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El ORADOR IDEAL

Apoyo Introducción:
En la actualidad la comunicación es vista como un pilar inminente para la calidad y el
éxito; debido a esto es importante desarrollar aptitudes y actitudes que apoyen la
expresión clara y asertiva de las ideas, conocimientos y/o opiniones. “La comunicación es
la transferencia de información y su comprensión entre una persona y otra. Es una forma
de ponerse en contacto con otros mediante la transmisión de ideas, hechos,
pensamientos, sentimientos y valores” (Davis & Newstrom, 2003).
Dicha comunicación no es posible si el emisor no cuenta con habilidades que le permitan
expresarse correctamente, por ello es importante reconocer las características de un buen
orador, evitando así actitudes erróneas que pueden obstaculizar la transmisión acertada
del mensaje. Un buen orador es aquella persona que se propone informar, entretener o
persuadir, lográndolo mediante un mensaje coherente, lógico y estructurado, apoyado en
su seguridad, honestidad, conocimiento, dinamismo, respeto y entusiasmo.
La voz es el canal fundamental en la oratoria y a pesar de que es importante que un
discurso esté bien preparado es igualmente necesario que cuando el orador hable frente
al público lo haga con una buena voz, es decir, de forma clara, comprensible, con la
intensidad y el ritmo adecuados para una buena comunicación y lograr los resultados
esperados. Una buena modulación da vida al discurso, despierta sentimientos e incita a
actuar. Si el orador no modula la voz, puede dar la impresión de que no le interesa el tema
del que habla. Con un buen uso del énfasis ayudará al auditorio a entender bien el
mensaje, pero si además introduce variedad en el volumen, el ritmo y el tono, su
exposición será mucho más atractiva.
“El 60% de la comunicación humana es no verbal: lenguaje corporal. El 30% es tu tono de
voz. Eso significa que el 90% de lo que estás diciendo no está viniendo de tu boca”. -Hitch-
Definición:
Según la Real Academia Española, específicamente, la oratoria es “el arte de hablar con
elocuencia”. Como la mayoría de las ciencias humanas, la oratoria tuvo su origen en
Grecia de la mano de los sicilianos. En Grecia la oratoria era utilizada con fines políticos y
para alcanzar prestigio. Sócrates fundó una escuela de oratoria, situada en Atenas, y
definió al orador como el hombre instruido y con ideales altos que iba a garantizar el
progreso del estado.
Demóstenes fue el orador que fue considerado el mejor dentro de este arte. Cicerón fue
quien la perfeccionó en la República Romana. Él escribió varios discursos y tratados que
han llegado a nosotros casi en su totalidad. Brevemente le daremos inducción a qué es la
oratoria en primer lugar. La oratoria no es solo oralidad, es decir, no es el simple hecho de
hablar a otro y otros, sino que involucra una cantidad de técnicas y reglas o principios que
nos permiten expresarnos de manera clara ante un público numeroso. La finalidad de la
oratoria es transmitir un mensaje sin miedos o desconfianzas y con desenvoltura. La
oratoria está relacionada con la elocuencia, de poder convencer con nuestras palabras o
conmoverá quien o quienes nos oyen. Esa audiencia no siempre es un gran auditorio,
como en el caso de un congreso o un seminario: puede simplemente tratarse de un grupo
de alumnos, de amigos, o incluso una persona con la que desees mantener un diálogo.
Dentro de la literatura, la oratoria tiene que ver con los procesos literarios cuya finalidad
es la de persuadir (como por ejemplo una conferencia). Un orador debe modificar las
emociones de los oyentes, no sólo brindarles información. Ahora bien, la oratoria es algo
