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El poema describe el éxtasis del hablante después de comulgar, donde todo en él se unió de formas nuevas y antiguas. Luego, después de dejar de comulgar, todo en él se separó de maneras instantáneas y eternas, dejándolo en un estado de éxtasis continuo.
El poema describe el éxtasis del hablante después de comulgar, donde todo en él se unió de formas nuevas y antiguas. Luego, después de dejar de comulgar, todo en él se separó de maneras instantáneas y eternas, dejándolo en un estado de éxtasis continuo.
El poema describe el éxtasis del hablante después de comulgar, donde todo en él se unió de formas nuevas y antiguas. Luego, después de dejar de comulgar, todo en él se separó de maneras instantáneas y eternas, dejándolo en un estado de éxtasis continuo.
como siempre y como nunca se ha unido: mis manos centradas en mi pecho sí rezan mis párpados caídos en mi memoria sí recuerdan mis labios sellados en mi espera sí dicen mis piernas aprisionadas en ortopedias sí andan y mi voz hechizada en burlas sí lee.
Vengo de comulgar y estoy en éxtasis
nada en mí y casi nada como instante y como eternidad se ha separado: unas manos se extienden y abrazan no acarician unos párpados se elevan y devienen no sueñan unos labios se despliegan y dicen no pueden unas piernas se liberan y andan no sanan y una voz se deshechiza y vive no grita Ya no comulgo y (sí) estoy en éxtasis.