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TRADICIONES Y COSTUMBRES DE BOLIVIA

Las ricas tradiciones y costumbres de Bolivia

La primera riqueza de Bolivia es el conjunto de sus tradiciones, que lo mantiene como un


país de raíces muy profundas. Estas tradiciones no son, como en Europa, folclorizadas ni
escleróticas, sino que forman parte del cotidiano de cada boliviano. Con más fuerza
todavía si esta persona viene del campo porque la ciudad suaviza mucho esta relación a
las tradiciones.

Las tradiciones de Bolivia son muy sincréticas: tienen su origen generalmente en los
tiempos incaicos, y poco a poco se han mezclado, mestizado con las tradiciones
importadas por los españoles desde el siglo XV.

Tradiciones de Bolivia

Oruro, la religión del carnaval

 La ciudad de Oruro se dedica totalmente a su famoso carnaval, recién nombrado


como Patrimonio Mundial de la Humanidad. La pequeña ciudad, antiguamente
minera, es el teatro una vez al año del carnaval más tradicional y más famoso de
Bolivia. La gente viene de todas partes del mundo para asistir a este carnaval y ver
los miles de bailarines desfilando en las calles de la ciudad al sonido de las
bandas. La sensación es única, extraordinaria, y el fervor de los espectadores
iguala al fervor que anima a los bailarines, para quienes es un honor realmente de
bailar en Oruro. El origen del carnaval es el perfecto del sincretismo entre tradición
andina prehispánica y religión católica.
 La visión de la entrada de este carnaval es un espectáculo fascinante y
espectacular, sin embargo sólo toma su dimensión real a través de los valores
religiosos, ancestrales y mitológicos, como en los diversos ritos que acompañan la
punta visible del iceberg, la Entrada , el famoso desfile de las fraternidades de los
bailarines durante el sábado del carnaval.

El corazón del carnaval de Oruro y la leyenda de Wari y de la Ñusta, la Virgen y


el Diablo...

 El corazón de todas las manifestaciones del carnaval es el culto a la Virgen ,


«Virgen de la Candelaria », Virgen del Socavón que aparece en la época de la
colonización española, cuando los trabajadores de la Mita (trabajo obligatorio,
esclavitud disfrazado) empezaron a venerar al final del siglo XVII.
Una leyenda cuenta que Wari, un antiguo dios andino, identificado como el fuego
subterráneo, dormía en las montañas de las Cordillera de los Andes. Un día se da
cuenta que los Urus (habitantes de la zona de Oruro) brindan un culto a
Pachakamac, deidad benefactora representada por Inti, el Sol. Wari se vuelve
celoso, e imagina imitar la luz del sol con el fuego subterráneo. En el proceso se
enamora de Aurora, la propia hija del Sol. Pero ella lo rechaza y Wari decide
vengarse con furor sobre el pueblo de los Urus. Del Sur, manda una enorme
serpiente para que devore a los Urus y, mientras el monstruo se acerca de las
casas, una hermosísima Ñusta (Princesa Inca) aparece y corta en dos el reptil con
su espada resplandeciente, convirtiéndolo en una formación de roca que se puede
observar en la región de Chiripujio, roca a la cual los habitantes de Oruro rinden
homenaje cada primer viernes del mes. Desde el Norte, Wari manda entonces un
sapo gigantesco que la Ñusta transforma en piedra de un golpe de fronda. El
señor de los volcanes no se deja por vencido y desde el Este surge un lagarto
deforme que la Ñusta decapita. Su sangre forma inmediatamente la laguna
Calacala. De la garganta abierta del lagarto salen millones de hormigas que se
dirigen hacia el pueblo de los Urus. Un golpe de la fronda de la princesa les
transforma en dunas de arena dorada. Para terminar con su misión, la Ñusta
planta en la cabeza de la serpiente la Cruz del Redentor. Wari, definitivamente
vencido, vuelve al mundo de las profundidades, cada vez que su ira se despierta
de nuevo, manda al cielo unas oscuras nubes de polvo y se enciende en llamas
para rivalizar con la luz del sol. La Ñusta fue poco a poco asimilada a la Virgen de
las minas, Virgen del Socavón, patrona de los Orureños (habitantes de Oruro). Las
divinidades creadas por Wari, el sapo, la serpiente, el lagarto o las hormigas
reciben también un homenaje como el de las deidades ancestrales. Wari, poco a
poco asimilado con al Diablo, recibió popularmente el apodo de " Tío "; se
caracteriza por su falo en erección, símbolo de fertilidad, a relacionar con la
«Pachamama», Diosa Madre (Madre Tierra nutriente), principal divinidad andina, y
es honorado, venerado y temido por los mineros. Sigue siendo el amo de las
minas y del mundo subterráneo, a quien se pide benevolencia y protección. En la
época de la colonización, los mineros rendían su culto bailando, pintados de rojo,
lo que dio luz al baile de la Diablada , baile tradicional que combina todos los
personajes de la leyenda.

