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Carta a mi abuelo

Abuelo:

¡Como olvidar tus preciosos ojos verdes oliva que de niña tanto me protegieron! Revelaban una curiosa
mirada con un cierto matiz melancólico, producto de la dura vida que te tocó vivir, llena de penas,
miserias, rudo trabajo, tristezas…

¡Como olvidar tus silencios! Preferías no decir nada, guardando tus opiniones, antes que tomar parte en
una absurda discusión en la que, de vez en cuando tus hijos se veían inmersos. Nunca dabas la razón a
uno para quitársela a otro. Nunca hablabas por no pecar. ¿pecar tu? ¡imposible!

¡Como olvidar las veces que me defendías cuando me ponía a llorar y a patalear, presa por una rabieta
infantil, hasta que me salía con la mía y tu hija me regañaba. –No la regañes mujer, no la regañes, que
solo es una cría- Solías decir tu en mi defensa. Abuelo, hoy te confieso que era una niña pero no era
tonta y sabía que si me tiraba al suelo y me ponía a patalear delante de ti, te ablandaba el corazón y al
final, me salía con la mía.

¡Como olvidar cuando me regalaste el triciclo! Tus hijos nos regañaban a tu otro nieto y a mí porque
nos poníamos hacer carreras en el portal de la casa del pueblo.

¡Como olvidar cuando me abrazaba a tu cuello, te colmaba de besos y te decía que te quería mucho!
Como no querer a un ser tan bueno que no dudaba en desprenderse de lo suyo para dárselo a quién
hiciese falta.

¡Como olvidar cuando nos colábamos en la cocina para pedirte un vasito de jiriguay! El lograr abrir
aquellas botellas marca la Torancesa, para unos niños de tan solo seis añitos, era todo un mundo.
¡Madre mía lo que nos costaba! Pero merecía la pena con tal de beber un vasito de jiriguay del abuelo.
Hoy las botellas se abren con más facilidad pero el jiriguay ya no sabe igual que entonces.

¡Como olvidar tu plato preferido! ¡El pollo en pepitoria! ¡Que bien lo cocinabas, con tu toque especial
de nuez moscada!

¡Como olvidar las veces que te quitábamos la cachaba y jugábamos con ella! Raro es que en una de
esas ocasiones no te la llegásemos a romper.

¡Como olvidar cuando te enfadabas, dejándonos por imposible, cuando te quitábamos la boina de tu
cabeza! En puro verano y la boina no se despegaba de ti ni un solo momento, ¡algo increíble pero
cierto!. Recuerdo las noches, que estando en la terraza de la casa del tío, tomando la fresca, te quitaba
la boina después de haber estado alegrando al personal contando un par de chistes y la pasaba para que
me diesen dinero que después terminábamos gastándonoslo mi primo y yo en chucherías.

¡Como olvidar la primera y la única vez que te vi llorar! Fue cuando recibiste una carta. La artífice de
ella, abuelo, no es persona que merezca la pena y mucho menos que tu derramases tan solo una lágrima
por causa suya. Tu no te merecías el disgusto que te llevaste. Tú no tenías culpa ninguna.

¡Como olvidar cuando mi madre te regañaba porque te había pillado fumando una vez más! Ay abuelo,
abuelo, que tu hija el olfato lo tiene muy desarrollado. Nunca lograste engañarla, ni siquiera una sola
vez, te pillaba siempre. Y es que fumabas abuelo como un carretero. Nunca pudimos quitarte ese vicio
y vaya que si lo intentamos porque, desde que te pilló el carro en el pueblo, tu pierna nunca fue la
misma, tu circulación sanguínea fue pésima y el tabaco, por supuesto, no colaboraba mucho en
mejorarla.

