiente, en presencia de mayoralas y monedores.

3.8.2 Monedor y Mayoralas.

Posiblemente viene del nombre antiguo muñidor, persona quien era


responsable de las actividades y cuidado de una iglesia. Son personajes que
por devoción, voluntad y fe, sirve como guardián y guía de las imágenes de San
Pedro el Auquish, San Pedro Patrón, San Pablo, Corpus Christi, San Antonio de
Padua y al Niño Viajero Señor de Huamachucos. Consideramos que los
primeros Monedores de Cacas fueron del Auquish Patrón San Pedro de
Patamarca, el más distinguido; llamado en la lengua materna de los antiguos
Qaqashmarca como Apo Yaya o dios soberano, que con el correr de los
tiempos se fue difuminando o extraviándose el vocablo sagrado e indígena.

Mayorala es voz femenina de mayoral, que también hacemos mención en


este trabajo y que, con mayor énfasis se encontrará más adelante.

El Monedor del Auquish, el señor Jorge Espinoza Ricaldi; nos explica: “que
su autenticidad de este cargo se está perdiendo paulatinamente, testimonios
adquiridos desde cuando asumieron los primeros Monedores, tal vez por falta
de testimonios escritos, normas o reglas para que su función sea más ordenada
y prolija, incluso; de la Mayorala”.

En efecto, por la falta de reglas y normas que regulan las actividades de


Monedores y Mayoralas algunas incumplen sus funciones y solo aparecen en
los días festivos. Además, el Colectivo Gagasmarca ha notado, falta de

161
compromiso y lealtad de estos personajes para con sus imágenes o cofradías,
caso grave; que necesita informar para su sustitución al incumplir promesas y
juramentos depositados.

Nosotros, dice; don Jorge y la señora Rosa Amaro Tinoco y Rodrigo


Espinoza Cárdenas – Monedores y Mayorala-, quienes sucedieron a modo de
voluntarios o por herencia familiar, narran que asumieron esta delicada función
para orientar y guiar a los nuevos y pasantes de mayordomías.

Por otra parte, los Mayordomos también asumen la administración de la


fiesta teniendo en cuenta a los referidos personajes, pero, casos aislados; se ha
visto que hay mayordomos excluyentes, arrogantes, vasto y villano que dejan
de lado a los Monedores y Mayoralas. Estos personajes orientan y son
guiadores de las diferentes actividades protocolares del Mayordomo, en nuestro
vocablo moderno podemos introducir que son como jefes de protocolo. Ellos
tienen la función de coordinar las fechas y costumbres y preparativos rituales
del armachicuy, cambio de indumentaria de las imágenes, modalidad de
adornar las andas en diferentes fechas por espacio de los 365 días del año, etc.

Cada imagen tiene una indumentaria precisa para los días festivos, por
ejemplo; en el mes de octubre, el Monedor y la Mayorala deben estar atentos al
color característico, por ser mes tradicional de los Señor de los Milagros, en esa
época; las capas de las imágenes se relacionan al color morado, en las fiestas
de cruces se vestirán de color verde y otros santos lucirán de color amarillo por
el motivo se la siembra y cosechas de la papa en el distrito. Los dos San
Pedros, siempre estarán luciendo con accesorios tradicionales del lugar; el
poncho y el sombrero. Cercano a la fiesta de San Antonio de Padua, el 13 de
junio, los Monedores y las Mayoralas estarán atentos a un próximo armachicuy,
al aswachicuy de la chicha de jora y la cerachutay de los diferentes
mayordomos.

Don Jorge, la señora Rosa y don Rodrigo, coordinan para que se cumpla
estos actos protocolares y tradicionales, pero; también los Monedores y
Mayoralas tienen actividades dentro de la casa del Mayordomo, es así que
hacen de aguatero, cohetero, servicio de cocina, atención al visitante e
invitados, etc. En casos de ausencia o de vacío de mayordomías, son ellos

162
quienes asumen las funciones de la misma. En resumen, para que la fiesta
resulte provechosa y satisfactoria, es menester del Mayordomo coordinar
siempre con estos dos personajes, actores directos y salvaguarda de las
Fiestas Patronales.

3.8.3. El chuto

Es jocoso ver mishquipando al chuto, personaje del pueblo que bajo la


máscara que posee se atreven a chistear, bromear con sus coloridos teatros
motivándolos a los concurrentes jacarandosos. Estos personajes llamado
chutos tienen la astucia de un zorro y olfato de un buen lobo. Ellos se las
ingenian siempre en guardar el orden y disciplina durante la Fiesta Patronal.

La dificultad principal que


nos hemos enfrentado al
estudiar a los chutos es que no
hay ningún fondo de archivo en
que se pueda encontrar
información concentrada sobre
estos actores peculiares.

Parece que los chutos tienen


su origen en la arriería. Las tropas de animales que transportaban diversos
artículos estaban a cargo del arriero quien era el dueño del arría. Durante su
viaje estaba acompañado por otras personas que desempeñaban diferentes
categorías y funciones en el manejo de la recua y de la carga; ellos eran el
ayudante, el tenedor y el madrinero. Estos arrieros de la época de la colonia
venían de la provincia de Tucumán y Jujuy de la Argentina, surcaban los andes
peruanos y llegaban hasta Huancavelica, donde quedaba la mina de azogue
que era necesario para obtener plata mediante el proceso de amalgama, en esa
minas los argentinos vendían mulas y caballos para el transporte de dicho
mineral. Al declinar la arriería, las costumbres de los gauchos quedó
impregnada por los pueblos que visitaban, y con ello nació la burla de los
peruanos contra los arrieros de las dos provincias argentinas, parte de ello fue
la que personificaban al madrinero quien tenía la tarea de contener las mulas y
ser responsable de conducir a la mula madrina que guiaba la recua y abrirse al

163
paso usando su zumbador que es una especie de una tira larga hecha de cuero
que al momento del choque entre el suelo y la velocidad de onda del aire emite
un sonido característico. La indumentaria del chuto sampedrano es autóctono,
seguramente también fue madrinero de los arrieros de Cacas.

Una de las tareas actuales del chuto es precisamente abrir espacio de entre
la muchedumbre para que pueda pasar en procesión el Apo Yaya San Pedro de
los Patamarcas, llamado el Auquish traída por los demarcadores del territorios
de los qaqashmarcas hace ya casi cuatro centurias.

El chuto siempre bajará del Patamarca cargando en anda al Apo Auquish,


mientras los demás chutos guardan orden del tumulto.

El chuto lleva atuendos típicos magistralmente bordados, usa mangas o


maquitos, sus pelos hirsutos tipo sombrero de color llamativo hacen una melena
sugestiva, su réplica siempre es un pequeño muñeco semejante al portador, a
la mano lleva dos huarakas (hondas), en la cruceta lleva un zumbador con el
alerta en sus comisiones casi siempre con la mano izquierda a la geta. Para el
visitante es un personaje desconocido, pero para el sampedrano es una figura
jerifalte blasonado y de noble carácter.

Uno de los grandes chutos Ilustres y egregio fue don Francisco Meza
llamado con mucho aprecio “Pancho Cholo”, que aún se puede recordar puesta
su corbata de color llamativa, la camisa suelta y un pulóver de color marrón. El
chuto sampedrano es innato, que no es aprehendido de otro lugar, el valor
conceptual del chuto sampedrano es diferente, por ejemplo; al chuto y huatrila
del valle del Mantaro.

3.8.4. Visitantes

En estos últimos años, la trascendencia e impacto de las fiestas patronales


de San Pedro de Cajas en honor a las imágenes San Pedro y San Pablo, se ha
visto fortalecido y ha ido en incremento de asistentes, debido a que constituye
una de las festividades más importantes de la provincia de Tarma, que por su
especial característica que desarrolla, y por su gente amable y generosa, vino
atrayendo a miles de visitantes de ciudades aledañas que vienen a gozar de las
festividades que comienza el 27 de junio hasta el 04 de julio de cada año,

164
desarrollándose durante estos siete días un nutrido programa de actividades
religiosas, culturales y sociales.

Cabe realizar una especial mención a los hijos residentes de San Pedro de
Cajas en las ciudades de Tarma, Huancayo, Oroya, Lima y en el Extranjero,
que regresan a su pueblo donde los vio nacer y crecer para disfrutar de las
festividades patronales del pueblo, pero principalmente para participar en la
“Bajada de Patamarca”, que hoy por hoy constituye una actividad singular en la
zona central del país y de mucha importancia que ha convocado no solamente
miles de visitantes sino a estudiosos en el campo de la cultura, a la prensa y
empresarios particulares que se dedican a la filmación y difusión de festividades
en la ciudad de Tarma y otras ciudades.

La presencia de los hijos residentes de San Pedro de Cajas en las ciudades


de Huancayo, Oroya y Lima, se han hecho notorio en los últimos años, por
ejemplo: los hijos residentes en la Oroya participan en la “Bajada de
Patamarca”, asimismo en los años 2008, 2009 y 2010, los mayordomos de la
imagen San Pedro de los hijos residentes en la ciudad de Lima, participaban en
la “Bajada de Patamarca”, acompañado de sus familiares e invitados. Sin
embargo, posteriormente por observación de los mayordomos y autoridades
han impedido la participación de los mayordomos de los hijos residentes,
principalmente de Lima, a pesar de ello cientos de residentes en la ciudad de
Lima regresan a su tierra para participar en la “Bajada de Patamarca”.

No solo los pobladores del distrito y residentes sampedranos en otras


ciudades del Perú, participan en la “Bajada de Patamarca”, sino también
residentes sampedranos en el extranjero, principalmente, de los Estados
Unidos, así como invitados extranjeros.

3.9. VESTIMENTA PARA EL PEREGRINAJE A PATAMARCA

La cultura andina mayormente se manifiesta a nivel colectivo, local y


personal hacia una dinámica de cambio, redefinición y desarrollo cultural. En
estos procesos de renovación y cambio se puede apreciar en las diferentes
pautas históricas que son producto social colectivo de cada pueblo, la misma
que se condensan en la etapa de la conquista española. Cabe señalar también

165
que los procesos locales de cambio producido en la naturaleza como
consecuencia del cambio climático, exigen a los elementos que constituyen el
medio ambiente mostrar la predisposición para adaptarse al nuevo medio
natural, a un nuevo medio social y las nuevas exigencias socio culturales que
se dan en el nuevo escenario cambiante que experimentó la humanidad y sus
instituciones.

En consecuencia, el cambio cultural de las costumbres y creencias es una


construcción social colectiva que cambia paulatinamente, de una generación a
otra; y especialmente de vestuarios, accesorios de la indumentarias, ritos,
costumbres etc. Estas variaciones de cambio son experimentadas, con
diferentes matices en la cultura. Es decir, la tradición varía dentro de cada
cultura, en el tiempo y según los grupos sociales y sobre todo en la relación
dinámica con otros grupos sociales a nivel local y regional; asimismo, los
elementos de la tradición se vienen transmitiendo de generación en generación.

