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Moreno Castañeda Luis Jair

Partidos Políticos

La dirección de los partidos.

En los grupos humanos se crean estructuras de poder, posteriormente el poder


mismo es delegado a alguno o algunos y todos los demás obedecen, la estructura
misma es pues la que da legitimidad al dirigente. En los partidos políticos hay un
doble carácter mediante el cual es delegado el poder, por un lado, se encuentra la
aparente democratización y por el otro la realidad oligárquica. Se dice que hay una
aparente democratización de los partidos porque la verdadera democracia interna
los haría débiles en autoridad al exigir renovación constante, colectividad,
elecciones igualitarias y secretas; mientras que los partidos oligárquicos sacarían
ventajas por su estructura de decisión, de poder y de renovación autoritarios.

La elección de los dirigentes.

Reglas democráticas de apariencia Reglas autoritarias


 Los dirigentes son elegidos por  Los dirigentes subordinados son
los miembros mediante elegidos por el jefe supremo del
elecciones, tienen un mandato partido, es vitalicio y la
relativamente breve y se rigen cooptación sirve para nombrar a
por reglas democráticas (solo su sucesor.
en apariencia)  El jefe puede ser visto como un
 Es una autocracia disfrazada y ser místico o como un ser
sustentada en la manipulación circunstancial
de las elecciones y la distinción  No hay ningún tipo de sufragio,
entre dirigentes reales o ni de elecciones donde los
aparentes miembros generales participen
 Sufragio indirecto: los dirigentes  Los jefes si son reales por ser
no son elegidos por los seleccionados directamente por
miembros, sino por delegados los de niveles jerárquicos
elegidos por los miembros superiores
 Los candidatos a las elecciones
son oficiosos (las elecciones se
vuelven un simple rito o una
formalidad)
 Se dan manipulaciones en el
conteo de votos (se saltan el
derecho al voto secreto)
 Hay manipulaciones
psicológicas (un personaje de
gran importancia apoya a los
candidatos escogidos)
 Los jefes pueden ser aparentes
(elegidos, con poder teórico) y
reales (designados
autoritariamente, con poder
compartido o directo)

Toda la treta de crear una apariencia democrática, pero sin de verdad contar con
una estructura democrática es para disimular la asignación autoritaria. La
asignación puede venir de una jerarquía oculta que determina todo desde arriba,
algunas veces esta entidad que controla los hilos desde las sombras pueden ser
los donadores del partido, los grupos de presión, las asociaciones de
pensamiento, grupos periodísticos y autoridades internacionales.

Los círculos interiores tienen un carácter oligárquico, pueden ser constituidos por
camarillas -grupos pequeños que utilizan una solidaridad personal para establecer
y conservar su influencia, a veces pueden formarse alrededor de un líder
influyente-, los equipos locales -regiones donde los partidos mantienen por un
prolongado tiempo una gran influencia-, oligarquías personales -burocráticos,
comités unidos-, ejército de oficio o de cuadros -grupo de funcionarios y
permanentes que el mismo partido educa- y los tecnócratas -escuelas de cuadros
dentro del partido que los prepara para puestos de dirección (es una evolución del
ejército de oficio)-.

El círculo interior es reconocido por la división que hay entre la masa y los
miembros de dicho círculo (los que gobiernan). La distinción en ocasiones es clara
cuando los que gobiernan pertenecen a una élite profesional y la masa es
conformada por el vulgo, aunque también solo por ser dirigentes se pueden
apartar de la masa y crear su propio círculo. La renovación de los cuadros es por
nominación y cooptación debido al carácter vitalicio que tienen el sistema
oligárquico, se puede llegar a dirigir también por méritos en el partido
(construyendo una trayectoria), también por las ventajas que otorga ser un
profesional o estudioso y la organización del partido es otro factor (por ejemplo, en
los partidos autocráticos o centralizados es más fácil que se renueve el círculo
interno por imposición directa, mientras que en los descentralizados o
democráticos deben pasar por buros de estudio para ganar méritos y que el
dirigente los impulse o pasar por circunstancias anormales que lo requieran).

Los obstáculos para dicha renovación son la oposición de cuadros subalternos y la


tendencia conservadora de la masa. Por lo visto la autoridad de los dirigentes
importa mucho en todos los procesos, mayormente en los partidos de masas se
debe crear una docilidad de la masa que permita una obediencia más rigurosa y
precisa mediante la diciplina, es una necesidad para su buen funcionamiento, la
eficacia y el desarrollo del poder; por otro lado, en los partidos de cuadros se
puede permitir la anarquía por la estructura individualista y competitiva de sus
miembros, aparte de que su número lo permite. La personificación del poder sufre
un proceso donde pasa de lo personal a lo institucional y viceversa.

Referencia: Duverger M. (1990) La dirección de los partidos. En Los partidos


políticos. México, Fondo de Cultura Económica, 12° reimpresión. Pp. 163-233.

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