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Interculturalidad”
SEMESTRE 3
Profesor responsable: Dr. HASSAN ARABI
La guerra del Rif, también llamada la segunda guerra de Marruecos, fue un enfrentamiento
originado por la sublevación de las tribus del Rif, una región montañosa del norte de
Marruecos, contra las autoridades coloniales españolas y el Imperio colonial francés,
concretada en los Tratados de Tetuán (1860), Madrid (1880) y Algeciras (1906), completado
este con el tratado de Fez (1912), que delimitaron los protectorados español y francés, cuya
vida administrativa y geográfica se inició en 1907, conflicto en que participaron también
tropas francesas, pese a haber afectado principalmente a las tropas españolas.
2- Primeros combates.
Es considerado una parte de la guerra de Melilla. Tras la derrota en 1898 frente a los
estados unidos, las diferencias entre el ejército español y los de su entorno rifeño eran
abismales, España no estaba preparada para una aventura colonial, el pueblo español la sabia
y no la apoyaba.
El desastre del barranco de lobo, ha sido considerado junto con el de anual en 1921, como
uno de las más sangrientas derrotas sufridas por el ejército español en las guerras coloniales
más de (153 hombres muertos).
3 - La Campania de anual
En 1911 los rifeños se sublevaron contra la presencia española en su territorio. Para reducir
a los rebeldes, el gobierno español ordenó el envío de tropas a Marruecos; unas fueron
voluntarias y otras, de reclutamiento forzoso, lo que provocó el descontento de gran parte de
la población.
La ineficacia de esas tropas mal entrenadas y peor dirigidas terminó en el desastre de
Annual, en julio de 1921, en el que murieron trece mil militares españoles, incluido el general
que los comandaba, Manuel Fernández Silvestre.
Los ataques rifeños contra posiciones españolas continuaron durante todo 1924, año en que
se sublevó también la región de Yebala, de modo que en ese entonces España sólo controla
efectivamente, aparte de Ceuta y Melilla, Larache y Arcila, situación que se acabó a mediados
del año 1926 tras el rendimiento del caudillo rifeño Abdelkarim al ejército francés , de una
parte por su abismal armamento entre los dos ejércitos, de otra parte l coalición franco
española contra El jattabi, que lo consideraban como una efectiva amenaza de la existencia
colonial en marruecos.
Ante las graves circunstancias, el gobierno francés comprendió que lo mejor era llegar
a un acuerdo con el gobierno español para hacer frente de forma organizada al enemigo
común. Se envió a la zona de combate un gran ejército dirigido por el general marishal
Philippe Pétain, el cual llevó a cabo una reunión con el presidente español Miguel Primo de
Rivera en Tetuán en julio y otra en Algeciras en agosto25 y deciden llevar a cabo un ataque
combinado.
En los ataques de 1924, el gas mostaza fue esparcido por vez primera desde aviones, un
año exacto antes de que se firmase «la prohibición del uso en la guerra de gases asfixiantes,
tóxicos o similares y de medios bacteriológicos» en el Protocolo de Ginebra. El gas utilizado
en dichos ataques había sido producido por la «Fábrica Nacional de Productos Químicos»,
en La Marañosa, cerca de Madrid; esta planta se construyó con una asistencia significativa
de Alemania y, sobre todo, de Hugo Stoltzenberg, un químico asociado con el gobierno
alemán en actividades clandestinas de armas químicas a principios de la década de 1920, al
que más tarde se otorgaría la nacionalidad española.
Sin embargo, los primeros apoyos se fueron volviendo en contra. La burguesía catalana
vio frustrados sus intentos descentralizadores, con una política aún más centralista que, en
materia económica, llegó a favorecer los oligopolios. Las condiciones de trabajo seguían
siendo pésimas y la represión sobre los obreros fue distanciando a la UGT y el PSOE del
proyecto del dictador. La economía se mostró incapaz de asumir la crisis mundial de 1929. En
enero de 1930, Primo de Rivera dimite.
