Está en la página 1de 24
Capitulo VE Instituir infancia por ceremonias minimas. Al rescate de la socializacion y la educacion olaboracn de Rosana Maneiro «Que se oculte al joven el papel que la sexualidad ‘cumpling en st vida no es el nico reproche que puede diigrse ala educacién de hoy. Yeera, ademés, por no prepararlo para la agresién cuyo objeto esti estinados ser. Cuando lanza alos jovenes en medio ‘dela vida con una orientaciOn psicolgica ta recta, Ia ecicacion se comporta como si dotara a Jos miembros de una expedcin al polo de ropas de verano y mapas dels lagos de Italia septentrional. Es evidente aqut que no se hace un buen uso de los reclamos cos. La severidad de etosno suit gran asi sila edcacion dja: “Aa{ debertan ser os seres hhumanos para devenie dichosos y hacer dichosos Jos dems: pero hay que tener en cuenta que no es ast, Bn lugar de ello, se ace creer alos jovenes que todos los dems cumplen los preceptos éicos, vale decir, son virtuosos. En est se funds la exigencia de {que losto sean también.» El malestar en la cultura, Staneunn Fes El reconocimiento de las dificultades que implican a los chicos ¥ chicas las vcisitudes propins de la configuracién de [azos sociales ‘como ino delat motivos estructurales del malestar en la cultura, 08 Capinuto VE Instituir infancia por ceremonias minimas. Al rescate de la socializacion y la educacién Colaboracisn de Rosana Manciro Que se oculte al joven ef papel que la sexualidad ‘cumplird en su vida no es el unico reproche que puede dirigisea la educacién de hoy. Yerra, ademas, ‘por no prepararlo para la agresién euyo objeto esté destinadoa ser. Cuando lanzaa los jovenes en medio de la Vida con una ovientacién psicolégica tan inco- recta la educacién se comporta como si dotara a Jos miembros de una expedicién al polo de ropas de ‘verano y mapas de los lagos de Italia septentrional. Es evidente aqui que no se hace un buen uso de los reclamos étcos, La severidad de estos no sufrra ran dao sila educacién dijera: “Asi deberfan se losseres Ihuimanos para devenie dichasos y hacer dichosos 2 los demas; pero hay que tener en cuenta que no es ast”, Bn lugar de ello, sehace crer alos j6venes que todos los demés cumplen los preceptos étics, vale deci, son virtuosos, En esto se fund la exigencia de ‘que clos lo sean también.» Fl malestar ta cultura, Siamun Pano Bl reconocimiento de la difleultades que implican a los 1 chicas las viesitudes propias de la canfiguracién de Iszos sociales ‘Come tino de los motivosestructurales del malestar en fa cultura, nos Capitulo VE Instituir infancia por ceremonias minimas. Al rescate de la socializacién y la educacién Coaboracdn de Rosana Mancino Que se ocuiteal joven papel que la sexualidad cumplird en su vida no es el nica reproche que puededrigise ala educacin dehoy. Yer, ademis, or no prepararlo paral agresién cuyo objeto ext destinadoaser.Cyandolanaaalosjévenes en medio dela vida con una ovientacin psicoldgia tan inco recta, la edueacin se comporta como si dara a Jos miembros de una expedicin al plo de ropes de verano y mapas de los lagos de Italia septentrional, Es evidente aq que nose hace un buen wo de los reclamos ins La severidad de estos no suit gran, dato silaeducacin dijer: “As{deberian ser los sees husmanos para devenirdichoses yhace dichosos los dems; pero hay que tener en tents que no ee ast", En lugar de ell, se hace creer as venes que ‘todos los dems camplen los preceptoséicos, vale decir, son virtuosos Ea esto e fan in exigencia de ‘quedloslasean tambien malestar en a cultura, StaMun Paavo Hleconocimiento dels difenltades que implican aloe chicos Y chicas las vieisitudes proplas del configuracién de laos sociales como uno delos motives estructarals del malestren i cultura, noe permite avanzar en lo que podemos identifica o bien como ausenteo bien como silenciado en el dscursocontemporsinc, en tant es poco (Dotto, 198120) Yes aqut donde nos encontramos con una cave'la ausencia de narrativa,y su contract, la importaneia de reeuperata, Narac ‘pensada Como un intento decrear ottassgaifcaciones ena trans nisin simbélica de los bienes culturales, crear un borde pars e80 dlelo Real quese torna inasible ‘Tal como nos die Vasen (2006), la historia hace al if, a histo ria se hace nifo; os nitos y las nias hacen, como y cuando pueden, sus historias, sto puede sigificar que la narrativa puede que requlera ser centendida no slo como la capacidad de conta historias, sno tam bign como la recuperaién de relatos que nos pusdan permitirenten- dro que nos pasa hoy, considerando sus races histriasy cultura Tes, mitcas, en tanto producciones dl orden del discus hurnano.| Bs narrando que intentamos hacer comunicableeintligibte la ‘experiencia, les modos de very de entender el munca, lo que somos ‘ylo queson sos ores En toda naracién se hace presente elo dicho ‘ylo no dicho Deal significative que, desde diversas perspectiva, se consi- eral hecho de dar importancia ala narrativa en los aprendizajes ‘puesto que crea significaciones al dar forma a nuestra experiencia layudarnos a construir la subjetvided (nos narramos a nosotros mists), al organiza a memoria coletiva def comunidad y dar~ nos un higer en ella, \Narrativas, apuestas on educaclén Por diferentes caminos" ubicamos una caincidencia que nos feresaindagar respecto de a relacién quese iafiere entre: ala falta de ocasién para que los nifos pueden formclar sus preguntas (las cuales pueden presentarse ce modos muy dlversos), contando con condiciones de posibildad para que, pore! juego, se pemita su paulstina dlaboracion y, bel estado de inquictuddis-atencién e hiperactividad que —ie modo excesivamente genealizado— se busca aplacse con medicacion psiquistica, sta relacin no poede considerarse directa, Es decir, no esposible cen ningiin asunto humano estableercausa-efecto,peto sf aspra- :mosa considerar cdmo impactan en nics que expresan dicha sn- ‘tomatologi, fas ereronias mrnimasque es orecen posible de cexpresion alas inguletudes que a sexualidad el nacimnento, dios y J muerte les provocan,al punto que, enando ay un escenario pro- picatorio dela cirealacin de dichasinquietcles los sintomas, en -numerosos casos, mite, Las formas de ramitarlasexulidad son —y han sido—legsdadae caturalmente desde tempos remotes. Sea que dichas bass ls oft2- can