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A Adano, (padre anónimo).

Gran padre, gran hijo, gran hermano, gran persona.

48% restante de batería, tiempo suficiente? No lo sé, la incertidumbre si es más tarde o más
temprano me aciaga la cabeza.

Resaca tal vez, después de intentos fallidos, me permití ser yo al sol de Mayo.

Y avanza el invierno, y por más que lo controlo, las sustancias que me equilibran, brotan de mi ese
dolor al mundo, a la apátrida ser que no tiene mas sustento que ser si misma en el eco de la ciudad
que sigue vive a lo lejos a las 21.13 de la noche.

13, mi numero mágico, la suma de los números del departamento de anoche, historias, historias,
extraños contándose historias, rebuscándose entre la sonrisa cómoda, la levedad del alcohol, y la
búsqueda del otro, que no es nadie, si no es uno mismo, mirándose heridas que se parecen, que no
son igual, pero alguna vez al otro lado del ombligo, en las ciénagas del sexo perdido, renacen.

Quién soy? No lo sé.

Hoy me vi en una lápida, recuerdo de mi padre que aún vive.

Domingo familiar visitando a mi nuevo aquelarre, buscando de forma inconsciente, en el hablar de la


gente, esas historias detrás de mujeres, madres de hombres, como yo.

Aunque el mío es un niño, ya le digo que es un hombre, el sol pegaba como a los 37 grados de
verano, no había que temer, más mi solesito se apegaba a mi sombra.

“No te agarres de mi, me quitas fuerza”…. “No puedo caminar así, llevo lo más pesado, date cuenta,
vos caminas y yo llevo la carga”

Tal vez en los arrabales del campo cargaba mi costal de yerba y lo que permitía la cosecha y el
patrón, y ya mi niño no entraba en el aguayo, pero yo lo mantenía cerca porque la chacra era dura, y
había que sacarle lo mustio a su alma infante, porque tal vez su caminar a mi sombra, no era tan
grande como la sombra que me he perseguido y sigue, incluso esta noche de invierno.

Aún no lograba reunir el jornal diario, pero había sido una buena zafra, un descuento por asesoría
inversa, tal vez un día la gente simple sepa que tiene más que dar, que uno, que con toda la
tecnología y la educación burgués, sigue sacando de lo simple las maravillosas ideas que dan fruto al
emprendimiento de llegar más al sueño ex americano, y ahora sueño divino, de trascender, un
poquito más allá que el vecino del frente, o las aventuras de Jack Sparrow y su tragedica vida
familiar, amparada por fans y una vida de confort, que sólo el mismo sabrá cuanto dinero vale la
felicidad, y no hayaa paz, o tal vez sí, aún así, soy un pirata como el. Robo tesoros, pedazos de
piedras preciosas en palabras e historias, que te dan unos minutos el sentarte un poquito al costado
del camino de fito o la vereda verde, al costado del cemento seco de la modernidad jaechupe.

Me robo ideas, construyendo sueños, para creer que puedo sostener mi aguayo propio, mi propia
cuna, y abandonar la sombra de mi padre que aún me duele un domingo Familiar, dónde en vez de
estar juntos, estamos más lejos que la vida de trabajo que les llevo a su matrimonio disfuncional, a
hacerme de mí esta inconsciente consciente maldita, que se ama y se detesta a sí misma, por no
poder abandonar, el dolor del inmigrante, y más encima, del peregrino social.

Ese ser vilipendiado por la diferencia, la cultura, la ignorancia y las noticias que siguen dando sazón a
la radio y la televisión, y a las redes sociales.

“Muere pequeña torturada”

“Violador recibe 50 años de cárcel” (tiene 40… cuánto más podría vivir)

“Cadena perpetua para el padre que maltrata a niño menor de edad”

(se protege la identidad del menor por amparo de la protección al menor)

Alguien entendió el error, o sólo yo veo la mancha de Quijote como un espejismo surrealista del
horror real HOY?

Que alguien me diga si están protegiendo algo o alguien.

Ni mi madre y todas sus palabras, ni mi padre buscando pan, ni todos los ojos a vista y paciencia
pudieron protegerme de un leve maltrato que no me quito la vida, más bien me la devolvió, y
amargamente aprendí a no odiar.

