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¿Qué son los antibióticos?

Alexander Fleming descubrió la penicilina, el primer antibiótico natural, en 1928, pero en su discurso de
aceptación del Premio Nobel en 1945, dijo:“Existe el peligro de que un hombre ignorante pueda fácilmente
aplicarse una dosis insuficiente de antibiótico, y, al exponer a los microbios a una cantidad no letal del
medicamento, los haga resistentes”.

Los antibióticos son medicamentos que combaten infecciones causadas por bacterias en los seres humanos y
los animales ya sea matando las bacterias o dificultando su crecimiento y multiplicación.
Los antibióticos pueden prevenir la trasmisión de la enfermedad y pueden reducir las complicaciones graves
de la enfermedad.

¿Qué TRATAN los antibióticos?

Los antibióticos SOLO tratan ciertas infecciones causadas por bacterias, como:
Infección de garganta por estreptococos, tosferina, Infección urinaria (IU)
Los antibióticos son necesarios también para tratar afecciones potencialmente mortales causadas por
bacterias, como la septicemia, que es la respuesta extrema del cuerpo a una infección.

¿Qué NO se trata con antibióticos?

Los antibióticos NO funcionan contra los virus como los que causan:
Resfriados y moqueos, incluso si la mucosidad es espesa, de color amarillo o verde, La mayoría de los
dolores de garganta (excepto la infección de garganta por estreptococos), Influenza, La mayoría de los casos
de resfriados del pecho (bronquitis)
Los antibióticos TAMPOCO se necesitan para algunas infecciones bacterianas comunes, como:
Muchas sinusitis (infecciones de los senos paranasales), Algunas infecciones de oído, enfermedad por
coronavirus 2019 (COVID-19)

Tomar un antibiótico para una infección viral:


No curará la infección
No evitará que otras personas se enfermen
No te ayudará a ti ni a tu familia a sentirse mejor
Puede causar efectos secundarios innecesarios y perjudiciales
Promueve la resistencia frente a los antibióticos
Si tomas un antibiótico cuando tienes una infección viral, el antibiótico ataca a las bacterias de tu cuerpo.
Estas son bacterias que son útiles o que no causan enfermedades. Este tratamiento incorrecto puede
promover propiedades de resistencia frente a los antibióticos en bacterias inofensivas que pueden compartirse
con otras bacterias. O bien, puede crear oportunidades para que las bacterias potencialmente dañinas
sustituyan a las inofensivas. Esto es porque estas enfermedades, por lo general, mejorarán por sí solas, sin
antibióticos.

¿Cuáles son los efectos secundarios de los antibióticos?

Sarpullido, Náuseas, Diarrea, Infecciones por hongos, reacciones alérgicas graves y potencialmente mortales
Infecciones resistentes a los antibióticos
Otros resultados de las infecciones resistentes a los fármacos incluyen los siguientes:
Enfermedades más graves
Recuperación más larga
Estadías en el hospital más frecuentes o más largas
Más visitas al proveedor de atención médica
Tratamientos más costosos
Administración de antibióticos
¿Qué es el uso innecesario de los antibióticos?

Los antibióticos no siempre son la solución cuando usted está enfermo. Es importante usar antibióticos solo
cuando son necesarios para protegerse de los daños causados por su uso innecesario y para combatir la
resistencia a los antibióticos.
El uso innecesario de los antibióticos ocurre cuando se recetan antibióticos a una persona cuando no son
necesarios, como para los resfriados y la influenza.
El uso innecesario también ocurre cuando se recetan antibióticos a una persona para infecciones que algunas
veces son causadas por bacterias para las que no siempre se necesitan antibióticos, como muchas sinusitis
(infecciones de los senos paranasales) y algunas infecciones de oído.

¿Qué es el uso indebido de los antibióticos?


El uso indebido de los antibióticos ocurre cuando se receta a una persona:
el antibiótico equivocado, la dosis equivocada de un antibiótico, o un antibiótico por un periodo equivocado.

¿Por qué es importante tomar antibióticos solamente cuando se necesitan?


Algunos antibióticos que solían ser los tratamientos típicos para infecciones por bacterias ya no funcionan tan
bien. Y algunos fármacos no funcionan bien contra algunas bacterias. Cuando un antibiótico ya no funciona
contra algunas cepas de bacterias, se dice que estas son resistentes a los antibióticos. La resistencia a los
antibióticos es uno de los problemas de salud más urgentes del mundo. Cada año, se producen en los
Estados Unidos más de 2,8 millones de infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos, lo que genera
35 000 muertes.
Cuando los antibióticos son necesarios, los beneficios generalmente superan el riesgo de que provoquen
efectos secundarios o de que lleven a la resistencia a este tipo de medicamentos. Sin embargo, demasiados
antibióticos se recetan en forma innecesaria y se usan incorrectamente, lo cual amenaza la utilidad de estos
importantes medicamentos.
Este es el motivo por el cual es importante que todos usemos los antibióticos SOLO cuando los necesitamos,
para protegernos de los daños provocados por su uso innecesario y para combatir la resistencia a los
antibióticos.

