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ARTÍCULO ORIGINAL

Dimensiones culturales en el proceso


de atención primaria infantil:
perspectivas de las madres
Ana María Alarcón-Muñoz, PhD en Antrop. Méd., (1)
Aldo Conrado Vidal-Herrera, M en CS(2)

Alarcón-Muñoz AM, Vidal-Herrera AC. Alarcón-Muñoz AM, Vidal-Herrera AC.


Dimensiones culturales en el proceso Cultural dimensions of the childhood primary health care delivery from
de atención primaria infantil: perspectivas de las madres. the mothers’ perceptions in the Araucania-Chile. Salud Publica Mex
Salud Publica Mex 2005;47:440-446. 2005;47:440-446.

Resumen Abstract
Objetivo. Explorar las dimensiones culturales en el proce- Objective. To explore the cultural dimensions of the chil-
so de atención primaria infantil desde la perspectiva de las dhood primary health care delivery process from the mo-
madres que acuden a centros de salud primaria en la región thers’ perceptions in the Araucania region of Chile. Material
de la Araucania, Chile. Material y métodos. Estudio cuali- and Methods. Qualitative study performed in the year 2003
tativo realizado durante el año 2003 en la zona de mayor within the zone with the highest ethnicity rate of the coun-
índice de etnicidad del país. Los participantes fueron 94 try. Ninety four Mapuche and non-Mapuche mothers agreed
madres mapuches y no mapuches a quienes se le aplicó una to be in depth interviewed. Results. The analysis drew three
entrevista en profundidad. Resultados. Tres dimensiones cultural dimensions: a) Explanatory models of disease were
culturales surgieron del análisis: a) modelos explicativos de associated with cultural, political-economy, and environmen-
enfermedad asociados a factores culturales, político-eco- tal factors; b) The therapeutic itinerary blends indigenous,
nómicos, y ambientales; b) itinerario terapéutico que com- popular, and biomedical resources and; c) Health care deliv-
bina recursos de los sistemas indígena, popular y biomédico; ery process lacks of cultural competence. Conclusions. The
y c) falta de competencia cultural del sistema de atención. mothers explain their children diseases articulating religio-
Conclusiones. Las madres conciben las enfermedades in- us, magic, and natural (hot, cold, humidity) causes. The main
fantiles articulando componentes mágico-religiosos, y natu- challenge of the primary healthcare delivery process is to
rales (frío, calor, humedad). La atención de salud infantil overcome the communicational barriers due to the social
enfrenta un importante desafío comunicacional en la supe- and linguistic differences between mothers and health care
ración de barreras sociales y lingüísticas entre madres y providers.
personal de salud.

Palabras clave: atención primaria infantil; modelos médicos; Key words: childhood primary healthcare; medical models;
salud y cultura; pertinencia cultural; itinerario terapéutico; health and culture; cultural competence; therapeutic itine-
mapuche; Chile rary; Mapuche; Chile

(1) Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera, Chile.


(2) Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Humanidades, Universidad de La Frontera, Chile.

Fecha de recibido: 26 de octubre de 2004 • Fecha de aprobado: 25 de agosto de 2005


Solicitud de sobretiros: Dra. Ana María Alarcón Muñoz. Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina.
Universidad de La Frontera, Casilla 54-D, Temuco, Chile
Correo electrónico: amalarc@ufro.cl

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Competencia cultural y atención primaria infantil ARTÍCULO ORIGINAL

miento de la red de atención primaria y la focalización


La determinación de los problemas de la salud de la
población es fundamental en el proceso de plani- de recursos hacia la población infantil en riesgo, la
situación sanitaria global de los niños ha mejorado
ficación sanitaria tanto en el plano nacional como en el sostenidamente durante los últimos 20 años. Pero a
local. Sin embargo, la manera en que los problemas de pesar de los innumerables esfuerzos realizados para
salud se perciben puede tener diversas orientaciones. abor dar la problemática sanitaria en la Araucania, ésta
En el nivel macro, por ejemplo, las autoridades de sa- continúa siendo la zona de mayor vulnerabilidad
lud suelen preocuparse por problemas sanitarios de infantil de la nación chilena. La presencia de los
largo plazo, como la disminución de la mortalidad, el indicadores sanitarios y sociales más deteriorados del
diseño de políticas, la creación de estructuras para la país lo demuestra. Por ejemplo: las tasas de mortalidad
satisfacción de necesidades sanitarias o la definición infantil, materna y perinatal por arriba del nivel
de criterios para focalizar los recursos del sector. En el nacional, el índice de escolaridad y de desarrollo
nivel intermedio, el personal de salud percibe la im- humano más bajo del país, y las altas tasas de extrema
portancia de un problema sanitario desde un punto de pobreza, entre otros indicadores, construyen un perfil
vista que refleja su experiencia en el campo clínico, su regional de riesgo para el crecimiento y desarrollo de
familiaridad con las estadísticas locales, regionales o su población infantil. A ello se suma que la región tiene
nacionales, y la literatura médica. Finalmente, la per- 34.6% de población rural, y que más de 50% de ésta
cepción de los usuarios a menudo no es estrictamente pertenece al grupo étnico más numeroso y pobre de
médica, pues para estos la falta de transporte, la au- Chile: el mapuche.
sencia de un seguro de salud, la pobreza, la discrimi- En el planteamiento de las nuevas políticas sani-
nación social e incluso la calidad de las relaciones tarias se menciona que variables étnicas, culturales e
humanas entre el personal de salud y los pacientes históricas estarían condicionando la situación sanita-
pueden ser factores determinantes en la percepción de ria de los niños en la Araucania. Sin embargo, existen
los problemas sanitarios. De tal modo, al priorizar sus escasos estudios que indaguen el peso de estas varia-
problemas, es posible que confeccionen una larga y bles en la atención infantil.
compleja lista de situaciones sociales y culturales, que Esta investigación se propone develar las dimen-
habitualmente difiere de las prioridades listadas por siones culturales en el proceso de atención primaria
autoridades y equipos de salud. infantil desde la perspectiva de las madres mapuches y
Distintos estudios han demostrado importantes no mapuches que acuden a los centros de salud pri-
divergencias de opinión entre proveedores de salud y maria en la región de la Araucania, en Chile.
usuarios.1,2 Esas divergencias se fundarían principal-
mente en los modelos conceptuales de salud y enfer- Material y metodos
medad que sostienen los sujetos como miembros de
culturas definidas. El concepto de salud de los usua- El presente trabajo es un estudio cualitativo basado en
rios estaría inserto en un amplio contexto social y cultu- la teoría desarrollada por Strauss y Glaser,5 la cual plan-
ral. Salud es bienestar, y se relaciona con obtener mejor tea generar modelos teóricos a partir de un sistemáti-
trabajo, tener alimentación adecuada, ser socialmente co análisis de significados y conceptos que construyen
aceptado en la familia y en la comunidad, y actuar de los actores según su experiencia en el mundo cultural.
acuerdo con las normas sociales y culturales del gru- Desde el punto de vista analítico, implica el desarrollo
po.3 Los proveedores de salud, en cambio, verían la de tres etapas: identificación de temas emergentes,
salud centrada en la enfermedad, en un contexto de construcción de categorías conceptuales, y producción
facilidades tecnológicas y clínicas para abordar el pro- de modelos o cuerpos teóricos.6-9
ceso patológico, dejando muchas veces en un segundo El proceso de análisis de los datos textuales se rea-
plano las influencias sociales y culturales en el desa- lizó a través del programa Atlas.ti,* y consistió en: 1)
rrollo y resolución de los problemas sanitarios.4 codificar las entrevistas transcritas para categorizar,
La atención primaria infantil constituye el primer separar y organizar el texto en unidades interpretati-
nivel de acercamiento y la puerta de entrada de la po- vas menores; 2) construir familias de códigos a través
blación hacia el sistema de salud del Estado. En Chile de la comparación de sus significados; y 3) establecer
y en particular en la región de la Araucania existe la redes de relación entre familias para descubrir los
red más extensa de consultorios y centros rurales pri- modelos teóricos que emergen de los datos.
marios del país. Este sistema de atención se materia-
liza a través de un programa gratuito de carácter
nacional cuya meta es proteger y mejorar la salud de
los niños menores de 15 años de edad. Dado el creci- * Muhr T. Atlas.ti: scientific software development. Berlín, 1997.

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ARTÍCULO ORIGINAL
Alarcón-Muñoz AM, Vidal-Herrera AC

Participaron en el estudio 94 madres inscritas en


Cuadro 1
diferentes centros de atención primaria de la región de DIMENSIONES TEÓRICAS Y CATEGORÍAS
la Araucania. La selección se realizó mediante un mues- ANALÍTICAS INVOLUCRADAS EN EL PROCESO
treo por conveniencia, e incluyó madres con diferente DE ATENCIÓN PRIMARIA INFANTIL.
adscripción étnica: mapuches (60%) y no mapuches, REGIÓN DE LA ARAUCANIA, CHILE, 2003-2004
de zonas rurales y urbanas, con y sin rol sociocultural
en su comunidad u organizacióny y diferentes grados Dimensiones teóricas Categorías analíticas
culturales
de escolaridad. El 42% era bilingüe: Mapuche y Espa-
ñol. La edad promedio fue de 29 años, la escolaridad I. Modelos etiológicos y 1. Explicaciones culturales.
media de 8 años y la moda de hijos igual a 2. explicativos de los pro- 2. Explicaciones ambientales.
blemas de salud infantil. 3. Explicaciones sociopolíticas.
Los datos se recolectaron mediante entrevistas en
profundidad que realizaron dos investigadores del II. Itinerario terapéutico 1. La madre es el primer recurso tera-
proyecto en los domicilios de las madres, desde sep- reflejo de una comple- péutico para sus hijos.
mentación de saberes 2. El modelo etiológico de enfermedad
tiembre del 2003 hasta octubre del 2004. Se diseñó una médicos. determina el curso terapéutico.
guía de entrevista que trataba cuatro grandes temas: 3. Biomedicina y disponibilidad econó-
a) percepción de los problemas de salud infantil (iden- mica de la familia.
tificación de sus causas, tratamientos y consecuencias); III. Competencia cultural 1. Barreras de lenguaje entre madres y
b) recursos de las madres para enfrentar las enferme- del sistema de atención personal de salud.
dades de sus hijos; c) percepción de la atención de sa- primaria infantil. 2. Falta reconocimiento de la cultura sa-
nitaria de la familia.
lud recibida en el centro de salud primario (trato,
3. Diferentes expectativas de la relación
recursos físicos y humanos, acceso, pertinencia social médico-paciente.
y cultural); y d) sugerencias para adecuar la atención
de salud a los usuarios. Cada entrevista duró aproxi-
madamente una hora y media, se grabó previo con-
sentimiento firmado de las madres, a quienes se les medades físicas o biológicas, alteraciones de la con-
explicó el propósito del estudio y la metodología, lo ducta social, y problemas del crecimiento y desarrollo
que aseguró su participación voluntaria y anónima. El del niño. En el primer grupo las madres incluyeron:
protocolo de investigación se sometió a la evaluación tos, fiebre, vómitos, dolor, resfríos y neumonías, así
del comité de ética del Servicio de Salud Araucania, como también enfermedades propias de la tradición
dependiente del Ministerio de Salud de Chile. popular e indígena: empacho, pasmo, mal de ojo y sus-
to. La clasificación de una enfermedad como física o
Resultados biológica no significa que las madres hayan aislado los
componentes sociales, emocionales o psicológicos de
El análisis de las 94 entrevistas evidenció tres dimen- la enfermedad, sino que la determinante principal por
siones teórico-culturales involucradas en el proceso de la cual todas dan cuenta del problema de salud es la
atención primaria infantil: a) modelos etiológicos y condición física observable en el niño.
explicativos de los problemas de salud infantil; b) el En el grupo de alteraciones de la conducta social,
itinerario terapéutico refleja una complementación de la mayoría de las madres identificó la “enfermedad de
saberes; c) competencia cultural del sistema de aten- los nervios” como un problema de salud frecuente en
ción primaria infantil. la población infantil, especialmente en mayores de cin-
Entonces, las dimensiones teóricas constituyen co años. Tales niños fueron caracterizados por: “irri-
unidades culturales que ilustran las distintas esferas tarse con facilidad”, “desobedecer órdenes de los
semánticas del estudio. Las categorías analíticas son padres o maestros”, “pelear mucho con otros niños”, y
los componentes conceptuales que otorgan “agredirse a sí mismos”.
significado a la dimensión teórica. Como problemas de crecimiento y desarrollo, la
mayoría de las madres mencionó enfermedades de
Modelos etiológicos y explicativos de los nacimiento o derivadas de problemas durante el par-
problemas de salud infantil to: los niños “nacen enfermos” y reciben el nombre de
“niños inocentes”.
Del listado de problemas de salud infantil identificados Todas las madres concibieron la enfermedad como
por las madres, se obtuvo un sistema de clasificación una experiencia de sufrimiento: “tener un hijo enfer-
general compuesto por los siguientes grupos: enfer- mo es un sufrimiento muy grande” o “no hay peor
dolor que tener un hijo enfermo”. De acuerdo con ellas,
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Competencia cultural y atención primaria infantil ARTÍCULO ORIGINAL

el sufrimiento se basa en la incertidumbre, la ansiedad alimentos, medicamentos, o ir al centro de salud cuan-


y el miedo frente al desenlace del problema, especial- do es necesario”; y “la baja educación de los padres
mente porque la infancia se consideró un periodo de impide tener mejores trabajos y salarios”. Así, la falta
fragilidad: “una nunca sabe qué va a pasar, si va a que- de recursos económicos y oportunidades de desarro-
dar enfermizo o se pone más grave”, “es tal la deses- llo de las familias son situaciones que colocan a los ni-
peración que una no sabe qué hacer y dónde recurrir”, ños en mayor riesgo social y biológico. La perspectiva
“los niños son muy frágiles, su cuerpo es chiquito, no de estas madres es que la enfermedad surge como re-
saben defenderse”. sultado de las condiciones de inequidad social. En este
Basados en esta breve clasificación e identificación contexto, la mayoría planteó estar inmersa -como in-
de problemas de salud, se analizaron los modelos ex- dividuo- en fuerzas incontrolables que resultan en un
plicativos e interpretativos de salud y enfermedad a ciclo de pobreza y enfermedad del cual es difícil salir
los que recurren las madres. De este análisis surgieron sin políticas que superen las desigualdades sociales.
tres tipos de explicaciones: ambientales, político-eco- Los relatos de algunas madres campesinas ilustran
nómicas y culturales. la situación antes mencionada: “cuando los niños se en-
ferman hay que vender alguna avecita para tener dinero
Explicaciones ambientales para el bus porque no tenemos de donde sacar”, “si el
niño queda hospitalizado ahí se queda solito, no tene-
Las madres enfatizan las influencias que el medio am- mos dinero para ir a la ciudad a visitarlo”. En este mismo
biente tiene sobre la salud de los niños. Por ejemplo, el contexto una madre urbana dijo: “a veces tenemos que
frío y la humedad fueron considerados como las princi- vender la leche que nos dan en el consultorio para com-
pales causas de enfermedad infantil; al respecto, algu- prar comida; los niños no se alimentan sólo de leche”.
nas dijeron: “los niños se pasan de frío”, “la humedad
les afecta los bronquios”, “vivir en este hielo los enfer- Explicaciones culturales
ma”. Problemas tales como: “tos, fiebre, resfríos, gri-
pe, neumonías, orinas sueltas, diarreas y pasmo” se Un tercer grupo de explicaciones causales de enferme-
explicaron como resultado de una combinación del frío dad estuvo asociado a los modelos culturales de salud
y humedad. La mayoría de las madres mencionó la falta y enfermedad de las madres. Destacan: el modelo mé-
de recursos de las familias como un factor asociado a dico mapuche cuyas explicaciones se asocian a fenó-
la enfermedad; por ejemplo: “mala calidad de las vi- menos naturales y mágico-religiosos; y el modelo
viendas, falta de transporte escolar en zonas rurales, médico popular, cuya explicación básica es el des-
falta de vestuario apropiado y mala alimentación de balance entre frío y calor.10 Por ejemplo, para madres
los niños”. Algunas mencionaron que la creciente con- mapuches y no mapuches, los resfríos y algunas gas-
taminación ambiental, tanto en los sectores rurales troenteritis se explicaban porque “le entra frío en el
como urbanos, es un factor que ha disparado las en- cuerpo del niño”; en tanto que los problemas de salud
fermedades en los niños: “las aguas están sucias y con- mental se vincularon a causas sobrenaturales: “un mal
taminadas por las industrias y basurales que se realizado por alguien que le tiene envidia a la madre o
encuentran cada vez más cerca de las viviendas, eso a la familia”, “castigo por no respetar las reglas de la
de todas maneras hace que nuestros niños se enfer- comunidad” o “encuentros con seres sobrenaturales”.
men”. Todas las madres mapuches señalaron además Estas últimas explicaciones fueron mas frecuentes en-
que: “los niños se enferman más que antes porque la tre las madres mapuches y de origen rural. Asimismo,
naturaleza está cambiando, los hombres están ensu- todas las madres mencionaron que el “mal de ojo”,
ciando la tierra, el agua y el aire”. enfermedad bastante común entre los niños, era causa-
da por: “personas que tienen poder o fuerza negativa
Explicaciones político-económicas que al admirar a un niño le provocan la enfermedad”.

Todas las madres plantearon que los problemas de sa- El itinerario terapéutico refleja una
lud de sus hijos se relacionan con su pobreza: “todo complementación de saberes médicos
viene de un problema monetario, es esa la causa de
todos nuestros problemas, la falta de oportunidad La segunda dimensión teórica de este estudio fue el
de los pobres”. Dicen: “los niños pobres son más sus- itinerario terapéutico que las madres recorren para
ceptibles de contraer cierta clase de enfermedades sólo solucionar los problemas de salud de sus hijos. De
por el hecho de vivir en la pobreza”; “el bajo ingreso acuerdo con Kleinman y Psordas,11 el itinerario tera-
económico de las familias impide comprar suficientes péutico consiste en la secuencia de actividades que los

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ARTÍCULO ORIGINAL
Alarcón-Muñoz AM, Vidal-Herrera AC

pacientes o sus familiares realizan para solucionar el


problema de salud, y constituye un importante indi- tenían componentes mágico-religiosos y naturales. La
cador de los recursos materiales, sociales y culturales identificación de los factores causales no fue sólo re-
de las familias. sorte para la acción de la madre, sino también de espe-
El itinerario que las madres enunciaron refleja la cialistas tradicionales; por ejemplo si el especialista
multiplicidad de recursos terapéuticos utilizados para manifiesta “no poder curar la enfermedad porque per-
enfrentar la enfermedad de sus hijos. En este contexto, tenece a la otra medicina”, la madre busca ayuda en el
todos los itinerarios trazados demostraban una com- sistema biomédico. Así, se teje una compleja trama de
pleja combinación de recursos de medicina tradicio- itinerarios, que además pueden ser secuenciales, pa-
nal mapuche, medicina popular y biomedicina. ralelos o recursivos.
A partir de la indagación de los itinerarios surgie-
ron tres categorías analíticas: 1) el primer recurso ante Biomedicina y disponibilidad económica de la familia
la enfermedad de los hijos es el conocimiento propio y
el de parientes femeninos más cercanos, entre éstas Especialmente para las madres campesinas uno de los
alguna abuela del niño; 2) dependiendo del modelo factores más importantes en la decisión de llevar un
etiológico de enfermedad, la madre busca ayuda de hijo enfermo al médico es la disponibilidad de recur-
especialistas tradicionales o biomédicos; y 3) la selec- sos económicos. Estas opinan que la atención médica
ción del recurso terapéutico no depende sólo de los es “difícil, costosa, sale mucho dinero”. Desafortuna-
modelos etiológicos de enfermedad, sino también de damente, los centros de atención primaria rural care-
los recursos económicos del núcleo familiar. cen de los insumos básicos en medicamentos, equipos
y personal para proporcionar una atención oportuna y
La madre es el primer recurso terapéutico para sus hijos eficaz, motivo por el cual las madres campesinas de-
ben viajar a los centros de salud urbanos. Ello implica
El conocimiento y experiencia propia fue el punto de gastos en transporte, alimentación y medicamentos, los
partida en el itinerario terapéutico; de este modo la cuales, la mayoría de las veces, sobrepasan las posibi-
madre se convierte en la primera ayuda médica para lidades económicas familiares. El tener dinero para
el niño. Las entrevistadas mencionaron un copioso ar- solventar este tipo de gastos es también un factor de-
senal terapéutico transmitido a través de la familia, terminante en la decisión sobre el curso terapéutico a
vecinas o medios de comunicación: hierbas medicina- seguir con los niños.
les, maniobras de primeros auxilios, medicamentos Las madres urbanas agregaron otro elemento.
autoprescritos y comprados en farmacia, y ritos tera- Plantearon que si bien los consultorios de atención pri-
péuticos simples, entre otros. Si la madre desconoce la maria son gratuitos y accesibles, muchas veces éstos
causa real de enfermedad o los tratamientos sintomá- no tienen los medicamentos necesarios para cubrir su
ticos no logran el resultado deseado, se consulta a una demanda y, por lo tanto, deben comprarlos en farma-
mujer de la familia o vecina con conocimiento en en- cias privadas. Por esta razón, muchas madres preferían
fermedades infantiles. La mayoría de las madres dijo acudir directamente al farmacéutico con el cual se evi-
no recurrir al centro de salud como primera instancia tan la larga espera en los centros de salud: “no te dan
para resolver las enfermedades de sus hijos: lo hacen jarabe, nada, que le des puro liquido, eso es todo, y a la
sólo si los niños continúan enfermos a pesar de los tra- casa. Si se mejoran, bueno, y si se agravan, al hospital”,
tamientos realizados en el hogar. “mejor la farmacia, ahí pregunto, me ahorro tiempo y le
compro remedios, pero sólo cuando puedo”.
El modelo etiológico de la enfermedad determina el curso
terapéutico Competencia cultural del sistema de atención
primaria infantil
Diferentes estudios etnográficos demuestran que la
percepción de la causa de la enfermedad es un factor La tercera dimensión teórica que emerge del estudio es
determinante en la búsqueda de ayuda terapéutica.12,13 la competencia cultural del sistema de salud para pro-
En este estudio las madres señalaron que cuando la curar una atención acorde con las características y ne-
causa de la enfermedad son factores naturales: “aire, cesidades de salud de la población infantil. Por
frío, calor” o proveniente de espíritus malignos: “mal, competencia cultural se entiende un proceso de aten-
brujería, envidia”, recurren a especialistas tradicionales ción centrado en el paciente, y que otorga respuestas
de la cultura, quienes otorgan el tratamiento apropia- efectivas a las necesidades, valores y preferencias de los
do. Todas las enfermedades descritas por las madres clientes (pacientes).14 Al respecto, la mayoría de las
madres planteó que el sistema carece de adecuación
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Competencia cultural y atención primaria infantil ARTÍCULO ORIGINAL

cultural para resolver los problemas de salud de los ni-


ños. Las categorías analíticas involucradas en este aná-
Discusión
lisis apuntan a tres elementos: a) barreras de lenguaje El hallazgo más relevante del estudio ha sido la iden-
entre madres y personal de salud, b) falta de reconoci- tificación de las tres dimensiones culturales que com-
miento de la cultura sanitaria de la familia y c) diferen- ponen la problemática de atención primaria infantil en
tes expectativas de la relación medico-paciente. la región de la Araucania: los modelos explicativos de
salud-enfermedad, el itinerario terapéutico y la com-
Barreras de lenguaje petencia cultural del sistema de atención.
En los discursos de las madres ha sido posible
Todas las madres mencionaron importantes barreras identificar que las explicaciones culturales, ambienta-
de lenguaje con el personal de salud debido a dos razo- les y sociopolíticas determinan el análisis de los pro-
nes fundamentales. Primero, no comprenden el lengua- blemas de salud infantil. Estas explicaciones se tejen
je técnico biomédico: “las indicaciones de los médicos en una compleja trama de causalidades, entre las que
son incomprensibles”, “si uno les pregunta qué signi- predominan los modelos mágico-religioso y popular
fica lo que dicen, los médicos a veces se enojan, así que de salud. La breve taxonomía descrita por las madres
mejor no preguntar”. Segundo, en el caso de la pobla- demuestra la integralidad del concepto de salud, per-
ción mapuche que tiene además su propio idioma, las cibido como el estado de bienestar general y desarro-
barreras de lenguaje son a la vez idiomáticas; una de llo armónico de las potencialidades del niño, al mismo
estas madres dijo: “te dicen tiene el virus no se cuanto, tiempo que la enfermedad se concibe como un estado
y uno ni siquiera le comprende porque ellos no son de sufrimiento e incertidumbre.
mapuche, si fueran, ahí sí uno le podría entender”. En relación con el itinerario terapéutico trazado
por las madres, es posible observar la articulación de
Falta de reconocimiento de la cultura sanitaria de la familia recursos provenientes de los sistemas de salud tra-
dicional-indígena, popular y biomédico. A la par, se
Para las madres el conjugar las explicaciones médicas destaca que el conocimiento y sabiduría de las madres
con sus propios modelos de enfermedad resulta un y mujeres de la familia constituye la primera fuente de
proceso muy controversial. Muchas de ellas plantea- ayuda terapéutica para los niños enfermos. Es también
ron que ocultan al personal de salud sus ideas sobre la notable que para la mayoría de las madres el acudir al
enfermedad de sus hijos, y a veces no siguen el trata- sistema biomédico no constituye la primera elección
miento médico porque consideran que algunos medi- frente a la enfermedad de sus hijos. En esta decisión gra-
camentos son inapropiados para la enfermedad. Estas vitan dos factores fundamentales: la percepción de la
actitudes se basan en la percepción de que el personal etiología de la enfermedad y la disponibilidad de recur-
de salud no respeta sus creencias y valores culturales: sos económicos de la familia para enfrentar los gastos
“el médico no toma en cuenta la opinión de una”, “se derivados de la atención médica.
molestan y la retan si uno le dice que piensa”, “a veces La tercera dimensión cultural resultante del aná-
los remedios son malos, le hacen más mal, yo no se los lisis fue la competencia cultural del sistema de aten-
doy (….) ¿qué saco con decirle si se enoja?”. ción primaria infantil. En este aspecto todas las madres
señalaron que la atención de salud no es culturalmen-
Expectativas de la relación médico paciente te pertinente a sus necesidades y expectativas y en este
sentido subrayaron la ausencia de un proceso comu-
Al respecto, la mayoría de las madres mencionó que al nicativo en la relación médico-paciente, que se funda
acudir al centro de salud sus expectativas son “conver- en factores como: barreras de lenguaje, falta de cono-
sar sobre la enfermedad”, “comprender más profunda- cimiento del personal de salud sobre la cultura sanita-
mente los problemas”, y que el médico o la enfermera ria de las madres, y escaso diálogo y comunicación
“examinen completamente al niño, no sólo pregunten por durante la atención de salud.
qué lo llevo y vean esa parte”. Sin embargo, la mayoría Los resultados de este estudio corroboran postu-
de las madres señaló que: “los médicos no explican ni lados teóricos de la antropología médica que sostie-
preguntan acerca del cuidado de los niños”, “no tienen nen que la brecha entre equipos de salud y pacientes
tiempo para examinarlos bien”, “no son comprensivos ocurre, entre otras razones, por los modelos etiológi-
con lo que uno necesita”. En general, calificaron la rela- cos culturales de salud y enfermedad, así como por la
ción médico-paciente como “fría e impersonal” y “no pertenencia a diferentes estratos socio-educacionales.
centrada en lo que uno realmente necesita”. Las diferencias culturales podrían abordarse median-

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ARTÍCULO ORIGINAL
Alarcón-Muñoz AM, Vidal-Herrera AC

te el conocimiento de la cultura del paciente, pero tam-


bién generando un proceso de comunicación cultural 4. Bryant J. Health and developing world. Cornell: University Press, 1975.
que contemple: escuchar con atención, explicar, reco- 5. Strauss A, Glaser B. Discovery of substantive theory: A basic strategy
nocer el modelo cultural del paciente, recomendar más underlying qualitative research. Chicago: Markham, 1970.
que indicar, y negociar explicaciones y tratamientos 6. Bernard R, Ryan G. Text análisis: Qualitative and quantitative methods.
En: Russel B, comp. Handbook of methods in cultural anthropology.
terapéuticos.15 Estrategias de este tipo y antecedentes
Walnut Creek: Altamira Press, 1998: 65-87.
como los que se presentan en este estudio parecen poco 7. Potter J. Discourse analysis as a way of analyzing naturally occurring
conocidos en el ámbito de la salud publica y la epide- talks. En: Silverman D, comp. Qualitative research: Theory, method and
miología; sin embargo, tienen gran importancia para practice. Thousand Oaks: Sage Publications, 1997: 97-112.
diseñar políticas y modelos de atención intercultural 8. Miles M, Huberman A. Qualitative data analysis. Newbury Park: Sage
Publications, 1994.
en salud que logren dar satisfacción a las necesidades
9. Prior L. Text and context in qualitative research. En: Silverman D,
y expectativas de las madres en áreas de gran diversi- comp. Qualitative research: Theory, method and practice. Thousand
dad étnica y cultural como la región de la Araucania Oaks: Sage Publications, 1997:113-145.
en Chile. Al mismo tiempo, investigaciones futuras 10. Harwood A. The hot-cold theory of disease: implications for the
deberían abordar el tema de las brechas culturales y treatment of Puerto Rican patients. En: Brown P, comp. Understanding
and applying medical anthropology. Mountain View: Mayfield Publishing
sociales que emergen de la interacción paciente y per-
Company, 1998: 251-260.
sonal de salud. 11. Kleinman A, Csordas T. The therapeutic process. En: Sargent C,
Johnson T, comp. Medical anthropology: contemporary theory and
method. Westport: Praeger Publishers, 1996:3-21.
12. Nichter M. Anthropological approaches to the study of
ethnomedicine. Philadelphia: Gordon and Breach Science Publishers,
Referencias
1992.
13. Janzen J. Therapy management: concept, reality, process. Med
1. Kleinman A. Patients and healers in the context of culture. Berkeley: Anthropol Q 1987; 1:68-84.
University Press, 1980. 14. Betancourt J. Cultural competence: marginal or mainstream
2. Helman C. Culture, health, and illness. Oxford: Butterworth- movement?. N Engl J Med 2004; 10:953-955.
Heinemann, 1994. 15. Berlin E, Fowkes W. A teaching framework for cross cultural health.
3. Hanhn R. Sickness and healing: An anthropological perspective. New En: Brown P, comp. Understanding and applying medical anthropology.
Haven: Yale University Press, 1995. Mountain View: Mayfield Publishing Company, 1998: 303-309.

