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1.

Génesis de la ética empresarial

Los principios de la inquietud presente por la ética empresarial radican en la demanda social frente a las
actuaciones faltas de ética de las organizaciones.

Aunque es cierto que se discutieron varias temáticas planteadas en términos de ética y economía, como
situaciones en las cuales se aplicaba la ética —por ejemplo, en los tratados de moral con enfoque casuístico—
no se puede dialogar de la ética empresarial en los primeros cincuenta años del siglo XX. La ética empresarial
comienza a gestarse únicamente desde la aparición de organizaciones diferenciadas de la organización
pequeña clásico, por su organización formal y jerárquica y por la división de la dirección y la propiedad.
Empieza, entonces, una creciente meditación ética sobre las actuaciones de las monumentales organizaciones y
su administración.

Finalmente de la década de los cincuenta y a lo largo de la de los sesenta es evidente el desarrollo de la


ideología social de el templo y de las reflexiones teológicas sobre las realidades terrenas y el planeta del trabajo.

Como resultado de la guerra de Vietnam, a lo largo de los años sesenta se crea una creciente movilización
contra eso que identifica a la cultura de Estados Unidos. Se cuestionan las ocupaciones de las organizaciones
desde las secuelas sociales de sus actuaciones y se critica el papel imperialista de las organizaciones
norteamericanas en las naciones del Tercer Mundo.

Estas preocupaciones por las secuelas sociales de las actuaciones empresariales llevaron a formular el término
de la responsabilidad social de la compañía, más allá de los intereses individualistas de los propietarios y
directivos.

Este cambio gradual se hace a partir del supuesto de existente un contrato social implícito entre la sociedad y la
organización: la compañía tiene obligaciones con en interacción a la sociedad y tiene que llevar a cabo su
política sabiendo que deberá ofrecer cuentas frente a la sociedad. Los años sesenta fueron un lapso de
extensión de la meditación académica sobre las obligaciones de las organizaciones hacia los múltiples conjuntos
sociales, lo mismo que sobre la relación entre desarrollo humano y aumento económico.

La ingreso de los filósofos, por cierto, va ligada a la inquietud por poner en claro cuál es el estatus moral de las
organizaciones. Sin renunciar a la inquietud por las preguntas personales, nace una meditación ética específica
sobre la organización como tal.determinadas prácticas que poseen sitio en su seno. (1999; 40)

Ciertamente, hacia finales de los años setenta y primeros años de los ochenta aparecieron novedosas
perspectivas y preocupaciones que van consolidando la ética empresarial como especialidad
disciplinar.comenzó a crecer y a sistematizarse formalmente.

En lo cual tiene relación con revistas, en 1981 surge Business and Professional Ethics Journal, editado por el
Centre for Applied Ethics de la Universidad de la Florida; en 1982, el Journal of Business Ethics, que ha llegado
a ser la revista especializada de alusión en el campo de la ética empresarial, y en 1991, la Business Ethics
Quaterly, editada por la Society for Busines Ethics.

Como se puede mirar, el desplazamiento intenso de la ética empresarial se otorgó en USA. Anterior a los años
ochenta, en el continente Europeo pudimos encontrar la temática bajo epígrafes como “Economía y sociedad”,
“Ética social”, “Ética económica”, etcétera. Sin llegar a la “eticamanía” de Estados Unidos de los años ochenta,
en el continente Europeo se dió un debate sobre los valores empresariales, debido quizá a la crisis de las
ideologías finalmente de la década de los ochenta.

El punto de vista europea trata los inconvenientes de la ética empresarial sin apelar tanto a la legalidad para
resolverlos y trata de entablar aproximaciones filosóficas y sociológicas. Además le da menos trascendencia a la
preparación de códigos de ética empresarial.

En 1987 fue creado en el continente Europeo la European Business Ethics Network (EBEN), con la intención de
potenciar las colaboraciones entre el planeta académico y el planeta empresarial, impulsando cursos,
publicaciones y conferencias anuales.