natural en el ser humano, como capacidad de persuadir o convencer a otro acerca de mi
punto de vista u opinión. De este modo, podemos definir que un orador es aquella
persona que habla ante un público; y si bien el orador puede tener otros objetivos (por
ejemplo, contar una historia), siempre quiere provocar algún tipo de efecto en su
audiencia (convencerlos de su postura, motivarlos, informar un descubrimiento,
alertarlos, plantear un problema, interesarlos en una historia). En última instancia, la
persuasión del orador apunta a provocar el interés de su público, para poder transmitir
eficazmente su mensaje. La oratoria puede ser individual (una sola persona se dirige a un
grupo) o grupal (dos o más personas alternan su participación en el discurso, dirigido a un
grupo).
Características de un buen orador:
Un orador debe conseguir que el público lo escuche con atención, se sensibilice con él y lo
comprenda, y, en caso de ser un discurso persuasivo, que el oyente se convenza de lo que
el orador está diciendo acerca de un tema. Debe poseer características que lo ayuden a
desenvolverse mejor durante su expresión oral, como un pilar importantísimo para la
calidad y el éxito de su presentación. Entre ellas podemos encontrar:
Presencia: La presencia de un buen orador se ve afectada positivamente por la
seguridad del mismo; ésta se logra cuando existe una preparación integral,
dominio del tema y recursos de apoyo que lo sustenten.
El orador debe vestir adecuadamente según la ocasión y el público al que se dirige,
mostrando así respeto por su audiencia y logrando un ambiente de respeto y
confianza.
La movilidad es importante durante una presentación oral; el desplazarse muestra
el entusiasmo del expositor, además de variar el estímulo a la audiencia y evitar
que aparezcan malos hábitos durante la presentación.
La postura que se adopte al iniciar una exposición oral es decisiva, ya que marca
desde la credibilidad hasta la atención del público.
Se recomienda entrar con paso firme y decidido, con los hombros hacia atrás y la
barbilla levemente hacia arriba, esto ayuda a mostrar seguridad y dominio del
tema.
Conocimiento y Credibilidad: Entre más se conozca de un tema, más herramientas
se tienen para brindar al público una exposición amena e interesante.
La preparación y dominio sobre el tema apoya la seguridad, la honestidad y el
entusiasmo del orador, lo que logra mantener por más tiempo la atención de la
audiencia, además de contener un mensaje coherente, lógico y estructurado.
Para lograr credibilidad ante un grupo de personas es necesario mostrar
honestidad, es mejor reconocer nuestras limitaciones ante el público que
“inventar” respuestas, no olvidemos que al ser honestos estamos ganando
credibilidad.
Dinamismo: Un buen orador debe ir a la vanguardia, utilizando tecnología que
permita mostrar de manera dinámica el contenido. Es importante apoyar la
presentación en técnicas y recursos innovadores que logren captar la atención de
la audiencia, lograr un mayor procesamiento de la información y variar el estímulo
proveído al público.
Se recomienda al comenzar “prender” a la audiencia compartiendo el entusiasmo
inicial y manteniéndolo durante la exposición.
Comunicación Verbal: Es importante cuidar el lenguaje que se utiliza en la
presentación oral, éste debe estar al nivel de la audiencia, así se logrará un
mensaje claro y una mejor conexión con los asistentes.
El buen orador siempre se dirige al público de una manera considerada,
respetando sus ideas y opiniones, al mismo tiempo que muestra asertividad para
defender las suyas. Cuidar la dicción mejora la claridad de nuestras palabras.