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ARTÍCULo DE INVEsTIGACIÓN

Más allá de los Além dos sintomas:


viver com HIV é
síntomas: vivir motor de mudança
con VIH es motor Beyond symptoms:
living with HIV is a life
de cambio* changing motor

• Ana María Bastidas Erazo1 • Gladys Eugenia Canaval Erazo2 •

* La investigación “La experiencia de los síntomas en personas que viven con el VIH” aporta los datos para este artículo, fue presentada
por la autora principal como trabajo de investigación con la dirección de la coautora, en la maestría en Enfermería de la Universidad del
Valle (Cali, Colombia).

•1• Universidad Libre Seccional (Cali, Colombia). Correo electró- •2• Universidad del Valle (Cali, Colombia). Correo electrónico:
nico: ambe1969@gmail.com gladys.canaval@correounivalle.edu.co

Recibido: 08/04/2018 Aprobado: 30/10/2018


DOI : https://doi.org/10.15446/av.enferm.v36n3.71588

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Más allá de los síntomas: vivir con
Av Enferm. 2018;36(3): 338-347. VIH es motor de cambio

Resumen Resumo Abstract


Objetivo: describir en profundi- Objetivo: descrever em profundi- Objective: to describe in depth
dad la experiencia de personas con dade a experiência de pessoas com the experience of people with HIV
VIH durante el proceso de tratamiento HIV durante o processo de tratamen- during the process of treatment and
y atención en instituciones de salud. to e atenção em instituições de saúde. care in health institutions.

Materiales y métodos: diseño Materiais e métodos: desenho Materials and methods:


de teoría fundamentada en entrevistas de teoria fundamentada em entrevis- grounded theory design with in-depth
en profundidad a once personas con tas em profundidade a onze pessoas interviews to 11 people with HIV WHo
VIH que asistían a programas de aten- com HIV que frequentavam progra- attended ambulatory care programs
ción ambulatoria en Cali, Colombia. mas de atenção ambulatória em Cali, in Cali, Colombia.
Colômbia.
Resultados: categoría central Results: central category: living
denominada: vivir con VIH es motor Resultados: categoria central with HIV as a life changing motor
para el cambio de vida y seis catego- denominada: viver com HIV é motor and 6 categories: experiencing the
rías: experimentando los síntomas; para a mudança de vida e seis cate- symptoms; suspecting the diagnosis;
sospechando el diagnóstico; recor- gorias: experimentando os sintomas; getting information about being a
dando información sobre ser porta- suspeitando do diagnóstico; receben- carrier of HIV; experiencing existen-
dor del VIH ; experimentando crisis do informação sobre ser portador do tial crisis; the power of the emotions;
existencial: el poder de las emociones; HIV; experimentando crise existencial; recognizing the goodness of the
reconociendo la bondad de los medi- o poder das emoções; reconhecendo a medicines and getting social support:
camentos y obteniendo apoyo social: bondade dos medicamentos e obten- considered a fundamental aspect.
considerado aspecto fundamental. do apoio social: considerado aspecto
fundamental. Conclusion: the participants,
Conclusión: los participantes al upon receiving the diagnosis, expe-
recibir el diagnóstico experimentaron Conclusión: os participantes ao rienced existential and emotional
crisis that with help from family
crisis existencial y emocional que con receber o diagnóstico experimenta-
members, health personnel, couples
la ayuda de familiares, personal de ram crise existencial e emocional que and peers, made it easier to become
salud, la pareja y los pares, les facilitó com a ajuda de familiares, pessoal de aware of their current status and
tomar conciencia de su estado actual saúde, o(a) companheiro(a)/esposo(a) accept their situation; theirs habits
y aceptar su situación; sus hábitos se e os pais, que facilitou tomar cons- became healthy and the belief in a
tornaron saludables y la creencia en ciência de seu estado atual e aceitar superior being was reaffirmed.
un ser superior se reafirmó. sua situação; seus hábitos se tornaram
saudáveis e a crença em um ser supe- Descriptors: HIV; Social Discrimination;
Descriptores: VIH; Discriminación Social; rior se reafirmou. Social Stigma; Quality of Life; Symptom.
Estigma; Calidad de Vida; Síntomas (fuen- (source: DeCS, BIREME).
te: DeCS, BIREME). Descriptores: HIV; Discriminação Social;
Estigma; Qualidade de Vida; Sintomas
(fonte: DeCS, BIREME).
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quienes se inyectan drogas, trabajadoras sexuales,


homosexuales y personas transgénero (7). La estig-
matización crece cuando los conocimientos sobre
la enfermedad son deficientes e incrementa los
Introducción pensamientos preconcebidos sobre el VIH (8).

El diagnóstico de portador del virus de inmuno- La Convención Interamericana sobre la elimina-


deficiencia humana (vIH) se considera un aconte- ción de todas las formas de discriminación contra
cimiento potencialmente estresante y traumático, las personas con discapacidades, estima que esta
la persona experimenta síntomas como dolor y alude a cualquier exclusión o restricción que trans-
fatiga al estar expuesta a múltiples tensiones de la greda los derechos humanos (9); la discriminación
vida cotidiana relacionadas con su estado de infec- tiene consecuencias psicológicas profundas en
ción, pérdidas familiares y crisis situacionales (1). las personas con vIH intensificando el aislamiento
social (10) y la depresión (11).
En Colombia la realidad de la infección por vIH
que revela la Cuenta de Alto Costo a enero 31 de Respecto al cuidado que el equipo de salud brinda
2016 mostró que el número de diagnosticados con a los portadores de VIH, un estudio menciona que
VIH fue de 73 465; la prevalencia ajustada por cien las enfermeras más jóvenes tienen un promedio
habitantes de 0,16 %; la tasa de incidencia ajusta- significativamente más alto de actitudes estigma-
da general por cien mil habitantes de 16,8 y para tizantes en comparación con las enfermeras de
hombres de 21,6; reportó que el conteo de la CD4 mayor edad y diplomadas (12). De allí la relevancia
determina que en los hombres el diagnóstico es de comprender la situación de las personas con VIH
tardío con aparición de mayor número de sínto- y disminuir la discriminación hacia ellas.
mas (2); es importante abordar el tema de la expe-
riencia de los síntomas por personas con VIH para El objetivo de este estudio fue describir en profun-
contribuir al conocimiento en este campo. didad la experiencia de los síntomas de las personas
que viven con el VIH, que asisten a programas de aten-
Con esta investigación se pretendió aportar elemen- ción ambulatoria de instituciones de salud de Cali.
tos para fortalecer el cuidado de la persona con vIH,
partiendo de la comprensión de la experiencia de
los síntomas desde el momento que recibe el diag- Materiales y métodos
nóstico a partir de la siguiente pregunta: ¿cómo es la
experiencia de los síntomas de quienes viven con VIH Estudio con teoría fundamentada, enfoque de
y asisten a programas de atención ambulatoria en Strauss y Corbin (13, 14), con entrevistas en profun-
instituciones de salud de la ciudad de Cali, Colombia? didad a once adultos con VIH, con al menos un
síntoma en la última semana y sin ningún tras-
Las personas con VIH SE enfrentan a diversos even- torno mental, que asistieron a la consulta ambu-
tos estresantes como problemas financieros y de latoria del programa de atención a personas con
relación (3); entre los síntomas y signos prevalentes VIH de dos instituciones de salud de Cali (ubicada
están: fiebre, dolor de cabeza, malestar, taquicardia en el suroccidente colombiano), entre los meses
y linfadenopatía (4). Surgen alteraciones emociona- de febrero de 2007 y febrero de 2008. Las entrevis-
les que afectan su bienestar por el rechazo, la culpa- tas contenían preguntas sobre los conocimientos,
bilización, la estigmatización, poco apoyo social y la reacciones y sentimientos frente a los signos y
pérdida del trabajo; se presentan estados de insom- síntomas de ser VIH positivo y efectos en la vida
nio, pérdida de apetito, pérdida de la memoria y personal, familiar, social y laboral; se realizaron en
baja concentración, reconocidos como síntomas sitios concertados con los participantes, se grabó y
somáticos de la depresión; la depresión es un efecto transcribió por cada participante, tres entrevistas
negativo del estigma en caso de infección por el VIH en profundidad, se tomaron notas de campo; el
o su tratamiento (5). Temores y depresión se origi- análisis de los datos se ejecutó de manera simultá-
nan por el estigma interno, que lleva a la vergüenza nea con la recolección (13, 14).
asociada a ser una persona infectada con VIH (6).
Previo a la recolección de los datos se cumplió con
El estigma relacionado con el VIH SE refiere a las la etapa de sensibilización de los autores con el
creencias, sentimientos y actitudes negativas tema, a los participantes se les devolvieron los datos
hacia los portadores del VIH, también lo viven individualmente para obtener su realimentación. El

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número de personas entrevistadas y su selección se mas graves como infecciones intestinales, sínto-
guiaron por la estrategia del muestreo teórico. mas respiratorios, heridas que no cicatrizaban,
presencia de “granos” en la piel, y al ser hospitaliza-
El análisis de la información se inició con la codi- dos confirmaron el diagnóstico.
ficación abierta y se establecieron relaciones entre
las categorías y subcategorías identificadas. Para Hombre heterosexual de 24 años manifestó:
dar precisión y especificidad a los datos se utilizó
el método comparativo constante de incidentes […] llegué enfermo al hospital, con
concretos que sirvió para refinar conceptos, iden- diarrea, vómito, dolor de cabeza,
tificar propiedades, explorar interrelaciones e
integrarlos en un esquema coherente con la expe- escalofrío, flaco, estaba pesando
riencia de las personas con VIH (14). Se emplearon 43 kilos, desnutrido, le comenté
memos teóricos y diagramas. al doctor… que la muchacha que
La participación de los portadores de VIH fue volun- vivía conmigo [...].
taria y posterior a la firma del consentimiento infor-
Hombre de 23 años que consumía con frecuencia
mado, el cual consignó que es una investigación sin
droga y alcohol contó:
riesgo. El proyecto fue aprobado mediante Acta 013
del 15 de noviembre de 2006 por el Comité Institu-
cional de Revisión de Ética Humana de la Univer- En la piel tenía psoriasis, eso se
sidad del Valle, regido por la Resolución 8430 del me alborotó más, eso se me regó
Ministerio de Salud de Colombia que establece las en las piernas, eso eran plaque-
normas científicas y administrativas de la investiga-
ción en salud y los principios de la Asamblea Médica
tas grandísimas que se descara-
Mundial expuestos en su Declaración de Helsinki. chaban y rascaban.
Sospechando el diagnóstico
Resultados
Esta categoría se basa en el haber vivido en promis-
El tiempo que llevaban las personas con el diagnós- cuidad, con múltiples parejas y vida sexual sin
tico de VIH fue de 1 a 14 años, rango de edad de 23 a protección. Antes de recibir el diagnóstico, las
41 años; siete eran hombres y cuatro mujeres; seis personas con VIH experimentaron signos y sínto-
con orientación heterosexual, cuatro con orienta- mas, que empeoraron, lo que las llevó a sospechar
ción homosexual y una persona bisexual; la mayo- que “algo malo” pasaba en su cuerpo; los hombres,
ría procedían de la ciudad de Cali. sin importar su orientación sexual, se dieron cuen-
ta de haber llevado un modo de vida “promiscuo” y
La categoría central denominada: vivir con VIH es de hacer uso inadecuado de protección en las rela-
motor de cambio de vida, emergió de un acerca- ciones sexuales; las mujeres reconocieron que no
miento profundo a las experiencias de las personas conocían la vida sexual de su pareja estable.
ante los síntomas y los cambios que se generaron.
De esta categoría central se derivaron seis catego- El participante homosexual de 26 años, con cuatro
rías: experimentando los síntomas; sospechando años de ser VIH positivo relata:
el diagnóstico; recordando información sobre ser
portador del VIH; experimentando crisis existencial: Tuve un lapso de tiempo en que
el poder de las emociones; reconociendo la bondad estuve solo totalmente y no tuve
de los medicamentos y obteniendo apoyo social:
considerado aspecto fundamental. pareja estable pero tuve rela-
ciones sexuales, dentro de esas
Experimentando los síntomas relaciones hubo una que la tuve
sin protección y con esa tuve
Algunos participantes antes de enterarse del diag-
nóstico sufrieron síntomas molestos como diarreas para contagiarme […].
frecuentes y prolongadas, acompañadas de cefalea
y fiebre, a veces con escalofríos y dolor abdominal.
Dos de los participantes reportaron signos y sínto-

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Recordando información sobre ser porta- momento durísimo que nunca


dor del VIH pensé […].
Al confirmar el diagnóstico de VIH los portadores Mujer heterosexual de 28 años expresó:
recordaron la imagen que ofrecían los medios de
comunicación quince años atrás, sobre el dete- […] no pues yo qué le iba a decir
rioro, fallecimiento y formas de transmisión de la
enfermedad, que los llevó a experimentar sínto- a mi familia y yo qué hacía
mas emocionales y físicos como tristeza, desespe- después de eso, yo que ya me iba
ranza y falta de apetito. a morir, que ya todo se acababa,
Hombre homosexual de 28 años narró:
y bueno ahí vienen las cosas de
suicidarse, yo quería acabar con
[…] información que daban los todo eso, que para qué uno vive
medios, las universidades… los con vih [...].
colegios, no era como tan
Reconociendo la bondadde losmedicamentos
abierta, preguntar sobre VIH o
preguntar sobre una enferme- Los participantes con el diagnóstico también
dad como esta era un tabú y más recibieron el medicamento con antirretrovirales,
refirieron que el tratamiento influyó en su recu-
que un tabú era poca infor- peración, sin importar los efectos adversos como
mación entonces […]. mareos, náuseas, cálculos y lipodistrofia, cambió
su modo de vida o su trabajo. Todos estuvieron
Experimentando crisis existencial: el poder de acuerdo en que el tratamiento les dio fuerza de
de las emociones voluntad para seguir adelante, “los empezó a mejo-
rar”.
Al recibir la confirmación del diagnóstico los parti-
cipantes lo relacionaron con la muerte, sintieron Hombre heterosexual de 23 años dijo:
temor, enojo, tristeza, algunos la autorrecrimina-
ción, otros utilizaron antidepresivos. El temor se […] cuando estaba demasiado
agudizó con el transcurrir del tiempo, al adelgazar,
sintieron vergüenza de su apariencia personal y flaquito, no me gustaba que la
mintieron sobre su condición. La mayoría vivió gente me viera; cuando empe-
experiencia de rechazo y discriminación, señala- cé a comer normal y las pastas
mientos por parte de sus amistades y algunos
perdieron su trabajo. Su tristeza se ahondó hasta (medicamento) me empezaron a
el punto de sentir depresión e intentar el suicidio. hacer efecto, que ya me empecé
a sentir bien, entonces empecé
Hombre homosexual de 26 años que al leer la histo-
ria clínica se enteró que tenía VIH SU reacción fue:
nuevamente a salir, a hablar con
los amigos.
Piensas que te vas a morir. Defi-
Hombre homosexual de 28 años confesó:
nitivamente el vih es una enfer-
medad que está marcada por la Después reaccioné y me di cuenta
marca de la muerte […] enton- que la vida continúa, que hay un
ces dije hasta aquí llegué, ese tratamiento y que hay que seguir
diagnóstico no me va a dejar adelante… ¡mmm! [...]. Qué le digo
hacer nada [...] pienso que fue el al tiempo, mejoré [...] mejoré y fui
momento de sentarme a llorar mejorando cada vez más y más
y sentirme triste porque fue un con los antirretrovirales.

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Obteniendo apoyo social: considerado la familia. Refirieron que realizaban actividades


aspecto fundamental productivas desde que recibieron el diagnósti-
co y sin volverse fanáticos, se encomendaban a
En el momento de recibir el diagnóstico, diez de un ser superior. Cada día lo vivieron con mucha
los participantes contaron con el apoyo de padres, intensidad, se plantearon metas; sus proyectos
hermanos e hijos y una persona experimentó los llevaban a cabo con empeño y lo mejor posi-
recriminación. Los familiares pugnaron por que se ble; conocieron experiencias positivas tanto del
siguieran los controles médicos, esto permitió esta- personal de salud como de personas que viven
blecer una relación de confianza con el personal de por muchos años con el VIH; por esas experiencias
salud que insistió en el seguimiento al compañe- vicarias, conocieron que se puede vivir con calidad
ro sexual y el apoyo de “pares”, lo que les ayudó a de vida y que para esto el tratamiento con medica-
mejorar su estado emocional. mentos es esencial.

La relación de pareja se deterioró para varias de Poco a poco dieron un giro a su vida, participan en
las personas, la mayoría tenían una pareja nueva reuniones sociales, comparten más tiempo con la
de quien recibían apoyo, unos pocos no revelaron familia, tienen pareja estable y usan métodos de
a su pareja su condición de portadores del VIH por protección en las relaciones sexuales. Su alimentación
temor a perderla. cambió, pasaron de comer con exceso de grasa, condi-
mentos y dulces a comer sano y saludable y a prepa-
Hombre heterosexual de 23 años declaró: rar sus alimentos o a comprarlos en sitios adecua-
dos, también dejaron o disminuyeron el consumo de
cigarrillo, de alcohol y de sustancias psicoactivas.
A mí la terapia me la hizo un
pelado (un joven) […] y él me Otras categorías contribuyen a conformar la cate-
decía: "no, es que yo fui diagnos- goría central, ellas son: viviendo el día como si fuera
el último; tomando conciencia sobre la condición
ticado hace como 6 años" […] ¡No de portador del VIH - Ya no soy la misma persona;
lo puedo creer! ¿Y luego […] uno teniendo una sola pareja estable, alimentándome
no se muere al año?, entonces sano y nutritivo y creyendo en un ser superior. A
continuación algunos relatos de los participantes:
uno como que empieza a despe-
jar esas dudas. Hombre homosexual de 28 años:
Hombre heterosexual de 23 años afirmó:
Sí, yo era muy extrovertido, muy
[…] mi familia me decía deje de alegre, tenía muchos amigos,
muchas amistades; sí, yo era una
ser bobo, salga adelante, usted
no es el primero ni el último que persona que le decían vamos para
va a tener esa enfermedad. Mi tal parte, listo vamos; y de allí en
papá es uno, ¡uh! Mi papá me adelante (a partir del diagnós-
ha ayudado mucho, mi papá es tico) fue un cambio total de 180
uno que me ve trasnochando y grados, ya no soy la misma perso-
me dice: “¡no! Vaya pa´ la casa na, o sea en los últimos 8 años mi
huevón, no esté por ahí, no se vida ha cambiado muchísimo.
trasnoche”, me regaña. Hombre heterosexual de 25 años:

Categoría central: vivir con VIH es motor Yo creo que a raíz de lo que me
de cambio de vida pasó, cuando estaba así de enfer-
Los participantes manifestaron que cambió su mo me hice bautizar, hoy en día
modo de pensar y actuar al recibir el tratamiento pertenezco a una iglesia.
y obtener apoyo de otros portadores del VIH y de

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Discusión ciones y del cuidado por profesionales de enfer-


mería contribuirá a mejorar su calidad de vida (22)
Los resultados muestran una teoría sustantiva porque aún persisten estereotipos negativos.
donde la categoría central que surgió vivir con
el VIH, se constituye en un motor que impulsa a El “apoyo social” es fundamental para las perso-
los participantes a realizar un cambio de vida, en nas con VIH, ellas confían en el personal de salud
sus creencias en un ser superior, en sus hábitos cuando este guarda confidencialidad, esa confian-
alimenticios, en el no uso de sustancias psicoacti- za muestra ser un facilitador de las asesorías para
vas y alcohol, en permanecer con una pareja esta- pruebas de laboratorio (23). Un estudio reportó que
ble, en fijarse un nuevo propósito de vida, en reali- la red social proporciona información útil y contri-
zar el cuidado de sí mismos y en vivir el día a día. buye con la promoción de la salud, con la gestión
frente a los servicios de salud y con el acceso al
El diagnóstico de infección por VIH ocasiona sufri- tratamiento (24).
miento por los cambios sociales y emocionales que
experimenta el portador. Los síntomas depresivos, La “bondad” de los medicamentos, pese a los efec-
el enojo y el miedo a la muerte contribuyen a la tos adversos que se presentaron al inicio, les ayudó,
percepción negativa de sí mismos (15, 16); la sospe- “los empezó a mejorar”. Costa, Mendes y Abreu (25)
cha del diagnóstico generó en las personas una mencionaron que los participantes en su estudio
“crisis existencial”. hicieron una evaluación positiva del estado físico
y mental, justificada en la ausencia de síntomas,
Los individuos con VIH SE sienten estigmatizados, enfermedades oportunistas y la percepción de
con sentimientos de culpa, con signos y síntomas buena salud física vinculada con el tratamiento.
molestos producto de la enfermedad o de la tera-
pia antirretroviral; lo anterior se evidenció en este Las personas no tenían metas definidas en la vida
estudio en la “autoimagen trastornada”; la mayoría laboral, sin embargo, posterior al diagnóstico toda
de los participantes al enterarse del diagnóstico y labor la ejecutaban de la mejor manera según el
al no recibir tratamiento perdieron peso corporal lema “no dejar para mañana lo que tengas que
y comenzaron a sentir vergüenza de su apariencia hacer hoy”. Al conocer que hay personas que viven
personal, en otros con medicamentos antirretro- con ese diagnóstico por muchos años los llevó a
virales, apareció la lipodistrofia lo que los llevó a reaccionar, a tomar conciencia de su propia exis-
restringir la actividad social (17). tencia y a elaborar un proyecto de vida.

Para muchos la religión y las creencias espirituales La experiencia de vivir con VIH revela que hay un
son el centro de su identidad y de su respuesta a antes y un después de recibir el diagnóstico, los
la enfermedad (18), se ha reportado la existencia portadores pasan por un proceso de cambio en el
de zonas del cerebro asociadas a la importancia de que ganan confianza, seguridad, mejoría y merma
la espiritualidad (19) y aunque no se sabe si esta es de los síntomas y adquieren una nueva visión del
causa del engrosamiento de esa zona cerebral, sí se mundo. El hacer cambios significativos en la vida
reporta correlación entre ellas. Este aspecto debe ser depende parcialmente del nivel educativo, del
incluido en el cuidado que recibe la persona. Encon- apoyo social y de la espiritualidad (11, 26). En la
tramos que la conexión con un ser superior ayuda a Figura 1 se presenta el esquema conceptual que se
las personas con VIH en el proceso de tomar concien- propone para ser aplicado en la práctica asistencial
cia y a hacer un cambio en sus vidas; el reconocer, en salud y que muestra la representación de las
identificar y dar cuidado con base en las necesida- categorías que contribuyen a nombrar la categoría
des espirituales se convierte en una prioridad (18). central: vivir con VIH es motor de cambio de vida.

El estigma asociado con el VIH C ausa que las Lo anterior es de gran importancia para los profe-
personas se preocupen por “revelar o no revelar sionales de enfermería para quienes el eje central de
su condición” y por el verse obligadas a “mentir la atención es el “cuidado”, que responda a las nece-
sobre su estado de salud” (20, 21). Afecta también sidades de las personas con VIH desde el momento
a los individuos por tres vías: el confrontar una del diagnóstico y durante el proceso de experimen-
identidad alterada por el diagnóstico, el vivir con tar los síntomas y los cambios que se suceden (26).
la enfermedad y el lidiar con la muerte social y
física. Disminuir el estigma a través de interven-

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Av Enferm. 2018;36(3): 338-347. VIH es motor de cambio

Figura 1. Esquema conceptual: Vivir con VIH es Referencias


motor de cambio de vida
Experimentando Confirmando el Recordando (1) Sun W, Wu M, Qu P, Lu C, Wang L. Psychological well-
Sospechando el
los sintomas
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diagnóstico
diagnóstico de
portador del VIH
información
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Miedo a morir

Mentir sobre su condición


Revelar o no su condición
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Experimentando crisis
Obteniendo apoyo Reconociendo existencial: el poder de
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Vivir el día a día
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uso de alcohol y SPA
Cambio frecuencia y

su condición de alimenticios Parks M. Posttraumatic stress disorder and stressful


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346
17

VOL. 13, Nº 2, 2014


pp. 109-120

Estrategias comunitarias en promoción de salud mental: Construyendo una trama conceptual para el
abordaje de problemáticas psicosociales complejas
Claudia Bang
Universidad de Buenos Aires; Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina
claudiabang@yahoo.com.ar

RESUMEN En la actualidad múltiples dispositivos de intervención comunitaria articulan acciones en el


campo de la salud mental. En este renovado campo de prácticas, resulta necesario revisar
críticamente los marcos teórico-conceptuales e incorporar nuevos desarrollos. El objetivo de
este trabajo es realizar una aproximación conceptual que permita incorporar prácticas de
promoción de salud mental comunitaria desde una perspectiva crítica y abierta a la
complejidad, como aporte a la psicología comunitaria desde el campo de la salud y salud
mental. Se desarrollan y discuten algunos conceptos e ideas fundamentales, tomando
principalmente aportes del Movimiento de Medicina Social-Salud Colectiva Latinoamericana.
Se propone el desarrollo de estrategias de intervención múltiples y flexibles para el
fortalecimiento de vínculos y la constitución de la comunidad como sujeto activo de
transformación social, aspecto clave en la salud mental comunitaria.

