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Querido yo de la infancia,

El futuro es mucho mejor de lo que esperabas. Te digo esto porque tal vez tengas
cierta inquietud y la verdad es que no voy a hacerte spoiler de lo que va a ocurrir
en tu vida. Solo te escribo para darte algunos consejos que, desde la madurez,
creo que podrán servirte para que te tomes la vida de otra manera. Todo va a
salir bien y te esperan muchas sorpresas, no lo olvides en ningún momento.

También quería pedirte perdón porque he descuidado algunos de tus sueños. En


realidad no es que me haya olvidado de ellos o me haya rendido, es que han ido
apareciendo nuevos sueños en el camino que no podrías ni imaginar. Seguro que
cuando llegues a ese momento estarás de acuerdo conmigo en cambiar de
prioridades. Pero no me he olvidado de todo lo que querías, de todo lo que
soñabas y algunos ya están conseguidos. Otros aún los estoy persiguiendo.

Por eso te digo que te lo tomes con calma, que pocas cosas se consiguen
inmediatamente y sin esfuerzo. Así que no te precipites, no te frustres si tus planes
se truncan o no te salen las cosas como habías pensado. Te aseguro, y puedes
confiar en mí más que en ninguna otra persona, que todas esas puertas que se te
cierran lo hacen por un motivo y es que puedas ver más allá, que puedas ver otras
puertas, que te atrevas a abrirlas porque, detrás de ellas no te vas a encontrar lo
que esperabas. Te vas a encontrar algo mucho mejor.

Desde el futuro te mando algunos deberes importantes. Quiero que mantengas


siempre la seguridad de que te mereces ser feliz, que cuides tu
autoestima como un tesoro y que creas en ti. La vida te va a poner en situaciones
difíciles y vas a pensar que no hay salida, que te han estafado. Y lo peor es que
vas a perder la confianza en mí, en el futuro. Desde aquí te digo aunque ahora no
lo puedas entender bien: no pierdas nunca la confianza en mí. Yo estaré
esperándote y te daré la mano en los peores momentos, solo tienes que confiar.

Y también estaré para celebrar tus éxitos, para aplacar tus miedos, para reírme
contigo de todos los recuerdos, para apoyarte incondicionalmente, para
alimentarte el alma, para levantarte cuando te caigas y para curarte las heridas. Y
también estaré aquí para recordarte lo bien que lo has hecho todo este tiempo,
para perdonarte por los errores (tú también tendrás que perdonar los míos) y para
enseñarte qué hacer con ellos.

Estaré aquí esperándote para jugar contigo, para decirte lo mucho que vales, para
hacer que merezca la pena y, sobre todo, para quererte. Tú solo tienes que
recordar esta carta, seguir adelante disfrutando, riendo, queriendo, curioseando y
cuando menos te lo esperes nos encontraremos.

No temas. No te escondas ni te calles. Yo sí te puedo escuchar y sí comprendo lo


que sientes. El mundo no es lo que tú crees, es incluso aún más cruel e insensible
pero aquí estoy yo para contarte acerca de eso y para sacarte ese pesar de tus
hombros.

Sé qué por mucho tiempo te has preguntado el porqué de varias situaciones que
te han causado dolor y desesperanza. Es que tu alma está tallada a base de esa
sensibilidad propia de la infancia, llena de ilusiones y sueños que ni el brujo más
malvado puede aquietar. Ese escudo que construiste con tus historias te cuidará
durante largos años, pero un día tendrás que sacarte la venda y exponer tu
vulnerabilidad de la manera más estoica posible.

No encuentres en estas palabras pesimismo o desolación sino lo contrario. Vine a


dejarte un mensaje para que abraces hasta que crezcas y no lo sueltes. Ahora
cierra los ojos y siente:

Cuando nadie escuche tus buenas noticias, yo sí estaré ahí y en el futuro serás la
encargada de darlas tú a quiénes más las necesiten.

Cuando esperes demasiado esa muestra de atención que no llega, en realidad la


vida te estará regalando una enseñanza: le dedicarás tú el tiempo que deseas a
las personas que te valoren de verdad y así podrás crear lazos auténticos y
especiales.
Cuando la soledad te agobie y no la comprendas, déjame decirte que te
empezarás a convertir en una guerrera rebelde y justiciera y, en un futuro, lograrás
acompañar a muchas más personas a través del tiempo y la distancia. Estarás
tan llena de amor que no habrá rincón de tu mundo que se olvide de ti.

Cuando la crueldad humana te ponga a prueba la confianza, por favor, recuerda


que habrá aquellos que luego te sanarán esas heridas y te reciclarán la fe.

Cuando creas que no habrá hombre que luchará por ganar tu corazón de princesa,
te equivocas. Te cruzarás caballeros que te deslumbrarán y te devolverán un poco
de esa magia que te alimentó tus noches. Y, al final, hallarás al indicado pero
antes sigue ocupándote de amarte y cuidarte.

Y cuando pienses que tus sueños son inalcanzables, aprieta los puños, frunce el
ceño y repite en silencio: “vine al mundo a ser feliz y a cumplir lo que me pide el
corazón.Nada ni nadie se opondrá en mi camino hacia la felicidad. Estoy seguro,
lo lograré.”

Tu voz llegará hasta donde tú quieras y eso que parecía imposible sucederá. Eres
y seguirás siendo ese niño de mirada transparente que hoy descubrió que su
aparente fragilidad era el puente para alcanzar lo que el universo le ha prometido.

Y recuerda: te espero en el futuro.

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