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POSTÍTULO ACTUALIZACIÓN ACADÉMICA EN EDUCACIÓN SEXUAL

INTEGRAL

MÓDULO 5 : “CUERPOS Y AFECTIVIDADES”

TUTOR:

Romina Anabella Acosta

PERSONAS QUE INTEGRAN EL GRUPO:

Daniela Fernanda Merino Prospitti DNI: 20211452.

Alejandro Rene Barzaghi DNI: 20197486.


MÓDULO 5 TRABAJO FINAL

DANIELA MERINO

1- Provengo de una generación que creció junto con el proceso militar y todo lo
que esto conllevaba, cuento cosas a mis hijas, adultas ya, y parece que son imposibles. En
mí época no se hablaba de nada de todo lo que hoy expone la ESI, ni desde el biologicismo
(menstruación, sistemas reproductivos, nada), ni mucho menos desde el género (que eso ni
se sabía que era) eran todos temas más que tabúes, y lo que “aprendíamos” era a través de
una amiga de nuestra misma edad y mal.

Para esto me ayudo todo el proceso recorrido desde el inicio de este postítulo, para
poder “ver” y no sólo mirar, a ese otro que está frente mío sin rótulos y sin juzgamientos. Ver
más allá “del envase” y de los modos de relacionarse, todo eso se tiene que lograr
naturalizar tanto que ya no nos importe que ni nos cuestionemos. Por esto la importancia de
la ESI desde el NI.

2- Alguna vez me dijeron que a la ESI “hay que pasarla por nuestro propio cuerpo
primero para luego poder trabajarla en el aula”, y siento que realmente es así. Me queda
infinito camino por recorrer, porque el deconstruirse para volverse a construir es mucho más
complejo que comenzar desde cero. Este aprendizaje fue eso, romperme en pedacitos, para
re armarme, para poder acompañar a mis infancias, para poder abrazar y seguir apostando
a la ternura dentro del nivel inicial

La situación es un niño que llega al jardín todos los días llorando y gritando que no
quiere quedarse en el lugar. La mamá, ya en la entrevista le puso el rotulo (según ella había
sido “diagnosticado” de TGD a los 2 años por su pediatra).

En el comienzo del año, ambas docentes de la sala van intercambiándose para


recibirlo, y en algunas ocasiones interviene también el equipo directivo, buscando diferentes
propuestas para lograr que se quede, pero sin resultado positivo alguno. Muy por el
contrario, cada vez llora más y frente a esto su mamá ha comenzado a decidir no llevarlo, ya
que muchas veces “me ha hecho pasar vergüenza frente a los otros papás y mamás de la
manera que grita al llegar a la institución”. Luego de un par de reuniones con la mamá y el
papá por separado (así lo solicitó la primera), para poder abordarlo desde la institución, pero
con la familia, el niño comienza a acudir a diario al jardín. Al principio llegaba muy enojado y
comenzaba a pegar patadas a todes sus compañeres y a correr por toda la sala, y en

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ocasiones a gritar mientras estábamos realizando alguna tarea, y sin motivo alguno. En
algunas ocasiones, se escapó también de la sala y no había nada que lo atrajera a esta.

Las primeras “estrategias “que se probaron fueron las “mandatadas”, “trabajar con
las emociones”, nos dijeron, y comenzamos en un leve intento de poner en práctica aquel
prospecto que viene junto con el libro el mounstro de colores, pero todo desde lo teórico,
desde nuestras planificaciones, porque en los hechos, nada servía, ni siquiera pudimos
comenzar a aplicarlo, sí él no se quedaba quieto, nada lo “anclaba”, ni siquiera cuando
armábamos los espacios lúdicos, porque estaba en un lugar un tiempo muy pequeño y
luego, comenzaba a gritar correr por la sala y a pegarle al/ ola que se le cruzase por delante,
ni siquiera algún muñeco o juguete transaccional sirvió, un par de días sí, pero ya luego
como lo asociaba al tener que entrar a la sala y al menos quedarse en un lugar quieto por
cierto tiempo, dejo de darle importancia. Con esto, nos íbamos reacomodando con
diferentes estrategias, con “diferentes recetas” y nada. Lo mismo sucedía con su familia, los
padres se culpaban entre ellos pero ninguno tomaba la iniciativa de hacer nada por el. El
niño pasaba mucho tiempo solo.