PALABRAS CLAVE salud mental, promoción, participación, comunidad, salud

Com munity strategies in mental health promotion: Constructing a conceptual


framework for approaching complex psychosocial problems
Currently, multiple devices of community intervention articulate actions in the field of mental
health. In this renovated field of practices, there is a need to critically review the theoretical
ABSTRACT frameworks that guide them and to add new theoretical contributions. The objective of this work
is to advance a conceptual approach that would make it possible to include promotional
practices of community mental health from a critical perspective that is open to complexity, as
a contribution to community psychology by the health and mental health fields. Some
fundamental concepts and ideas are developed and discussed, mainly using contributions by
the Latin American Social Medicine/Collective Health movement. We propose to develop
multiple and flexible intervention strategies that may strengthen community bonds and letting
the community become an active entity in the process of social transformation, which is
considered a key aspect of community mental health.

KEYWORDS mental health, promotion, participation, community, health

Recibido: 10 enero 2014 Cómo citar este artículo: Bang, C. (2014) Estrategias comunitarias en promoción de salud
mental: construyendo una trama conceptual para el abordaje de problemáticas psicosociales
Aceptado: 5 mayo 2014 complejas. Psicoperspectivas, 13(2), 109-120. Recuperado de
http://www.psicoperspectivas.cl doi:10.5027/PSICOPERSPECTIVAS-VOL13-ISSUE2-
FULLTEXT-399

Este trabajo ha sido financiado por Universidad de Buenos Aires y Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Argentina.

ISSNe 0718-6924
18
Estrategias comunitarias en promoción de salud mental: Construyendo una trama conceptual para el abordaje de
problemáticas psicosociales complejas

Introducción de la realidad urbana actual. También son significativas


las prácticas comunitarias que abordan problemáticas de
Desde la segunda mitad del siglo XX, el desarrollo de salud mental desde una perspectiva de prevención y
políticas internacionales en salud mental propone la promoción integral por fuera del sistema de salud (Bang,
transformación del sistema manicomial hacia una 2013a; Wald, 2011). En el trabajo de acompañamiento y
atención de los padecimientos mentales en comunidad supervisión de algunas de estas prácticas, así como en la
(Organización Mundial de la Salud [OMS], 2001), docencia y capacitación de equipos comunitarios de
ampliando la cobertura hacia nuevos problemas y salud y salud mental, la inclusión de estos dispositivos no
modificando la estructura de los servicios. Por otro lado, siempre ha estado acompañada de la adecuada
el inicio del siglo XXI confluye con el retorno a los formación, lo que ha obligado a muchos equipos
postulados originales de la Atención Primaria de la Salud profesionales a aventurarse en “lo comunitario” guiados
(OMS/Organización Panamericana de la Salud [OPS], por la intuición y la improvisación. Por otro lado, esta
2005). La implementación de esta estrategia durante la progresiva incorporación de acciones de promoción en
década neoliberal de los „90 había sido, en nuestra salud mental evidencia la necesidad de revisar los
región, predominantemente de carácter selectivo, basada marcos teórico-conceptuales que sostienen dichas
en acciones de prevención y programas focalizados de prácticas e incorporar nuevos desarrollos.
asistencia básica para población sin recursos. Lejos del
espíritu original de la declaración de Alma-Ata El objetivo específico de este escrito es realizar una
(OMS/UNICEF, 1978) este enfoque generó la aproximación conceptual que permita abordar las
precarización en la atención de los sectores sociales más prácticas de promoción de salud mental comunitaria en
desfavorecidos. su complejidad y desde una visión crítica, realizando un
aporte conceptual a la Psicología Comunitaria desde el
Por el contrario, desde una perspectiva integral, se campo prácticas en salud/salud mental. Esta
considera a la Atención Primaria de Salud (APS) como investigación se enmarca en la línea de trabajo que
estrategia reordenadora de los sistemas con lógica rescata la dimensión sociohistórica de los procesos de
universalista y basada en la idea de derechos. Desde salud-enfermedad-atención/cuidados (Menéndez, 2009)
este marco, se da una articulación posible entre la y subraya el enfoque de derechos en el abordaje de
estrategia de APS integral y prácticas de prevención y problemáticas psicosociales complejas. Para abordar
promoción de salud mental, como oportunidad para desde esta perspectiva las prácticas social-comunitarias
retomar y profundizar objetivos de implementación de en el campo de la salud, nos apoyamos en la rica
políticas de salud mental con base en la comunidad producción teórica del movimiento de Medicina
(Bang, 2011). Social/Salud Colectiva Latinoamericano (Stolkiner &
Ardila, 2012), acentuando la dimensión de cuidados en
En Argentina, la nueva Ley Nacional de Salud Mental, salud (Merhy, 2006).
promulgada a fines del año 2010 ofrece un marco legal
que impulsa la implementación de prácticas de salud
mental con base en la comunidad. Desde este marco se
promueve la integración de acciones dentro de los Metodología
criterios de Atención Primaria de Salud Integral y se
acentúa la importancia de implementar prácticas de Este estudio es una investigación teórico-conceptual que
prevención y promoción de salud mental comunitaria (Ley surge de la necesidad de revisar críticamente algunas
Nacional de Salud Mental Nº 26.657, 2010). ideas en las que se basan las intervenciones
Reconociendo múltiples entrecruzamientos en el campo comunitarias en el ámbito de promoción de salud mental,
de problemáticas en contextos de alta complejidad, su aportando una visión compleja desde una perspectiva
abordaje incluye necesariamente un enfoque integral, integral. A partir de una revisión bibliográfica (Valles,
basado en la intersectorialidad y el trabajo 2000), se han seleccionado algunos conceptos e ideas
interdisciplinario. fundamentales de acuerdo a su relevancia en la temática
tratada: participación comunitaria en salud, promoción de
Consecuentemente, en Argentina se desarrolla, desde salud mental comunitaria, redes en salud, cuidados,
los últimos años, un número creciente de dispositivos y creatividad colectiva, entre otros. Si bien gran parte de los
formas de abordaje que incluyen intervenciones aportes teóricos provienen del Movimiento
comunitarias desde y hacia las instituciones de salud y Latinoamericano de Medicina Social/Salud Colectiva,
salud mental (Bang, 2012a; Corín, 2013). Se intentan desde una multirreferencialidad teórica (Lourau, 1975) se
recuperar experiencias anteriores consideradas exitosas han incorporado algunos otros aportes que, desde otras
e innovar con propuestas para el abordaje de disciplinas, permiten pensar las intervenciones
problemáticas de salud mental propias de la complejidad

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19
Claudia Bang

comunitarias en salud/salud mental desde el paradigma 1994). La promoción definiría aquí un ámbito específico
de la complejidad. de intervención dentro de un modelo de atención en salud
mental centrado en la prevención de desórdenes
Este estudio no pretende ser una revisión teórica mentales (Davis, 2002).
exhaustiva de diferentes conceptos. Metodológicamente
se ha priorizado el abordaje de ciertas ideas desde una Estos ordenamientos están centrados en el abordaje de
perspectiva crítica y el aporte de la elaboración personal enfermedades mentales definidas según diagnósticos
en el planteamiento de la problemática tratada, la que psicopatológicos individuales e incluidos en la
surge del trabajo en el campo de intervenciones epidemiología psiquiátrica vigente (Ausburger, 2002),
concretas. El presente escrito espera constituirse en dejando por fuera a las problemáticas de salud/salud
aporte de nuevos elementos de discusión teórico- mental que hacen al padecimiento subjetivo de una
conceptual para abordar las intervenciones psico- comunidad en su conjunto y que no están relacionados
sociales y comunitarias en contextos complejos. necesariamente con diagnósticos psicopatológicos.

Construyendo una trama conceptual posible Una de las problemáticas colectivas de salud/salud
mental a la que nos referimos es, por ejemplo, la
El despliegue de espacios de juegos tradicionales labilización de lazos sociales y fragilización de redes de
callejeros se ha constituido en dispositivo estratégico contención comunitaria (Stolkiner, 1994), lo que Emiliano
para generar vínculos creativos entre profesionales de Galende denomina soledad relacional (Galende, 1997).
salud y familias en un barrio del centro de la ciudad de Nuestra sociedad se caracteriza por haber transitado un
Buenos Aires, donde priman las barreras de accesibilidad largo y complejo proceso de desarticulación de sus
a las instituciones de salud. La organización de formas de organización colectiva: “Los vínculos barriales
“barrileteadas” ha sido la estrategia por la que un equipo y de vecindad, los familiares extensos, así como los
de salud mental se ha relacionado con las familias y gremiales y de participación política se labilizan.
vecinos de los niños a los que asisten terapéuticamente. Simultáneamente existe una tendencia al
La realización de eventos callejeros con diversas abroquelamiento, dado que los espacios públicos se
actividades participativas ha sido la estrategia con la que restringen y amplias áreas de la ciudad son vividas como
una serie de instituciones se han propuesto conocerse y peligrosas” (Stolkiner, 1994, p. 36).
conocer las problemáticas de su barrio. Un
emprendimiento textil ha sido la forma en que, desde una La inclusión de una mirada que identifique este tipo de
institución de salud, un grupo de mujeres migrantes ha problemáticas dentro del campo de acciones de
podido trabajar sobre su situación de alta vulneración de prevención y promoción de salud mental comunitaria
derechos. Múltiples experiencias se desarrollan cada vez requiere de una apertura epistemológica hacia el
con mayor fuerza en la Ciudad de Buenos Aires, donde reconocimiento de los padecimientos subjetivos en su
prima la complejidad en sus contextos de realización. La complejidad, en tantos procesos dinámicos de salud-
descripción y análisis de estas y otras experiencias enfermedad-cuidados (Almeida-Filho & Paim, 1999). En
concretas exceden el objetivo del presente escrito, las estos abordajes, resulta necesaria una apertura que
mismas han sido desarrolladas en trabajos anteriores incluya lo colectivo, lo diverso y lo histórico en la lectura
(Bang, 2011, 2012a, 2013a). de los padecimientos de una época, que permita aceptar
nuevas demandas, trabajar desde las contradicciones y
Si bien las estrategias pueden ser múltiples, el trabajo construir con otros en la heterogeneidad. Estos
comunitario posee una especificidad y fundamentos padecimientos, portados por cuerpos singulares,
clínico-epistemológicos en el campo de prácticas en presentan su correlato en la trama social, en tanto
promoción de salud mental. Nos referimos a prácticas emergentes de problemáticas vividas de forma colectiva,
integrales de promoción de salud/salud mental, cuyo que exceden la posibilidad del abordaje puramente
objeto es la comunidad en su conjunto. La insistencia en individual. Desde esta mirada, es posible impulsar
la característica de integralidad de dichas prácticas prácticas en salud y salud mental basadas en lo
intenta generar un corrimiento del binomio prácticas relacional, en las cuales el acto de cuidar es tanto medio
proactivas/prácticas reactivas que ha sostenido la como fin en sí mismo (Merhy, 2006). Reconociendo
división clásica entre atención, prevención y promoción múltiples determinantes y entrecruzamientos en el campo
de la salud. de problemáticas de salud/salud mental, su abordaje
incluye, necesariamente, un enfoque comunitario,
Actualmente, muchas de las discusiones conceptuales en complejo e integral, siendo la protección de derechos una
este campo se centran en poder definir la promoción de estrategia fundamental.
salud mental como parte de una serie de categorías que
parcelan los ámbitos de intervención: promoción, Esta apertura epistemológica nos permite pensar que la
prevención universal, selectiva y focalizada, diagnóstico, estrategia de promoción en salud mental comunitaria
tratamiento ambulatorio, tratamiento residencial, debería orientarse a la generación de procesos
rehabilitación y reinserción social (Mrazek & Haggerty, participativos que pongan en juego la creatividad desde

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Estrategias comunitarias en promoción de salud mental: Construyendo una trama conceptual para el abordaje de
problemáticas psicosociales complejas

lo colectivo, multiplicando las redes de contención


comunitaria. Por otro lado, este tipo de acciones se
presentan como una vía facilitadora para la
transformación hacia una comunidad más inclusiva; ya
que, para que personas con padecimientos mentales
puedan ser asistidas en su comunidad, ésta también
debe estar preparada. El abordaje comunitario genera
aquí grandes oportunidades y fortalezas desde una
propuesta que trabaja, no solo con usuarios del sistema
de salud mental, sino que incluye a su comunidad en el
abordaje de problemáticas psicosociales en su
complejidad, produciendo una clínica ampliada.

Intentaremos ilustrar lo antedicho con un breve ejemplo.


La Cumbre de Juegos Callejeros (Cujuca) ha sido la
Figura 1: Cumbre de Juegos callejeros en la puerta de un Centro
actividad con la que una organización comunitaria genera de Salud y Acción Comunitaria. Ciudad de Buenos Aires
acciones de promoción integral de salud mental en varios
barrios de la Ciudad de Buenos Aires, donde la falta de
espacios verdes de recreación y el desconocimiento,
temor y desconfianza entre vecinos se manifiestan como
problemáticas colectivas. La propuesta consiste en una
convocatoria al barrio a participar de una tarde de juegos.
Se recrean juegos tradicionales en una calle cortada,
transformando, por algunas horas, la lógica cotidiana del
uso del espacio público. La calle se puebla de niños y
adultos que juegan, conversan o realizan otras
actividades. Este dispositivo recreativo comunitario de
intervención urbana (como lo llaman sus creadores)
surge a partir de la necesidad de buscar un recurso que
fuera simple, sencillo de reproducir y lo suficientemente
abierto para que todos se sientan invitados a participar.
En la calle se abre un espacio caracterizado por el
cuidado, la posibilidad de encuentro, alegría y vínculos,
que genera las condiciones óptimas para que el juego se
desarrolle en toda su potencialidad creadora. El espacio
de juegos posibilita compartir libremente una actividad
informal y desestructurada, muy diferente a la modalidad Figura 2: Profesionales jugando con niñas/os del barrio en el
de relación en el interior de las instituciones. Esto permite CUJUCA en la Puerta del Centro de Salud
a los miembros de una comunidad (incluyendo a
referentes institucionales) conocerse en otro contexto y Las prácticas de salud/salud mental y la promoción
compartir desde un lugar ameno que genera comodidad. de salud
Este dispositivo se ha incorporado en las actividades
comunitarias de varias instituciones de salud. Por Primeramente, resulta necesario considerar a las
ejemplo, en los festejos en la puerta del Centro de Salud prácticas en salud mental como un conjunto heterogéneo
se utiliza el Cujuca para abordar diferentes temáticas de dentro del campo más amplio de prácticas de salud
salud con la comunidad y para acercar simbólicamente el (Stolkiner & Solitario, 2007). Desde una perspectiva
Centro de Salud al barrio. integral no es posible aislar la salud mental de la salud en
general, salvo por finalidades operativas o de acción. La
A través del juego compartido se pretende generar un especificidad de la salud mental se encuentra en la
vínculo más cercano entre la gente y los profesionales, el importancia de incorporar la dimensión subjetiva en las
cual es generalmente percibido como distante por parte prácticas de salud y promoción de salud. Este escrito se
de la comunidad (Bang, 2012a). Esta experiencia se refiere al binomio salud/salud mental como una forma de
encuentra ilustrada en las Figuras 1 y 2. acentuar la inclusión de esta dimensión subjetiva en
prácticas integrales de salud.

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21
Claudia Bang

Hemos encontrado en el concepto de promoción de salud la idea de promoción de salud referida al fortalecimiento
mental comunitaria una herramienta útil para pensar y de la capacidad colectiva para lidiar con la multiplicidad
abordar prácticas comunitarias que articulan promoción de los condicionantes de la salud y la vida. Se sostiene
de salud y salud mental. Este concepto tiene su origen en así también una postura crítica ante las corrientes de la
el desarrollo de la estrategia de promoción de salud y en medicina y la psicología que, basadas en una perspectiva
la posterior articulación entre atención primaria de salud biomédica, sostienen la imposibilidad de la prevención y
y salud mental. promoción en el campo de prácticas en salud mental,
desconociendo la implicancia de la trama vincular y la
La Carta de Ottawa sobre la promoción de salud ha sido dimensión subjetiva en los procesos que hacen a la salud
la gran impulsora de prácticas promotoras, y la vida de las personas.
entendiéndolas como: “el proceso de capacitar a las
personas para aumentar el control sobre su salud y Al considerar la salud desde una perspectiva integral,
mejorarla. Para llegar a un estado de completo bienestar estamos lidiando con algo tan amplio como la propia
físico, mental y social, un individuo o grupo debe poder noción de vida (Czeresnia & Freitas, 2006). La salud se
identificar y realizar sus aspiraciones, satisfacer sus relaciona a la posibilidad de ganar grados de autonomía
necesidades, y manejar o transformar su ambiente” sobre el “modo de vivir en la vida” (Merhy, Feuerwerker &
(OMS, 1986, p. 1). Esta estrategia ha sido ampliamente Silva, 2012). En este sentido, la Medicina Social
difundida dentro de una retórica democratizadora, pero su Latinoamericana propone la idea de buen vivir o vivir bien,
implementación en América Latina y en Argentina ha que implica la confrontación del individualismo y la
sufrido numerosas dificultades señaladas por diversos competencia, típicos de la sociedad de mercado, para
autores (Fracasso, 2000; Irigoyen, 1994; Muller, 2001). sustituirlos por la solidaridad y la cooperación, en un
En los contextos económicos de la región, muchas veces modelo de desarrollo que permita la satisfacción de las
el nuevo concepto vino a justificar una lógica neoliberal, necesidades de todos (Asociación Latinoamericana de
con el pretexto de que cada individuo, y no el Estado, Medicina Social [ALAMES], 2011).
debe ocuparse de su propia salud.
Hacia una mirada integral en promoción de salud
Al igual que ocurre con la participación comunitaria, el mental comunitaria
discurso sobre la promoción de la salud no es
homogéneo y presenta contradicciones que En salud mental, la inclusión de prácticas y conceptos
corresponden a intereses divergentes, desde los más relacionados a la promoción es aún incipiente. El campo
conservadores a los más progresistas. Las políticas de de prácticas en salud mental ha respondido
promoción de salud fueron pensadas desde las históricamente al modelo manicomial (Galende, 1990). Es
realidades europeas, definiendo temáticas específicas recién hacia mediados del siglo XX que el desarrollo de
como actividad física, alimentación, hábitos saludables, políticas en salud mental propone una apertura de los
etc.; centradas en el individuo y asociadas estrechamente sistemas de atención con incorporación de acciones de
a la prevención de enfermedades no trasmisibles (OMS, prevención y promoción.
2009). Estos desarrollos no han tenido en cuenta las
situaciones diferenciales y procesos de otros Según la Organización Mundial de la Salud:
continentes, lo que luego se intentó aplicar acríticamente
en América Latina (Argandoña Yáñez, 2009). Las actividades de promoción de salud mental
implican la creación de condiciones
Desde una perspectiva diferente, que parte de una lectura individuales, sociales y ambientales que
compleja y crítica de la situación de salud colectiva en permitan el óptimo desarrollo psicológico y
nuestra región, el Movimiento de Medicina Social/Salud psicofisiológico. Dichas iniciativas involucran a
Colectiva propone una referencia creciente a la idea de individuos en el proceso de lograr una salud
promoción de la salud asociada a un conjunto de valores mental positiva, mejorar la calidad de vida y
colectivos: vida, salud, solidaridad, equidad, democracia, reducir la diferencia en expectativa de salud
ciudadanía, desarrollo, participación y asociación, entre entre países y grupos. Es un proceso
otros (Czeresnia & Freitas, 2006). Se refiere también a habilitador que se realiza con y para las
una combinación de estrategias, que no se reduce a personas. La prevención de los trastornos
campañas de “buena alimentación” o promoción del mentales puede ser considerada como uno de
deporte en los individuos, sino que define, junto a cada los objetivos y resultados de una estrategia
población, cuáles serán las acciones promotoras de más amplia de promoción de salud mental
salud. La gran valorización del conocimiento popular y de (Hosman & Jané-Llopis, 1999, p. 31).
la participación social consecuente a este conocimiento
está en la base de su formulación conceptual. Desde esta Apoyada en estas y otras definiciones de organismos
corriente tomamos internacionales (OMS, 2004a, 2004b) diversas corrientes
de la psicología y la medicina intentan definir el objeto de
este nuevo campo. Dentro de estos

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Estrategias comunitarias en promoción de salud mental: Construyendo una trama conceptual para el abordaje de
problemáticas psicosociales complejas

desarrollos, la denominada psicología positiva (Diener, sujeto activo de transformación de sus realidades,
1998; Diener, Suh, Lucas & Smith, 1999) asocia la generando condiciones propicias para la toma de
promoción de la salud mental a la idea de “calidad de decisiones autónoma y conjunta sobre el propio proceso
vida”, cuyos componentes incluyen aspectos subjetivos y de salud-enfermedad-cuidados (Bang, 2010). Este
objetivos como bienestar subjetivo, felicidad y proceso debe estimular la reflexión crítica y la capacidad
satisfacción vital, entre otros (Cummins & Cahill, 2000). de intervención y de co-gestión de los problemas sociales
Los estudios desarrollados en esta línea se basan en la por parte de los individuos y colectivos (Carvalho, 2008).
posibilidad de estandarizar y medir estos aspectos
centrados en la conducta individual y la satisfacción De acuerdo a lo anterior, se destacan tres componentes
personal. principales, que son las fortalezas de la idea de
promoción de salud mental comunitaria:
En nuestra región, la promoción de salud mental ha
estado estrechamente ligada a la educación para la - Participación activa de la comunidad
salud, con prácticas normativizantes en el sistema de
educación formal (Di Leo, 2009). - Transformación de los lazos comunitarios hacia
vínculos solidarios
Interesa plantear aquí una alternativa diferente a la visión
tradicional y normativa de la promoción de salud/salud - Constitución de la propia comunidad como sujeto
mental, cuyo ideal ha sido la conducta saludable activo de transformación de sus realidades.
socialmente deseable. Entendemos a la promoción de
salud mental comunitaria desde una perspectiva de salud La participación comunitaria en salud
integral y no normativa. La APS integral con enfoque en
salud mental incorpora acciones de prevención y La indagación y desarrollo histórico del concepto de
promoción en acciones generales de salud, a fin de participación comunitaria en salud continúa y profundiza
reincorporar la dimensión subjetiva, generalmente una investigación anterior (Bang, 2012b).
eludida en los modelos de atención, buscando así
humanizarla (Stolkiner & Solitario, 2007). El concepto de La revisión de la literatura sobre participación
cuidado en salud acentúa esta dimensión subjetiva, comunitaria nos ha permitido concluir que esta idea ha
reconociendo la importancia del vínculo afectivo en la conformado un elemento importante dentro del diseño
atención (Franco & Merhy, 2011) e impulsando prácticas de políticas públicas de salud en América Latina (Bang
en salud basadas en lo relacional, en donde el acto de & Stolkiner, 2013), deviniendo en una fuerte retórica
cuidar es tanto medio como fin en sí mismo (Ayres, 2002). participativa que pretende orientar las prácticas también
en lo referente a prevención y promoción en salud y
Siguiendo a Alicia Stolkiner (1988), la prevención en salud mental. Desde una perspectiva histórica, este
salud mental es aquella que se dirige al desanudamiento concepto ha tomado extraordinaria fuerza a partir de la
de situaciones sociales problema, cuyas acciones se declaración de Alma-Ata en 1978, momento en el que se
orientan a facilitar procesos donde se enuncian conflictos centra la atención en la comunidad y su participación
y se develan problemas a elaborar. Su objetivo es que los como estrategia central para lograr el acceso universal a
sujetos puedan operar en la transformación de los servicios. Surge una primera definición formal del
situaciones generadoras de malestar. En la actualidad, concepto, entendiéndolo como: “el proceso en virtud del
resulta imprescindible la participación activa de la cual los individuos y las familias asumen
comunidad en prácticas y políticas de salud que afectan responsabilidades en cuanto a su salud y bienestar
a los primeros niveles de atención y, específicamente, en propios y los de la colectividad, y mejoran la capacidad
lo referente a promoción en salud mental (Galende, de contribuir a su propio desarrollo económico y
1997). Esta propuesta intenta separarse de las formas comunitario” (OMS/UNICEF, 1978, p. 7).
tradicionales de participación como colaboración, para
constituirse en un camino hacia la organización Desde las políticas de promoción de salud, se ha definido
comunitaria, que tome en cuenta la necesaria como un punto indispensable el fortalecer la acción
redistribución del poder. comunitaria a partir de su participación activa. La
participación se realizaría “a través de la acción efectiva
Consecuentemente, las prácticas/acciones de promoción de la comunidad en el establecimiento de prioridades, la
de salud mental comunitaria son aquellas que propician toma de decisiones, y la planificación e implementación
la transformación de los lazos comunitarios hacia de estrategias para el logro de una mejor salud” (OMS,
vínculos solidarios y la participación hacia la constitución 1986, p. 1). Se ha planteado como centro de este
de la propia comunidad como

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Claudia Bang

proceso la posibilidad de que las comunidades adquieran Numerosos autores (Briceño León, 1998; Rifkin, 1996;
la propiedad y el control de sus propias iniciativas y sus Zeledón & Noé, 2000) acuerdan en afirmar que la
propios destinos. evolución de esta retórica ha propiciado formulaciones
siempre globales y abstractas, reflejando visiones
Desde entonces, múltiples experiencias han incluido en simplistas e idealizadas de las características
sus prácticas en salud/salud mental dispositivos basados comunitarias y los mecanismos de participación y
en la participación comunitaria. Bajo su nombre se han desconociendo la complejidad de la dinámica real y
agrupado históricamente fenómenos muy heterogéneos concreta en que se dan las experiencias participativas.
los que van, desde la formación de líderes comunitarios
como estrategia de una política de accesibilidad (Stone, Diferenciándose de estas retóricas globales y abstractas,
1992), hasta la participación de poderosos actores desde el paradigma de la complejidad, la teoría de redes
privados en el diseño de políticas públicas (Morgan, aporta valiosas herramientas para pensar las prácticas de
2001). participación comunitaria en salud/salud mental. La
comunidad se presenta como una idea compleja, difícil de
Distintas formas de entender la participación han definir y aprehender en sí misma, representando un
respondido históricamente a intereses diversos y colectivo humano con múltiples interacciones, con
disputas en el campo de la salud con importantes diversidad de intereses y relaciones de poder,
consecuencias en las prácticas. El discurso participativo, reproduciendo asimetrías (Bang & Stolkiner, 2013). La
originalmente utilizado como política democratizante, lógica de redes en salud propone tener una visión del
promotora de equidad y derechos en salud, ha sido poder que implica asumirlo como capacidad para el
resignificado en la década de los „80 y más fuertemente desempeño de las tareas y responsabilidades en relación
en la de los „90 por el discurso neoliberal, con el propósito y no como un objeto o cosa que pertenece a alguien en
de legitimar sus políticas de vaciamiento y tercerización particular (Montero, 2003). En este nuevo paradigma,
de servicios públicos, impulsando a las familias a hacerse comienza a pensarse el cambio como un proceso que se
cargo libremente de su salud (Narayan, 1995). Hoy el da en forma discontinua, a través de sistemas auto-
valor cosmético de este discurso ha convertido a los organizados (Dabas & Perrone, 1999). A su vez, se
conceptos relacionados en slogans ya casi vacíos de desarrollan modalidades organizacionales novedosas y
sentido. se visualiza el universo como una red de interacciones.