En las festividades de la Fiesta Patronal de San Pedro de Cajas,


especialmente al trabajo que nos corresponde la “Bajada de Patamarca”; en los
últimos años ha experimentado cambios sociales y culturales entre los actores y
portadores que participan en la festividad. En esta perspectiva, la romería a la
peregrinación es un encuentro intercultural de diversos grupos, situación que
genera una mayor presión y dinamicidad social que incide los cambios
culturales. Entonces, esta realidad va tomando una conciencia colectiva en
cuanto a su identidad cultural, al observar que los elementos de la cultura local
corren el riesgo de ser rechazados, debilitados, redefinidos y tal vez una
completa pérdida de los valores tradicionales.

De tal manera, esta festividad cobra múltiples sentidos inmersos en un


proceso de cambio cultural o aculturación en donde el poblador, pierde la
esencia de una cultura milenaria.

Entonces, en la “Bajada de Patamarca”; se van cambiando las costumbres


de vestimenta que, a lo largo de las centurias, consideramos; que fueron
muchas. En un momento de génesis histórica, al Patamarca arribaron mitmas
de diferentes provincias y wamanis que gestaron una indumentaria tradicional al
vestir incario. El otro momento histórico está al consolidarse la conquista y la

166
imposición ibérica de la evangelización acompañada de alteraciones vestuarias.
Esta última es la que con más largo tiempo permaneció, acaso; hasta mediados
del Siglo XX.

Esto tuvo un desarrollo y una gesta como describimos arriba, por los
cambios de dinámica social. En las fotos entregadas al “Colectivo
Gagashmarca” cuando se hizo el Concurso de Fotografías, pudimos observar
con detenimiento; tino y cautela esos cambios exógenos a la par de variación
del tiempo. (Ver anexo 1)

Si en un momento espacial auroral andino era el llapichuco o berrete, los


llanquis, la medias de lana de oveja, la huaraka, puesta el huallqui y un
mulloponcho incipiente al diseño actual; y la mujer con su ruripa de bayeta,
también el huallqui y la puchka que hacían el matiz cuando el Apu Yaya San
Pedro surcaba el Patamarca, hoy se a conglomerado un proceso más de
configuración personal antes de coger lo aborigen. Entendemos que es un
proceso de cambio, que su formulación está hecha para expresar la justificación
e identidad de cada mayordomo, para resolver la dicotomía histórica entre la
estática social y la dinámica social y así articular de un modo satisfactorio la
relación entre el cambio social y el cambio cultural.

Entre las décadas del cincuenta, sesenta, setenta y bordeando el ochenta,


se puede observar que al Patamarca se peregrinaba con la vestimenta del día a
día; en las fotos se puede advertir a las mujeres risueñas, cadenciosas y vivaz,
puesta su sombrero de paja con cintas negras ingresando al Antagasha, al
“Cinco Esquinas” o a la Plaza Principal con el sombrero con las alas hacia
atrás. Esto nos advierte, cuán comprometidos estaban los pasantes de fiesta en
llevar la identidad propia del sampedrano, sin condimentos de arrogancia; sino
con locuacidad expresar sus afectos con realidad y fe.

En los ochenta y noventa hay una evolución, ya están puesta los sombreros
color vicuña o blanca, un monillo multicolor y ruripa multicolor clásica sin ningún
bordado y la catarana y la ayllucata al gusto. Parece que ésta indumentaria fue
la más acertada, la más oriunda y la que dio nacimiento al jolgorio monumental,
ingente jamás vista en Cajas.

167
Luego en el transcurso de los años, como manifestamos líneas arriba; cada
mayordomo justificó su identidad y su poder económico, que transmutó
elementos más particulares. Hoy se puede ver las vestimentas y en el caso de
las mujeres, usando polleras multicolores con bordados huancaínos de 10, 20
hasta 30 centímetros, los monillos generalmente van de color uniforme, la
cataraña blanca o negra, la ayllucata blanca, una manta tarmeña y sombreros
acorde al color del club a que pertenece el mayordomo o en su caso colores
distintos al clásico vicuña o blanco. En los hombres es menos los cambios,
siempre el mulloponcho, el sombrero negro, la alforja (en caso de San Antonio)
y una chalina. Por ahí se ve también sombreros cowboys, señalando que su
portante viene de los EE.UU.

Es así, como se ha amalgamado los cambios indumentarios que están


ceñidos también al cambio cultural, económico, social; dando paso a un
movimiento más consolidado de afianzar la unión de los propios actores y
protagonistas quienes son portadores de esta festividad que encuentran su
identidad gracias a estas festividades.

3.10. PRINCIPALES APERITIVOS DE LA BAJADA DE PATAMARCA

3.10.1. El Shihuayro

Exquisito elemento alimenticio del viajero y arriero que está dirigido su


preparación por la señora Mayorala, quien elige para el tostado de la camcha
con yeso molido, tiesto y fuego. El aderezo consiste en calcular la cantidad de
concurrentes. Habrá una persona responsable en moler la camcha tostada, las
yerbas aromáticas como el chinchi, el huacatay, la muña y el warmish, todas
hierbas de la zona, se aumentará el ají amarillo seco molido y todos juntos
resultará la machca, llamado desde antaño el shihuayro. El shihuayro es una
galleta en polvo, fiambre del arriero; para los largos viajes que realizaba. Fue el
típico fiambre de los legendarios arrieros sampedranos, eternos caminantes por
camino de los Justos Reales, más conocido como el Qhapaq Ñan o Camino
Real de los Incas y el Cachiq Ñan. Los antiguos sampedranos, siempre desde
la domesticación de la llama, aprendieron viajar a pie y tierra a los pueblos de
sierra andinas de Lima, como Cajatambo, Canta, Huarochirí, Lachaqui, para
llevar en un principio la tikakachi y luego con el transcurrir de los tiempos tejidos
168
de mantas, ponchos, frazadas, y hacer el trueque con acémilas como el
caballos, asnos y mulos y luego venderlos en los pueblos de la selva central
como Huánuco, Tingo María para traer el sorbo valiente del aguardiente de
Vichaycoto y Quicacán llevando consigo la shajta, la kamcha, el kancacho o
kanka. También comerciaban con los pueblos vecinos de Palcamayo,
Huasahuasi, Ulcumayo y Paucartambo.

El Shihuayro es degustado por los participantes de la “Bajada de


Patamarca”, y es un rito muy antiguo. Este apetitoso ‘polvo’ que era consumido
por los arrieros, hoy; simbólicamente llevará para la “Bajada de Patamarca” en
un recipiente llamado capacho que es cuero curtido de los testículos del toro.
Otros recibirán en algún recipiente. Se preparará esta machca para el día 28,
29 y 30 de junio. Antiguamente se compartía el 29 con los qhorpas (personas
foráneas de lugar), escenificando a los extranjeros que llegaban al pueblo de
Qaqashmarca en el periodo pre inca e inca.

3.10.2. La Shajta

Potaje del viajero, carne de cordero sazonado con sal, ajos, hierbas
aromáticas, la muña, chinchi, wakatay y ají amarillo. Mientras el caminante
recorre los caminos va al hambre frenándole con el fiambre de la shajta que
porta en su alforja juntamente con el Kankacho o la kanka, que es carne seco
asado en fuego debidamente sazonado al igual que la shajta. Esta comida es
típica de los sampedranos por la abundancia de los corderos y las llamas
tiernos que sirven para su preparativo. Esta tradición se practica en la Bajada el
día 28 y 30. Antes de la misa del 29 de junio del San Pedro llamado Patrón, se
brindará diversos tipos de potaje a los visitantes denominados el Gorpagaray.

Otro de los potajes que se tradicional de llevar al Patamarca es también la


camcha con queso verdaderamente sustento del hambre. El eterno viajero
lleva consigo en su alforja. Es potaje también del agricultor, del tejedor o de las
pastoras.

Hoy, todas estas recreaciones se pueden apreciar en la “Bajada de


Patamarca”. Nomás, que ahora el burrito del Auquish irá cargada de frazadas,
carneros, ollas, pocillos, teteras y frutas, rememorando al arriero de antaño,
pero también dejando la responsabilidad al San Pedro del Pueblo Nuevo
169
3.10.3. El Caliche Sampedrano

Es la bebida para compartir durante la fiesta y soporte para el frio. Es un


sorbo de aguardiente macerado de yerbas medicinales, el primer sorbo se
brinda a Dios y a la Pachamama y los abuelos, echando unas gotas a la tierra
en salvedad que nos proteja de todo mal y que las labores sean fructíferas.
Este néctar existió desde épocas remotas. Se puede preparar de ron o
aguardiente, añadiéndole azúcar, canela entera, limón, miel de abeja, todas
maceradas con hierbas como el poma ishanca, manzanilla, hinojo, escorzonera,
huira huira, huamanripa y la hierbaluisa.

Para su preparación primero se introducirán a la olla las hierbas y la canela y


luego cuando ya están el agua está hirviendo se le agrega el azúcar quemado,
el ron y al finalizar se le aumenta el limón. Cuando está listo el brebaje se
abriga la tetera con papel de azúcar, frazadas o manta, para cuidar que no baje
de temperatura el preparado. Los servicios del mayordomo se harán cargo de la
distribución brindando con vasos pequeños a todos los asistentes.

3.10.4. El Añejo o Guarapo Sampedrano

La bebida predilecta de los incas fue el la aswua o upi o acja o yamor tocto
llamado comúnmente chicha desde 1532, palabra de origen antillano
introducida por los invasores hispanos.

Existe una leyenda en torno al descubrimiento casual de la chicha de jora.


Se le atribuye al Inca Túpac Yupanqui y es que en épocas de lluvias
torrenciales se había deteriorado los silos, fermentando así los granos de maíz.
El inca sugirió la distribución del maíz para consumirlo en forma de mote (maíz
cocido), pero debido a sus características se optó por desecharlos.

Se cuenta que un indígena hambriento rebuscando en la basura, consumió


esa mezcla de maíz fermentado quedando así embriagado. En ese mismo
momento se descubrió en el antiguo Perú el valor alcohólico del maíz
fermentado. Tras el humilde descubrimiento, la chicha de jora de popularizó
convirtiéndose así en la bebida de las grandes casas de la nobleza inca. Siendo
utilizada en importantes ceremonias religiosas en honor a las huacas (lugares
sagrados) y apus (dioses incas).

170
Empero, ya aludimos la investigación del Dr. Pino Matos, de las cuales,
resulta trascendente el entierro del añejo de los mayordomos que, al correr de
los años; también se haya sincronizado, no para mal; sino, para afianzar el lazo
de hermandad entre sociedades y culturas diferentes de connacionales y
extranjeros.

Cuando ahora, la chicha de jora del mayordomo está en plena fermentación


para pasar al macerado es llamado aswachi, unos lo hacen faltando treinta días
para la fiesta y otros mayordomos suelen hacerlo quince días antes. Son
personas conocedores las que la elaboran, incluso el tiempo del aswachi es
cronometrado por el especialista. Esta bebida está al alcance de todos y en
cualquier momento de la fiesta, el día principal; sea el 29 de junio, día de San
Pedro y San Pablo o el 1ro de julio día celebratorio de San Antonio de Padua; la
chicha de jora es la bebida predilecta luego del almuerzo del plato principal de
Cajas, el jaca rocro o el puchero.

