Está en la página 1de 1

¿De verdad existes, Alba?

De verdad estoy aquí grabándome tu olor, porque sé que pronto estaré vieja y tú quejándote de mí porque he
sido una madre muy invasiva, pues he espiado tus escritos y allanado tu habitación en busca de algo, algún
"algo" que logre descifrarte, porque en mi disminución y tus trece o veinte años, te vas alejando de mí.
¿Cómo es que tu olor a leche materna, mi leche, la que nace de mi pecho que arde tanto por tu succión ansiosa
y hambrienta; hace colmar mis mejillas de tanto llanto, me hace lagunas los ojos porque de pronto he pensado
en ti y en que este instante es cruelmente efímero porque has crecido y hoy no te queda la ropa que compré con
entusiasmo hace tan solo unos meses?
A veces reniego de mi debilidad física, de mi cuerpo detrimente, de mi cesárea y vientre cortado, de que hoy
son veintiún días contigo, y he sentido que el día y la noche suceden, trascienden -incluída tú- pero yo me
quedo estática en medio de esta habitación, deteriorándome porque en pos de la ley de vida, tú has de crecer y
yo he de ir muriendo. Es como si mi primigesta experiencia teniéndote no fuera suficiente para satisfacer tus
necesidades: que a día de hoy, te has caído, te has resfriado, y que hoy surjo de la demencial desesperación
porque me parece que tienes algún mal estomacal. Y me visto de estoica porque me dicen que "te pasaré mi
estrés por la leche", y me enojo porque les creo, porque me siento tan ignorante en esto de ser tu madre que
podría creer cualquier cosa, cuando antes eran mi burla, cuando me creía capaz.
Tengo miedo de lo que vaya a suceder, tengo tanto miedo que me tambaleo en mis pies, que se me estrujan las
costillas. Entonces me detengo a observarte y siento alivio inmediato porque en un parpadeo ambas habremos
hecho revolución, y todo esto habrá sido olvidado, porque estaremos disfrutando de la vida que he construido
para ti. ¿Eres real, Alba? ¿O esto se trata de un sueño interminable donde me ha tocado ser madre a mis
veintidós, donde he dejado mi vida atrás y me he desprendido de mí misma para maternarte? Y si despierto,
¿dónde te encontraría? Porque yo ya no podría vivir sin ti. Porque he desarrollado un amor inquebrantable
desde que te vi milimétrica dentro de mí. Porque tú iluminas, tú sanas. Entonces espero una respuesta,
pequeña. Por tercera y última vez: ¿Eres real? Y si lo eres, te daré esta y todas mis vidas en honesto
agradecimiento.

También podría gustarte