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Los huesos crecen por agregación te tejido óseo nuevo de un lado de la corteza ósea y mediante
eliminación en el otro. La superficie dirigida en el sentido del crecimiento progresivo muestra
deposición de hueso nuevo (+); el área opuesta sufre resorción (-). Este proceso compuesto recibe
el nombre de ´´deriva´´ crea un movimiento directo de crecimiento de cualquier área ósea
determinada.
Las superficies externas e internas de un hueso se encuentran tapizadas por un patrón en mosaico
de ´´campos de cultivo´´. Sin embargo, nótese que la superficie exterior no es sólo de ´´deposito´´
como pudiera suponerse. Casi la mitad del área perióstica de todo hueso presenta disposición de
cambios de resorción, un aspecto de campos de depósito cubre el resto. Si una región perióstica
presenta un campo de resorción, esa misma región en su área interna presenta un campo de
acumulación, y viceversa. Estas combinaciones producen movimiento de crecimiento de todas las
partes de un hueso completo.
Las membranas osteogénicas y otros tejidos vecinos, controlan la función de los campos de
crecimiento. La matriz de tejido blando que rodea a cada hueso completo produce el crecimiento.
El tejido blando activa y desactiva, acelera y retardan las acciones histógenas de los tejidos
conectivos osteógenos (periostio, endostio, suturas, membrana periodontal).
El programa para el diseño, construcción y el crecimiento de hueso se localiza en: los músculos, la
lengua, los labios, los carrillos, los integumentos, las mucosas, tejido conectivo, los nervios, vasos
sanguíneos, la vía respiratoria, faringe, cerebro como masa orgánica, las amígdalas, adenoides.
Todos los cuales aportan señales informativas que regulan el desarrollo óseo.
´´Sitios de crecimiento´´ ejemplo: el cóndilo mandibular es uno de estos sitios, sin embargo,
recuérdese que el crecimiento no se presenta solo en dichas zonas especiales. Toda la rama, junto
con el cóndilo, interviene de manera activa y directa.
La remodelación: es una parte fundamental del crecimiento. Un hueso tiene que remodelarse
durante el crecimiento ya que sus partes regionales se desplazan. La deriva mueve cada porción
de un sitio a otro conforme todo el hueso aumenta de tamaño. Por ejemplo: la rama se desplaza
de modo progresivo en dirección posterior, mediante una mezcla de depósito y resorción. Tan
pronto lo lleva a cabo, la parte anterior de la rama se remodela, generando una elongación del
cuerpo por crecimiento. Esto recibe el nombre de reubicación y es el fundamento de la
remodelación.
En resumen, el conjunto de tejidos blandos que rodea a los huesos determina el ritmo de proceso
de remodelación de crecimiento, y las funciones son:
Aunque estas funciones se vinculan con la infancia, la mayor parte perdura en la edad adulta y
vejez, para producir las mismas funciones continuas.
Conforme el hueso aumenta de volumen al mismo tiempo de aleja de otros huesos en contacto
directo con él. Esto forma un espacio dentro del cual se realiza el agrandamiento óseo.
Toda la región maxilar se desplaza hacia abajo y adelante lejos del cráneo, por crecimiento
expansivo de los tejidos blandos en la región facial medial. Luego se activa el crecimiento de hueso
nuevo en las suturas entre el compuesto nasomaxilar y piso craneal. El desplazamiento prosigue
hacia abajo y adelante al mismo tiempo que hay crecimiento por acumulación ósea en idreccion
opuesta hacia arriba y atrás.
Los incrementos de tamaño de los huesos en la fosa craneal media, en combinación del
crecimiento cerebral, causan un desplazamiento de todo el complejo maxilar en dirección anterior
e inferior. Esto es muy independiente del crecimiento y agrandamiento del maxilar mismo, por lo
tano el efecto de desplazamiento es secundario.
Nota: el hueso no aumenta de tamaño, tan solo mediante expansión directa, simétrica hacia
afuera de todas las superficies y contornos, como si lo amplificara una lupa.
COMPOS DE CRECMIENTO
Un hueso no crece por deposito generalizado y uniforme de hueso nuevo sobre todas las
superficies exteriores, con resorción correspondiente a partir de todas las áreas internas, como
pudiera suponerse erróneamente. Durante el agrandamiento de cada hueso en el esqueleto de la
cara y el cráneo se presentas 2 clases de movimientos de crecimiento: 1. La remodelación, que
genera tamaño, forma y el ajuste de cada hueso, y 2. Desplazamiento.
Que este es un movimiento de huesos completos que se alejan entre si creando un espacio dentro
del cual se presenta la ampliación de crecimiento de cada uno.
La remodelación realizada por funciones de migración cortical, es un movimiento directo de
crecimiento generado por deposito de hueso nuevo sobre uno de los lados de una lámina cortical
con resorción del lado opuesto.
REMODELACIÓN ÓSEA
A medida que el fenómeno de desplazamiento separa los huesos se acumulan nuevos depósitos
óseos proporcionales.
En la mayor parte de los huesos de la cara y cráneo aproximadamente el 50% del total de tejido
óseo cortical es de origen endóstico y casi 50% perióstico.