Por otro lado, para el día de peregrinaje al Patamarca (día 28 y 30 de junio),


la romería a sus antepasados se recordará con la bebida conocida como el
huarapo o el añejo sampedrano que consiste en el destilado de la caña de
azúcar que estuvo en aswachi o maceración durante doce meses bajo el suelo
del Patamarca. Es la valoración y el dogma del pueblo en que el espíritu y la
sangre de los antiguos qaqashmarcas se han impregnado en el líquido por
intermedio de la tierra en que estuvo sepultado.

Cada mayordomo tiene un lugar señalado para el entierro del añejo. El


primero en explorar, descubrir dónde está el destilado será el mayordomo del
anfitrión representado por el Alcalde Varayok, se hará el ademán de no
conseguir, de no dar con el líquido, de rastrear y rastrear…, intempestivamente
la banda de músicos entona unas hurras la cual anuncia que se ha conseguido
el brebaje, el alcalde iza su Varayok, el pueblo vitorea y rompe en aplausos, la
banda prosigue sus fanfarrias y es el momento cuando el mayordomo dirige sus
palabras y la banda ha callado inoportunamente, su discurso es en lengua
quechua, donde manifiesta que la sangre de los qaqashmarcas se ha
impregnado en la ambrosía y que, será brindado por todos, para saber a qué

171
futuro inmediato los lleva, más que nada en la agricultura, los animales de
pastoreo y la salud de los sampedranos.

Los discursos varían de acuerdo a quien lo está tomando, pero siempre los
Varayok o los mayordomos tienen que versar sus discursos en quechua.

En segundo lugar, en buscar el guarapo será el mayordomo del San Pedro


Patrón representado por el Varayok presidente de la Comunidad Campesina.
Seguido lo hará el Mayordomo de San Pablo tutelado por otro Varayok de la
comunidad. Ambas dos últimas participaciones lo hacen siguiendo el mismo
libreto del primero, mientras todo este suceso se desarrolla, en paralelo el
pueblo está ‘chacchando’ (masticando) la coca que va y viene por parte de los
administradores de fiesta y los futuros mayordomos.

Ha llegado otro momento de recordar a los primeros habitantes del


Patamarca, a los qaqashmarcas. Las autoridades municipales, comunales y
judiciales están portando el Varayok, en señal de tener a su cargo la
administración local, el mayordomo como administrador de las costumbres
invita al pueblo a reunirse alrededor de una mesa. Se han tendido manteles y
tras ello abundante coca, tras ello el mayordomo agradece a los antiguos Cacas
de haber traído al Apóstol San Pedro hacia el pueblo de Patamarca y con ello la
Religión Católica, invita a los asistentes a coger la coca y hacer la chacchapada
(masticar la coca) en memoria de sus antepasados. Acá la coca entra en un
contrapunteo entre mayordomos y Varayok que también brindan al pueblo.

Antes del brindis del guarapo, tienden manteles para memorar otro
acontecimiento ancestral: degustar de la mircapa o el fiambre (comida) de sus
antepasados y el recuerdo de los primeros arrieros con llama o los de a caballo
y mula, cuando en sus expediciones tenían que surcar los Andes, llegar a la
costa o cabestrando y encabritándose su bruto hacia montañas inhóspitas para
llevar el tikakachi hechas por damas del Acllahuay cogidas del Warmipa-kachin
y del Qaripa-kachin (nombre ancestral de los dos manantiales del Cachipuquio)
conocido también como Santa Catalina y San Pedro. Mircapa que consistía en
el shajta, queso, cancha con shashi, charki y el shihuayro cuyos ingredientes
son la cancha cocida en el mitu manka, ají mirasol, culantro, huacatay, ruda,
hierba buena todas seco, se muelen juntas con la cancha lo cual hacen que el
172
que lo prueba una sola cucharadita alcance vigor y energía. Todo el pueblo
saborea la mircapa acompañado del guarapo sampedrano, es aquí cuando el
pueblo entra en diversión animada, en jolgorio bullicioso, a un ritmo precipitado
celebrando la llegada del Apóstol Pedro a tierras de los qaqashmarcas.

Los Varayok y los mayordomos ahora han invitado al pueblo a bajar al


Nuevo Pueblo de San Pedro de Cajas distante a 2.0 km, para entonces, los
peregrinos han cogido el mula gochpay, la escorzonera, el garbanzo, un
pequeño atado del ichu y la ishanca la cual hace un minúsculo ramillete y la
ponen al costado de la banda del sombrero que va alrededor de la copa en
señal de haber peregrinado al Patamarca.

3.11. LA BAJADA DE PATAMARCA

Sobre la “Bajada de Patamarca”, al momento de esta investigación; nada se


ha registrado de una manera clara y concisa. En una investigación histórica,
más que nada en el trabajo histórico, al ser ciencia; se tiene que acercar a un
método de investigación, y por ende, a un problema investigativo, aspecto que
demanda además el establecimiento mínimo de una hipótesis de trabajo y
conducirnos a la lógica histórica, luego; concluir con diversos tipos de fuentes,
ya sea escritas, fuentes orales, nuevas tecnologías, iconografías y otras fuentes
de elementos que dan testimonio del pasado, además; de la clasificación
clásica de las fuentes (clasificación de Leopold Von Ranke), en la actualidad; la
reflexión de las fuentes se aplica incluso a la ausencia de documentos, a los
silencios de la historia, de tal modo, se debe elaborar un inventario de los
archivos del silencio y hacer la historia a partir de los documentos y la ausencia
de los documentos (Le Gooff, 1991: 107), enumerado éstas normas y
principios; nos queda bosquejar las informaciones conseguidas a la actualidad.

En esta salvedad, encontramos un escrito del 31 de diciembre de 2019 en la


revista La voz de Tarma hecha por Luis N. Gamarra Yurivilca y Benjamín A.
Porras Puchoc en las páginas del 10 al 12 con el encabezamiento de ‘Danza
Urampa Tusushun (Bajada de Patamarca)’. De una manera esquemática
podemos decir que dicho ensayo o enunciado; no se condice a la verdad o es
verdad a medias, la imagen que se tiene de la costumbre y ritos está
tergiversada, elaborado con argucia tratando de impregnar costumbres sobre
173
acontecimientos desconocidos. Este trabajo se esbozó de una manera
particular y personal en crear una danza para el XXVIII Curso Taller Nacional
de Capacitación Docente en Folklore del Centro Cultural de la Universidad San
Marcos, dándole emotividad secuencial a las costumbres patronales de Cajas,
más que nada en la “Bajada de Patamarca”.

Tal es así, como no queda otros trabajos registrados, quedamos en


desembrollar nuestras propuestas.

Para centrarnos en la “Bajada de Patamarca”, tenemos que puntualizar algo


importante en la historia. Entre 1790 a 1808 se decidió abandonar las
reducciones toledanas, hasta el momento ignoramos su proceso de
decaimiento, pero, la ciudad trazada por los españoles estaba intacta, salvo
unas que otras familias dispersas alejadas entre sí, era la fotografía del
momento: “Entre 1808 hasta 1826 más o menos. Posesión de solares a los
pobladores de San Pedro de Pampas de Cacas en el nuevo o actual terreno de
San Pedro de Cajas” (Estrella, Irene. 1954: 24) 208.

Al Patamarca se le llamó San Pedro de Pampas de Cacas, porque –como ya


dijimos-, al surcar el Patamarca y divisar al oeste todo es una llanura, planicie
que circunda hasta las Pampas de Chacamarca en la provincia de Junín.

“Los pobladores del pueblo primitivo de Cacas o Patamarka, bajan a


poblar el actual pueblo de San Pedro de Cajas, porque observaron un
terreno superior en todos sus aspectos. Dicho pueblo queda al este del
pueblo antiguo y en la parte baja a unos mil metros de distancia de la poza
salinera y del Patamarka o San Pedro de Cacas a 2000 metros (…) los
habitantes de arriba bajaron en forma paulatina. Siendo los primeros
vecinos; «Los Principales», quienes recibieron posesión de solares en el
nuevo pueblo de manos del Alcalde Ordinario, de cobradores Reales de
tributos, previa consulta y concejo de Ancianos y criollos” (Estrella, Irene.
1954: 25) 209.

Cuando los Varayok y los mayordomos han invitado para el descenso hacia
Cajas, remembraran también esta escena de sus ancestros que bajaron del

174
Patamarca y se situaron en la nueva ciudad, siempre llevando en andas a su
patrón y sin perder de vista que fueron evangelizados muy tempranamente.

Se preparan para bajar y forman filas interminables, la ruripa de bayeta, los


llankis multicolores, el huallki y la puchka de las damas, han cambiado para dar
paso al cambio del tiempo con hermosas cataranas tejidas con diseños de ojos
de perdiz o diversas flores, una ayllucata para protegerse del frío, monillos,
sombrero de lana de oveja color vicuña, la manta sampedrana característico del
lugar, y los hombres portan su infaltable mulloponcho, sombrero tipo borsalino
de fieltro, la alforja de lana de oveja y una chalina. Ha comenzado atronador a
escucharse el ¡huap, huap, huap, huap pueé! por todas las voces presentes.

3.11.1 Antagasha, un entreacto

Este es el momento histórico donde se detenían los arrieros que conducían


el tikacachi y revisar la carga de su rumiante o como cuando el arriero detenía
su caballeriza para advertir la carga del mulo.

Al llegar a la quebrada de Antagasha, los caminantes hacen un alto por


unos instantes y se ordenan para hacer la bajada mucho más auspiciosa y se
estructuran mediante una jerarquía.

Los hombres se han quitado el mulloponcho, la han doblado; cosa que


quede ahorcado entre el doblez y la chalina y han amarrado por entre el
hombro. Mientras las damas, se han despojado de la cataraña cata y también
han hecho lo suyo con la manta tarmeña. Los Varayok se posesionan adelante,
cumpliendo el simbolismo del Auquin y su autoridad a la comunidad, le seguirá
el mayordomo del Corpus Christi en señal de reverencia al Cuerpo de Cristo,
luego vendrá el mayordomo del San Pedro de los Patamarcas o el Auquish
junto a su anda cargada por lo “chutos”, éste como gestor de la fiesta del día,
encargado de la organización y administración de los gastos de la cofradía,
luego vendrán los séquitos de familiares y acompañantes del mayordomo, las
esposas de los pasantes de fiesta, sus acompañantes, invitadas y luego el
pueblo en masa que harán un gran mar humano cuya presencia galardonará la
marcha. Seguida vendrá el Mayordomo de San Pedro Patrón del pueblo nuevo
y San Pablo.

