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Serie del

L
Seminario
Bíblico

a eterna
redención
El amor constante de Dios
El amor constante de Dios

La eterna redención
Contenido

Capítulo | 1 Por la fe vivirá


POR LA FE VIVIRÁ _ 11
LA SALVACIÓN PARA PERDÓN DEL PECADO _ 12
LA LEY PERMITE QUE OTRO MUERA EN MI REEMPLAZO _ 15

Capítulo | 2 El cordero de Dios


LA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN HIJO_ 22
ÉL VINO A ESTE MUNDO PARA SALVAR AL PECADOR _ 24
EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO _ 26
CONSUMADO ES _ 31
EL CUMPLIMIENTO DEL AMOR Y LA JUSTICIA _ 36
UNO MURIÓ POR TODOS _ 40
LA ETERNA REDENCIÓN _ 43
NUNCA MÁS ME ACORDARÉ _ 52
Prólogo

En vista de que el ministerio de la evangelización

mundial tomaba un carácter activo, desde hace un tiempo

venía sintiendo el fuerte compromiso de hacer algo para

divulgar este evangelio más ampliamente, y así crear la

oportunidad de que aún más personas se encuentren con

este mensaje.

He considerado varias veces si yo debía salir al

extranjero como misionero para evangelizar, y por este

sentimiento de responsabilidad llegué a escribir este libro.

El ministerio en el exterior es tan importante como

el nacional, y dado a las diferentes circunstancias que

impiden mi salida, llegué a pensar que debía apoyar la

evangelización, aunque sea por texto.

Esto me ha llevado a escribir una serie de libros con

el objetivo de que cualquier persona pueda fácilmente

conocer a Dios y su gratuita gracia, la cual viene mediante


Jesucristo, y luego, ayudarle a vivir una vida de fe.

Quiero dar ánimo y agradecer al hermano Hyunsik Shin,

al diácono Geunsoo Lee y a los hermanos y hermanas de la

Misión de Documentos, que prudentemente han aportado

un gran esfuerzo en este proyecto.

Aunque este es nada más que un pequeño material,

espero que la gracia y el amor de Dios acompañen a todos

los que se topen con este libro; y que por este medio el

espíritu de cada uno reciba la salvación y la ayuda para

vivir una recta vida de fe.

Le pido a Dios para que este material sea utilizado

valiosamente para testificar el Evangelio del Señor

Jesucristo.

Julio de 2013

Jeong Hyun Hong


01
Capítulo

Por la fe vivirá
Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente,
porque; El justo por la fe vivirá. Gálatas 3:11

En el apartado anterior, hemos estudiado a cerca del

destino de un pecador. El escritor de salmos dijo que el ser

humano es “concebido en pecado” desde el vientre de la

madre (Salmos 51:5) y que delante de Dios “no se justificará

ningún ser humano” (Salmos 143:2). Luego, Salomón testificó

diciendo: “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra,

que haga el bien y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20) E Isaías

asegura que “todos nosotros nos descarriamos como

8 La eterna redención
ovejas, cada cual se apartó por su camino” (Isaías 53:6). El

apóstol Pablo declaró en romanos que “no hay justo, ni

aun uno” (Romanos 3:10).

Nosotros somos pecadores que estamos apartados de

Dios desde la matriz (Salmos 58:3). Nosotros somos “hijos de

desobediencia” (Efesios 2:2), “estamos muertos en nuestros

delitos y pecados” (Efesios 2:1) y “somos por naturaleza hijos

de ira” (Efesios 2:3). Todo ser humano nace pecador, y durante

la vida comete todo tipo de pecado con su corazón, mente,

palabras y acciones; y finalmente, se encuentra con la

muerte.

Después de la muerte, le espera el juicio (Hebreos 9:27).

Cuando la persona se presente ante el juicio final,

todos sus pecados durante la vida serán revelados, sin

excepción alguna; y conforme a sus obras será juzgado y

recompensado con el fuego del infierno. Este es el destino

de un pecador como yo.

Así como, hemos aprendido previamente, nadie puede

entrar al reino de los cielos haciendo buenas obras o

guardando la ley. ¡Cómo un pecador de nacimiento podrá

cumplir toda la santa ley! No existe ser humano que pueda

01 Por la fe vivirá 9
guardar perfectamente todo lo escrito en el libro de la ley

(Gálatas 3:10). Por eso, tratar de ir al cielo siguiendo la ley es la

estupidez más grande.

Por más que uno confiese sus pecados, uno a uno,

delante de Dios; sus pecados siguen allí. Por más que un

culpable en la prisión confiese su pecado y lo lamente,

no cambia el hecho de ser un transgresor. Puede ser que

el juez le tenga lástima, pero él no puede evitar su deber

de juzgarlo legalmente. Dios es el juez y cada uno de

nosotros un transgresor, por lo cual, aunque se suponga

que hayamos confesado todos los pecados y hayamos sido

fieles congregantes de una iglesia, el pecado sigue estático

con nosotros.

De esta manera, se concluye que en el hombre no existe

ninguna capacidad para anular el pecado. Entonces, ¿cómo

un pecador puede entrar al reino de los cielos?

10 La eterna redención
POR LA FE VIVIRÁ

§ Gálatas 3:11

Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es

evidente, porque: El justo por la fe vivirá.

Está manifiesto que, delante de Dios, nadie puede

entrar al cielo. Como es imposible por las obras, Dios dice:

“El justo por la fe vivirá.” Dios determinó que la fe es el

camino al cielo.

Las obras y la fe son completamente opuestas entre

sí. Las obras dependen de mi esfuerzo y dedicación,

mientras que la fe no. La fe canaliza su confianza en

algún otro sujeto porque sabe que en su persona no hay

ningún remedio. La fe es creer y aceptar lo completado

perfectamente por Dios porque en mí no hay esperanza

alguna. Esto no es difícil.

Supongamos que yo tengo una deuda de 5 millones

de dólares, pero no tengo la capacidad para pagarla.

Y dado a que no pagué la deuda me metieron a la

cárcel, sin embargo, más tarde vino mi padre y canceló

01 Por la fe vivirá 11
completamente los 5 millones de dólares. Entonces, ¿tengo

necesidad de seguir preocupándome por los 5 millones?

