TEXTO I: LA IMAGEN DEL HOMBRE EN ARTE CONTEMPORÁNEO

La Historia del Arte es un poco como un álbum, como un

gran libro de estampas en el que podemos ver, sucesivamente,

las distintas imágenes que el hombre se forjó de sí mismo.

El hombre ha estado rodeado de una circunstancia que

llamamos mundo. Ante esa circunstancia, ha asumido siempre

una posición, ha sentido que hay una relación entre él y esa

circunstancia que lo rodea. Esa relación no ha sido igual en

todas las épocas de la historia. La relación del hombre ante

el mundo ha cambiado profundamente en muchas épocas, y esa

relación se ha expresado en muchas formas, especialmente en

todas las de la creación. La expresa, por descontado, la

literatura; la expresa de un modo abstracto la filosofía y la

expresa de un modo inmediato y directo el arte. Bastaría, aun

ignorado cualquier otra fuente de información, que a otros

nosotros nos pusieran frente a una estatua griega o ante los

frisos del Partenón para que, por una especie de deducción,

acaso menos dificultosa que aquellas que solían hacer los

paleontólogos cuando por un pedazo de hueso excavado

reconstruían todo un ser antediluviano, por esa mera imagen

plástica, pudiéramos darnos cuenta de lo que eran los

griegos. Es decir, ¿Qué pensaban los griegos de ellos mismos?

En el arte griego el hombre es representado por un pueblo

juvenil. Era una gente un poco exenta de preocupaciones

morales y se sentían orgullosos de sí mismo. En la Edad media

durante el arte Bizantino encontramos a un hombre diferente:

le importa la dignidad, la majestad y el escalafón social.

Con el inicio del Renacimiento florece la imagen de un hombre

que comienza a preocuparse por el renombre, la fama, lo que

dicen de él, engrandecido ante sus semejantes. . En los

tiempos actuales se observa un hombre destruido, incompleto,

distorsionado perdido de sí mismo anunciando su destrucción o

renacimiento. Cada época o tiempo ha tenido su concepción del

hombre y ha sido reflejado en el Arte.