Anoche recordaba esa canción, y se la cantaba a un extraño, para cantármela a mí, para recordar mi
corazón.

Que estoy viva carajo!

Pero me duele viejo, hoy vi tu lapida, y no eras vos Adano, en quien pensé, pero te agradezco,
mucho menos el gran viaje a apenas un par de km de la ciudad en un auto promedio pequeño
chileré que se maneja un estado anónimo amigo.

Me duele la camioneta de incómodas cuotas y ese sueño que persigue volver a un país que ya no es
el mismo.

Veo los estados de mis amigas, y amigos, y ya no son, y ya no soy. Son recuerdos. Tal vez pueda
verlos, pero ya no están.

Y no pude antes, tal vez un día adelante sí lo sea.

Pero hoy NO ES.

Hoy no estoy allá, pero mi alma mater familia si estaba, estaba buscando en fines sociales reunir un
pedazo de tierra imaginaria para sostener en sueños vagos a mas extranjeros que buscándose a sí
mismos, han dejado su tierra y su olor a mar, por este mediterráneo lugar, que para mi ya es un
paraíso, aunque me duela recordar, que me arrebato a manos de otro extranjero, ni sangre local, ni
sangre filial, mi infancia y me dejo el dolor de la Latinoamérica violada por siglos de historia de
guerras y perseguimientos.

Viví la triple alianza, y tal vez solo por eso, y por el perdón y devolución de los trofeos de guerra, es
que me siento más comoda con Asha que nunca viví, que con todo el ayer, y con todo el hoy, que me
duele, porque incluso después de 15 años de caminar en estas calles Asuncenas, y dentro de mi
mundito burgués escondido en botas usadas y antes all stars de cordón, como revelando la rebelde
moda de mostrar un poco la disconformidad de la injusticia social, con o sin el amparo, la protección,
la educación y “la responsabilidad del seno familiar” que tanto urden los sectores privados de todos
los organismos que amparan a la familia modelo, que esconde debajo del sofá, las alfombras, y la
ropita secada al secador automático, las vergüenzas de verse a sí misma violada por ese nivel más
alto de vida. Nivel que arriesgó su tio, abuelo, hermano, y malmirado winner económico del país,
que le gano a la mediocridad, y que por más que se critique, sabe bien, que si protege a su color,
familia, grupo, iglesia, es porque hubose una vez una historia oculta de desarraigo terrenal,
patriarca, y por sobre todo patrimonial, de lo que hubo un día ser suyo, y fue arrebatado por ese
otro, que por ser de aquí o de allá, le quito al menos, la fuerza de vivir a un niño allá en el inicio de
las etnias, a mi en mi S.XX, y hoy en plena multitud mutilada, abatida, escondida, y perseguida, de
reprimir al ser, incluso en su más básica expresión sexual o genérica de ser sí mismo, para que
después yo misma me sienta relegada, por ser mujer, madre, soltera (y no me joda con que da lo
mismo que madre ser, porque no da lo mismo qué persona ser, porque madre hay una sola que es la
mía, pero jamás una madre será igual a otra, y al final todas son iguales, paren en pares, nacen y
mueren de a dos, o con suerte sobreviven ambos)…

Pero ya no me mientan, no me digan que mi niño buscando mi sombra y mi protección y que mi


inteligencia lo hacen más fuerte, porque aunque duerma en cama tibia, vivo inventándole el mundo
en colores disfrazando en monstruos a los actores del horror que no sé qué le espera.

Mientras el abuelo habla de ciencia ficción y vida artificial, buscando artífices de su lejana patria, el
nieto ya no es ni tierra, ni mar, y ya no sabe su bandera. Hoy escribimos Shrek y Fiona y es el idilio
más romántico y perfecto de lo que debería ser el amor en estos tiempos del cólera pandémico, que
García Márquez anunciaba en su barquito, y nosotros nos encerramos, y ahora corremos tras el
dinero perdido, el tiempo perdido, y la muerte perdida, que ya se fue, o por la pandemia, o por la
sal, o por la contaminación, o por el gran mal, de la herencia que somos y seguimos siendo los
mismos pies cansados, y la misma cabeza intuitiva, que sabe que la están jodiendo, pero ahora mira
al frente, tal vez con más ternura, porque quién sabe qué, a veces me sospecho, que tal vez a mi
padre le faltó sombra, y a mí me sobra sombra de amor para mi pequeño sol.