Como Dios sabe que en mis obras no hay esperanzas

del todo; definió “la fe” como el camino al cielo para la

humanidad. Por consiguiente, la persona que nunca haya

ido a una iglesia también tiene la posibilidad de ir al

cielo, al igual que una persona que está acostado enfermo

sobre una cama. Si nuestra salvación dependiera de la

inteligencia y el conocimiento, entonces, ¿qué esperanza

tienen aquellos que nacen con una capacidad intelectual

mucho menor que el promedio? Dios no desea la perdición

de ninguno, por eso hizo que las personas puedan entrar a

Su reino por medio de la fe. Él ayuda a cualquiera que abra

su corazón para que lo puedan recibir.

LA SALVACIÓN PARA PERDÓN DEL PECADO

El problema fundamental del hombre delante de Dios es

el pecado. El hombre nació pecador, cometió incontables

pecados hasta el presente y en el futuro seguirá pecando

12 La eterna redención
infinitamente hasta morir. Y este pecado es el motivo por

la que uno está destinado a ir al infierno.

Si el pecado es el problema, entonces al desaparecer el

pecado sí podemos ir al cielo. Si recibimos el perdón del

pecado sí podemos ir al cielo. “Recibir la salvación”, “nacer

de nuevo” y “recibir el perdón del pecado”, todos significan

lo mismo. Si yo pudiera borrar mi pecado, entonces, podría

entrar al cielo.

Pero el problema es que no hay nada que yo pueda hacer

para quitarme el pecado. Aunque yo congregue a la iglesia

todos los domingos, mis pecados no desaparecen. Aunque

me muera viejo dentro de la iglesia, ni una pizca de mi

pecado se borra. Aunque realice muchas ofrendas y haya

recibido el bautismo, mis pecados yacen igual. Por más que

uno aplique una disciplina difícil de soportar físicamente

y viva experiencias sobrenaturales, los pecados no son

redimidos. A pesar de las buenas obras realizadas con

lágrimas, ni un pecado se elimina, todo el pecado sigue

entero. Es imposible para mí acabar con el pecado.

Sólo queda una única solución. Nuestra mirada

debe dirigirse naturalmente hacia Dios. Si Dios tiene

01 Por la fe vivirá 13
misericordia de uno y nos libra del pecado, podremos ir al

cielo; si, al contrario, Dios no nos extiende su mano, iremos

al infierno. El destino eterno de cada uno de nosotros está

solamente en las manos de Dios.

§ San Lucas 1:77

Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para

perdón de sus pecados.

La Biblia dice que el conocimiento de salvación es para

perdón de los pecados. Por lo que “recibir el perdón de

los pecados” es lo mismo que “recibir la salvación”. Si

una persona que nunca ha recibido el perdón de los

pecados dice que ha recibido la salvación, debe estar

malentendiendo gravemente el concepto de la salvación.

Por más milagros que haya experimentado, si no ha

recibido el perdón de los pecados, esa persona no puede

entrar al cielo.

Si ha recibido el perdón de los pecados, pero sólo una

parte, entonces, tampoco es apto para entrar al cielo. Dios

es un ser que no tienen ni un poquito de pecado, por lo

14 La eterna redención
tanto, nosotros debemos recibir el perdón de todos los

pecados para podernos presentarnos legítimamente ante

Su presencia.

En el cielo no es admitido ni una partícula de pecado.

La única condición para poder entrar al cielo es ser

“perdonado absolutamente de todos los pecados”.

LA LEY PERMITE QUE OTRO MUERA EN MI

REEMPLAZO

Dios quiere que nosotros entremos a su reino, entonces

sería más sencillo si Él desapareciera nuestro pecado ¿no

es así? Pero Dios tampoco puede borrar nuestros pecados

fácilmente porque Él mismo es el que estableció la ley. Dios

es el que nos dio la ley, pero también es un juez legítimo

(Santiago 4:12). Dios ejecuta la justicia y castiga el pecado por

el deber y la responsabilidad de su rol.

Tal como un juez en un tribunal no puede perdonar al

azar a un delincuente, Dios tampoco puede perdonar al

hombre pecador de la nada porque si no Él también sería

01 Por la fe vivirá 15
un transgresor de la ley. Por esto, si Él quiere salvar al ser

humano, deberá hacerlo respetando la ley. Dios no puede

perdonar a un violador de la ley sin seguir un orden, Él

también debe acatarse a la ley para perdonar.

Por consiguiente, Dios estableció una nueva ley, la “ley

de la redención ”. El pecador definitivamente tiene que

recibir el castigo, sin embargo, Dios estableció una ley que

permite que algún otro muera en reemplazo del pecador.

§ Levítico 17:11

Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la

he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras

almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.

“Expiar” quiere decir “borrar” o “desaparecer” el pecado.

Así como dice la palabra: “La misma sangre hará expiación

de la persona”, la sangre es lo único que puede borrar el

pecado. Para que una persona pueda vivir con sus pecados

perdonados, alguien debe morir en su lugar derramando

la sangre. En la Biblia está escrito “sin derramamiento

de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22). Si no hay

16 La eterna redención
derramamiento de sangre no hay perdón de los pecados.

Así como el dinero endeudado se paga con dinero, Dios

estableció que el pecado se puede pagar solamente con la

sangre.

La única forma para que un hombre destinado a ir

al infierno vaya al cielo, es la ley de la redención. En el

antiguo testamento, Dios permitió que alguna oveja, cabra

o vaca muera en lugar de los israelitas por sus pecados.

Este sacrificio está ilustrado detalladamente en Levítico:

01 Por la fe vivirá 17
§ Levítico 4:13-15

Si toda la congregación de Israel hubiere errado, y el yerro

estuviere oculto a los ojos del pueblo, y hubieren hecho

algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en

cosas que no se han de hacer, y fueren culpables; luego

que llegue a ser conocido el pecado que cometiere, la

congregación ofrecerá un becerro por expiación y lo

traerán delante del tabernáculo de reunión. Y los ancianos

de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza

del becerro delante de Jehová, y en presencia de Jehová

degollarán aquel becerro.

El pueblo de Israel traía un becerro delante de los

ancianos para ser limpiado de los pecados. Entonces, los

ancianos ponían sus manos sobre la cabeza del becerro,

con este acto se desplazaba el pecado de la gente al animal,

y este último, debía morir. Si el animal era ejecutado

en reemplazo de Israel, el pecado de este pueblo era

perdonado. Esto es la ley de la redención.

18 La eterna redención
§ Levítico 4:20

Y hará de aquel becerro como hizo con el becerro de

la expiación; lo mismo hará de él; así hará el sacerdote

expiación por ellos, y obtendrán perdón .

