Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Solamente el caf?
Mara Ins Casal y Juan Carlos Pisano, escritores argentinos. Cuento con enseanza
sobre el valor de hacer nuestra tarea con amor.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo, fueron ocurriendo diferentes cosas. Por la
maana, cuando ingresaban, haba olor feo en las oficinas, las pantallas de las
computadoras estaban sucias, en los baos faltaba el papel higinico, las flores se
pudran en los jarrones y las tazas quedaban sucias de un da para otro...
El dueo mand a llamar al jefe de mantenimiento, y ste reuni a sus empleados.
Por qu no limpian como siempre? Qu les pasa?
Nosotros hacemos el mismo trabajo desde hace aos. Cuando entr a trabajar, me
dijeron que no tocara nada de arriba de los escritorios. Nunca toqu una computadora.
Yo estoy limpiando con los mismos productos de siempre dijo otro
. No s porqu, ahora, dicen que hay feo olor.
Nunca limpiamos las tazas. Ni siquiera entramos al lugar donde se prepara caf porque
siempre est en orden dijo otro.
El jefe se qued pensando. Conoca a sus empleados y saba que no le estaban
mintiendo. Qu estaba pasando? En ese instante se dio cuenta que el que faltaba era
Marcelo.
Cierto! l es el que entra primero. Ahora me acuerdo de que, un da que llegu bien
tempranito, lo vi abriendo las ventanas para que entrara un poco de aire. Me dijo que
despus las cerrara.
Claro! Y l es el que se ocupa del caf. Despus de servirlo, debe pasar por los
escritorios para buscar las tazas dijo uno de los empleados.
Entre todos fueron pensando y descubriendo la cantidad de cosas que Marcelo haca en
silencio, sin que nadie se lo pidiera y sin reclamar agradecimiento ni reconocimiento.
El da que Marcelo regres, le hicieron una gran fiesta, y el jefe de personal y el
mismsimo dueo de la empresa le agradecieron todo lo que haca da a da.
Fin
Para pensar y conversar acerca del cuento:
Por mejores que seamos, hacer el bien y no esperar recompensa o que nadie reconozca
lo que hacemos tiene cierta dificultad.
Saber disfrutar el acto de servir a los dems por el slo hecho de hacerlo es una actitud
poco trabajada y valorada. Incluso, como en el caso del cuento, aunque se cobre un
sueldo por la tarea, existen muchas formas de realizarlas.
Si elegimos hacerla por algo ms que la retribucin econmica, seremos
verdaderamente felices, por lo menos, este es el camino que nos ensea Jess y valdra
la pena probarlo.