Por otro lado, y al margen de los discursos acerca de la Siguiendo esta línea, proponemos entender a la
participación, múltiples experiencias locales han llevado participación comunitaria en salud como un proceso
adelante procesos participativos en salud, desde una complejo y dinámico en que una comunidad sostiene
necesidad de organizarse y autogestionar acciones activamente mecanismos y prácticas para la toma de
solidarias que les permitan hacer frente a un sistema decisiones conjunta sobre el propio proceso salud-
social sentido como injusto y desigual. Un ejemplo de ello enfermedad. Este proceso involucra un sinnúmero de
son los llamados nuevos movimientos sociales, que han actores que se encuentran, comparten, discuten y
incluido la participación comunitaria en salud como un deciden sobre diferentes aspectos de sus vidas. En la
tema central. Estas y otras experiencias invisibilizadas dinámica del campo de prácticas en salud/salud mental
por el sistema, siguen reflejando la desarticulación se van ejerciendo grados y niveles de participación.
existente entre discurso y prácticas participativas en Desde esta perspectiva, la participación en sí es un factor
salud/salud mental. de salud mental, ya que restituye lazos de solidaridad
social, diferenciándose de lo patologizante de vivir
La vigencia y la importancia actual de la idea de situaciones conflictivas de forma individual y pasiva
participación comunitaria en salud/salud mental es (Stolkiner, 1988). Enfocándose en esta dimensión
resultado de, en parte, el retorno a los postulados de ATS, subjetiva de los procesos participativos, es posible tomar
ocurrido desde principios de siglo. Uno de los conceptos tres aspectos como ejes o indicadores de participación
a los que se vuelve es al de participación y a la promoción comunitaria en salud/salud mental:
de mecanismos de participación activa (OMS/OPS,
2005). Se afirma la necesidad de volver al componente - Generación de espacios de encuentro
de participación protagónica y responsable de la comunitario e intercambio sobre problemáticas e
comunidad (OPS, 2005) como forma de identificar las inquietudes compartidas
demandas y necesidades de la misma, para responderlas
pertinentemente. En la formulación de políticas de salud - Clara y concreta circulación de la información
mental de la Argentina se incorpora la idea de
participación de la comunidad asociada a la estrategia de - Posibilidad de los participantes de incidir en la
ATS (Ministerio de Salud de la Nación, 2006; Ley toma de decisiones conjunta
Nacional de Salud Mental Nº 26.657, 2010).

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Estrategias comunitarias en promoción de salud mental: Construyendo una trama conceptual para el abordaje de
problemáticas psicosociales complejas

La creatividad colectiva como potencia clave lidiar con la complejidad de los condicionantes de la salud
y la vida (Mitjáns Martínez, 2002).
No podemos vivir sólo con lo que creamos
inicialmente. La vida es expansiva, se extiende La inclusión de procesos de creación colectiva en
dentro mismo de nuestro cuerpo, creciendo, prácticas comunitarias de salud permite a sus integrantes
desarrollándose, y también de forma territorial – abandonar el lugar de individuos aislados, cuya
física y psicológicamente-, descubriendo lugares, posibilidad más cercana de satisfacción de necesidades
formas, ideas, significados, sensaciones. Esto vinculares y afectivas está mediatizada por el consumo,
sucede como un diálogo: recibimos de los demás como ocurre cada vez más en los centros urbanos. En
lo que han creado y les damos lo mejor de nuestra este proceso se van tejiendo identidades colectivas, lazos
creación (Boal, 2002, p. 10). de colaboración mutua y capacidades creativas. Se
comparten experiencias de resolución de situaciones a
Desarrollos anteriores (Bang, 2013a, 2013b) han puesto partir de la imaginación, la ficción y la creatividad, donde
de manifiesto a la creatividad colectiva como una clave los actos colectivos y la corporeidad de la experiencia que
para pensar la salud mental en el ámbito comunitario. trasciende la enunciación, van dejando profundas marcas
Definimos la creatividad como una capacidad universal, en la subjetividad. El trabajo colectivo en el abordaje
una potencia que conjuga novedad y valor. Se expresa comunitario posibilita, en sus participantes, la reflexión
intersubjetivamente a partir de configuraciones complejas sobre elementos del propio cotidiano, incorporando la
que articulan historia y presente en un contexto posibilidad del cuestionamiento crítico de sus
determinado (Mitjáns Martínez, 2006). La creatividad determinantes. Esto está dado por la posibilidad de
como proceso subjetivo complejo es un recurso humano encontrarse con otros para pensar, pensarse y construir
prácticamente inagotable. Se constituye en herramienta futuros posibles a abordar conjuntamente, conformando
transformadora, liberadora y subjetivante. La creatividad un lazo basado en la solidaridad y el compromiso con el
es una potencia que tenemos en muchos aspectos otro, y con la tarea.
dormida, por ello es importante el ejercicio que permite
ponerla en marcha. En este sentido, las experiencias de intervención
comunitaria, a través del arte y el juego, se constituyen
La creatividad es siempre actividad, pero no toda en estrategias privilegiadas de desarrollo de la
actividad es creadora. Los momentos creadores son creatividad, ya que están orientadas a desarrollar
acciones originales que conducen al cambio de la recursos creativos inter-subjetivos para poder enfrentarse
realidad, a la transformación de la experiencia pasada y y resolver luego las exigencias cotidianas de forma activa
de los resultados del trabajo en una dirección positiva. y novedosa. Entendemos que el proceso de creación
Las acciones no creadoras son reproductivas y tienden a artística colectiva posee características óptimas para el
la repetición. Si bien estas acciones rutinarias son seguimiento de los objetivos de la estrategia de
necesarias en la vida cotidiana, las configuraciones promoción de salud mental comunitaria antes planteada.
creativas son las únicas que nos permiten dar respuestas
nuevas a situaciones inesperadas. Los momentos no La posibilidad de construcción de dispositivos de
creadores fijan tendencias y estereotipos, no admiten intervención múltiples y flexibles
condiciones cambiantes y se vinculan, por lo tanto, al
pensamiento que se rige por patrones, al formalismo y a La intervención comunitaria tiene por objetivo fortalecer y
la imitación. acompañar procesos de transformación a nivel grupal y
comunitario (Montero, 2004). La generación de espacios
A través de actividades comunitarias que promocionan el de encuentro y la realización de diagnósticos
desarrollo de capacidades creativas colectivas, se abre la participativos permiten un primer acercamiento a la
posibilidad de generar nuevas respuestas a las posibilidad de construcción y abordaje colectivo de las
problemáticas existentes, propiciando el desarrollo de problemáticas compartidas. De acuerdo a lo antes
configuraciones creativas en la comunidad: huellas de expuesto, la creatividad, la escucha y la disponibilidad
acción o matrices desde donde poder abordar nuevas son herramientas fundamentales en la tarea que se
situaciones (Bang, 2013a). Estas matrices creativas propone dar lugar y partir de los diversos saberes
tienen la fortaleza de poder trasladarse a otros ámbitos comunitarios, para poder tejer alternativas a las
de la vida comunitaria, como capacidad fundamental para problemáticas de salud planteadas. Cada territorio es
aportar soluciones a problemáticas concretas. Este singular, por lo que se requiere de dispositivos flexibles y
proceso trasciende el límite posible en el plano individual permeables para generar intervenciones que puedan
y se fortalece al incluirse en procesos grupales. El incluirse en la red comunitaria ya existente. Este trabajo
despliegue de configuraciones creativas en una requiere tiempos prolongados de intervención, aparece
comunidad fortalece su capacidad colectiva para

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25
Claudia Bang

como posibilidad a partir de la permanencia del trabajo en instituciones y la población. En instituciones de


un mismo territorio, de la generación de vínculos de salud/salud mental donde prima un modelo biomédico de
confianza con las personas que habitan dicho territorio, atención, la inclusión de prácticas comunitarias posibilita
del conocimiento progresivo de sus características y la construcción conjunta de una vivencia compartida del
problemáticas. Se trata entonces de una práctica hacer creativo, que va más allá de la palabra. En el
específicamente vincular, conocer las problemáticas de ejemplo de la Cumbre de Juegos Callejeros antes citado,
una comunidad o de un colectivo no es una tarea fácil, la actividad lúdica desarrollada en la puerta del centro de
pero es el primer gran desafío. salud permite crear conocimientos prácticos compartidos
e incluir la dimensión afectiva entre profesional y
Siguiendo esta forma de entender la promoción de salud pacientes, horizontalizando sus relaciones. Por los
mental, las prácticas requieren de estrategias de procesos cooperativos asociados, estos dispositivos
intervención múltiples: apertura de espacios de también permiten transmitir una perspectiva de salud
recreación, meriendas comunitarias, organización de integral, basada en el cuidado y asociada al placer, la
festivales, jornadas solidarias, asambleas, talleres alegría y las relaciones comunitarias solidarias. Este
artísticos o productivos, reuniones en plazas y tantos nuevo enfoque está sostenido en la idea de cuidados en
otros dispositivos participativos. Las acciones se van salud (Merhy, 2006).
tejiendo de acuerdo a las necesidades, recursos y
características de cada población. El trabajo con los niños Antes de concluir mencionaremos brevemente un último
suele ser una buena puerta de entrada para conocer a las ejemplo1. En un barrio del centro de la ciudad de Buenos
familias y sus problemáticas. Aires convive un importante centro comercial, turístico e
inmobiliario con una gran masa de población migrante
Según los lineamientos planteados, son ejes instalada precariamente en conventillos, hoteles
fundamentales la generación de espacios de encuentro familiares y casas tomadas. El hacinamiento, la
comunitario que promuevan vínculos solidarios, la inestabilidad, la amenaza del desalojo, la falta de
participación y la posibilidad de sostener espacios de intimidad, el deterioro edilicio y la dificultad en el acceso
alegría compartidos colectivamente para la a los servicios, son algunas de las condiciones relevantes
reconfiguración de redes barriales. Una especificidad del que afectan la salud/salud mental de la población de
trabajo comunitario es su necesaria articulación en red: viviendas precarias, quienes sufren un profundo proceso
con instituciones, referentes y organizaciones. Es de desarraigo y son objeto constante de discriminación
necesariamente un trabajo que articula o pone en diálogo por sus propios vecinos. En este contexto, una red de
diferentes actores en una comunidad. Las estrategias instituciones desarrolla actividades de promoción de
pueden desarrollarse a partir del trabajo articulado en salud mental comunitaria a través de la realización
varios niveles: la conformación y sostenimiento de redes participativa de eventos callejeros con arte, creatividad y
interinstitucionales y el fortalecimiento de redes juego en el espacio público. Se despliegan prácticas
comunitarias a partir de los procesos participativos. El colectivas que propician la vinculación entre vecinos,
desarrollo de estrategias creativas es un principio y observándose en cada evento un espacio de encuentro
necesidad fundamental. La constitución de equipos creativo que invita a una participación abierta en el
interdisciplinarios y el trabajo intersectorial resultan espacio público. Se rescatan y revalorizan las diferentes
imprescindibles (Bang & Stolkiner, 2013). expresiones culturales y artísticas provenientes de la
población de países vecinos o del interior del país, las que
Esta forma de abordaje, al encontrarse en diálogo están muy presentes en la vida cotidiana del barrio desde
permanente con la trama conceptual expuesta, permite un lugar marginal. Se fomenta la participación activa y la
develar y abordar conjuntamente diferentes toma de decisión conjunta sobre las actividades que
problemáticas como los procesos de estigmatización constituyen cada encuentro. Los participantes entienden
asociados a los padecimientos subjetivos, el consumo que se trata de la generación de acciones para una mejor
problemático de sustancias, las problemáticas de calidad de vida en el barrio, para la integración social y la
vivienda o recursos comunitarios, las situaciones revalorización de diferentes culturas en un contexto de
conflictivas en la adolescencia, las dificultades de acceso fuerte
a las instituciones del barrio, el aislamiento social general,
los diversos procesos de segregación y la exclusión, 1
entre tantas otras. Entendiendo que estas situaciones Esta experiencia ha sido abordada en profundidad como objeto
conllevan un alto padecimiento subjetivo, se propone de la tesis doctoral de la autora presentada en 2013: “Promoción
asumir que deben ser abordadas colectiva y de salud mental y prácticas participativas de arte, creatividad y
juego: estudio de caso”. El objetivo general de dicha tesis fue
comunitariamente. describir y analizar las posibles articulaciones entre la estrategia
de promoción en salud mental comunitaria y prácticas
Gracias al enfoque participativo de sus actividades, estos participativas que utilizan arte, creatividad y juego en el espacio
dispositivos de promoción de salud/salud mental público.
permiten además construir un puente entre las

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26
Estrategias comunitarias en promoción de salud mental: Construyendo una trama conceptual para el abordaje de
problemáticas psicosociales complejas

migración. Se aporta así a una reconfiguración de redes pensamiento creativo compartido colectivamente se
barriales y comunitarias. Esta experiencia muestra, encuentra en mejores condiciones de ser actores de
embrionariamente, su potencia en el abordaje complejo transformación de sus propias realidades, lo que se
de problemáticas de salud mental en la comunidad desde considera como indicador de salud mental comunitaria.
una perspectiva integral (Figuras 3 y 4).
En nuestra sociedad actual, en la que prima el
individualismo y el aislamiento social, estos abordajes se
presentan como espacios de resistencia que privilegian lo
vincular, inclusivo y territorial, un auténtico espacio de
encuentro. En el campo de prácticas en salud mental,
estos territorios de producción de subjetividad tienen
lugar en las grietas, en los márgenes, haciéndose lugar
desde los bordes (Guattari & Rolnik, 2006). Se
constituyen en espacios de búsqueda, de creación, de
hallazgos de nuevos tipos de solidaridad, de nuevas
formas de ser en los grupos, nuevos territorios
existenciales a inventar una micropolítica de ensayo, tal
vez para el futuro (Pavlovsky, 2001).

Desde la perspectiva de salud colectiva, las prácticas que


confrontan el individualismo y la competencia, propios de
Figura 3: Evento callejero de arte, creatividad y juego en el la sociedad de mercado, para sustituirlos por la
espacio público, realizado por una red de instituciones en el solidaridad y la cooperación son prácticas que
centro de la ciudad de Buenos Aires promueven la salud (ALAMES, 2011). Sería deseable
que, a pesar de las dificultades y resistencias
institucionales, se pudiera avanzar por el camino de
encontrar vías y contextos de acción, para que la
creatividad penetrase cada vez más en los, todavía
rígidos y poco permeables, espacios en los que se
gestiona y decide sobre la forma de la vida social.

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120
29

Revista de Derecho UNS, ISSN 2314-0747, Año V, Número III, 2017 | 51-61

usuarios vs. pacientes


salud mental comunitaria y derechos
users vs. patients
community mental health and rights.

Paul Majluf*
Gabriela Robles**

Sumario I. Introducción. II. Evolución histórica. Hacia un paradigma de inclusión y


respeto. III. La vida en común y lo interdiscursivo como posición fundamental para el
trabajo con otros. IV. Conclusiones primeras. V.Bbibliografía

Resumen

Este escrito refleja los caminos recorridos desde los inicios, con las personas
que sufrían de padecimiento mental, mostrando las ideas de época, y la
evolución hasta nuestros días, haciendo hincapié en el concepto base de la
Salud como Derecho, y en estas circunstancias, el rol del Profesional, el del
sujeto padeciente, y el del Estado. El momento actual es entendido como una
consecuencia de una construcción colectiva donde los derechos humanos
son hoy el preciado bien a ser defendido. Nuestra mirada comunitaria y
necesariamente interdisciplinaria pone el acento en dicha construcción,
comprendiendo que la Ley Nacional de Salud Mental no es una causa, sino
que es una consecuencia directa de todos los movimientos por los derechos
humanos, por la salud mental y de los actores intervinientes. La ley posee
el mérito de haber generado un esquema referencial concreto y ordenador,
que apuesta por la interdisciplina, y entiende a la salud como integral, donde
la comunidad es un sujeto activo y protagonista. En este marco, se busca
remarcar la gran relevancia de los significados a partir de los significantes: en

* Prof. Esp. Lic. En Psicología


** Abogada UNS.

Año V Número III | 51


30
Paul Majluf - Gabriela Robles

qué forma se ha nombrado al padeciente mental. Las palabras no son huecas. Y


ellas marcan una posición. Es en la comunidad, con la comunidad.

Palabras Clave: Salud y derecho - Desmanicomialización - Interdisciplina


-Ley de Salud Mental - Rol del Estado.

Abstract

Tis paper shows how people with mental illnes was treated in ths past and
how are treated in these days. Tis analyze is realized having like standard the
concept “health in law” and the work of professionals, pacient, and the State
in this process.

Tis times are understood as a consequence of collective construction where


human rights are a precious seek to be defended with an interdisciplinary
perspective, realizing that the National Mental Health Law is not a cause, but
a consequence of Human Rights and Mental Health movements and the
actors involved. Te community is a character, active protagonist We seek to
emphasize the importance of the meaning from the signifiers: how are named
the mental sufferers.

Keywords: Health and Law - “Desmanicomialización” - interdisciplinary -


Mental Health Law - State participation.

I. Introducción

Nos convoca a la escritura nuestro lugar de Profesionales Agentes de Salud,


y desde nuestras miradas disciplinares, un intento de dar cuenta de la
importancia de este momento que estamos viviendo, enmarcado en una
Ley Nacional de Salud Mental que, podemos decir, supimos conseguir. Este
escrito refleja los recorridos desde los inicios, con las personas que sufrían de
padecimiento mental, mostrando las ideas de cada época, que se manifestaban
en qué tipo de abordaje se realizaba, qué concepto se manejaba, y su evolución
hasta nuestros días, haciendo especial hincapié en el concepto base de la Salud
como Derecho, y en estas circunstancias, el rol del Profesional, el del sujeto
padeciente, y el del Estado.

En este sentido y a sabiendas de que es fundamental conocer y darle lugar a la


historia para entender que el momento actual ha sido una consecuencia de una

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Usuarios vs. pacientes: salud mental comunitaria y derechos

construcción colectiva, donde los derechos humanos son hoy el preciado bien a
ser defendido, nuestra mirada comunitaria y necesariamente interdisciplinaria
pone el acento en dicha construcción, comprendiendo que la Ley Nacional
de Salud Mental no es una causa, sino una consecuencia directa de todos los
movimientos por los Derechos Humanos y la Salud Mental. Y que tiene el mérito
de haber generado un esquema referencial concreto, tangible y ordenador a
la apuesta por la interdisciplina, a entender la salud como integral, donde la
comunidad es pensada como un sujeto activo y protagonista de su propio proceso
de salud/ enfermedad/ atención/ cuidado. En este marco, se busca remarcar la
relevancia de los significados a partir de los significantes, cómo se ha nombrado
al padeciente mental: desde idiota o demente en un enfoque psiquiátrico
hegemónico, pasando por padeciente mental, sufriente mental, hasta nuestros
días en que se nombran usuarios, pacientes o personas con padecimiento mental.
Las palabras no son huecas. Y ellas marcan toda una posición que encuadra
nuestro accionar como agentes de salud, como investigadores, como vecinos,
como humanos. Es en la comunidad, con la comunidad.

II. Evolución histórica. hacia un paradigma de inclusión y respeto

El Código Civil argentino fue sancionado por la Ley 340 en el siglo XIX, en 1869.
A la distancia notamos que sus disposiciones (y en especial la filosofía social,
legal y política que hay detrás de ellas) han quedado desactualizadas. En ninguna
materia esto es tan evidente u ostensible como en el área de la salud mental.

El paradigma del que parte nuestro viejo Código Civil de Vélez Sarsfield con
la Ley 17.711, que establecía el modelo de incapacidad total y la sustitución de
la voluntad del insano por un curador, era arcaico y necesitaba ser modificado,
dado que impartía un modelo manicomial, de asilar e intramuro, violatorio
de garantías constitucionales de nuestra normativa interna e internacional,
sobre todo del derecho de defensa en juicio consagrado en el artículo 18 de
nuestra Constitución Nacional. al padeciente se lo llamaba peyorativamente
idiota o demente o insano o enfermo, entre otras denominaciones. Lo que
se enfatizaba eran sus falencias con la consecuencia de que se declaraba su
incapacidad con una sentencia judicial y se designaba un curador que suplía
su voluntad y estaba pensado para la protección patrimonial.
Ese paradigma que estaba vigente en la Argentina, era el sistema tutelar y de
protección de los llamados incapaces. En función de esto es entendible, de
acuerdo a algunos trabajos, que las instituciones estatales actúen partiendo del

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31
Paul Majluf - Gabriela Robles

supuesto de que la persona sometida a un proceso judicial por cuestiones de


salud mental en realidad está siendo resguardada de los peligros de la vida en
sociedad y, por ende, (como se la presume insana su voz durante el proceso, no
se escucha) no tiene por qué preocuparse por el trámite del juicio. Esto no es así.
Muchas veces detrás de estas medidas se esconde la desprotección. El olvido.

El primer paso —receptado en la actual Ley de Salud Mental— es que las


personas no deben ser aisladas de su círculo social originario, sino integradas.
Era contradictorio y velaba que muchas veces las propias familias y sociedades
querían internar a las personas simplemente para deshacerse de ellas, para
alejarlas, para encerrarlas no por su bien, sino por la “paz de la sociedad civil”.
Es por eso que el nuevo paradigma insiste en la responsabilidad comunitaria
frente a las personas con padecimientos mentales. Deben profundizarse, pues,
relaciones y vínculos (de integración social), no cortarlos para internar a una
persona en un manicomio.
El cambio de paradigma se ve, sobretodo, en el derecho de defensa. Esto es lo
que implica superar la visión tutelar del proceso. “Las personas usuarias de
los servicios de salud mental han sido invisibles y marginadas de la garantía
de ejercicio de sus derechos fundamentales en muchas sociedades, incluida
la nuestra” afirma el CELS( CELS y MDRI, 20071). El nuevo modelo social sí
entiende que la sentencia es importante. ¿Cómo una sentencia que incapacita a
una persona no va a ser considerada relevante en la vida del sujeto? Este modelo,
justamente, es más cuidadoso, y además cambia el eje: la incapacitación (civil y
el tratamiento médico) agrava muchas veces los padecimientos de las personas,
en lugar de facilitar su pronta recuperación, y vulnera aún más sus derechos.
Por eso el nuevo modelo social tiende a anular la incapacitación/segregación, y
se orienta hacia un nuevo esquema llamado “de toma de decisiones con apoyo”.

Esta visión se refuerza con la entrada en vigencia en 2015 del nuevo Código
Civil y Comercial de la Nación en consonancia con la Convención sobre los
derechos de las personas con discapacidad y la ley de Salud Mental. Diseña
como regla general la restricción al ejercicio de la capacidad y, solo excepcional y
subsidiariamente, y al único fin de protección de los derechos de la persona, su
eventual declaración de incapacidad.

En relación al cambio que incorpora el CCyC al hablar de “restricciones a la


capacidad”, primeramente debe hacerse una distinción entre esta figura y la
anterior inhabilitación. La condición de la persona sujeta a restricciones a su
capacidad en el CCyC no es la del inhábil del CC. La restricción a la capacidad
es una categoría genérica que incluye un amplio abanico de posibilidades

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32
Usuarios vs. pacientes: salud mental comunitaria y derechos

relacionadas con la amplitud o estrechez de los actos que han sido limitados
a la persona por sentencia. En segundo lugar, la inhabilitación fue pensada
exclusivamente para la protección patrimonial de la persona, direccionada
a actos de administración y disposición, en tanto que la restricción a la
capacidad apunta a actos personales y/o patrimoniales. Finalmente, el efecto
de la restricción de la capacidad no es la designación de un curador, ni siquiera
en su modalidad de asistencia, sino la designación de figuras de apoyo,en los
términos del art. 12 CDPD.

De esta manera se concibe a las personas desde sus capacidades y no desde


su falencias, presumiéndolas capaces aún cuando se hallen internadas, dando
fin al modelo de “capacidad plena o incapacidad absoluta” cuestionado por el
sistema universal de derechos humanos. Se hace hincapié en la excepcionalidad
de las limitaciones a la capacidad, solo viables en beneficio de las personas,
cuando su ejercicio pleno pueda generar un daño para sí o para terceros
(art. 32) o cuando se encontrase absolutamente imposibilitada para decidir,
dando lugar a una importantísima innovación al considerar a la persona con
capacidad restringida protagonista de su propia vida con “apoyo” para la
decisión de determinados actos jurídicos.

El sistema de Salud Mental es sustancialmente modificado. El tema no es


menor, más aún, si se tiene en cuenta que, con frecuencia, muchas de estas
personas viven en condiciones deplorables debido a la existencia de barreras
que obstruyen su integración y plena participación en la comunidad, aquellas
“manicomializadas”. Se apunta a cambiar el modelo basado en grandes centros
asistenciales-manicomios y asilos, pero sin que las personas sean externadas
arbitrariamente y terminen en situación de calle.

El o los apoyos designados deben promover la autonomía y favorecer las


decisiones que respondan a las preferencias de la persona. Un aspecto del
cambio de paradigma en material de salud mental es que empieza en el nivel
más básico y elemental de todos los que rigen y determinan la vida social: el
lenguaje. Con el nuevo modelo cambian, también, las palabras. Ya no hablamos
o no deberíamos hablar de incapaces, locos, enfermos mentales, anormales,
alineados, peligrosos, disminuidos, inhabilitados, insanos, dementes, sino
de personas, personas usuarias de servicios de salud mental, pero ante todo
eso: personas. Simples personas. (Y ni siquiera, como hace la convención, de
personas “con discapacidad”, sino simplemente, personas).

El primer paso en el cambio de paradigma debería ser cambiar las palabras


con las que denominamos (y a veces despreciamos o estigmatizamos)

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Paul Majluf - Gabriela Robles

la realidad, cambiar las palabras o términos que se usan comúnmente para


denotar a quienes padecen afecciones o cuadros mentales. En ciertas ocasiones,
las palabras producen dolor e invisibilización en quienes las escuchan, la
persona a quien se le dice “loco” o “enfermo” no es “igual” (ni se ve a sí misma
como igual) que las demás (que sí son vistas como) “personas” sanas. Esto
provoca una afectación en la propia autoestima y el valor personal.

Esto tiene un impacto, a su vez, en el Derecho. En el respeto a sus derechos.