En el antiguo testamento, los israelitas recibían el perdón

del pecado de esta manera. Traían un animal sin pecado y

ponían sus manos sobre su cabeza, luego, el animal moría

en lugar del pueblo y ellos recibían el perdón. Este ritual se

llevaba a cabo todos los años.

01 Por la fe vivirá 19
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él,
y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo.

― San Juan 1:29 ―


02
Capítulo

El cordero de Dios
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. San Juan 1:29

Pero ¿cómo la sangre de un animal podría limpiar el

pecado de una persona? La sangre del animal no puede

limpiar el pecado de la humanidad. La Biblia dice: “porque

la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede

quitar los pecados” (Hebreos 10:4). El sacrificio del Antiguo

Testamento que consistía en matar a un animal para

la expiación no era un sacrificio efectivo; porque si un

hombre peca, lo justo sería pagar el pecado con la muerte

02 El cordero de Dios 21
de un hombre.

En este momento, cada uno debe buscar a alguien que

se ofrezca morir en lugar de su persona. Y esta persona

debe ser libre de pecado porque no sería válido que

un prisionero sentenciado a pena de muerte muera en

reemplazo de otro prisionero con la misma sentencia.

Desde Adán hasta ahora, muchísimas personas nacieron y

murieron, pero ninguno era calificado para morir por un

pecador, porque absolutamente todos fueron pecadores

inmundos.

LA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN HIJO

Ahora, solamente hay una solución: que el único sin

pecado, Dios, se convierta en hombre. Dios quiso venir al

mundo como hombre para salvar a la humanidad, y esta

realidad está escrito en la Biblia. El antiguo testamente

se trata de la promesa que dice que Dios mismo nacerá

en el mundo como hombre con el propósito de salvar

a la humanidad, y el nuevo testamento testifica el

22 La eterna redención
cumplimiento de esa promesa. Al final, toda la Biblia, tanto

el antiguo como el nuevo testamento tiene como objetivo

testificar a cerca de Jesús quien siendo Dios fue hecho un

hombre (San Juan 5:39).

Como nosotros somos de sangre y carne, Jesucristo

también tuvo que venir igual que nosotros porque esta era

la única manera para salvarnos.

Jesús es el Dios Trino. Jesús tomó prestado por un

momento la matriz de la virgen María para nacer como

un ser humano. En el antiguo testamento se profetiza:

“He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y

llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7:14) “Emanuel” quiere

decir “Dios con nosotros”.

Todos nosotros somos descendientes del hombre Adán.

Y todos los que descienden de Adán son pecadores, por

lo que Jesús tuvo que ser concebido por el Espíritu Santo

tomando prestado la matriz de una virgen. La sangre

de María también es sangre que proviene de Adán, sin

embargo, la ciencia actual demuestra que la sangre de la

madre y del feto corren por aparte.

En la concepción de Jesús no estuvo involucrado ningún

02 El cordero de Dios 23
hombre. Esto quiere decir que en Jesús corría la sangre

de Dios (Hechos 20:28), pues, Él fue concebido por el Espíritu

Santo. Por eso, decimos que la sangre de Jesús es preciosa,

y por medio de Él se cumple la palabra escrita en Génesis:

“la simiente suya (el de la mujer); ésta te herirá en la

cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15)

ÉL VINO A ESTE MUNDO PARA SALVAR AL PECADOR

§ Isaías 9:6

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el

principado sobre su hombro; y se llamará su nombre

Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe

de Paz.

Un niño fue nacido. Al Dios hecho carne, nosotros lo

llamamos Jesús. Pero ¿para qué vino Jesús? El apóstol

Pablo lo explica claramente:

24 La eterna redención
§ 1 Timoteo 1:15

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo

Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.

Cristo “apareció para quitar nuestros pecados, y no hay

pecado en él” (1 Juan 3:5) aunque su cuerpo era humano. Él

vino para desaparecer mi pecado.

§ 1 Juan 2:2

Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no

solamente por los nuestros, sino también por los de todo el

mundo.

Jesús vino por todo el pecado del mundo. Ahora todo

nuestro enfoque debe estar dirigido hacia Jesús. Si Él vino

a este mundo para desaparecer el pecado y si él tuvo éxito

en desaparecer mi pecado, entonces, yo puedo entrar al

cielo. Pero si Él fracasó su misión, no tengo otra que ir

al infierno. En otras palabras, mi destino, el infierno o el

cielo, depende puramente de la obra de Cristo.

Lo único, que me queda a mí es verificar si Jesús triunfó

02 El cordero de Dios 25
o fracasó en deshacer todos mis pecados. Por supuesto

que esta comprobación se realiza por medio de la Biblia.

Si llegamos a confirmar que, efectivamente, Jesús logró

borrar nuestros pecados; entonces, por fin, podremos

descansar. Lo más importante de la fe es ver y comprobar

la obra del Señor. Ahora, nuestra mirada debe estar

enfocado únicamente en Jesucristo.

EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL

MUNDO

§ San Juan 1:29

El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: he

aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Cuando Juan el Bautista refiriéndose a Jesús dijo: “¡He

aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”

Juan el Bautista lo llama “Cordero de Dios” asociando a

Jesús con el cordero sacrificado en el antiguo testamento.

Así como en el pasado el animal era el que cargaba el

26 La eterna redención
02 El cordero de Dios 27
pecado, en vez de las personas, ahora Juan quiere decir

que Jesús es un cordero que quita el pecado del mundo.

El “pecado del mundo” es lo mismo que el “pecado

de las personas en el mundo”, se refiere al pecado de

absolutamente todas las personas que nacen y muren,

desde Adán hasta la última persona que llegue a nacer en

este mundo.

Ahora, ¿estarán los pecados de cada uno de nosotros

incluidos en el “pecado del mundo”? Por supuesto que sí.

Todos los pecados del pasado que hemos cometido hasta

el día de hoy, y todos los pecados que cometeremos en

el futuro hasta el día de nuestra muerte, completamente

todos ellos están contenidos en el “pecado del mundo”.

Dios, sin dejarle ni un punto de pecado a cada uno de

nosotros, reunió absolutamente todos los pecados, míos y

las del lector, junto con el del mundo y se los llevó. Jesús

no dejó perdido ni un punto de pecado, sino que cargó

absolutamente todo el pecado del mundo. ¿Acaso Él lo

consultó con uno previo a realizar todo esto? No. Dios,

incondicionalmente, trasladó en Jesús todos los pecados.