La K'oa

 La K'oa, el acto de reciprocidad a la Pachamama (Madre Tierra)

 Cada primer viernes del mes, se hace la « K'oa », el acto de reciprocidad a la


Pachamama. Es como una bendición que se hace para la casa, el auto, para el
comercio o la oficina, cualquier cosa que se estrena.
 Para esta ceremonia, se quema una mezcla especial sobre un brasero, según la
función del elemento a bautizar. Se juntan varias cosas sobre unas hojas de papel,
cada cosa con su simbólica: adornitos, hierbitas aromáticas, representaciones de
objetos, hasta fetos de llamas secados.
 Es por otra parte ocasión de agradecer a la Pachamama y honrar la reciprocidad
tan importante para la cultura andina " ch'allan do" (vertiendo sobre el suelo una
parte de la chicha que se va a tomar).
 Ekeko es otro ejemplo del sincretismo existiendo entre la religión indígena
tradicional y la religión católica, entre lo « nativo » y lo « importado-impuesto » por
lo españoles. Ekeko es el dios de la casa para varios pueblos aymará, festejado
tradicionalmente durante el solsticio de verano (21 de enero en Sur América). Esta
fiesta fusionó con la fecha del 24 de enero, elegida por el gobernador Sebastián
Segurola para festejar a la Virgen de la Paz y para la liberación de la ciudad del
sitio de Tupac Katari.

La Ch'alla

La Ch'alla, el acto de reciprocidad a la Pachamama (Madre Tierra)


Ch'allar significa en aymará "rociar", "verter" o "regar" la tierra u otro bien material con
unos elementos simbólicos a modo de retribuir y agradecer a la Pachamama, la Madre
Tierra. Para cualquier ocasión, en las fiestas simbólicas, se vierte al suelo un poquito de
chicha, bebida de maíz fermentado, para agradecer a la Madre Tierra.

Este ritual se ve en el campo y en la ciudad, gracias a los movimientos de migración en el


país y tiene orígenes prehispánicos. Establece la relación entre « el Jache » (la persona) y
la Pachamama. Constituye un rito fundamental de reciprocidad, valor primordial del
mundo andino. Es parte de la creencia andina recordar que cada cosa forma parte de la
vida y que el ser humano debe mantener una relación fuerte con su entorno en totalidad,
sobretodo con la naturaleza, simbolizada por la Pachamama.

LA ENTRADA UNIVERSITARIA

Todo es buen pretexto para el folklore...

La entrada universitaria es como un desfile de bailes tradicionales al estilo de carnaval.

Cada facultad elige un baile folclórico, alquila una banda y desfila en las calles de la
ciudad. El espectáculo no vale el de Oruro, pero da una idea del evento!

LA FIESTA DE SAN JUAN

La fiesta de San Juan, la tradición de la fogata...

En la fiesta de San Juan, la costumbre es de hacer fogatas, donde cada uno quema lo
que le da la gana. Madera por supuesto, pero también lo que está por allí: llantas, lo que
sea. Esto provoca al día siguiente, a pesar de las interdicciones de la alcaldía, una capa
de contaminación tremenda sobre las ciudades, día gris del humo de las fogatas, como en
la más espesa neblina, dejando atrás el fog de las calles londinenses ¡Y eso que los
ancianos cuentan que antes ni se veía a 3 metros de distancia al día siguiente de la fiesta
de San Juan!

El fuego, aquí es símbolo de salud, de fertilidad y prosperidad, es un pedido al Santo. En


el campo, el fuego de San Juan limpia supuestamente la tierra para que el suelo de luego
verdes pasturas. La costumbre es de consultar oráculos en las vísperas de San Juan, de
diversas maneras, porque esta noche es la de los presagios y del destino.