175
Comienza el descendimiento, hombres y mujeres se han cogido de a cinco,
de a cuatro y han entrelazado sus brazos moviéndose hacia la izquierda y la
derecha tipo un zigzagueo, hacen una danza espontánea nada creada, todo es
casual, entre saltos y saltos la cual les recuerda cuando el indio de Cacas subía
cargado por el sobre el hombro el líquido salino hacia el Patamarca y los pies
buscaba calzar el camino enhiesto o cuando la llama cargada del tikakachi en
su afán de bajar o subir las laderas lo hacía buscando el camino en un
monótono y lento zigzagueo y llegar a tomar los pasos seguros de los
empinados andinos o cuando los arrieros, luego de un viaje prolongado y
áspero cargado de alimentos surcaban la cumbre del Acllahuay y la caballería
junto a las mulas bajaban en zigzagueo cual marcha victoriosa atisbando
sosegadamente el terreno desconocido mientras el arriero para estimular a las
bestias para que echen a andar y aviven el paso gritaba a voz interjectiva; esa
huapeada que doña Presentación Tinoco acuñó allá por sus años mozos,
cuando aún en su adolescencia era mayorala de los fundos de San Antonio de
Padua, y ella encaramado sobre un alazán arreaba mulas, vacas, caballos,
toros y gritaba huapeando: ¡huap, huap, huap, huap pueé! ¡Donde está la mula
pueé! y con el correr de los tiempos los viejos arrieros de Cajas cogieron dicha
llamada enérgica para conducir sus cuadrúpedos.

3.11.2. Cinco Esquinas: encuentro de San Pedro de Patamarca y San


Pedro Patrón

Seguro que en cualquier momento de la historia tuvieron que coincidir; sea


en una iglesia, una capilla o en cualquier otro escenario tanto el San Pedro de
los Patamarcas y el San Pedro Patrón.

El lugar de “Cinco Esquinas” se encuentra en la planicie contigua de la loma


de Kushipata (cusi=alegría, pata=arriba o espacio). Este lugar formó parte de la
baraúnda incaica, porque el nombre procede del Cusco, y no es coincidencia
que también en la ciudad imperial la Plaza del Regocijo se llame Kusipata que
cobija la casa de Garcilaso de la Vega y del licenciado conquistador Illán
Suárez de Carbajal.

Cuando el Cachipuquio eran explotadas por los mitmas regionales y


extranjeras que Pachacútec había enviado, el Kushipata pudo haber sido centro
176
de esparcimiento y festividades por su ubicación, ya que circundante a ello en
ambos extremos entre 400 y 450 m de distancia se encuentra dos sitios
arqueológicos; el Qhorpawasi y el Acllahuay, ruinas y restos que fueron
olvidados y explotados por desconocimiento histórico de los habitantes de hoy.
Seguro que los indios de Cacas subían y bajaban por el camino de herradura
del Cerro Calpishcancha para llegar al Kushipata. En su época se señorío, todo
éste hermoso paraje seguro que se llenaba de alegría. El lugar de “Cinco
Esquinas” se halla regado por un río, haciendo que para su periodo era un valle
que cobijaba a los eufóricos y cadenciosos indios.

En la colonia; el “Auquish”, era paseado haciendo un alto en el Kushipata,


para luego tomar el camino de “Cinco Esquinas”, nombre reciente dado en la
época republicana. Es en este paraje, -vaya, como salimos de este follón que
nos metimos-, las que coinciden dos San Pedros.

Los monedores y mayoralas; las que llevan los ritos, concomitan que el San
Pedro del Pueblo Nuevo le espera en la Capilla de “Cinco Esquinas” al San
Pedro de los Patamarcas, dándole la bienvenida al Nuevo Pueblo. Hecho que
patenta que antiguamente existía el Pueblo de Arriba llamado Patamarca
(Pata= arriba, marca= pueblo).

Narremos el acontecimiento cuestas abajo unos metros antes del “Cinco


Esquinas”.

Al momento todo es un griterío, una algarabía, una baraúnda, follón que se


hace más estremecedor de voces festivas. La culebra humana está bajando
sobre un fuerte laso aprisionado por los brazos, gritando en un mundo de farra:
¡huap, huap, huap, huap pueé! y el gentío se ha vuelto eufórico, está garboso
de haber visitado a sus antepasados. Con pasos atrancados llegan al lugar de
“Cinco Esquinas”, distante ochocientos metros del Antagasha, ya están en la
zona urbana, los Varayok y los mayordomos se han detenido en la pequeña
capilla. Todos están exhaustos, algunos siguen cadenciosos probando el
shihuayro y el guarapo sampedrano que ha hecho efecto de anexión entre los
dos ágapes.

177
El Auquish se ha encontrado con el San Pedro Patrón del pueblo nuevo, y a
ese encuentro nuevamente el burgo se alza en baraúnda de gritos, aclamas y
aplausos. Están recordando al Nuevo Pueblo que los ibéricos lo señalaron al
cuál cumplieron sin remordimientos.

Posterior a este encuentro viene el Kaypincruz, así se llama a este


detenimiento momentáneo. Es la etapa donde los Nuevos Mayordomos para el
próximo año se hacen presente con su jamachicuy (descanso) a todos los
asistentes, entre el guarapo, el chuchuhuasi, la cascarilla, uña de gato y la
cerveza el pueblo hace brindis y por momento se ha calmado los jolgorios.

3.11.3. Ingreso triunfal a la Plaza de Armas y entrega de llaves

Descansado ya, el Kaypincruz ha concluido en “Cinco Esquinas”.

Prosiguen la marcha hacia la plaza principal, cuatrocientos metros les


separa para entrar a ella. El sol está en su máximo grado de perfección
luminosa, deben ser once o doce del mediodía, para ese periquete ya la calle
Bolognesi está cargada de turistas y gente venidas de todos los lares. Se han
arrojado decenas de cohetes al espacio en señal que los peregrinos están
ingresando a la plaza. Están manteniendo el orden establecido del Antagasha.
Se dan una vuelta a la plaza entre algarabía, saltos, brazos en alto cogido de
sombreros de damas y hombres que blanden en el aire bajo un sol abrazador.
Las calles adyacentes que desemboca a la plaza están nuevamente en una
parranda sin igual, el zigzagueo se ha vuelto más henchido, la masa avanza
galopante y los varayok son los primeros en ingresar a la plaza, luego los
mayordomos y su comparsa, cual un cohorte entre llantos de emoción, júbilo,
algazaras, cabrioleando el movimiento del zigzag y el griterío del ¡huap, huap,
huap, huap pueé! ¡donde está la mula pueé! no se ha callado en ningún
momento. El Auquish sobre su anda y sus seguidores ya han dado la vuelta a
la monumental Plaza de Armas de Cajas, la plaza más grande de la provincia
de Tarma, un pollino cargado de carne de oveja, especias y frutas acompaña al
Auquish simulando la mircapa (vianda) del pescador.

Ahora se han detenido frente a la iglesia del distrito, es el momento especial


y significativo cuando el San Pedro de los qaqashmarcas llamado el “Auquish”

178
le entrega las llaves a su homólogo el San Pedro del Pueblo Nuevo o San
Pedro de Cajas. Este es un acontecimiento donde se recuerda el enclave entre
dos culturas, la concatenación del Patamarca (pueblo de arriba) con el pueblo
de abajo (San Pedro de Cajas), además del simbolismo que de aquí en
adelante le da el relevo; la alternancia, la de presidir y responsabilizarse de la
Fiesta Patronal. El pueblo vitorea dicha entrega y la recibe entre aplausos,
loas, abrazos y sonidos de cohetes que surcan el espacio cajeño.

3.11.4. Entrega de señas: aval de haber peregrinado a Patamarca

Ha terminado dicho acto y la comparsa entre mayordomos y seguidores se


dirigen a la municipalidad donde al Alcalde Varayok le mostraran el ramillete de
hierbas silvestres cogidos en señal de haber peregrinado al Patamarca. Pasado
el mediodía termina el peregrinaje del 28 de junio, entre ritos y costumbres
ancestrales los caminantes volverán a la casa del mayordomo para proseguir
con las celebraciones de las Fiestas Patronales que aún está comenzando.

3.12. PEREGRINAJE A PATAMARCA DE SAN ANTONIO DE PADUA Y LA


SOCIEDAD DE ARRIEROS: 30 DE JUNIO

Al alboreo del 30, el peregrinaje al Patamarca está a cargo del Mayordomo


de San Antonio de Padua, junto a la Sociedad de Arrieros, portando al Niño
Viajero llamado Señor de Huamachuco, en memoria –a la par del día 28- a sus
ancestros que acogieron la evangelización y la llegada del Apóstol San Pedro;
con la única diversidad de refrendar a los primeros arrieros viajeros
sampedranos que recorrían por todo el Perú, junto a su caballería en busca de
“truequear” y/o comprar alimentos, vestidos y enseres para traerlos al pueblo y
entregar a las diferentes propietarios de las tiendas quienes con anticipación
habían pactado los pedidos.

El recorrido del peregrinaje es semejante al primer día; difiere, que luego de


una vuelta a la Plaza, ingresan al local del municipio.

Para este día; el Mayordomo de San Antonio de Padua y la Sociedad de


Arrieros ingresarán con sus séquitos a la plaza principal, lo vistoso será ver
ingresar a las mulas de los arrieros, -junto a la caballería atizando con
sentimiento y pasión al corcel-, cargada de cilindros de aguardiente, cientos y
179
cientos de plátanos, cajas de naranja y mandarina, especias y un sin número de
menajes, también hacen su entrada bajo el sonido de una tinya y una quena
tocada por sus integrantes, cual acorde lleva a la nostalgia, la lobreguez del
hombre al surcar los caminos agrestes y diáfanos al pensamiento de la amada,
se mezclan entre el bullicio y la Marcha de los Arrieros que las bandas de
músicos interpreta cuan un himno prodigioso y sagrado, el enjambre de seres
rompe en alboroto, en éxtasis y algarabía: ¡huap, huap, huap, huap pueé!
¡huap, huap, huap, huap pueé! Los espectadores quedan embelesados, por el
enardecimiento y la pasión que le ponen estos descendientes de los
qaqashmarcas.

Los borsalinos surca los aires tirado por sus amos, hay algo de maravilloso
en estos peregrinos, han tirado sus prejuicios a la bahorrina, veremos que, en el
fondo, buscan una digna lucha por la homogeneización alborozadora del
mundo, un intento de ensalzar la igualdad de felicidad y de desligarse de las
inercias más perversas del mundo sufrido.

El final de esta serpiente humana será la entrada al Salón del Municipio,


donde al equivalente del 28, el Alcalde Varayok dará su fallo, cuya sentencia
será haber memorado a los primeros hombres del Qaqashmarca y que por los
siglos de los siglos, aún se sigue reconociendo como la evangelización llegó a
estos lares, y que el Ushnupunta de Tantangaga y Patamarca, se exhuma e
inquieta nuestro recuerdo.