No se respetan igual los derechos de quienes han sido, por diversas razones,
despersonalizados, desnaturalizados y cosificados. Este cambio de lenguaje es,
pues, decisivo —humaniza al enfermo, lo restablece en su dignidad y en sus
derechos— y es el primer paso que da el modelo social, que deja de concebir al
presunto insano como un incapaz para darle un lugar, que siempre tuvo pero
que nunca se le reconoció como hasta ahora, como sujeto de derechos. Esto
tiene un impacto también en los operadores jurídicos que empiezan a respetar
más a los pacientes. Ya no son locos abandonados, resabios de la sociedad que
el derecho abandona. (El CELS habla de “vidas arrasadas” 1). Son personas.
(Foucault, M., 2008; Spota, A.G., 1947; Palacios, A. - Bariffi F., 2007 y Rivera,
J.C. - Medina G., 20142).
En la Psicología, en los años sesenta y setenta del siglo XX, se produce un
vuelco hacia una concepción de la disciplina centrada en los grupos sociales,
en la sociedad y en los individuos que la integran, y se empieza a hablar
de un sujeto humano como un sujeto activo, dinámico, constructor de su
realidad, así como de sus necesidades y expectativas, hacia una concepción
distinta de salud y de enfermedad, y sobre todo, del modo de aproximarse de
los psicólogos, en su consideración y tratamiento (Montero, 2011 3). En ese
movimiento, se comienzan a cuestionar las respuestas que hasta ese momento
tenía la Psicología ante las necesidades sentidas y percibidas por la comunidad,
tildándolas de individualistas, y que a pesar de intentar dar respuestas sociales,
en la práctica continuaba con la fragmentación. Puede decirse, entonces, que
la Psicología Social y Comunitaria surge a partir del vacío provocado por el
carácter eminentemente subjetivista de la Psicología Social (Striker, 1983, en
Montero M., 20113). La intervención de los psicólogos ante los problemas
que presentaba la llamada “realidad” más allá de los libros resultaba ineficaz,
ineficiente, descontextualizada, y, por lo tanto, distante de lo que se necesitaba
como aporte de nuestra disciplina. Comienza también a considerarse que la
complejidad de la realidad, es decir, los múltiples determinantes que juegan
a la hora de entender procesos, requería de más respuestas que las que
podía detentar una sola disciplina. Cuando proponemos la mirada desde

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Usuarios vs. pacientes: salud mental comunitaria y derechos

una posición en la que nos referimos a estar trabajando en comunidad con


sujetos activos y protagonistas, lo que hacemos es sistematizar, sentar las
bases, producir conocimiento, escribir acerca de lo que hacemos en nuestra
práctica actual, en la que cada intervención es pensada desde el interjuego
entre saberes y conocimientos, los de las disciplinas y los de cada actor social.
Este análisis de situación ha favorecido el desarrollo de una aproximación
metodológica trabajada por Menéndez, quien sostiene que la significación
sociocultural de los padecimientos debe ser necesariamente referida a la
estructura social, no solo para analizar la articulación que opera entre las
mismas, sino para observar las condiciones desde donde se construyen, se
desarrollan, se modifican, se utilizan las significaciones culturales. Interpretar
la significación de un fármaco en términos exclusivamente culturales, sin
tener en cuenta la capacidad de compra de la población, su pertenencia o no a
instituciones de seguridad social, las políticas de comercialización y de control
de medicamentos, las restricciones al consumo impuestas por determinadas
ideologías religiosas articuladas a las condiciones de pobreza, entre otros,
puede producir interpretaciones que poco tienen que ver no solo con las
condiciones materiales, sino con los procesos simbólicos que realmente están
operando (Menéndez, 19974).

En este contexto cultural y conceptual, se evidenciaba la poca capacidad que


mostraba la Psicología para responder a las demandas existentes, lo que generó la
necesidad de una nueva práctica, pensando en un sujeto con derecho a la Salud,
que interpelaba la intervención realizada, que quedaba fuera de foco y de tiempo.
Surge así una nueva rama de la Psicología, la Psicología Social y Comunitaria, a
la luz de una redefinición del rol profesional, con un objeto de estudio que es la
transformación social y un método de investigación/acción participativa, acorde
a lo que se necesitaba. El movimiento de Salud Mental Comunitaria es hoy un
desprendimiento y una consecuencia de todas estas movidas comunitarias en
busca de mejorar la condición de vida, a partir de un estricto respeto por los
derechos de cada uno de nosotros. Entendemos a la Salud Mental Comunitaria
como una nueva estrategia, o familia de estrategias, centrada en el desarrollo de
nuevas modalidades de prestación de servicios de salud mental más flexibles,
eficaces y que respondan más a las necesidades de la comunidad.

Desde las aportaciones teóricas que nos ofrece la Psicología Comunitaria


como conjunto de conocimientos y actividades destinadas a promover el
funcionamiento integral u óptimo de los miembros de las comunidades a
través de procesos y métodos de intervención de carácter social y psicosocial,
conceptualizamos la SMC como su aplicación dentro del ámbito de la salud

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35
Paul Majluf - Gabriela Robles

mental (Erainbeta, 20165).

III. La vida en común y lo interdiscursivo como posición fundamental para


el trabajo con otros
Con Salud Mental en la Comunidad lo que se postula como eje central de la
atención y la rehabilitación es preservar o recuperar en el sufriente mental
su capacidad para la vida en común, en la sociedad que le toca habitar. La
mayor parte de los trastornos mentales afectan en el sujeto su capacidad social
(condiciones subjetivas para vivir con los otros, soportar los conflictos de la
vida en común, desarrollar habilidades para generar vínculos satisfactorios).
Toda estrategia de rehabilitación debe orientarse a la integración social del
sujeto afectado (en el mismo sentido que propugna el documento de la OMS,
Rehabilitación basada en la Comunidad) (Ardila, S., Galende, E., 20096). ¿Por
qué sostenemos que la Salud Mental Comunitaria es un movimiento? Porque
en su esencia misma está la idea dinámica de Proceso, a diferencia de pensarla
como en la definición que más se trabajó históricamente, en Pre y Posgrado,
la de la OMS, que hablaba de un “estado” de bienestar. La diferencia radica
en que hay movimiento, cuando se piensa en trabajar con el otro, pensar en
comunidad. Es menester trabajar desde nuestros lugares creando prácticas
y conceptos que sostengan la apuesta por las acciones de Promoción de la
Salud Mental en comunidad. Para ello, cada actor debe hacer su parte del
asunto. En este contexto, se espera del Estado que genere y sostenga políticas
de Salud Mental, que proponga una apertura de los sistemas de atención
con incorporación de prácticas de prevención y promoción. Cita Claudia
Bang en un trabajo la definición de la OMS para referirse a las actividades de
Promoción de la Salud:

Las actividades de promoción de salud mental implican la creación de


condiciones individuales, sociales y ambientales que permitan el óptimo
desarrollo psicológico y psicofisiológico. Dichas iniciativas involucran a
individuos en el proceso de lograr una salud mental positiva, mejorar la
calidad de vida y reducir la diferencia en expectativa de salud entre países
y grupos. Es un proceso habilitador que se realiza con y para las per-
sonas. La prevención de los trastornos mentales puede ser considerada
como uno de los objetivos y resultados de una estrategia más amplia de
promoción de salud mental (Hosman & Jané-Llopis, 1999, p. 31).

En las fortalezas de la idea de la Promoción de Salud Mental Comunitaria se


destacan tres componentes:

58 | Revista de Derecho UNS


36
Usuarios vs. pacientes: salud mental comunitaria y derechos

- Participación Activa de la Comunidad.


- Transformación de lazos comunitarios hacia vínculos solidarios.
- Constitución de la propia comunidad como sujeto activo de
transformación de sus necesidades (Bang, C., 20147).

Estrategias comunitarias de intervención, para pensarse con el otro,


entendiendo a la comunidad como el principal actor acompañado por el
Equipo de Salud, he ahí lo que es a nuestro entender nuestro aporte.

IV. Conclusiones primeras

Es imprescindible dejar de usar palabras con cargas sociales negativas,


deshumanizantes, que marginan, para, de esta manera, evitar la estigmatización y
la discriminación y permitir reconocer al otro como un igual.

En la actualidad, se tiende al mejoramiento de los canales de acceso al sistema de


justicia (no de cualquier forma, sino en forma libre e igualitaria) y el derecho a la
defensa de las personas usuarias de los servicios de salud mental, sumado al
fortalecimiento de la capacidad de estas mismas personas (autónomas) para
peticionar por sus derechos (en forma autónoma).

En un país donde se siguen practicando esterilizados forzadas, o terapias


de electroshock, no nos parece mal recuperar vivamente un concepto
central para el derecho, (y de la filosofía del derecho), un concepto que
viene de Kant: el de dignidad de la persona, que nos impide tratar a los
otros no como fines, sino como medios (Nussbaum, M., 20068).

Empezar a ver a las personas que eran sometidas a un proceso de incapacidad


(insania o inhabilitación) como un fin en sí mismo, implica revalorizar, como
dijimos antes, su voz, es decir, lo que esta persona tiene para decir. Esto implica
revalorizar (ampliar y atender) su defensa. Resignificarlas. Nosotros pensamos,
sin embargo, que bajo el paradigma tutelar estas personas han sido vistas (y
en buena medida aún hoy siguen siendo vistas) como medios. El desafío del
nuevo paradigma y de la doctrina civil (es decir, el desafío del derecho) es que
la comunidad en su conjunto aprenda a verlas como fines. Y no como medios.

El centro de la ideología asilar ha sido, y sigue siendo en sus defensores actuales, la


separación (en muchos casos, definitiva) del paciente de su comunidad, esto
es, separarlo de las vicisitudes de la vida en común. Comunidad, como lo común
a cada uno con el otro.

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Paul Majluf - Gabriela Robles

La Abogacía y la Psicología Social y Comunitaria sostienen discursos


atravesados por la búsqueda de Verdad y Justicia. Es necesario saber que este
es un proceso que siempre estará iniciando, y que tomamos el compromiso
de sostener la defensa del derecho de cada persona con padecimiento mental.
Venimos de una historia signada por la estigmatización, la deshumanización
y el abuso. No debemos olvidarnos de esa hegemonía, ese consenso que
forzosamente tuvieron que tener los manicomios para lograr existir por tanto
tiempo, para cada uno desde el lugar que tiene, defender una idea integral de la
Salud como derecho, garantizar la implementación de nuestra Ley Nacional de
Salud Mental, en el lugar que nos toque, y trabajar activa y tendenciosamente
hacia ese horizonte trazado, donde cada persona con padecimiento pueda
ejercer su derecho de ser cuidado y respetado.

V. Bibliografía citada

(1) Vidas arrasadas, la segregación de las personas en los asilos psiquiátricos


argentinos. (CELS y MDRI), capítulo IX, Buenos Aires, Siglo XXI, 2007.

(2) Bibliografía consultada:

• FOUCAULT, M., Defender a la sociedad, Buenos Aires, Fondo de Cultura


Económica, 2008.

• SPOTA, Alberto G., Tratado de derecho civil, Buenos Aires, De palma, 1947.
• PALACIOS, A y BARIFFI, F; La discapacidad como una cuestión de
derechos humanos: Una aproximación. Convención Internacional sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, Madrid, Cinca, 2007
• RIVERA, Julio C y MEDINA Graciela; Código Civil y Comercial de la
Nación Comentado, tomo I, 1ª edición, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Ed. LA LEY, 2014. (V. 1. 976 páginas).
(3) MONTERO, M. Introducción a la Psicología Comunitaria. Editorial Paidós.
Buenos Aires.2011. 4ta. Reimpresión.

(4) http://www.revistarelaciones.com/files/revistas/069/EduardoLMenendez.
pdf.1997.

(5) https://erainbeta.wordpress.com.
(6) ARDILA, S., GALENDE, E. “El concepto de Comunidad en la Salud

60 | Revista de Derecho UNS


38
Usuarios vs. pacientes: salud mental comunitaria y derechos

Mental Comunitaria”. En www.unla.edu.ar/saludmentalcomunidad/


Revista-Salud-Mental-y-Comunidad. 11/11/2009. Págs. 39-50.

(7) BANG, C. “Estrategias comunitarias en promoción de salud mental:


Construyendo una trama conceptual para el abordaje de problemáticas
psicosociales complejas”. Psicoperspectivas, Vol. 13. N°2. Págs. 109-120.
http://www.psicoperspectivas.cl/index.php/psicoperspectivas/article/
viewFile/399/340.2014.

(8) NUSSBAUM, M., El ocultamiento de lo humano, Buenos Aires, Katz, 2006,


cap. 2.

Año V Número III | 61


39

Ciência & Saúde Coletiva


ISSN: 1413-8123
cecilia@claves.fiocruz.br
Associação Brasileira de Pós-Graduação
em Saúde Coletiva
Brasil

Menéndez, Eduardo L.
Modelos de atención de los padecimientos: de exclusiones teóricas y articulaciones
prácticas
Ciência & Saúde Coletiva, vol. 8, núm. 1, 2003, pp. 185-207
Associação Brasileira de Pós-Graduação em Saúde Coletiva
Rio de Janeiro, Brasil

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=63042995014

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185
185
40

Modelos de atención de los padecimientos:


de exclusiones teóricas y articulaciones prácticas

Care illness models: theoretical exclusions


and practice articulations

Eduardo L. Menéndez 1

Abstract In many Latin American societies – Resumen En las sociedades latinoamericanas


especially in Mexico – there is a diversity of existen diversos modelos de atención de los p-a
care illness models, which are considered in an decimientos que son considerados en forma ai-s
isolated and even antagonistic way by state lada y hasta antagónica por el sector salud, en
health sector. This happens by living out the lugar de observar las estrechas relaciones que
observation of individual and group practices se dan entre esos modelos a través de las prá-c
which shows the narrow and continual rela- ticas y representaciones de los sujetos que los
tionship between this models. This paper de- utilizan. En este trabajo se describen las rela-
scribes particular relations between biomed-i ciones que existen entre la biomedicina y la
cine and selfcare to show the constant tran-s autoatención, para evidenciar el continuo pro-
action process between them. In first place some ceso de transacciones que operan entre las mi-s
basic biomedical and selfcare characteristics mas. Primero se describen algunas caracterí-s
are considered, then we observe the transa-c ticas básicas de la biomedicina y de la autoa-
tion between them with special attention to tención, para luego observar las transacciones
drugs prescription and selfmedication. Tran-s que existen entre ambas, especialmente a tra-
action process is usually ignored by biomed-i vés de la prescripción de fármacos y de la aut-o
cine and selfmedication process specially cri-t medicación. Este proceso transaccional tiende
icised by it. We are in the presence of a para- a ser ignorado por la biomedicina, que critica
dox because biomedicine and state health se-c los procesos de automedicación, lo que resulta
tor constantly promotes selfcare process which paradojal dado que la biomedicina y sobre to-
involves selfmedication. We notice that this do el sector salud impulsan procesos de auto-a
takes place without a reflection on articula- tención que incluyen la automedicación, sin
tion and consequences of this transactions on reflexionar sobre la articulación y sobre las
health/illness/care process. We propose to think consecuencias que estas transacciones tienen
about this process in view of its intentional use para el proceso salud/enfermedad/atención. Se
by health services. propone la necesidad no sólo de reflexionar s-o
1 Centro de Investigaciones
Key words Sefcare, Biomedicine, Transac- bre estos procesos transaccionales, sino de u-ti
y Estudios Superiores tions, Relational approach lizarlos intencionalemnte desde el sector salud.
en Antropología Social. Palabras-claves Autoatención, Biomedicina,
Calle Juarez 87, Transacciones, Enfoque relacional
Tlalpan centro, Tlalpan
14000, México DF
emenendez1@yahoo.com.mx
186
41

Cuando desde una perspectiva antropológica das y analizadas por los investigadores a través
hablamos de modelos de atención, nos referi - de las representaciones sociales e ideológicas, y
mos no sólo a las actividades de tipo biomédi- co, mucho menos en el nivel de las prácticas socia-
sino a todas aquellas que tienen que ver con la les, es decir de las actividades desarrolladas con
atención de los padecimientos en términos respecto a los padecimientos por los grupos que
intencionales, es decir que buscan prevenir, dar usan las diversas formas de atención, lo cual re-
tratamiento, controlar, aliviar y/o curar un pa - fuerza una concepción dominante de antago -
decimiento determinado, lo cual implica asu - nismos más que de articulaciones transaccio -
mir una serie de puntos de partida que contex - nales entre las diferentes formas de atención.
tualizan nuestro análisis de los modelos de aten- Más aun considero que el reconocimiento de
ción, aclarando que el material empírico que estas oposiciones suele darse sobre todo a tra vés
apoya los análisis y conclusiones de este texto de las representaciones técnicas y sociales de los
surgen de nuestras investigaciones sobre saber curadores de las diferentes formas de atención,
médico y alcoholismo (Menéndez, 1990a; Me- pero mucho menos a nivel de las prácticas de los
néndez y Di Pardo, 1996; 1999) y sobre saber conjuntos sociales a través de las cuales ob-
médico y saber popular referidos a diferentes servamos una tendencia a integrar las diferen -
procesos de salud/enfermedad/atención (Me - tes formas de atención más que a antagonizar -
néndez, 1981; 1982; 1984; Menéndez y Ramí- las, excluirlas o negar unas en función de otras.
rez, 1980). Lo que domina en las sociedades actuales, dentro
En primer lugar asumimos que en las socie - de los diferentes conjuntos sociales es -
dades latinoamericanas actuales existen muy tratificados que las constituyen y más allá de la
diferentes formas de atención a la enfermedad situación de clase o de la situación étnica, es lo
que suelen utilizar diversas técnicas diagnósti- que se conoce como pluralismo médico, térmi -
cas, diferentes indicadores para la detección del no que refiere a que en nuestras sociedades la
problema, asi como variadas formas de trata - mayoría de la población utiliza potencialmente
miento e inclusive diferentes criterios de cura- varias formas de atención no sólo para diferen -
ción. Pero además de reconocer esta diversidad, tes problemas, sino para un mismo problema
cuando nos referimos a estas formas de aten - de salud.
ción no las pensamos principalmente en térmi - En las sociedades latinoamericanas, y espe-
nos de eficacia, de eficiencia y/o de calidad, si - cialmente en las sociedades capitalistas más de-
no en términos de reconocer su existencia, da - sarrolladas se estarían incrementando actual-
do que frecuentemente desde la perspectiva del mente las denominadas medicinas alternativas o
Sector Salud (SS) y de la biomedicina, toda una paralelas, y si bien dicho incremento sería, en
serie de actividades de atención a los padeci- cierta medida, una reacción a determinadas ca -
mientos es negada, ignorada y/o marginada, pese racterísticas de las orientaciones biomédicas,
a ser frecuentemente utilizada por dife- rentes éste no es sin embargo el factor decisivo, por lo
sectores de la población. menos respecto de determinados procesos. Pa- ra
Las diversas formas de atención que actual- dar un ejemplo; se suele decir que el desar - rollo
mente operan en una sociedad determinada tie- de ciertas medicinas alternativas es debi- do en
nen que ver con las condiciones religiosas, ét- gran medida al tipo de relación médi -
nicas, económico/políticas, técnicas y cientí- co/paciente que ha ido configurando e impo -
ficas que habrían dado lugar al desarrollo de niendo la biomedicina, el cual excluye, niega o
formas antagónicas o por lo menos fuertemen - subordina la palabra del paciente. Si bien esta
te diferenciadas especialmente entre la biome- afirmación es en parte correcta, debe subrayar -
dicina y la mayoría de las otras formas de aten - se que varias de las medicinas alternativas y de
ción. Según algunos autores las formas de aten - las denominadas “tradicionales” se caracterizan
ción de la medicina tradicional americana se por ser tan asimétricas en términos técnicos o
opondrían a determinadas concepciones y has - excluyentes de la palabra del paciente como la
ta valores de la biomedicina, y lo mismo sus- biomedicina, y algunas mucho más. Para varias
tentarían representantes de la denominada me - de estas medicinas la asimetría – inclusive en el
dicina científica con respecto a mayoría de los uso de la palabra – es condición necesaria para
usos populares y especialmente de ciertas ac- ejercer la ocupación de atender los padeci-
tividades de autoatención (Menéndez, 1981; mientos y por lo tanto de “curar”.
1990b). Si bien dichas diferencias existen, ge- El incremento constante de las denomina -
neralmente las mismas tienden a ser registra - das medicinas alternativas y la recuperación de
187

42
formas de la medicina popular no constituyen educar para la salud, y otras formas de atención
sólo reacciones contra la biomedicina. Si bien promueven el desarrollo de una salud equili-
no niego la existencia de procesos reactivos ha- brada o inclusive se propone la búsqueda de
cia la medicina alopática, éstos no constituyen mecanismos para impulsar una salud positiva; lo
los únicos ni frecuentemente los principales real es que la casi totalidad de las actividades de
factores de este desarrollo, ya que intervienen las diversas formas de atención actúan bási-
una pluralidad de factores incluyendo la indus- camente respecto de los padecimientos y enfer-
tria químico/farmaceútica, que como sabemos medades y no sobre la promoción de salud. Y
constituye uno de los pilares de la intervención y esto no sólo porque lo proponen e impulsan los
expansión biomédica. Así por ejemplo en el curadores, sino porque lo solicitan los suje- tos y
caso de las formas de atención denominadas grupos sociales, ya que éstos demandan acciones
tradicionales y populares (Menéndez, 1994), sobre sus padeceres más que sobre su salud. Lo
observamos que algunas de sus actividades han señalado no ignora que, especialmen- te en las
sido resignificadas en sus usos no sólo en el me- sociedades capitalistas de más alto grado de
dio rural, sino especialmente en el medio urba - desarrollo, se incrementa la población que
no tanto de los países periféricos como desar - realiza diferentes tipos de acciones en bus- ca de
rollados. Un caso típico es el de la medicina her- mejorar y/o promover su propio estado de salud
bolaria que ha sido especialmente impulsada a nivel individual, aunque frecuente- mente a
en los últimos veinte años por una parte de la través de una noción sumamente me - dicalizada
industria químico/farmacéutica, dado el incre- del mismo pese al uso de formas al- ternativas.
mento del consumo de estos productos por los
sectores sociales de mayores ingresos. En cada
sociedad los diferentes grupos utilizan formas Los conjuntos sociales como eje
específicas de atención tradicionales/popula- de la atención de los padecimientos
res, pero me interesa subrayar que la mayoría
de las mismas están dejando de ser patrimonio La identificación y descripción de las formas de
exclusivo de determinados sectores sociales, atención la iniciamos a través de lo que hacen y
económicos o étnicos. usan los sujetos y grupos sociales para atender
Otro proceso importante a considerar es la sus padecimientos, y no a partir de los curado -
presencia en las sociedades denominadas occi- res biomédicos, tradicionales o alternativos. En
dentales de formas de atención a la salud que términos metodológicos iniciamos la descrip -
corresponden a saberes académicos de otros ción a través de los sujetos y los conjuntos so-
sistemas muy distintos del occidental. Los ca- ciales porque a partir de los mismos, especial -
sos más conocidos son los de la acupuntura y de mente de la trayectoria de la “carrera del enfer -
la digitopuntura, pero debe subrayarse que en mo” o “carrera del paciente” podemos identifi-
varios países europeos y latinoamericanos se han car todas o, por lo menos, la mayoría de las for -
asentado y desarrollado la medicina man - darina mas de atención que intervienen en un contex -
o la medicina ayurvédica en contextos donde to determinado, lo cual sería difícil de obtener –
previamente no existían estas tradicio - nes por muy diversas razones – si partimos inicial-
académicas. Si bien una parte de este desar- rollo mente de los curadores. Pero además, a través
se debe a procesos migratorios de masa, que de los conjuntos sociales podemos observar el
implican el asentamiento no sólo de traba - uso articulado de las diferentes formas que usa
jadores migrantes, sino también de sus siste- mas cada grupo y no los usos excluyentes. Si noso-
de atención; en otros casos son debidos a un tros partiéramos de cada curador, de cada for -
proceso de apropiación generado por deter - ma de atención, lo frecuente sería la ignorancia o
minados sectores sociales de los propios países exclusión de las otras formas de atención o un
“occidentales”. reconocimiento crítico y frecuentemente estig-
Estos y otros procesos han impulsado una matizado de las mismas, así como la tendencia a
constante diversidad de las formas de atención a focalizar la descripción en la forma específica
la enfermedad, que por supuesto adquiere una que cada curador representa. Pero además es a
dinámica y diferenciación específica en ca- da través de las perspectivas y de los usos de los
contexto. Ahora si bien casi todas estas for- mas diferentes actores significativos (Menéndez,
de atención, incluida la biomedicina, se 1997) que podemos detectar la variedad de ar -
preocupan por la salud, dado que en el caso de ticulaciones que estos realizan respecto de las
la biomedicina por ejemplo busca prevenir y
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diferentes formas de atención que potencial - en ciertas prácticas la posibilidad imaginaria y