¡Como olvidar lo que te gustaba Madrid aunque más te gustaba tu pueblo! Ya lo se yo abuelo, ya lo se,
como la tierra que a uno le ha visto nacer, no hay nada. Yo se que, de no poder estar en el pueblo tu
solo en tu casita porque tus condiciones de salud no eran ya en los últimos tiempos las más idóneas,
preferías estar en Madrid antes que en Bilbao. Abuelo yo se el porqué y te entiendo. Aquí tenias tu
propia habitación, tus comodidades, tu amigo el simpaticón y dicharachero del sombrero de paja, con el
que hacías una pareja perfecta: a él no había quien le hiciese callar y tu callabas para que hablase él, y
conocías perfectamente los bares del barrio que solías frecuentar donde te tomabas tu vasito de jiriguay.
Ah! Y me tenías a mí, tu nieta pequeña y consentida.

¡Como olvidar las veces que cariñosamente me llamabas Lucero! –Ven, Lucero, ven- me solías decir.

¡Como olvidar tantas cosas, tantos recuerdos, tantos momentos de tu mano compartidos!
¡Como olvidarme de ti!

¡Cuanta paciencia tuviste conmigo abuelo! Debió de ser porque me querías mucho.

Un beso abuelo, da recuerdos por allí arriba de los que aún estamos aquí abajo.

Mónica.

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El 28 de agosto se celebra el día del abuelo

Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día, pero ellos se merecen que
exista el Día del Abuelo

Autor: Blanca Márquez Rascón

¿Cuál será el motivo de celebración que estos adultos mayores pueden tener el 28 de agosto? ¿Será
acaso que la edad y las enfermedades les han arrebatado la fortaleza? ¿El olvido de sus hijos? o ¿qué
las calles, para algunos, o el asilo, para otros, es el lugar donde esperan sus últimos días?
Ser abuelo no es sólo motivo para festejar un día. Pero, ¿cuál será el consejo que estos hombres y
mujeres en abandono darán, de acuerdo con su dura experiencia, a las nuevas generaciones que,
inevitablemente, algún día alcanzarán la «edad de los recuerdos»?...
La voz callada de miles de ancianos, responde a esa pregunta. El Papa Juan Pablo II lo ha dicho:
«Donde el precepto es reconocido y cumplido fielmente, los ancianos saben que no corren peligro de
ser considerados un peso inútil y embarazoso».
El problema no es que sean miles y muchos más. Con uno que viva esa realidad, ya es un problema. Y
más si consideramos que en un futuro, esos ancianos podemos ser nosotros.
Xóchitl Zepeda León Escribe sobre los Abuelitos algo tan cierto que comparto con ustedes:

El arte de ser abuelo


• Nadie puede hacer por los nietos lo que hace el abuelo.
• No es viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino el que pierde su única esperanza.
• Cuando seas viejo en la carne, sé joven en el alma.
• Dicen que el tiempo pasa. No es verdad. Somos nosotros los que pasamos por él, y cada momento
puede darnos fortuna si entendemos.

Ojalá que todos pensáramos eso de nuestra querida Xochitl.


El 28 de agosto ha sido instituido en México como el Día del Abuelo, y aunque no lo parezca, ser
abuelo es un arte que requiere aceptación de la condición de la persona, paciencia, amor y humildad
que, por otra parte, son elementos esenciales para vivir con dignidad esta etapa de la vida.
Cuando una persona pasa a un segundo plano en el seno familiar, ya sea por su edad avanzada como
por el surgimiento de un nuevo jefe familiar, no le resulta fácil; dejar de ser cabeza en el hogar y
reducir sus actividades drásticamente, hasta convertirse en una simple voz auxiliar de los hijos –o de
los nietos, cuando se lo permiten–, requiere dosis de sensatez, cordura y preparación que no se
adquieren en las universidades, pues sólo se consiguen con la experiencia que brindan los años.
Los abuelos tienen mucha influencia en la vida familiar. Hoy por hoy, muchos de ellos atienden a los
nietos, los cuidan con cariño y paciencia mientras sus padres salen a trabajar. Sin embargo, algunos, al
pasar los años sienten y viven el abandono y la soledad, debido, quizás, a la falta de consideración de
parte de sus hijos y nietos, y también porque muchos de ellos acusan cierto dejo por vivir la vida, el
desinterés los aleja de la vida en sociedad y familiar.
Debemos recordar que todos tenemos familia, o quizá, desgraciadamente, ya no la tenemos, pero eso
no deja de lado que el cariño que solamente la familia puede dar, nos ayuda a crecer y en ella
aprendemos a ser felices.