El ramillete del mula gochpay, la escorzonera, el garbanzo, el ichu y la


ishanca, arrancados del suelo del Patamarca; serán los eternos testigos de
evidenciar y manifiesto de haber peregrinado y evocado un mundo lejano lleno
de sabiduría sempiterna. El ¡huap, huap, huap, huap pueé! yacerá hasta el año
venidero. Y nosotros diremos: ¡hasta acá este capítulo pueé!

3.13. INFOGRAFÍA Y LONGITUD ENTRE LOS LUGARES ESTELARES DEL


CAMINOS DE PEREGRINAJE

El recorrido del peregrinaje durante la “Bajada de Patamarca” es de 4 km


entre el ascenso y el descenso. La Plaza Principal se halla a 4014 msnm,

180
mientras la Capilla del Patamarca se encuentra a 4231 msnm. Entre la Plaza
Principal y la Capilla del Patamarca hay una distancia en altitud de 217 m.

3.13.1 Plaza Principal


Está ubicado a 4014 msnm en el sector de Pillucancha. En el que se
encuentra la Municipalidad Distrital, la Cuasi Parroquia San Pedro y la
Institución Educativa Virgen de Fátima; institución que forma parte de la historia
sampedrana por haber servido como cuartel tanto al ejército patriota, realistas y
chilenos.

La plaza principal constituye el lugar principal de concentración de los


peregrinos para iniciar el camino hacía el Patamarca. El 28 de junio desde las
4.30 am se concentran las autoridades municipales, personal del Poder Judicial
y de Gobierno, autoridades comunales, el párroco de la Iglesia Católica,
mayordomos de las imágenes San Pedro de Patamarca llamado el “Auquish”,
San Pedro Patrón o del Pueblo Nuevo, San Pablo, Corpus Christi, mientras que
el 30 de junio; a la misma hora del 28 se concentra el mayordomos de San
Antonio de Padua y Niño Viajero, ambos acompañados de sus mayoralas y
monedores, chutos, turistas y pueblo en general.

181
Los peregrinos parten desde la puerta de municipalidad distrital, recorriendo
la calle Bolognesi, ubicado entre los sectores de Acllahuay y Kushipata,
llegando al lugar de “Cinco Esquinas”, lugar donde coinciden cinco calles dando
nombre a la misma. Este tramo es de 520 m de distancia un ascenso de 22 m.

3.13.2 Cinco Esquinas


Ubicado a 4036 msnm en el sector de Kushipata, en el Barrio Cuarto, nace
de la intersección entre las calles Bolognesi (recorre de este a oeste), Mariano
Melgar (de sur a norte) y la "Cuesta de la Veta" que recorre la falda del Cerro
Cacaspata, con dirección al sector de Antagasha, este tramo es de 600 m de
longitud, con un ascenso de 100 m.
El término “Cuesta de la Veta” se la puso los tenientes de la Marina
Norteamericana Lewis Herdon y Lardner Gibbson en 1851:

“La colina por la que cabalgamos se llama "Cuesta de la Veta”, porque a


los viajeros que pasan por aquí les da esta enfermedad. Como no sentí
nada, aun en el paso de Antarangra [Antagasha], observé
cuidadosamente por si en este lugar tenía los síntomas; pero, no sentí
nada” (Herndon, Lewis. Gibbson, Lardner 1853: Cap. V) 210.

Este camino fue recorrido hasta inicios de del Siglo XX por los arrieros que
recorrían del Cusco a Quito- Ecuador, los arrieros que viajaban de Tarma a
Huánuco, y los arrieros en su viaje a Chanchamayo.

3.13.3 Antagasha.
Conocido en 1851 como Antarangra por los arrieros del Siglo XIX.
Antagasha viene de dos voces quechuas: anta, cuyo significado es cobre,
colorado y gasha o rangra que sígnica quebrada, es decir, tierra desigual y
abierta entre dos montañas. Se encuentra ubicado a 4136 msnm, comprende
desde Antagasha, pasando por Cachichiyasha (codo de sal) hasta la Capilla de
Patamarca. Con un recorrido de 880 msnm y un ascenso de 95 m. Es el tramo
más extenso del camino de peregrinaje.

182
3.13.4 Patamarca
Cuyo significado es “Pueblo de arriba”, aureolado por la Capilla del
Patamarca se encuentra ubicado sobre la cima del Cerro Cacaspata a 4231
msnm. Dos kilómetros separan de la Plaza Principal a la Capilla del Patamarca.

3.14. MÚSICA QUE ACOMPAÑA A LA BAJADA DE PATAMARCA

Nuestro deseo es componer una información constructiva; viva, pero a la vez


salir limpiamente airoso de la porfía que podría influir nuestra información. Esta
música; digamos mejor una parte de ésta música, si bien parece que está
embestida de mito, y por otra parte; hace muchos años atrás, hemos acudido
en quienes fueron conspicuos protagonistas; y aun cargadas de reminiscencia,
pero con sucesos que jamás perdieron su apología, el abatimiento o la
consternación, recurrimos a don Pedro Amaro León; Presidente de la Sociedad
de Arrieros de 1960, Vidal Yurivilca Oscanoa; mayordomo de 1962, Marino
Amaro Ayala; mayordomo de 1964, de ellos cogimos declaraciones relevantes,
cuya manifestaciones orales narran acontecimientos, aún sean tráfagos; pero
que resultan clave e imperioso al momento de describir hechos y episodios que
se adjudican uno y otros al momento de su composición. Por otro lado, está la
interpolación con los Libros de pergamino de la imagen de San Antonio de
Padua, de cuyas hojas traslúcidas y añejas se puede ver con parsimonia y
tranquilidad ceremoniosa, los registros de los mayordomos desde 1800 con don
Agustín Villagaray a la cabeza.

La etapa primera o primitiva de esta música les pertenecen a dos


protagonistas actuando para una sola función. Por una parte, están los
mayordomos de la imagen de San Antonio de Padua, preocupados por tener
una marcha propia que les identificara como Arrieros y por otra, unos músicos
contratados por los primeros para que les compongan o les den arreglos en
partitura a la melodía que ellos ya tarareaban en su trajinar por la costa, selva y
sierra junto a la Sociedad de Arrieros, quien es conexo a la mayordomía de San
Antonio de Padua.

En 1937, el Mayordomo de San Antonio de Padua, Salvador León Montes y


su esposa Victoria Yurivilca y demás próximos mayordomos tenían planes de
183
crear una música que les caracterizara a los arrieros incipientes. En 1942, don
Gerardo Cárdenas Orihuela y su esposa Tomasa Yurivilca mayordomos de
entonces, reúnen a los arrieros y futuros mayordomos. Se agremian don
Teodoro Oscanoa, Tiburcio Espinoza, Lucio Espinoza, Visitación Yurivilca,
Gerardo Montes, Telésforo Oscanoa, Edilberto Oscanoa, Maurelio Orihuela,
Luciano Tinoco León, Jacinto Palomino, Pedro Amaro León entre otros; para
componer una marcha o una música que les caracterizara a los hombres de
caballo.

En 1949, en la mayordomía de don Albino Amaro León, le alcanzan las


melodías de la marcha al joven músico de Acolla (Jauja) Eusebio Blancas para
que la interpretaran con la banda de músicos que dirigía, las tocaron; pero
parece que no le dio la importancia y lo dejó. Para 1950, en la mayordomía de
don Antonio León Yurivilca y su esposa Margarita Espinoza, la banda que
contrató; “La Sinfonía de Cajas”, junto a unos nutridos músicos jaujinos con
Gregorio y Teófilo Yurivilca, llamado cariñosamente “Los Hualkush” a la cabeza;
la pieza musical ya fue interpretada, pero de forma amorfa. Para 1951,
mayordomo don Luciano Tinoco León y su esposa Prudenciana Oscanoa se
hace presente la banda de músicos de don Aurelio Beltrán Chamorro quienes
venían del distrito de Masma, distrito de Jauja, a quién nuevamente se le
informa de una marcha existente y que él le diera el sentido melodioso y
marcado, el ritmo ya existía, solo esperaban que sea más ejecutada y ligera. Es
así que don Aurelio Beltrán introduce ésta marcha, le da arreglos mucho más
prolijos al ritmo, y de ahí en adelante se interpretará todas las veces y años en
que la Sociedad de arrieros de Cajas escalaban hasta la quebrada del
Antagasha, y simularan su regreso del viaje de Huánuco e ingresaban
haciendo su característico «Las Doce» el día 28 de junio junto con la
mayordomía de San Antonio de Padua anunciando que la arriería; con sus
vestimentas característicos, habían llegado cargada de alimentos, y que
comenzaba la fiesta del santo franciscano y repartirían los pedidos a las
diferentes tiendas que habían hecho sus pedidos anticipadamente.

En la presidencia de la Sociedad de Arrieros de don Pedro Amaro León en


1960, ya la Marcha de los Arrieros era más cuajado y emblemático para los
hombres de montura, pero; dentro del mismo Cajas, para los demás
184
mayordomos pasaba desapercibida dicha música, empero; cada vez que
llegaba las Fiestas Patronales y se les veía a los mulos y jamelgos de los
arrieros el pueblo los vitoreaba y los aclamaban tanto mayordomo y arrieros
cuando hacían las tiradas de naranjas y mandarinas traídas de la selva de
Chanchamayo.

En 1961, en la mayordomía de don Roberto Espinoza Oscanoa y su esposa


Antonia Meza, la Marcha de los Arrieros ya es interpretada en su total arreglo y
composición por la “Banda Filarmónica San Pedro de Cajas” fundado el 1ro de
enero de 1959 por los Hnos. Vidal e Idelfonso Pucuhuaranga Orihuela, que
junto a los ‘Huallkus’ y el grupo de don Leoncio Landa, fueron primigenios en
formarse como banda musical del distrito. De acá se evidencia qué, los
‘Huallkus’ ya habían dejado germinado e introducido la marcha florecida entre la
década de los cuarenta y cincuenta, cosa que para el sesenta ya era un
engendro más prolijo, consolidado e interpretado con firmeza en las
mayordomías de San Antonio de Padua al momento de las presentaciones de
la Sociedad de Arrieros junto a sus jinetes en caballería.

Para 1963, don Aurelio Beltrán llega nuevamente a San Pedro de Cajas
como director con la
“Banda de Músicos
Sinfonía de Junín”, y
don Juan Magno
Montes y señora
Beatriz Ayala se
engalana, junto a la
Sociedad de Arrieros
haciendo sus ingresos
triunfales con la
“BANDA FILARMÓNICA SAN PEDRO DE CAJAS, NÓTESE AL MAYORDOMO CON SU Marcha de los
PLUMAJE”
Arrieros. Y es así, de
en adelante; todos los mayordomos del santo franciscano junto a sus arrieros,
todos los años; la marcha, estará presente entre los días 13 de junio (día del
santo) y las Fiestas Patronales del 28 de junio al 04 de julio, fecha de entrega
de los enceres de San Antonio de Padua al mayordomo próximo.
185
De 1964 y 65 en adelante, también en las fiestas patronales de Cajas está
presente otro grupo musical del distrito de Acolla denominada “Banda Sinfonía
Junín de Jauja” de don Teodoro Montalvo, quiénes también, ya a su llegada
están interpretando la Marcha de los Arrieros. En los siguientes años de
contratación por los diferentes mayordomos de Cajas, estas bandas jaujinas, ya
interpretan con pericia y destreza la marcha. Más bien, los sampedranos
quedaban enredados y confundidos entre estas dos denominaciones de las
bandas. Se sabe que los segundos tuvieron que cambiar de nombre por plagio
y reclamos del primero ante su disquera y le aumentaron «de Jauja».