el discurso reigosoo el cientfica, sea que el mato lo ofezcan los riuales culturales, en diferentes tiempos histricos han encon- twado marcos de referencia scil, Hoy sstimos an fendmeno que “Bindijen a tsperencnt de trent Itaonls rdciare ‘Gorn npn aco iran, karan yD ioe ery Acland cre ea et Paso da 1, iy iz go ageto201. oftece la posbilided de que sea el discurso mercantilel que delimit To permitido ylo prohibido respecto de los cuerpos. También en «ste sentido ingresan debates respecto del género, del sexo y dela sexualida, La importancia de evisr estos postulados es altamentesigni- Aicativa ante la necesatiedad de confighrar marcos educativos y linioo sociales actualizados, que conteibuyan al sosten del reco rnocimiento de as diferencias, ante tendencias que desicreditan el impacto que presenta en los niios la exposieién temprana a ecenas de exo, sea mediante a imagen, sea que selos ulice como objeto de goce voyeur auto, Diversas experiencas demuestran que I posbilidad de ofrecer ‘scenarios ocio-eucatives —porceremonias minimas— donde a sexualdad encvente cauees simbélco-imaginarios pars darbordea To real ubica a ess nos hiperactivos y dlsatentos en ota posicisa, Aslcome debe esablecers a diferencia entre la liga de lav ereot- as —sustentada en Ia desmentida (Freud, {{1938] 1940) 1995)— especto del alimento dela imaginaciona través de relatos fantsticos, nflcos,legendarios,cuentos de hadas entre otros debe establecerse tambidn la dstincin fundante entre la cepresén dela sexualidade ‘que carateriaé ala époce vctoriana—en el sentido de represién social, por intolerancia alas diferencias de género— yla erepre- sin dela sexualidacn en el sentido del empuje al sex, la precipita cidnal sexo, ala cual se tiende a arrojaralae nuevas generaciones, ‘Ya Foucault asimilé esta suerte de empuje al sexo, a ehablar de sexo» al dispositive dela confesin. 1a sexualidad infantil no puede ser hablada sino por alusi6n. [No stata cde que sea educada por nformacin sexual centfeamente validads; se trata de generar espacios colectivos donde la sexualidad ‘se manifesta en sus diferentes variants; onde la sexalidad, en el sentido de Pros, alientela creacién de azo socal y de prodccién de cultura; sexalidad que eneentre condiciones de posiblided para la instalacin de diquespsiquicos que enmarquen el empriepalsional sins cauee quela descarga directa {Las vidas incipientes que se suponen sin storia, sin nanativs, sin juego, nos recuerdan que hace fla recupera de ntestrosantepasidos {a tenacidad con la que sostentan la diferencia entre Io inacesible del territoro mitico y su enéiplesforuns de representa dla continuidad alo humano en el misndo por transmisigny a _memoria, afin de sepultar los specttos de a historia y mantenct ‘con vida la produccién de escrituras dels ley en la cultura. Delimitarfronteras, presente-ausente ‘Una fontera poco explorada eto que lsmaremos toleeancls ys ‘exceso, a intolerancia, la cuales efecto de indiscriminacion Blexceso de toleranciainvierte los términos dels relacin con las chicos, ye pasn a considerarquese debe, quese les deb toerar cul ‘ier cosa que hagan porque oben es derecho bien por ln familia qe ten... por lo queles pas... tl como analizaremosenel primo apartade Malentendito que amerita se aclarado cuando alli mismo, exe Ia convivencia posible no sdlo entre grandes y chico, sin entrelos ropios chicos que se manifiestan suetos, desamarrados,desorien- tados y con ansias de balla sostén, ‘Nuevamente,isistimos en que los pares opuestos no resultan| ‘buenos aliados para a revision de nuestras précticas de modo tal dquela violencia dismay Bl exeeso de toleranca tanto como Ia intolera dos caras dela misma moneds traduce en todo vale fo mismo. Sin embargo la lave para abrir los interrogantesesté de nues- wo lado, Instituimos o desttuimos diferencias por pequetios actos, por ‘ceremonias minimas cuya eflacia es notota, en tanto crea cond ones de posibilida allmismo donde parece no haberiss, ‘alla escena cada en un comedor bail al cua asisa un grupo de estudiantes universitaiosen el marca de actividades de Extesign Universitaria, Por au descripcdn, todo ea caos y desorden gener: ‘ado ante! cual quedaban peplejos. Un pequena pero significative «esto habla pasado desapercibido, nose hablonpresentado, Para los chicos eran extratios. Por qué deberian ser incondicionaesyprestar atenciéna cualquier desconocido que lx proponga algo? in absoluta son ndizionaidad ene rato que we Primer paso entonces, presentarse. Este paso, por demas obvio, aunque demaisiadss veces desestimado, hacearecuperar las reglas de hospitaidad tan poco consideradas. ‘Ante I falta de incondicionaldad de los chicos, a intolerancia| de os extensionista ea la respuests Su intoleancia se extendis y el malestar era por demas desbordante en esa sensacin que dice Ja Impotencia, hagamos lo que hagamos, no tiene sentidon. Expresion de desesperanza y de impotencia que prontamente fue cediendo cuando, en la reunion siguiente, feron no slo decid dosa preventarse sino a ofrecer la posibilidad de ques chicos se presettaran, Las eglas minions ante tl stuacion noes permitansquier pen- sar mis queen el estado lamentable y de descontrol ene cual encon- traban a aproximadamente cincuenta chicos. Entonces, ena reunién sigutente, decididos a hacer algo distinto ante lo mismo, decididos a que podian tener algo para ofrecer, lle- ‘varon una eatulina con pequefios papees recortados en los eles ‘sexbirfan fos nombres de ellos y de eada uno dels chicos. resentarse unos y otros abrié el juego. Bs dese, partiron de a in-diferenciacién, aunque se quejaban porquels chicos no ls pres- taban atenelin alguna. Sin embargo, ee dla, a esa hor, decides institute un lugar de liferencia entre estar o no estar presentes, a medida que os curio- ‘sos chiguitos velan que tenfan algo wdistinto» yuna eenrpresse para mastratls, comenzaron a acercarse los ya no tan espantados eta antes Les propusieroa dar su nombre, uno a uno, yells los ia «scribiendo, cada uno tendefasu propio cartel. Luego comenzaron a colocr los nombres dels presentes, dejando una lina separadora ‘ara anor la prima vez, Tos ausentes, sta apertura, este circunscribie un tiempo de presentacion, permiti6 comenzar a ofrecer consignas de trabajo, El tempo de permanencia en la actividad