mente pueden utilizar en un contexto determi - momentánea de lograrla; pasando por la adhe -
nado, porque la mayoría de esas articulaciones se sión a prácticas religiosas que proveerían de un
generan a través de las acciones que los suje- tos “equilibrio” al sujeto que va más allá de la en-
y grupos realizan para poder reducir o so - fermedad inmediata que padece. Las carencias
lucionar sus problemas. económicas, la existencia de enfermedades in -
Considero que si el sector salud quiere co- curables o si se prefiere todavía no curables, asi
nocer y/o implementar el sistema de atención como la búsqueda de soluciones a pesares exis-
real que utilizan los sujetos y conjuntos socia- tenciales conducen a la búsqueda y frecuente
les, debería identificar, describir y analizar las creación o resignificación de formas de aten-
diferentes formas de atención que los conjun - ción. Frente a determinadas formas de alcoho -
tos sociales manejan respecto de la variedad de lismo para las cuales la biomedicina tiene una
padeceres reales e imaginarios que reconocen eficacia limitada, los propios conjuntos socia -
como afectando su salud. Por supuesto que es- les desarrollaron grupos de autoayuda como
to no supone que reduzcamos la identificación Alcohólicos Anónimos (AA), forma de aten-
de los padeceres ni de las formas de atención ción que evidencia la mayor eficacia compa -
sólo a los que reconocen los conjuntos sociales, rativa con cualquier otro tipo de atención es -
sino que este es el punto de partida para esta - pecífica respecto de este problema. Pero otros
blecer la existencia de los padeceres y de las for- grupos han creado respecto del “alcoholismo”
mas de atención que los grupos no sólo reco - otras estrategias como son “los juramentos a la
nocen sino que sobre todo utilizan. virgen” en el caso de México (Menéndez y Di
Esta aproximación implicaría detectar y Pardo, 1996) o el uso de la brujería en el suroes-
construir los perfiles epídemiológicos y las es- te de los EEUU (Trotter y Chavira, 1981), que
trategias de atención que desarrollan en forma también tienen resultados en el control del con-
particular el saber biomédico, el saber de los cu- sumo patológico de alcohol, y en la diminución
radores tradicionales, el saber de los curadores de los daños generados por dicho consumo.
alternativos y/o el saber de los grupos sociales, lo Si nosotros partimos de los comportamien -
cual posibilitaría observar no sólo las con- tos de los sujetos y grupos respecto de sus pa-
vergencias y divergencias en la construcción del deceres, y cuando propongo esto pienso en con-
perfil epidemiológico dominante, sino el tipo de juntos sociales estratificados y/o diferenciados a
atención utilizada en situaciones específicas. través de condiciones ocupacionales, econó-
Este tipo de aproximación, que aplicamos en el micas, étnicas, religiosas, etc., que operan en di-
análisis de comunidades rurales y urbanas en ferentes contextos latinoamericanos, nos en -
Yucatán (Menéndez, 1981; Menéndez y Rami- contramos con que los mismos utilizarían po -
rez, 1980) y en Guanajuato (Menéndez, 1984) tencialmente las siguientes formas de atención:
contribuiría a producir una epidemiologia de los a) de tipo biomédica referidas a médicos del
comportamientos respecto del proceso s/e/a primer nivel de atención y del nivel de especia-
(salud/enfermedad/atención), que posibilita - ría lidades para padecimientos físicos y mentales
comprender la racionalidad de las acciones que la biomedicina reconoce como enfermeda -
desarrolladas por los sujetos y grupos sociales, des. Estas se expresan a través de instituciones
asi como también la racionalidad de los dife- oficiales y privadas. Dentro de esta deben reco-
rentes tipos de curadores, lo cual permitiría de - nocerse formas antiguas, y comparativamente
sarrollar estrategias que articulen dichas racio- marginales en la biomedicina como son la me -
nalidades. dicina naturista, la balneoterapia o la homeo -
Procesos sociales, económicos y cultura- les patía, asi como la inclusión de formas deveni -
posibilitan el desarrollo de diferentes for- mas de das de otras concepciones como es el caso de la
atención a partir de las necesidades y quiropracia. Aquí también deben incluirse las
posibilidades de los diferentes conjuntos socia- diferentes formas de psicoterapia individual,
les. Y cuando decimos esto pensamos en las es- grupal y comunitaria gestadas por lo menos en
trategias de supervivencia desarrolladas por parte desde la biomedicina;
personas ubicadas en situación de marginali- dad b) de tipo “popular” y “tradicional” expresadas
y extrema pobreza, o que están cayendo en también a través de curadores especializados
situación de pobreza; hasta sujetos que dada su como hueseros, culebreros, brujos, curanderos,
búsqueda de una suerte de eterna juventud fre - espiritualistas, yerberos, shamanes, etc. Aquí
cuentemente homologada a salud, encuentran debe incluirse el papel curativo de ciertos san -
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tos o figuras religiosas tanto cristianas como de El otro nivel refiere a la integración de dos o más
otros cultos, asi como el desarrollo de activida- formas de atención por sujetos y grupos que
des curativas a través de grupos como los pen - tienen algún padecimiento, lo cual puede ser
tecostales o los carismáticos; sobre todo observado a través de la deno -
c) alternativas, paralelas o new age que inclu- minada carrera de enfermo, y constituyéndose
yen a sanadores, bioenergéticos, nuevas religio- este tipo de articulación en el más frecuente,
nes curativas de tipo comunitario, etc.; dinámico y expandido.
d) devenidas de otras tradiciones médicas aca- Por supuesto que otras fuerzas sociales ope -
démicas: acupuntura, medicina ayurvedica, ran en este proceso de relación entre las dife-
medicina mandarina, etc.; rentes formas de atención de la enfermedad, co-
e) centradas en la autoayuda: Alcohólicos mo es el caso de ciertas organizaciones no gu-
Anónimos, Neuróticos Anónimos, Clubes de bernamentales en el campo de la salud repro -
Diabéticos, padres de niños con síndrome de ductiva o el de la propia industria químico/far -
Down, etc., cuya característica básica radica en macéutica impulsando cada vez más los me-
que están organizadas y orientadas por las per - dicamentos de origen herbolario. Pero desde
sonas que padecen o co/padecen algún tipo de nuestro punto de vista son las actividades im -
problema. pulsadas por los sujetos y grupos sociales las
Esta clasificación de las formas de atención, que generan la mayoría de las articulaciones
que podría ampliarse y/o modificarse, no su - entre las diversas formas de atención a través
pone que las consideremos como formas está - de sus usos, y superando frecuentemente la su -
ticas y aisladas cada una en si misma, dado que puesta o real diferencia o incompatibilidad que
asumimos la existencia de un proceso dinámi - puede existir entre las mismas, dado que dichas
co entre las actividades devenidas de diferentes incompatibilidades y diferencias son secunda-
formas de atención; es decir que las mismas no rizadas por la búsqueda de una solución prag -
funcionan siempre excluyentemente sino tam - mática a sus problemas. Lo cual no niega que
bién a través de relaciones entre dos o más for - haya diferencias significativas y hasta incompa-
mas de atención. Dicha dinámica opera en por lo tibilidades entre las diferentes formas de pen -
menos dos niveles, el que refiere a las rela- sar y actuar sobre el proceso s/e/a, pero dichas
ciones establecidas entre las diversas formas de diferencias deben ser observadas siempre en las
atención a través de uno de los diferentes ope - prácticas sociales y técnicas, dado que es a tra-
radores de las mismas; y así vemos como la bio- vés de éllas que podremos evidenciar las dife-
medicina por lo menos en determinados con - rencias, pero también el uso articulado de, por
textos se apropia de la acupuntura o de la qui - lo menos, una parte de las mismas. Dichas arti -
ropracia, y en otros retoma la tradición herbo - culaciones se desarrollan a través de diferentes
laria o incluye grupos de Neuróticos Anónimos dinámicas transaccionales dentro de relacio-
como parte de los tratamientos. Por lo cual se nes de hegemonía/subalternidad (Menéndez,
genera algún tipo de articulación entre diferen - 1981; 1983; 1984). Si bien, como lo señalamos,
tes formas de atención, inclusive entre algunas algunas articulaciones se generan a través de
que en determinados momentos aparecían co - los propios curadores, estos tratan de mante ner
mo antagónicas como es el caso de la actitud su propia identidad como curadores, y desde
biomédica inicial hacia Alcohólicos Anónimos, esa perspectiva más que articular se genera una
ya que en América Latina, y en particular en apropiación de técnicas pero manteniendo la
México, la biomedicina y el sector salud recha- diferencia, hegemonía y/o exclusión a través de
zaron inicialmente en forma tácita o explícita a seguir proponiendo su forma de curar como la
los grupos de Alcohólicos Anónimos; algunos más idónea. Esta es la manera dominante de
epidemiólogos y psiquiatras sostenían que di- actuar de la biomedicina, que si bien en gran
chos grupos de AA no se expandirían por Lati- medida puede ser analizada en términos de un
noamérica debido a razones de tipo cultural, mercado competitivo de saberes y técnicas, no
especialmente religiosas. Sin embargo a partir de sólo por supuesto es una cuestión de mercado,
la década de los 60', pero sobre todo de los 70' se sino que incluye procesos ideológicos, sociales
genera una notable expansión de estos grupos, y técnicos que tienen que ver con el manteni -
que condujo a que países como Hon - duras y miento y desarrollo de la identidad profesional
México sean de los que tienen un ma - yor y de su hegemonía.
número de grupos a nivel mundial (Me nén- dez, Este proceso podemos observarlo en uno de
1990; Menéndez y Di Pardo, 1996; 1999). los campos menos legitimados dentro del saber
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biomédico, es decir el referido a la salud men- radores tradicionales; fue el sector salud el que
tal, el que actualmente se caracterizaría por una adiestró a parteras empíricas de tal manera que
actitud ecléctica según la cual y en función del estas utilizaron una síntesis de elementos tradi-
objetivo terapeútico, la psiquiatría utilizaría to- cionales y biomédicos; fue el sector salud el que
das aquellas estrategias y orientaciones que de- enseñó a sujetos de las comunidades a cortar
muestran cierto grado de eficacia, pasando por lo nódulos de personas con oncocercosis o que se-
tanto a segundo plano la fundamentación teórica leccionó personas de la comunidad como agen-
de las caracteristicas diferenciales de ca- da una tes de salud. Fue el sector salud y un número cada
de las mismas. Pero debe subrayarse que sólo una vez más amplio de ONG las que formaron y
pequeña parte de la psiquiatría – y su - brayo lo siguen formando cientos de promotores de salud
de psiquiatría – recurre a formas de atención que suelen utilizar una mezcla de técni- cas
desarrolladas desde perspectivas no médicas, ya populares y biomédicas.
que el eclecticismo se reduce a las diferentes Este proceso complejo, dinámico y diferen-
técnicas desarrolladas desde la bio- medicina y ciado podemos observarlo y detectarlo de con -
campos afines. Esto no ignora por supuesto la junto sobre todo si lo registramos a través de las
existencia de numerosas experien - cias que han acciones de los grupos sociales, dado que desde
incluido desde técnicas shamáni- cas hasta la perspectiva de las diferentes formas de
rituales sociales urbanos de curación en varios atender – y no sólo de la biomedicina – sólo re-
países latinoamericanos, pero esta no ha sido la gistraremos una parte de dichas formas de aten-
línea dominante especialmente en el caso ción y generalmente en forma no relacionada.
mexicano (Menéndez y Di Pardo, 1996; 1999). Desde las diferentes formas de atención, y es-
El proceso de apropiación y eclecticismo pecialmente desde el saber e instituciones bio-
podemos observarlo no sólo a través de la bio - médicas, sólo se tenderá a reconocer algunas de
medicina sino de otras formas de atención; en las formas de atención, y no las más diversas y a
América Latina hay un proceso constante se- gún veces impensables actividades curativas o
el cual una parte de los curadores popula - res y sanadoras. Pero además tiende a generarse una
tradicionales además de prescribir y/o realizar visión estigmatizada y excluyente de por lo
sus tratamientos tradicionales, recetan también menos algunas formas de atención, colocando el
antibióticos o vitaminas como parte de su forma eje de la eficacia, de la eficiencia y de la legi-
de atención. En el caso de las par - teras llamadas timidad exclusivamente sobre el propio que -
empíricas se observa la utiliza- ción de técnicas hacer y no sobre el conjunto de las formas de
de inducción del parto de tipo biomédico. Debe atención. Este proceso, y lo subrayo, también
subrayarse que este proceso de apropiación ocurre con las otras formas de atención que no
obedece a varias dinámicas en - tre las cuales fundamentan su legitimidad e identidad en la
subrayo dos: la desarrollada a par- tir de los racionalidad científica sino en la religiosa y/o
propios curadores en busca de mayor eficacia, lo étnica, proponiendo una eficacia comparati - va
cual conduce, en determinados ca - sos, a que las inherente al uso exclusivo de estas dimen-
medicinas generadas por la indus- tria siones.
químico/farmacéutica sean incluidas y usa- das Si el eje lo colocamos en los diferentes con-
en las concepciones culturales tradiciona- les juntos sociales no sólo registraremos todas o
como las de la oposición y complementa - ción por lo menos la mayoría de las formas de aten -
entre lo frío y lo caliente como ocurre con el uso ción que se usan realmente, sino que no tendre -
de las aspirinas, penicilina o alka-zelzer en mos una visión unilateral de las formas de aten-
numerosos grupos étnicos mexicanos. Y otra ción que pretenden su exclusividad a través de
impulsada por la propia biomedicina o si se lo científico, de lo religioso o de lo étnico, dado
prefiere por el sector salud a través de los pro- que las registramos a través de los diferentes
gramas de atención primaria que viene apli - puntos de vista que operan en una comunidad
cando desde por lo menos los años 20’ (Me- y que incluyen no sólo las perspectivas de la
néndez, 1981). De tal manera que por ejemplo en población estratificada, sino la de los diferentes
México fue el sector salud el que enseñó a parte tipos de curadores (Menéndez, 1990b; 1997).
de la población de las comunidades rura - les a Pero el aspecto central, que luego desarrollare-
dar inyecciones dado que no existían re- cursos mos, es que los sujetos y grupos sociales cons-
humanos locales para hacerlo, y parte de este tituyen el agente que no sólo usa las diferentes
personal que aprendió a inyectar eran cu - formas de atención, que las sintetiza, articula,
mezcla o yuxtapone, sino que es el agente que
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reconstituye y organiza una parte de estas for - litaría además observar cuales son las formas de
mas de atención en actividades de “autoaten - atención más usadas y las que tienen ma - yor
ción”, dado que la autoatención constituye no eficacia para abatir, controlar o disminuir
sólo la forma de atención más constante sino el determinados daños en términos reales o ima -
principal núcleo de articulación práctica de las ginarios. Al igual que también podríamos re-
diferentes formas de atención, la mayoría de las gistrar cuales son los factores de tipo económi-
cuales no puede funcionar completamente si - no co, técnico e ideológico que se oponen o facili-
se articula con el proceso de autoatención. Este tan la articulación de las diferentes formas de
señalamiento es obvio, pero tiende a ser no sólo atención, a través de las prácticas cotidianas de
olvidado, sino excluido del analisis de los los conjuntos sociales.
servicios de salud. Una cosa es hablar de con- Pero en este trabajo no podemos desarro -
valescencia y otra asumir que el papel decisivo llar el análisis integral de las diferentes formas
en gran parte de las actividades de convalescen- de atención, sino que a modo de ejemplo nos
cia están a cargo del sujeto y su grupo a través de concentraremos en los que consideramos las dos
acciones de autoatención. formas dominantes de atención a los pa -
Un análisis integral de las formas de aten - decimientos en un contexto como el mexicano
ción que operan en un contexto determinado actual, me refiero a la biomédica y a la autoa-
supondría obtener el perfil epidemiológico de los tención; asumiendo que en la sociedad mexica -
padecimientos dominantes y sus formas de na encontraremos distintas formas de articula -
atención en una comunidad determinada, se - ción entre biomedicina y autoatención en fun -
gún son formulados por los diferentes cura - ción de las características socioeconómicas, ét-
dores y por los conjuntos sociales (Menéndez, nicas, religiosas, educacionales, de localización,
1984; Menéndez y Ramirez, 1980). Esta infor- etc. de los diferentes grupos y sujetos sociales.
mación nos daría algo así como un diagnóstico Lo que haremos primero es describir algunas
de situación sobre como atiende la gente real - características básicas de la biomedicina, ha-
mente sus padeceres, incluída la articulación de ciendo hincapié en aquellas que limitan la po -
las diferentes formas de atención generadas por sibilidad de una articulación mayor y más efi-
la población, y más allá de los antagonismos caz con la autoatención, y luego haremos lo
existentes a niveles profesionales e institucio- mismo con la autoatención para concluir pro -
nales en términos económicos, técnicos e ideo- poniendo algunos mecanismos de articulación
lógicos. En varios trabajos realizados en dife- posibles.
rentes contextos mexicanos (Menéndez y Ra-
mirez, 1980; Menéndez, 1984; 1990b; Osorio,
1994) se describe como, durante la carrera del Biomedicina: algunos rasgos
enfermo, los sujetos demandan inicialmente un y limitaciones
tipo de atención en función del diagnóstico
presuntivo que manejan y de otros factores co - En principio recordemos que la biomedici -
mo la accesibilidad física y económica a las di- na en tanto institución y proceso social se ca -
ferentes formas de atención que operan en su racteriza por su constante aunque intermiten -
contexto de vida, pero si dicha atención no re- te modificación y cambio y no por su inmovili-
sulta eficaz la reemplazan rapidamente por la dad, y cuando señalo esto no me refiero sólo a
atención de otro tipo de curador, implicando este cambios técnicos y científicos, sino a cambios
cambio una transformación en el diagnós - tico y en sus formas dominantes de organizarse e in -
tratamiento. Este proceso puede agotarse en esta tervenir no sólo técnica sino económica, social y
segunda instancia o dar lugar a la de - manda de profesionalmente. Por lo cual el análisis que
otras formas de atención, que puede implicar una estamos realizando en este texto no refiere a la
nueva demanda de atención a los primeros biomedicina que se practicaba en 1850, en 1920
curadores consultados. Los indicado- res o 1950, sino a las tendencias que se desarrollan
diagnósticos que los grupos manejan posi- desde los 60’ y 70’ hasta la actualidad.
bilitan una articulación práctico/ideologica en- Quiero subrayar que para ciertas miradas a-
tre las diferentes formas de atención estable - históricas, estos cambios – o por lo menos al-
ciendo una conexión entre las mismas a través de gunos de éllos – suelen ser leídos en términos de
la carrera del enfermo. crisis, generando en algunos casos la idea que la
Este tipo de aproximación epidemiológi- biomedicina estaría en una situación de crisis
ca – que denominamos sociocultural – posibi - permanente; más aun para algunas ten -
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dencias habría un casi constante derrumba - la orientación profesional de la biomedicina pero


miento de la misma, augurándose su reempla - zo sin que éllo implique la reducción de la
más o menos inmediato por algunas formas de expansión de la misma.
atención “alternativas”. Otras tendencias bio- Lo señalado no significa negar que existen
médicas por el contrario están en una suerte de situaciones conflictivas, cuestionamientos e in-
exitismo cientificista, que sólo concibe el cam- clusive desarrollos de formas de atención que
bio en términos de progeso técnico más o me - parcialmente reemplazan o complementan a la
nos infinito, pero que demuestra escasa sensi - biomedicina, sino que significa asumir la exis-
bilidad para detectar y explicar los cambios tencia de procesos de cambio que afectan a las
institucionales, culturales y económico/políti- instituciones y profesiones, incluido el sector
cos que afectan el saber médico. Estas orienta- salud y respecto de los cuales se generan modi-
ciones – y por supuesto otras – simplemente las ficaciones que deben ser analizadas en su real
señalamos pero sin analizarlas, ya que lo que lo significación. Tampoco negamos que algunos
que buscamos es, por una parte, subrayar que los de estos procesos adquieren el carácter de cri-
cambios y modificaciones no tienen que ver sis, pero para asumirlo habría que definir que se
necesariamente con crisis ni con progresos tec- entiende por crisis, cuales son sus indicado- res
nológicos, y por otra que uno de los aspectos más y cuales son sus consecuencias tanto para la
significativos de las modificaciones y cam- bios biomedicina como para los conjuntos sociales.
que observamos en biomedicina, son las que se Desde esta perspectiva frente a situaciones de
expresan a través de su proceso de ex- pansión. conflicto y/o de cambio o – si se pretende – de
En los contextos desarrollados y sude- crisis, la biomedicina hasta ahora ha encon -
sarrollados denominados occidentales, y pese al trado siempre “soluciones” que siguen asegu-
incremento de medicinas paralelas y alterna- rando su expansión, y donde reiteradamente el
tivas, la forma de atención que más se expande eje de su impulso y justificación está centrado
directa o indirectamente sigue siendo la bio- en la biologización de su enfoque profesional y
médicina. Lo cual además nos conduce a reco- técnico. Posiblemente la mayor crisis operada
nocer, que si bien en algunos países occidenta - dentro de la biomedicina, por lo menos a nivel
les se están estableciendo y desarrollando acti- de los críticos, se dio entre mediados de los 60’
vidades correspondientes a otras tradiciones y fines de los 70’. Las criticas iban dirigidas ha-
médicas académicas, sin embargo en los países cia la pérdida de eficacia de la biomedicina, ha -
que han originado dichas tradiciones como Ja - cia el desarrollo de una relación médico/pa -
pón, India o China está expandiéndose e inclu - ciente que no sólo negaba la sujetividad del pa-
sive pasando a ser hegemónica la biomedicina, ciente sino que incrementaba la ineficacia cu -
siendo ésta la que subalterniza y/o desplaza a las rativa, al desarrollo de una biomedicina centra-
medicinas académicas locales. da en lo curativo y excluyente de lo preventi-
Es el conjunto de estos procesos, que alcan- vo, en un énfasis de las actividades asistencia-
za su expresión más notoria en la expansión del les que incrementaba constantemente el costo
consumo de medicamentos producidos por la económico de la atención de la enfermedad, a
industria químico/farmaceútica, el que respal- da las constantes situaciones donde se registraban
nuestro análisis. En países como México di- cha transgresiones a la ética médica, etc., etc., etc.
industria en forma directa o a través del sector Varias de estas criticas están a la base de las
salud ha conseguido colocar algunos de sus propuestas de Atención Primaria Integral de -
productos en los lugares más remotos y ais - sarrolladas desde los 60’, pero que luego de un
lados del país siendo actualmente parte de las primer impacto redujeron las expectativas de
estrategias de atención de los diversos grupos sus propuestas, asi como disminuyeron tam -
étnicos mexicanos. Pese a la evidencia de esta bién las críticas. Pero en los 80’ y sobre todo en
tendencia se prefiere afirmar la pérdida de im - los 90’ reaparecen las críticas, tal vez menos
portancia de la biomedicina a través de lo que ideologizadas que en los 60’, denunciando otra
ocurre en algunos campos como el psiquiá - trico, vez la ineficacia de la biomedicina puesta de re -
dado que en varios países se observa un lieve en el retorno de la morbimortalidad por
constante descenso en el número y/o porcenta - tuberculosis broncopulmonar, cólera o dengue,
je de psiquiatras. En los EEUU desde hace unos en la imposibilidad de curar la mayoría de las
veinte años decrece constantemente el número de enfermedades crónicas ya que hasta ahora sólo
estudiantes de medicina que eligen la orien - es posible controlarlas; en el incremento cons-
tación psiquiátrica, lo cual indica cambios en tante de la desnutrición, en la persistencia de
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problemas éticos, etc., etc., etc. Pero nueva - do previamente sólo eran aconteceres ciudada-
mente estas críticas están disminuyendo, y el eje nos. Este proceso implica no sólo que los suje-
estrutucturador sigue estando colocado en el tos y grupos vayan asumiendo dichos aconte-
biologicismo de la manera de pensar y actuar ceres ciudadanos en términos de enfermedad y no
biomédica. La biomedicina sigue depositando de lo que tradicionalmente han sido, es de - cir
sus expectativas en el desarrollo de una inves- conflictos y padeceres, sino que pasen a ex-
tigación biomédica que da lugar al surgimien- to plicarlos y atenderlos, en gran medida a través de
de explicaciones biológicas de los principa- les técnicas y concepciones biomédicas. Esta
padecimientos y de soluciones basadas en la medicalización supone no sólo convertir en
producción de fármacos específicos, así como problema de salud determinadas situaciones
incide en la constante biologización de las re- cotidianas – como fue y es el caso de la hiperki-
presentaciones sociales del proceso s/e/a (Me- nesis infantil (Conrad, 1976; Conrad y Schnei-
néndez, 2002). der, 1980), sino convertir en problema quirúr -
Más allá de críticas y crisis, lo que observa- gico la situación de parto a través de la genera-
mos es una continua expansión de la biome - lización de la cesárea en países como México,
dicina que afecta su relación con las otras for - donde un alto porcentaje de los partos en las
mas de atención. Dicha expansión se caracte- instituciones oficiales y privadas se hacen a tra-
riza por un proceso de continuidad/disconti - vés de cesáreas innecesarias (Cárdenas, 2000). Si
nuidad, donde la continuidad está dada por el bien respecto del proceso de medicalización
constante aunque intermitente proceso de ex - existe actualmente una concepción menos uni -
pansión basado en la investigación biomédica, en lateral y mecanicista que la dominante en los 60’
la producción farmacológica y en la medica- y 70’, que inclusive ha conducido a algunos
lización no sólo de padeceres sino de compor- autores a negar dicho proceso, no cabe duda que
tamientos; y la discontinuidad por las orien - el mismo no sólo existió sino que sigue vi- gente.
taciones críticas surgidas al interior y fuera de la Lo que las investigaciones y reflexiones actuales
propia biomedicina, así como por las activi- han cuestionado es la visión omnipo - tente y
dades y representaciones impulsadas por las unilateral con que eran – y todavia son
otras formas de atención y especialmente por las observados por algunos autores – estos proce-
prácticas de los diferentes conjuntos socia- les sos, según la cual la biomedicina podía impo - ner
para asegurar la atención y solución real y/o casi sin modificaciones y oposiciones sus
imaginaria de sus padecimientos. maneras de explicar y atender los padeceres, y sin
Este proceso de expansión se da básicamen- tomar en cuentra las resignificaciones, reac-
te en dos niveles; por una parte a través de las ciones y acciones de los sujetos y grupos sobre
actividades profesionales que se realizan y que los cuales actuaba.
refiere a los niveles de cobertura de atención al- Son estas tendencias las que operan en las
canzados, al número de profesionales, al núme- relaciones de la biomedicina con los conjuntos
ro de camas de hospitalización, al número de sociales y con los otros saberes médicos; siendo
partos atendidos institucionalmente, al núme - ro especialmente la medicina alopática la que es-
de cesáreas, a la cobertura de inmunización, etc., tablece las condiciones técnicas, sociales e ideo-
etc., etc., comparados – o no – con los in - lógicas dentro de las cuales se desarrollan las
dicadores de las otras formas de atención. Estas relaciones con los otros saberes. El análisis de
tendencias han sido y son estudiadas para po - algunas de las características estructurales de la
sibilitar la planificación de los recursos, para biomedicina nos permitirá observar lo que es-
elevar la calidad de los servicios o para redu- cir tamos señalando. La biomedicina actual se ca-
costos, pero también pueden ser utilizadas como racteriza por una serie de rasgos técnicos, pro-
indicador que puede evidenciar el des - fesionales, ocupacionales, sociales e ideológicos
plazamiento o suplantación de otras formas de que hemos analizado en varios trabajos (Me-
atención por la biomedicina, o viceversa. néndez, 1978; 1979; 1981; 1983; 1984; 1990a;
Pero además la expansión opera a través de Menéndez y Di Pardo, 1996; 1999), y que no
lo que se denomina proceso de medicalización, sólo expresan la orientación dominante de la
es decir un proceso que implica convertir en medicina alopática, sino que algunas de dichas
enfermedad toda una serie de episodios vitales características evidencian el tipo de relación que
que son parte de los comportamientos de la vi - la biomedicina establece con los conjuntos
da cotidiana de los sujetos, y que pasan a ser ex- sociales estratificados asi como con las otras
plicados y tratados como enfermedades cuan - formas de atención.
194
49