 Echar plomo o estaño fundido en agua, y según la forma que toma el metal, se
dibuja el futuro del interesado en conocer su destino (una forma de espada para
volverse militar, un libro para el que será abogado o escritor, un agujero significa la
muerte, una navaja dice que la persona será asesinada, dos figuras humanas
expresan un matrimonio, una moneda es la fortuna,.).

 Poner papeles en un sombrero con oraciones positivas y negativas sobre el tema


elegido por el interesado, después de invocar la ayuda de San Juan, se saca un
papel que indicará el futuro.
 Colocar debajo de la cama 2 papas, una pelada, una semi pelada, una no pelada.
Al día siguiente y sin mirar, sacar una de las papas de bajo la cama. Si sale la
pelada, la persona será pobre, si la semi pelada sale, la persona tendrá lo
necesario para vivir, y si la no pelada sale, eso significa que la persona tendrá
suerte y fortuna.

EL TEJIDO ANDINO: ARTE, TÉCNICA Y TRADICIÓN MILENARIA

 El tejido constituye sin duda la expresión más compleja y más elaborada de la


estética del mundo andino. Desde hace siglos, cada grupo étnico construye su
estilo, su estética, utilizando formas, materias, diseños, colores y símbolos propios
y/o compartidos. Sus tejidos, a parte de su valor artístico innegable, son llevadores
de significaciones, pudiendo ser interpretados, « leídos » como una visión del
mundo y de la inserción del grupo en este mundo. Las técnicas milenarias se
transmiten de persona a persona, mirando y practicando el trabajo desde muy
chiquito.
 Técnicas de tejido andino
 El tejido en si puede hacerse de tres maneras diferentes.
El tejido vertical, donde los hilos se extienden a la vertical del suelo, es la técnica
la más expandida, pero no es la única.

TODOS SANTOS, CULTO A LOS DIFUNTOS

 La fiesta de Todos Santos es uno de los momentos fuertes del calendario


boliviano. Durante esta fiesta se cultiva la memoria a los muertos, floreciendo sus
tumbas. El cementerio se llena todo el día, y las familias vienen a rendir sus
homenajes a la memoria de sus antepasados.

La fiesta de Todos Santos tiene lugar el 2 de noviembre, sin embargo la fiesta misma
empieza el día anterior, el 1ro a las doce del medio día, cuando las almas de los
muertos llegan a las casas para compartir con los vivos la alegría de una buena cena.

La tradición de Todos Santos

En la tradición pre-colonial, cuando una persona muere, su alma (nuna) va a reunirse


con el Urkhu Pacha, mundo de abajo. En este mundo subterráneo, un mundo al revés,
las almas viven el ciclo de su vida al revés, ellas nacen viejas para morir joven y volver
a vivir en el mundo de los vivos. La muerte entonces no es ninguna ruptura, sino una
etapa del ciclo de la vida, al contrario de la visión linear de la vida en la religión
cristiana. Cada año, las almas vuelven a visitar el mundo de los vivos para ver si su
recuerdo perdura. En el calendario pre-colonial, esta fiesta tradicional a los difuntos
cae al final de la época seca (todas las fiestas y ritos andinos están vinculados al
calendario agrícola), las almas de los muertos vuelven para abastecerse de lo que
preparan los vivos después de un periodo de restricciones.

Las "alasitas" son miniaturas de todo tipo de objetos que se venden en mercados y
ferias en varias ciudades de Bolivia al inicio de la época de lluvias, pero especialmente
en La Paz el 24 de enero de cada año. « Alasita » es una palabra aymará que significa
« compráme ». Es una celebración a Ekeko, dios de la abundancia a quien se regala
miniaturas representando los sueños que uno desea ver concretizados en el
transcurso del año que empieza (una maleta para un viaje, un coche para tener uno al
año, una bolsa de arroz para tener comida todo el año, .). Resultado de una creencia
en la magia imitativa: cuando ya se posee la cosa en miniatura, será más fácil tenerlo
en grande!

Ekeko es otro ejemplo del importante sincretismo que existe entre la religión indígena
tradicional y la religión católica, entre lo « nativo » y lo « importado » de los españoles.
Ekeko es entre otras cosas el dios de la casa en varias comunidades aymará
hablantes, tradicionalmente festejado en el solsticio de verano (21 de enero en
América del Sur). Su fiesta fusionó con la fecha del 24 de enero elegida por el
gobernador Sebastián Segurola para rendir homenaje a la Virgen de la Paz y
agradecerla de la liberación de la ciudad del sitio de Tupak Katari.

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