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Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar. 18 Dad gracias en todo,


porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús.
1tes 5:16-18

Dar gracias debe ser algo que hagamos constantemente. El apóstol


Pablo decía que tenemos que orar sin cesar, y dentro de nuestras
oraciones, de nuestro diario vivir, también el agradecimiento debe ser
algo normal, regular; de ser una constante en nuestros corazones esa
disposición de agradecer a Dios.

Una de las razones por las cuales la gente no toma tiempo para
agradecer es porque se olvidan de las bendiciones de Dios. Parece
simple o trivial, pero analízalo. Estamos tan llenos de los problemas
presentes, de las cosas que nos hacen falta, lo que no tenemos todavía,
que de repente nos olvidamos de contar todas las bendiciones que
Dios nos ha dado.
SALMO 103 (102)

Himno de David.
103 ¡Con todas las fuerzas de mi ser
alabaré a mi Dios!

¡Con todas las fuerzas de mi ser
lo alabaré y recordaré
todas sus bondades!

Mi Dios me perdonó
todo el mal que he hecho;
me devolvió la salud,

me libró de la muerte,
¡me llenó de amor y de ternura!

Mi Dios me da siempre todo lo mejor;
¡me hace fuerte como las águilas!
Nuestras hijas son agradecidas ejemplo, burbujeo y Beky
siempre va más allá con su agradecimiento. Cuando hacemos algo por
ella, vemos su emoción en sus ojos, en su sonrisa, en su expresión. Y
es muy típico de ella, días después, el decir: gracias por haber hecho tal
cosa. Es un agradecimiento que no fue algo del momento, que no fue
solo por los buenos modales que se le han enseñado, sino que tú
puedes percibir que le entró al corazón y de la abundancia de su
corazón le surgió esa expresión de manera genuina.

Dar gracias es un acto de fe. Sin embargo, la fe es algo que es hacia el


futuro, mientras que dar gracias es algo que haces por lo que ya has
recibido. ¿Cómo es qué entonces dar gracias en un acto de fe?

“20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se


hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a
Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” Romanos 1:20-
21

No dieron gracias y su corazón se entenebreció.

Cuando tú das gracias a Dios estás demostrando de dónde proviene tu


bendición. Y eso de por sí es un acto de fe porque, para tú poder dar
gracias a Dios, tienes que tener fe de que Dios existe. En el libro de
Hebreos dice que, el que se acerca a Dios, es necesario que crea que le
hay; o sea, hay que creer que Él existe, que Él es real, y eso requiere de
fe. Así que nadie puede agradecer a Dios, si no tiene fe porque tienes
que creer que Dios existe. Por lo tanto, dar gracias es un acto de fe
que te posiciona en el reconocimiento de saber de dónde viene lo que
has recibido.

Tus hijos no requieren de fe para agradecerte algo porque ellos te


pueden ver, pero esa no es nuestra experiencia con Dios; nuestra
experiencia con Dios es una totalmente de fe, donde tenemos que
demostrar que creemos en él. Pero dar gracias a Dios es también una
demostración de fe porque a la vez nos posiciona para recibir todas las
cosas nuevas que Dios tiene para nosotros.

En el afán de nuestra vida, en nuestro diario vivir, en todas las cosas, a


veces, perdemos de vista y nos olvidamos que ha sido el Señor quien
nos ha dado todas las cosas, que ha sido Él quien nos ha puesto en el
lugar donde hemos estado, quien nos ha sostenido en los momentos
difíciles. Pero cuando Dios tiene a alguien que, cuando Él hace algo por
esa persona, a esa persona no se le entenebrece el corazón, no se
envanece, no se le olvida, Dios siempre va a estar en esa expectativa de
hacer algo por esa persona porque sabe cuál es la reacción que va a
tener.

Desarrolla ese corazón agradecido con Dios, ponte en esa posición


espiritual con Él. Y no solamente con Dios, sino con todos los que
están alrededor. Agradece a quien está contigo en medio de alguna
situación, a quien te ha dado alguna oportunidad, a quien haya tenido
cuidado de ti en algún momento dado. En tu diario vivir, de la misma
manera que nos olvidamos de lo que Dios hace por nosotros, nos
podemos olvidar de las cosas que ciertas personas hacen a nuestro
alrededor a diario. Toma consciencia hoy, y aprovecha para agradecer
a esas personas a tu alrededor. No des por sentado que ellos conocen
tu agradecimiento; ellos también necesitan escucharlo.

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