programada result6 breve esta pri- ne siguiente vst, la soxpresa de los extensionista fue impor tante cuando, al verosllegar lo primero que les pdieron fue «poner losnombres de os queestabanyeanotar los que no ebfan vendo. ‘Comexzarona hablar de por qué suponian que no hablanasisido y algo dela narativa de experiencia incipente pu ese ia incase ls mismos chicos pedian que los mayoressostveran el pequeho ritual que, como ceremonia minima, comenz6a delimitare tempo Aeinicio y de fnalizacion de cada dia des encuenteo, stos pequefios actos necesaios restablecen ins legalidad en los tercarnbios que, una y otra ve os chicos pein, Hace a pos bilida del pensamiento, det hacer presente lo aisent, de narra, de fener en cuenta que pas6 quealguno no estaba. Como antes hemos rmencionado, dio cabiea a que la pertenencia a un lugar pede i paulatinamente esableciéndose, Claro que el condimento fundamental es que hayn mayoresdis- ppuestosa sostener que est desu lado la posbiidad de crear estas ‘scenas alas que nos gusta lamar aceremonias minima, insti yendo infancia, delimitando fronteras entre presencia/aasenc ‘il mas ni menos. Probablemente, suene bisico,obvio, peo sino comenzamios por ah, lo que devine es in-disciminacin. Instituirinfanca, delimitarfronteras Los chicos y las chicas hoy esti siendo precpitados otro mal- centendido sustantivo en lo que hace al desarrollo delo humano en Ia cultura, cul sel borrar as fronteras que delimitan las diferen- . Ante a ‘mala mirada, una delasrespuestas posbleses responder cegament, perder I cabeza, tal como lo denomina el lenguaje popular. (tra forma de male mireda surge ante la violencia deo que se ofrece a ser visto, Vioencia que impide cualquier contacto con lo doloroso de eso que tenemos que ver. Que noes agradable ver. Bs perturbador ver la estampa de los pequetos en estado de desvlimiento absoluto, con ss familik devastadas. No es agrada- bleala visa esa estampa de seres humanos que estén tan desintegr dos, condicién que hace visible en el gesto de war vuelta la cara» para no velo que resulta insoportable, 2Qut hacemos ante estas humanas rescciones que dicen lo inso- portable para el suetoal mismo tiempo que afectan la posbildad Ae aul ante el dolor de In imagen? Debidoa quees la desmentida fa que sosteneeste momento uso- io, hay algo que reslta inevitable sobre lo que se rechazay supone no queterse ve, y sobre io eal nada se quiere saber, es necesario hscer una slvedad cuando ya ingtes ene campo perceptive visual [por lo cual ys fue visto y ya de eso ee sabe —a nuestro perst—, 1s decir, cuando lain se presenta, quiere decieque ya ah se Vio Y percibié To que no se queria ver. Distnto esese momento en el cua s posible decir Yaséque esto esl.» pero aun as. Fs decir aquello qu ya fue visto yreconocide como tl nos con- ‘voca ala produccién de flcciones, claves de imaginaro La fascinacidn, el encandilamiento que produce el ele defo {entico proyectado al moda de wn espejo puede o bien producie enamorataiento de la propa imagen o bien horeorizar. En ambos ‘aes, la foscinacién del objeto eapturaal Yo, Tl horror dela imagen que detests,repdin, rechava eso que no le gusta ver, promoviendo, en muchos casos, elextermiato delo diferente a sts propios oos, sefala una posicién que, en téeminos sociales, ha sido devastadora "Esaquella que sostiene cualquier forma de totaltatiso yde fan ‘smo, cal quer forma de fscinacidn con una idea, con un dios ‘Cualquierfandamentalismo puede ingresar en este estado fase seado que no tlera ni ver ui registrar ni etcuchar que puede exis tig que se diferente lo que esa imagen le permite encontrar. ‘Son numerosas as Férmlasy las formas de pretensin de sime~ tala que podemos encontrar en nuestros dias. Institur Infancia, desaplicar que toda regla vale para todos los casos, Los efectos de a pretens6n de simetria,seefejan en diferentes, cuestiones. ‘Una frecuente esa que intents, por ejemplo, encontrar lo bus- «ado por reglasqueaplican dela misma manera para todoslos casos, Por ejemplo, «Si nacié en este bario, serédelinuentes. Eso es una simtrao identidad causal que retorna en espjo. Por qué! Porque, fectivernents, como los visualvamnos dlincuentes se convierten en Gelineventes, porque nosotros salimos a ver delincuentes, No sli smosa escuchar ya conversar con Juan 0 con Mari. “Tampoco esta reglavale para todoslos casos, es dec que esece- sro encontrar cinco quedamos atrepadosen esta icin especula ‘yeuando no. ‘Si continuamosanalizando esa posiclon dicursiva del sa sin ver del iar desde ana poscin desiznetla sin establecer diferencias, entonces sf es poible quelafuerza-de-ley-sin-leydecertas rela que $n ido configurando alo largo del tiempo, al modo deprejuiios (uicios previ), operarén ea la Fectura de los acontecimients,ylo nds probable es ques confirmela rela, porque eso eslo que aplicn- ‘mes pataexpicar lo que nn siempre podemeos comprender. ‘Tomemas como ejemplo la siguiente afirmacion; «Si es hijo de paces alcohélios,tendré problemas de aprendizaje» Basindonos en esta premisa, rela del prejucio, la desaz6n guna Ia escena, Se renuncia asa intentar siqaiera que pueda apropiarse de las letras, jgando con elas y que, al apropiarse des legalidad ‘de las palabra escets, pueda leery excribi,contar para contar no ‘s6lo nlimeros sing historias que lollamen a ear presente Si algo logra el alofol, es quela persona se ausente de a escens ‘st el cuerpo presenteaunque el sjeto est ausente. El modo en que inciden estas regls en ls prfcticns docentes ex pregnante, Tanto que se renuincia ala apuesta a a ensemanaa; se Fenuuncaaentregar los chicos y chica bienes simbélics deloscun- les puedan aproplaree para tansformarlos, rechazarios —por qué rho en un acer active con lo donado, All nwa un nifo sino aun problema. No podemos hablar «on Joaquin, sino que e uno mis de esos con derechos vulnerados ‘que,alenfientarnos, ante la incertidumbre intelectual eo bien sen- tenciado o bien idealizado como personaje del ten fantasia social Salir de los lugares comunes para habilitar otros juegos, al rismo, enel limite, por la pregunta que reinstala:gedmo instiayo all nfl? 2Cbmo exribo contigo ceremsoaias mies, con- ‘iciones de postilidad en cuyo marco la subjetividad pueda adveniet Sostener estas pregunta resctaen una apaesta yuna acién