Entonces, toda nuestra culpa está sobre Jesús.

28 La eterna redención
Si es así, ¿quién debe recibir el castigo ahora? Dios

reclama la responsabilidad de nuestros pecados a Jesús, y

por eso, todo el castigo que nosotros debíamos recibir, lo

recibió Jesucristo. Dios escogió la cruz como el instrumento

para salvarnos, una muerte espantosa, la sentencia de la

cruz.

El sentenciado a la cruz, antes de ser colgado en el

madero, recibe una terrible zurra de azotes. El condenado

a muerte era desnudado y amarrado en una columna,

luego, dos soldados romanos se turnaban para darle

latigazos. Los látigos eran tiras de cuero que en sus

extremos tenían pedazos filosos de hierro y huesos de

animales, los cuales en cada flagelo le arrancaba trozos

de la carne del cuerpo de la persona. La azotaina es tan

dolorosa que algunos reos morían mientras eran azotados.

El día posterior de los azotes, el sentenciado debe

caminar cargando su cruz hasta el lugar de su muerte.

Es clavado en la cruz, un momento en el que comienza el

dolor que no tiene palabras y una sufrida muerte lenta.

Un día antes de la ejecución de su muerte, Jesús vivió

todo tipo de dolor y ofensa; y el día siguiente en la mañana,

02 El cordero de Dios 29
Él mismo cargó su cruz y fue arrastrado hasta el lugar de

su crucifixión. La cabeza de Jesús fue coronada con una

trenza de espinas filosas y escalofriantes, y esta corona

de espinas quedó profundamente incrustada en la frente

de Jesús. Con su cuerpo lastimado por los azotes del día

anterior, cargó la pesada cruz mientras era golpeado por

los soldados; y así subió hasta el Monte Gólgota, cayéndose

al suelo una y otra vez.

En el Gólgota, las manos y los pies de Jesús fueron

perforados con gruesos clavos, y en la misma cruz que

Él cargó, fue crucificado. Esta cruz fue levantada bien

alto, entre el cielo y la tierra, entre Dios y el hombre; y

Jesús derramó hasta la última gota de su sangre. Cristo

fue desechado por Dios para salvarnos a nosotros. Jesús

murió cruelmente para darnos la salvación. Él cargó todos

nuestros pecados en la cruz y sufrió completamente toda

la ira de Dios contra el pecado.

Cristo fue crucificado a las 9 de la mañana y murió a

las 3 de la tarde. Y antes de morir, lo último que dijo fue:

“Consumado es.”

30 La eterna redención
CONSUMADO ES

§ San Juan 19:30

Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es.

Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

“Consumado es (tetelestai, en griego)” es la proclamación

del éxito en la desaparición de todos mis pecados.

Esto quiere decir que es “completado”, “cumplido” y

“cancelado”.

Fue completada la misión por la que Jesús vino a este

mundo. Fue cumplida la salvación que tenía planeada.

Todo el pecado del mundo fue cargado. Jesús derramó Su

sangre y murió para redimirnos del pecado. Resucitó y

ascendió al cielo. Como prueba de que nuestros pecados

fueron perdonados y para hacernos creer en la verdad de

que Él culminó con todos nuestros pecados, Jesús estuvo

en la tumba por tres días y resucitó.

Supongamos que yo tengo una deuda de 200.000 dólares,

y estoy preocupado porque si no lo pago seré encarcelado.

Sin embargo, un rico desea pagar mi deuda. Si él cancela

02 El cordero de Dios 31
sólo 100.000 dólares, claro que estaré agradecido, pero

igual sigo con una deuda de 100.000 dólares. Si él pagara

180.000 dólares, a mí aún me queda 20.000 dólares por

pagar. Mas, digamos que el rico pagó mi deuda por

completo los 200.000 dólares, y tengo el comprobante, ¿qué

debo hacer yo? ¿debo seguir preocupado por la deuda? El

recibo es la prueba de que toda mi deuda fue cancelada,

por lo que yo ya no debo preocuparme al respecto. Lo

único que debo hacer es agradecerle a la persona que me

lo pagó.

Algunas personas enseñan que la sangre de Cristo sólo

cumple una parte de nuestra salvación. La explicación de

los que sostienen este pensamiento es anti-bíblica. Jesús no

dijo en la cruz: “es consumado la mitad” ni “es consumado

casi todo”. Él dijo “consumado es”. Todo mi pecado es

consumado y acabado completamente.

§ Isaías 53:5-6

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por

nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él,

y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros

32 La eterna redención
nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por

su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos

nosotros.

Por los pecados que yo he cometido con mi cabeza, los

espinos clavaron la cabeza de Jesús. Por los pecados que

yo he cometido con mis manos, las manos santas de Jesús

fueron clavadas con grandes clavos. Por los pecados que

he cometido con mis pies, fueron clavados los pies de

Jesús. Por los pecados que he cometido con mi abominable

corazón, la lanza traspasó el corazón de Jesús. Y por los

pecados que he cometido con mi cuerpo, el cuerpo de Jesús

fue azotado, lastimado y colgado en la cruz. Mis pecados

mataron a Jesús.

“Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”, esta

palabra nos enseña que Dios mismo es el que cargó mi

pecado en Jesús. El Dios todopoderoso que nunca se

equivoca hizo tal cosa. Dios supo desde el principio que

yo nacería en este mundo y qué pecados cometería.

Pero también conocía que yo no podría hacer nada

para desaparecer mis pecados, por lo que Dios cargó

02 El cordero de Dios 33
34 La eterna redención
gratuitamente todos mis pecados sobre Jesús. Dios no

ha ido cargando gradualmente mis pecados sobre Jesús,

observando el estado de mi corazón. Dios no lo conversó

conmigo. Él no me pidió requisitos previos ni lo negoció

conmigo. Cuando yo no sabía nada sobre el asunto, Dios

echó todos mis pecados sobre Jesús y lo castigó porque

ahora él cargaba todos mis pecados.

Jesús fue castigado terriblemente por Dios, como si Él

hubiera cometido todos nuestros pecados. Dios azotó a

Jesús de la forma que nosotros, los pecadores, tuvimos

que haber padecido. Jesús sobrellevó todo tipo de dolor y

sufrimiento en la cruz, y derramando toda su sangre dijo

“consumado es”.