Las pausas al hablar pueden ayudar a hacer cambios de material de apoyo,
descansar la garganta, así como crear intriga o expectación en el público.
Dicción: La forma de expresarse que tiene una persona se conoce como dicción.
Las palabras deben ser pronunciadas de forma correcta pero también clara, con
una modulación distintiva de cada consonante y vocal.
Comunicación no Verbal: La comunicación no verbal es aquella que se integra de
mensajes no hablados, como el volumen, tono y ritmo. Se recomienda variar el
volumen de la voz para acaparar la atención del oyente, ayudando a evitar el tedio.
El ritmo es determinado por la naturaleza del tema, entre mayor sea su
complejidad menor debe ser el ritmo. Los movimientos faciales deben ir de
acuerdo a la naturaleza del tema, así se apoya la comunicación verbal con la no
verbal.
Se debe tener cuidado al utilizar las manos, ya que éstas pueden ser un distractor;
lo ideal al hablar en público es no traer ningún objeto en ellas con la finalidad de
tener mayor libertad de movimiento y evitar desvíos de atención.
Es importante establecer contacto visual con el auditorio, esto logrará mayor
integración y atención hacia la presentación. El medio ambiente debe ser
agradable para el orador y el público, un lugar bien iluminado, ventilado y
confortable ayuda a que el estado de ánimo de las personas sea adecuado para
una mayor receptividad.
Volumen: Es la intensidad de la voz. Se mide en decibeles. Cada lugar y
circunstancia tiene su volumen adecuado. Y una vez establecido el volumen en el
que se debe hablar, este no debe variar ostensiblemente. A diferencia del tono que
debe variar constantemente.
Tono de Voz: El tono de voz es la forma en la que se transmite un mensaje y el
ritmo con el que se hace. Además del mensaje en sí, la forma en la que se expresan
unas ideas, unos valores y unos pensamientos es fundamental, ya que es así como
se consigue la confianza de la audiencia. Dependiendo de su modulación en alta
(tonos más agudos) o baja (tonos más graves), podría influir en la expresión de
sentimientos desde positivos y agradables (confiable, persuasión, tranquilidad,
alegría) hasta menos positivos (debilidad, informalidad, aburrimiento, ansiedad).
Dicho esto, se debe entender que el tono debe variar constantemente.
Importancia de ser un Buen Orador
Ser un buen orador nos permite tener las habilidades para expresarnos correctamente en
nuestro entorno social, personal y laboral. Nos facilita las interacciones humanas,
mediante una comunicación eficiente, nos da la posibilidad de mostrar nuestro bagaje de
conocimientos, nuestros sentimientos, pensamientos, ideas, experiencias y emociones, de
tal forma que sean comprendidas por el otro de la forma que esperamos. El correcto uso y
aplicación de la oratoria conlleva relaciones interpersonales más saludables, permitiendo
resolver conflictos de una manera mucho más eficaz. Una buena oratoria es una tremenda
herramienta dentro de las habilidades blandas que sustentan otras capacidades, las que,
si bien podemos poseer en lo profesional, éstas no se manifestarán correctamente si no
somos capaces de expresarlas y mostrar lo que somos en su amplia magnitud.
Tener una oratoria eficaz es un recorrido que se construye con trabajo y preparación. De
un día para otro no nos vamos a convertir en los mejores oradores del planeta. Requiere
práctica y capacitación, sin embargo, nuestra voluntad debe ser la primera en catapultar
nuestras ganas e interés de practicarla a modo de superación tanto personal como
profesional.
Rodríguez Saráchaga, director de Oratoria Consulting comparte algunos consejos:

 Pensar primero y hablar después. De ser posible pensar mucho primero y hablar
mucho después.
 Prepararse y entrenar. Analizar la comunicación que tenemos que llevar a cabo y
prever todos los escenarios posibles.
 Ensayar lo que vamos a decir frente a un espejo todas las veces que sea posible y
anticipar las posibles reacciones.
 Y siempre pensar en lo que nuestros interlocutores quieren escuchar; es mucho
más importante que lo que queremos decir. Oratoria es dejar el ego de lado.
Condiciones para que se logre una buena Comunicación
A la hora de establecer una adecuada comunicación se deben considerar los siguientes
aspectos:

 La sintaxis: que está relacionada con la estructuración y las modalidades de


transmisión de la información (por ejemplo, la elección entre la utilización de
carteles, una reunión o el diario). En la comunicación escrita conviene aumentar
las posibilidades de ser leído, multiplicando y variando los soportes del mensaje.
 La semántica, que es el significado de los mensajes verbales y no verbales de los
interlocutores.
 La pragmática, que son las condiciones concretas del intercambio, empezando por
los comportamientos y las intenciones de las personas que intervienen en la
comunicación.
Hay que tener en cuenta además que los emisores presentan una serie de diferencias
derivadas de:

 Sus características como individuos: ya sea por edad, sexo, personalidad,


pertenencia sociocultural.
 Las características del propio contexto, ya sea por cambios repentinos en las
situaciones, por problemas materiales, de entorno físico, de cansancio de algún
interlocutor, de relación jerárquica desigual o incluso de objetivos o metas a
perseguir diferentes.
Es importante seguir una serie de pautas para que los intercambios de comunicación sean
eficaces:

 Que tanto emisor como receptor se esfuercen por entenderse mutuamente, así
como tratar de evitar soluciones prefabricadas, es importante incluso reaccionar
positivamente ante las contradicciones y utilizar con acierto las sugerencias y
oportunidades que se manifiesten.
 Hay que conocer bien al interlocutor, que quiere, que desea o que necesita es
importante. Habrá que contrastar la información que de él disponemos con la
realidad, es decir, asegurarnos que efectivamente sus deseos o necesidades son
los que a nosotros realmente nos consta que son.
 El equilibrio entre el lenguaje verbal y no verbal o corporal a menudo resulta difícil
de alcanzar, pero una vez alcanzado la sensación de seguridad que sobre el
interlocutor produciremos será mucho mayor.
Una recomendación a este respecto es la utilización del Método Secuencial (técnica de
muestreo no probabilístico en donde el investigador escoge un sujeto o un grupo de
sujetos en un determinado intervalo de tiempo, lleva a cabo su estudio, analiza los
resultados, luego escoge otro grupo de sujetos, si es necesario, y así sucesivamente) que
parte de la escucha como elemento fundamental a la hora de gestionar conflictos.
Tendremos que mostrarnos abiertos a los demás y dispuestos a escucharlos, antes de
expresar nuestro acuerdo, nuestro desacuerdo o nuestra opinión personal.
Elementos para la organización del Discurso
Un discurso es toda sucesión de palabras, expresadas de forma oral, extensas o cortas,
que sirva para expresar lo que se piensa o se siente; debe ser adecuado, es decir,
ordenado, acomodado y proporcionado para lo que se quiere lograr”.
Su función básica es influir en los oyentes. Sea de argumentar lo que se dice, y para ello
será necesario hacer uso de elementos cognitivos y racionales. Lo importante es
convencer sobre un planteamiento personal.
En el discurso también se cuentan con los elementos para la elaboración del mismo, estos
son:

 Emisor: Es la persona que emite el discurso, siempre procurando de utilizar un


lenguaje claro y conciso.
 Receptor: Son todas aquellas personas que escuchan al emisor durante la
elaboración del discurso.
 Mensaje: Es el conjunto de ideas expuestas durante el discurso.
 Tema: Aquí se engloban todas las ideas, dando como resultado un tema específico
de lo que se busca dar a conocer.
 Contexto: Es la situación en la que se desarrolla el discurso
 Canal: Es la conexión existente entre el emisor y receptor. Este medio podría ser el
internet, la voz, el teléfono, letras y dibujos (canal visual), entre otros.
 Código: Es el lenguaje o signos que deben tener en común el emisor y receptor
para que de esta manera se pueda comprender el mensaje sin ningún
impedimento, incluso los ademanes forman parte del código. Por ejemplo, en una
comunicación verbal, el código es el idioma, como el español, portugués o inglés.