pll- tica neceseria impostergable como protagonistas que somos de estes epoca Loe asitos humanos se resstn a ser enmarcados en prescrip twosno tenemos ada que hacer. Entonees, asf como no hay correspondencia entre norma yap «aci, no hay conesponsdencia entre teorly pric. Lo que existe ‘esuntrabajo de traduccién, Nosotros traducimos, amos nombrey fabricamos eoras leyendas de infancias ante aquello quela prictica nos offece, muchas veces, sin antes deserbilo, parrarlo,abritloesus ltiplesfaceta e intentar a menos inerereo. Podemos denominatlo como slntoma social, taduccién de un imalestar que implica —como todosintoma conflict. Sin embargo, |i nocin de fntoma social no termina de deci To que nos interest y prefrimos denominaremergentes sociales ‘Trocarla nocién destntoma por emergenterequiere de algunas otra aclaraciones ‘Unsftoma nanca es lo que apatenta. Un sfntoma no ge vera» por interpretarlosalvajemente. Un sintoma implica conflicto de :mociones encontradas, Bien podemos affema que se puede gozar dela enfermedad de mane ininterrumpida aunque cause si :mientoextremo. Eotonces, la volencia, strata den sntorna soci, deen confit entre cules macionesenconteadas! Ast Yer 2s post blesfrmar quese presenta intencién, al menos, de cua, obay un gooe imitado apatado adems por tranqlidad dealmas qe dectamay ‘cuparse del asunto? Entendemos que na de las formas de violencia mas expresasy que nos requere en nuestro andlsis,consderaciony atencién esa ‘emergenela de tantos casos de violencia sexual digi hacia las mas pequenos. ara nati infncia, esimperiogo tant dlimiarronteras como «rear puentes discusivos que nos perritan mayor comprensin de To que nos acontecey orlenten aecones en zo con otras docentes, ‘tts profesional, con insttuciones dela comunidad einstanciasde decision pltics, Esporello que debemes seguir avanzand en el assaf mismo, ‘ens limizes de nuestra experiencia y saber discplinar. Capitulo vir Ceremonias minimas. Un hecho, las denuncias de abuso sexual en las escuelas sin mi escuela jNooot En mi escuela no pad pasa est.» ‘Un hecho, le denuncias de abuso sexual en ks escuela, nos per- ‘mite analiza la faeta de analizador de las ceremonias minimas patti de actos crstalizados que ameritan ser movilizados para hacer elo dicho otros decies 1a violencia ante las denuncias de abuso sexual en escenarios ‘escolaes, educativos en general, requlee que nos detengamos en st ‘exploraci6n a doble via, Por un lado, lo que la violencia sexta en st ‘misma produce en los cuerpos infantile y, a su ve la violencia que centerase da asunto implica “Tan violentoparalos infants suetos ped ser el resultarexpues- tesa imégenes sexules y tomados como imagen para seckcciGn de ‘otros, como el solicits I exposicén tet yo visual con las 20nas genitals dl cuerpo adilto Explorar el problema dea violencia sexual come teansgresion de ley dela cuturn, deatravesainiento dela probibicign de incest, soe tenida en el tabii como ordenador del azo social intergeneracional, ‘nos permite ubicar una perspeciva de anlisis del tema que nos inte esa cuando resulta de a més alta preocupacién hoy en day mayor dfcultad presenta su abordaje en diferentes énbitos ‘Un echo, la emergencia de denuncias deabusos sexualesinfanti- Jes, merece de nuestro andlisisen profundiad, porque nose tata de _matr al mensajro sino de poder leer qué mensaje nos trae. Es por ello que no adherimos a quienes sostenen que el problema sa Ia emergencia de dencincias —-que muchos intentan scallae— sino que se trata de a emergenciavirulenta de a transgresion de wn ‘de las leyes humans més significativas, no siempre escrta con todas Insletras, que esl prohibieién del incesto, y més que eso, ¢l eb que Insostiene, ‘Una pregunta es necesaria qué hace el grupo social al que perte- :nezco respecto asu proley por qué casas no presenta en muchas sgentes demasiada alliccin el deteriora que le infringe alas nuevas ‘generacionestgPor quéreslta tan dif creer en ltlato de un no ‘una nia que cuenta lo que jams pido baberseimaginado? Bandlisis del problema que nos ocupa require deacorda sobre cierto supuestos mfnimos para que, en un segundo momento, pod mos pensar en sus excesosy tansgresisn, La ley de prohibicion del incestoesconsituiva del peiquismo Inumano y debe ser sostenida por el sistema familar y, en su defecto, socal, ingresando al nuevo ser humane al universo imbélico propio dela cultura hunana. abuso sexual infantil pone en evidencia un rebsjamiento cen el sostén de dichalegalidad en lo friar en lo social 3. La no sancin del acto de ebuso sexual ubiea al nif en una posicién de wendogamia pslqice», produciendo efectos des. ‘organizadores del pensamiento del comportamientoen gene zal tanto durante el sueno como en la vigilia, Pada dectse ‘que la vida anfmica infantil se dereama, se pierde, no tiene Dorde, marco quela otganice, ordene, 4. La ley de prohibicién del incesto debe ser sostenida por el alscurso ya prictic de sistema educativo y juridico-estatal ‘cuando fll a nsttucin dela misma en To familiar en tanto lugar del tecero social, dela palabra que regula y dstingue lo permitido yloprohibido, ‘5. Lanoticia de un acto de abuso sexual, desde el relato mismo, implica subjetivamente a quien escucha, pudiendlo operat le esmentda come limite al hortor que el relato produce. 6, Le implicacién subjetiva de quien esctcha determina las pposibilidades de sancionar el acto de abuso sexual come tl, Pudiendo operarla desmentida, De esto dehemosadvertinnos 7. Siesa desmentida se produce ene discurto de quienes operan ‘en Jo social como representantes de ley (padres, madres, docentes, profesionals, operadores judiiles, entre otros), se produce un rebajamiento social dela prohibicién del incesto como reguladora dels relaciones humans ena cult, fee tando la subjetividad de quien I padece, de modo que se esta blece como permitido aquello que, en st mismo, se presupone ‘como acto (no deseo) prohibido. No es sencillo para el ser humano comriente mira y ver cettos hhechos como posible y tatar de sexplicarloe» En nuestro caso en tanto queinvestigadoresen el campo dela dis- iplina psicolégica, no sélo no ex senile tansformarlos en objeto de «stu einvestigacin, sino, sobre todo, transmits hallargos que dicen lo df de enunciar:¢s posible que el ser hurmano sacrfique sus nuevas