A nivel de lo que denomino Modelo Médi- co al campo de investigación que es el que genera
Hegemónico (MMH) he descripto y anali- zado las explicaciones y el tipo de fármaco específico
alrededor de unas treinta características a utilizar por los clínicos. El paso a primer pla-
estructurales, de las cuales sólo comentaré al- no de la investigación genética en los últimos
gunas que nos permitan especialmente obser - veinte años ha reforzado aun más esta tenden -
var ciertas tendencias que orientan las relacio - cia (Menéndez, 2002).
nes de la biomedicina con las actividades de Quiero subrayar, para evitar equívocos, que
autoatención, aclarando que cuando hablo de al señalar el peso del biologicismo no ignoro
MMH referido a la medicina alopática, lo hago obviamente sus aportes; ni tampoco niego el uso
en términos de una construcción metodoló - gica por parte del personal de salud de relacio - nes
manejada en un alto nivel de abstracción, de tal personales, incluida la dimensión psico- lógica,
manera que como todo modelo constitu - ye un no sólo en la relación afectiva con el pa- ciente
instrumento heurístico para la indaga - ción de la sino en la estrategia curativa y hasta diag-
realidad, pero no constituye la reali - dad nóstica, pero estas habilidades personales apa-
(Menéndez, 1990a). Es como construcción recen como secundarias desde la perspectiva de
metodológica que considero que las principa - les la biomedicina en términos de institución y de
caracteristicas del MMH son las siguientes: formación profesional.
biologismo, a-sociabilidad, a-historicidad, a- El biologicismo inherente a la ideología mé-
culturalismo, individualismo, eficacia pragmá- dica es uno de los principales factores de exclu-
tica, orientación curativa, relación médico/pa- sión funcional de los procesos y factores histó-
ciente asimétrica y subordinada, exclusión del ricos, sociales y culturales respecto del proceso
saber del paciente, profesionalización forma- salud/enfermedad y de las otras formas de aten-
lizada, identificación ideológica con la racio- ción consideradas por la biomedicina como
nalidad científica, la salud/enfermedad como formas culturales, y en consecuencia excluidas o
mercancía, tendencia a la medicalización de los por lo menos subalternizadas. Pero un aspec- to
problemas, tendencia a la escisión entre teoría y importante a recordar, es que el médico no tiene
práctica (Menéndez, 1978; 1981; 1983; 1990a). formación profesional sobre los factores y
El rasgo estructural dominante de la bio - pocesos sociales y culturales que inciden en el
medicina es el biologicismo por lo menos a ni- desarrollo y mantenimiento de los padecimien -
vel ideológico/técnico, dado que es el factor que tos; salvo en el campo salubrista donde puede
no sólo refiere a la fundamentación cien - tífica haber formación sistemática, el resto del perso-
del diagnóstico y del tratamiento, sino que nal de salud incluye estos aspectos, si es que le
constituyen el principal criterio de dife - interesa, a través de sus posibilidades y habili-
renciación con las otras formas de atención. Si dades personales y no de una formación técni-
bien el saber biomédico, especialmente en algu- ca específica. No obstante no es el factor que
nas de sus especialidades y orientaciones, toma más me interesa analizar, ya que para mi el más
en cuenta los niveles psicológicos y sociales de decisivo es observar si el personal de salud con-
los padecimientos, la biomedicina en cuanto sidera estos factores como importantes de ma-
institución tiende a subordinarlos o excluirlos nejar a nivel de su acto médico, y de ser impor-
respecto de la dimensión biológica. La dimen- tantes ¿cómo los utilizaría para contribuir a ali-
sión biológica no es meramente un principio de viar, controlar o curar el padecimiento? Y fren-
identificación y diferenciación profesional, sino te a este interrogante debemos reconocer que
que es el núcleo de la formación profesio - nal en el nivel de la intervención la mayoría de los
del médico. El aprendizaje se hace a partir de médicos dejan de lado dichos aspectos; una co-
contenidos biológicos, donde los procesos sa es reconocer que la situación de extrema po-
sociales, culturales y psicológicos son anecdóti- breza y marginalidad incide en la desnutrición, y
cos, y donde no hay información sistemática otra poder operar con dichos factores en la
sobre otras formas de atención. Es de la inves - intervención clínica más allá de un proceso de
tigación biológica, bioquímica, genética que la rehabilitación que no puede evitar la recidiva, a
biomedicina extrae sus principales explicacio- menos que existan programas de alimenta -
nes y sobre todo sus principales instrumentos de ción complementaria. Prácticamente ningun
curación. Esta afirmación no ignora la im - médico ignora esta influencia, aunque una par -
portancia del trabajo médico cotidiano, incluí - te prefiera hablar de malnutrición y subrayar
da la investigación clínica, pero el mismo apa- ciertos aspectos de ésta más que los de desnu -
rece como un campo aplicativo y subordinado trición, lo cual en función de lo que venimos
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50
desarrollando es sin embargo secundario. Si bien rias que en el plano de los servicios de salud, los
el personal médico puede asumir la im - cuales – por lo menos en algunos aspectos
portancia de factores como la extrema pobreza en significativos – suelen orientarse en un sentido
el desarrollo y mantenimiento de proble - mas de inverso de lo recomendado por los que anali - zan
salud, a nivel técnico e institucional su manejo de y reflexionan sobre la relación médico/pa- ciente
estos aspectos es, por decirlo suave- mente, y su papel dentro de los servicios de sa- lud
limitado. Y esta limitación la podemos observar oficiales y/o privados. Si observamos siste- mas
a través de los aspectos más decisivos del trabajo de salud como el británico o el mexicano
médico. ¿qué es lo que econtramos? Encontramos que
Desde por lo menos la década de los 50’ di- pese a reconocer las criticas señaladas respecto
ferentes tendencias de la psicología, de la socio - de las características dominantes en la relación
logía, de la antropología y de la misma biome- médico/paciente y la necesidad de revertir la
dicina vienen señalando la importancia de la orientación de los servicios, lo que se desarro-
relación médico/paciente, para el diagnóstico lla en los hechos es una tendencia a reducir ca -
y para el tratamiento, y en consecuencia la ne - da vez más el tiempo de la relación médico/pa-
cesidad de mejorarla, de hacerla más simétri - ciente y especialmente el tiempo dado a la pa-
ca, de incluir no sólo la palabra del paciente si- labra del paciente. Es decir se potencian la ten -
no sus referencias socioculturales, dado que las dencia histórica de la biomedicina para esta -
mismas tienden a ser excluídas por la mayoría blecer una relación asimétrica y las dinámicas
de los médicos. De allí que parte del mejora- institucionales actuales que tienden a reforzar
miento de la calidad de los servicios médicos dicha orientación de la biomedicina más allá de
está depositada justamente en la modificación los discursos y reflexiones de los científicos
de aspectos de la consulta. De esto son concien - sociales y de las propias autoridades sanitarias.
tes gran parte de los médicos, y reiteradamente Asi por ejemplo en el Instituto Mexicano del
se propone la necesidad de mejorar dicha rela - Seguro Social (IMSS), que da atención a cerca
ción, incluyendo dar más tiempo a la palabra del 50% de la población mexicana, la media ac-
del paciente. Dentro del campo antropológico tual del tiempo de consulta es de cinco minu -
se ha desarrollado una corriente liderada por tos (Menéndez, 2000). Estas conclusiones no
médicos de formación antropológica que des- ignoran que existen tendencias que proponen
de la década de los 70’ y sobre todo desde los 80’ otras formas de relación médico/paciente, o por
vienen proponiendo la necesidad de que el mé - lo menos modalidades que posibilitan una ma -
dico no sólo posibilite que el paciente narre su yor expresión de la palabra y de las acciones del
enfermedad, sino que el facultativo aprenda a paciente.
decodificar cultural y medicamente el significa- La relación médico/paciente se caracteri-
do de dichas narrativas. Esta propuesta tiene za especialmente en el primer nivel de atención
sus dos principales centros de influencia en las pero también a nivel de especialidades por la
escuelas de Medicina de Harvard y de Berkeley duración cada vez menor del tiempo de la con -
donde trabajan respectivamente Kleinman sulta, por reducir cada vez más la palabra del
(1988a; 1988b) y Good (1994; Good y Del Vec- paciente, pero también por reducir cada vez
chio Good, 1993), que en el caso de este último más la palabra del propio médico. En la mayo -
ha implicado el desarrollo de un programa es- ría de las instituciones médicas oficiales ya no
pecial de formación de médicos dentro de esta se realizan historias clínicas en el primer nivel
concepción. Estos, pero también autores perte- de atención o han sido reducidas a enumerar al-
necientes a otras tendencias como la denomi - gunos datos económico/demográficos y algu-
nada antropologia médica crítica, proponen la nas carácterísticas del tratamiento – general-
articulación de las distintas formas de atención mente la enumeración de los tipos de fármacos
como parte de la intervención biomédica o si – consignándose muy escasa información de ti -
se prefiere de los servicios de salud. po diagnóstica y de evolución del padecimien-
Pero debemos recordar que, más allá de al - to, etc. La anamnesis médica casi ha desapare-
gunas particularidades, esta propuesta reite - cido pese al reconocimiento técnico de su utili-
ra lo señalado por diferentes corrientes desde dad; es interesante al respecto observar como
por lo menos la década de los 20' (Menéndez, por ejemplo uno de los principales especialis-
2002), y subrayo lo de la reiteración, porque di- tas mexicanos en alcoholismo (Velazco Fernán-
cha propuesta opera más en el plano de la re - dez, 1980; 1981), asi como uno de los más des-
flexión teórica y de las experiencias universita- tacados clínicos mundiales especializados en
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51

este padecimiento (G. Edwards, 1986; 1988) cripción de determinados fármacos para el aba-
consideran decisiva la profundización de la in - timiento o control de determinados padeci -
dagación clínica especialmente para el paciente mientos, pero también los efectos negativos de
con alcoholismo crónico y/o dependiente, se- los mismos, tanto en términos de un uso inme -
gún lo cual hablan inclusive de la necesidad de diato que evidencia una determinada eficacia,
desarrollar habilidades clínicas y existencia- les como en términos de un uso prolongado que
especiales, para terminar asumiendo que ya no es evidencia que dicha eficacia es momentánea, o
posible realizarlas, pese a reconocer, so- bre todo que su aplicación podría generar más proble -
en el caso de Edwards, que la misma es decisiva mas que los de su no utilización. Estos proce-
para establecer un buen diagnóstico y orientar sos no aparecen incluídos en la formación pro -
eficazmente el tratamiento. Antes de seguir con fesional ni en la práctica médica como aspec-
este análisis quiero indicar que no estoy tos reflexivos de su intervención, de tal manera
proponiendo ningun lamento por formas que se genera un efecto interesante en la rela-
perdidas de “humanismo médico”, sino señalar ción médico/paciente, según el cual el personal
algunas tendencias actuales de la biomedicina, de salud suele achacar a la ignorancia, falta de
que desarrollan aspectos contrarios o divergen - educación y/o desidia de la población, lo que
tes a los que la propia biomedicina y tambien las por lo menos en determinados casos fué con -
ciencias sociales consideran como óptimos en secuencia de un determinado uso médico ori -
términos de la calidad de la atención. ginal que la gente aprendió en forma directa o
Por lo tanto observamos la reducción del indirecta a través del propio personal de salud.
tiempo de la relación médico/paciente a través de Una simple y no demasiado profunda indaga -
la propia trayectoria histórica de la biome - ción histórica posibilitaría observar que algu-
dicina, trayectoria que además indicaría que el nas formas incorrrectas de utilizar los antibió -
médico ha ido abdicando de su propia posibili- ticos, el disulfirán o el clorofenicol durante las
dad de detectar y analizar síntomas respecto de décadas de los 50' y 60' los pacientes lo apren-
los padecimientos al referirlos cada vez más a dieron del personal de salud; que el amaman -
indicadores objetivos. Actualmente la posibili- tamiento al seno materno fue cuestionado por
dad de establecer diagnósticos y tratamien- tos parte del equipo de salud durante las mismas
no se depositan en el análisis de los sínto- mas, décadas sobre todo por razones de higiene e in -
ni en los signos detectados por el “ojo” y “mano” fluyó junto con otros factores en el reemplazo
clínicos, sino en los signos producidos por los de la leche materna por las fórmulas lácteas, o
diferentes tipos de analisis, es decir por pruebas que el consumo de ciertas drogas psicotrópi - cas
objetivas, lo cual ha tenido consecuen- cias no actualmente consideradas adictivas fueron
sólo para la relación médico/paciente sino para la impulsadas por los tratamientos médicos in -
identificación profesional del mé- dico consigo clusive desde la primera infancia respecto de
mismo (Reiser, 1978). Subrayo nuevamente que una notable variedad de padecimientos que
no niego ni rechazo la impor - tancia de contar van desde las respiratorias agudas a la hiper -
con indicadores diagnósticos objetivos, sino que kinesis. La aplicación de la dimensión histórica
estoy analizando las im- plicaciones que el posibilitaría observar la gran cantidad de éxi-
desarrollo de determinados procesos pueden tos farmacológicos generados desde la biome-
tener para la biomedicina y para la relación dicina, pero también la cantidad de usos incor -
médico/paciente, las cuales no pueden ser rectos que la población aprendió directa o in -
observadas sino se incluye la dimen- sión directamemnte de la intervención médica, en -
histórica, que sin embargo aparece exclui- da tre ellos el de la polifarmacia. Si bien este as-
frecuentemente de la reflexión y de la acción pecto lo retomaremos luego al hablar de la au -
médica. Esta situación de exclusión de la di- tomedicación, me interesa subrayar la exclu -
mensión histórica del saber médico adquiere sión de la dimensión histórica porque dicha
características especiales si la referimos a lo que exclusión cumple varias funciones, entre ellas
actualmente es el núcleo de la relación médi- la omisión de los efectos negativos no sólo de
co/paciente, es decir la prescripción del trata - la prescripción médica, sino de su notoria in -
miento, que en gran medida es la prescrición de fluencia en el uso de la automedicación por la
medicamentos. población. Lo cual, y lo recuerdo, no es un he-
Desde la perspectiva que estamos desar- cho del pasado, sino que sigue vigente, como es
rollando la inclusión de la dimensión histórica el caso del mal uso de anitibióticos por parte
posibilitaria observar los beneficios de la pres- del personal de salud en los tratamientos de
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gastroenteritis como ha sido observado reitera - ciales y no los culturales, aun en el caso del Sida
damente a través de estudios realizados recien - o de las adicciones. En las décadas de los 50’ y
temente en países subdesarrollados y desarrol- 60’ toda una corriente epidemiológica se preo -
lados. cupó por detectar y establecer en América Lati-
Tal vez los aspectos más excluídos por la na cuales eran los patrones culturales de con -
biomedicina son los que corresponden al cam - sumo de las sustancias adictivas, que en aquella
po cultural; si bien el personal de salud suele época se centraba básicamente en el alcohol, lo
hablar de la significación de la pobreza, del ni- cual contrasta con las tendencias epidemioló -
vel de ingresos, de la calidad de la vivienda o gicas actuales respecto de las adicciones donde
del acceso al agua potable como factores que esta preocupación ha desaparecido y no ha si- do
inciden en el proceso salud/enfermedad/aten - reemplazada por ninguna otra búsqueda de
ción (proceso s/e/a), sobre todo en los últimos factores y procesos culturales. De tal manera que
años ha disminuido no tanto el reconocimien - por una parte los especialistas hablan de la
to sino la inclusión de los factores religiosos o importancia de los comportamientos cultura - les
de las creencias populares respecto del proceso para la prevención de determinado proble - ma,
s/e/a por parte de la biomedicina. Mientras ha - pero no se generan las investigaciones para
ce unos cuarenta o cincuenta años, sobre todo obtener este tipo de información, y menos aun la
la orientación salubrista, reparaba en la impor - aplicación de acciones de tipo cultural (Me-
tancia de los factores culturales generalmente néndez y Di Pardo, 1996; 1999).
como mecanismos negativos o como procesos Pero tanto hace cuarenta años como en la
que indicaban determinadas tendencias pato - actualidad el sentido fuerte de cómo la biome -
logizantes en un grupo social determinado, di - dicina utilizó y utiliza la dimensión cultural es de
chos factores han sido cada vez más excluidos. tipo negativo, es decir se observa sobre todo
En las décadas de los 40’, 50’ y 60’ una parte del como dichos factores favorecen el desarrollo de
salubrismo reconocía que ciertas creencias cul- padecimientos o se oponen a prácticas biomé -
turales podían oponerse a la expansión biomé - dicas que podrían abatirlos, pero no se inclu - yen
dica, idea que opera en la actualidad por ejem - las formas de atención “culturales” que po - drían
plo respecto de los programas de planificación ser utilizadas favorablemente para abatir los
familiar o respecto del uso de protecciones en daños. Si bien el uso de algunas de estas for- mas
las relaciones sexuales, pero mientras en dichas de atención, sobre todo las consideradas
décadas se pensaba como modificar cultural- “tradicionales”, fue propuesta por las estrate-
mente los saberes populares, actualmente se gias de atención primaria y se han generado in -
piensa a través de que mecanismos administra - vestigaciones al respecto, las mismas han sido
tivos y médicos puede generarse esta modifica- escasamente impulsadas por el sector salud,
ción, para lo cual se proponen diferentes estra - salvo en determinados contextos y sobre todo en
tegias que van desde la estimulación económi- función de una concepción de ampliación de
ca al equipo de salud para elevar el número de cobertura a bajo costo y para poblaciones
mujeres “controladas”, que incluye la aplicación marginales rurales.
de esterilizaciones femeninas y en menor fre- Es a través de tomar en cuenta los procesos y
cuencia masculinas frecuentemente sin con - factores culturales, que podemos observar la
sentimiento informado; pasando por la aplica - existencia de otras formas de atención de la en -
ción de programas contra la pobreza donde la fermedad, cuyas principales diferencias radican
planificación familiar aparece como uno de los no sólo en el tipo de técnicas utilizadas sino en el
objetivos básicos de la solución de la misma o sentido y significado cultural con que se las
por lo menos de reducción de algunas caracte - utiliza, residiendo en éllo gran parte de su fun-
rísticas consideradas simultáneamente como ción cultural más allá de su eficacia específica.
efecto/causa de la misma. Es decir que el equi- Podríamos seguir enumerando otros rasgos a
po de salud y/o el de desarrollo social más que través de los cuales observar procesos que ex-
actuar sobre las condiciones culturales opera a plicarían el distanciamiento, subordinación o
través de acciones médicas o de estimulación negación de otras formas de atención por parte
económica de la biomedicina, pero para concluir con esta
La dimensión cultural es cada vez menos revisión sólo nos referiremos al último de los
utilizada salvo respecto de ciertos padecimien- rasgos enumerados, es decir el que refiere a los
tos, aunque debe subrayarse que los que más criterios a través de los cuales la biomedicina se
suelen tomarse en cuenta son los procesos so - diferencia de la mayoria de las otras formas
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de atención. Si bien hay varios indicadores, el Ortega, 1999) parten de considerar la autoa -
decisivo es el que refiere dicha diferenciación a tención a través de toda una serie de caracterís -
principios de racionalidad científica, expre- ticas que analizaré más adelante, pero sobre to -
sados sobre todo a través de la dimensión bio - do de observarla como proceso, lo cual se dife-
lógica. Y es en este rasgo donde se sintetizan a rencia de las investigaciones generadas desde la
través de la autoidentificación profesional con biomedicina que la consideran como una enti -
“la ciencia”, la exclusión de las otras formas dad en sí y sólo referida a actividades muy es-
identificadas justamente con criterios no cien - pecíficas, lo cual conduce a un notorio subre -
tíficos y con la dimensión cultural. Si bien la gistro de las actividades de autoatención inclu -
eficacia, la eficiencia o las condiciones de aten - sive en sus investigaciones específicas, y a no
ción constituyen criterios importantes, el crite - captar su papel constante y frecuentemente de-
rio decisivo refiere a la racionalidad científi- cisivo en el proceso de articulación de las dife-
co/técnica. rentes formas de atención y especialmente con la
El conjunto de estas y otras características biomedicina.
del MMH, y no cada característica en si misma
(Menéndez, 1990a) tiende a establecer una re-
lación de hegemonía/subalternidad de la bio - Autoatención como proceso estructural
medicina respecto de las otras formas de aten -
ción no biomédicas, de tal manera que tiende a La autoatención constituye una de las activi-
excluirlas, ignorarlas o a estigmatizarlas aun - dades básicas del proceso salud/enfermedad/
que también a una aceptación critica o inclusi- ve atención, siendo la actividad nuclear y sinteti-
a una apropiación o a un uso complementa - rio zadora desarrollada por los grupos sociales res-
sobre todo de ciertas técnicas, pero siempre con pecto de dicho proceso. La autoatención cons-
carácter subordinado. tituye una actividad constante aunque intermi -
Aclaro que no niego la importancia de la in- tente desarrollada a partir de los propios suje -
vestigación biomédica, ni los aportes de la far- tos y grupos en forma autónoma o teniendo co-
macología, ni la capacidad de detección diag- mo referencia secundaria o decisiva a las otras
nóstica a través de pruebas e indicadores obje- formas de atención. La autoatención puede ser
tivos, si no que lo que me interesa señalar es que parte de las acciones desarrolladas por las otras
éstas y otras características e instrumentos formas, dado que frecuentemente es un paso
contribuyen a excluir, negar o secundarizar las necesario en la implementación de las mismas.
otras formas de atención no biomédicas a tra - Por autoatención nos referimos en este tra - bajo
vés de criterios que sólo refieren a la dimensión a las representaciones y prácticas que la
científica del proceso s/e/a. población utiliza a nivel de sujeto y grupo so-
Este proceso adquiere un cariz especial en el cial para diagnosticar, explicar, atender, con -
caso de las relaciones que se establecen entre la trolar, aliviar, aguantar, curar, solucionar o pre-
biomedicina y la autoatención de los pade - ceres, venir los procesos que afectan su salud en tér-
debido a que éste se ha ido convirtiendo en uno minos reales o imaginarios, sin la intervención
de los campos relacionales más frecuen- tes, asi central, directa e intencional de curadores pro -
como aquel respecto del cual se generan tal vez fesionales, aun cuando estos pueden ser la refe-
más relaciones conflictivas tanto a nivel de la rencia de la actividad de autoatención; de tal
relación médico/paciente como de la rela - ción manera que la autoatención implica decidir la
sector salud/conjuntos sociales. Esto ocur - re, autoprescripción y el uso de un tratamiento en
como analizaremos de inmediato, por dos forma autónoma o relativamente autónoma. Es
razones básicas; porque la autoatención es la decir que la autoatención refiere a las represen -
forma de atención a la enfermedad más fre - taciones y prácticas que manejan los sujetos y
cuente utilizada por los grupos sociales, y por - grupos respecto de sus padeceres, incluyendo
que la autoatención es parte de la mayoria de los las inducidas, prescriptas o propuestas por cu -
usos de las otras formas de atención, y en radores de las diferentes formas de atención,
particular de la atención biomédica. pero que en función de cada proceso específi-
Estas afirmaciones que sustento a través de co, de las condiciones sociales o de la situación
nuestras propias investigaciones y de estudios de los sujetos conduce a que una parte de di -
desarrollados por otros investigadores orienta - cho proceso de prescripción y uso se autono -
dos por este enfoque (Menéndez, 1981; 1982; mice, por lo menos en términos de autonomía
1983; 1984; 1992; Mendoza, 1994; Osorio, 1994; relativa.
199

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Pero la autoatención puede ser pensada en autoatención, y el haber reducido la autoaten -
dos niveles, uno amplio y otro restringido; el ción a automedicación es justamente un efecto
primer nivel refiere a todas las formas de au - del saber biomédico como veremos luego. En
toatención que se requieren para asegurar la cosecuencia debe subrayarse que la automedi -
reproducción biosocial de los sujetos y gru - pos cación no refiere sólo a la decisión de utilizar
a nivel de los microgrupos y especialmente del determinados tipos de fármacos desarrollados
grupo doméstico. Formas que son utiliza - das a por la industria químico farmaceútica (IQF), sino
partir de los objetivos y normas estableci- dos por a todas las sustancias(infusiones de hier - bas,
la propia cultura del grupo. Desde esta alcohol, marihuana, etc.), y para algunos autores
perspectiva podemos incluir no sólo la aten - ción actividades de muy diferente tipo (ca - taplasmas,
y prevención de los padecimientos, sino las ventosas, masajes, etc.), que son de- cididas y
actividades de preparación y distribución de usadas por los sujetos y microgrupos con
alimentos, el aseo del hogar, del medio am- autonomía relativa para actuar respecto de sus
biente inmediato y del cuerpo, la obtención y uso padeceres o para estimular determinados
de agua, ertc., etc., etc. Son parte de la au - comportamientos. La biomedicina casi sólo
toatención el aprendizaje de la relación con la piensa la automedicación a través de los fárma-
muerte en los diferentes términos prescriptos por cos producidos por la IQF, pero si bien ésta es
cada cultura, que pueden incluir el cuida - do del actualmente la forma más extendida de auto -
sujeto moribundo, el ayudar a morir, o el manejo medicación en numerosos grupos sociales, no
del cadaver en función del sistema de creencias. por éllo la automedicación refiere exclusiva-
La autoatención tal como la esta - mos menmte a éstos, sino que forma parte de las di -
definiendo, más allá de que ciertos actos se ferentes actividades de autoatención.
expresen fenoménicamente a través de indi- Otro término que se utiliza como equiva -
viduos, refiere a microgrupos y especialmente a lente de autoatención es el de “autocuidado”,
aquellos que más inciden en los procesos de desarrollado desde la biomedicina y desde el
reproducción biosocial y que incluyen sobre todo salubrismo especialmente a partir del concepto
al grupo doméstico, pero tambien al gru - po de estilo de vida, de tal manera que por autocui -
trabajo, al grupo de adolescentes, etc., etc., etc. dado se suelen entender las acciones desarrol-
La definición restringida refiere a las repre- ladas por los individuos para prevenir el desar -
sentaciones y prácticas aplicadas intencional- rollo de ciertos padecimientos y para favorecer
mente al proceso s/e/a. Por supuesto que es di- ciertos aspectos de salud positiva. El uso de es-
fícil establecer un claro corte entre algunas ac- te concepto por el sector salud es marcadamen -
tividades de la autoatención en sentido amplio y te individualista, y se diferencia del de autoa -
en sentido restringido, pero debemos asumir tención cuyo carácter es básicamente grupal y
que este corte – como casi todo corte de tipo social, pero lo importante a considerar aquí es
metodológico – opera como un mecanismo de que el concepto de autocuidado constituye una
ordenamiento de la realidad, y que en conse - variante del de autoatención impulsado a tra - vés
cuencia dicho corte excluye – por supuesto que de determinadas ideologías no sólo técni- cas
metodológicamente – determinados hechos, sino sociales. En consecuencia las activi- dades
como por ejemplo la permeabilidad entre dife- de automedicación y autocuidado son parte del
rentes tipos de actividades. El corte metodoló- proceso de autoatención, pero no son
gico posibilita concentrarnos justamente en la equivalentes ya que autoatención constituye el
autoatención de tipo restringida, pues es la que concepto y proceso más inclusivo.
nos interesa analizar, pero a partir de asumir Aclaro que para algunos autores el autocui-
que en los procesos concretos aparecerán in - dado tendría implicaciones básicamente pre-
cluidos aspectos de la autoatención ampliada. ventivas o de potencializar la salud en términos
La autoatención suele ser confundida o de la denominada “salud positiva”, y la autoa -
identificada por la biomedicina exclusivamente tención referiría a acciones de tipo asistencial;
con la automedicación, es decir con la decisión mientras que para nosotros tanto la autoaten -
más o menos autónoma de utilizar determina - ción como el autocuidado pueden desarrollar
dos fármacos para tratar determinados padeci - ambos tipos de actividades, y la diferencia ra -
mientos sin intervención directa y/o inmediata dica en el énfasis en lo individual impulsado por
del médico o del personal de salud habilitado las políticas de autocuidado, mientras el
para éllo. La automedicación sólo es parte de la concepto de autoatención refiere a la concep -
ción de salud colectiva. Para esos autores sería
200
55