Aún hoy se puede recordar como la Banda de don Leoncio Landa, desde la
quebrada de Antagasha hacía sus ingresos con la Sociedad de Arrieros en
compañía del “Niño Viajero, Señor de Huamachuco”, bajo las melodías de esta
marcha.

Ya a finales del setenta, ochentas y noventas otro grupo de músicos


sampedranos también hacen suyas y maternales la marcha, y con más
continuidad y fuerza se presentan las bandas de músicos de Jauja, Acolla,
Huancayo, Huarochirí, etc.

En 1980, los ex
alumnos de la
promoción del mismo
año del colegio Víctor
Andrés Belaunde se
agrupan y forman la
banda “Sensación San
Pedro”, luego el 17 de
octubre de 1983
cambiarían su
denominación por
“BANDA MUSICAL JUVENTUD MELODÍAS DE SAN PEDRO DE CAJAS”
“Banda Juventud
Melodías de San Pedro de Cajas”, de las manos de sus fundadores; Marcelino
Paita Jaramillo, Edgar Sáez Cóndor, Sebastián Yantas, Vidal Yurivilca, Albino
Vílchez, Pedro Yurivilca, David Verástegui entre otros, se identificarían con

186
esas melodías de la “Marcha de los Arrieros”. Sus integrantes testifican que
donde vayan a cumplir sus trabajos de músicos siempre los pasantes de fiesta
les exigían que interpretaran la Marcha de los Arrieros de Cajas.

El nombre quedo sellada para la eternidad desde esa mañana del 28 de


junio de 1960, donde Pedro Amaro León, en su calidad de Presidente de la
Sociedad de Arrieros, en su alocución lleno de orgullo y júbilo, blandiendo el
bastón y el accesorio de las cabeza del overo, con la vestimenta característica
del arriero sampedrano; puesta su sombrero de paja blanca, el saco azul,
pantalón blanco, chalina color vicuña, sus botas de cuero adheridas a la
espuela de gallo corto; con garbo y gracia acuñó el nombre de la música:
«Marcha de los Arrieros de San Pedro de Cajas», identificación que los mismos
sampedranos en el umbral de la época no le dieron magnitud requerida.

Sin hacer mención a la frase incidental del novelista Mario Vargas Llosa, en
Conversación en la catedral, cuando un periodista se interroga al pasar por la
Av. Tacna allá por la década del cincuenta, podemos plantearnos en el Siglo
XXI a honra y popularidad de ésta placentera farra musical: ¿cuándo empezó a
difuminarse y tomar emplazamiento las históricas melodías de esta marcha? De
acá en adelante es confuso y hasta incalculable hasta que confín llego a
situarse, sin intensiones claro está; las interpretaciones de esta marcha en las
diferentes fiestas regionales y extra regionales.

Los músicos van y vienen; son como los marinos, dejan recuerdos donde
ancla su música, y los soplos al viento de los instrumentos hacen aún recorrer
con más prisa esas notas musicales cargadas de recuerdos de otros lares,
tanto es así que; esta misma melodía, que es casi un himno para los
sampedranos se ha arraigado, esparcido, diseminado, desparramado,
desperdigado, rociado, irradiado, espolvoreado, explayado, extendido,
difundido, divulgado, propalado, recreado…tantas palabras equivalentes
podríamos escribir, pero con una mirada cargada de vesanía por no haber
mantenido nuestra germinal inaugural patente musical. Algunos la han llamado
capitanía en confusión con caballería, tanto en Pasco, en Huancavelica o la
propia Región Junín se la denominado así, pueda que don Aurelio la haya

187
germinado de esa manera, no obstante, para el eterno sampedrano seguirá
llamándose La Marcha de los Arrieros o simplemente “Bajada de Patamarca”.

Hoy, las bandas regionales; jaujinas, tarmeñas, huancaínas, acollinas, del


norte y del sur la interpretan aumentado un tiempo más a la melodía de la
partitura original que era de tres tiempos, seguro para darle júbilo, pero en
nuestra retentiva de sampedrano, nos quedamos con las primitivas melodías,
cuan benéfico participó como una letanía en nuestra formación para amar a esa
tierra cajina: la «Marcha de los Arrieros de San Pedro de Cajas».

3.15. PARTITURA ORIGINAL DE LA MÚSICA DE LA “MARCHA DE LOS


ARRIEROS”

Mudo poeta, préstame tu música,

porque los raptos que su magia inspira,

ella, y solo ella, puede hacer sentir.

Mi nota es palabra, torpe y lenta;

la tuya, como el rayo en la tormenta,

hiere al nacer, disípase al herir.

Músico, al escucharte, yo me siento:

dudo si estoy oyendo tu instrumento

o escuchando mi propio corazón.

El músico es más ángel que el poeta

su lengua es de alma, universal, completa;

siempre casta su voz cual la virtud.

El Colectivo Gagashmarca quiso tener en partitura las notas originales de la


“Marcha de los Arrieros de San pedro de Cajas”; para ello, nada pudo ser mejor
que contar con el gran maestro sampedrano, que representa a esas dinastías
de músicos que forjó Cajas y hoy es un emblema y símbolo de creación musical
que por lustros aún sigue estigmatizando a aquellos hombres que dejaron sus
notas para un concierto de la generación al escuchar cual ambrosía que llena
188
de lobreguez al corazón o la atiborra de amor pasionario al hombre enamorado.
Medio siglo hace que el músico y compositor Oswaldo Chinchilla Yurivilca arroja
al viento cuecas andinas, de lo que un día de junio del 2009 le escuché decir
cantando en ruedo achispado de paisanos: “Esto es lo que yo siempre soñé,
llegar al pueblo de alguna forma”, no se equivocó maestro, sus inspiraciones
llegó a raudales, se desparramó como las hojas para quedar truncado en los
corazones de todos los que amamos la música. E aquí la semblanza de:

OSWALDO CHINCHILLA YURIVILCA

El distrito de San Pedro de Cajas, apostado


en la provincia de Tarma, Región de Junín, vio
nacer el 19 de marzo de 1950 a Oswaldo
Chinchilla Yurivilca; su padre, Zósimo Chinchilla
Oscanoa era músico violinista y artesano; su
madre Victoria Yurivilca Meza artesana y ama
de casa, también desciendes de una familia de
músicos.

En 1940, don Zózimo forma la “Orquesta


Folclórica Chinchilla”, conformada por sus
hermanos Dionisio y Víctor. Dionisio llegó a ser
un destacado músico; fue discípulo del gran
maestro Pablo Pastor Díaz de Huancayo, pero
la estrella de la vida lo llevó a la eternidad a la matutina edad de 18 años.
Abrumado, Víctor el mayor de los hermanos, se fue a estudiar música a
Huancayo con el que fuera maestro de su hermano con quien consiguió
muchos lauros en la capital Lima, donde hicieron presentaciones y ganaron
concursos en la tradicional Pampa de Amancaes, Coliseo Bolívar, Coliseo
Nacional y Coliseo Cerrado del Puente del Ejército. La motivación y el amor por
la música nacían en el seno familiar.

En 1957, Oswaldo ingresa a la Escuela Primaria Rural Pre-Vocacional N. º


490. En el segundo grado de primaria, a los 9 años de edad; Oswaldo le pide a
su profesor integrar la banda de músicos de la escuela, así llegó a coger y tocar

189
el primer instrumento musical; el platillo, luego de unos meses o años cambiaría
por la tarola.

Con la banda de la escuela ganó concursos, y esto le dio la oportunidad de


integrar la “Banda Filarmónica de San Pedro de Cajas” del maestro Vidal
Pucuhuaranga Orihuela; recorriendo distintos lugares de la provincia de Tarma,
llegando a Canta y también a otros departamentos del Perú.

A los 11 años de edad Oswaldo es integrado a la orquesta familiar, ahí


comenzó tocando el violín; luego, a los 12 años le enseñaron a tocar el
clarinete, desde los 14 años hasta hoy en día; es el instrumento que ejecuta
magistralmente, a decir de muchos.

Con la orquesta de su padre ganan concursos en coliseos y pueblos del


Departamento de Junín; además, recorren muchos lugares, presentándose en
Ulcumayo, Carhuamayo, Cerro de Paseo, Santa Cruz de Andamarca, Canta y
San José de Baños. Entre 1975 a 1979 salen triunfadores y airosos en sus
presentaciones, una de las más recordadas exhibiciones se hizo en la plaza 20
de enero del distrito de Yauyos; Jauja, siendo contratados por la institución
decana “Hatun Xauxa de Jauja”, esto le representó un importante
reconocimiento al arte que cultivaba y con ello vendría una oleada de
posicionamiento como músico.

En una de sus presentaciones con la “Orquesta Folclórica Chinchilla”, allá


por el año 1978, en el distrito de Carhuamayo de la provincia de Junín, donde
los 30 de agosto se hacen fiestas en honor a la virgen Santa Rosa de Lima,
Oswaldo conoce al maestro Jesús Sedano Bello de quien es considerado hijo
espiritual por su don de tocar el clarinete y por el cariño que este le tiene, por
ese entonces; Sedano integraba la orquesta “Los Alegres de Huancayo”.

En los años 80, Oswaldo recibe la invitación para integrar la orquesta


“Sensación del Mantaro” del maestro Juan López Ávila, donde permanecería
por diez años.

Luego Oswaldo, fue integrante de muchas reconocidas orquestas del


Departamento de Junín, tales como la gran “Lira Tarmeña” del maestro Adrián
Solano, “Tarumas de Tarma” del maestro Luis Anglas Espinoza, “Los Ases de
190
Huancayo” del maestro Agustín Gaspar Unsihuay, “Los Engreídos del Perú” del
maestro Julio Rosales Huatuco.

Oswaldo también tuvo el honor de integrar la orquesta “Super Selección del


Centro del Perú”, conformada por los mejores maestros de la música del Valle
del Mantaro, a través de la cual reciben el reconocimiento de Patrimonio
Cultural del Centro.

También tuvo la oportunidad de acompañar en grabaciones y


presentaciones a reconocidos artistas nacionales como, Picaflor de los Andes,
Flor Pucarina, Amanda Portales, Chato Grados, Raíces de Jauja, Sixto Aybar
"Sixtucha", Diosdado Gaitán Castro, Flor de La Oroya, Susan del Perú, Aydee
Raymundo, Cazador Huanca, Dúo Mixto Huancayo, Bertha Victoria, Manuelcha
Prado.