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EN HONOR DEL ANCIANO

En un rincón de la habitación
en silencio, con cesamientos
perdidos en el pasado
recordando lo que fue ayer
y olvidándose por un momento
lo que ha venido a ser hoy
allí esta ese hombre, esa mujer
con cabellos blancos
con arrugas en su piel
sintiendo la tristeza de la soledad
el abandono de aquellos
en que había puesto su esperanza
Donde están esos hijos tan amados ?
donde las promesas del pasado ?
o acaso solo fue una ilusión
del corazón humano
Donde hemos dejado el amor
y el respeto por los ancianos ?
Como olvidamos que el mas joven
llegara en pocos anos a ser anciano
y entonces entender esa soledad
esa tristeza que hemos sembrado
Dale una sonrisa, una caricia
un abrazo, un apretón de manos
hazle sentir, que el y ella son amados.

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DÍA DE LOS ABUELOS

Los abuelos de hoy son muy activos, la mayoría trabaja varias horas fuera de casa.
Muchas cosas han cambiado en nuestra sociedad de hoy y para cada nieto que es único e irrepetible,
hay un abuelo diferente.
Cuando nace el primer nieto, los abuelos sienten que se les premia con el mejor de los trofeos. Muchas
veces les cuesta entender que cada hijo tiene su propio bebé. Para algunos es difícil asumir que esa
criatura minúscula que tiene enfrente suyo es su propio nieto.
El título de “abuelo” les lleva a hacer cosas que no hacían con sus propios hijos. Primero porque los
nietos son para disfrutar, para llevarlos de paseo al parque o a la placita, para jugar con ellos a la
mancha o a la escondida, o correr carreras hasta quedar exhaustos. Son para acostarnos juntos a leer un
cuento a la hora de la siesta, o a consolarlo cuando algo no anda bien, en esos momentos somos el
mejor de los refugios y podemos dar el más sabio de los consejos.
Con los nietos no se tiene obligaciones ni horarios que cumplir, Se es más permisivos, el abuelo esta
ahí cuando más se le necesita.
Sin embargo hay algo que no debemos olvidar: los padres son los padres y debemos respetar y hacer
respetar los límites que ellos fijan. Tal vez, si nos parece que algo no es adecuado, podemos sugerir,
pero nunca imponer. Hacerlo siempre desde la experiencia, en un clima cordial y algo primordial:
nunca en presencia del niño.
Tal vez podamos transgredir alguna norma como una golosina cuando no es el momento oportuno, o
saltarnos la hora del baño porque cuando llegamos de pasear el pequeño se ha dormido, pero las reglas
básicas, esas siempre deben ser respetadas.
Los abuelos de hoy deben saber de fútbol, de informática, conocer los nombres y horarios de todos los
dibujos animados y a veces repasar las tablas de multiplicar, las conjugaciones verbales y la
acentuación de las palabras para ayudar con los deberes.
Como antes dije “los nietos son para disfrutar”: aprovechemos el “Día del Abuelo” para pasear, jugar y
divertirnos. Y a los nietos disfruten a sus abuelos, aprovechen toda esa energía y experiencia pero
devuelvan eso con mucho pero con mucho amor y respeto.

Oración por los abuelos

Señor Jesús, tú naciste de la Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana.
Mira con amor a los abuelos de todo el mundo. ¡Protégelos! Son una fuente de enriquecimiento para las
familias para la Iglesia y para toda la sociedad. ¡Sosténlos! Que cuando envejezcan sigan siendo para
sus familias pilares fuertes de la fe evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños, tesoros vivos
de sólidas tradiciones religiosas. Haz que sean maestros de sabiduría y valentía, que transmitan a las
generaciones futuras los frutos de su madura experiencia humana y espiritual. Señor Jesús, ayuda a las
familias y a la sociedad a valorar la presencia y el papel de los abuelos. Que jamás sean ignorados o
excluidos, sino que siempre encuentren respeto y amor.
Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos durante todos los años de vida que les concedas.
Amén. (Benedicto XVI).
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