generacfones, [Ante ello, contamos co algunos antidotos, con ceetasposibilids- ‘desde interferencia, por medio dl dar agar ala palabra Las ceteino- nas minimas nos permiten abordar aquello tanto tiempo silenciado Se hace presente en el discurso lo que estaba presente come pre tica oculta, ausente hasta la década del 70 en la narrative histérico- social nscripta en los cuerpos como memoria silenciaiay silente Este emergente contemporineo se ests haciendo visible por Ia {nfluencia de a ruptura del silencio, con una intensa influencia de los profesionnlesy actors sociales que, dando lugar ala palabr, ven ‘mos expresindo el repudio a clertastradiciones quele fueron dando la posibilidad de mantenerse ocx. Es necesario no slo analzar —repetimos-—, sino tambien inter- {eri ln exposicién dens nuevas generacionesa experiencia de abusos sexuales ye cualquier oto orden. Ta interferencia requiere de la explicita demanda de sancién, social de este acto por parte de todos los grupos sociales, siendo la responsabilidad soctal mayor la que define It instancia de sancién judi En estos asuntos no se puede no tomar posiién,y ello conlleva tun exhaustivo endlisis del problema y de las dificultades para st, abordgje cuando, en coexstencia con la vsiiidad del abuso sexta, sistimos ala visibilidad de Ia dermentida que cbrelaexistoncia de sas pricticas acontece. estmentida instalada tanto en ciertos actores juridico-estatales nto como enciertosdiseursos dela comunidad tradicional y, sobre ‘odo, en los cuerposafectados. sta emergeneia del abuso remitea aquello que otrora fuera ocal- ado, desestimado o desmentido. Eltema es de delicado tratamiento, como todo aquelle que a la ‘egulacidn dea sexualad humana impligue. “Latensin se plantes a dos puntas, Entre quienes entienden que 1 mera sospecha implica abuso sexual penalmente sancionable, ¥ \uedian cegids antelasolaposbilidad, y aquellos que sostionen que més podrfa ni suceder ni haber sucedido. Sestuman al problema disposiives de tratamiento winnovadores» sie) que promueven la revinculacién entre abusado-abusador. Ya esd hace unos aos, este enievo» problema que se presenta como el abuso de las denancias de abuso», también denominado SAP. Sindrome de Alienaci6n Parental) da cuenta da fala de unani- ‘dante un tems que complica eimplica ala sexualidad yal derecho ‘epoderejercer la violencia del poder sobre los ewerpos infants. BISAP deberia denominarse Sindrome de Alienacién Profesio: ala un discurso demostradamente no cientifico, pero de ata preg- “ancia y poder para alentara quienes no estén dispuestos a reco- ‘ocer su implicacin en las violencia contra los cxerpos infantis. Esto no invalida que sean posblesintresesespuriosa la hora de 's controversasjudicales, aunque contamos con nombres ya para >ssin-vergtenza,yese nombre no es SAP. CContamos, adems, con casos que estin tomando el estatuto de aradigmatcos, cuales son aquellos que iavolucran representantes igloos, docenteso del poder politico, cuya denunca implica repre- alls hacia aquellos que dieron lugar a a paar, dejan la dda _xpecto a los intereses personales, polticn y econémicos que dicha ricticasercida por representantes del poder ha vendo sustentando, Resultastumamente lamativo que constatado el acto de abuso sbre un/a nino/a, identificado el abusador, incluso con confesin ‘su parte, este acto no siempre eciba por pare del poder judicial «sancion que del acto se espera, En os casos de violencia inteafamilia, se suma a ello que—en ‘nombre del SAP—- se pretende st re-vincvlacion porque eel padre. ‘Viejo acago heredero cel derecho romano que sustent Ia paternidad cena propiedad sobre el cuerpo de los hijos Poco se considera que an padre que se precia de tal instituye la filiacién y, por ende, Ia diferencia, Seré ast que deba velar por su prole, no sometera; deba dlimitarlo endogimico par lanzar ast prolesl munclo exogimico, propio ala cultura que excedlo familar ylanza alo social. ‘A pesar de los atos de vigencia de la Convencién Internacional por los Derechos de Nios, Nias y Adolescentes (CIDN), incorpo- rach ala Constitucin Nacional en 1994, y dela Ley Nacional de Pro- teecidn de Derechos, ¢ nino ola nia que han sido objeto de violencia, dleben pasar porsucesvas evaluacionestécicas, no sempre en manos ddeexpertos, ‘A pesar de los crterios profesionales que expresan los efectos negativos de esos procedimientes, las acciones destinadss a modi- ficarlos resultan ain inefieaces,evidenciando diversas problemas y controversiss, inclusive entre miltiples equipos intervinientes, alo cual es preciso atende, ‘Ala violencia iniial, se le sobrelmprimen nuevas instancias abuso por parte de los profesionales y representantes juridicos de la ley, No estin claros los procedimientos, no estén clara lat incumbencias,y lo chicos y chicas quedan presos del poder de un sistema que, aun en nombre de su proteccién integral, poco los ‘considera. ‘Un problema se hace presente Ia le de prohibicion del incesto| necesita hacerseexplicits en el derecho, cuando se supone que transmitida wean la leche templada yen cada cancidns, Digamos que no se despiertala emocién étia de aquellos que ddeben juzgar elacto de violencia sexual; lo cual nos leva prod cir diversos interrogantes respecto a la singular posicion subjetiva de aquellos que necesitan wver para eeer> sin poder wescuachar» darle lugar, por e juego, por l dibujo, aa palabra del nino, ea la transterencia quelasitacién de eraliaeién coniable pueda permit {Cul sel imaginario que despierta el relate den nit en quien lo ‘sccha ylo desmiente? Cuales han side los procesos designificecién udles son las significaciones queen torno ala sexuslidad infantil, sostienent ;Cutles son las ereencias que se sostienen respecto a sexualidad, alo permitide ylo prohibido respecto del eusepo de sniftos desde la perspectiva de los adultos? ;Cusl es el lugar dela ¥rque se sustenta implicitamente en estos hechos en tiempos de CConvencién Internacional por los Derechos del Niso? Lejos de quedarnos en una posici6n de condena, debemos con- {ear que el cuerpo es portador de historia, queseteansmite en lo tese dicey eno quese calla. Otro tanto scece con las tradiciones, vege transforman en autoridad en la transmision que se cjetces 1 de sus mitosyrtos a ley, que entendemos come fundante