¿Por qué hizo esto? ¿por qué tuvo que llegar hasta tal

punto? Porque Él nos ama, me ama. No hay otra razón

fuera del amor. Si uno le preguntara: “Dios, ¿por qué

usted cargó todos mis pecados en Jesús?” Entonces Dios

responderá: “Porque yo te hice y te amo”.

02 El cordero de Dios 35
EL CUMPLIMIENTO DEL AMOR Y LA JUSTICIA

Dios tiene dos atributos. Dios es luz y en Él no hay

ninguna tiniebla (1 Juan 1:5). A la vez, Dios es amor (1 Juan

4:16). Los dos atributos de Dios son: la justicia y el amor;

y estos dos se cumplen en armonía. La justicia de Dios se

manifiesta por la ley y el amor de Dios se revela por la

gracia.

Si en Dios no hubiera amor y sólo tuviera justicia,

entonces, nadie podría recibir la salvación. Todos

deberíamos pagar terminantemente nuestros pecados

porque la justicia de Dios no pasa por alto ni un pequeño

punto de pecado. La justicia de Dios juzga a cada uno,

estrictamente, conforme a sus obras por lo que nadie

podría salvarse del castigo eterno.

Si todos los seres humanos que fueron creados según la

imagen de Dios, van al infierno por el pecado; la justicia

de Dios se vería cumplida pero el amor y el plan de la

creación serían un fracaso.

Por el otro lado, si Dios fuera sólo amor, Él podría

perdonar y pasar por alto todos los pecados. No obstante,

36 La eterna redención
en este caso, la justicia de Dios, es decir, la dignidad y la

santidad de Dios se verían difamadas en su totalidad.

La justicia y el amor de Dios son perfectos, y no se puede

subestimar ni desechar el uno por el otro. Esto es porque

la justicia y el amor de Dios están en perfecto equilibrio y

armonía; estos dos atributos se deben cumplir a la vez.

Esto es una historia real cuando el rey Zaleucus reinaba

en Grecia. El ambiente nacional de la antigua Grecia se

había degradado por los muchos años de vacas flacas,

y se presenciaba una extrema degeneración moral. La

cotidianidad de los funcionarios de alta posición era

exageradamente obscena. Entonces, el rey estableció una

nueva ley que dictaba la extirpación de los dos ojos de

cualquier persona que cometiera adulterio.

Después del anuncio de la ley, el primero en violar este

ordenamiento y ser atrapado fue el hijo de Zaleucus quien

fue arrastrado ante la presencia de su majestad. El rey

exclamó sin misericordia: “¡Sáquenle los ojos!” Entonces

los funcionarios del rey suplicaron: “Su alteza, el príncipe

es el único hijo que tiene para que herede su trono. Por

favor, desapruebe la extracción de los ojos del príncipe.”

02 El cordero de Dios 37
Sin embargo, el rey se mantuvo firme en su decisión

porque era obvio que, si el príncipe no era sancionado

conforme a la ley, la autoridad de la ley del país se caería

al suelo y la injusticia predominaría en toda la tierra. Y así,

acorde al mandato del rey, los servidores le arrancaron un

ojo al príncipe.

Cuando estaban a punto de quitarle el otro ojo, el rey

Zaleucus dijo: “¡Un momento! Déjenle un ojo al príncipe

y quítenme uno a mí.” Pero ¡cómo alguien se atrevería a

sacarle un ojo al rey! Entonces, él mismo se punzó un ojo

y se lo arrancó. El rey como padre se preocupaba por el

príncipe y lo amaba.

La extracción de los ojos es justicia y quitarse su propio

ojo por el hijo es amor. Esta historia se cuenta muy a

menudo como ejemplo para explicar la justicia y el amor

de Dios.

La paga del pecado es justicia (Romanos 6:23) y la muerte del

hijo unigénito de Dios por nosotros, los pecadores, es amor.

38 La eterna redención
02 El cordero de Dios 39
§ Romanos 4:25

En la cruz es donde se alcanzó perfectamente tanto la

santa justicia de Dios como Su amor sacrificatorio. En la

cruz se cumplió la justicia y el amor de Dios. “El cual fue

entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para

nuestra justificación.

UNO MURIÓ POR TODOS

§ 2 Corintios 5:14

Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto:

que si uno murió por todos, luego todos murieron.

Como Cristo murió en mi reemplazo, es como que yo

hubiera muerto. Pero puede ser que surjan preguntas

como: “¿cómo una persona, Jesús, puede morir para tantas

personas?” Existen varias razones.

Todos nosotros llegamos a ser pecadores por un solo

hombre, Adán. Por un hombre, Adán, entró el pecado en el

mundo (Romanos 5:12), y por él yo también fui hecho pecador.

40 La eterna redención
Adán es el representante de la humanidad.

Dios envió a otro representante en este mundo. En 1

Corintios capítulo 15 hace una representación: Adán

es el “primer Adán” y Jesús es el “segundo Adán”. Jesús

también vino a este mundo como el representante de la

humanidad. Adán cometió el pecado como representante y

Jesús pagó el pecado también como un representante. Así

es como se abre la oportunidad para que, por la muerte

de uno, Jesús, se pague el pecado de todos. Tal como, por

la desobediencia de un hombre, Adán, el pecado entró en

el mundo; por otro, que es Jesús, se soluciona el pecado

de todo el mundo. Al igual como tenemos un vínculo con

Adán, tenemos un vínculo con Jesús.

Si cada uno de nosotros hubiéramos sido pecadores sin

tener ninguna relación con Adán, entonces, Jesús habrá

tenido que venir a este mundo repetidas veces, las veces

que coincidan con el número de habitantes de este mundo

para morir y resucitar. Sin embargo, como Dios incluyó a

todo el mundo en Adán, y luego en Jesús, un hombre (Jesús)

pudo ser castigado por todos.

Aunque haya una montaña de piedritas, ellos no pueden

02 El cordero de Dios 41
reemplazar a un diamante; ni el montón de gusanos puede

reemplazar a un hombre. Jesús es Dios quien vino como

hombre, por lo que Él tiene toda la facultad para morir en

lugar de toda la humanidad. La vida de Cristo vale más

que todas las vidas humanas de este mundo juntas. Jesús

es el Creador y Señor de todo el universo, mientras que

uno es como una partícula de polvo que no es nada en este

universo.

De tal manera amó Dios al mundo, que vino a este

mundo y murió por uno. Por más que uno sea una persona

que vive en un rincón de este planeta con infinitos

pecados, la sangre de Jesús es más que suficiente para

limpiarnos eternamente de todos nuestros pecados.

