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COLEGIO WALDORF DE GUATEMALA

CICLO ESCOLAR 2023


5TO BACHILLERATO
LITERATURA GUATEMALTECA
FARINA GALÁN

EL HOMBRE DE LOS PERROS


Por Oliver Estrada

Había una vez un hombre llamado Juan, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y
bosques. Juan era conocido por todos en el pueblo por su gran amor a los perros. Juan era muy
recomendado cuando se trataba de ayudar a un animal, sin embargo nunca pudo abrir su refugio para
perros.

Un día, un grupo de viajeros llegó al pueblo en busca de alojamiento para la noche. Al escuchar hablar de
Juan, decidieron visitarlo y pedirle que les cuidara a sus perros mientras descansaban. Juan, con su
corazón cálido y generoso, aceptó de inmediato y les prometió que cuidaría a sus perros como si fueran
suyos.

A la mañana siguiente, los viajeros se sorprendieron al encontrar a sus perros más felices y saludables que
nunca. Les contaron a Juan que habían viajado por todo el país en busca de un buen cuidador de perros,
pero nunca habían encontrado a alguien tan amable y competente como él. Al escuchar esto, Juan se
sintió orgulloso y feliz de haber hecho una diferencia en la vida de los perros.
Desde ese día, la fama de Juan como el mejor cuidador de perros se extendió por todo el país. La gente
viajaba desde lejos para dejar a sus perros en su casa y asegurarse de que recibieran el mejor cuidado
posible. Juan trabajaba incansablemente, brindando amor y atención a cada perro que llegaba a su casa.

Sin embargo, un día, un hombre malvado llegó al pueblo con un plan diabólico. Este hombre odiaba a los
perros y quería hacer todo lo posible para perjudicar a Juan y a los perros. Él comenzó a difamar a Juan,
diciendo que era cruel y negligente con los perros. La gente del pueblo, que antes confiaba en Juan,
comenzó a dudar de su integridad.

Juan se sintió confundido y triste. No podía entender cómo alguien podría decir tales cosas sobre él,
especialmente después de haber dedicado su vida a cuidar a los perros. Sin embargo, él sabía que su amor
por los perros era sincero y decidió no rendirse. En lugar de ello, decidió demostrar su inocencia y su
amor por los perros de una manera grandiosa.

Un día, finalmente su sueño se hizo realidad. Siguió ayudando a los perros de la poca gente que aun le
confiaba, abrió su propio refugio para perros, donde podía cuidar a aquellos que habían sido
abandonados o maltratados.

Cada día, Juan se levantaba temprano y se aseguraba de que todos los perros tuvieran suficiente agua y
comida, y que estuvieran limpios y cómodos.

A medida que el refugio crecía, Juan comenzó a recibir más y más perros que necesitaban su ayuda. A
veces, cuidar a tantos perros era agotador, pero Juan nunca se dio por vencido. Sabía que cada perro
merecía una segunda oportunidad y estaba dispuesto a trabajar duro para dársela.

Además de cuidar a los perros, Juan también organizaba paseos y actividades para ellos, para que
pudieran socializar y jugar juntos. Al ver a los perros felices y saludables bajo su cuidado, Juan sabía que
había tomado la decisión correcta al abrir el refugio.
Juan estaba orgulloso de lo que había logrado y agradecido por poder ayudar a tantos perros en
necesidad.

Un día decidió organizar una gran exhibición en el pueblo en la que presentó a todos los perros que había
cuidado y trabajado dando a reconocer su nombre de nuevo y mostrando ser el cuidador y amante de
perros que tanto admiraba el pueblo.

Moraleja: no importa cuánto la gente trate de hundirte si tu amas lo que haces nunca te rinda y siempre
saldrás a flote.

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