de a comunidad y se stentaen el tabi del incest, generando una prohibicién, seala ‘modo de ordenamiento en os lazos de parentesco, habilitanda exogami Prohibicién/Habilitacion, Deber e Ideal en un mismo tiempo. Entonces nos preguntamos sel tabi el del inesto, ests sienda esto en cuestién como regulador de los lazos sociales inter- heracionales. El lado positivo ex que su transgresién ha salido la invisibiidad, Respecto al problema del abuso sexual infantil el panto central ubica, justamente, en la transgresin que no produce pena, e ‘oque no se sancionay se justifies, en muchos casos, acrsolando ‘encias demasiado instaladas atin, BI ni} no es reeonocido en ‘erencia del lenguaje propio del infancia, Su sexualidad infan- ‘0 ents considerada sin explored, gorada dee perapectiva Desde Freud sibemos que aquello que el ser humnano vivencis en Infancia tendré consecuencias en su vida adults. Cues sean état pended divers cuestionesy estar sujet alsinglritad de ‘También sabemos que el adultos olvida aquello que, de los -e0s sexuales infantile, vivenei6 en su infancis, Olvido que no ‘acto, sino aquelo que no puede ser recordado, aunque trabuja Sarge entonces otra hip6tess, a percepcida visual y/o el relato tna eseena de abuso sexual en la cul un no es objeto se dirige sctamente hacia fo elvidado, amnesia infantil, respondiéndose desde Ia singular posiién de sujeto que quien percibe yloescucha tiene espectoa st propia infancia. Intentamos fandamentar por qué es tan importante habilitar la ia cle investigacin de los mods de establecimiento de la desmen- da dela seeuelidad infantil (dels adults) en lo singular del caso y, desde ll en ss proyeccén hacia Lo soca, cuando dicha proyeccién sehace cuerpo en los discuss y priticas, perando como destegu- Tadora dela ley de a cultura, {Una suerte de vale todo viene tomand la escena social, lo cal no. sin consecvenclas. ‘Nuevamente, debemos dstinguir e los infatilessujetos (los chi- os) de los sujetosinfantiles (adultos que no renuncian a fa sexua- Tidad infant. “En principio, para poder considerar el abuso sexual como acto sancionable, tenemos que parti de coincidir en ciertas premisas ‘sical como anuinlamosalcomienzo yahora alanzamos: cade revo mio es ngresado al mundo a cultura humana a partir de fa ‘operataria subjetiva que, vehiculizada por ellenguaj,instituye el tb, ‘ajo ta ey de prohibicion del incest ‘La pregunta se impone: qué sucede en nuestra comunidad que las instancias de ejrcicio dela regulacion socal antela transgeesion dela ley de cultura, aquells instituciones que sostienen Los mon- tajesinstitucionsles del Tercero Social dele palabra ~—de manera privilegiads el poder judicial, no sancionan o impone tantas ‘wicltas y rocorocos respecto al acto de violencia sexual? ‘Acto que, sla sanclon no recae efectivamente sobre el agente sabusidors, someteal niftoa mayorespadeceres, que superan el ini= ial abuso lo deja en band. Reiteramnos, cules el lugar que seo otorga al iio yalasexua~ tied infantil en la no sancion del acto y el adulto que goza con et ‘cucrpo de un nino? {El abuso sexta infantil exponela desregulacién delos zs ila- tots yo expone la desregulacin de los laos inter-generacionalest ‘Se plantean dos eye qe pateciera necesitan volver a explicitarse: 1. Bllenguaje, en su legalidad,transmite la prohibicton det incest, recayendo sobrela regalaciGn dea sexualidad, En la ‘elacin de parentesco sefala los limites entrelo endogimico yloexogimico, encontrindose diferencias respecto a cul = el grupo endogimico y donde estin extablecidos los limites ‘dela exoparia segéin sea una comunidad i atra 2. La prohibicién que instituye la nocin de nto propia a a Conwvencién po los derechos de no (CIDN), ubica al mayor dle edad en posicion de obligacionesrespecto a los menores se edad, sfialando el mite su yezal comercio sexual inter sgeneracional Las reglas viegase de una comunidad sehacen «derecho» a respe- Sin embargo, fo que sucede esque tenemos delante de nuestras ‘ces evidencias de si trasgresion sin sancién socal. Los chicosson expuestos a excesos de diverso orden: perceptivo, proximidad, de dis-atencion delos adultos respecto de ellos, que ‘san con Ia incipicnte escritura de los diques psiquicos: asco, ‘lenza y pudor, como presentamos en capitulos anteriores, a delimitacisn deo permitide y lo prohibido, de lo aceptable © ceptable, los obliga a someterseeiren contea desu propia percep indelo queno debiers haber scedido, Ahora bien, el abuso sexual infantil expone la trasgresén, oculta Jenciada por el taba regulador tanto dela prohibicin del incesto 2wundo se produce en el grupo endogimico— como delasrelacio. Inter-generacionales cuando el agente no pertenece al grupo sila Elsilencio del nino es sefal dela presencia del tab, sobre dl se .nzay se toma su cuerpo infantil como gozando dela vietima ‘ada. Paa los infantiles sujetos, sin interferencia a tiempo, el ‘do animico resulta devastador. Enos dltimos anos, eftema comienca a hablatse, a denunciarse, {storiarse, probablemente, uno delos buenos efectos dela nueva ‘dela legistacin (CIDN). Sin embargo, un tema tan cerrado en el mundo privado hasta hhace muchos anos, se proyecta hacia la disesién pablica, [a cual ‘uma mayor o menor grado de obscenidad y abuso medistico, indo el consumo mercantilintenta sentar sus bases, Pero mis all de estas consideraciones que entendemos necesa- » algo importante est sucediendo,y es quela historizalén abre luego, habilita el recuerdo sobre slo olvidador dela infancia; aque: lo cuyas huelas son marcas invsibles en los eterpos, marcas dela historia dela hummaniad que ha sido narracin enrmudectas a noe alerta sobre las formas de considerar qué es lo permitido y qué lo prohibido respecto al cuerpo de los niftos cuando —de acverdo & los etudios historlogréficas— han sido objeto de goce adulto desde tiempos rematos, Bs para destacarc6mo, al eecordar esos episodios, a posbilidad dehablar y de historizar de aquellos sujetos queen su infancia lo padecieron, ls permitié lograr el suficiente repudio para buscar te- establecersu propia relacién a laley, nosucumbiendo al poder de a desmentida que dicha experiencia promueve ya la cual estuvieron sometidos a su pesar. De manera insistent, ea logrado advert. sobre el padecimiento que implica Sin embargo, sn queda mucho