Y érase el mismo sol de la mañana, que un ángel me alumbraba el interior del ser, entre sus manos y
ese tejido que separa la vida del después mañana, tal vez un día, quién sabe, volveremos a ver salir
el sol, gimiendo de amor las heridas, supliendo el abandono, la melancolía, de estar lejos de nuestra
tierra, y más aún de esa gente, que llamamos vida.

Y mientras tanto vos dormís, y hoy no te conté un cuento, y es que mamá estaba cansada, ya no
tiene vergüenza, sabe que tiene abuelos que lo cuidan, y que el resentimiento que derrama mi ojo
en tu ojo padre bendito seas, es porque tal vez, la sombra que no fuiste, y que fue un fantasma y a
veces me persigue, hoy y solo por hoy, se haya convertido en la fortaleza de ser yo misma,
mostrándole a tu herencia, lo que olvidamos en el camino, ese sentarnos no más a comer chipa,
tomar cocido tibio a las 2 de la tarde, y salir a pasear sin reserva de restaurant ni turno de pedido de
comida para la casa.

Hoy Domingo Familiar, fue sólo salir a buscar una oportunidad, y disfrutar aún de este sol, que ahora
escondido, me recuerda al ayer, a las 2 copas de Gin, cítricos y frutos rojos, que me hacen renunciar
al clonazepam y volver a la menta nativa, y a trabajar con mis manos, y tejer con ellas, bordados y
collarcitos, que hilaren este corazón maldito bendito, de agradecerse y permitirse un respiro, de
renunciar a esconder la vergüenza de lo que no fue acto mío.

Hace tiempo ya no duermo bien, pero el insomnio se lo debo a ese maldito.

A ese mal, dito, mal mal sea dicho del ,mundo, dito de vida bendito, porque alguna vez le
arrebataron y le quitaron eso suyo, y por eso vino y me quiso quitar lo mío.
No, no te odio, desde niña decidí no hacerlo, tal vez fue mi acto más heroico, hacer la guerra sin
odio, sino con rabia, con la vocación de rabia para mostrar los dientes al sonreír al enemigo, y
también brillar como código secreto entre quienes nos sabemos, aún personas, aún sobrevivientes,
aún corazón latido, pum – pum … suena la tropa, caminan al paso los niños de la guerra de mayo,
independencia le decían, la misma por la que lucho yo todos los días, la misma por la que pisas mi
tierra vos de ida y venida, la misma que apostillamos en el sistema al entrar y salir, todos los días,
guerra corazón, hagamos el amor, hagamos la guerra, y como sea, morir en el intento de vivir, ya no
para encontrar al maldito culpable, para castigar al padre del sueño frustrado, a la madre abnegada,
la madre mutilada, la madre abortada, la asesina madre patria, la pater madre Dios nos libre, ni a la
iglesia cómplice, ni al policía corrupto, ni al médico valorético, o amoral sinético, del modus vivendi
en el que nos alojamos en este arrabal de arrogancia primermundista.

Sino solo pa vivir, y recordar, que es solo 1 día más, 1 día a la vez, verte salir el sol, mirar el cielo azul,
y al ver el cielo de aún hoy que fue despejado, pensar que después de todo, sobreviví a la guerra de
mayo, y tengo un ángel que me salvó una bala, al costado del corazón, a la izquierda del alma mía.

Nicole Joan,.

Gracias padre, hijo, y al querubín rebelde que sostiene mis manos, en este doc.exe el 22/05 proceso
del fin de la I pandemia, y preparación de la II, porque vendrán cosas peores, y no sé qué señor lo
dijo, solo sé que aún con miedo, prefiero proteger con toda mi raza sombra a mi gente, y si he de
morir, por favor, solo digan, que elegí morir al sol.

Debo perdonar, lo sé, pero me duele viejo, me duele tu historia, me duele la mía, y me arde el alma,
el alma mía.

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Firma el último remitente: Montés.

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