Han aparecido además 2 revistas: Etica degli affari, editada por la revista L´Impresa,en 1987, y que luego se ha
convertido en Etica degli affari e delle professioni, y Business Ethics. A European Review, editada ahora por la
London Business School y originada en 1992.

Research Centre y el Institute of Business Ethics, los dos en Londres. En los primeros años del siglo XXI los
escándalos financieros de Enron, Parmalat y otras corporaciones han mostrado las graves secuelas de una
administración sin valores éticos, lo que ha producido un renovado interés por el cultivo de los enormes valores
éticos en el planeta empresarial.

No se puede caer en la ‘cosmética’ ética, para hacer aparecer de abuela buena al lobo feroz de muchas
organizaciones.Esto supone que la ética empresarial no se puede intentar exclusivamente en términos
personales.
Para Adela Cortina: “la ética empresarial consistiría, por consiguiente, en el hallazgo y la aplicación de los
valores y reglas compartidas por una sociedad pluralista —valores que conforman una ética cívica— al entorno
peculiar de la organización, lo que necesita entenderla según un modelo comunitario, pero constantemente
empapado de postconvencionalismo” (1998; 89).

La ética empresarial es un puente hacia el futuro de la compañía, vivida como una cultura donde todos sus
miembros descubren un sentido a su historia; entre el ser humano y la organización del futuro; entre la
organización empresarial y los retos del avance.

Es un constante ponerse al día de la organización empresarial para sobrevivir, puesto que la compañía de la
tercera ola, de conocimientos, requiere un nuevo hombre más responsable, capaz de hacer juicios de costo, de
tomar elecciones y de laborar en grupos multidisciplinarios, multiétnicos y multinacionales.

2. Estatuto epistemológico

El incremento de publicaciones, cursos y seminarios sobre la ética empresarial expone el desafío de describir a
partir de la perspectiva conceptual cómo enfocar una iniciativa ética correcta a la verdad contemporánea de la
economía y la gestión. en la bolsa, de una ética más exigente. Desde el derrumbe de la doctrina marxista de
finales del siglo pasado, la atención se ha volcado hacia los valores que tienen que escoltar las ocupaciones del
diario vivir. Los valores son las cualidades de nuestras propias colaboraciones que manifiestan las exigencias de
sentido que reclaman las situaciones.actividades empresariales.

Para contestar a esta demanda de sentido y responsabilidad en la organización empresarial, es necesario llevar
a cabo una ética aplicada que cumpla los requisitos estrictos de una disciplina.

económicas y administrativas.

En la sociedad contemporánea la actividad económica en parte importante se hace dentro del marco de la
organización de las organizaciones, o sea, la ética empresarial no se puede intentar exclusivamente en términos
personales. Ésta es frente a todo una ética de las empresas, donde la magnitud colectiva va más allá de las
voluntades particulares.

Se debe configurar un marco de comprensión ética que realice posible esta disciplina en cuanto es ética
empresarial.

Una vez que se investiga la naturaleza de la ética empresarial por medio de la bibliografía disponible, una
realidad sorprende: la carencia de un marco de alusión intelectual para la disputa de los inconvenientes
concretos. Al equiparar esto con la meditación sobre la bioética, que es el otro enorme campo de ética aplicada
en el planeta contemporáneo, se nota más esta deficiencia. A medida que en la bioética se tiene un paradigma
conceptual para hacer un examen ético de los inconvenientes que expone la tecnociencia a la vida en el mundo
ingeniería genética, legrado, eutanasia, etcétera.—, en la ética empresarial se carece de tal paradigma, que
facilitaría mucho la lectura e interpretación de los inconvenientes éticos que plantean las ciencias económico-
administrativas.

Más aún, a mi juicio[GP1], lo más correcto para la ciencia es que en lugar de institutos o centros de bioética o de
ética empresarial se creara, más que nada en las universidades, un instituto o centro de ética que investigue
ambas ramas de la ética aplicada.

disciplinas.