¿Para quién murió Jesús? Si yo no hubiera tenido pecado,

entonces, Jesús no tuvo porqué morir. ¿Quién mató a

Jesús? Nuestros pecados lo mataron.

42 La eterna redención
LA ETERNA REDENCIÓN

§ Hebreos 1:2-3

En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien

constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo

el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la

imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las

cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la

purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo,

se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Jesús es un Dios trino y Él mismo creó todo el universo.

Dios es invisible ante los ojos humanos, pero Él vino

de una forma visible, vino como Jesús. Él vino a este

mundo para limpiar nuestros pecados. Después de lavar

completamente nuestros pecados, Él resucitó.

§ Hebreos 9:12

Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por

su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar

Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

02 El cordero de Dios 43
La historia de la humanidad es sólo un breve intervalo

entre la eternidad y la eternidad. El eterno Dios que vive

en la eternidad, llegó como Jesús a un mundo sujeto al

tiempo y cumplió la eterna redención. La redención quiere

decir “perdonar el pecado”, “pagar la paga del pecado”.

Jesús canceló eternamente toda nuestra deuda causada

por el pecado.

El pueblo de Israel de la época del antiguo testamento,

lavaban los pecados cometidos durante un año mediante

la sangre de un cabrito o cordero, esta práctica se debía

realizar cada año. Entonces todos los años debían matar a

un animal por los pecados humanos. El sacrificio se repetía

infinitas veces.

No obstante, Jesús murió una sola vez. Él acabó con

el pecado desde la eternidad hasta la eternidad, por eso

Jesús quitó el pecado de las personas que vivieron antes

y después de Su venida al mundo, hasta el pecado de la

última persona en el final de la historia de la humanidad.

No sólo eso, sino que la sangre de Jesús tiene efecto

para limpiar el pecado pasado, presente y futuro de cada

individuo.

44 La eterna redención
Desde ahora voy a tratar el tema en primera persona,

espero que el lector lo considere como su propio caso: Todo

el pecado que he cometido desde mi nacimiento hasta hoy

está incluido en la “eterna redención”; también los pecados

que cometeré de ahora en adelante hasta mi muerte están

comprendidos en la “eterna redención”. Jesús perdonó los

pecados del pasado, presente y futuro.

Algunas personas reconocen que Jesús se encargó de los

pecados del pasado, pero dicen que no comprenden cómo

Jesús limpió los pecados del futuro. Esta persona no está

pensando profundamente, pensemos porqué: El pecado

que yo he cometido desde mi nacimiento hasta ahora, para

mí son del pasado. Y los pecados que cometeré de ahora

en adelante, para mí, pertenecen al futuro. Sin embargo,

si lo analizamos desde la perspectiva de Jesús que vino

hace 2.000 años atrás, tanto los pecados que son del pasado

como los del futuro para mi punto de vista, para Jesús

todos son del futuro.

No sólo mis pecados son del futuro desde la perspectiva

de Jesús, sino que los pecados de todas las personas que

nacen después de Su crucifixión también son pecados del

02 El cordero de Dios 45
futuro. Si la sangre de Jesús limpió mis pecados del pasado,

entonces, los pecados del futuro también están cubiertos

por la sangre de Jesús. Y por supuesto que, el pecado de

todas las personas que van a nacer después de mí también

es limpiado por la sangre de Jesús.

William MacDonald dijo lo siguiente:

“Jesús cumplió su obra redentora sobre el Monte Calvario.

Y nosotros no podemos dejar de alegrarnos al ver la

expresión ‘una vez para siempre’. Jesús nos redimió

eternamente y para siempre con su sangre, porque esta

no es la sangre de un animal que no tiene poder para

solventar el pecado.

El efecto y la validez de la sangre de Jesús perduran hasta

el infinito, por eso Su sangre es más que suficiente para

limpiar el pecado de todas las personas del pasado,

presente y futuro.” (Believer´s Bible Commentary, Nelson, P. 1001)

Supongamos que Jesús se llevó únicamente los pecados

del pasado de la persona. Si se perdonan sólo los pecados

del pasado, que uno cometió desde su nacimiento hasta el

46 La eterna redención
momento en el que se convierte en un creyente, entonces,

¿quién saldrá más beneficiado? ¿el que recibe la salvación

cuando tiene 7 años o el que recibe la salvación 1 minuto

antes de morir? Obviamente que, bajo este último

supuesto, mientras más tarde crea, más conveniente le

será. Esto quiere decir que mientras menos tiempo de vida

le quede después de creer, tendrá más probabilidad de ir

al reino de los cielos.

Supóngase que Jesús limpió solamente los pecados del

pasado de las personas, nadie podrá entrar al cielo. Si Jesús

lavó exclusivamente los pecados que uno cometió hasta el

día de hoy, en tal caso, desde mañana uno estará destinado

a ir al infierno. De un día para el otro hay pecados que

uno comete sin darse cuenta, por lo tanto, el supuesto

anterior nos lleva a una conclusión ridícula: para entrar al

cielo, debemos morir en el instante que nos convertimos

en creyentes. ¿Tiene esto algún sentido? Sin la eterna

redención no existe forma para que exista la salvación.

Si los pecados del futuro no son perdonados, entonces,

aquello que uno recibe de Jesús no puede ser llamado

“salvación”.

02 El cordero de Dios 47
La persona que ha recibido la salvación eterna tiene

las fuerzas para levantarse aún después de haber caído

porque todo ser humano tiene la peculiaridad de no

procurar mal al sujeto que le ama. La persona que ha

aceptado que Jesús murió para limpiarle los pecados,

tratará con todo su corazón de vivir rectamente. El que

ha comprendido que Dios lo amó infinitamente de tal

manera que derramó Su propia sangre para pagar todos

los pecados de la persona, verá cómo hace para vivir

conforme a la voluntad de Dios. El perdón eterno de los

pecados es, más bien, el motivo para que uno pueda vivir

diligentemente haciendo el bien.

La sangre de Jesucristo es lo único que puede pagar el

pecado para satisfacer la justicia de Dios. Nosotros no

debemos añadir nada más a la sangre de Cristo derramada

para la paga de nuestros pecados. Si nosotros tratamos de

sumarle algo más a la pura obra de Jesús, estamos diciendo

que el precio de Su sangre no es suficiente. Aquellos que

dicen que la salvación no se cumple solamente creyendo

en la sangre de Cristo, sino que encima de todo tenemos

que añadir nuestras buenas obras, estos son sectas.