Es de suma importancia que se tenga en consideración al receptor en tu discurso pues va


a ser la parte primordial durante el transcurso.
Un discurso bien elaborado se compone de las siguientes partes:

 Apertura: este punto no es del todo obligatorio, pero sí preferible de usar. La


apertura se refiere a la acción de llamar la atención de la audiencia a modo de
atraer a más oyentes, este se emplea con el uso de un saludo.
 Introducción: la introducción es una parte crucial del discurso, este el momento
que utilizaremos para hablar de manera general la idea o pensamiento que
pretendemos dar a conocer y con qué finalidad.
 Desarrollo: durante el desarrollo trataremos el tema en profundidad con datos y
argumentando cada punto a tratar, es durante el desarrollo donde se denota el
conocimiento que el emisor tiene sobre un tema.
 Conclusión: esta es la parte final del discurso, es aquí donde se engloban todas las
ideas expresadas durante la fase del desarrollo para dar a conocer un resumen de
toda la charla, esta parte es muy importante puesto que es lo último que los
oyentes escucharán y lo que muchos de ellos recordarán con mayor facilidad.
Organización del Discurso Oral
La retórica es el arte de elaborar discursos gramaticalmente correctos, elegantes y sobre
todo persuasivos (Beristain, 2003). Para la creación retórica de un discurso y cualquier
texto en general, hay que seguir determinado proceso el cual la retórica se encargó de
estudiar (Cicerón, 1997). Dicho proceso consta de cinco fases:
a) Inventio (la invención):
Se trata sobre qué es lo que se va a decir, tiene que ver con la acción y el efecto de crear
el discurso. Es la parte creativa, el primer paso de la preparación consiste en definir el
objetivo que se busca con el discurso; en segundo lugar, se busca la información, esta
debe de ser cualquier fuente de inspiración para así lograr alcanzar el fin propuesto. Esta
es la parte de mayor carga creativa por parte del rétor, que a su vez examina cada una de
las otras operaciones desde el punto de vista del emisor, del receptor y del mensaje
mismo (Carmona, 2005).
b) Dispositio (la disposición):
Se entiende como la prudente disposición que hacemos de las ideas y partes del discurso,
dando a cada cual su lugar (López, 1997). Esta fase se encarga sobre el orden y disposición
de las ideas de un discurso. Esta ordenación es una de las más conveniente de los
argumentos, ya que en base a dicho ordenamiento hace que los argumentos de un
discurso resulten convincentes.
c) Elocutio (la expresión):
La elocución analiza cuanto atañe a verter la argumentación en oraciones
gramaticalmente correctas, en forma precisa y clara con el objeto de que sirvan para
convencer; y en forma elegante, con el fin de que logren causar un impacto psicológico
que conduzca a la persuasión (Beristain, 2006). Tiene que ver con la búsqueda del leguaje
apropiado para seducir al auditorio. Para expresarse de manera adecuada, el emisor se
sirve de una variedad de recursos, y entre estos se encuentran las figuras retoricas. Esta es
la etapa de pulimiento y depuración gramatical, la cual está integrada por dos actividades,
que se denominan electio (elección de expresiones y figuras pertinentes) y compositio
(redacción y construcción del texto (Atienza, 2014).
d) Action (la acción):
Se trata sobre las diferentes entonaciones para pronunciar el discurso, así como también
los gestos adecuados para acompañarlo y la apariencia para conseguir el propósito. Es la
puesta en escena del orador al recitar su discurso, es la entrega del discurso del rétor a la
audiencia, el acto mismo de persuadir, es la realización verbal del discurso.
e) Memoria (la memoria):
Se trata sobre la capacidad en la que el orador, argumentador, escritor o el simple
hablante tiene para recordar los distintos elementos del discurso en un orden especifico.
Los tres primeros son esenciales, los dos posteriores son de genero pragmático, esto es
cuando el discurso se pronuncia.
Claves para ser un Buen Orador
Durante nuestra trayectoria, sobre todo cuando empezamos a ganar responsabilidades y
experiencia, nos vemos obligados a hablar en público, lo que nos otorga una mayor
reputación. Asistir a ponencias, conferencias o mesas de discusión, nos puede servir para
darnos a conocer en el mercado profesional.