La ética

empresarial debería dar un modo de solucionar moralmente conflictos de acción.Brown, “aunque logre ser
extraño, el objetivo de la ética no es que la población sea más ética, sino que sea capaz de tomar superiores
decisiones” (citado por Cortina, 1998; 86).

La ética empresarial es un área de ética aplicada que, como tal, pide no únicamente el aporte de filósofos y
teólogos, de psicólogos y sociólogos, sino además de profesionales en las ciencias económico-administrativas.

Para hacer ética empresarial se debe sobrepasar el dualismo y la carencia de intervención entre ética y gestión,
que son una característica de la edad actualizada. Los profesionales en ética empresarial no tienen la
posibilidad de dedicarse exclusivamente a preguntas de fundamentación ética y metaética sin considerar los
reclamos inmanentes de las esferas vitales.

olvidarse de la magnitud trascendental y mundial del desarrollo humano.

Al inicio del siglo XXI, la ética empresarial pide una metodología Se admite como válido no únicamente el
razonamiento científico positivista, sino además el de las disciplinas humanistas, como la antropología, la
filosofía y la teología. Las ciencias, por diversas que ellas sean, tienen la posibilidad de entablar nexos de
articulación recíproca y crear una interacción de entendimiento multilateral. Se debe considerar la naturaleza
compleja del entendimiento, que hace imposible llegar a la realidad por el camino de una sola disciplina.
3. Ética empresarial y teología

Las tradiciones

religiosas cristianas contribuyeron en el siglo XX a la conformación de la ética empresarial, en especial la


Ideología Social de el templo católico; empero la pregunta es ¿Cuál debe ser esta interacción en el planeta
secularizado del nuevo milenio?

La ética

empresarial, como tal, es fruto de la meditación filosófica, económica y administrativa. Esto no supone que la
teología no logre dar sus aspectos a la meditación sobre los inconvenientes morales de los que se ocupa la ética
empresarial.

La cultura posmoderna presente, que desconfía de las ideologías y desea abrirse a una meditación crítica de las
realidades, da una posibilidad para oír los puntos de los teólogos y de el templo.

Y la ética que trata del sentido de la actividad humana entra en diálogo primordial con la teología para esclarecer
su sentido último. La teología sirve como una instancia crítica de las afirmaciones de la ética en orden a entablar
si una La religión alude a las interrelaciones del ser humano con Dios.

Esos quienes creen en Dios autor del ser humano comprenden que Él es el que conoce mejor lo cual es bueno
o malo en el comportamiento humana, y aquello informa su conciencia moral.

La teología otorga una preparación racional de la religión. La teología es la “ciencia que acoge e investiga la
divina Revelación, respondiendo a la vez, a las exigencias de el motivo humana” (Juan Pablo II, Veritatis
Splendor, No. Un cristiano, ejemplificando, desea vivir según el Evangelio, y la teología le aporta orientaciones
sistemáticas para lograrlo.

Aunque las reflexiones de la teología moral interesan frente a todo a los creyentes, iluminan y otorgan más
grande peso a las conclusiones de la ética filosófica. De aquí nace la necesidad de precisar el entorno
metodológico de la filosofía y de la teología en ética empresarial y su aporte a un diálogo interdisciplinar.

Viniendo al caso de la teología cristiana, el plan de humanización de todo el mundo, del cual se ocupa la ética,
no está contrapuesto al plan de cristianización, del cual se ocupa la teología. Para el cristianismo no hay 2
historias paralelas: la profana de todo el mundo y la sagrada de la crónica de la salvación.Sobre las
interrelaciones entre fe cristiana .

1. La iniciativa de Harvard Business School :Perspectives, Challenges, and Approaches at Harvard Business
School (1993). El escrito muestra la evolución, la táctica y la utilización del programa de Liderazgo, Ética y
Responsabilidad Corporativa en la Harvard Business School.cursos de ética dentro del currículo de la profesión
gerencial (MBA).