el estilo de vida basado en el autocuidado indi- cotomizante respecto del proceso de autoa -
vidual el que posibilitaría reducir o eliminar tención, dado que por una parte lo cuestiona en
conductas de riesgo respecto de fumar, beber términos de automedicación, mientras por otra
excesivamente alcohol o comer carnes rojas en impulsa constantemente actividades de
abundantes cantidades, pero esta concepción de autocuidado y de otras formas de autoaten ción.
autocuidado y de estilo de vida suelen ex- cluir El análisis de estos procesos implica prime-
en la práctica las condiciones de vida que hacen ro precisar algunos aspectos del proceso de au-
posible que dichas actividades de auto- cuidado toatención. A partir de los aspectos señalados
y estilos de vida fracasen o sean exito- sas consideramos a la autoatención como un pro -
(Menéndez, 1998). ceso estructural, constante aunque en continuo
Dados nuestros objetivos me interesa recu - proceso de modificación. El caracter estructu-
perar lo ya señalado, que la biomedicina desar- ral de la autoatención, que implica que la mis -
rolla sus críticas y oposiciones respecto de la ma se constituye como un proceso necesario en
autoatención casi exclusivamente en términos de toda cultura a través de las acciones de los pe-
automedicación. El personal de salud consi- dera queños grupos para contribuir a asegurar el
casi unanimemente que la automedica - ción es proceso de reproducción biosocial, deviene de
negativa o perniciosa; que es produc- to de la algunos hechos básicos. Todo pequeño grupo,
falta de educación o de la ignorancia, y tiende a y en particular el grupo doméstico se caracteri-
identificarla como el comportamiento de los za por la frecuencia, recurrencia y continui -
estratos sociales más bajos. Dicha eva- luación dad de episodios de enfermedades, padeceres,
surge generalmente de la propia expe- riencia daños y/o problemas que afectan la salud de
clínica o de la tradición oral institucio - nal, asi uno o más miembros de dichos microgrupos.
como de la posición del sector salud frente a la La mayoría de estos episodios son leves, agudos
automedicación, pero no de investi - gaciones y transitorios, y pueden hallar solución o por
sistemáticas sobre lo negativo o bene- ficioso de lo menos alivio a través de las acciones de los
la automedicación. En América Lati- na miembros del grupo. Junto a estos padecimien -
contamos con muy escasas investigaciones al tos siempre han existido enfermedades cróni-
respecto. cas que para que no se traduzcan en muerte
En general la biomedicina y el sector salud prematura requieren que el sujeto y su micro -
sólo han señalado los efectos negativos de la grupo se constituyan en partes activas del pro -
automedicación, denunciando recurrentemen - te ceso de atención, dado que sobre todo para al -
su papel en el desarrollo de resistencias al efecto gunos padecimientos la autoatención es deci -
de ciertos medicamentos sobre los vec- tores de siva.
determinados padecimientos o a las El núcleo de la existencia y continuidad de la
consecuencias cancerígenas – o de otro tipo – autoatención refiere a la frecuencia de pade -
debido al uso indiscriminado de sustancias co - ceres agudos de muy diferente tipo, a la exis-
mo el clorofenicol. Si bien la crítica a la auto - tencia e incremento de enfermedades cróni - cas
medicación es relativamente antigua, la misma se físicas y mentales, a la búsqueda de estimu-
ha incrementado en las últimas décadas de - bido laciones con diferentes objetivos, de tal manera
a que habría aumentado la automedica - ción con que toda sociedad necesita desarrollar saberes
fármacos, y a que una parte de éstos tendrían específicos a nivel de los grupos donde emer-
consecuencias más negativas que los fármacos gen estos padecimientos o estos objetivos de vi-
antiguos dadas las características “más da, estableciendo inclusive una división del tra-
agresivas” de las sustancias que los cons- tituyen, bajo especialmente en el grupo familiar donde la
a la especificidad del medicamento y a un uso mujer en su rol de esposa/madre es la que se hace
cada vez más indiscriminado. cargo del proceso s/e/a de los miembros del
Pero más allá de que los cuestionamientos grupo. La mujer en dicho rol será la encar - gada
biomédicos sean o no correctos, me interesa su- de diagnosticar el padecimiento, de ma- nejar por
brayar la visión unilateralmente negativa de la lo tanto indicadores diagnósticos, de establecer
biomedicina hacia la automedicación, asi co- mo una evaluación de la gravedad o le- vedad del
la noción de que la misma se ha incremen - tado; mismo; tendrá alguna noción de la evolución de
lo cual contrasta con las numerosas acti- vidades los padeceres, asi como frecuente- mente una
de autoatención que ha impulsado el sector noción de la variedad estacionaria de
salud. Para nosotros la biomedicina ha determinadas enfermedades. Será ella la que
desarrollado una relación contradictoria y es- implemente los primeros tratamientos, asi co -
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mo decidirá por su cuenta o de acuerdo con la carrera del enfermo articulen, a partir de las
otros miembros del grupos familiar la deman - caracteristicas de cada grupo y de cada pade- cer,
da de atención, que puede inciar por la consul - las diferentes formas de atención pero en función
ta con personas de su inmediato espacio social, y de esta experiencia. Es el proceso de
continuar con el tipo de curador considerado autoatención el que articula las formas exis -
más adecuado, y cuya consulta dependerá de tentes, más allá de que éstas tengan interaccio-
los recursos económicos y culturales del grupo, nes directas entre sí. La mayoría de las formas de
y de la infraestructura de servicios existentes atención, incluida la biomédica, permanece
(Menéndez, 1982; 1984; 1990b; 1992; 1994). frecuentemente ignorante de una carrera del
Para evitar equívocos, recuerdo que lo que des- enfermo que articula diferentes formas y hasta
cribo es la fenomenología de la autoatención al sistemas de atención con el objetivo de hallar una
interior del grupo doméstico, según la cual en solución a sus problemas. Esto es en gran medida
todos los contextos culturales la autoatención de debido a que la realidad social es pen - sada y
los padecimientos se desarrolla básicamente a analizada como acto y no como proceso; la
través de la mujer en su rol de esposa/madre, sin autoatención es potencialmente siempre par- te
por éllo considerar ninguna perpetuación de esta de un proceso que incluye no sólo los actos de los
situación, sino subrayar que eso es lo que sujetos y microgrupos, sino de los dife- rentes
seguimos encontrando en nuestras socia - des curadores que intervienen en dicho pro - ceso. La
actuales. tendencia a-relacional que ha domi - nado el
La autoatención casi siempre es la primera estudio del proceso salud/enfermedad/ atención
actividad que el microgrupo realiza respecto de tiende a colocar el acento sobre cada actor en sí,
los padeceres detectados, y esa actividad no in- en lugar de colocarlo sobre el pro - ceso
cluye inicialmente ningun curador profesional, relacional que incluye todos los actores
aun cuando pueda inicialmente consultar a al - significativos que intervienen en el mismo.
gun miembro de los espacios familiares y so- El conjunto de las actividades y articulacio-
ciales inmediatos, pero que no desempeña nin - nes que estamos señalando se dan potencial -
guna actividad como curador profesional. mente en todo grupo y sujeto más allá de su ni-
Es a partir de lo que acontece en la autoa - vel educacional y económico, aunque éstos y
tención y por supuesto en la evolución del pa - otros factores – como ya vimos – inciden en las
decimiento, asi como en función de las condi - características específicas que tendrá el proceso
ciones sociales y culturales ya señaladas, que el de atención. No cabe duda que la gravedad o
sujeto y su microgrupo deciden consultar o no a agravamiento de una enfermedad, la comple -
curadores profesionales de una de las formas de jidad de la misma, la necesidad de aplicar tec-
atención que reconocen y aceptan. La deci- sión nologías sofisticadas, la existencia o no de co-
de ir a consultar a un curador profesio - nal, y bertura de las diferentes formas de atención, la
una parte de las actividades que se reali- zan pertenencia a algún sistema de seguridad social
luego de la consulta constituyen tambien parte incidirán en el tipo de atención y autoatención
del proceso de autoatención. Luego de la desarrollado. Pero un aspecto decisivo es que la
primera consulta puede decidirse la consulta autoatención se constituye estructuralmente
inmediata o postergada con otro curador del no sólo por las razones señaladas, sino porque
mismo tipo o de otra forma de atención, y esta implica la acción más racional, en términos
decision, al igual que lo que ocurre luego de la culturales, de estrategia de supervivencia e in-
consulta también son parte de este proceso. clusive de costo/beneficio no sólo ecónómicos,
La decisión de consultar curadores profe- sino de tiempo por parte del grupo, en la me -
sionales se hace desde determinados saberes y dida que asumamos en toda su envergadura la
determinadas experiencias que van a incidir en el incidencia y significación que tienen para su
tratamiento y en la relación curador/pacien - te. vida cotidiana la frecuencia y recurrencia de los
El sujeto y su grupo pueden consultar uno o más diferentes tipos de padeceres que amenazan real
curadores y servicios, pero siempre a par- tir del o imaginariamente a los sujetos y microgrupos.
núcleo de autoatención. De allí que la Desde esta perspectiva y para tener no- ción
autoatención no debe ser pensada como un ac - cabal de lo que estamos proponiendo, de - bo
to que los sujetos y grupos desarrollan aislada y precisar que cuando hablamos de padece - res
autónomamente, sino como un proceso tran - nos estamos refiriendo a una extensa varie-
saccional entre éstos y las diferentes formas de dad que va desde dolores episódicos de cabeza,
atención que operan como sus referentes. Más dolores musculares leves, temperaturas poco
aun será el sujeto y su grupo los que a través de elevadas, resfrios o escozores transitorios, pa-
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sando por dolores del alma, estados de tristeza, Pero la autoatención y la automedicación no
ansiedades, o pesares momentáneos. Toda una refieren sólo a la intervención sobre los pa -
serie de dolores devenidos de golpes, acciden- deceres, sino también deben ser referidas a la
tes o relaciones sociales operan durante parte aplicación de tratamientos, al consumo de sus-
del día o la semana en algunos de nosotros. Es tancias o a la realización de actividades que, se-
decir que hay toda una serie de padeceres que gún los que las usan, posibiltarían un mejor de -
el sujeto experimenta y autoatiende de alguna sempeño deportivo, sexual o laboral. Son sus-
manera a través de cada día. Respecto de estos tancias y acciones que no sólo posibilitarían sa-
padeceres, puede no hacer nada, o sólo hablar lo lir de la angustia, de la depresión o del dolor,
con alguién, dejando que el trascurso del tiem - sino que permitirían ciertos rendimientos y go -
po lo solucione, lo cual también es parte de las ces. Desde esta perspectiva las diferentes for-
acciones de autoatención. Todos estos padece- mas de adicción pueden ser consideradas parte
res son atendidos y solucionados a través de la del proceso de autoatención (Menéndez, 1982;
autoatención, a menos que se agraven o que su 1990b; Romani y Comelles, 1991; Szasz, 1979a;
reiteración y/o continuidad preocupe al sujeto y 1979b). Más aun toda una serie de actividades
su grupo. Debemos recordar que en la prime - ra impulsadas sobre todo en los últimos años y
infancia algunas enfermedades gastrointes- relacionadas con el desarrollo de ciertos estilos
tinales y respiratorias agudas, así como algu- de vida, tratan de obtener determinados bene -
nos padecimientos populares y tradicionales ficios físicos y mentales a través de correr todas
son constantes, y también tienden a ser atendi- las mañanas, o todas las tardes – dados que las
dos al interior del grupo, y solo se pasa a con - noches se han tornado peligrosas –, de ir dia por
sulta con un curador cuando cobra determina - medio al gimnasio, de beber entre tres y cuatro
do nivel de gravedad establecido por el propio litros de agua diario, de practicar yoga o de
grupo. realizar ciertos ejercicos zem.
Pero además de estos padecimientos el paso Desde la perspectiva que estamos desar-
a primer plano de las enfermedades crónicas y de rollando la automedicación refiere no sólo al
las invalideces ha conducido a que parte del consumo autónomo de asprinas, antibióticos o
tratamiento de las mismas sea implementado por psicotrópicos en calidad de fármacos, sino que
el enfermo y/o por su grupo, dado que si no lo refiere al consumo de anabólicos, de infusio-
hace se reducirá singnificativamente su nes de boldo o de tila o del consumo de alco hol
esperanza de vida. De tal manera que la mayo- en determinadas situaciones. Será la intencio -
ría de las acciones respecto de los padecimien- nalidad con que se utilice cualquiera de estas
tos agudos y crónicos se realizan en forma au - sustancias las que le de el carácter de autome di-
tónoma o articulada con otras formas de aten - cación.
ción, a través de la autoatención. Hay toda una serie de procesos sociales,
El conjunto de estas acciones supone la exis- económicos e ideológicos que han impulsado
tencia de un saber respecto del proceso s/e/a determinadas formas de autoatención en las
dentro de los microgrupos y especialmente de los sociedades actuales. Generalmente se sostiene
grupos domésticos, que más allá de lo erró- neo que el desarrollo de la industria químico/far -
o correcto de sus explicaciones causales, maceútica y la publicidad tienen que ver cen-
diagnósticos provisorios o tipo de tratamien - to, tralmente con esta tendencia al consumo de
implica sobre todo la existencia de este sa - ber, determinados productos; también se ha señala -
que se ejercita constantemente a través de do que el desarrollo de determinadas ideolo - gías
diferentes tipos de padeceres, y es a partir de este en busca de una salud y juventud más o menos
saber que se establecen las relaciones tran- permanente, o de ciertos equilibrios psi- cofísicos
saccionales con las otras formas de atención. ligados o no a concepciones religiosas y/o
Cuando un sujeto va al médico, a un quiro prác- consumistas han impulsado determinadas formas
tico, a una curandera o a un sanador new age va de autoatención y automedicación. Pe - ro
generalmente con un diagnóstico provisio- nal también toda una serie de grupos organiza - dos
del padecimiento por el cual recurre a di - cho a partir de un padecimiento (Alcohólicos
curador. Y lo que subrayo, más allá de lo Anónimos, Neuróticos Anónimos, Clubes de
equivocado o certero del diagnóstico asi como de Diabéticos, etc.) o desarrollados a partir de rei-
lo preciso o difuso del mismo, es la existen- cia vindicar su identidad diferencial (movimiento
de esta actividad diagnóstica ejercida por el feminista, movimiento gay) ha impulsado pro-
propio sujeto y su microgrupo. cesos y técnicas de autoatención, de tal manera
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que debemos reconocer la existencia de muy sibilitaria una intervención médica más eficaz.
diferentes sectores sociales y de objetivos per- Por lo tanto se sugiere o induce a que los varo -
sonales que potencian la autoatención, inclui - da nes se hagan cada seis meses o un año medi - ción
la automedicación. del antígeno prostatico, y las mujeres rea- licen
papanicolau u otras formas más sosfisti - cadas
de detección de determinados padeci - mientos.
La biomedicina como generadora El SS y sobre todo determinadas ONG
de autoatención promueven que las mujeres aprendan a palpar sus
senos, para detectar tambien problemas que
Hemos tratado de demostrar en este trabajo que posibiliten una intervención oportuna. En el caso
hay una intensa y constante relación entre las de ONG de orientación feminista han en - señado
actividades biomédicas y las de autoaten- ción a a las mujeres a usar el espejo vaginal, asi como
partir de procesos impulsados sobre to - do por el uso de otros instrumentos y saberes que les
las necesidades, objetivos y/o deseos de los permita proteger su cuerpo.
sujetos y grupos. Si bien cada grupo inclu- ye en Es la propia biomedicina la que para deter -
sus actividades de autoatención explica- ciones y minadas enfermedades crónicas ha impulsa - do
sobre todo prácticas y productos de- venidos de las acciones autónomas de los pacientes, de tal
diferentes fuentes, debe asumirse que la manera que aprendan a leer glucosa en ori - na
biomedicina constituye actualmente una de las y/o sangre a través de técnicas sencillas, así como
principales fuentes, según algunos auto- res la a aprender a autoinyectarse insulina. Des- pues
principal, de las actividades de autoaten - ción. de que durante años la biomedicina cues - tionara
Hemos señalado además que la biomedici- na o ignorara el papel de los grupos de Al -
cuestiona y/o ve negativamente a la auto - cohólicos Anónimos, actualmente en numero -
medicación, a la que considera responsable de sos contextos el SS ha reconocido a los grupos de
toda una serie de consecuencias negativas, pero AA como parte central del tratamiento con - tra
que simultáneamente la biomedicina conside - ra el alcoholismo, y aconseja a los “alcohólicos
positivamente el autocuidado y genera toda una rehabilitados” su permanencia en dichos gru -
serie de actividades que impulsan no sólo el pos como principal mecanismo de control de
autocuidado sino tambien la automedica - ción. dicho padecimiento, dada la alta frecuencia de
Y asi observamos que en la mayoria de los países recaidas que caracterizan no sólo al consumo de
de América Latina el sector salud de- sarrolla alcohol, sino al conjunto de los comporta -
programas de planificación familiar, o si se mientos adictivos.
prefiere de salud reproductiva, que tratan de que Es decir que por un lado la biomedicina y
el grupo familiar y sobre todo la mujer aprenda a el sector salud cuestionan la automedicación, y
planificar, utilice varios métodos y por otro impulsan, favorecen, incluyen o acep-
especialmente la píldora anticonceptiva, y que tan formas de autoatención, incluidos ciertos
sobre todo los utilice autonomamente. tipos de automedicación. Más aun varias de las
El sector salud y toda una variedad de or- actividades señaladas evidencian que la propia
ganizaciones no gubernamentales (ONG) han biomedicina es conciente de las actividades de
difundido el uso autónomo de la rehidratación articulación que se generan sobre todo en el ca -
oral, enseñando inclusive a preparar dicha so- so de las enfermedades crónicas. En consecuen-
lución, dado el papel decisivo que cumple en el cia domina en la biomedicina una especie de
control y abatimiento de diversos tipos de gas- escotomización respecto del proceso de autoa-
troenteritis. El objetivo es lograr también que las tención, en términos de escindir la autoaten -
personas autonomicen la preparación o la ción considerada “buena” de la “mala”, no asu -
compra y su uso. El SS y otros grupos han pro- miendo que ambas son parte de un mismo pro-
movido intensamente el uso del condón no só - ceso, y que tienen los mismos objetivos desde
lo como técnica anticonceptiva, sino como me- las decisiones y acciones de los grupos sociales.
canismo preventivo respecto de enfermedades de Esta manera de pensar la autoatención por el
transmisión sexual, que los sujetos deberían SS contribuye por una parte a seguir respon -
decidir autónoma y/o relacionadamente. sabilizando a la “víctima” de los problemas que
En algunos países el SS está tratando que la la aquejan, pero en este caso la responsabiliza
población pueda detectar determinados pro - negativamente de las soluciones que ha ideado a
blemas, dado que una detección oportuna po - través de las diferentes formas de autoaten -
derse.
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El sector salud debe asumir que la autoa - Lo que acontece en torno a la precripción mé -
tención no sólo es la principal forma de aten - dica y el cumplimiento de la misma se consti tu-
ción desarrollada por los propios conjuntos so - ye en uno de los principales campos de crítica de
ciales, sino que es a través de ella que los suje- la biomedicina hacia el comportamiento de la
tos y grupos se relacionan con las otras formas población, concluyendo reiteradamente que la
de atención, incluída la biomedicina. Es a tra - población no comprende la prescripción, no la
vés de la autoatención que los sujetos se apro - cumple o la cumple mal. Constantemente se
pian de las otras formas y las relacionan, y es en señala que el paciente no completa la totalidad
este proceso que se generan consecuencias del tratamiento, ya que por decisión propia lo
negativas y positivas para la salud. Cuando no- interrumpe frecuentemente cuando él decide que
sotros recuperamos como básica la autoaten - ya ha sido eficaz, que ya se ha solucionado su
ción, no supone que pensemos que la misma es problema.
siempre acertada y eficaz; por el contrario pen- La mayoría de estos señalamientos pueden
samos que una parte sustantiva de la misma – no ser correctos, y existen varias explicaciones al
sabemos cuanto por falta de investigaciones respecto, pero me interesa recuperar un tipo de
específicas – tiene consecuencias negativas o por comportamiento caracterizado por el no cum -
lo menos resultados ineficaces. plimiento de la prescripción, el cual se ha ido
Pero la autoatención no implica sólo la po - evidenciando en los últimos años y que se co -
sibilidad de consecuencias negativas o positi- vas noce como el caso del “paciente bien informa-
para la salud, sino que es el medio a través del do” (Donovan y Blake, 1992). Este se caracteri-
cual los sujetos y sus grupos evidencian su za por no cumplir la prescripción, pero no por
capacidad de acción, de creatividad, de encon- ignorancia de las consecuencias negativas que
trar soluciones, y en consecuencia es un meca - puede tener la suspensión o modificación del
nismo potencial – y subrayo lo de potencial – de tratamiento o por no entender la prescripción
afianzamiento de ciertos micropoderes, asi como recetada, si no debido a dos hechos básicos, por
de la validez de sus propios saberes. Su- brayo lo una parte a la cantidad de información técni - ca
de potencial, porque algunos autores colocan en que posee este tipo de paciente y por otra a que
el ejercicio de estos micropoderes la posibilidad su modificación del tratamiento obedece a la
de un desarrollo más global del po- der, que por experiencia de su propio cuerpo con el trata -
lo menos es dudoso. miento recetado. De tal manera que el paciente
El proceso de autoatención se desarrolla ac- decide aumentar, reducir la dosis o espaciarla
tualmente en gran medida a través de la rela - según su conocimiento y su propia experien -
ción directa e indirecta con la biomedicina. Es- cia; acciones que el paciente no oculta sino que
te es un proceso dinámico y cambiante, que discute con el médico. Este paciente, y lo subra-
permite observar que procesos de autoatención yo, no cuestiona el “poder médico” ni la efica-
que durante un tiempo fueron cuestionados ahora cia de la biomedicina; todo lo contrario es un
son aceptados como comportamientos partidario de la misma; a este paciente no le in -
“naturales”. ¿Quién se asombra o cuestiona ac- teresa discutir el poder en la relación médico/
tualmente que las personas utilicen el termó - paciente, sino mejorar su salud, controlar lo
metro para medir su temperatura? El termó - mejor posible su padecimiento crónico. Este
metro forma parte del equipamiento básico de nuevo tipo de paciente – que por supuesto no es
gran parte de la población de determina - dos tan nuevo – se caracteriza por su saber y no por
países “occidentales”, pero este uso es parte de su ignorancia, pero además por una infor -
un proceso de apropiación ya olvidado. Sin mación que refiere a su propia experiencia de
embargo actualmente otras apropiaciones tec- enfermedad y atención.
nológicas por los sujetos y grupos son cuestio- Actualmente este tipo de situaciones cons-
nadas en nombre de la complejidad técnica y tituye una de las mejores expresiones de la re -
científica. lación dinámica que opera entre la biomedici - na
El tipo de relación dinámica, complemen - y el proceso de autoatención a partir de las
taria, pero tambien simultáneamente conflic - acciones impulsadas por los sujetos y grupos en
tiva y contradictoria entre biomedicina y los función de su propia enfermedad, lo que es - tá
sujetos y grupos sociales, puede observarse es- dando lugar al desarrollo de propuestas de co-
pecialmente a través de uno de los principales atención.
actos médicos, el del tratamiento y especial-
mente el de la prescripción de medicamentos.
205

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Propuestas relacionales ciente, aun dentro del reducido tiempo que ca -
racteriza la consulta médica actual. Gran parte
A lo largo de este texto hemos querido subra- del mayor y profundo aprendizaje opera en el
yar no sólo el peso decisivo de la autoatención, momento clínico, pues es el momento en que se
sino la existencia de relaciones de diferente ti - constituyen aperturas afectivas y cognitivas para
po entre ésta y las actividades biomédicas, y poder asumir lo prescripto de una manera
que en consecuencia y más allá del reconoci- experiencial.
miento de los aspectos potencialmente negati- En consecuencia el SS debería impulsar in-
vos de la autoatención, en lugar de cuestionarla tencionalmente la articulación entre los servi -
constantemente, de estigmatizarla, de negarla e cios de salud y el proceso de autoatención, de tal
inclusive de intentar prohibir la adquicisión de manera que se constituyera en parte central de
medicamentos, el SS debería tratar intencio- sus estrategias. Por supuesto que en la prác- tica
nalmente de utilizarla, no sólo por su potencial el SS ha ido impulsando algunas articula- ciones
eficacia, sino porque dicha forma de atención como hemos visto, pero conjuntamente sigue
puede ser prohibida pero no eliminada, debido manteniendo una crítica a determinadas formas
a las características descriptas previamente, y de autatención, y sigue estigmatizando la
especialmente al papel que cumple en el proce- automedicación. Lo que nosotros propone - mos
so de reproducción biosocial (Menéndez, 1982; no es eliminar la crítica, sino fundamen - tarla;
1983; 1990b; 1992). pero lo más importante para nosotros es tratar de
Ya hemos señalado que la autoatención mejorar los comportamientos de au - toatención,
constituye el primer nivel real de atención, y que que los conjunto sociales casi ine - vitablemente
dicho proceso cuestiona algunos de los desarrollarán a través de una reo- rientación de
principales estereotipos que maneja el SS res- las acciones de educación para la salud, pero no
pecto de los conjuntos sociales. La autoaten - sólo de las acciones que especifi- camente se
ción evidencia que si bien los sujetos y grupos se denominan así, sino de lo que se procesa en la
equivocan, usan incorrectamente los me - relación médico/paciente. El SS debería enseñar
dicamentos, etc., también evidencia que los a automedicarse bien a la po - blación y no sólo
mismos aprenden, modifican, resignifican sus a “autocuidarse”, lo cual im- plica el desarrollo
prácticas, y que una parte de esa automedi - de una relación médico/pa - ciente más simétrica
cación ha sido decisiva para abatir o contro - lar y complementaria. Para éllo deberían
determinados padecimientos. Y esto no só- lo por modificarse varias prácticas y re- presentaciones
un efecto mágico o de micropoder de la relación profesionales e instituciona- les, y en particular
médico/paciente o del fármaco, sino por una que el sector salud y el per- sonal de salud
apropiación y uso que evidencia en la propia asumieran que la autoatención no es un proceso
experiencia del sujeto y su grupo que el fármaco aislado u opuesto al quehacer médico, sino que
consumido es eficaz o por lo menos más eficaz es parte integral del proceso s/e/a que incluye a
que otros productos. El hecho de que la ambos. En consecuencia de- bería abandonar una
población utilice estos fármacos e inclusive actitud escotomizante de la realidad, a partir de
autonomice su uso, evidencia que reconoce su impulsar un saber rela - cional de la misma.
eficacia y además, y es lo que me interesa su - Por último quiero aclarar que nuestro énfa -
brayar, que en gran medida aprende dicha efi- sis en la autoatención no supone eliminar ni
cacia a través de la relación directa o indirecta menguar la responsabilidad del Estado respec- to
con el personal de salud. Esta conclusión no de las acciones contra la enfermedad; no su -
niega, por supuesto, que en la relación médi - pone reducir las inversiones en el campo de la
co/paciente se desarrollen efectos de micropo- s/e/a, ni implica reducir el papel de los servi -
der, ni que el fármaco y el propio médico ten - cios de salud para colocarlos exclusivamente en
gan una eficacia simbólica que va más allá de la la sociedad civil, que es una forma elegante de
eficacia intrínseca del fármaco. pensar la privatización por lo menos por algu -
El proceso de autoatención evidencia no nas tendencias. Si bien ésta ha sido la manera en
sólo que la gente se apropia y aprende, sino que que algunos sistemas de salud han impul - sado
el SS, el personal de salud, el médico enseñan a su reforma a través de la privatización di- recta o
autoatenderse más allá de la intencionalidad de indirecta de los servicios de salud, que en
hacerlo. Los sujetos y grupos aprenden cons- algunos casos supone darle un papel espe - cial a
tantemente el uso de indicadores diagnósticos y las ONG, en función de una relación cos -
de fármacos a través de la relación médico/pa-
206

60

to/beneficio que posibilita abaratar costos de tre sí. Frente a éllo nuestra actitud epistemoló -
atención a la enfermedad, y arguyendo que esta gica no debe ser incluir dentro de un mismo
orientación reconoce el peso de la sociedad ci- bloque social a todas las tendencias que utili -
vil, nuestra propuesta obviamente no va en esa zan conceptos similares, se preocupan por los
dirección. Proponemos la inclusión protagóni - mismos problemas y trabajan sobre ciertos su -
ca de los grupos y sujetos sociales a través de la jetos sociales, sino por el contrario debemos
autoatención – y por supuesto de otros proce - producir un análisis teórico y práctico que acla-
sos y mecanismos –, pero articulada con los ser- re la especificidad, orientación y dinámica de
vicios de salud biomédicos y con las otras for- las diferentes propuestas. Este proceso se con-
mas de atención, lo cual implica incluir la res - vierte en necesario, cuando observamos que en
ponsabilidad económica y social del Estado tanto el caso de la autoatención, y más aun en el de la
respecto de los servicios de salud como hacia los autogestión, se desarrollan tendencias que im -
grupos y sujetos, pero con el objetivo de pulsan dichos conceptos y procesos a través de
impulsar la articulación intencional de un lo que se denomina autocuidado en un sentido
proceso que hasta ahora está básicamente de- opuesto o por lo menos diferente del que esta -
positado en los sujetos y grupos sociales, así co- mos proponiendo. Como lo hemos señalado en
mo para incrementar la eficacia del mismo y de otros trabajos (Menéndez, 1981; 1982; 1983;
ser posible reforzar la capacidad y autonomía de 1990a; 1994), la inclusión de las diferentes for-
dichos grupos sin abdicar de la responsabi- lidad mas de atención dentro de las relaciones de he -
del Estado, y sin encontrar en esta pro - puesta gemonía/subalternidad que operan en un con -
ninguna contradicción en sus términos como texto determinado posibilita analizar dinámi-
sostienen algunas tendencias neolibera- les y no camente las transacciones que se desarrollan
tan liberales. entre los diferentes actores sociales, y en conse-
Lo que debemos asumir en términos críti - cuencia encontrar en sus prácticas el sentido y
cos de tipo epistemológico y en términos lo más la orientación de sus saberes. El papel de la bio -
claro posible de acciones técnicas y sociales es medicina, de la autoatención o de la herbolaria
que determinados conceptos, procesos y suje- tos no se define a priori en función de las caracte-
sociales pueden ser apropiados y/o utiliza - dos rísticas de cada saber tomado en forma aislada,
por tendencias técnico/ideológicas que sos- sino a través de las consecuencias de sus sabe-
tienen concepciones muy diversas, que impul- res en las condiciones de salud y de vida de los
san propuestas diferentes y hasta opuestas en - conjuntos sociales estratificados.

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271. Artigo apresentado em 23/8/2002
Aprovado em 25/10/2002
Versão final apresentada em 5/12/002

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