Actualmente integra la agrupación “Amaranta” donde lleva siempre en alto el


nombre del pueblo que lo vio nacer.

Gracias al maestro Oswaldo Chinchilla Yurivilca tenemos la partitura de la


“Marcha de los Arrieros” que a continuación presentamos.

Escuchar las dos versiones de la Marcha “Bajada de Patamarca” Online:

MARCHA BAJADA DE PATAMARCA DE TRES TIEMPOS:


https://drive.google.com/file/d/1dr5fcwNPAq3W_u3jn152iEnt088-
bmKd/view?usp=sharing

MARCHA BAJADA DE PATAMARCA DE CUATRO TIEMPOS:

https://drive.google.com/file/d/1A5VrQdIIOtlP5V0R5_RQrFU0z25_qb
Dy/view?usp=sharing

191
192
CONCLUSIONES

Concluida la Monografía, y analizado la información acopiada de las mayoralas


y monedores, se llega a las siguientes conclusiones:

1) La Monografía “BAJADA DE PATAMARCA, 393 AÑOS DE


TRADICIONES, RITOS Y COSTUMBRES” sustenta su denominación en
la llegada del español Juan de Dios Cadarcio, a la antigua población de
Gagasmarca que en su mayoría eran mitmas salineros traídos de
diferentes lugares y algunos de zona de Chuyaq, donde un 02 de mayo
de 1627, se ejecutó la demarcación y amojonamiento de los terrenos del
hoy distrito de San Pedro de Cajas, la cual estaba acompañado del
Apóstol San Pedro quien recorría el trayecto de la línea de linderos en un
anda cargado por 12 indios, y al final, se levantó la escritura viva al más
honroso título de posición; una copia elevándose al virrey de Lima y otra
quedando en posición de la delegación de Cacas.
2) La Monografía “BAJADA DE PATAMARCA, 393 AÑOS DE
TRADICIONES, RITOS Y COSTUMBRES” se explica con la designación
de la imagen San Pedro como patrón del antiguo pueblo de Cacas en el
año de 1627, fecha a partir de la cual se inicia un proceso sincrético en el
poblador del antiguo pueblo de Cacas, que ha tenido que mantener
costumbres de la cultura incaica, y la de asimilar la impuesta por los
españoles, cuyas manifestaciones culturales a través de ritos de ambas
culturas no fueron olvidadas por más de tres centurias por los pobladores
de San Pedro de Cajas, más bien, alimentaron sus días manteniéndose
hasta hoy las costumbres con orgullo, pleitesía y mucha responsabilidad.
3) Los pobladores del actual distrito de San Pedro de Cajas es un pueblo
católico cuyas festividades en honor a la imagen San Pedro se iniciaron
en el año de 1627, y con el correr de los años, el fervor religioso fue en
aumento, hasta que, en el año 1854 se inicia en el Nuevo Pueblo; hoy
distrito de San Pedro de Cajas la mayordomía de la imagen San Pedro
Patrón, desde ese entonces, hasta la actualidad; se veneran a las dos
imágenes San Pedro de Patamarca “Auquish” y San Pedro Patrón del
Nuevo Pueblo. Más adelante, en el año de 1870, se inicia la mayordomía

193
de la imagen San Pablo, y en el año de 1800 se inicia la mayordomía de
la imagen de San Antonio de Padua y el Niño Viajero Señor de
Huamachuco.

4) Los ritos que los pobladores del antiguo pueblo de Gagasmarca que han
heredado de la cultura Inca y que se practican hasta la actualidad en la
“Bajada de Patamarca”, son los siguientes: (i) Mishquipada y
Garapacuy, que consistía en el agradecimiento a la Mama Pacha que
hoy se practica en la “Bajada de Patamarca”; (ii) Chacchapada que
consistía en masticar la hoja de coca que era una hoja sagrada de los
incas y consumida solo por la nobleza, y que luego, se masificó en los
indios, siendo este rito practicado antes de iniciar cualquier actividad del
hombre, los mismos que se ha desarrolla en la “Bajada de Patamarca”;
(iii) Kaypincruz descanso dentro del desarrollo de una actividad; (iv)
Peregrinaje que en la época Inca se daban por las romerías en honor al
dios de Pariacaca un nevado de las serranías de la costa; (v)
Procesiones - Capacocha o Capac Hucha, una de las ceremonias más
importantes llevadas a cabo en el Tawantinsuyu o Imperio Inca, que se
realizaban generalmente durante el mes de las cosechas y consistía en
hacer ofrendas de gratitud al sol.

5) Los ritos que los pobladores del antiguo pueblo de Gagasmarca que han
tenido que asimilar de los españoles y que se practican hasta la
actualidad en la “Bajada de Patamarca”, son los siguientes: (i) Misa
como ceremonia principal de la Iglesia Católica que evocan la vida,
pasión, muerte y resurrección de Jesús, asimismo es llamada Santa
Eucaristía o Cena del Señor; (ii) Reguichicuy por el cual el Nuevo
Mayordomo de la imagen se hace conocer ante la sociedad su
ofrecimiento de recibir el compromiso; (iii) Entierro y desentierro del
añejo o aguardiente.

6) La “Bajada de Patamarca”, es la expresión cultural de alegría y júbilo de


los pobladores del distrito de San Pedro de Cajas, que todos los 28 y 30
de junio de cada año, retornan al antiguo pueblo de Gagasmarca, y
194
escenifican el traslado al Nuevo Pueblo realizando los descansos en los
lugares conocidos como Antagasha y “Cinco Esquinas”, descanso
denominado Kaypincruz, cuya entrada triunfal de miles de personas a la
Plaza de Armas se da con el grito de huap, huap, huap, huap, puee… ya
llegamos a la nueva ciudad pue, etc.

7) La “Bajada de Patamarca” como fenómeno socio cultural no se


encuentra ajena a los cambios que se presentan en las sociedades
donde la innovación tecnológica y la globalización incidieron en cambio
de determinadas características de esta festividad denotándose con
mayor incidencia en cuanto a la música, la vestimenta y número de
participantes que en estos últimos años se vio incrementado
significativamente dando realce a la festividad y constituyendo la “Bajada
de Patamarca” en la actividad más importante de las fiestas Patronales.

8) Los mayordomos, monedores y mayoralas constituyen actores


principales para el desarrollo de esta festividad, porque son portadores
directos de que estas tradiciones, ritos y costumbres se transmitan de
generación a generación. Cuyas funciones no se encuentran reguladas
en ninguna norma de carácter religioso ni civil, hecho que motiva que en
determinados casos sus actividades y funciones responden a libre
criterio de ellos a las facultades discrecional de las mismas y a las
facultades funcionales.

9) La actual música de la “Bajada de Patamarca” es muy original que se fue


formando a través del tiempo, toda vez que las Fiestas Patronales de
San Pedro de Cajas en honor a las imágenes de San Pedro, San Pablo y
San Antonio de Padua, se desarrollaban al compás de las bandas de
músicos, hasta que, en el año 1951, el mayordomo don Luciano Tinoco
León y su esposa Prudenciana Oscanoa se hace presente con la banda
de músicos de don Aurelio Beltrán Chamorro quienes venían del distrito
de Masma, a quien se le informa de una marcha existente y le diera el
sentido melodioso y marcado. Dicho músico introduce esta marcha, le
da arreglos mucho más prolijos al ritmo, y de ahí en adelante se

195
interpretará todas las veces y años en que la Sociedad de arrieros de
Cajas escalaban hasta la quebrada del Antagasha y simularan su
regreso del viaje de Huánuco e ingresaban haciendo su característico
«Las Doce» el día 28 de junio, junto con la mayordomía de San Antonio
de Padua. En 1961, en la mayordomía de don Roberto Espinoza
Oscanoa y su esposa Antonia Meza, la Marcha de los Arrieros ya es
interpretada en su total arreglo y composición por la “Banda Filarmónica
San Pedro de Cajas” de los Hnos. Vidal e Idelfonso Pucuhuaranga
Orihuela, que junto a los “Huallkus”. Música que viene constituyendo casi
un himno para los ciudadanos de San Pedro de Cajas, y que, no se
interpreta en ninguna otra ciudad de la Región Junín.

196
RECOMENDACIONES

1) La monografía titulada “BAJADA DE PATAMARCA, 393 AÑOS DE


TRADICIONES RITOS Y COSTUMBRES” cubrirá un vacío muy
importante en la cultura del pueblo de San Pedro de Cajas, toda vez que,
actualmente, no existe un trabajo monográfico de investigación (científica
ni empírica) que desarrolla este tema; por lo que el Colectivo
Gagasmarca recomienda a nuestras autoridades iniciar el trámite ante el
Ministerio de Cultura con el objeto de lograr el reconocimiento oficial de
la “Bajada de Patamarca” como Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Nación.

2) Teniendo en cuenta que por versión de la mayorales y monedores de las


diversas imágenes que integran el “Colectivo Gagashmarca” han
sostenido que resulta necesario que, por la cantidad de vestigios
acumulados por varias décadas se hace necesaria se cuente con un
Museo Etnográfico-Histórico al servicio de la sociedad, por lo que el
Colectivo Gagashmarca recomienda a las autoridades que en el futuro
se incorpore en los proyectos de la construcción de un Museo Municipal
donde se exhiba no solo los vestigios más antiguos de las imágenes sino
también los libros antiguos de las diversas cofradías; además, los
trabajos de los artesanos y artistas plásticos del pueblo de San Pedro de
Cajas.

3) Los mayordomos, monedores y mayoralas constituyen actores


principales para el desarrollo de esta festividad, porque son portadores
directos de que estas tradiciones, ritos y costumbres se transmitan de
generación a generación. Cuyas funciones no se encuentran reguladas
en ninguna norma de carácter religioso ni civil, hecho que motiva que en
determinados casos sus actividades y funciones responden a libre
criterio de ellos a las facultades discrecional de las mismas y a las
facultades funcionales. Teniendo en cuenta que las actividades de los
monedores y mayoralas no se encuentren reguladas se recomienda
trabajar en la elaboración de normas que determinen en detalle las
197
actividades, funciones, obligaciones y responsabilidades de los
portadores directos de la cultura.

4) Teniendo en cuenta que el antiguo pueblo de Patamarca fue declarado


como Monumento prehistórico pre inca, se recomienda a las autoridades
municipales del distrito de San Pedro de Cajas, inicie las gestiones con
el objeto de permitir el libre acceso de visitantes y turistas a al
monumento así mismo; regularizar la situación legal de los terrenos del
antiguo pueblo que permita en lo más próximo su incorporación como un
circuito turístico que en rigor constituye un mirador natural, y así lograr su
difusión como tal a nivel regional y nacional.

198
GLOSARIOS DE TÉRMINOS

1. ANTAGASHA. - Palabra compuesta de anta s. metal en (general), cobre en


particular, de color rojizo. Gasha. S. abra entre dos cerros. Luego Antagasha:
Abra de color cobrizo o rojizo.