1.1 La necesidad de integrar los valores éticos con los conocimientos y las capacidades Un profundo sentido de
liderazgo, ética y responsabilidad en los negocios hace falta en la actualidad para contestar a las expectativas y
a los requerimientos de la sociedad. La confianza en los hombres de negocios y en los directivos de las
organizaciones ha disminuido.

comercio.

En este entorno de fe decreciente en los hombres de negocios, los educadores de los administradores tienen
que hacer algo con el objeto de elaborar a sus alumnos para aceptar responsablemente sus papeles en la
sociedad.Toma tiempo conformar personas rectas, capaces de obrar con coraje, sin resguardarse en
racionalizaciones conformistas.encontrar resoluciones a los conflictos de valores.

Si una facultad de Gestión asume una reacción de neutralidad frente a los valores, está enviando una poderosa
señal a los alumnos. Una universidad que rehúsa intentar los dilemas éticos está violando seriamente sus
obligaciones simples con la sociedad, y da la impresión de indiferencia moral.

La enseñanza de los hombres de negocios tiene que ver no únicamente con competencia, sino además con
responsabilidad; no solamente con capacidades, sino además con reacciones. Las facultades de Gestión tienen
que desarrollar en sus graduados un sentido de responsabilidad social y uno de ética de los negocios.facultades
los asuntos éticos están en la periferia.

En este libro se desea enseñar cómo para Harvard la ética está en el interior de su tarea. Es un denominado
para rebalancear la trilogía educativa de valores, entendimiento y capacidades. Se desea platicar no sobre lo
cual se debe enseñar, sino sobre los atributos que los futuros dirigentes tienen que desarrollar para encarar a
los retos de todo el mundo que se avecina.
1.2 La verdad de los alumnos y de su ámbito

Más todavía, permanecen en el periodo de vida humana más estratégica para conformar las reglas y el potencial
de una perspectiva moral, que es la base para la toma de elecciones que día a día debería afrontar un
administrador.

No se puede admitir la crítica de esos que sostienen, influenciados por Freud, que la formación del carácter
moral debería desarrollarse previo a los 10 o doce años. Tampoco un carácter de buena persona es suficiente
para guiarse en la toma de elecciones de un profesional administrador de negocios en el planeta
contemporáneo.

Los alumnos que llegan a Harvard presentan una moral común, influenciada, en su mayoría, por su cultura.
Buscan el triunfo, con escasa meditación sobre su elección.Su modo de vida está caracterizado por una
dependencia no crítica de la autoridad, lo que lleva a dominios separados del entendimiento y del
comportamiento social. Los adolescentes presentan maneras culturales de retiro y de individualismo. Se acepta
una división entre negocio y responsabilidad social o valores generalmente.

Se debe contribuir a que los alumnos adquieran la moral del ser humano maduro, que es fruto de la meditación
crítica sobre ellos.Por consiguiente, la educación de la ética debería llevar a un pensamiento sistémico-crítico y
a cultivar la capacidad para soportar la dificultad y la ambigüedad. Se Esta imaginación empática se cultiva
analizando casos donde se ve la tensión entre diferentes aspectos, ya que la ética común de la sociedad
presume una división entre negocio y valores; de manera, es sustancial que la ética en Harvard se encuentre
incorporada al currículo de los negocios y no sea considerada aparte.

Se debería llevar a un balance entre la vida de los negocios y la vida familiar.Se debe conformar en los alumnos
una reacción proactiva y no sencillamente reactiva frente a el flujo de los acontecimientos, puesto que ellos
requieren una meditación activa y crítica sobre las situaciones y oportunidades que se les muestran.

Entonces, para combatir el individualismo y la cuarentena de la presente generación, se les debería exponer
imágenes de interdependencia, participación y cooperación que contribuyan al bien común por medio de una
práctica competente de los negocios.

1.3 Obstáculos y oportunidades para llevar a cabo la ética en el currículo

Se necesita identificar los obstáculos para integrar la ética con las materias del currículo de Gestión y las
oportunidades para discusiones de ética en los cursos

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