camino por andar para contar, ze-significar y hacer, a partir dela nefista historia cel mundo ree. pecto de os nifios, otra historia que indique un antes yun después ennnuestra cultura; es decir, que pueda producirse en a macto~ semigtica socal una operacidn de exeritura social que delimite, Elescenario clinica, dealgana maner, ha sido el que ha conte bouido al develamiento del tema. Sin embargo, esto solo no aleanza ‘cuando es desde Io poltico, desde lo cultural, desde lo educativo, dela ano dal marco juridic-socal, como pueden instalarse otros dliscursosy sancionesregulatorias de as lazos inter-generacionales. Es dfel poder encontrar aliento respecto al devenir dela vio- lencia sexual hacia los infantile sujetos cuando hay ain pocas — aunque valiosisimas-~ evidencias en ls fllosjudiciales que expre- san, en la narativa dela sentencia, el estar «sentando precedentes ‘enycon los mismes, ‘Ain los fllosjdicsles no se inscriben como wautoridad», y c= preciso advertirnos de ello para trabajar con los atoresjudiciales respecto a no ceder ante actos gue, instalados en tradiciones dela ‘comunidad, requieren transformar sus verdades {Pode lograrlolarzén cuando sla sezulidad la que est en juga? En nuestro patsatin son numerososlos easos de ninios que deben ser refugiados en insticuciones (incluso varios hermanos) milenteas susabusadores (padres/padrastros u otros) contintan en sus casas. ego de varios afos, ya las posibilidades de vivir en familia se les olan yi deseonfianza respecto del mundo se afianza. “Tama la atencién que a mayorfa dels casos de abuso sexual que bon elenunciados a Centros de proteccén de derechos, provengan de ectores socisles desfavorecidos, siendo grupos familiares beneficiarios sic) de a atencidn dal Fstado, mientras que, por otto lado, quelan sin registro» —0 cortiendo por el circuito privado—los casos quese rotucen en esectores meos y alton en os cules, com mayor fis, \discusin se abreante el sabuso de denuncis deabusos. ‘Si vamos un poco misalli de lo fenomenligico, podemos anima- ‘sa una pregunta, eas de imposible formalacion en nuesta época {Asistmas al infanticidio tolerado —~en ests tiempos glabaliza- ‘sy mercantiles— bajo otros modos de presentacién (diferentes _quellos que Aris describiera como propios del Antiguo Régimen, ellos quel wdescubrimiento de un nuevo sentimiento de infan- 2a», recin en el siglo XVI, fuera produciendo, afin de darle otro ‘gir alos nines ya ese tiempo de infancia),conviviendo con una illacién como la Ley Nacional de Proteccién de Derechos, que lantea el estatuto del Nite como Sujeto de Derecho, y la necesaria roteccidn Integral de nifos, ninas yadolescentes? ‘Esnecesariorevsa nuestra eyendas de infanci en tiempos delos _xechos cuando esl gia del mercado fa que signa el rumbot Debe- tos advertimos de los efectos paradojsles cuando, en nombre dela “otecién integral podemosestar des proteyiendo alos mas pequetos. ‘Podemos considerar ela difcl condi material de la infancia> mo un problema quese nos presenta en estos tiempos. Sin embargo lactcencia ena infanca en tanto nodién, concepto rlacontinuidad de ceremonias minimas instituyentes de infanis ‘todos os escenarios donde loslazos inter-generacionalesjuegan sseartas, Ja mucha feu os problemas de vesteainpureran no poder ‘mocap ears frre, ‘ra tenn sob gu wenden por ana akon ore (Sirens process eras Ese cra en mahos ess, eo ta ‘Sem hay oto caon on quo oqo et eng [Bs necesario ofrecer contafuogos, es decir, resstrantela renuncia| aa erianza dela prole humana que promueveel diseurso de nuestro tiempo, rentinciaa la insripcin filatora en ena familiar, soc cultural. oner en evidencia el desplazamiento hacia el univers ime: ginario propio dl discurso mercantil de nuestra época,efectuado Por parte de generaciones de adultos quienes, desilusionados por sa ‘ropia infanela, no acreditan el derecho a la misma en las nuevas seven spider ecnocera nt comatose por EE nite solo, por sus propios medios, no puede afliarsen; esta ‘operacién le compete a quien apera como agente dela filiacin, ese ‘Otro yasjto del yal lengua, que lo inscribe y suetae la cultura al sancionar Te llamas...» 10 eres mi hijo/ae, «1 eres mialumnos. En ese mismo acto discursive, se sanciona un lugar se transmit a ley la propia posicion subjetiva del Otvo ante la ey. Lugar de autoria de utoridad inical del Otro, fundamento para Ia posbilidad de reconocimiento del oto como semejante. ‘Cuando esto no sucede, serin otros pares los que oftezcan for~ ‘mas de fliscin imaginaria en el cieuito de inscripeién social que los deja fuera de la norma social Blin requiere que se acreditesuinfancia, Quel infants seins titaya en tanto tal es tara que compete alos adultes, lasinsttuciones _yeus representantes, al Estado. Para que sto sca posible, es necesario {Que nosotros adiitamos com pérdida als nuestra died Leandro deLajonquitee— Desde una perspectiva otra, hay preguntas y desarrollos que ‘estén omitidos 0 no contempladas en los debates e investigaciones Actuales, yson aquellos referents la sexualidad infantil. Tanto reapecto al edesctido de lo infantil» (Freud, 1995) como als exis- tencia de a sexualidad infantil la necesara institucton dela ley yla iapronta dela mismn en el devenirsubjetivo.” {Emma ern eana Peps unite 949 Stee re Stn Pes tds qos sted tno sade namo ‘STS Sng supen ci oan dl acu reac fas do lands ea cmon os Sarat igi deo el en eg rire ep, nr otec earn rsp ee mpoae reset ur enc sed y Si sa son co Eicon 500 aan Flandlisis hasta aqui desarollado, por demas escuct, nos permite anzar sobre el tema por dems polémico, sensible, de dif trata «nto honesto, como eset caso de las denuncias de buso sexual en cescudlas Guano me refiero a honesto, no implica poner en cds ningsin 2 sine quealudo ao complejo de sincera la dfcultad que implica ‘exuaidae humana ys de manera particular, a sexualidad en la aca, Esmuy importante distingsiraquello qe pusde suponer a explo~ :i6n sexual infantil, ante a eal Ia eccacion debers ir reglano y islando, deaquello que hace al exceso de los mayoresrespecto de chicos EExceso ce mirada que convive con ausencia de mitad, En la sma proporcién, hacen aque la emergencia de posibes abusos en ‘scenario escolar mds que invitae a preguntarsesobre qué esloque Aaconteciendo, genereespanto y horrorce, Répido