SUCESOS PARANORMALES
VIVIDOS EN PRIMERA
PERSONA
Lic. Paola Eliana Ferrufino Mérida
Docente universitaria de Ciencias
Forenses y Medicina Legal
Bolivia
Era el año 1999, realizaba uno de mis
primeros trabajos luego de haber
egresado de la Universidad, nos habían
contratado a mi compañera Inés y a mí
para hacernos cargo de la recuperación
de la cartera en mora de una entidad
financiera.
Con el empeño que le ponemos a todo
lo que es nuevo para uno, decidimos
quedarnos en la oficina fuera del
horario de trabajo y luego de que todos
ya se habían retirado, ya que debíamos
presentar varias demandas y queríamos
hacerlas lo más rápido posible.
Así que aprovechamos que no había
nadie y en la oficina del que en ese
entonces era nuestro jefe montamos
una gran pila de papeles y yo sentada
en la computadora llenaba rápidamente
los datos que mi compañera me iba
dictando, para que hagan una imagen
yo en una esquina de la oficina, todo el
piso lleno de papeles mi compañera
sentada en medio de los papeles, la luz
central de la oficina prendida.
Entonces se oía solo la voz de mi
compañera dictar demandado,
domicilio etc. y de pronto en medio de
la nada al otro lado de la oficina donde
habían dos sillones y una mesita de luz,
se prende la lámpara, las dos nos
damos la vuelta, nos miramos, y le digo
Inés debe estar suelto el enchufe, apaga
la lámpara, mi compañera se para,
camina hasta la mesita de luz y pega un
grito y me muestra el cable de la
lámpara; la lámpara estaba
desenchufada, no fue miedo lo que
sentimos, fue pavor como pudimos
recogimos nuestras carteras sin
importar el regadero que estábamos
dejando y empezamos a salir de la
oficina, ya cuando nos encontrábamos
en la secretaria, escuchamos como
claramente cómo se oía las teclas de la
computadora, como si alguien
escribiera muy rápidamente.
Poco es decir que salimos de ahí lo mas
rápido que pudimos, y no paramos
hasta llegar a la casa de Inés.
Al día siguiente cuando llegamos a la
oficina le contamos a la secretaria lo
que nos había pasado, y ella nos dijo
que el edificio se había construido
sobre un antiguo cementerio de un
convento, y que nadie se quedaba a
trabajar hasta tarde porque siempre
pasaban este tipo de cosas, se veían
monjas caminar por los pasillos, se
prenden y apagan las luces y lo más
asustador se cierran las puertas y no se
pueden abrir ni con la llave, nos dijo
que no nos había dicho nada para no
asustarnos pero que se había ido con el
pendiente de dejarnos solas.
Demás está decir que nunca más nos
quedamos a trabajar hasta tarde, y
pedimos que la computadora que nos
asignaron la trasladaran al lado de la
secretaria.
Trabajamos 3 años ahí, jamás volvimos
a ver nada paranormal, hoy cuando nos
acordamos creemos que las monjas nos
jugaron una novatada, que casi nos
mata de susto.
Imagino que por estos fenómenos el
edificio fue perdiendo a los inquilinos,
ya nadie quería trabajar ahí, así que
poco después de que nos fuimos, los
que eran nuestros jefes también se
mudaron de oficina.
Les dejo fotografías del edificio
actualmente, ya nuevamente
refaccionado, donde ahora funciona
una entidad financiera.