3- La «dictablanda» (1930-1931)
La monarquía, cómplice de la dictadura, será el objeto en cuestión a partir de la unión
de toda la oposición en agosto de 1930 en el llamado Pacto de San Sebastián. Los gobiernos
de Dámaso Berenguer llamado la dictablanda, y de Juan Bautista Aznar-Cabañas no harán
otra cosa que alargar la decadencia. Tras las elecciones municipales de 1931, el 14 de abril se
proclama la Segunda República, dando así fin a la Restauración borbónica.
El desprestigio de la monarquía del rey Alfonso XIII debido a las constantes derrotas,
que derivó en el golpe de Estado que en 1923 perpetró el capitán general Miguel Primo de
Rivera. La dictadura que implantó tenía como uno de sus principales objetivos ganar la guerra
en África y restaurar el prestigio del ejército español.
CONCLUSION:
La larga Guerra del Rif fue un conflicto de tal trascendencia para la España del
Primer tercio del siglo XX que marcó su misma evolución política. Ante esta importancia, los
intelectuales, que eran al mismo tiempo guías de la opinión pública y reflejo de ella, se
posicionaron con frecuencia respecto de la misma, vertiendo sus valoraciones sobre todo a
través de la prensa, medio de comunicación de gran vitalidad y catalizador principal de la
opinión pública. Desde mediados del XIX fue apareciendo en España un mayor interés por
Marruecos, de la mano del objetivo de estrechar vínculos, bien a través del comercio y la
cooperación, bien a través de la colonización. No obstante, se demostró que, fuera de las
etapas de crisis, fue muy difícil captar la atención de la opinión pública al respecto. Fue por
eso que antes de 1909 el tema ocupó un lugar bastante secundario entre las principales
preocupaciones del país. Desde entonces, y una vez iniciado un proceso caracterizado por un
estado de guerra casi constante, la sociedad se dividió entre el apoyo a las contiendas y la
colonización y la oposición a las mismas por el daño que hacían al país. Los intelectuales
participaron de esta división a través de sus posiciones que, como hemos visto, se
contrapusieron muchas veces. Por supuesto, no todo era blanco o negro, y fue habitual
moverse por perspectivas ambiguas, como en el caso de Benito Pérez Galdós, un vehemente
antibelicista, que por su nacionalismo español no ocultaba su deseo por una victoriosa
resolución de las campañas.
Aunque entre 1909 y 1927 Marruecos ocupaba casi a diario un hueco en los Periódicos
por la constante actividad del Ejército español, fue sobre todo en los momentos de crisis,
como 1909 o 1921, cuando la “cuestión marroquí” se convirtió en tema central. Es por eso
que la mayor parte de los escritos de intelectuales se concentran también en estos momentos.
Por otro lado, resulta significativo que muchos de los escritores cuya opinión sobre el
problema de Marruecos tuvo mayor repercusión en la sociedad española, como Unamuno,
Maeztu, Ortega y Gasset o Jacinto Benavente, tenían un conocimiento indirecto y bastante
limitado de la realidad marroquí, por lo que sus análisis se pueden considerar más como
simples opiniones que como el trabajo de expertos. Es por ello que fueron los Noel, Ciges
Aparicio, Giménez Caballero o Díaz Fernández los que a través de sus obras nos han dejado
los mejores y más lúcidos análisis de las campañas de Marruecos, con especial atención a su
problemática social y a sus consecuencias para aquellos que tuvieron que sufrirlas
directamente.
LA BIBLIOGRAFÍA
1) -El impacto de la guerra del Marruecos en Salamanca (1906-1925), María
Gajate bajo, y Dr. Francisco de Luis Martin, facultad de geografía E historia,
curso 2010/2011, universidad de Salamanca.
3) -La guerra del Rif, el ultimo viaje, EL español, Jorge Reverte, 27 abril 2021,
7) - www.profesorfrancisco.es