48 La eterna redención
Dios no demandó ninguna condición al hombre. Si

el Señor hubiera pedido: “Yo ya he limpiado todos tus

pecados, pero te permitiré el paso al cielo con la condición

de que no vuelvas a mentir” ahora, ¿qué tenemos que

hacer? Tenemos que vivir enmudecidos. Lo más seguro

sería recibir una operación en las cuerdas vocales para

que no volvamos a hablar más. Y si de esta forma nosotros

llegamos a entrar al cielo, ¿nosotros estamos entrando

al reino de Dios gracias al mérito de Jesús o gracias a la

operación en las cuerdas vocales?

Si Jesús pone alguna condición para que el hombre pueda

recibir la salvación, todo el mundo estaría perdido dado

a que nadie puede corresponder a la rigurosa condición

de Dios. Si Él no nos salva una vez para siempre, no hay

otra solución. A pesar de esto, un número incontable de

personas niegan la “eterna redención”. Ellos quieren

recibir el favor de Dios mediante su propio esfuerzo, y de

esta forma pisotean la obra que realizó Jesucristo.

Tal vez algunas personas se pregunten: “¿cómo de una

sola muerte, Jesús puede quitar el pecado del mundo

entero?” En Zacarías capítulo 3 está escrito “quitaré el

02 El cordero de Dios 49
pecado de la tierra en un día”, pero ¿cómo quitó el pecado

de la tierra en un día?

Para el eterno Dios, mil años son como un día de ayer,

que pasó, y como una de las vigilias de la noche (Salmos

90:4). Una vigilia de la noche dura cuatro horas. Esto

significa que la historia de la humanidad que para nosotros

dura miles de años, Dios lo considera como un suceso dado

en unos pocos días; por eso, Él puede arreglar en un día lo

que ha sucedido por varios miles de años.

Nosotros podemos alzar o abrir un libro, podemos

desplazar a la mesa un libro que está en el suelo; pero

una hormiga no puede. Por más que convoque a todas

las hormigas esparcidas en el planeta y se esfuercen por

mucho tiempo para hacer lo que nosotros hacemos, ellos

no tendrán éxito; sin embargo, el ser humano puede llevar

a cabo esta actividad muy fácilmente. Análogamente, como

Dios no es un ser humano, Él puede hacer todo lo que

desee, aunque nosotros no podamos.

El trayecto de un maratón es de 42,194 km. El público

que está a la mitad de la ruta del maratón puede

presenciar a los corredores después de haber transcurrido

50 La eterna redención
un tiempo desde la iniciación de la carrera. No obstante,

los que están elevados en un helicóptero pueden ver todo

el recorrido en una sola vista. Ver una situación desde

abajo y ver la misma situación desde arriba, son dos cosas

completamente diferentes.

Las personas piensan que la historia de la humanidad es

larga, sin embargo, Dios ve el principio y el final del mundo

en una sola ojeada, y de la misma forma, Él está viendo el

inicio y el fin de la vida de cada uno de nosotros. Por esta

causa, Dios puede cargar, en Jesús, todo el pecado desde la

época del antiguo testamento hasta el nuevo testamento

en una sola vez. Y Jesús resolvió el problema del pecado,

también, de una sola vez. Consiguientemente, la obra de

Dios no puede ser repetida, mejorada ni complementada.

La salvación jamás se pierde. Si usted ha recibido la

salvación, entonces, en todo momento estará con la

salvación, estará en un estado “salvado”, siempre. La

persona que haya recibido la salvación nunca perecerá,

Jesús dijo: “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás,

ni nadie las arrebatará de mi mano.” (San Juan 10:28)

02 El cordero de Dios 51
NUNCA MÁS ME ACORDARÉ

§ Hebreos 10:17-18

Añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y

transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay

más ofrenda por el pecado.

Para que el mensaje de la salvación sea una buena

nueva, Dios tiene que perdonarnos de todos nuestros

pecados eternamente.

Si Él solamente perdona una parte de los pecados,

esto no sería una buena nueva. Mas, Dios nos libró de

absolutamente todos los pecados y dijo que nunca más se

acordará de nuestros pecados. Esto es lo que Dios quiso. Él

perdonó completamente todos nuestros pecados en Cristo.

Si nosotros oramos diciendo: “Dios, yo he vuelto a pecar.

Perdóname y permíteme ir al cielo.” ¿Qué diría Dios? Él

responderá: “Por favor, lee bien la Biblia.” Él desea que

nosotros creamos y agradezcamos el perdón de todos

nuestros pecados. Dios nos pide que, por favor, creamos en

el perdón que Él cumplió perfectamente.

52 La eterna redención
Una vez, en una casa vivían una abuela con su nieta y

su nieto. Una mañana el nieto salió de la casa decidido a

cazar una ardilla con su tirapiedras. Pero a pesar de que

intentó todo el día, no pudo atrapar ni una sola ardilla. En

el camino a su casa, desalentado, descubrió el ganso que su

abuelita tanto valoraba. Sólo por diversión, jaló el elástico

una vez apuntando al ganso, pero este murió recibiendo el

piedrazo.

El nieto estaba muy asustado, fue al depósito de la casa,

se trajo una pala, cavó un hoyo y sepultó el ganso bajo

la tierra sin que nadie lo viera. Sin embargo, justo se dio

cuenta que su hermana mayor lo estaba observando. La

hermana estaba muy contenta porque ahora tenía un

punto vulnerable de su hermano, pero el niño estaba muy

triste.

Esa noche, la abuela le dijo a su nieta: “Querida,

ayúdame, lava los platos y arregla las camas.” Pero

su nieta le respondió: “Abuelita, mi hermanito quiere

reemplazarme con los quehaceres de la casa hoy.” Y ella

le hizo señas con los ojos a su hermano, y el niño no tuvo

otra opción que hacer el trabajo de su hermana en silencio

02 El cordero de Dios 53
porque ella conocía su falla.

El día siguiente, la abuela le dijo a su nieta: “Querida, el

patio está muy sucio, necesita ser barrido.” Y la nieta otra

vez le hizo señas con los ojos a su hermano, y el niño se

tuvo que ofrecer: “Abuela, yo me encargaré de barrer el

patio.”

Sin embargo, un día, el niño ya no aguantando más ser

manipulado por su hermana le dijo a la abuela:

- Abuela, tengo algo que hablar con usted.