Nota: toda la mandíbula se desplaza hacia adelante y abajo en la misma medida que crece hacia
arriba y hacia atrás.
En resumen, son dos los modos básicos del movimiento esquelético que intervienen en el
crecimiento de cara y cráneo. La remodelación comprende la acumulación ósea en el lado dirigido
en sentido del crecimiento. La resorción se presenta con frecuencia en el lado contrario de dicha
corteza ósea.
Muchos han supuesto que el papel de la preprogramación genética tiene una influencia
fundamental y quizás abrumadora cuando se establecen los patrones faciales básicos y los rasgos
a los que el ´´medio ambiente´´ interno y externo empieza a actuar en algunos niveles listos para
entenderse. Los genes en realidad son un participante básico en la operación de cualquier
organelo celular que conduce a una expresión de la función particular de las células. Cada
osteoclasto, precondroblasto o fibroblasto contráctil realiza su función celular cuando se activa y
luego cesa cuando las señales se desactivan. Los genes internos son el iniciador y el detonador.
Se supone que una respuesta es la activación selectiva y regulada de los genes específicos dentro
del complemento genético de las células. Un factor clave es el reconocimiento de que la
regulación epigénica puede determinar, las actividades del comportamiento del crecimiento de los
tipos de tejidos génicos.
Mediado por las fuerzas físicas que actúan en el hueso, basándose en la ley de Wolff sobre la
transformación de hueso. Este principio afirma el axioma biológico de que el hueso crece y se
desarrolla de una manera que el compuesto de fuerzas fisiológicas ejercidas se ajusta mediante el
desarrollo del hueso, con lo que adapta la estructura al complejo de funciones.
Se han llevado a cabo muchos experimentos donde los músculos fueron separados o los tejidos
blandos alterados y en donde experimentaron fuerzas mecánicas artificiales ejercidas en un hueso
vivo. Sin embargo, los experimentos no aprueban la función de las fuerzas mecánicas, puesto que
existen ciertas variables como la interrupción vascular y neural, cambios de temperatura,
alteraciones del pH y presión de oxígeno, de las que se saben que afecta el crecimiento del hueso.
En el decenio de los 20´s surgió un nuevo modelo y floreció a lo largo de los 40´s y 50´s. las teorías
se fueron por un tono más biológico y por razonamientos mas completos.
El crecimiento, la forma y las dimensiones del hueso, eran gobernadas por programas genéticos
intrínsecos que residían en sus propias células productoras de hueso en el periostio, las suturas,
los cartílagos relacionados con el hueso. El desplazamiento de los huesos mientras se ensancha se
atribuyó a las fuerzas expansivas que residen en sus suturas osteogénicas y cartílagos y originan un
empuje mediante los tejidos de hueso nuevo que generan.
La idea se extendió hasta incluir el concepto de los centros de crecimiento que se supone
proporcionan una regulación del crecimiento inclusivo de cada uno de los huesos a los que sirve.
Se pudo entender que los centros como las suturas faciales, no pueden impulsar al complejo
nasomaxilar hasta un desplazamiento hacia abajo y adelante. Para resolver el dilema, Scott un
anatomista irlandés, demostró que el tabique cartilaginoso nasal tiene rasgos y ocupa una posición
estratégica que ocasiona el desplazamiento de la cara media hacia anterior e inferior, ya que el
cartílago es un tejido mas tolerante a la presión que las suturas vasculares, se considera que quizá
tiene una capacidad de desarrollo que empuja de manera expansiva todo el complejo nasomaxilar
hacia abajo y adelante.
Las fuerzas físicas reales para el cambio por desplazamiento maxilar pueden ser, o al menos en
parte, una tracción del ligamento septopremaxilar debida al ensanchamiento septal. En vez de una
acción por empuje. Tal efecto se observa en una fisura palatina bilateral: el proceso embrionario
nasomedial se desplaza de manera de manera protrusiva y los maxilares no se desplazan hacia
adelante y permanecen de manera retrusiva.
Teoría elaborada por Melvin Moss. Trata sobre todo del origen fundamental de la regulación
osteogénica. El papel de los genes en la producción de proteínas de tejidos, enzimas específicas,
como respuesta a mensajeros extracelulares que activan una función fisiológica, emana el
crecimiento y las acciones de todas las fuentes múltiples en el cuerpo y la cabeza en crecimiento,
de manera directa o indirecta, funciona para iniciar y terminar la actividad de los organelos
celulares en todos y cada uno de los tejidos génicos.
Los ensanchamientos en el crecimiento participan de manera directa para dar señales que activan
los tejidos conectivos osteogénicos.
Los múltiples fenómenos de crecimiento en todas las diversas partes de la cara y el cráneo se
describen por separado como regiones o fases individuales. La secuencia se inicia de manera
arbitraria con el arco superior; luego se presentan los cambios mandibulares, seguidos de los
crecimientos de partes del cráneo y después de las demás zonas.
Estadio 1
El arco superior óseo se alarga horizontalmente en dirección posterior. Se ilustra lo anterior por el
movimiento posterior de la fisura pterigomaxilar (PTM), esta es un punto radiográfico usual de
referencia para identificar la tuberosidad del maxilar.