2. AÑEJO. - Adj. Dicho de producto especial de licor, vino guardado por más de
un año, en las tradiciones sampedranas, se guarda aguardiente de Vichaycoto
o de Chanchamayo en las colinas del Santuario de Patamarca.

3. ARMACHICUY. - Palabra castellano y quechua del v. armar. Es el proceso


de armar masetas de flores incrustados en un armazón para decorar el anda de
los Santos patronos. Están hechos para la misa y procesión.

4. AUQUIN. - S.m. (Auquish), s. Príncipe, noble señor, Auquillay.

5. AYNI. - S. Retorno, recompensa, préstamo, mutualidad, correspondencia,


retribución, intercambio de acciones y actividades.

Antropologías. - Formas de reciprocidad, económica, cultural, moral que


funciona que funcionan con mecanismo jurídico propio o núcleo de personas y
familias, dentro del contexto de AYLLU, o en las comunidades campesinas.

6. BAYETA. - S.f. tela de lana floja, hilado y tejido en los andes peruanos, del
cual confeccionan sus vestidos interiores, como los llaman ruripa, calzoncillo.
Para las damas teñidas en colores vivos, y para el varón en tela blanco.

7. AUQUISH. - s. dialecto de San Pedro de Cajas, plural de auquin.

8. KACHI. - s. sal para las comidas.

9. KALICHI. - s. dialecto adoptado en San Pedro de Cajas, bebida preparado


con yerbas aromáticas en agua hervida, como escorzonera, huamanripa, muña,
que van adherida el aguardiente, se toma para alivias el frio por el clima frío.

10. KANKA. - s. adj. Asado de carne seco llamado charqui, fiambre del arriero
caminante.

11. CHACHA. - adj. Se denomina a la persona mayor por su edad, como al


varón y a la mujer.
199
12. CHARQUI. - s. carne deshidratada o seco, para preparar la kanka.

13. CHUTO.-s.adj. (chutu), hombre de la puna o sierra andina; término


peyorativo de insulto representa a la gente del pueblo. Ejemplo en la danza de
la tunantada el chutu decente representa al jaujino, los chapetones al español.

14. CHUYAK. - v. acción de destilar el agua de poza en poza., hoy considerado


con este nombre las ruinas de QAQASHMARCA, antecede a PATAMARCA.
Por el periodo pre inca civilizado por la cultura Huari de Ayacucho, influye la
cultura CHANKA Y TIAHUANAKU. Tercera generación del PURUN RUNA Y
Huari RUNA, siglos VII a XII, después de Telarmachay.

15. GARAPACUY. - Del verbo servir, ofrecer alimentos a las personas, proceso
de servir comida a los asistentes de las fiestas, como también está considerado
cuando se sirve la coca y dárselos en las manos quienes, al momento de iniciar
a Chacchar, o masticarlas hojas de la coca por sus deidades rituales
desmenuzando las hojas de la coca sirven al su dios tutelas.

16. QORPAWASI. - Casa donde se le hospeda a los votantes. Tradición que se


practica en San Pedro de Cajas desde tiempos inmemoriales.

17. WALLQUI. - s. recipiente del pellejo de la llama. Curtido para contener las
hojas de la coca, bolsa utilizado por el arriero, chacarero, obrero, tejedor y de
otros que dieron uso adecuado. Otros lo llaman WALQE.

18. HUAP, HUAP, HUAP, HUAP PUEE. - Vociferación del guapeo, dándole el
uso el arriero para conducir buena cantidad de acémilas generalmente mulos
que trasportaban minerales, y otros productos. El sampedrano es eminente
arriero y en las fiestas tradicionales patronales actúan coreando del guapeo.

19. JAMACHICUY. - s. proceso de descanso, en grupos de trabajadores, como


chacareros, tejedores, y en las fiestas tradicionales de San Pedro de Cajas.

20. JIPASH. - s.f. mujer joven o adolescente.

21. KAIPYNCRUZ. - adv. Con préstamo del castellano cruz. Aquí es el


descanso placentero.

22. LLANQUI. - s. Ojota o sandalia de cuero.


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23. LLAPICHUCU. - s. sombrero de lana con las alas caídas a los lados.

24. MARCA. - s. Pueblo, comunidad o región.

25.MAYORALA. - S. de (mayoral), personaje principal, conductora del


desarrollo de las fiestas, damas que conducen ordenadamente todos los
quehaceres del mayordomo.

26. MINKA. - s. persona que colabora en su mayoría en trabajos forzados como


en la chacra, y otros por costumbre en las fiestas patronales. Forma básica en
la que se efectuaba la labor del trabajo al interior de las comunidades o ayllus.

27. MIRKAPA. - s. fiambre del chacarero, arriero. Generalmente trabajo de


campo.

28. MISQUIPADA. - v. endulzar al masticar la coca con la cal o la llipta. Este


hecho en grupo se denomina “Mishkipada”.

29. MITU MANKA. - palabra compuesta: MITU. - S. arcilla, para cerámicas,


MANKA. - olla de barro cocida, luego MITUMANKA. - s. Olla de barro.

30. MONEDOR. - Personaje de hechos paralelo a la mayorala. El encargado


de cuidar, preservar los enceres de las imágenes. Guiador de los mayordomos
en el desarrollo de las fiestas.

31. MULA CHAVELA. - s. mula preferida por el arriero, muchas veces es de


cabalgar.

32. MULA GOCHPAY. - s. mula cuadrúpedo resultado del engendro yegua y


asno, y GUCHPAY. - s. del v. revolcar. Luego ortiga llamado así y es peligroso
porque revolcando sobre esta ortiga puede causarle muerte a la mula, además
esta ortiga sirve para mezclar y preparar el Kalichi.

33. MULLUPONCHO. - Palabra compuesta. S. Muru, s. de varios colores.


Poncho de uncu poncho de la cultura Nazca, manto con la abertura en el centro
y se da uso en San Pedro de Cajas como una prenda de cubertura para el frio.
Prenda de un color especial que los sampedranos adoptaron como suyo.

201
34. USQU. -s. Puma o león andino juntos con el pronombre YO, que significa
nuqa. Los dos juntas USQUNUQA. - YO SOY el puma. Apellido de los
OSCANOA.

35. PAGAPU. - del v. pagar, o como puede utilizar como una paga.

36. PATA. - s. arriba, eminencia de un cerro en andenes, para guardar granos.

37. PATAMARCA. - palabra compuesta, Pata. s. arriba. Marca.s. pueblo,


comarca. En suma, pueblo de arriba.

38. PEREGRINAJE. - Interj. Romería a un santuario por devoción o por voto.


Costumbre tradicional del pueblo de San Pedro de Cajas que optan en
ascender al Cerro de Patamarca entre los días 28 y 30 de junio.

39. PUCHKA. - s. palo de unos 40 cm. Sirve para torcer la lana de oveja o de
llama, sacando un hilo, precisando el espesor de lo que se va tejer.

40. PUQUIO. - s. manantial generalmente de agua dulce.

41. QAQASH. - s. Peñón, peñasco, roquería. Plural de QAQA. -s. Rocas


grandes. Villorio que antecede a PATAMARCA, periodo pre inca, relativo a la
cultura Huari de Ayacucho, que señoreó desde el Siglo VII a XII. Con mucha
certeza de haber llegado los USQUS, PROCEDENTES de la cultura CHANCA
de Andahuaylas quienes eran asociados al Huari, y a los POCRAS.

42. QARIPA KACHIN. -Palabra compuesta: Qaripa.s. del varón. KACHIN. S. su


sal. Luego QARIPAKACHIN. - s. sal del varón, manantial salitrosa en
Cachipuquio, la primera poza pertenece al varón y la segunda a la dama
llamado WARMIPA KACHIN.

43. RURIPA. - s. polleras interiores usadas por las damas sampedranas teñidas
con colores vistosas, inicialmente cuando se practicó la Bajada de Patamarca
se dieron el uso de las ruripas.

44. SHAJTA. - s. carne sancochada y debidamente sazonada con ají amarilla,


fiambre del arriero, chacarero etc.

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45. SHIHUAIRU. -S. harina resultado de la camcha tostada y molida con yerbas
aromáticos como son: chinchi, huacatay y la sal. Fiambre del arriero caminante.

46. SHUCUPIADA. - Del v. masticar, chacchar la coca, adherida la cal o la


llipta. Esta SHUCUPIADA, es tradicional en todo acto social, fiestas y entierros,
safacasas, o trabajo colectivo en los campos, y el buen tejedor no le falta en su
huallqui.

47. SHULAY. adj. gotas de rocío en las hojas de plantas y yerbas.

48. TIKAKACHI. - S. palabra compuesta. TIKA. -s. nata, flor, pastel y adobe.
CACHI. s. sal, luego TIKAKACHI. S. nata, pastel de la sal sólida adquirido
eliminando el líquido en cocción y fuego.

49. USHNU. - s. Templo ceremonial de las cultural Huari, Inka, por sus
deidades y culto al sol y la mamapacha.

50. USHNUPUNTA. - s. palabra compuesta, quechua y castellano USHNU s.


templo ceremonial, PUNTA, zona alta o elevado, luego. USHNUPUNTA. -
templo ceremonial en la zona alta. (Tantanqaqa).

51. VARAYOK. S. personaje elegido para cumplir obligaciones de sus


autoridades comunales.

52. YARUWILLKAS, S. palabra compuesta por: YARU.s. tribu de los Jarak,


Huánuco, Cerro de Pasco, y Chinchaicocha, WILLKAS.s. nietos. Sinónimo de
lugares sagrados (Huaruchirí). Luego YARUWILLKAS. S. Nietos de los
Yaruwillkas. Guaman Poma de Ayala. - y el profesor catedrático de la UNDAC.
Julio Salazar Campos dice: históricamente corroborada por la conquista de los
YARUS poderosos tribus, que no se dejó conquistar fácilmente por los Inkas,
por lo que construyeron una fortaleza en HUANUCOPAMPA, perteneciente a la
provincia de DOS DE MAYO. GUAMAN POMA DE AYALA, en su Crónica y
buen gobierno dice: tengo el orgullo de llevar en mis venas la sangre de los
Yaruwillkas, señor de los señores. Llegan a Patamarca como Mitmas Salineros
en el periodo del Inka Túpac Yupanqui, abuelo materno de Guaman Poma de
Ayala.53. YAYA APU. - palabra compuesta. YAYA. S. Dios Todopoderoso,
APU.s. Soberano, luego; YAYA APU, soberano dios todopoderoso.

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54. YLLA. - s. Objeto de adoración como las huacas, siendo utilizadas en los
ritos íntimos de cada familia o grupo. Se dice al rayo o al trueno del relámpago.

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En mayo 2007 se presentó en la Sala de Arte de Petroperú la muestra Kaypincruz,
organizada por el instituto Nacional de Cultura. Lima – Perú. En dicha exposición se
cita a Víctor Hugo Velásquez Cabrera, quién se refiere sobre la etimología de
Kaypincruz. Disponible: spaciomuseal.blogspot.com 2008/05/galera-virtual.html.

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