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El estudio de la homeostasis de nutrientes en plantas trata de entender los procesos de

adquisición, transporte y distribución de los nutrientes esenciales, y los mecanismos que se


utilizan para mantener la concentración necesaria de esos nutrientes en el organismo para un
correcto funcionamiento, evitando una acumulación excesiva que lo dañe. El Zn es un
elemento esencial tanto para las plantas como para animales, sin embargo en exceso provoca
alteraciones en procesos esenciales para el desarrollo del organismo. El Cd es un metal
pesado sin ninguna función biológica y, por tanto, tóxico incluso a bajas concentraciones pero,
al tener unas características fisico-químicas parecidas a otros metales esenciales, la planta lo
absorbe por los mismos canales llegando a interferir con la entrada, transporte y utilización de
varios macro y microelementos. De hecho, la similitud entre el Zn y el Cd hace que los
síntomas de toxicidad observados en las plantas sean comunes; se reduce la biomasa en
general, se detiene la elongación de las raíces principales y se oscurecen, se desarrollan
raíces o pelos secundarios, se observa clorosis en las hojas jóvenes y pueden llegar a
necrosar en casos extremos. Internamente, como respuesta a la exposición a metales
pesados, la relación clorofila/carotenoides disminuye, se reduce la apertura estomática, la
fotosíntesis y la transpiración, y aumenta la concentración de nicotianamina y glutatión (GSH).
La toxicidad por metales pesados se debe en parte al estrés oxidativo producido por las
especies reactivas de oxígeno (ROS), generadas a través de diferentes mecanismos
dependiendo del metal de que se trate. El Zn2+ y el Cd2+ no experimentan cambios redox
pero pueden actuar como pro-oxidantes a través de la reducción del contenido de GSH,
necesario para la síntesis de fitoquelatinas, disminuyendo así su disponibilidad para la
defensa antioxidante. Así se produce también peroxidación lipídica y daños en las proteínas
por formación de grupos carbonilo. Las plantas son la base de la cadena alimentaria y de ahí
la importancia de conocer cuáles son los mecanismos de toxicidad del metal en la planta, así
como los mecanismos de defensa de la misma. La contaminación ambiental por Zn y Cd ha
aumentado como consecuencia del incremento de la actividad industrial del último siglo. Así,
los altos niveles de estos metales encontrados en suelos, aguas de riego y fertilizantes
agrícolas suponen un peligro por su carácter no biodegradable, la toxicidad que ejercen sobre
los diferentes cultivos y su biodisponibilidad. La sensibilidad de los cultivos a la presencia de
los metales pesados es muy variable, así como la tendencia a acumular los mismos en partes
que luego pasen al consumo animal o humano. A pesar de los avances realizados durante las
últimas décadas en este tema, casi toda la información que tenemos proviene de estudios
realizados en plantas hiperacumuladoras, y aún es muy poco lo que se conoce de la fisiología
de especies de interés agronómico sometidas a estrés por metales pesados. Objetivos de la
investigación El trabajo de investigación desarrollado en esta tesis se ha basado en el estudio
de dos especies de interés comercial: el tomate y la remolacha. Las plantas han sido crecidas
en cámaras de cultivo en medio hidropónico y exceso de Zn o Cd, añadidos de forma
inorgánica a la solución de crecimiento. El objetivo general consistió en el estudio, descriptivo
y detallado, de los cambios fisiológicos inducidos por las toxicidades de Zn y Cd, con el fin de
determinar las causas de los mismos así como los mecanismos de transporte y tolerancia de
especies de interés agronómico.

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