 Conoce a tu audiencia: Conocer a tu audiencia es la manera más eficiente de


aliviar el nerviosismo experimentado antes y durante una actuación pública. Este
consejo, sin embargo, va más allá de eso. En el marketing, por ejemplo, existe el
término “buyer persona”; Una buyer persona es un perfil semi-ficticio que
utilizamos en estrategias de marketing para adaptar el contenido del mensaje a la
audiencia a la que queremos alcanzar. La misma idea puede aplicarse para mejorar
tu oratoria.
Por ejemplo, si vas a una sala de académicos que comprenden de un asunto, usar
términos más técnicos y complejos puede ser una manera de ganarte su respeto y
hablar con autoridad. Si el mismo tema está dirigido a estudiantes
preuniversitarios, el uso de los mismos términos puede ser una barrera para
asimilar la idea.
 Trabaja la interacción con los oyentes: Interactuar con la audiencia no significa
que debas darles espacio a las preguntas del público desde el comienzo de la
presentación. Una técnica simple, como establecer contacto visual, puede ser
necesaria para provocar la conexión, la empatía y el engagement de la audiencia.
Después de todo, si hablas como si no tuvieras a alguien escuchando, la tendencia
es que los oyentes no se sientan incluidos. Es importante recordar que el contacto
visual debe hacerse de una manera entrenada. La mera improvisación puede llevar
a situaciones incómodas, como mirar demasiado tiempo a una persona o a un lado
de la habitación. Lo ideal es recorrer tu audiencia con la mirada para que todos se
sientan dignos de atención. Al final, un espacio para preguntas y comentarios del
público es excelente para coronar la interacción.
 Utiliza recursos audiovisuales: Hoy en día, las herramientas de tecnología de
transformación digital a las que tenemos acceso facilitan cualquier forma de
comunicación. La producción de videos, gráficos, audios e imágenes puede servir
como soporte para estructurar la idea que el orador quiere transmitir.
Además, proporcionan a los oyentes ejemplos e ilustraciones de lo que está
hablando en tiempo real. Explorar estos elementos proporciona al orador una
mayor seguridad. Después de todo, en caso de olvido, una mirada al recurso
audiovisual puede ser suficiente para refrescar la memoria y continuar dentro del
guion. Sin embargo, debe mantenerse en cuenta lo siguiente: nunca leas este
material para el público. Esto puede dar una sensación de falta de preparación y
dañar tu credibilidad.
 Evita vicios de lenguaje: Llamamos vicios del lenguaje a las expresiones, a menudo
involuntarias, que aparecen entre las frases con el objetivo inconsciente de llenar
el silencio. A esa pausa para pensar que está acompañada por un "ehhh" o el
espacio entre una oración y otra que está lleno con un “¿ok?”. Estas no son
prácticas beneficiosas para su oratoria. ¿Cómo corregirlas? Entrenamiento y
práctica. Si dominas completamente el contenido que estás a punto de comunicar
es probable que estos vicios se vuelvan menos frecuentes.
Si persisten, un consejo valioso es simplemente reemplazarlos con silencio.
Programa descansos entre una línea y otra. De esta forma, podrás respetar tu
propio tiempo y evitar la aparición de sonidos no deseados.
 Utiliza el storytelling: El objetivo principal de la oratoria es involucrar al público en
el tema que se aborda. Nada mejor para esto que aplicar técnicas de storytelling.
Representan un cambio en tu enfoque sobre el contenido dándole un clima
diferente, propio de cuando una historia es contada. Esto permite una conexión
más fuerte con la audiencia, que a su vez tiene una mayor capacidad para asimilar
y recordar tu discurso.
Para que la narración sea efectiva, es necesario crear un escenario que refleje los
dolores y preocupaciones de los oyentes y luego se presenten los conflictos y sus
soluciones. Esta indicación de superación es una forma de hacer que la audiencia
se vea a sí misma en tus palabras, creando una conexión emocional con el
mensaje.
El desarrollo de una buena oratoria es fundamental para los profesionales en diversos
campos, especialmente aquellos que se relacionan con audiencias. Por lo tanto, se debe
comprender que no es un proceso puramente natural, así que requiere la superación de
barreras. Además, la práctica y la capacitación constantes son clave para mejorar las
presentaciones.

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