se desmiente, zno puede haber pasado» es a infant! respuesta que canvive con infass de quienes estin presentando quealgo noanluve bien yes sao tender a ese tema Silvina Elichiribehety (2013) se dedicéa investigar en sus tesis doctorado sobre el «rumor postraumético», sobre esa especie desentreno y desesperacion que se desencadena a partir de las aunecias de abuso en las escuelas. Encuentra un dato por demés nificativo, cual esl profunda diferencia en los casos en los cuales Tenunciaesatendida,escuchads, indagada,respecto de esos otros tos cuales el «no pude haber pasado» surge como respuesta pri- sray cas nica, tratando de elacos» a quienes la realizan. Ante las denuncias de abuso en las escuelas, tenemos casos que sta altura nos tienen que servir para un profundo andliss el cal >econtemplar, a dos Vas, a sextalidad infantil y la posibilided {que existan quienes, desempetindose en dmbitos educativos, “ales, juaicites, insitucionales en general y medisticos, inten -dlibujar ia necesaria diferencia entre mayores y menores Lasexualidad humana parece desterrada de los dmbitosinstitucio- ‘es entre ellos os educatives, sn considerarse que sue reguaciones ‘as que nos hacen sujetasen seo social no su desmentida Los cuerpos de los chicos y chicas, darante décadas, no fueron tsiderados en fo que hacea losfines de un sistema eccativo basado en su dsciplinamiento. Ante lo cul, los excess de diversa indole leestaban de algin modo consentidos a Ia educacin en tézmninos corretivos. Bien sabemos que no essa férmula queedvca en todo ‘aso, someteydiscipina Hoy a sexualidad infantil es avasallada por diferentes criterios. Gertasineas de demarcacion sean corrdoy, tal como ante afir- ‘mamos, al tiempo ques precipita a fos chicos a una sedcién tem ‘prana, se hacen visiblesclertas pricticas con sus cterpos que otrora nadie se hubiersatevido s dentncla. Sin embargo el tema genera mas alarma que festeo, y eso amerita que nos preguntemos qué es Toquenos est pasando. ‘Dealguna manera, las denunclas de abuso en escenarios scolares ppoeden ser una buena seal de alerta para define que ya no es posi= Dle que los mayores, independientemente de sise trata de madres, pres, docentes, sactrdotes, politicos 0 quienes fueran, seconsideren ‘uefos de los euerpos de os chicos des imagenes. i bien nunca se lo ha sido, este viejo adagio romano sobre el 3h basado en resabios de eslavtu, entr en cuestin. Definiciones necesarias, ‘Si una comunidad define que los citerpos de ls chicos no son luna pertenencia, y mucho menos uns propiedad el trata debe, en todos los caso, estar regulado, mediatizado, por la palabra, la voz, el sostén del cuerpo, preservénndolo de manera permanente delos ‘Au vera exposiidn ante aquello ques leoftecea ver requiere ser preservada de os excesos. El contacto de los docentes con los chicas, en tados los casos, requiere de cuidado y del trabajo permanente en pos de preservat la intidad, la distancia posible que no perturbe con el cuerpo delos tras, de manera que qede muy clas la diferencia entre terns, ‘uidado y passin. Ea diferencia los chicos y chicas la perciben. Ciertos gestos de los mayores, sino son culdados afectan alos infantis sujetos ain ‘cuando en ese momento no pueda de Sent avesallada 1a propia intimidad es, en todos los casos, wna xperiencin de-subjetivante, Tal el caso de certos hogares de alber- ‘ne que no tenlan cortinas en aus batoe para poder econtrolar» ‘higene... Los bafos de as excess que no tienen a nadie que los sista y permite que chicos chieas se espien entre sf yse burlen de unos delos otros. Los espacios en los cuales se permite, sin ninguna reserva, que los sayorcitas espien a los més chiquitos. En estos cass, en los cuales ‘ curfosidad les gana, las intervencionestardins pueden ser devas- ‘doras dos puntas. Para lor mas chiquitos y para los mayorcites, ‘quienes nadie les plantes que vivir en sociedad implica espetar Jertas voglas, y que ciertos gestos a otros pueden incomodarlos, ‘amillarloe, haces sentiefrancamente mal. En contrarioa la necesidad de debate estos temas, las reacciones ‘emuchos han sido de recelo. ‘Acllos s6lo ellos es importante que podamos preguntares ses ecesaro que, ante la noticia de casos de abuso sexual ena escuela, ‘emanens intempestva se haya decide que no se cambie sun chi uito que se hizo pis por emora ser denurciado, o bien es necesario ue se tomen resgeardos de preservacin dela intimidad, cuidado, unxlioajeno, que no otorgue lugar a dudas de que se trata de nstra- sentar pricticas de cuidado, "Nuevamente, el problema se termina esribiendo ma, y si bien ‘sexualided es tn universal humano, no todos rebajan el necesario sxpeto ala diferencia inter-generacional para su propio wsufruct, Entonces, sess que hay que considerar el reconocimiento de ia cosibilidad de estas acciones, més que como una amenaza yun ata- ‘te, como un gran logrocvilizatorio que equiere quelo pensemos, te lo instrumenteros, ue revisemos nesteas premisas, para qu, «tuna vezpor todas, a idea de propiedad del otzo sea desterrada del srreno de laesciela,y asl dare loga a otta palabra, a otras mira- 5, otras perspectivas de abordae, readoras de condiciones de osibildad subjetivantes, or ceremoaias minimmas. Capitulo vit Ceremonias minimas. Antidotos ante el consumo de la infancia Broncesapatecé el zoe: Bun dist —eijoel 200, ens das! respond conésmenteel Principio ‘que ae voles pero no vio mad, ny aqui bsjo el manzano — doa wor, Ql ees —pregunise Prine bonito ere Sy un zo1¥0—djo oer, Vena gsr conmige le propus el Prnepito— estoy tan sel No puedo jugar conga —aljoezoz0— no estoy domestica TA perdi! —djo ot Principio. Pero desputs de unabrevereflesisn, ads ~;Quésipnfinsdomestices? air no eres deaqul—dij el ror, que basen? aysco a loshombres—leapondis d rincpto— Qué sigalessdomestiart| “Tos hombres dijo 2orco—~ thenen escopeias ¥ ‘ava. may molest! Pro tambien xanga Es Sle ques interes, 7 busca allies! No—dijd Principio. Busco amigos. Qué sini- fics adomesticrst vot pregunta el Puncipto Staunn cost ya olvidaa —alj o re0-—y gnc serearlzoe. crear vinculst —ectvamente, yrds —djo el 2oreo—T0 para mi todivianoeres ns queun alo igual cori ito. Yio te necesito, Ti tampoco menccst No soy parath sie que un oreo entre otos cen mil ors, Feo sme to Que

También podría gustarte