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La compulsión es una forma de coerción que intenta cambiar el comportamiento de un actor a través de amenazas o uso limitado de la fuerza. Se describe como una estrategia que combina amenazas de fuerza y, si es necesario, el uso discreto y controlado de la fuerza, junto con incentivos positivos, con el objetivo de inducir al adversario a cumplir con las demandas o negociar el mejor compromiso posible sin escalar el conflicto militar. A diferencia de la disuasión que busca mantener el statu quo, la compulsión implic
La compulsión es una forma de coerción que intenta cambiar el comportamiento de un actor a través de amenazas o uso limitado de la fuerza. Se describe como una estrategia que combina amenazas de fuerza y, si es necesario, el uso discreto y controlado de la fuerza, junto con incentivos positivos, con el objetivo de inducir al adversario a cumplir con las demandas o negociar el mejor compromiso posible sin escalar el conflicto militar. A diferencia de la disuasión que busca mantener el statu quo, la compulsión implic
La compulsión es una forma de coerción que intenta cambiar el comportamiento de un actor a través de amenazas o uso limitado de la fuerza. Se describe como una estrategia que combina amenazas de fuerza y, si es necesario, el uso discreto y controlado de la fuerza, junto con incentivos positivos, con el objetivo de inducir al adversario a cumplir con las demandas o negociar el mejor compromiso posible sin escalar el conflicto militar. A diferencia de la disuasión que busca mantener el statu quo, la compulsión implic
La compulsión (Compellence) es una forma de coerción que intenta que un actor (como un
estado) cambie su comportamiento a través de amenazas de usar la fuerza o el uso real de la
fuerza limitada.[1][2][3] La compulsión se puede describir más claramente como "una estrategia político-diplomática que tiene como objetivo influir en la voluntad o la estructura de incentivos de un adversario. Es una estrategia que combina amenazas de fuerza y, si es necesario, el uso limitado y selectivo de la fuerza en forma discreta y controlada". incrementos, en una estrategia de negociación que incluye incentivos positivos. El objetivo es inducir a un adversario a cumplir con las demandas de uno, o negociar el compromiso más favorable posible, al mismo tiempo que se gestiona la crisis para evitar una escalada militar no deseada".[4]
A diferencia de la teoría de la disuasión (deterrence), que es una estrategia destinada a mantener
el statu quo (disuadir a los adversarios de emprender una acción), la compulsión implica esfuerzos para cambiar el statu quo (persuadir a un oponente para que cambie su comportamiento).[5] La compulsión se ha caracterizado como más difícil de implementar con éxito que la disuasión.[1][6] La compulsión puede implicar estrategias para castigar a un adversario, aumentar el riesgo para un adversario o impedir que el adversario logre sus objetivos.[6][1] Las instancias exitosas de compulsión en un caso pueden tener un efecto disuasorio en otros estados,[7][8][1] mientras que una reputación de falta de resolución puede socavar la disuasión general[9] y la compulsión futura.[10]