- ¿Qué es hijo?

- Perdóname abuela, hace unos días, sin querer, maté al

ganso que tu tanto apreciabas.

Después de escuchar lo que su nieto le quería decir, la

abuela le respondió sonriendo:

- Hijo, yo ni me acordaba de eso porque ya te había

perdonado. En realidad, ese día yo observé todo por

la ventana, desde que tú tiraste la piedra hasta que

terminaste de enterrar al ganso muerto.

- ¿En serio, abuela?

- Claro que sí, hijo.

- Gracias, abuela. Te prometo que nunca más haré lo

54 La eterna redención
02 El cordero de Dios 55
mismo.

El nieto le agradeció varias veces a su abuela y salió

del cuarto de ella. Aunque estaba un poco irritado por la

manipulación de su hermana durante todo ese tiempo,

no podía esconder lo feliz que se encontraba ahora. Esa

misma noche la abuela le dijo otra vez a su nieta:

- Hija, es hora de arreglar las camas.

- Abuelita, hoy también mi hermanito quiere ser

voluntario...

Pero el niño le respondió a su hermana:

- ¡No, ya no!

Aunque la hermana le amenazó con que le acusaría con

la abuela, el niño ya no le tenía miedo porque la abuela

misma le había perdonado todo. Ya no había nada que

temer.

El diablo nos dice: “Yo te vi cometer pecado en secreto.

¡Tú nunca irás al cielo! Si un tipo como tú va al cielo,

entonces, el cielo se convertiría en infierno.” En este caso,

¿qué le tiene que responder uno? “Sí, así como tú dices, yo

he cometido muchos pecados. Sin embargo, ¡Jesús vino y

derramó su sangre para limpiarme de todos mis pecados

56 La eterna redención
eternamente y Dios dijo que nunca más se acordará de mis

pecados!” Y en efecto, Jesús cumplió esa obra.

§ Efesios 1:7

En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de

pecados según las riquezas de su gracia.

Nosotros hemos recibido la redención por la sangre

de Cristo, hemos recibido el perdón de pecados según

las riquezas de su gracia. La Biblia no habla en el tiempo

futuro diciendo que nosotros “tendremos redención”, sino

que habla en presente, “tenemos redención”, implicando

que la redención está perfectamente cumplida. Todos

nuestros pecados fueron perdonados por la sangre.

§ Efesios 2:8-9

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no

de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que

nadie se gloríe.

Las obras del hombre no pueden traer salvación.

02 El cordero de Dios 57
Nosotros recibimos la salvación por gracia, solamente

por la fe en Cristo. La gracia es la salvación eterna de los

pecados mediante la sangre de Jesús. Nosotros no podemos

sumar ni restar nada en Su perfecta obra. Dios no le pide

ninguna contribución al que es salvo, tampoco pide que

mejore o que haga algo como requisito para ser salvo. La

salvación es un regalo de Dios. Por lo tanto, no hay lugar

para la jactancia del hombre.

El pecador no puede comprar la gracia ni la salvación

de Dios. El gran costo ya fue cancelado por parte de Dios,

un costo tan grande que es imposible ser compensado por

el hombre. Dios envió a Su hijo unigénito y lo crucificó

para salvarnos a cada uno de nosotros. Nuestros pecados

fueron perdonados por el derramamiento de la sangre

del unigénito de Dios. Creer en esta realidad es recibir el

regalo de Dios. El regalo es de la persona que lo reciba. Si

yo lo recibo, es mío. Pero, a pesar de la buena intención del

“regalador”, si uno decide rechazar el regalo, el obsequio

no puede ser de uno. El último puritano, Martyn Lloyd

Jones, dijo lo siguiente:

58 La eterna redención
“La redención es la libertad que se obtiene gracias a

un pago realizado por ella. Nosotros éramos esclavos

del diablo y del pecado, pero el Señor Jesucristo vino a

este mundo para expiarnos y librarnos, y para esto, Él

pagó un precio. Por eso, se abrió la prisión donde nos

encontrábamos como reos del diablo y hallamos la libertad

de la esclavitud.

Por consiguiente, toda gloria es solamente para Dios.

Jesucristo es quien nos compró y nos libró con su propia

obra. Nosotros hemos recibido el perdón una sola vez,

y gracias a Él fuimos librados de la potestad del diablo.”

(Exposición de Romanos capítulo 1)

Cuando Jesús cargó el pecado del mundo, también se

llevó todos los pecados tuyos y míos. No nos dejó ni un

pecado, sino que se lo llevó todo. Luego, derramó su sangre

en la cruz y perdonó todos nuestros pecados.

Cuando uno cae en la cuenta de esto, ha recibido la

salvación. “Recibir la salvación”, “recibir la vida eterna”,

“nacer de nuevo” y “ser hijo de Dios” todos significan lo

mismo. Dios es el juez y uno es el pecador, sin embargo,

02 El cordero de Dios 59
dado a que Jesús pagó todos nuestros pecados; ahora,

Dios es nuestro padre y nosotros sus hijos (as). El pecador

indigno de levantar el rostro delante de Su presencia ahora

es hijo de Dios. Esto es una bendición extraordinariamente

grande. Ahora Dios nos trata como a sus hijos.

Aunque el pecado ocasionó la división entre el hombre

y Dios (Isaías 59:2) y nos aisló de Dios, la cruz llegó a ser el

puente que une esa división. El pecado destruyó nuestra

comunión con Dios, pero la cruz lo restauró.

60 La eterna redención
Autor - Jeong Hyun Hong

Recibió la salvación en el año 1983, estudió historia


occidental en la Universidad Nacional de Seúl,
Actualmente está sirviendo en la iglesia de Suwon

La eterna redención
Autor | Jeong Hyun Hong
Edición | Grupo misionero de escrituras
Lugar de impresión | KIM YOUNGSAM
Fecha de edición | 1ª edición, agosto de 2013
12ª edición, julio de 2016
2ª reimpresión, junio de 2018
(431-810) 1509, Gwanyang 2-dong,
Dongan-gu, Anyang-si, Gyeonggi-do,
Korea

(431-810) 1509, Gwanyang 2-dong, Dongan-gu,


Anyang-si, Gyeonggi-do, Korea
Tel. (031) 424-0693 Fax. (031) 424-0193
No. 1072-36 (11 de marzo de 1996)
La misión de la palabra de vida | www.jbch.org
Prensa de palabra de vida eterna | book.jbch.org

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