Entonces comenzamos a soltar expectativas de la sala perfecta para poder trabajar


todo lo que se había planificado. Desde dirección nos cedieron ese espacio también, y fue
entonces donde pudimos hacer aquello que es inherente a nuestra profesión, eso que no se
escribe en ninguna planificación, porque se supone tácito, aunque en muchos casos no es
así. Comenzamos a accionar desde lo afectivo, a recibirlo con una gran sonrisa y un fuerte
abrazo (consentido por él), y a su mamá también con una sonrisa y con algún gesto de
complicidad, para que ella se sintiese incluida, de alguna manera, en la entrada de su niño
al jardín, que no se sintiera juzgada (nunca entendí porque, pero los docentes solemos
juzgar desde nuestro psicologismo barato a las familias en la crianza de sus niñes como si
fuéramos especialista en esto). Que él pudiera elegir con libertad, (pero a la vez sin perder
la noción de los limites), el espacio de trabajo, y contenerlo todo el tiempo, abrazarlo,
tomarlo de la mano, acompañar desde la ternura y la amorosidad, dialogar con él acerca de
lo que quería, de lo que le gustaba, comenzar a oírlo, y no sólo escucharlo y verlo y no sólo
mirarlo. El resultado tanto con él como con la familia (remarco la familia porque estas cosas
no son posibles en el Jardín sino se puede dar de manera fluida la tríada familia-institución-
docentes), fue brillante, hoy entra al jardín y participa de todas y cada una de las actividades
y todo el tiempo está dispuesto y predispuesto a participar y a compartir con sus pares y
docentes.

Decididamente debemos generar los lazos a través de la afectividad. En un video


Rita Segato dice: “Ser capaz de sacrificar la productividad para construir vínculos”. El Nivel
Inicial, desde su piedra fundacional puede hacer esto, dejar de lado “lo productivo, lo

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planificado” en función de la generación de vínculos, porque este niño era uno, pero no el
único en situación similar que llegaron a la sala a inicio del año y más en casi post
pandemia; esto significaba que lo vincular es y era lo más importante, lo demás se puede ir
logrando con el tiempo. Poder tomar del Nivel ese tiempo de juego generador de lazos tan
importante para la vida humana misma, pero no solo entre las infancias, sino también, entre
los adultes que acompañan a esas infancias, porque si no, con el tiempo, no vamos a poder
dar lo que no tenemos, no podemos estar en un ambiente hostil para nuestras infancias,
pero no significa que entonces sí para nosotres debemos aplicar la fórmula de la
“happycracia” que vemos que no funciona para nuestras infancias, pero (esto visto y vivido
en muchas instituciones), sí lo es y debiera serlo para nosotres, hoy dejamos de lado “lo
vocacional” para cambiar a “profesionales”, y bajo esto, según la meritocracia somos seres
“superiores” que debemos olvidar nuestra parte humana en función de nuestres niñes y
adolescentes(¿!), nosotros sí estar siempre bien, dejar los problemas afuera de la
institución, y marcarte como al las brujas de Salem sí osas demostrar necesidad de ayuda y
vas a realizar terapia. Esto tampoco lo queremos ni necesitamos nosotres. Generar lazos y
no competencia, poder acompañarnos en un Nivel en el cual el 100% solemos ser mujeres,
y de paso, poder derribar el mito y el trabajo tan “bien realizado” por el patriarcado de la
eterna competencia entre las mujeres a sabiendas que si miramos todas para el mismo lado
nuestras infancias pueden ser seres humanos maravillosos que pueden brillar en el lugar
que ellos mismos se lo propongan.

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BIBLIOGRAFÍA:

Apuntes post título y cuadernillos de ESI Eje:” Afectividad”

“La nueva fórmula de dominación es «sé feliz»”. Análisis que nos aporta el filósofo
surcoreano Byung-Chul Han

“El proyecto de las cosas, el mundo de los vínculos”. La Olla, programa de Wayna
Tambo – Red de la Diversidad.

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