El uso adecuado de los antibióticos, a menudo llamado optimización del uso de antibióticos, puede ayudar a
lograr lo siguiente:
Mantener la eficacia de los antibióticos actuales
Prolongar la vida útil de los antibióticos actuales
Proteger a las personas de las infecciones resistentes a los antibióticos
Evitar los efectos secundarios del uso incorrecto de los antibióticos
Muchos hospitales y asociaciones médicas han aplicado nuevas pautas para diagnosticar y tratar infecciones.
Estas pautas se han elaborado para garantizar la eficacia de los tratamientos para las infecciones bacterianas
y reducir el uso incorrecto de los antibióticos.

El público también influye en la optimización del uso de antibióticos. Puedes ayudar a reducir la progresión de
la resistencia a los antibióticos si:
Evitas presionar a tu proveedor de atención médica para que te recete un antibiótico. Le pides consejos a tu
proveedor de atención médica sobre cómo tratar los síntomas.
Te lavas las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Limpias cualquier corte
o herida para evitar infecciones bacterianas que necesiten tratamiento antibiótico.
Te administras todas las vacunas recomendadas. Algunas vacunas protegen contra las infecciones
bacterianas, como la difteria y la tos ferina. Verifica también si necesitas alguna vacuna antes de viajar.
Reduce el riesgo de contraer una infección bacteriana trasmitida por los alimentos. No bebas leche no
pasteurizada. Lávate las manos antes de hacer la comida y antes de comer. Cocina los alimentos a una
temperatura interna segura. Toma antibióticos solo según la indicación de tu proveedor de atención médica.
Toma la cantidad diaria recetada. Completa todo el tratamiento.
Nunca tomes antibióticos que te hayan sobrado para otra enfermedad futura. Es posible que no sea el
antibiótico correcto. Asimismo, es probable que no abarquen el tratamiento completo.

RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS


Las bacterias se resisten a un medicamento cambian de alguna manera. El cambio puede proteger a
las bacterias de los efectos del medicamento o limitar el acceso de este a las bacterias.
Las bacterias que sobreviven a un tratamiento con antibióticos pueden multiplicarse y trasmitir
propiedades de resistencia a los medicamentos a otras bacterias. Esto equivale a que se trasmitan
consejos para ayudarse mutuamente a sobrevivir.

El hecho de que las bacterias desarrollen resistencia a un medicamento es normal y esperado. Sin
embargo, la forma en que se usan los medicamentos afecta a la rapidez y al grado en que se
produce la resistencia.
Si bien el hombre no cede en su lucha, los microorganismos tampoco, y estos últimos van sacando
ventaja, lenta e inexorablemente.
El fenómeno de resistencia a la penicilina fue descubierto poco tiempo después de su
descubrimiento, sin embargo fue tomado más como una curiosidad que como un hecho clínico de
trascendencia. Sin embargo, cuando en la década del 50 las resistencias a la penicilina adquieren
peso clínico, se toma total conciencia del fenómeno. En los 60, los estafilococos meticilino-
resistentes y Pseudomonas gentamicino-resistentes confirman la gravedad del cuadro. En los 70 las
resistencias a ampicilina se hacen frecuentes. En los 90 aparecen cepas de enterococos resistentes
a ampicilina y en el caso de M. tuberculosis, que ya presentaba variedades resistentes a algunos
tuberculostáticos, aparecen cepas multirresistentes. Pese a la relatividad de los datos de resistencia,
en la Tabla 1 se presentan, esquemáticamente los años de descubrimiento de los agentes
antimicrobianos más importantes y los años en que las resistencias a los mismos fueron
comunicadas.

En la misma se puede apreciar en términos prácticos la velocidad de aparición de resistencias de


importancia clínica. La comunicación de resistencia a cada antibiótico fue descripta mucho antes,
pero, en todos los casos como hallazgos de laboratorio. Por cierto, que a la luz de los conocimientos
actuales se puede decir que ante la llegada de un nuevo antibiótico a la clínica, es muy probable que
ya existan variedades bacterianas capaces de resistir a su acción, o que éstas aparezcan y se
seleccionen con velocidad variable. Es esa velocidad variable la que se debe regular a través de la
utilización racional de antimicrobianos, ya que, seguramente, no se podrá evitar su emergencia.

QUÉ PODRIAS HACER PARA EVITAR ESTE INCONVENIENTE CON LOS ANTIBIOTICOS?

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